Fecha: 10-04-2019 El materialismo dialéctico o filosofía del marxismo, toda filosofía intenta explicar el mundo en que vivimos y las relaciones entre el ser humano y la naturaleza tomando en cuenta sus pensamientos. La filosofía del marxismo representa la síntesis más elaborada del pensamiento humano que se ha alcanzado y la utilización de su método de análisis para conocer, interpretar y transformar la realidad teniendo una base en la materia. Se le denomina materialismo porque esta parte de la filosofía coloca como sustrato o como una base de todo, la existencia de los objetos materiales, a diferencia del idealismo que afirma que las ideas es nada más que un fundamento de la realidad, para el materialismo dialéctico las ideas tienen un origen físico, esto es, lo primero es la materia y la conciencia lo derivado el cual sostiene que todo surge del enfrentamiento entre objetos opuestos apoyándose en los datos, resultados con avances de las ciencias aplicando la dialéctica desde bases materiales, sin descartar las ideas ya que desde esta oposición entre la idea y la materia se puede mencionar que surge la transformación de la idea o de la materia misma que fue los cimientos fundamentales del Marxismo. Se utiliza una combinación con el materialismo histórico como herramienta para entender el desarrollo del ser humano en la sociedad durante todo este tiempo transcurrido desde la evolución y el comunismo que es una propuesta política, este materialismo se basa en la ciencia para la transformación de los objetos sus movimientos respondiendo a la sociedad, los sentimientos mencionado que todo depende de todo y que cambia, no solo se considera como una teoría científica sino como método de conocimiento y guía para la acción así podemos decir que esta ley menciona que nada permanece como es o que nada queda donde está estudiando el pasado y el futuro siempre tomando en cuenta la historia del objeto en el que estamos hablando tomando en cuenta el proceso por el cual paso, este objeto también tendrá su contrario. Las ideas de las cosas que tenemos como personas dentro de un materialismo estudiando los medios necesarios para su subsistencia sobre otras cosas como la política, los sentimientos y apareció una seria de fases históricas caracterizados por su medio de producción. En cuanto a la conciencia, se distinguen cuatro formas o tipos de conciencia: la conciencia de sí, por la que accedemos al conocimiento de nuestro propio ser; la conciencia psicológica, por la que conocemos nuestra propia identidad y la diferenciamos de la de los demás y de las otras cosas; la conciencia de clase, por la que accedemos al conocimiento de los intereses del grupo social al que pertenecemos; y la conciencia social, que se forma en las sociedades humanas como una especie de trasfondo ideológico, por el que asumimos creencias y costumbres al margen de toda consideración crítica. La relación de la materia con la conciencia no dejará de plantear problemas, al ser concebida la conciencia como el resultado de las fuerzas materiales, que la determinan, no quedando, según la formulación tradicional del problema, espacio para la acción de una conciencia libre, de una conciencia que se auto determina. La conciencia es necesariamente un producto, una manifestación, de la materia, inseparable de ella. Como tal, representa la capacidad que tiene el ser humano de comprender, pero también de amar y de decidir libremente (voluntad). Para concluir se dice que una vez alcanzado este estadio del movimiento nos encontramos ante una nueva realidad que entrará de nuevo en otro ciclo de transformación dialéctica, dando lugar, así, al desarrollo progresivo de la Naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento.