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Métodos de calentamiento en el

laboratorio
Muchas reacciones químicas se
deben calentar para que se
completen; en química general lo más común es que se use para este fin un
quemador Bunsen ya que la mayoría de la reacciones se hacen en medio
acuoso. Sin embargo, en química orgánica donde usualmente se usan
disolventes volátiles e inflamables las llamas abiertas son un peligro potencial
de incendio y siempre que sea posible deben utilizarse otros métodos de
calentamiento.

Llamas

La técnica mas simple para el calentamiento de mezclas es usando un


quemador Bunsen (figura 1), pero este método es apropiado sólo para los
casos en que el peligro de inflamabilidad de los vapores que salen de la
mezcla es nulo o muy bajo, o cuando no hay alguna otra alternativa razonable.
Las llamas se usan normalmente para calentar soluciones acuosas o soluciones
con punto de ebullición muy alto.

El quemador se alimenta de gas combustible (generalmente LPG) a través de


una manguera flexible que está conectada a la linea de gas por medio de una
válvula que permite la apertura y cierre de la alimentación.

En la base, el quemador tiene una perilla que se gira a voluntad para graduar
la entrada de gas y con ello la potencia de la llama. La regulación se hace con
una válvula de aguja que intercepta mas o menos el paso del gas.

Inmediatamente por encima del orificio calibrado por donde sale el gas
regulado hay unos agujeros cuya abertura puede variarse y que dejan entrar
aire del exterior, el aire se mezcla con el combustible para garantizar una
buena combustión a la salida del quemador en la parte más alta.

Un cañón relativamente largo y vertical conduce la mezcla gas combustible-


aire hasta llegar a la salida superior donde arde produciendo una llama
uniforme.

En la llama se pueden distinguir tres zonas:

1.- La zona oxidante: en la que hay cierto exceso de oxígeno procedente del
aire circundante.
2.- La zona reductora: en la que la combustión aun es incompleta y la llama
está ávida de oxígeno.

3.- La parte mas caliente de la llama: que es la punta de la zona reductora en


su frontera con la zona oxidante.

Cuando se calienta un frasco con un quemador Bunsen será mejor utilizar


una malla de alambre interpuesta entre la llama y el fondo del recipiente
(figura 2).

Esta malla de alambre esparce la llama y evita de esta forma que solamente
una pequeña zona del fondo del frasco esté en contacto con ella.
Evidentemente la malla hace que se produzca un calentamiento más uniforme.

Tenga siempre presente revisar si alguna de las personas que trabajan en el


mismo local está utilizando solventes o mezclas volátiles e inflamables antes
de encender el quemador Bunsen.

Figura 1. Instalación de un quemador Bunsen

Mantas calefactoras
Figura 3. Montaje de un experimento sobre una
manta calefactora.
Figura 4. Baño de María.

Figura 5. Baño de arena.


Una fuente muy útil de calor para
calentar muchos de los
experimentos es la manta
calefactora ilustrada en la figura 3.
Usualmente consisten en un cuerpo
metálico cilíndrico que tiene en su
parte superior una oquedad en
forma de semi-esfera donde se
pueden montar con seguridad los
frascos de fondo redondo.

La oquedad está rodeada de un


cuerpo de cerámica donde están
embebidos espirales de calentadores
eléctricos.

La temperatura se regula usando un


botón de control que acciona
un termostato. Aunque la
temperatura real de la superficie
calentadora de la manta no se pueda Figura 6. Calentando con bloque de aluminio.
monitorizar bien, el termostato está
calibrado de forma que con él se
puede subir y bajar el nivel de calentamiento de forma efectiva cuando se
gana algo de experiencia con el aparato.

La manta calefactora es muy apropiada para operaciones de destilación en las


que las temperaturas requeridas son relativamente altas y en cierto modo
estables. Si la mezcla se debe calentar a temperaturas mas bajas (50-80°C) es
mejor utilizar otros métodos de calentamiento como el baño de María que se
describe más abajo.

Las mantas calefactoras se fabrican de diferentes tamaños en el pozo superior


de modo que puedan acomodar frascos de diverso volumen y forma, no
obstante, usando un método de soporte adecuado se pueden calentar frascos
pequeños en pozos mas grandes. Hay mantas calefactoras que están provistas
de un agitador magnético eléctrico y esto permite calentar y remover al mismo
tiempo.

