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220 - Lo sagrado y lo secular

La belleza en la. religión - 221


za. El esteta disfruta de las cosas bellas, como una persona
. al culto de Dios. Esta correcta apreciación de la belleza es,
paladea el buen vino. No se acerca a ellas con el respeto y la
. más bien, una consecuencia orgánica del respeto, del amor de
comprensión del valor intrínseco que exige una respuesta ade-
, , Cristo del acto mismo de la adoración.
cuada, sino como a fuentes de mera satisfacción subjetiva.
. Pero, desgraciadamente, algunos católicos pretenden, hoy
Aunque tenga un gusto refinado y sea un a�mi�a�le con_oce-
día, que este deseo de dotar de belleza al culto se opone a la
dor, la actitud y visión del esteta no hace justicta-eposible-
pobreza evangélica. Parece que, a menudo, este grave er:or
mente--a la naturaleza de la belleza. Por encima de todo, el
está apoyado por sentimientos de culpabilidad por haber s�do
esteta es indiferente a todos los demás valores que puedan ser
indiferentes a las injusticias sociales y por haber desatendido
inherentes al objeto. Cualquiera que sea el tema de una situa-
las pretensiones legítimas de los pobres. En nombre de la po-
ción lo contempla únicamente desde el punto de vista de su
breza evangélica se nos dice-entonces-que las iglesias de·
disfrute o placer estético. Su falta no consiste en sobreestimar
berían estar desnudas y deberían respirar sencillez y carencia
el valor de la belleza, sino en ignorar los demás valores fun-
de toda clase de adornos innecesarios.
damentales y, por encima de todo, los valores morales.
Pero lbs católicos que sugieren esto confunden la pobreza
El enfoque de una situación desde un punto de vista que
evangélica con el carácter prosaico y monótono del mundo
no corresponda a su tema objetivo es siempre una gran per-
moderno. Han perdido de vista que la sustitución de la belle-
versión. Por ejemplo, es perverso que una persona, ante un
za por la comodidad y por el lujo que la comodidad suscita
drama humano que reclama compasión, simpatía y ayuda,
' con frecuencia, se opone mucho más a la pobreza evangélica
adopte una actitud como si se hallase ante un simple objeto
de lo que la belleza-incluso en sus formas más exuberantes-
de estudio psicológico. Convertir el análisis científico en el
podría oponerse jamás. La noción funcionalista de lo super-
único punto de vista que determine toda actitud, es una pos-
fluo es muy ambigua, es hija simplemente del utilitarismo.
tura que carece radicalmente de objetividad y que incluso
Contradice a las palabras de Nuestro Señor: "No sólo de pan
llega a ser repulsiva. No tiene en consideración y anula el
vive el hombre." En la New Tower of Babel hemos intentado
tema objetivo. Aparte de ignorar todos los otros puntos de
mostrar que toda cultura es un don abundantísimo, algo que
vista que no sean el "estético", y todos los demás temas que
tendrá que parecer superfluo a la mente utilitaria. Pero, ¡ gra-
no sean el de la belleza, el esteta deforma también la verda-
cias a Dios! , no ha sido ésta la actitud de la Iglesia y de los
dera naturaleza de la belleza en su profundidad y grandeza.
creyentes a través de los siglos. San Francisco, que en su pro-
Como hemos mostrado ya en otras obras, toda idolización de
pia vida practicó la pobreza evangélica, y, por cierto, hasta
un bien impide necesariamente la comprensión de su verdade-
· un grado extremo, no pretendió nunca que las iglesias debie-
ro valor �. la mayor y más· auténtica apreciación de un bien
ran estar áridas, desnudas y carentes de belleza. Lejos de eso,
es posible únicamente cuando lo vemos situado en s� lugar la iglesia y el altar nunca eran demasiado hermosos para él.
