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TRIBUNAL DE GESTION ASOCIADA-TERCERO

PODER JUDICIAL MENDOZA

foja: 964

CUIJ: 13-00584804-5( (012022-115071))

SOLOA, GUILLERMO SEBASTIAN Y OTS. C/ HOSPITAL CENTRAL Y


OTS. S/ DAÑOS Y PERJUICIOS

*10584905*

Mendoza, 14 de Junio de 2019.-

VISTOS:

El llamamiento de autos para sentencia de fs. 963, de los arriba intitulados,


de los que,

RESULTA:

I. Que a fs 12/18 GUILLERMO SEBASTIAN SOLOA y XIMENA


NATALIA LOURDES SOLOA, por su propio derecho y GUILLERMO
SEBASTIAN SOLOA en representación de su hermanos menores MATÍAS
GONZALO GAIA y FLAVIA ROMINA GAIA interponen demanda por daños y
perjuicios en contra de MARIO SANTAMARÍA en su calidad de Jefe del Servicio de
Terapia Intensiva, de GONZALO ALVAREZ PARMA como médico tratante y del
HOSPITAL CENTRAL por la suma de $ 124.680 o lo que en más o menos resulte de
la prueba a rendirse, mas costas, intereses y gastos.

Narra que la demanda se funda en la muerte de la madre de los presentantes


SUSANA GLADYS GAIA, la cual ingresó al Hospital el 1 de Enero de 2007 debido a
una indisposición aparentemente hepática, agrega que la paciente fue atendida en la
guardia del Hospital donde quedó internada, siendo operada de la vesícula el 8 de
Enero de 2007, que la operación fue exitosa pasando luego a sala común. Pero luego
comenzó a drenar sangre en cantidad, por lo que los familiares hicieron llamar a los
médicos, por lo que el 10 de Enero de ese año fue operada nuevamente. Añade que
luego se advirtió que en la primera operación le seccionaron la vena supra-hepática, lo
que constituye la causa del flujo de sangre. Añade que ante la continuidad de la pérdida
de sangre fue operada una tercera y cuarta vez, en esta última operación la extirparon el
lóbulo derecho del hígado. Luego desde el 13 de Enero hasta el 18 de enero en que
fallece estuvo internada en terapia intensiva donde este último día falleció. Añade que la
madre trabajaba en servicio doméstico con un sueldo de $ 555 por mes, con lo que
ayudaba a sus hijos en el rubro vivienda y a los menores en alimentación, vestimenta y
salud. Luego reclama: 1) por daño emergente y lucro cesante reclama la suma total de $
64.680 en base al salario mensual de la actora $ 555, su expectativa de la vida laboral y
que destinaría el 70% a la ayuda de sus hijos 2) mientras que por daño moral peticiona $
60.000 en total que equivale a $ 15.000 por cada hijo. Funda en derecho su pretensión y
ofrece pruebas.

A fs 96/101 los actores modifican la demanda manifestando que demandan a los


cirujanos ANIBAL SOLER, FRANCISCO ZAMBUDIO y EDUARDO JOSÉ
CASONE, al primer ayudante FERNANDO CHACÓN, JORGE PÉREZ, segundo
ayudante MARTÍN ALTAMIRANO y FRANCISCO ZAMBUDIO, Tercer ayudante
FERNANDO CHACÓN y VICTOR MARTIN ALTAMIRANO aclarando que de los
mismos reclaman $ 124.680 mientras que desisten de la acción en contra de MARIO
SANTAMARINA y GUSTAVO ALVAREZ PARMA; luego vuelven a hacer una
relato similar al introducido en la demanda y citan los presupuestos generales de la
responsabilidad civil, agregando que en el caso hay una obligación preexistente.

II. Corrido el traslado de la demanda, a fs. 198 el Dr. EDUARDO JOSE


CASONE, por su propio derecho, se hace parte y cita a TRIUNFO COOPERATIVA
DE SEGUROS LIMITADA

III. A fs. 234 FERNANDO EMILIO CHACÓN PUERTA, por su propio derecho se
hace parte y cita en garantía a PATRONAL SEGUROS S.A.

IV. A fs. 245 JORGE OMAR PÉREZ, por su propio derecho se hace parte y
cita en garantía a TRIUNFO COOPERATIVA DE SEGUROS.

V. A fs. 252/256 el Dr. Carlos Enrique Carloni, por EL HOSPITAL CENTRAL DE


MENDOZA, contesta demanda solicitando su rechazo, con costas. Hace una negativa
genérica de los hechos expuestos en la demanda, En particular afirma que la paciente
Gladys Susana Gaía ingresó al Hospital que representa por la guardia el 1/1/07 con
diagnóstico de colecistitis aguda, siendo intervenida quirúrgicamente el 8, 10, 11 y 13 de
Enero; en general reconoce los hechos narrados en la demanda sobre el objeto de las
operaciones que se le hicieron pero indica que la paciente tenía un hígado graso lo que
altera la funcionalidad hepática pese a lo cual lo mismo se le realizó una lobectomía
hepática derecha y hemostasia. Luego argumenta sobre los presupuestos de la
responsabilidad y cuestiona los rubros reclamados.

