Greg McMillan es lo suficientemente listo como para saber que la práctica supera a la teoría como norma en el entrenamiento efectivo, por lo que no confió exclusivamente en las relaciones fisiología-ritmo a la hora de diseñar su calculadora. En lugar de ello, utilizó estas relaciones para establecer objetivos provisionales en cuanto a ritmo para luego modificarlos en función de los resultados de la aplicación en el mundo real con los corredores de niveles de capacidad ampliamente variables a los que entrenaba. Creo que McMillan podría haber ignorado totalmente la fisiología y creado una calculadora basada totalmente en los datos de la competición y entrenamiento en el mundo real y en las fórmulas matemáticas extrapoladas a partir de los patrones encontrados en esos datos. Pero pese a que podría haber dado un paso adicional innecesario, McMillan finalmente llegó donde deseaba estar. Su calculadora es la mejor herramienta que conozco para facilitar la ejecución efectiva del entrenamiento, al ofrecer a los corredores los objetivos de rendimiento apropiados a los que deben apuntar a lo largo del proceso de entrenamiento. Para utilizar la herramienta, marque en primer lugar un objetivo específico en cuanto al tiempo de competición para su próxima carrera importante. Introduzca ese tiempo en la calculadora y estudie los ritmos deseados sugeridos para los distintos tipos de entrenamiento, que varían desde las carreras de recuperación en el extremo lento hasta los intervalos de sprints en el extremo rápido. El ritmo deseado para cada tipo de trabajo no es un único número, sino más bien un rango de ritmos. Por ejemplo, si su objetivo es correr una 10K en 32:50, su rango de ritmos deseados recomendados para los intervalos de 1000 m es 3:05-3:12,9. (La figura 7 presenta las equivalencias estimadas del tiempo de competición y los ritmos de entrenamiento deseados para una 10K en 32:50 de la McMillan Running Calculator). La razón del empleo de estos rangos es que los corredores comienzan el proceso de entrenamiento con un nivel de estado de forma significativamente inferior al que esperan alcanzar al final del proceso. Por tanto, al principio del proceso de entrenamiento no pueden alcanzar rendimientos en las rutinas que sean realmente equivalentes al tiempo de carrera deseado en el pico de rendimiento. Por ello, la idea es que al principio del proceso de entrenamiento busque el ritmo que aparece en el extremo lento de cada rango y luego intente correr gradualmente más rápido en las siguientes sesiones del mismo tipo. En las últimas semanas de entrenamiento antes de la carrera cumbre, el objetivo es que intente cumplir los tiempos del extremo rápido de cada rango.
Figura 7.1. Ejemplo de resultado de la Calculadora de McMillan