objetivo dentro de la jerarquía del ser, marcada por Dios. Lo mismo podríamos decir de los sentimientos del Cura de
Si alguien se negara a asistir a misa porque la iglesia era
Ars o de Santa Teresa de Jesús 3•
fea o la música mediocre, sería culpable de esteticismo, por-
Se produce una ridícula paradoja cuando-en nombre de la
que trataría de sustituir el punto de vista religioso por el pun-
: pobreza evangélica-se derriban iglesias muy valiosas desde
to de vista estético. Pero es la antítesis misma del esteticis-
. el punto de vista artístico 4 y se las reemplaza (con grandes
mo el apreciar la gran función de la belleza en la religión, el
· desembolsos) por iglesias prosaicas y desnudas. No es la be-
comprender tanto el papel legítimo que la belleza ha de desem-
lleza y esplendor de la iglesia, la casa de Dios, lo que resulta
peñar en el culto como el deseo de las personas religiosas de
revestir de la máxima belleza todas las cosas que pertenecen
3
Véase: Santa TERESA DE JESÚS, Vida, capítulo 9 y otros.
• Véanse también los capítulos m y IV. ' Véase, por ejemplo:
, rfs 1965, p. 175.
MicHEL DE SAINT PIBRRE, Sainte Colere, Pa-
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incompatible con el espíritu de pobreza evangélica y lo que .ni mucho menos, una cosa abstracta, y se dirige no sólo a nues-
causa escándalo a los pobres, sino la comodidad y lujo inne- tro entendimiento o fe desnuda, sino que habla-y de innuine-
cesarios que se hallan hoy día muy difundidos. Si el clero de- - rábles maneras-a toda la persona humana. Sumerge al creyen-
sea volver a la pobreza evangélica, deben reconocer que en - te en la atmósfera sagrada de Cristo por medio de la sagrada
países como los Estados Unidos y Alemania el clero posee .- belleza y esplendor de las iglesias, por medio del color y her-
los coches más elegantes, las mejores cámaras fotográficas y mesura de los ornamentos, por medio del estilo del lenguaje y
los aparatos de televisión más perfeccionados. Beber y fumar •· de la sublime música del canto gregoriano.
mucho es claramente opuesto a la pobreza evangélica. Pero, - Algunas veces, los católicos progresistas pretenden que los
indudablemente, no lo es la belleza y esplendor de las iglesias. que se oponen a la iconoclastia moderna lo hacen porque se
Por un lado, se pretende que las iglesias deberían estar preocupan de cosas "que no son esenciales" 5.
desnudas. Mas, por otro lado, en las parroquias y en los re- Indudablemente, no es esencial que la iglesia en la que se
cintos universitarios de las universidades católicas, se levan- celebra. ,la santa misa y en la que los fieles reciben la sazrada
::,
tan feos edificios para asuntos sociales, edificios que están comunion, sea hermosa. Unicamente son esenciales las palabras
dotados de toda clase de lujo innecesario. Y eso se hace en · que sirven para realizar la transustanciación. Si esto es lo que
nombre del interés social y del espíritu comunitario. Incluso · nos quieren decir, entonces no pondremos objeción alguna. Pero
en los conventos hallamos cosas como ésas. Tales estructuras . si por "no-esencial" se entiende "insignificante" (carente de
nuevas no sólo se oponen a la pobreza evangélica, sino que, significación), si se entiende que cosas tales como la belleza de
además, exhalan una atmósfera específicamente mundana. Las , la iglesia, la liturgia y la música son "triviales", entonces esta
butacas reclinables y las tupidas alfombras tienen insana blan- acusación está muy equivocada 6, porque hay profunda rela-
dura. Esas edificaciones combinan mañosamente tres cualidades . ción entre la esencia de algo y su expresión adecuada. Así ocu-
negativas: son edificios caros (lo cual se opone directamente - rre específicamente con la santa misa.
