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B. Los signos
1
Ed. Monseñor Román Arrieta Villalobos, Catecismo de la Iglesia Católica (San Pablo: San José de Costa Rica,
2014), 452.
2
Arrieta, Catecismo, 452.
3
Arrieta, Catecismo, 386.
4
Arrieta, Catecismo, 453.
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Arrieta, Catecismo, 453-455
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Arrieta, Catecismo, 453.
es su fuente principal y de ella establecen la celebración y los signos. Incluso describen la
relación de la Pascua antiguo-testamentaria con la eucaristía, y afirman una continuación
directa entre estos dos símbolos, pero que ahora Jesús le da un nuevo sentido al pan y el
vino.7 Es a causa de esto que aseguran que el pan tiene que ser sin levadura, debido a que era
el pan usado en la pascua y el que uso Cristo en la institución del sacramento.
C. La presencia de Cristo
7
Arrieta, Catecismo, 456.
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Arrieta, Catecismo, 472.
9
Arrieta, Catecismo, 466.
sacrificio porque substancialmente el pan y el vino son el cuerpo y la sangre de Cristo.10
Además es el mismo sacrificio porque tiene el mismo fin de expiar los pecados. Grudem
hablando de esto mismo cita a Ludwig Ott en su obra Fundamentos del Dogma Católico y
dice: “Como sacrificio propiciatorio… el sacrificio de la Misa lleva a cabo la remisión de
pecados y el castigo por los pecados.”11 Actualmente Cristo expía y propicia los pecados de
su pueblo, a través del sacrificio eucarístico.
10
Arrieta, Catecismo, 467.
11
Wayne Grudem, Teología Sistemática (Vida: Miami, 2017), 1046.
12
Arrieta, Catecismo, 478-479
Es la provisión divina de Cristo como sacrificio de expiación y propiciación, que
logra de manera satisfactoria, suficiente y en perfección, para nuestra redención de la
maldición de la ley y del pecado de manera irrepetible, esto debido a la perfección inherente
de su persona y sacrificio. Por lo cual no hay necesidad de sumarle algo más al sacrifico de
Cristo, ni repetir el sacrifico de Cristo para lograr nuestra redención, porque escrito está, que
con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
B. Cuáles son los aspectos que debemos considerar para entender la doctrina
de la suficiencia de Cristo.
1. La necesidad de redención del hombre
Después de la caída y tener como resultado la gran separación entre Dios y el hombre
que “ni los hombres ni los ángeles pueden serrar” tal separación, hay una necesidad, de cual
Berkhof, dice que es un “grito que pide el auxilio divino”. Pero esto es por la realidad de la
imposibilidad del hombre para redimirse a sí mismo, por tanto, es absolutamente necesario
apaciguar la ira de Dios y cumplir las demandas penales, y preceptivas de la ley de Dios de
manera perfecta, para su redención. De manera que Dios, en la infinitud de su gracia provee
el auxilio divino, para cerrar esa gran separación que hay entre Dios y el hombre, y la
provisión es la segunda persona de la trinidad en sacrificio, que primeramente a través de la
historia del Antiguo testamento ha sido tipificado por el sacrificio de machos cabríos, hasta
el día de su cumplimiento, en que Cristo no solo fue el sacrificio perfecto sino también el
sacerdote perfecto.
2. La insuficiencia del sacrificio de los animales
John Murray dice que los sacrificios en el Antiguo Testamento “eran básicamente
expiatorios”; por tanto, la persona que estaba en transgresión contra Dios y su ley tenía que
llevar un sacrificio al altar, en lugar de él, esto es una sustitución, el animal sin defecto alguno
por el pecador, pero por otro lado había una imposición de las manos sobre la cabeza del
animal para una transferencia del pecado y la responsabilidad del pecador, este cuadro es
típico en el libro de Levítico. Estos sacrificios eran hechos conforme se cometían pecados y
seguirían haciéndose mientras hubiese pecadores que reconciliar; estos sacrificios no podían
ser de expiación ni propiciación perpetua y por consecuencia no podía proveer una redención
suficiente, efectiva, ni definitiva. Esto por dos razones:
a. Hay una desproporción entre el pecador y el sacrifico.
b. Estos sacrificios del Antiguo testamento no eran más que copias y sombras de
lo que vendría a ser de Cristo.
Los sacrificios del Antiguo Testamento han colocado el trasfondo para señalar el
sacrificio de Cristo, en el Nuevo Testamento, quién es el auténtico y todo suficiente y
definitivo sacrificio por nuestros pecados, el verdadero sustituto en lugar nuestro. Hebreos
no los presenta de esta manera hebreos 10:10 “somos santificados mediante la ofrenda del
cuerpo de Cristo hecha una vez y para siempre” el sacrificio redentor de Cristo no se volverá
a realizar más como si su sacrificio no fuese perpetuo, sino por cuanto es Dios y hombre su
sacrificio tiene un valor eterno y por cuanto es hombre no existe una desproporción como
con los animales en sacrificio.
