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Ana Magnolia Méndez Cabrera

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Índice

Causas de Disolución de los Contratos.................................................................2


La Nulidad...........................................................................................................................2
La Rescisión......................................................................................................................5
Resolución..........................................................................................................................6
Resiliación..........................................................................................................................7
Revocación.........................................................................................................................8
Los Términos Definidos. Opinión Personal.........................................................8
Bibliografía.......................................................................................................................10

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Ana Magnolia Méndez Cabrera
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Establecer las diferencias entre los términos rescisión, resolución y


reciliación

Se nos ha pedido establecer las diferencias sustanciales entre los


términos rescisión, resolución y reciliación, aplicados a las figuras de los
contratos.

El esquema seguido para la elaboración de este reporte se desarrollará


ofreciendo al lector o lectora, en primer lugar, la definición simple de la
palabra, a continuación de las propuestas de varios diccionarios jurídicos,
unidas a las opiniones de la doctrina.

Causas de Disolución de los Contratos

Cuando Planiol y Ripert exponen en su obra de Derecho Civil las


formas en que se pone fin a un contrato, la clasifican de la manera
siguiente1:

1. Las que destruyen el contrato retroactivamente, es decir, borrando


los efectos que había producido en el pasado y volviendo las cosas al
mismo estado que tendrían de no haberse celebrado nunca el
contrato
2. Las que únicamente destruyen el contrato para el futuro, cesando la
producción de nuevos efectos, pero subsistiendo los que se habían
producido en el pasado.

Estos dos grupos de formas de disolución de los contratos son las que
se expondrán a continuación.

La Nulidad

Resultaría muy reducido el espacio de este reporte para ofrecer todas


las definiciones que el derecho tiene sobre lo que es nulidad.
Gramaticalmente, el diccionario de la real academia de la lengua española
define la nulidad como el vicio que disminuye o anula la estimación o
validez de algo2. En ese mismo sentido, la nulidad se entiende como la
ineficacia de un acto jurídico por ausencia de uno de los requisitos
señalados por la ley para su validez; es la sanción por la que la ley

1
Planiol y Ripert. Derecho Civil, Volumen 4, Parte B. Pág. 890
2
Diccionario Real Academia de la Lengua, 2001

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pronuncia la inexistencia jurídica de un acto o concede una acción al


agraviado para hacerlo declarar3.

Como vemos, en sentido lato la palabra nulidad equivale a


inexistencia. Es por esto que, quien suscribe asimila la nulidad como la
condición que adquiere un contrato o acto jurídico cuando, por efecto de la
ley, por mandato jurisdiccional o por incumplimiento contractual, es
declarado inexistente y por lo tanto su efectividad queda destruida.

Ahora bien, en el sentido puramente jurídico, la nulidad tiene un


significado mucho más amplio, pues, además de una forma de disolución
de un contrato, es una excepción del procedimiento, sometida a un
régimen especial, principalmente en la materia civil. En consonancia con
estas cuestiones, la nulidad, como acción tendente a disolver un contrato
es:

- Ineficacia de un acto jurídico como consecuencia de carecer de las


condiciones necesarias para su validez, sean ellas de fondo o de
forma, o, como dicen otros autores, vicio de que adolece un acto
jurídico si se ha realizado con violación u omisión de ciertas formas
o requisitos indispensables para considerarlo como válido, por lo
cual la nulidad se considera insita en el mismo acto, sin necesidad
de que se haya declarado o juzgado4.
- Ineficacia de un acto jurídico, proveniente de la ausencia de una de
las condiciones de fondo o de forma requeridas para su validez 5.
- Sanción que alcanza un acto no conforme con los requisitos de
validez (de forma o de fondo) impuestos por la regla de derecho. El
acto, como contrario a la ley, se considera entonces que no ha tenido
jamás existencia, y las partes son restablecidas en toda la medida de
lo posible, en el estado anterior a ese acto6.
- Vicio de que adolece un acto jurídico, de tal gravedad que implica su
nulidad y aun su inexistencia7.

El resumen de esas definiciones sería que la nulidad es la condición


que pesa sobre un acto jurídico cuando en el se conjugan vicios
fundamentales o formales o se omite el cumplimiento de alguna condición
requerida para su validez, que produce que ese instrumento sea sancionado
y que ese castigo se caracteriza por la inexistencia del acto y la lógica
ineficacia de sus obligaciones.

3
Diccionario Enciclopédico Larousse, 2005
4
Osorio, Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas y Sociales
5
Capitant, Henri. Vocabulario Jurídico
6
Mazeaud, Lecciones de Derecho Civil, Parte Primera, Volumen I, Pág. 518
7
Garrone, José Alberto. Diccionario Jurídico Abeledo – Perrot II

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Existen diversos tipos de nulidades; algunas se encuentran indicadas


en las leyes y procuran preservar el orden público; otras, son de mero
interés privado. En definitivas, contamos con nulidades absolutas y
relativas, nulidades expresas y nulidades virtuales.