a la pobreza evangélica), feos, e invitan a una indulgencia con- La manera de presentar este misterio, su apariencia sensi-
sigo mismo que caracteriza muy bien la degeneración que ame- ble, desempeña un papel definido y no puede considerarse como
naza al hombre en nuestros días. cosa sujeta a cambio arbitrario 7, aunque no quepa duda de
Algunas veces, los argumentos en favor de la iconoclastia
• Véase, a propósito de esto y de lo siguiente, la "Constitución sobre
adoptan una forma distinta. Podemos escuchar a veces a los la sagrada Liturgia", nn. 5-11.
sacerdotes que la santa misa es una cosa abstracta, y que, por '_,· · • Santa Teresa de Jesús escribe en su vida, refiriéndose al año 1572:
tanto, las iglesias-y especialmente el altar-deberían estar �- Había leído en un libro que era imperfección poseer imágenes tra-
desnudos. Pero, en realidad, la santa misa es un misterio in- ·bajadas artísticamente. Por eso no quise ya tenerlas en mi celda. Aun
creíble que trasciende toda nuestra comprensión racional. Pero �l!>ntes de haber leído esto, me parecía a mí que era conforme a la po-
-�:teza tener sólo imágenes de papel. Y por tanto no quería tener otras.
no es, ·ni mucho menos, una cosa abstracta. Pero, cuando menos lo pensaba, escuché las palabras del Señor: No 'es
Lo abstracto es específicamente racional y se opone a lo sa buena clase de mortificación. Porque ¿qué es mejor: la pobreza o
real, a lo concreto, a lo individual. El mundo de lo sobrena- amor? Puesto que el amor es mejor, no renuncies tú misma ni hagas
'tural, la realidad que ha sido revelada, trasciende y sobrepasa nunciar a tus hermanas o algo que suscita el amor. El libro habla
icamente de los adornos superfluos y de la ornamentación-e-demasiado
el mundo de lo racional, pero esto no implica ningún contras-. ca-de las imágenes, y no de las imágenes mismas. Es un ardid del
te con lo real o concreto. Por el contrario, es la realidad úl- ernigo malo el inspirar a los herejes que se sirvan de todos los medios
tima, absoluta, aunque invisible. La misa, pues, es el epítome _ a impedir que se suscite la devoción, a fin de precipitar a las per-
de la realidad concreta, de un nunc ("ahora"), porque Cristo as en la corrupción. Hijas mías, los cristianos fieles deben hacer
hoy más que nunca-lo contrario de lo que ellos hacen. (Cita no
mismo está verdaderamente presente. - al: advertencia del traductor.)
El poder e impacto existencial de la Sagrada Liturgia están __
7
"Constitución sobre la sagrada Liturgia", 22:
enraizados precisamente en el hecho de que la liturgia no es, ' "La. reglamentación de la. sagrada Liturgia es de la competencia ex-
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que la cosa expresada sea incomparablemente más importante alas." Más aún, la belleza sagrada conectada con la liturgia no
que su expresión. A pesar de que el verdadero tema de la misa pretende nunca ser temática, como lo pretende en una obra de
es hacer presente el misterio del sacrificio de Cristo en. la cruz arte. Sino que, como expresión, tiene más bien una función
y celebrar el misterio de la eucaristía, hay que dar gran impor- de servicio. Lejos de oscurecer o reemplazar el tema religioso de
tancia-no obstante-a la atmósfera sagrada engendrada por las la liturgia, ayuda a que ese tema resplandezca más.
