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IV.

ES (Espíritu Santo) CONSERVA LA APOSTOLICIDAD DE LA IGLESIA


Apostólico conforme a los apóstoles y su referencia a la escatología (don y tarea). Se trata
de juntar el alfa del plan de Dios a su omega de manera que plan y don permanezcan idénticos
a través de la historia, el crecimiento y las vicisitudes que se han producido, se producen y
se producirán en ella.

Medios para lograr esta fidelidad:


1) Los elementos esenciales de la institución eclesial establecidos por Jesús: su palabra,
los sacramentos, el ministerio de los doce y, de manera aún más radical, la
instauración de estos doce (Mc 3,14), germen del nuevo pueblo de Dios.
2) La misión dada una vez es total («todas las naciones») y está asegurada «todos los
días hasta la consumación de los tiempos» (Mt 28,19-20). Unicidad de esta misión
apostólica a través de los siglos hasta el final.
3) Se trata de Cristo en cuanto enviado por nosotros y nuestra salvación. Cristología del
Espíritu.
4) Al mismo tiempo que enviados, el Hijo y el Espíritu fueron dados, pero el título de
don cuadra especialmente al Espíritu. El Espíritu es el último, es decir, el supremo y
el que consuma, principio de identidad de la obra sobrenatural y salvadora de Dios.

Función del ES para asegurar la continuidad e incluso la identidad entre alfa y omega, en
la categoría de testimonio. (a pesar de los diversos acontecimientos de la historia se
mantiene la continuidad del evangelio)
1) Los autores del NT escribieron en griego, pero pensando en hebreo. Así la palabra
testimoniar expresa mejor la idea de recuerdo no tanto de mártir que muere
aceptando el sufrimiento, sino que se sufre y se muere porque se es testigo,
Jesucristo fue el primer testigo fiel. Dios da testimonio con sus testigos: él actúa en
el testimonio de ellos.
2) Doble misión: la de los apóstoles y la del Paráclito, el espíritu de la verdad. Los
enviados predican el kerigma “bajo la acción del Espíritu” 1P 1,12. Antes han sido
fortalecidos por él en la verdad Jn 16,8-13. El ministerio apostólico es un “ministerio
del Espíritu” 2Co 3,4-18. La Iglesia se construye también por medio de
intervenciones inesperadas, a veces secretas, a veces sensibles: encuentros,
inspiraciones, acontecimientos. De igual manera, el Espíritu da la vida en su libertad
de Señor, está unido al apostolado para hacer la obra del Evangelio.
3) El ES asegura la unidad de la fe en las iglesias diseminadas: 2Tm 1,14. “Nadie
refutará todo esto [sectas filosóficas] a no ser el Espíritu Santo transmitido en la
Iglesia; los apóstoles, los primeros en recibirlo, lo comunicaron a los que tenían una
fe correcta. Nosotros, que somos sus sucesores, que participamos de la misma gracia
del sacerdocio y de la enseñanza y que somos considerados como los guardianes de
la Iglesia, no cerramos los ojos ni callamos la palabra” Hipólito. La «tradición-
transmisión» del Espíritu, que asegura a la Iglesia la fidelidad y la unidad de su fe,
está ligada a los obispos (a las estructuras y a la Alianza). Se ratifica la conciencia
de la Iglesia se der asistida, “inspirada” por el ES que le fue prometido por medio de
sus apóstoles.
Por su parte a raíz de los conflictos con el poder secular después de la contrarreforma y la
contrarrevolución, esta asistencia del ES ha sido presentada como algo evidente y casi
automático.
1) 1. Nosotros profesamos creer (en) la Iglesia apostólica, creer en el ES que hace
apostólica a La Iglesia. Sobre ella, reunida y unánime alrededor de los apóstoles, vino
el Espíritu en Pentecostés. La apostolicidad de la Iglesia es la comunión con los
apóstoles y, por ellos, con ellos, la comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo
(lJn 1,3.7). El Espíritu Santo es el principio de esta comunión (2Cor 13,13) y
sabemos que «a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien
común» (ICor 12,7). La «sucesión apostólica» en el sentido técnico de este término
se sitúa en el interior de esta apostolicidad, de esta comunión prolongada en el tiempo
sin abismarse en él. (mantiene el vínculo con Cristo)
2) La función jerárquica existe en la comunión de la iglesia. Una acción del Espíritu
puede intervenir en toda operación que derive de la institución sacramental
«jerárquica». Sin la venida del Espíritu, únicamente tendríamos un rito. Pero la
necesidad del acto del ministro ordenado manifiesta el de la institución por Cristo.
De esta manera, se unen y complementan las dos «misiones» del Verbo y del Espíritu.
3) Si el ES guarda a la Iglesia en la fidelidad a la fe apostólica y a las estructuras de la
Alianza, la asiste para que, si ha de confesar, de afirmar o de precisar su fe, lo
haga de manera segura y, debemos decir, «infalible». La Iglesia necesita ser
asistida para confesar la verdad. el concepto adecuado al conjunto de la vida histórica
de la Iglesia que se esfuerza en profesar la verdad salvadora es el de indefectibilidad.
El ES asiste a la Iglesia para que el error no prevalezca (cfr. Mt 16,18).
La apostolicidad es santa y católica.

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