Hebreos 10:18 “pues donde haya remisión de éstos no hay más ofrenda por el pecado”
esto dice porque, el sacrificio de Cristo fue todo suficiente de tal manera que Dios dice v17
que nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Por tanto, no hay más necesidad
de presentar ofrenda alguna para nuestra redención invalidando así el sacrifico de Cristo
como hacen los católicos romanos de acuerdo a su catecismo que declara que “cada vez que
se celebra la eucaristía se realiza la obra de nuestra redención” trayendo otra vez al Cristo
glorificado que está a la distrae del Padre intercediendo por nosotros para sacrificarlo otra
para una supuesta redención. (Catecismo CR. Pag 483)
3. La insuficiencia de los sacerdotes
Cuando hablamos de la ofrenda de sacrificio por el pecado debemos de hablar
necesariamente de aquel que administra este sacrificio, en el Antiguo Testamento; y estos
administradores eran los sacerdotes, administraban las ofrendas de sacrificios por los
pecados, de acuerdo a Hebreos 5:1 todo hombre que era constituido como sacerdote lo era
favor de los hombres, para que presente ofrendas y sacrificio por los pecados. Pero las
razones por las que estos sacerdotes eran insuficientes e ineficaces son:
a. Su permanencia temporal, Hebreos 7:23.
b. Su naturaleza pecaminosa
Y Cristo siendo sacerdote de la orden de Melquisedec y constituido como sacerdote
desde la eternidad a favor de los hombres para que presentase ofrenda y sacrificio por los
pecados de su pueblo, podemos ver lo que le hace a Cristo especial, suficiente y eficaz como
sacerdote es:
a. Su permanencia eterna, Hebreos 7:24, esto hace que su sacerdocio sea
suficiente, por tanto, no más sacerdotes, por cuanto él no muere
b. Su santidad Hebreos 7:26, hace que la obra sacerdotal de Cristo sea eficiente.
Quiero que notemos que Jesús es el Sacerdote y el sacrificio, el nunca pido que se le
tomaran a él y le presentaran como sacrificio, nunca tomo a un sacerdote para que lo
ofrecieran a él como sacrificio, porque él es el verdadero sumo sacerdote, ni tomo alguna
otra ofrenda de sacrificio por los pecados de su pueblo para redimirlos eternamente porque
él es el suficiente, definitivo, y verdadero sacrificio; antes bien, dice que él es quien pone su
vida por las ovejas (Juan 10:15) y él es quien tiene poder para volverla a tomar, no menciona
a alguien más que pueda hacer eso con él.
Ahora bien, qué con la celebración de la eucaristía donde supuestamente el sacerdote
toma el cuerpo de Cristo tantas veces sea necesario como en los sacrificios del Antiguo
testamento para volverla a sacrificar como ofrenda para redención. Tales personas no tienen
autoridad de hacer eso, eso es volver al sistema del antiguo testamento, y tener por
insuficiente el sacerdocio y sacrificio de Cristo.
C. Cuál es su relación con la ordenanza de la Santa Cena.
La relación que existe entre el sacrificio de Cristo y la Santa Cena es que el sacrificio
de Cristo no es el continuo sacrificio de Cristo sino una conmemoración del sacrifico de
Cristo hecha una vez y para siempre porque, no en vano dice el señor al administrar cada
elemento de la cena tanto el pan como vino que lo hagan en memoria de él y no que se ofrezca
como ofrenda de sacrificio para nuestra redención. Recordamos esa redención única,
suficiente, efectiva y definitiva. La ordenanza es el recuerdo continuo de este sacrifico y no
el sacrificio continuo. J. C. Ryle presenta la relación del sacrificio de Cristo como “el
recuerdo continuo para el cual la Cena del Señor fue instituida”
III. Las Razones por las cuales la eucaristía católica romana atenta contra el
sacerdocio de Cristo ya la suficiencia de su sacrifico.
La doctrina de la transustanciación es una negación de la doctrina bíblica de Cristo.
No obstante, “la transustanciación le atribuye atributos divinos a la naturaleza humana finita
de Cristo.”13 No solamente ha sido aceptada por el vulgo en general esta opinión, sino que el
acto que ejecutan ha sido de tal manera ordenado, que es una especie de expiación para
Como entre los hombres la confirmación del testamento depende de la muerte del
testador, de la misma manera nuestro Señor con su muerte ha confirmado su testamento, por
el cual nos ha asegurado eternamente la remisión de nuestros pecados y la justicia. La
celebración de la cena “es un sermón visible, en el cual se nos presenta a Cristo sacrificado.”19
El sacramento de la cena del Señor representa y exhibe la salvación a través del sacrificio
único y perfeto de Cristo, “…el énfasis centra de la ordenanza es el “recuerdo” de “la muerte
del Señor.” Los elementos recuerdan el cuerpo y la sangre ofrecidos a Dios en el sacrificio
de sí mismo por nosotros.”20
Calvino dice lo siguiente: “Los que se atreven a quitar, cambiar o innovar algo en este
testamento, niegan la muerte de Jesucristo y la estiman en nada.”21 Porque, como dice el
Apóstol, “donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador” (Heb.
9,16). La misa pretende ser un nuevo testamento de Jesucristo; por tanto, exige su muerte.
Además, es necesario que el sacrificio que se ofrece sea sacrificado y muera.
Si Jesucristo es ofrecido en cada misa, es necesario que a cada momento sea muerto
y cruelmente sacrificado en una multitud de lugares. Calvino se refiere diciendo: “Si
Jesucristo tuviera necesidad de ofrecerse a sí mismo muchas veces, debería haber padecido
muchas veces desde el principio del mundo”22 La confesión de Londres dice también los
siguiente: “Cristo no es ofrecido a su Padre, ni se hace en absoluto ningún verdadero
sacrificio para la remisión del pecado ni de los vivos ni de los muertos”23
Sabemos bien que ni la muerte ni la vida de Jesucristo están en sus manos de alguien
creado. Se llega a la comprensión que estos elementos no se convierten en la carne y sangre
literal de Jesús. “¡Él no se transformó de una persona en algo de líquido y pan!.”24 Pablo
también dice que el pan sigue siendo pan (1 Cor. 11:27-28) “Si el vino se convirtiera en
sangre literal durante la misa ritual, como se afirma, entonces beberla seria prohibido por la
Escritura”25 (Lev. 3:17;7:26;17:10,12; Hch. 15:20).