palabras, las actividades, la música de acompañamiento y la igle- Valor no es sinónimo de cosa indispensable. El principio
sia en la cual se celebra la solemnidad. No debemos creer que básico de la superabundancia en toda la creación y en toda cul-
ninguna de esas cosas tenga simplemente interés estético. tura se manifiesta precisamente en valores que no son indis-
En contraste con todos los desprecios gnósticos hacia la pensables para un cierto fin o tema. La belleza de la naturaleza
materia y la expresión externa, se halla el principio específica- no es indispensable para la economía de dicha naturaleza. Ni
mente cristiano de que las actitudes espirituales han de hallar la belleza de la arquitectura es indispensable para nuestras vi­
también su expresión adecuada en la compostura de nuestro das. Pero el valor de la belleza en la naturaleza y en la arqui-
cuerpo, en nuestros movimientos y en el estilo de nuestras pa- tectura no queda disminuido por el hecho de que se trate de
labras. Toda la liturgia está impregnada de este principio. De puro don que sobrepasa abundantísimamente la mera utilidad.
manera semejante, el recinto o edificio en el que se celebran Así que la belleza tiene importancia no sólo cuando es el tema
las sagradas solemnidades debe exhalar una atmósfera que co- (como en la obra de arte), sino tamhién cuando tiene una fun-
rresponda a las cosas sagradas. Claro está que la realidad de ción de mero servicio en favor de otro tema. Acentuar que la
esos misterios no queda afectada si su expresión es inadecuada. liturgia ha de ser bella no sólo equivale a colorear la religión
Pero hay un valor específico en que se les dé expresión ade- con una visión estética. El deseo de que la liturgia sea bella
cuada. nace sencillamente del sentido del valor específico que reside
¡ Qué equivocados están, por tanto, los que creen que la be­ en que la expresión sea adecuada.
lleza de la iglesia y de la liturgia es algo que podría distraernos La belleza y atmósfera sagrada de la liturgia no son única-
y apartarnos del verdadero tema de los misterios litúrgicos mente algo precioso y valioso como tal (como expresiones ade-
para llevarnos a algo que fuera superficial! Los que pretenden cuadas de los actos religiosos de culto), sino que también son
que la iglesia no es un museo, y que el hombre verdaderamente de gran importancia para el desarrollo de las almas de los cre-
piadoso es indiferente a esas cosas accidentales, no hacen más yentes. Los partidarios del movimiento litúrgico acentúan sin
que mostrar su ceguera para el gran papel que desempeña una cesar que las oraciones e himnos sensibleros y empalagosos de-
expresión adecuada (y bella). En último sentido se trata de una forman el ethos religioso del creyente. Apelando a centros del
ceguera 'para la naturaleza del hombre. Aunque pretenden ser hombre que distan mucho de lo religioso, le atraen a una atmós-
"existenciales", esas personas siguen siendo muy abstractas. Ol- fera que oscurece y empaña la faz de Cristo. Por tanto, la be-
vidan que la auténtica belleza contiene un mensaje específico lleza sagrada es de gran importancia para la formación del ver-
de Dios: un mensaje que eleva nuestras almas. Como dijo Pla- dadero ethos del creyente. En la obra Liturgie und Person­
tón: "Ante la visión de la belleza, a nuestras almas les crecen lichkeit (hay traducción castellana: Liturgia y personalidad)
habl� Y� detenidamente acerca de la honda función que la li-
elusiva de la autoridad eclesiástica; ésta reside en la Sede Apostólica y, turgia tie�e para nues�a santificación, a pesar del hecho _de que
en la medida que determine la ley, en el Obispo. la adoración es más bien el tema de la liturgia. En la liturgia
En virtud del poder concedido por el derecho, la reglamentación de alabamos y damos gracias a Dios y compartimos el sacrificio
las cuestiones litúrgicas corresponde también, dentro de los límites esta· y la oración de Cristo. La liturgia, al invitarnos a 'orar-con
blecidos, a las competentes asambleas territoriales de Obispos de dis- Cristo- a Dios, desempeña también un papel fundamental en
tintas clases, legítimamente constituidas.
