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A finales del año 1970 se consideraba que los niños no sufrían de casos de depresión. Sin
embargo, se ha demostrado claramente que los niños también experimentan síntomas
depresivos, aunque existen algunas diferencias en comparación con los adultos los niños son
muy probables a que sufran este tipo de trastorno ya que muchas veces depende del ambiente
que lo rodea, su familia, sus compañeros de clase o simplemente por su vulnerabilidad
personal.
La depresión es uno de los problemas más comunes de todos los problemas de salud mental
ya que afecta el estado de ánimo de las personas, que se describe como un sentimiento de
tristeza presentando pérdida de interés en casi todas las actividades que frecuentan.
Este trastorno afecta, los hábitos alimenticios, ciclos de sueño y autoestima, entre otros. Al
igual que otras enfermedades, puede manifestarse de diferentes formas, caracterizándose por
variaciones en el número de síntomas, severidad y persistencia de los mismos, teniendo como
característica una alteración del estado de ánimo.
Los trastornos mentales se consideran un problema de salud a nivel mundial estimándose que
para el año 2020, la depresión ocupará el segundo lugar como padecimiento incapacitante
afectando en promedio al 15% de la población en el mundo.
Durante mucho tiempo se consideraba que la depresión en niños no existía y que era propia
de la edad adulta; sin embargo, en los últimos 30 años, se empezó a reconocer a la depresión
como un padecimiento que también afecta a niños y adolescentes, por lo cual, ha adquirido
gran importancia dentro del ambiente científico, y ha comenzado a atraer la atención del
público en general.
Hay múltiples factores que están asociados con la aparición de trastornos depresivos en la
infancia. No existen causas únicas claramente definidas; se describen múltiples causas
divididas en factores genéticos, factores ambientales, eventos vitales y las características
propias del niño.
Los factores genéticos son los que han sido estudiados de manera más amplia, aunque no se
ha logrado establecer claramente la asociación con un gen o grupo de genes en especial; se
ha observado que los hijos de padres depresivos son tres veces más propensos a experimentar
depresión; en cuanto a los niños que desarrollan la enfermedad, es más común que uno de
los padres también haya padecido depresión en edades tempranas.
DEPRESIÓN INFANTIL
Todos estos cambios violentos pueden tener un efecto prejudicial sobre su salud mental.
Los síntomas de depresión varían según la personalidad del niño y la etapa de desarrollo en
la que se encuentra.
Por otro lado, cuando las señales y los síntomas de depresión son persistentes y más severos, se
debe buscar la ayuda de un profesional (generalmente un psicólogo o un psiquiatra).