VI. A fs. 262/264 el Dr. Bruno Eduardo Viotti, por VICTOR MARTÍN
ALTAMIRANO, contesta demanda solicitando su rechazo con costas. Si bien
reconoce los hechos expuestos en la demanda, afirma que su representado era un
médico residente interviniendo habiendo participado como segundo o tercer ayudante
en las operaciones realizadas a la occisa, lo que se limita a cosas básicas como la
colocación de zondas, catéteres y ayudar en la exposición del campo quirúrgico, lo que
se corrobora con el Programa de residentes que acompaña en cuanto a las funciones
que los mismo tienen. Ofrece pruebas.

VII. A fs. 304/312 el Dr. Ezequiel Ibañez, por TRIUNFO


COOPERATIVA DE SEGUROS LIMITADA, representante a su vez de EDUARDO
JOSÉ CASONE, ANIBAL EDUARDO SOLER y JORGE OMAR PÉREZ,
manifiesta que respecto del demandado Casone acepta la citación en garantía en los
límites y términos establecidos en la póliza de seguros N° 25.959, la cual establece una
suma máxima de $ 100.000 por todos los acontecimientos durante la vigencia de la
póliza con un descubierto o franquicia a cargo del asegurado del 10%; respecto del Dr.
Soler acepta la citación en base a la póliza contratada, la cual asegura una suma de $
50.000 con una franquicia a cargo del asegurado del 10% de la indemnización, mientras
que respecto del Dr. Pérez también acepta la citación con un límite se suma asegurada
de $ 100.000 con una franquicia a cargo del asegurado del 10% de la indemnización.
Luego opone la excepción de falta de personería (la cual ya ha sido resuelta en estos
obrados). Hace una negativa general de los hechos expuestos en la demanda, reconoce
que la occisa ingresó a la guardia médica del hospital Central el 01/01/2007 luego de la
evaluación clínica se decidió internar a la paciente en el servicio de cirugía con un
diagnóstico presuntivo de colecistitis litiásica que seguramente requería una
intervención quirúrgica, por lo que el Dr. Anibal Soler la ingresa en sala general para
realizar los estudios prequirúrgicos, y una vez confirmado el diagnóstico colecistitis
litiásica se fijó fecha para operarla el 08/01/2007, realizada la cirugía por el Dr. Soler y
los Dres. Chacón y Altamirano como ayudantes le extrajeron la vesícula biliar litiásica
para ser enviada a anatomía patológica; luego de la cirugía se le colocó a la paciente un
drenaje intraabdominal con salida al exterior para evacuar el líquido postoperatorio
intraabdominal, luego en la sala común se observa que la paciente tiene un alto drenaje
con líquido hemático por lo que luego de una interconsulta se le hace una nueva
intervención, estando en esta nueva oportunidad a cargo de la misma el Dr. Francisco
Zambudio y como ayudante los Dres. Pérez y Altamirano, quienes encuentran un
sangrado intraabdominal en napa del lecho vesicular en la cara inferior del hígado por
lo que se realiza un lavado y se colocan puntos y se le repone sangre. Posteriormente
ante la continuidad del sangrado es reoperada el 11/01/2007, esta vez el cirujano es el
Dr. Soler y ayudante el Dr. Zambudio, quienes observan la continuidad de la
hemorragia por lo cual le colocan compresas a presión en cara anterior del hígado, cara
lateral derecha y cara superior de la glándula hepática, también se abre la cápsula de
Glisson del hígado observando una hematoma en el lóbulo derecho. Siguen los
estudios, la evolución de la paciente es mala por lo que vuelven a realizar otra
interconsulta decidiendo realizar una hepatectomía ante el grave estado que presentaba
la paciente el 13/01/2007, en esta intervención el cirujano fue el Dr. Eduardo José
Casone y actuaron como ayudantes Zambudio, Chacón y Altamirano, la operación duró
desde las 11 hasta las 17 horas, observándose gran fragilidad del parénquima hepático,
que presentaba una patología preexistente de la paciente consistente en una
degeneración grasa (como si se tratara de un pan de manteca), observándose una gran
hematoma del lóbulo derecho el que se extrae realizándose la hemostasia
correspondiente, pasando luego la paciente sin sangrado a la UTI, donde la misma
presenta buena evolución, no obstante fallece el 18/01/2007. Luego sostiene que en la
historia clínica no surge, como afirma la actora, que en la primera operación realizada
por el cirujano Soler se le haya hecho un corte o lesión intraoperatoria en la vena
suprahepática. Sostiene que no hay una relación causal entre el sangrado y la primera
operación realizada por el cirujano en último término, afirma que en la segunda
operación tampoco hubo responsabilidad de parte del Dr. Jorge Omar Pérez. Luego
describe lo que se hizo en la operación realizada por el Dr. Soler y sus ayudantes
Zambudio y Altamirano el 11/01/2007. Sostiene que en la última operación a cargo del
Dr. Casone tampoco hubo error médico ya que la misma se efectuó con una técnica
correcta y adecuada consistiendo en una hepatectomía por necesidad, ya que era la
única posibilidad de salvar la vida de la paciente conforme a su estado. Agrega que
tampoco es cierto que el Dr. Casone hubiera sido a la fecha del suceso jefe del servicio
de cirugía del Hospital Central y que en todo momento el servicio de cirugía de dicho
nosocomio puso aptitud respecto de la paciente, al cual presentaba una patología
previa. Funda en derecho su presentación y en subsidio impugna el reclamo hecho en
la demanda por exagerado, ofrece pruebas.