Todas las nulidades deben ser pronunciadas por el juez. Cuando esto
ocurre, el acto desaparece en el pasado, presente y futuro, como expresa
Mazeaud todo sucede como si el acto no hubiera existido 8.

La nulidad produce la anulación del contrato, entendiéndose


anulación como la invalidez o aniquilamiento que una autoridad judicial o
administrativa con competencia para tal efecto realiza sobre un acto
tachado de nulidad.

Los efectos de la nulidad son siempre los mismos; tal como expusimos
más arriba citando a los hermanos Mazeaud, esta figura obra
retroactivamente y por consiguiente, borra en el pasado el acto y todas sus
consecuencias9. En ese sentido, no existen diferencias sustanciales entre
las nulidades absolutas y las relativas, puesto que ambas generan las
mismas consecuencias de las que hemos hablado, sin embargo divergen
en los siguientes puntos:

En cuanto a las personas: Pues la nulidad absoluta, por ser de


orden pública, atañe a toda la sociedad, y en ese sentido cualquier
puede pedir al juez que la pronuncie 10. Sin embargo, la relativa solo
puede ser solicitada por la persona a que la ley haya querido
proteger11.
En cuanto a la confirmación: Recordemos que la confirmación es
el acto jurídico unilateral por medio del cual la persona que tendría
derecho a demandar la nulidad relativa, renuncia a esta acción y
torna válido el acto en cuanto le concierne 12. Es por esto que el acto
nulo de nulidad absoluta nulidad absoluta no es susceptible de
confirmación, la nulidad absoluta no se subsana 13. Esto se explica
por el carácter de orden público de la nulidad absoluta. En la
nulidad relativa es posible la confirmación, teniendo ésta un efecto
retroactivo, la cual significa que borra la nulidad en el pasado:
convalida el acto desde su origen, siempre y cuando no perjudique a
terceros14.

8
Op. Cit. Pág. 520
9
Op. Cit. Pág. 520
10
Op. Cit.
11
Op. Cit.
12
Capitant, Op. Cit. Pág. 142. C. Civil, Artículo 1338
13
Mazeaud, Op. Cit. Pág. 521
14
Op. Cit. 522

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En cuanto a la prescripción: La regla general de prescripción de la


nulidad relativa es de 5 años a sazón de lo que enuncia el artículo
1304 del Código Civil. La nulidad absoluta, por su carácter de orden
público se encuentra sometida a la más larga prescripción del
ordenamiento civil dominicano, es decir 20 años en virtud de las
disposiciones del artículo 2262 del Código Civil.

La Rescisión

Para comprender perfectamente que es rescisión es indispensable que


hablemos un tanto de la influencia del antiguo derecho romano en el
también antiguo derecho francés.

Nos explican Planiol y Ripert, en su ya citada obra que en sus inicios


el derecho francés era de tipo consuetudinario, pero encontraba
formalidades en el derecho francés. Es por esto que las nulidades tenían
dos fuentes; una era el texto de las ordenanzas o de las costumbres,
mientras que otras provenían del derecho romano. Entonces cuando se
invocaba una nulidad fundada en la violación de una costumbre o una
ordenanza real, el tribunal fallaba inmediatamente. Los Hermanos
Mazeaud añaden que cuando la nulidad descansaba, por el contrario,
sobre un texto romano, el litigante que la invocaba debía solicitar del rey
una carta de rescisión. Esta formalidad inició como consecuencia del
temor de que la propagación del derecho romano trajera como
consecuencia la invasión del entonces emperador germano que se creía
heredero de éstos (los romanos). Los franceses habían recibido el derecho
romano fruto de la hegemonía de ese imperio en la época y ante su caída,
su derecho ya había impregnado las áreas del acontecer jurídico francés.
Como resultaba imposible desprender del pueblo francés ese derecho, el
rey resolvió que en virtud de ningún texto romano se podría anular ningún
acto, sin su permiso. Desde ese entonces y hasta la revolución francesa,
se utilizaron este tipo de “permiso” antes de incoar la acción,
convirtiéndose en una mera formalidad para los particulares y un recurso
fiscal para el rey15.

Obviamente esa diferencia no existe en la actualidad. En Francia fue


abolida por con la promulgación del Código Civil, que unificó las fuentes
del derecho francés y por consiguiente desaparecieron las divergencias
entre las dos acciones. Hoy por hoy rescisión y nulidad son la misma
cosa; los redactores del Código Civil la utilizan indistintamente, tal como
se observa en el articulo 1304 que reza: de las acciones de nulidad o
rescisión de las convenciones; en el 1338, cuando habla de la posibilidad

15
Planiol y Ripert. Op. Cit. Pág. 891

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de confirmación no obstante la admisión por parte de la ley de la acción


de nulidad o rescisión y en el 1117 que expone las acciones en contra de
una convención contratada por error, violencia o dolo.

