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Economía Política

Tercera Entrega
Camilo Andrés Fajardo
Integrantes:
María Andrea García Valencia
Laura Aguilera Tovar
Marcela Sánchez Castro
Luisa Nathalia Monsalve Santiago

Reforma Tributaria es aprobada por el Congreso

Análisis

Fuente: http://www.dinero.com/economia/articulo/reforma-tributaria-aprobada-
congreso-republica/204062

Las políticas públicas, son fundamentales en la búsqueda de la armonía del


Estado Social de Derecho en n general, pero su aplicación se constituye en
un verdadero reto ya que es el Estado el que debe buscar el camino, la
estrategia para la implementación de las diversas políticas que se requieren,
diseñar políticas públicas competentes y con responsabilidad, olvidando la
burocracia y apostarle a una verdadera administración pública. basada en
políticas que provengan de textos administrativos y tributarios, porque son las
políticas públicas las que permiten evidenciar el progreso o el fracaso del
Estado mismo; porque si se desarrollan correctamente las acciones serán
visibles a través de las buenas acciones, pero lamentablemente dichas
políticas públicas no son desarrolladas de una manera lineal y lo que es peor
marcadas en todo ámbito por la corrupción.

No se puede decir una reforma tributaria, lo mejorará todo, mucho menos que
un incremento de impuestos, pero lo que si se busca es reconstruir un sector
determinado, vivimos en un mundo colapsado, las instituciones están
derrumbadas, la economía esta demolida, de aquí precisamente cuando las
políticas públicas retoman gran importancia como canal solucionador ante las
diversas necesidades de la sociedad o en el mejor de los casos se anticipa
hacia la construcción de un mundo mejor, pero que sucede si las políticas
mismas son corruptas, si las personas que las ejecutan son corruptas, si el
camino solucionador está manchado por la corrupción, si bien es cierto que las
políticas públicas son una oportunidad para el Estado y para sus beneficiarios
y aunque muchos le apuesten a la idea de que es mejor la indiferencia del
Estado, es él quien asegura verdaderamente las condiciones de
funcionamiento, convirtiéndose en conductor del país mismo, son las políticas
públicas que buscan mejorar y focalizar el desarrollo tanto endógeno como
exógeno, generando empleo productivo, conservando, protegiendo de una
manera activa y decisiva, son éstas las ideas que se venden al implementar
nuevas tarifas, inclusive sobre tasas del CREE o el impuesto a la riqueza,
parece ser algo ilógico e irreverente, pero es la realidad; todo ello obedece a un
unas políticas subdesarrolladas que ha provocado frente a otros países grandes
y profundas transformaciones negativas de nuestro aparato productivo donde el
ámbito de los poderes públicos se encuentra desplomado y descentralizando
haciéndolo un Estado más incipiente y menos creíble, porque se trata de un
Estado corrupto, donde las estrategias y el poder público se ha constituido en
una verdadera falacia de promesas, porque el implementar nuevas medidas
capitalistas para el Estado no es aval, de que todo cambiará, en realidad se trata
de una serie de estrategias económicas que conllevan a la incertidumbre por
parte de sus pobladores, porque el incentivar a nuevos impuestos le produce en
este caso al colombiano un desasosiego por la falta de información y por
generar más egresos, y aunque la reforma tributaria hace ver a través de
pequeñas modificaciones que no todo es negativo al manifestar que “Se
devolverá el IVA por la importación de bienes de capital, tales como maquinaria
pesada para industrias básicas, por ejemplo. La devolución se dará a través del
descuento en la renta a cargo del empresario que haga la compra o importación”
(Revista Dinero, 2014), o que muchos de los fondos serán destinados a la salud o la
educación, la verdad es que no logra una respuesta positiva frente a una reforma
tributaria, cuando lo que se ve es un panorama de desaciertos de un estado
capitalista desorganizado, donde es evidente el dominio llevan sus gobernantes
sobre sus seguidores, donde la actuación del Estado representa los intereses
capitalistas que refleja sin lugar a dudas la centralización del sistema estatal,
un sistema colapsado, que reduce día a día las oportunidades de éxito como
Estado Social de Derecho.
Durante los últimos años, el manejo del presupuesto se ha orientado, de
una parte, a consolidar el proceso de saneamiento fiscal, pues ello contribuye a
reducir la presión sobre los recursos del ahorro inferno privado, dejando así un
margen más amplio para que este se oriente al financiamiento de la inversión
productiva y, de otro, a darle mayor fluidez a la transferencia de recursos al
interior del sector público, de las entidades superavitarias a las deficitarias.
Sobre este último aspecto vale la pena destacar la generación de importantes
excedentes económicos en los sectores cafetero y petrolero y su oportuna
canalización a las entidades del sector eléctrico enfrentadas desde mediados de
la década del ochenta a una crisis financiera de grandes proporciones, como
consecuencia de su elevado nivel de endeudamiento externo y de la lenta
evolución de sus ingresos de explotación comercial. Así mismo, es necesario
resaltar los esfuerzos permanentes del gobierno por consolidar el proceso de
descentralización política y económica que se inició en la primera mitad de la
década con el propósito de otorgar mayor autonomía y recursos a los entes
regionales y locales, pero son esfuerzos que no han sido lo suficientemente
representativas ni solucionadores, si bien es cierto que constantemente se
mencionan las diferentes estrategias usadas en busca del mejoramiento del
país, ¿qué ocurre?, ¿por qué los resultados positivos son tan reducidos?, si
existen propuestas interesantes a nivel global. El problema es evidente, los
recursos públicos han sido mal gastado y esfumados, estamos gastando muy
mal nuestros recursos. Destinamos un margen cada vez más reducido a
inversión mientras cada vez gastamos más en funcionamiento y en el pago de
intereses de la deuda. Tenemos un Estado capturado por los políticos pero ante
todo por la corrupción. Un Estado que no rinde cuentas. Un Estado cerrado que
trabaja para sí mismo. Un Estado burocrático e ineficiente, carcomido por la
corrupción. Un Estado que parece ir en dirección contraria a los derechos y a las
necesidades de las mayorías y favorecer a las minorías; al respecto surge la
pregunta de ¿Cómo mejorar las finanzas de Colombia, cuando se tienen unos
altos ingresos por concepto de recursos públicos, pero no se evidencian?; para
reencauzar el desarrollo del país es urgente devolver al Estado a una senda de
estabilidad macroeconómica y de inversión productiva, de manera que el sector
público, más que una pesada y amenazante carga para el país, recobre su papel
fundamental de contribuir al desarrollo nacional, dentro de claros principios de
austeridad y productividad de los recursos públicos, además orientar los
esfuerzos para lograr una verdadera renovación de la administración pública. Y
una reforma de la estructura del Estado requiere, en primer lugar, invertir
considerable tiempo y esfuerzo en mejorar estos tres grandes sistemas públicos
nacionales, elevar su eficiencia y eficacia, y encontrar o crear condiciones
institucionales que permitan el fortalecimiento de los recursos públicos, pero no
en incremento si no a nivel administrativo, El nuevo Estado debe ser un Estado
Comunitario, que vincule al ciudadano a la gestión pública. Un Estado con
vocación de servicio público, en el cual no existan funcionarios públicos sino
servidores públicos. Un Estado que utilice enfoques gerenciales y
administrativos en el cumplimiento de las tareas públicas. Un Estado productivo,
que oriente los recursos a actividades de proyección social y eficacia pública. Un
Estado austero.