A fs. 317/319 los Dres. Pérez, Casona y Soler ratifican lo actuado por el Dr.
Ibáñez.

A fs. 321/322 se presentan por derecho propio los co-actores MATIAS


GONZALO GAIA y FLAVIA ROMINA GAIA ya que los mismos han alcanzado la
mayoría de edad.

VIII. A fs. 333/338 la Dra. María Laura Negroni por FERNANDO


EMILIO CHACON se presenta a contestar la demanda solicitando su rechazo con
costas, hace una negativa general de todos los hechos expuestos en la demanda. Luego
sostiene que no se dan en autos los presupuestos de la responsabilidad civil, que no
existe una vena o arteria hepática que se denomine superior, tampoco surge de la
historia clínica que hubiera existido una sección de ninguna arteria y que esto no puede
haber ocurrido ya que el primer día del primer post-operatorio la actora evolucionó
bien, recién al segundo día apareció el mayor sangrado atribuible a diversas causas,
deslinda también la responsabilidad del Hospital y de los otros médicos, luego afirma
que en las intervenciones que realizó su representado lo hizó como primer y tercer
ayudante, el cual realizó tareas secundarias pero no utiliza instrumental agresivo. Todo
en función de ser un médico residente y del marco en que encuadra por los arts. 30 y
31 de la Ley 7.857. Luego cuestiona los daños reclamados y funda en derecho su
presentación.

IX. A fs. 345/349 el Dr. Ernesto Labiano en representación de


FEDERACIÓN PATRONAL SEGUROS S.A. acepta la citación en garantía dentro de
los alcances y extensiones de las condiciones particulares y generales del contrato de
seguro, reconoce como cierto que el Dr. Fernando Chacón tenía contratada una póliza
de seguro de responsabilidad civil de lesiones o muerte hacia terceras personas sobre su
actividad profesional, que por el contrato suscripto se cubre exclusivamente, tenía una
limitación de la responsabilidad hasta $ 75.000 con una franquicia por la cual este
participa en cada siniestro con un 1,5% sobre la suma asegurada, niega los hechos que
sirven de base a la demanda; niega la existencia de mala praxis y que se den los factores
de la responsabilidad civil para imputar a los profesionales por la muerte que tuvo la
señora Gaia, además afirma que el Dr. Chacón en la época en que se desarrollaron los
hechos objeto de la demanda era residente de 2° año de cirugía general del Hospital
Central encontrándose facultado para observar como se realizan las intervenciones y
algunas tareas accesorias menores que no han tenido relación causal alguna con el
deceso de la paciente. Agrega que el Dr. Chacón no practicó de modo alguno la cirugía,
no fue el médico tratante en ninguna oportunidad de los acontecimientos. Cuestiona
los montos reclamados. Ofrece pruebas.

X. A fs. 360/363 el Dr. Pedro García Espetxe contesta la demanda incoada


contra el Hospital Central en los presentes obrados solicitando su rechazo con costas a
la actora. Impugna los montos reclamados.

XI. A fs. 373/374 se hace lugar a la excepción de falta de personería interpuesta


por Triunfo Seguros teniendo por saneado el procedimiento.

XII. A fs. 414 la Dra. Stella Maris D�' Gregorio desiste del proceso incoado en
contra del Dr. Martín Altamirano, luego a fs. 416 desiste de la acción.

XIII. A fs. 420/421 se admiten las pruebas ofrecidas las que son diligenciadas
por las partes en la medida de su interés.

XIV. A fs. 763/765 la Dra. Stella Maris D�'Gregorio desiste de la acción


entablada contra el Dr. Francisco Zambudio.

Quedando a fs. 918 los autos a disposición de las partes para alegar, lo que hacen
los actores a fs. 936/940, el Dr. Ezequiel Ibañez por Triunfo Cooperativa de Seguros
Limitada a fs. 941/947, la Dra. María Laura Negroni a fs. 948/950 por Fernando
Emilio Chacón presenta alegatos, a fs. 951/953 obran los alegatos presentados por el
Hospital Central de Mendoza, mientras que a fs. 954/959 lo hace el Dr. Ernesto
Labiano por Federación Patronal Seguros S.A., y a fs. 960 lo hace la Dra. Alicia López
Revol por Fiscalía de Estado. Por lo que a fs. 963 quedan los autos para dictar
sentencia.