Por lo cual nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa n�es�ra transformación en Cristo. Y este papel no queda res-
alguna por iniciativa propia en la Liturgia." tringido a la parte sobrenatural de la liturgia, sino que perte-
EL CABALLO DB TROYA ... -15
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nece también a su forma, a la sagrada belleza encarnada en las del incienso realiza, en este sentido, una función. La utilización
palabras y en la música de la santa misa o del oficio divino. Me- de todas las vías que puedan introducirnos en el santuario es
nospreciar este hecho es señal de gran primítividad, mediocri- algo profundamente realista y profundamente católico, Es algo
dad y falta de realismo. verdaderamente existencial. Y desempeña un gran papel ayu-
; Una de las grandes metas del movimiento litúrgico ha sido dándonos a elevar nuestros corazones.
reemplazar oraciones e himnos inadecuados por el texto sa- Mientras que es verdad que consideraciones de tipo pasto-
grado de las oraciones litúrgicas oficiales y por el canto grego- ra! pued�m hacer aconsejable el uso de la lengua vernácula, la
riano. Sin embargo, hoy día estamos presenciando un desman- misa . latma-como mi�a silenciosa, como misa dialogada, y
telamiento de ese movimiento litúrgico, ya que muchos tratan especialmente como misa cantada con canto gregoriano-no
de sustituir el sublime texto latino de la liturgia por traduc- de?ería abandonarse nunca. No se trata de permitir que la misa
ciones a la jerga vernácula. Cambian incluso la liturgia misma latma sobreviva provisionalmente hasta que los fieles se acos-
para "adaptarla a nuestros tiempos". El canto gregoriano está tumbren a la misa en lengua vernácula. Como afirma claramente
siendo reemplazado en el mejor de los casos por música me- la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, se permite la lengua
diocre, y en el peor de los cas�s por el jazz o por el rock and vernácula, pero la misa latina y el canto gregoriano conservan
roll. Esas sustituciones grotescas ocultan inmensamente más el toda s� impor�ancia _9• Tal fue la intención del motu propio de
Espíritu de Cristo que los antiguos tipos· sentimentales de San P10 X, quien afirmó que la atmósfc-a sagrada única de la
devoción. Esos tipos, indudablemente, eran inadecuados. Em- dicción de la misa latina, así como también el canto gregoria-
pero el jazz no sólo es inadecuado, sino que es la antítesis no, �eberían formar la piedad de los fieles. Así, pues, las exi-
misma de la atmósfera sagrada de la liturgia. Es más que una gencias de muchos católicos Una Voce no están dirigidos con-
deformación. Atrae a los hombres para llevarlos a una atmós- tra el uso de la lengua vernácula, sino contra la creciente eli-
fera específicamente mundana. Habla a algo que hay en los minación de la misa latina y del canto gregoriano. Piden sim-
hombres que los hace sordos para escuchar el mensaje de plemente que se siga de veras la Constitución sobre la Litur-
Cristo 8• gia io.
Incluso cuando la belleza sagrada es reemplazada, no por Sin embargo, algunos católicos hoy día expresan el deseo de
la vulgaridad profana, sino por abstracciones neutras, esto tiene cambiar la forma externa de la liturgia, adaptándola al estilo de
serias consecuencias para las vidas de los creyentes. Porque, vida de nuestra época desacralizada. Tal deseo indica una ce-
como hemos indicado, la liturgia católica es excelente por ha- guera para la naturaleza de la liturgia, así como también una
blar a la personalidad integral del hombre. Los fieles no son falta de respeto y gratitud hacia los sublimes dones de dos mil
atraídos· al mundo de Cristo únicamente por el punto de con- años de vida cristiana 11• Delata una ridícula seguridad de sí
tacto de su fe o de símbolos estrictamente tales. Sino que, ade- mismos y notable engreimiento el creer que esas formas tradi-
más, son elevados a un mundo superior por la belleza de la cionales se pueden sustituir por otra cosa mejor. Y este engrei-
iglesia, por su atmósfera sagrada, por el esplendor del altar, por miento es especialmente inconsecuente en los que acusan a la
el ritmo de los textos litúrgicos, por la sublimidad del canto Iglesia de "triunfalismo". Por un lado, consideran como falta de
gregoriano o por otra clase de música verdaderamente sacra, humildad la pretensión de la Iglesia de que, ella sola, posee la
verbigracia, por una misa de Mozart o de Bach, Hasta el aroma plena revelación divina (en vez de darse cuenta de que esta
pretensión está enraizada en la naturaleza misma de la Iglesia
a Véase la "Constitución sobre la sagrada Liturgia", 124:
"Procuren cuidadosamente los obispos que sean excluidas de los tem-
plos y demás lugares sagrados, aquellas obras artísticas que repugnen a Véase la_ "C�nstitución sobre la sagrada Liturgia", 54, 116.
