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Obra de Teatro MMJJ y HHJJ: "Laban y las planchas de bronce"

Personajes:

- Lehi: Lukas

- Sariah: Cameron Díaz

- Laman: Benjamín

- Lemuel: Alexis

- Nefi: Esteban

- Sam: Isaac

-Laban: Juan Pablo

- Zoram: Elias

- Ángel: Benjamín Hidalgo

Escena:

- Desierto: Lehi manda a de regreso por las planchas de bronce. (1 Min)

- El viaje (15 seg)

- Ante Laban: 1° Echan suerte - Laman le pide las planchas (30 seg)

2° Todos con sus tesoros - Escape - En la cueva Laman y Lemuel golpean a sus
hermanos - aparece el ángel. (2 Min)

3° Nefi entra en la ciudad - Mata a Laban - Engaña a Zoram - Obtiene las planchas (2 Min)

- Llegada de regreso donde Lehi y Sariah. (30 seg)


Acto 1:

Narrador: Después de que Lehi y su familia salieron de Jerusalén pusieron sus tiendas en un valle a la orilla de un río de
agua.

Lehi: Por lo que el Señor me ha mandado que tú y tus hermanos vayáis a la casa de Labán, y procuréis los anales y los
traigáis aquí al desierto.

Nefi: Iré y hare lo que el Señor ha mandado, porque sé que él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin
prepararles la vía para que cumplan lo que les ha mandado.

Saríah: Cuídense mis hijos, que el Señor les proteja!

Narrador: Y aconteció que Nefi junto con sus hermanos Laman, Lemuel y Sam emprendieron el viaje de regreso a
Jerusalén para conseguir las planchas de bronce en las que se encontraban las escrituras.

Acto 2:

Nefi: Creo que no es buena idea que entremos todos juntos a la ciudad.

Laman: Entonces deberíamos echar suerte para ver quién va donde Laban a pedir las planchas.

Lemuel: Bien, quien saque el palito más corto entrara a pedir las planchas a Laban.

Laman: Me gusto tu idea.

(Todos toman un palo y Laman tomo el más pequeño)

Laman: Ya no me gusta tanto tu idea.

Acto 3:

(En la casa de Laban)

Laman (explicando la situación): ... entonces por eso necesito que me des las planchas, si quieres yo las saco y dejo
cerrado al irme.

Laban (con ira): He aquí, tu eres un ladrón, y te voy a matar.

(Laman escapa de Laban)

Laban: Guardias atrápenlo.

Acto 4:

(Fuera de la ciudad)

Sam: Miren! Laman viene corriendo.

Lemuel: ¿Conseguiste las planchas?

Laman: No, Laban no quiso dármelas y lo peor es que dijo que nos mataría. Creo que tendremos que volver donde
nuestro padre sin ellas. (Con resignación)

Nefi: Así como el Señor vive, y como nosotros vivimos, no descenderemos hasta nuestro padre en el desierto hasta
que hayamos cumplido lo que el Señor nos ha mandado. Por tanto seamos fieles en guardar los mandamientos del
Señor.
Laman (enojado): ¿Y qué quieres que hagamos si no quiere darnos las planchas?

Lemuel (enojado): Si, ¿qué gran idea nos darás ahora?

Sam: Tranquilos, estoy seguro que Nefi tiene algo pensado.

Nefi: Descendamos, pues, a la tierra de la herencia de nuestro padre, pues he aquí, él dejó oro y plata y toda clase de
riquezas; y ha hecho todo esto a causa de los mandamientos del Señor.

Narrador: Y sucedió que Nefi y sus hermanos descendieron a la tierra de su herencia y recogieron todo el oro y plata y
objetos preciosos que habían allí, y se los llevaron a Laban.

Acto 5:

(De regreso donde Laban)

Nefi: Laban, te hemos traído todo esto a cambio de que nos entregues las planchas de bronce.(dejando las cosas en el
suelo)

Laban: Realmente son tesoros muy valiosos los que traen ahí. Guardias quitádselos y matadlos para que sus bienes
queden solo para mí.