Y CONSIDERANDO:

I. En primer lugar aclaro que si bien desde el 1 de Agosto de 2015 ha


entrado en vigencia el nuevo Código Civil y Comercial, Ley 26.994, el mismo no debe
aplicarse al presente proceso ya que se trata de un hecho acaecido el 18 de Enero de
2007, si tomamos en cuenta el fallecimiento de la Sra Gaia derivado de una serie de
atenciones deficientes que se realizaron los días anteriores, por lo que la cuestión debe
resolverse por el C.Civil y las normas aplicable vigente en esa época, ya que la leyes no
tienen efecto retroactivo –esto como principio general- lo que surge del art. 7 de la
norma citada en primer término salvo a lo que las relaciones de consumo se refiere (es
el caso de autos) y algunas cuestiones específicas como es el plazo de prescripción, esto
está en consonancia con lo que disponía el art. 3 del derogado C. Civil (me refiero a la
norma citada del C. Civ y Com.).

II. Que para que haya responsabilidad en general se exige: a) Antijuridicidad;


b) dolo o culpa o un factor objetivo de atribución, c) relación de causalidad ente el
hecho y el daño y d) finalmente existencia del perjuicio.

Respecto a la responsabilidad del médico (en general se ha dicho que: hay


que recordar que ella es de tipo subjetivo para que existe debe haber culpa, así se ha
dicho que: "La responsabilidad profesional se halla sometida a los mismos principios que la
responsabilidad en general, y es aquella en la que incurre el que ejerce su profesión al faltar a los deberes
especiales que ésta le impone y requiere, por lo tanto, para suconfiguración, de los mismos elementos
comunes a cualquier responsabilidad civil. Cuando el profesional incurre en la omisión de las diligencias
correspondientes a la naturaleza de su prestación, ya sea por inexperiencia, imprudencia o negligencia,
falta a su obligación y se coloca en la posición del deudor culpable" (SCBA, 15/8/89, "Benavidez
Martha C/Ravenna Héctor y Otros, Ac. 40.456, L.L. 1.990-A-43).

Esta tesis se enrolada en el concepto genérico de culpa y lleva como


derivación lógica a aplicar el art. 512 del Código Civil a los supuestos de
responsabilidad profesional, siendo receptada mayoritariamente por la jurisprudencia
nacional y también se refleja en el criterio que surge de los fallos de nuestros máximos
tribunales. "El art. 512 participa de la apreciación de la culpa en concreto, o sea sobre la base de las
circunstancias relativas a las personas, tiempo y lugar del caso. Es decir que el Juez debe apreciar en
cada supuesto particular si el agente u obligado previó o pudo prever las consecuencias que derivaron de
su acto o de su omisión" (del fallo de primera instancia, J.A. 1.981-I-634, E.D., 90-302).
Que en el caso de autos, más allá de que se ha demandado a distintos
médicos que de alguna manera tomaron intervención en las cirugías que se le
practicaron a la occisa, que tenían distintos cargos responsabilidades y funciones –
argumentos de algunos demandados y de sus respectivas citadas para pretender
eximirlos de responsabilidad- estamos en presencia de un conjunto de especialistas que
intervienen en una fase determinada de la curación del paciente. La noción de equipo,
puede ser aceptada, pero completada, puesto que no todos los especialistas que
intervienen en una fase determinada de la prestación constituyen un equipo, incluso
puede no haber ninguna relación entre ellos e intervenir en una prestación en forma
independiente….. como regla general, en el equipo médico la elección no recae en el
paciente, porque el grupo está constituido de antemano o bien su creación ad hoc
responde a las directivas del médico tratante o de quien lo ofrece… en el equipo puede
haber una actuación sucesiva, en la que uno de los miembros puede hacer una parte de
la prestación y luego la continua otro, lo que es común en temas quirúrgicos; todo ello
sin consentimiento expreso del paciente respecto de la derivación interna… en resumen
“el equipo se caracteriza porque se ofrece una prestación a un grupo de sujetos, en
forma conjunta o sucesiva, no elegida por el solicitante, que actúan funcionalmente
separados pero en forma coordinada para el cumplimiento” (Lorenzetti, Ricardo Luis
“La empresa médica”, pág. 274, Rubinzal Culzoni, Santa Fé, 1998).

Que la argumentación de que en virtud de los artículos 30 y 31 de la Ley


7857 eximiría a los profesionales que se categorizan como médicos residentes, los que
indudablemente realizan tareas de menor importancia y dependen de sus superiores
jerárquicos, que son los distintos galenos que actuaron como cirujanos principales o lo
que se denomina jefe del equipo, a mi juicio no eximiría a dichos profesionales de la
responsabilidad común, máxime cuando en el caso evidentemente ha habido mala
praxis, en la cual no se puede determinar el momento preciso y la forma en que ocurrió,
dadas las cuatro cirugías practicadas a la paciente y su cuadro de evolución cada vez
peor, lo que la llevó a la muerte.

Para terminar con este tema de las responsabilidad común o conjunta de los
médicos co-demandados voy a citar un fallo Cámara Nacional Civil, Sala D, con el
Voto preopinante del Dres Bueres, seguramente uno de los que mejor ha estudiado la
responsabilidad de los profesionales del arte de curar en nuestro País, en el que se
expresó: que: “Está probado que los demandados tuvieron alguna participación más o
menos directa en la atención del paciente. Esta conexión es suficiente para tener por
conformado el nexo causal en su pirmera faceta (imputatio facti). Que está misma
conexión física sirva para tener por suficiente la adecuación de las
consecuencias……….Que entonces existe una responsabilidad colectiva, en la que
existiendo varios médicos, la responsabilidad se sustenta en el riesgo creado y sólo se
eximen probando que el interesado no participó del grupo o la identidad del causante.
Que sea la responsabilidad colectiva o no, incumbe a los demandados la prueba de las
eximentes, por aplicación de las cargas probatorias dinámicas” (Cámara citada, autos
“Calcaterra, Rubén C/Municipalidad de Buenos Aires”, L.L. 1991-D-466).