La única diferencia que se puede observar en la actualidad entre


nulidad y rescisión descansa en el tecnicismo utilizado por algunos
autores de denominar como acción de rescisión a las nulidades fundadas
en lesión.

Resolución

Henri Capitant define la resolución de la forma siguiente: forma de


disolver un contrato por inejecución de las condiciones o cargos, con
destrucción retroactiva de sus efectos. Puede resultar de una cláusula del
contrato o de una decisión judicial o de la ley 16. Tanto la rescisión como la
resolución extinguen el contrato por completo (presente, pasado y futuro),
pero con una diferencia sustancial. La rescisión entraña un contrato que
fue nulo desde sus inicios; por el contrario en la resolución el contrato era
válido en el momento de su nacimiento, pero, citando a los Mazeaud, con
motivo de la ejecución del acto, una de las partes no ha cumplido lo que
había prometido; para evitar al otro contratante un perjuicio muy grave, se
le permite demandar al tribunal la destrucción del contrato y así es
desligado de su propia obligación.

Es posible resumir las características de la resolución en los


siguientes postulados:

Esta disolución procede cuando las obligaciones pactadas a cargo de


uno de los contratantes se tornaren excesivamente onerosas por
acontecimientos extraordinarios e imprevisibles 17.
La resolución supone siempre que las partes no han dado al
contrato un consentimiento condicional, retirado con anterioridad en
vista de una eventualidad determinada; realizada esta eventualidad
el contrato será resuelto18.
El Juez no está obligado a pronunciar la nulidad si aprecia que el
incumplimiento de sus obligaciones por el deudor es lo bastante
grave como para llevar consigo la resolución 19.
Como el contrato en sus inicios existió, son las reglas de
responsabilidad civil contractual las que se aplicaran en caso de
resolución; en caso de rescisión, los principios aplicables son los de
responsabilidad civil delictual20.
16
Capitant Op. Cit. Pág. 488 y 489
17
Ossoria, Manuel. Op. Cit. Pág. 876
18
Planiol y Ripert. Op. Cit. Pág. 899
19
Mazeaud, Op. Cit. Pág. 527
20
Op. Cit.

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Por estas razones se admite que existen dos tipos de resolución: una
en la cual el contrato queda resuelto de pleno derecho, que se denomina
resolución del contrato por cumplimiento de una condición 21, lo cual
supone la existencia de una cláusula resolutoria, y la otra, deviene de una
acción de resolución por una sentencia judicial22.

Resiliación

La palabra “resiliación” no aparece ni en el diccionario de la Real


Academia de la lengua, ni en muchos diccionarios propios de las ciencias
jurídicas tales como el Vocabulario Jurídico de Henri Capitant o el
Diccionario de Ciencias Jurídicas y Sociales de Manuel Ossorio; sin
embargo, este termino es un punto clave para ser estudiado cuando se
trata de la disolución de contratos.

En efecto la palabra resiliación proviene del francés résilier, que


significa “anular”, y se utilizaba para designar todo acto por el cual las
partes deshacen ellas mismas el contrato que habían celebrado 23.

En virtud de ese tipo de anulación que constituye la resiliación, se ha


empleado este termino para denominar el tipo de nulidad que se produce
en los contratos de ejecución sucesiva, o, como expresan Planiol y Ripert,
en aquellos en que las partes se obligan a prestaciones prolongadas o
repetidas y que subsisten mientras una voluntad contraria no les ponga
fin.

Salvador Jorge Blanco en su libro Introducción al Estudio del


Derecho, a propósito del tema de la Naturaleza Sancionadora del Derecho,
explica, en cuanto a la resiliación, que es una institución aplicable a los
contratos de ejecución sucesiva, en el entendido de que solamente permite
terminarlos para el porvenir, manteniendo su validez en el pasado 24; las
prestaciones ya cumplidas son irreversibles25.

Es esto lo que diferencia a la resiliación de las otras formas de


disolución del contrato: sus efectos. Al respecto Planiol y Ripert dicen: la
resiliación solamente produce efectos para el futuro; deja subsistentes todos
los efectos producidos por el contrato en el pasado. Desempeña el oficio de

21
Artículo 1183, Código Civil
22
Artículo 1184, Op. Cit.
23
Planiol y Ripert, Op. Cit. Pág. 904
24
Jorge Blanco, Salvador. Introducción al Estudio del Derecho. Página 62
25
Op. Cit. Pág. 349

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un término extintivo, introducido con posterioridad pero que opera en la


misma forma y al mismo tiempo sobre las obligaciones de ambas partes 26.

