Durante 30 años, Áspero, la ciudad pesquera de la civilización Caral y una de
las más antiguas del mundo, estuvo enterrada debajo de ocho toneladas de basura. Sus palacios, sus faenas de pesca y los ritos de adoración a la Cochamama (mar) edulcorados por el fuego frente al mar de Supe, en la provincia de Barranca (Lima), recién se pudieron conocer después de 2005, luego de que la Municipalidad de Supe Puerto y la Zona Arqueológica Caral suscribieran un convenio para –primero– sacar toda la basura y luego comenzar las investigaciones arqueológicas y su recuperación. Desde esa fecha han pasado 14 años y hoy, Áspero es un sitio arqueológico puesto en valor donde el turista puede recorrer la huaca de Los Ídolos, huaca Alta y la huaca de Los Sacrificios, los tres principales edificios donde los habitantes de esta comarca pesquera desarrollaron sus actividades públicas y religiosas hace 5 mil años, a la par de los egipcios y mucho antes que Chavín y la cultura india y china. URBE SIN MURALLAS
Son construcciones amplias pero con la característica de que no son conjuntos
amurallados, puesto que los pobladores de Áspero no eran guerreros. En toda la ciudad pesquera no se ha encontrado ni una sola arma. Tampoco tenían enemigos. Era un centro urbano dedicado a proveerse del océano, a realizar trueques de sus productos con civilizaciones de la sierra, la selva y el altiplano, y a ensimismarse en la adoración a sus dioses, como la tierra y el mar. Para este rito, usaban espacios circulares cercados por fuegos que se elevaban hacia el cielo. Áspero, como la gran mayoría de nuestras culturas, no dejó de ser un pueblo donde existía la nobleza. La Dama de los Cuatro Tupus, encontrada en la huaca de Los Ídolos, es un ejemplo de ello. Fue enterrada con una fina capa sostenida por cuatro prendedores elaborados con hueso de mamífero que representan a un ave del litoral y al mono amazónico. En el museo de sitio de Áspero hay una representación de esta mujer con sus adornos, y también se puede observar los utensilios de pesca que utilizaban los residentes de este centro urbano.