Que terminada de analizar la procedencia de la legitimación pasiva de todos


los médicos que intervinieron o formaron parte de las intervenciones, sangrado y luego
muerte de la Sra Gaia queda decir en primer lugar que es responsabilidad de equipo no
se enerva porque se trate de un Hospital Público, él es el que ponde el equipo para
atender a los enfermos que concurren a dichos centros de atención. Lo que se suma a
que el Hospital Central responde por el hecho de sus dependientes a los términos del
artículo 1113, primer párrafo del C.C. vigente a la fecha del hecho, teniendo además un
deber de seguridad a la luz del art. 5 de la Ley 24.240 y sus modificatorias.

Que ahora debe analizarse la responsabilidad por mala praxis en base al que para
mí es el elemento más importante, que es la Pericia Médica realizada por el Dr.
Fernando Enrique Cuartara a fs. 843/845, el cual en lo que aquí interesa ha sostenido
que: la paciente ingresa a la guardia del Hospital Central el 01/01/2007 con un cuadro
de distensión y dolor abdominal, siendo internada en el servicio de cirugía, según se
hace referencia se trata de un cólico vesicular. Luego el perito analizando la historia
clínica manifiesta que de la foja 57 de la misma se concluye que hay escaso riesgo
quirúrgico, fs. 63 se encuentra el protocolo quirúrgico de la cirugía del 08/01/07
practicada por el cirujano Anibal Soler con técnica de cirugía laparotomía con incisión
subcostal y la técnica de colecistectomía simple con drenaje abdominal. El perito sigue
analizando la historia clínica y habla de que 11/01/07 (en realidad debe leerse el día 10)
tiene un diagnóstico de abdomen agudo hemorrágico con tratamiento de transfusión y
compensación general. Evidentemente por ello (ver fs. 64 de la HC) se le realiza una
segunda cirugía a cargo del Dr. Zambudio con diagnóstico de abdomen agudo
hemorrágico y el tratamiento solo colocar spongostan en lecho vesicular para cohibir la
hemorragia y se deja drenaje. Luego se realiza una tercera cirugía el 13/01/07 a cargo
del Dr. Soler con diagnóstico de abdomen agudo postoperatorio hemorrágico, se
observa hematoma sobre el VI y el VII segmento y rotura de cápsula de Glison, se
coloca compresas para cohibir la hemorragia y se deja drenaje. Finalmente se hace una
cuarta cirugía a cargo del Dr. Zambudio con técnica de hepatectomía del lóbulo
derecho con ligadura de suprahepática derecha. En base a esto el perito concluye que
hay una complicación de hemorragia abdominal, razón por lo cual es operada por
segunda vez con colocación, para tratar dicho síntoma, de material hemostático en el
lecho vesicular, que es el espacio que queda luego de extraer la vesícula biliar. En sus
consideraciones médico legales a fs. 844 el Dr. Cuartara indica que luego de la primera
cirugía surge una complicación de hemorragia abdominal que se manifiesta casi en
forma inmediata en el postoperatoria ya que se había dejado un drenaje intraabdominal
lo que motiva la reintervención. También sostiene el experto que la reintervención se
debería haber efectuado más tempranamente ya que cuando la hemorragia no cede en
las primeras horas luego de tratar de frenarla con bloqueos hemostáticos en la presunta
zona de la hemorragia meritúa una reintervención más temprana. También agrega que
la segunda y la tercera intervención son meramente paliativas ya que la paciente debía
ser sometida a una cirugía de mayor complejidad que dejar compresas taponado la
hemorragia y efectuar lo que se hizo en la cuarta cirugía, que fue la única curativa con la
extirpación del lóbulo derecho del hígado, zona de una gran hematoma
paranquimastosa en el interior del Lóbulo Derecho que seguramente comprometía la
vena suprahepática que se había diagnosticado en el inicio de la tercera cirugía según
protocolo quirúrgico, vaso de gran calibre que cuando se lesiona puede verter gran
cantidad de sangre en poco tiempo y que no se soluciona con la compresión externa.
Por lo expuesto –afirma el perito- “es que no comprendo cómo no se efectúo la cirugía
curativa con anterioridad sobre todo cuando se diagnostican las hematomas”. Luego
afirma que también hay que decir que la gran mayoría de los sangrados postoperatorios
de una colecistectomía son provenientes del lecho vesicular con vasos lesionados en
pequeño calibre. Posteriormente a fs. 845 el Dr. Cuarta expresa que la causa del
fallecimiento fue por las complicaciones hemorrágicas que consumen los factores de
coagulación, ya que las transfusiones no terminan de compensar estas pérdidas, y
aparecen las complicaciones con las fallas multiorgánicas que son la causa del deceso.
Por último en la pericia se reitera que la paciente llega a enfrentar la cirugía con buen
estado de salud con antecedentes de H.A. compensados como se manifiesta en el
examen físico de ingreso. Que si bien la pericia ha sido observada todas las
observaciones han sido contestadas por el perito con buenos fundamentos a los que me
remito en mérito a la brevedad procesal.