Colombia tiene que avanzar hacia lograr un Estado cada vez más
productivo y más social, que alcance o construya un alto valor público por cada
peso gastado. Un Estado que cree riqueza pública, que logre invertir sabiamente
los recursos, propendiendo por el ahorro público, para darle más confianza a la
economía y la sociedad, en el caso de Colombia, puede decirse que a falta de
órganos de control, o que falta una estructura tributaria, por el contrario se
tienen en exceso , la verdad es que Colombia posee un sinnúmero de
organismos de control que posee fuera de los del nivel Nacional, de similar
manera sucede con el sistema tributario, lo que debería generar como resultado
un monumento a la honestidad y pulcritud administrativa. Lamentablemente esto
no es así, por donde se mete la mano sale untada de chanchullos, desfalcos,
saqueos y peculados se requiere acabar con la corrupción, se debe diseñar un
nuevo proyecto de Control fiscal y de vigilancia Administrativa para la
administración pública del orden Nacional, fortaleciendo el sector económico y
financiero ; para ejercer tan afable misión de acuerdo al mandato constitucional,
sin excederse en la implementación de nuevas estrategias, como es el caso de
una nueva reforma tributaria, que trascurrido ya un tiempo permite ver lo que se
vislumbraba al respecto, que se trata de una medida que no logra generar
cambios positivos, no basta con ordenar una comisión como termina el articulo
analizado, se trata de necesidades más profundas, una reforma tributaria no es
más que una efímera medida, que atormenta, adormece el Estado, nuevos
tributos, nuevas formas de capitalizarse un estado colapsado económicamente,
que muestra solo un camino de incompatibilidad entre las partes, un estado
neoliberal no acoge definitivamente una reforma tributaria, cuando la historia
muestra que entre más impuestos existan, más corrupción y desamparo es lo
que se logra, de manera brutal e incesante.

Bibliografía

Revista Dinero. Reforma Tributaria es aprobada por el Congreso. 12/16/2014.


Disponible en: http://www.dinero.com/economia/articulo/reforma-tributaria-aprobada-
congreso-republica/204062. Texto guía.

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