1:
la fe, a las costumbres y a la piedad cristiana y ofendan el sentido au- Véase mi articulo: The Case for Latin Mass, en "Triumph" I nú-
ténticamente religioso, ya sea por la depravación de las formas, ya sea mero 2 (octubre de 1966). '
11
por la insuficiencia, la mediocridad o la falsedad del arte." Véase la "Constitución sobre la sagrada Liturgia", 112.
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to tienen una irradiación singularísima. No sólo suscitan un sia ortodoxa? ¿No pertenece a la esencia del mensaje de Cristo
mundo sagrado, sino que en ellas hay también una fecundidad el que, tanto por su contenido como por su expresión literal,
y vigor misterioso e inagotable. La sencillez y realismo de las transporte a los hombres desde la cambiante atmósfera de
palabras de Jesús están inmersos en una atmósfera intemporal este mundo hasta el mundo santo, el mundo de Dios?
y divina. Han conmovido a innumerables almas durante dos Es un error fundamental creer que el mensaje divino hay
milenios: desde la persona más sencilla e ingenua hasta los que presentarlo en vasos profanos y seculares a fin de que se
mayores genios. Han cambiado sus vidas y les han mostrado convierta en parte orgánica de la vida de los creyentes. An-
el camino de la salvación. El sonido de las palabras de Cristo tes al contrario, toda la liturgia se basa en el principio de que
-ese sonido que tienen en el texto que poseemos-es insus- los misterios del culto divino deben presentarse en vasos que,
tituible. en cuanto sea posible, irradien una atmósfera que correspon-
¿Será casualidad que Jesús haya nacido en Belén, en Pa- da a la sacralidad de su contenido.
lestina, en un momento determinado de la historia? La elec- En vez de eso, hallamos hoy una tendencia ¡ a traducir el
ción del tiempo y del lugar, ¿no pertenecerá también al plan Nuevo Testamento en un lenguaje familiar descuidado, por
salvífica y a la revelación de Dios? ¿ Y no habrá que recibir no decir vulgar! Pero esto es-¡repitámoslo!-un gran error.