III. En base a lo expuesto precedentemente, como ya anticipé, a mi juicio


hay responsabilidad de todo el equipo médico interviniente en las distintas operaciones
a la que fue sometida la occisa, la cual como se ha dicho en la pericia médica y en la
historia clínica ingresó al hospital Central para una cirugía de vesícula, la que es público
y notorio que no es una cirugía de mayor complejidad y riesgo, y ya de la primera
operación sufrió hemorragias las que si bien ha dicho el perito se solucionaron en la
cuarta operación hubo un encadenamiento de causas lo que en definitiva provocó el
fallecimiento de la Sra. Gaía.

IV. RESPONSABILIDAD DE TRIUNFO COOPERATIVA DE


SEGUROS LIMITADA y de FEDERACION PATRONAL SEGUROS S.A.: Al
respecto debo decir que las mismas han aceptado la citación en garantía, la primera
efectuada por los Dres. Eduardo Soler, Eduardo José Casone y Jorge Omar Pérez,
debiendo Triunfo responder hasta el límite de cobertura asegurada y con la franquicia
estipulada a cargo del asegurado tal como se especifica en la presentación del Dr.
Ezequiel Ibañez a fs. 304/304 vta.; mientras que Federación Patronal responde hasta el
límite de cobertura de $ 75.000 con una franquicia a cargo del asegurado del 1,5% sobre
el importe indicado precedentemente.
V. DAÑO: Que por el mismo se reclama: a) por daño emergente o lucro
cesante reclama $ 64.680 y b) por daño moral se peticionan $ 15.000 para cada uno de
los hijos.

a) Que evidentemente lo que hay en estos casos Daño Emergente o PÉRDIDA


DE CHANCE, sobre el punto valoro: “Que del art. 1.084 del C.Civil surge que en
caso de homicidio el autor tiene la obligación de pagar lo que fuere necesario para la
subsistencia de la viuda e hijos del muerto, quedando a la prudencia de los jueces, fijar
la indemnización y el modo de satisfacerla. “ Es que la muerte de una persona hace
nacer una acción resarcitoria a favor de cualquier persona que haya sufrido un perjuicio,
aunque sea de una manera indirecta (art. 1079 del C.Civil). El art. 1084 C.C. favorece a
ciertas personas con una presunción “iuris tamtum” de haber sufrido un perjuicio a raíz
del fallecimiento del ser allegado; su función es más bien procesal sin alterar el régimen
común sobre legitimación sustancial. En el caso de la viuda e hijos la ley se aparta del
principio general en cuya virtud todo aquél que invoca un daño debe probarlo y
presume la existencia de un perjuicio cierto, dejando librada a la prudencia de los jueces
la fijación del monto del resarcimiento. Mientras que cualquier damnificado indirecto
que se ampara en el art. 1079 del C.C. debe suministrar la prueba del daño sufrido , la
viuda e hijos del difunto están exentos de ese onus probandi, dada la presunción que
establece el art. 1084 del mismo cuerpo” (Conf. Kemelmajer de Carlucci, Aída, Código
Civil Anotado de Belluscio y Zannoni, Bs. As. Astrea, 1994, pág. 165; Cámara Civil
Primera, Autos “Carmona, Leonardo C/Morales Antonio por D y P., 19/3/98,
publicado en la Revista del Foro de Cuyo, Nº 29, pág. 134, año 1.998). Que también
se ha dicho que las indemnizaciones deben asegurar a los reclamantes las condiciones
de vivienda, salud, educación y esparcimiento razonablemente esperadas a partir de la
situación económica y expectativa del progreso del fallecido (fallo citado, pág. 135).
Que por supuesto se trata de una simple presunción que puede ser desvirtuada por los
accionantes, quienes pueden ampliar el daño resarcible demostrando que la victima
aportaba recursos que superaban los requerimientos existenciales básicos, o por el
accionado, quien a su vez puede probar que esos aportes eran insuficientes para
satisfacer lo necesario para la subsistencia reduciendo en consecuencia el monto a
otorgar.