Acto 6:

(Dentro de una cueva fuera de la ciudad)

Laman (enojado): Eres un imbécil Nefi, y tu Sam uno peor por creer en las ideas de este soñador.

Lemuel (gritando): Hubiera sido mejor que los guardias de Laban los atraparan a ustedes.

Sam: Todavía debe haber una solución..

Laman: Cállate! (mientras lo golpeaba a Sam con una vara)

Lemuel: No olvides de quien fue la idea en primer lugar (golpea a Nefi con otra vara)

(Aparece un ángel y se para en medio de ellos, Laman y Lemuel caen al suelo)

Ángel: ¿Po qué golpeáis a vuestro hermano menor con una vara?¿No sabéis que el Señor lo ha escogido para ser
gobernante sobre vosotros, y esto a causa de vuestras iniquidades? He aquí, subiréis de nuevo a Jerusalén y el Señor
entregará a Laban en vuestras manos.

(El ángel desaparece)

Nefi: Debemos hacer caso al ángel y volver a Jerusalén.

Laman: Solo te acompañaremos hasta la entrada de la ciudad.

Lemuel y Sam: Si

Acto 7:

(Nefi en las calles de la ciudad)

Mientras Nefi caminaba por las calles un hombre cae frente a él

Nefi: Este hombre esta ebrio (se acerca). Es Laban! (mientras tomaba la espada de este)
Espíritu Santo: Debes matarlo, por el bien de todos.

Nefi: Yo nunca he derramado sangre humana. (con tristeza)

Espíritu Santo: He aquí el Señor lo ha puesto en tus manos (mientras Nefi niega con la cabeza). Mátalo, porque el
Señor lo ha puesto en tus manos; he aquí que el Señor destruye a los malvados para que se cumplan sus justos
designios. (Con voz más fuerte) Es preferible que muera un hombre a dejar que una nación degenere y perezca en la
incredulidad.

Nefi: Lo hare porque el Señor lo manda y para que mi descendencia obtenga los mandamientos del Señor.

(Nefi mata a Laban)

Narrador: Luego que Nefi acabara con Laban se vistió con las ropas de él y ya disfrazado se dirigió a donde se
guardaban las planchas.

Zoram: Mi señor, Laban, ¿a dónde se dirige?

Nefi (con voz fingida): Me dirijo buscar unas planchas a la sala de tesoros, ven acompáñame.

(Zoram abre la puerta de la sala de tesoros y Nefi recoge las planchas)

Nefi: Zoram, ven, sígueme debemos llevar estas planchas donde mis hermanos a las afueras de la ciudad.

Zoram: Si, mi señor

(Nefi disfrazado de Laban junto con Zoram se acercan a los hermanos de Nefi)

Sam: Ese es Laban con su siervo!

Laman: Seguro que obligo a Nefi a decirle donde estábamos.

Lemuel: Y después lo mato y quiere hacer lo mismo con nosotros!

(Todos intentan escapar del lugar)

Nefi: Hermanos, soy yo, Nefi no huyan

Zoram (con miedo): Tú no eres mi señor, ¿quiénes son ustedes?

(Zoram intenta escapar pero Nefi lo detiene)

Nefi: Tranquilo, no te haremos daño, y si lo deseas puedes descender con nosotros al desierto y así serás un hombre
libre como nosotros.

Zoram: Entonces descenderé con ustedes al desierto para ser un hombre libre.

Laman: Muy bien, ya que todo está resuelto es hora de volver donde nuestro padre.

Narrador: De esta manera Nefi, Sam, Laman y Lemuel obtuvieron las planchas tal como el Señor lo había mandado, y al
llegar donde su padre este se regocijo en extremo, y por medio de este gran acto de fe y obediencia comenzó la
historia del Libro de Mormón

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