Es posible encontrar la figura de la resiliación en los textos referentes


a la disolución del contrato de alquiler, ya que es éste el contrato por
excelencia para las prácticas resolutorias en nuestro país.

El decreto 4807 en su articulo No. 3, asimila esta figura a la forma de


nulidad de los contratos de alquiler.

Revocación
La revocación es otra forma de disolución de un contrato, esta vez
caracterizada por su efectuarse por voluntad unánime de una de las
partes, y sin necesidad de que un juez la pronuncie. Manuel Ossorio
enseña que ésta constituye una de las formas de extinción de los contratos
mediante su anulación por quien se había obligado en forma unilateral. Es
especialmente aplicable a los contratos de donación y mandato 27.

Planiol y Ripert, define la revocación como el acto por el cual una


persona es privada de una ventaja gratuita que recibe del contrato 28. Para
los hermanos Mazeaud la revocación pone fin al contrato sin
retroactividad, puesto que, aunque ha cumplido sus efectos hasta el día de
su revocación, a partir de esa fecha no producirá ya los frutos en el
porvenir. Esa misma concepción es sustentada por Planiol y Ripert, para
quienes los casos de revocación solamente producen efectos en el futuro.

Los Términos Definidos. Opinión Personal

El análisis de los términos indicados ut supra ha servido de forma


grandiosa al esclarecimiento de los conceptos que encierran los diferentes
tipos de nulidades y a su vez han conseguido marcarnos las diferencias
existentes entre cada uno de ellos.

Sus similitudes hacen común la confusión periódica de un término


con otro. El mismo legislador se ha equivocado en varias ocasiones a la
hora de mencionar uno de estos términos como forma de terminación del
contrato. En efecto, para poder hablar de cual de las figuras es la de
correcta aplicación en el contrato a estudiar, es indispensable observar la
figura sobre la cual se impone y determinar su naturaleza. De ese modo
un contrato de alquiler debidamente pactado, redactado de acuerdo a las
reglas de fondo exigidas y sometido a la justicia para reclamar su nulidad
26
Op. Cit. Pág. 904
27
Ossorio, Manuel. Op. Cit. Pág. 884
28
Planiol y Ripert. Pág. 904

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en virtud de la falta de cumplimiento a las obligaciones contractuales


referentes al pago mensual de los alquiler, no podría nunca ser objeto de
una rescisión pues implicaría una anulación desde su propio inicio (el cual
no está en discusión); la anulación que hace de forma unilateral el
poderdante sobre el mandato otorgado al poderdado, no es una resolución
pues no se está hablando del incumplimiento de una condición del
contrato, ni mucho menos de la acción judicial tendente a procurar su
efectiva nulidad.

Es precisamente el hecho de que todos estos términos se refieren a la


nulidad lo que provoca la confusión. Lo recomendable es tener siempre
pendiente los efectos de estas instituciones para, partiendo de esas
premisas, otorgar el justo calificativo que requieran cada una de esas
acciones en nulidad.

Con respecto al aspecto jurisprudencia, nuestro acervo cuenta con


numerosas decisiones referentes a resolución, resciliación, rescisión y
revocación, pero muchas de ellas, por no decir todas, cometen el mismo
error de confusión de los términos.

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Bibliografía

Ossorio Manuel; Cabanellas de las Cuevas, Guillermo. Diccionario de


Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. 24 edición. Buenos Aires. Heliasta.
1997

Subero Isa, Jorge. Tratado Práctico de Responsabilidad Civil Dominicana.


Cuarta edición. Editora Dalis. Moca. 2000.

Planiol, Marcel; Ripert, Georges. Pereznieto, Leonel. Derecho Civil (Parte


B). Volumen 4. Editorial Pedagógica, S.A. México, D.F. 1997. 1149
Páginas.

República Dominicana. Código Civil.

Jorge Blanco, Salvador. Introducción al Estudio del Derecho. Ediciones


Capeldom. 1997

Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. Vigésima


Segunda Edición. Madrid. 2001

Garrone, José Alberto. Diccionario Jurídico Abeledo Perrot II. 2da Edición
Ampliada, Buenos Aires. 1993

Capitant, Henri. Vocabulario Jurídico. Guaglianone, Aquiles Horacio.


Reimpresión Inalterada. Ediciones de Palma, Buenos Aires, 1975.

Mazeaud, Henri, et al. Alcalá, Luís. Lecciones de Derecho Civil. Partes I,


Volúmenes I. Ediciones Jurídicas Europa América. Buenos Aires. 1968

Diccionario Enciclopédico Larousse. Ediciones Larousse. Undécima


Edición. 2005. México.

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