Sobre el tema también se ha dicho que: “El concepto de lo necesario para la


subsistencia previsto en el art. 1084 del Cód. Civ. es equivalente al de alimentos del art.
372 del mismo cuerpo legal “ (CNCiv. Sala C, 4/10/93, Rep. J.A. 1984-446, Nº 186).
Que en otro caso se dijo: “La subsistencia a que alude el art. 1084 del Código Civil no
debe ser entendida con criterio restrictivo, sino como lo necesario para atender las
necesidades materiales y espirituales del damnificado, con el mismo alcance que el
empleado al fijar una cuota alimentaria” (Cciv. Com. San Martín, Sala II, 10/12/99,
LLBA, 1999_976).
Que aplicando estos principios al sub-lite entiendo que por un lado con las
partidas glosadas a fs. 2/5 de autos surge que la Sra. Gaía era madre de los cuatro
actores, en el caso de Guillermo Sebastían Soloa y Ximena Natalia Lourdes Soloa con
las partidas acompañadas está probado que al momento del fallecimiento de la occisa
eran mayores de edad, lo que también se lee en la demanda, mientras que Matías
Gonzalo Gaía y Flavia Romina Gaía eran menores, lo que no implica que aún los
mayores de edad puedan tener una ayuda de su madre, obviamente en el caso de los
menores, los que tenían 17 y 14 años a la fecha del deceso de su madre es de esperar
una ayuda mayor de naturaleza obligatoria hasta los 21 años de edad, ya que tiene que
alimentarlos, vestirlos, mandarlos al colegio, etc.. Que si bien no comparto la forma de
cálculo que toma el actor a fs. 15 vta., entiendo que como la indemnización por este
ítem se ha pedido en globo por la suma de $ 64.680 sin hacer ningún distingo entre los
cuatro actores lo que se suma a que han transcurrido más de 12 años del hecho dañoso,
época en la que la Argentina ha sufrido un proceso inflacionario altísimo gravemente
agudizado en lo últimos tres años y medio, el rubro debe prosperar como se pide por la
suma de PESOS SESENTA Y CUATRO MIL SEISCIENTOS OCHENTA ($
64.680) (Art. 90 inc 7 del CPC).

b) Daño Moral: Por el mismo se solicita $ 15.000 para cada uno de los actores.
Sobre el tema el mismo es de los llamados re ipsa, es decir que no requieren prueba
alguna. Sobre el tema se ha dicho que: “La existencia del daño moral se presume en el
caso de muerte de un progenitor, su prueba no es necesaria por tratarse de prueba "in
re ipsa", debido a que la muerte del padre es siempre un hecho de gran conmoción
espiritual” (Cuarta Cámara Civil, Expte: 50870, “ACEVEDO, YESICA ROMINA Y
OTS. C/ MUNICIPALIDAD DE MAIPU P/ D. Y P.”, 10/07/2015).

. Que en cuanto al monto en sí, atento al tiempo transcurrido, que evidentemente


en el caso de Matías Gonzalo GAía y Flavia Romina Gaía eran adolescentes a la época
de la muerte de su madre obviamente el suceso debe haber repercutido en mayor
medida por lo que les voy a otorgar la suma de $ 150.000 a cada uno de los mismos
mientras que a Guillermo Soloa y Ximena Soloa, mayores de edad a la época del hecho
le otorgo $ 100.000 a cada uno. Por lo que el rubro prospera por la suma de PESOS
QUINIENTOS MIL ($ 500.000), estimados a la fecha de la presente resolución (art. 90
inc 7 del CPC), aclarando que no incurro en extra petitio ya que en la demanda se dejó
sujeto el monto de condena a lo que en más o menos resultara de la constancia de
autos.

VI. Sumados los rubros reclamados se arriba a una indemnización total,


única y global de PESOS QUINIENTOS SESENTA Y CUATRO MIL
SEISCIENTOS OCHENTA ($ 564.680) estimados al momento de la presente; monto
al que deberá adicionársele el interés previsto en la Ley 4087 desde el fallecimiento de la
madre de los actores ocurrido el 18/01/2007 y hasta el 29/10/2017, debiendo a
partir del 30/10/2017 aplicarse la tasa para línea de préstamos personales del Banco
de la Nación Argentina denominada “libre destino” a 36 meses hasta su total
cancelación, sin perjuicio de que dicha tasa podrá ser reducida por el Tribunal a pedido
de parte y conforme a las circunstancias acreditadas en el caso de autos, todo de
conformidad con lo establecido en el fallo plenario N° 1300845768 – 3/1 caratulados
“CITIBANK N.A. en juicio 28144 “ Lencinas, Mariano C/ Citibank N.A. P/ Despido
P/ REC. EXT. – DE INCONSTITUCIONALIDAD CASACIÓN”. Que acá cabe
hacer algunas consideraciones, en primer lugar debe destacarse que los fallos plenarios
son de aplicación obligatoria para los tribunales de grado (art. 149 del CPC); que por
otro lado el fallo expresamente dice que la nueva tasa, la cual reemplaza a la fijada en el
plenario “Aguirre” debe aplicarse desde su dictado, lo que ocurrió el 30/10/2017. Por
otro lado en el presente caso se trata de “obligaciones de valor” cuyo monto se
determina en la sentencia por lo que antes de la fecha del plenario como dice en su
fundado voto el Dr. Julio Ramón Gómez en función de lo normado por el art. 772 del
CCC, a la suma que fije el Juez en la sentencia debe adicionársele los intereses de la Ley
4087 desde la fecha del hecho hasta el dictado de la sentencia que fija los valores.
Entendiendo – en mi modesta opinión – que como esta sentencia se dicta en una fecha
posterior al plenario no corresponde aplicar la tasa prevista en el plenario Aguirre,
también debo decir que tradicionalmente he seguido el criterio de aplicar la tasa de la
Ley 4087 hasta el dictado de la sentencia que es la fecha -a mi juicio. Cuando las
obligaciones de valor se transforman en obligaciones o deudas dinerarias, pero como el
Plenario recientemente dictado por el superior Tribunal de la Provincia es claro de que
la nueva tasa debe aplicarse a partir del dictado del mismo me voy a apartar del criterio
que he consignado y el cual he seguido en anteriores pronunciamientos, siendo claro
que se la obligación originalmente de valor se transforme en dineraria se aplica la Ley
9041 a partir del 2 de Enero de 2018 la cual expresa en su artículo primero que: de
conformidad a lo establecido en el art. 768 del CCC de la Nación la presente Ley tiene
por objeto establecer la tasa de interés moratorio para las obligaciones de dar dinero, la
cual a falta de acuerdo entre las partes o ausencia de otra ley especial aplicable al caso
tendrán una tasa de interés moratorio equivalente a la evolución de la serie de
UNIDAD DE VALOR ADQUISITIVO (U.V.A.) que publica el Banco Central de la
República Argentina, la cual correrá hasta la total cancelación o hasta que haya un
nuevo capítulo que modifique la saga de leyes y fallos que se han dado en nuestro país
en materia de intereses.