Aunque las mantas calefactoras son muy fáciles de operar y muy seguras, hay
que tener mucho cuidado en no permitir que caigan reactivos o mezclas en el
pozo de la manta ya que la superficie de cerámica puede estar muy caliente y
producir su inflamación.

La forma mas rápida de modificar el ritmo de calentamiento de la manta se


obtiene cambiando la distancia entre el pozo y el frasco con la mezcla, en
lugar de operar el termostato. Esta distancia se puede cambiar, lo mismo
subiendo y bajando el frasco, o haciéndolo con la manta. Por ello es usual
"colgar" el frasco de un soporte adecuado montado fuera de la manta que
permita subirlo y bajarlo con rapidez. Otra forma utilizada es montar la manta
sobre bloques de madera lo que de acuerdo a la cantidad suben o bajan la
manta mientras el frasco permanece fijo.

Hay dos situaciones típicas donde se puede producir el sobrecalentamiento de


la mezcla:

1.- Cuando se usa una manta de pozo grande para calentar un frasco pequeño
se debe ser muy cuidadoso para evitar el problema o usar una manta mas
pequeña en caso de estar disponible.

2.- Cuando se quiere llevar rápidamente una mezcla a ebullición, normalmente


se coloca inicialmente el botón del termostato a una posición de calor mas alta
de la que necesita mas tarde para mantener la ebullición una vez alcanzada. Se
debe estar muy vigilante, y una vez que la mezcla comienza a ebullir hay que
colocar el botón del termostato en una posición mas baja, y alejar el frasco del
pozo para evitar la ebullición demasiado rápida. Cuando la ebullición alcanza
el nivel normal y el pozo se ha enfriado algo, se puede ir ajustando la altura
del frasco y el botón del termostato para estabilizar el proceso.

Planchas calefactoras

Las planchas calentadoras son muy buenas fuentes de calor, pero tienen el
inconveniente de que su tiempo de respuesta es algo largo y de la mima forma
que las mantas calentadoras no es muy fácil monitorizar la temperatura de la
plancha. Cuando se usan se debe tener mucho cuidado de que no salpiquen
gotas de líquidos inflamables al hervir las mezclas, ya que la superficie de la
plancha puede estar muy caliente y producir su inflamación como un
chisporroteo. Nunca se deben usar planchas calentadoras para evaporar
grandes cantidades de líquidos volátiles inflamables que puedan ir libremente
al aire, la abundancia de vapores puede producir un incendio cuando entran en
contacto con la plancha.

Estos aparatos pueden estar provistos de un termostato, o solo tener un control


estático de la potencia calentadora disipada y en general se deben utilizar las
mismas tećnicas descritas arriba en la manta calentadora para estabilizar la
temperatura de los procesos. Ciertas planchas tienen un agitador eléctrico
incorporado.

Es muy común que se usen las planchas calentadoras para calentar mezclas
moderadamente en baños ya sean de agua, de aceite o de arena, así como con
el uso de bloques de aluminio como veremos mas abajo.

Baño de María

Los baños de María son muy efectivos cuando se requieren temperaturas por
debajo de 80°C. Normalmente se llena parcialmente un beaker de 250 ó 400
mL y se coloca sobre la plancha calefactora. Se asegura un termómetro en
contacto con el agua y puede ser necesario cubrir el beaker con un papel
de aluminio para evitar la evaporación del agua si el experimento requiere
largo tiempo, o se hace a temperatura elevada. Un esquema del baño de María
se muestra en la figura 4. El agua caliente puede tener alguna ventaja sobre el
uso de mantas calefactoras debido a que la temperatura en el baño es mas
uniforme, especialmente si se usa un agitador eléctrico. Adicionalmente, es
mas fácil establecer una temperatura baja con el uso del baño que con los
otros métodos descritos, y además la temperatura de la mezcla en proceso está
muy próxima a la del agua del beaker lo que permite un mejor control de las
condiciones de la reacción.

Baño en aceite

Los baños en aceite son en esencia lo mismo que los baños de María con la
diferencia de que se utiliza algún aceite en lugar del agua. Son apropiados
cuando las temperaturas que se quieren alcanzar superan lo 100°C. Para estos
baños es importante usar beakers de paredes muy gruesas para contener el
aceite.

Debido a que los aceites tienen una alta capacidad calorífica y se calientan
lentamente puede resultar conveniente calentar parcialmente el aceite del baño
mientras se prepara el experimento.

No debe usarse aceite mineral ordinario para los baños en los que la
temperatura supera los 200°C, por encima de esa temperatura el baño puede
auto inflamarse y la combustión del aceite caliente no se apaga fácilmente. Si
el aceite comienza a producir humos es porque está muy cerca de la
inflamación espontánea y hay que descontinuar el calentamiento
inmediatamente.

Nunca debe caer agua en el aceite caliente, esto producirá salpicaduras que
producen serias quemaduras. Nunca utilice un aceite en el que es obvia la
presencia de agua y tenga presente que la vida del aceite en el baño es
limitada, cuando comienza a tornarse oscuro es mejor desecharlo debido a que
en estas condiciones el punto de auto-ignición baja.
Además del aceite mineral ordinario existen otros aceites que se usan para
baños entre ellos los aceites de silicona, el polietilenglicol en diversos grados
de polimerización, ciertas ceras o parafinas e incluso el aceite comestible.

Los polietilenglicoles de alto peso molecular así como las ceras y parafinas
son sólidos a temperatura ambiente y esto puede ser una ventaja en la
manipulación sin derrames así como en el almacenamiento.

Baños de arena

En algunos casos es conveniente el uso de baños de arena, la arena


proporciona una buena vía para el calentamiento uniforme de la mezcla. Para
preparar un baño de arena se debe poner una capa de esta de alrededor de 1
cm de grueso como mínimo en un plato de cristalización sobre la plancha
calefactora y su funcionamiento y montaje es muy parecido a los baños de
aceite y de María.

Como la arena se calienta lentamente lo mejor es hacer una especie de


calibración del baño con tiempo suficiente para tener una idea de en que
posición de debe poner el botón de control de la plancha calefactora para
llegar a la temperatura que se quiere en la arena. Hecho esto, se puede colocar
el frasco con la mezcla para comenzar el proceso.

No caliente la arena mas de 200°C porque se puede romper el plato de


cristalización. Debido a la mala conductividad calorífica de la arena, la zona
del fondo de la capa mas cercana a la plancha de calefacción está mas caliente
que la zona cerca de la superficie exterior y esta situación puede aprovecharse,
de modo que si se quiere calentar la mezcla más rápidamente hasta la
ebullición el frasco se profundiza en la arena y una vez alcanzada la
temperatura se puede subir a zonas mas cerca de la superficie para estabilizar
el proceso sin tener que manipular el control de temperatura del aparato.

Bloques de aluminio

Otra forma de calentar frascos con la plancha calefactora es usando bloques de


aluminio (figura 6). Estos bloques son planchas gruesas de aluminio en las
que se practican agujeros donde se alojan los frascos, son especialmente útiles
para calentar los matraces de fondo redondo, y en un mismo bloque puede
haber agujeros de diferente diámetro para dar cabida a frascos de distintos
volúmenes. En todos los casos existe un agujero pequeño para insertar un
termómetro y conocer la temperatura del bloque.

Los bloque de aluminio presentan algunas ventajas, entre estas:


1. El metal se calienta muy rápido.
2. Se pueden alcanzar temperaturas altas.
3. Los bloques se pueden enfriar rápidamente si se toman con una pinza y
se sumergen en agua.
4. Son baratos y duraderos.
5. Se pueden fabricar en cualquier taller de maquinado.

Debido a la posibilidad de que el termómetro se rompa al estar "preso" en el


agujero del metal, para medir la temperatura nunca se deben usar termómetros
de mercurio por la potencial nocividad del mercurio derramado, y en su lugar
se usarán termómetros con otros líquidos en su interior, o termómetros de otro
tipo que no sean de vidrio. Debe asegurarse de que la punta del termómetro
entre floja en el agujero o podrá romperse, y este debe ser asegurado con un
soporte.

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