y acoger con el máximo respeto el texto evangélico del men - Se olvida que Cristo es plenamente hombre y plenamente
saje de Cristo, tal como ha sido trazado por los evangelistas, Dios, que su humanidad es santa; que Cristo es Dios y hom-
quienes lo tomaron de la tradición viva y santa de la naciente bre en la unidad de una sola persona. Por tanto, su humani-
Iglesia? ¿No fueron esas palabras la sal de toda la liturgia dad irradia una indescriptible santidad. En efecto, esa santi-
y la energía que fecundó la vida y el pensamiento de los Pa- dad de la humanidad de Cristo es precisamente el fundamen-
dres y Maestros de la Iglesia? ¿ Qué habría sido de la Iglesia to de nuestra fe. Esa epifanía de Dios en Jesús es la que
si en cada generación un nuevo texto evangélico se hubiera subyugó a los Apóstoles y les impulsó a seguir a Cristo relic­
acomodado al correspondiente estiló de la época? ¿ Qué ha- tis omnibus ("dejadas todas las cosas"). Se trata de la santa
bría ocurrido, si en el siglo xvm se hubiera hecho una redac- humanidad de Cristo, la cual está más allá de todos los po-
ción racionalista de las palabras de Jesús, y a principios del sibles ideales forjables por hombres, y que nos mueve, por
siglo XIX una redacción romántica, y así sucesivamente? tanto, a adorarle como Dios-Hombre. Presentar las palabras
¿No pertenece a la esencia misma de la revelación divina de Cristo de una manera vulgar y cotidiana, es una manera de
el que el texto del mensaje de Cristo, en su hermosura sin destruir en las almas de los fieles la imagen de Cristo y
igual, siga resonando a través de todos los siglos, con su at- de poner en peligro su fe. Si todos los profetas nos hablan
mósfera intemporal (y, al mismo tiempo, tan cercana a todos en tono solemne, si las cartas de San Pablo, de San Pedro y de
los tiempos) y sagrada y su poder jamás disminuido? ¿No San Juan expresan de manera excelsa y solemne la revelación
pertenece a la naturaleza de la revelación divina el que esas de Cristo, sólo una audacia aventurera ha podido mover a unos
palabras sean independientes de todos los estilos y modas y hombres a traducir las palabras: Amen, amen, dico vobis ("En
de todas las formas especiales de expresión que son caracte- verdad, en verdad, os digo") por expresiones tan vulgares como
rísticas de una época determinada, de todo dialecto y de todo Let me tell you ("Os diré"). Tales personas no se han fijado
lenguaje familiar? ¿Acaso una historia de dos milenios no en que hay un texto de suprema importancia profética : "El
ha demostrado esa plenitud inagotable no sólo del contenido cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán."
sino también de la singularísima expresión de la Sagrada Es­ Se arrebata al estilo toda su solemnidad y grandeza. Se le
critura? ¿Acaso su expresión no ha sido conservada respe- quita eso que es siempre inherente a los textos religiosos, prin-
tuosamente por todos los protestantes, por no hablar de la Igle- cipalmente a las palabras de los profetas del Antiguo Testa-
232 - Lo sagrado y lo secular

mento, y, sobre todo, al mensaje del Dios-Hombre Cristo.


Y todo eso se hace con la pretensión de acercar más a los
hombres el mensaje de Cristo. Ahora bien, ese esfuerzo psi-
cológicamente torpe y primitivo conduce en realidad a velar
la imagen de Cristo y a socavar la fe en su mensaje.

Capítulo XXVIII

La tradición

Hemos hablado ya del desastroso destronamiento de la


verdad y del valor, que el relativismo histórico lleva consigo.
Hemos acentuado también que esa enfermedad espiritual se
ha difundido bastante entre los católicos progresistas. Vamos
ahora a estudiar el hecho paradójico de que el relativismo
histórico priva a la historia de su naturaleza y significado.
Por un lado, los propugnadores del relativismo histórico tra-
tan de convertir la historia en la medida última de todas las
cosas. Desean absolutivizar la historia. Por ejemplo, se ha
puesto de moda entre los católicos progresistas el hablar de
las "responsabilidades del hombre para con la historia" (nues-
tras responsabilidades para con Dios quedan relegadas-de al-
gún modo-al trasfondo). Mas, por otro lado, el destronamien-
to de la verdad y la negación de todos los valores objetivos tie-
ne como consecuencia la destrucción de la tradición. Y esto
significa negar todo sentido de la historia.
El matar la tradición produce la disolución de la historia,
porque la historia presupone la tradición. La comparación que
se ha establecido a menudo entre la vida de una persona in-
dividual y la historia de la humanidad, podrá ayudar quizás a
arrojar luz sobre el papel esencial e imprescindible que la tra-
dición desempeña en la historia. Si un hombre no poseyera
la capacidad de conservar el pasado, sino que se alimentase
exclusivamente del instante actual, entonces su vida carecería

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