Acá debo tener en cuenta también que los actores desistieron de la demanda
incoada contra Francisco Zambudio, por lo que el mismo no debe ser condenado, lo
mismo que ocurre respecto del Dr. Martín Altamirano del que también se desistió.

Por lo expuesto, normas citadas y constancias de autos.

RESUELVO:
I. Hacer lugar a la demanda instaurada por GUILLERMO SEBASTIAN
SOLOA, XIMENA NATALIA LOURDES SOLOA, MATIAS GONZALO GAIA y
FLAVIA ROMINA GAIA, hoy todos mayores de edad, en contra de ANIBAL
SOLER, EDUARDO JOSÉ CASONE, FERNANDO CHACÓN, JORGE PÉREZ,
HOSPITAL CENTRAL, TRIUNDO COOPERATIVA DE SEGUROS LIMITADA
y FEDERACION PATRONAL SEGUROS S.A. y en consecuencia condenar a estos
a abonarle a los actores la cantidad única y global de PESOS QUINIENTOS
SESENTA Y CUATRO SEISCIENTOS OCHENTA ($ 564.680), dentro del plazo
de DIEZ DÍAS de firme y consentida la presente; con más los intereses detallados en
el considerando. Aclarando que las citadas en garantía sólo responden hasta el monto
nominal de la suma asegurada a los respectivos profesionales asegurados, los cuales
responden por la franquicia a su cargo, según ya se explicara en el considerando.

II. Imponer las costas a los demandados vencidos (arts. 35 y 36 del C.P.C.).

III. Regular los honorarios de la Dra. STELLA MARIS


D�'GREGORIO en la suma de PESOS NOVENTA MIL TRESCIENTOS
CUARENTA Y OCHO ($ 90.348), del Dr. GUSTAVO PELLIZA en la suma de
PESOS TREINTA Y TRES MIL OCHOCIENTOS OCHENTA ($33.880), del Dr.
BRUNO EDUARDO VIOTTI en la suma de PESOS VEINTIUN MIL ($ 21.000) , del
Dr. ERNESTO ALEJANDRO LABIANO en la suma de PESOS VEINTITRÉS MIL
SETECIENTOS DIECISÉIS ($23.716), del Dr. JUAN PABLO BECERRA en la suma de
PESOS TREINTA Y UN MIL SEISCIENTOS VEINTIDOS ($ 31.622 ), de la Dra.
PAOLA CASALE en la suma de PESOS DIEZ MIL QUINIENTOS CATORCE ($
10.514), de la Dra. VIRGINIA SOLEDAD CASTILLA en la suma de PESOS
VEINTIUN MIL SESENTA Y OCHO ($ 21.068), de la Dra. MARIA LAURA
NEGRONI en la suma de PESOS TREINTA Y NUEVE MIL QUINIIENTOS
VEINTISIETE ($ 39.527), de la Dra. ALICIA PUERTA DE CHACON en la suma de
PESOS TREINTA Y UN MIL SEISCIENTOS VEINTIDOS ($ 31.622), del Dr.
EZEQUIEL IBAÑEZ en la suma de PESOS SESENTA Y TRES MIL DOSCIENTOS
CUARENTA Y CUATRO ($ 63.244) y de la Dra. MARIA DEL PILAR VARAS en la
suma de PESOS TREINTA Y UN MIL SEISCIENTOS VEINTIDOS ($ $ 31.622), sin
perjuicio de los complementarios que correspondan (Art. 2, 3, 4 y 31 de la Ley 9131
TO).

Respecto de los abogados de la Fiscalía de Estado y del Hospital Central estése a lo


normado por la Ley 5394.

IV. Regular los honorarios del perito médico clínico, FERNANDO


ENRIQUE CUARTARA, en la suma de PESOS VEINTIDOS MIL QUINIENTOS
OCHENTA Y SIETE ($ 22.587),estimados a la fecha de la presente resolución (art. 184
del CPCCYT de la Provincia de Mendoza).
CUMPLASE – NOTIFIQUESE.

RAS

Firmado:

DR. RICARDO SANCHO


Juez

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