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COMO REALIZAR

BUENAS JUGADAS
EN LA APERTURA

Edmar Mednis

Gran Maestro Internacional

EDITORIAL
PAIDOTRIBO
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del "copyright", bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción
parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento. comprendidos
la reprografía y el tratamiento informático y la distribución de ejemplares de ella
mediante alquiler o préstamo públicos.

Título original de la obra: How lo play good opening moves

Revisión técnica: Yago Gallach

Traducción: Antonio Gude

Diseño de cubierta: David Carretero

© 2005, Edmar Mednis


Editorial Paidotribo
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Primera edición:
ISBN: 84-8019-828-1
Fotocomposición: Editor Service, S.L.
Diagonal, 299 - 08013 Barcelona
Impreso en España por A & M Grafic
A mis hermanas, Aiga e Inita
,

INDICE

Prólogo ... ........ .... . . ......................... ................................. ........ ........... 7


Capítulo 1. ¿Qué es la apertura? .... . ........ ............ ........ ........ ....... .. .. 9
Sección 1. Consideraciones generales .. ............. ................... .. ...... ,. 9
Sección 2. Principios específicos ....... ........ . .. .. .. .. .................. ... . .. ..... 12

Capítulo 2. Los tres tipos de jugadas que las blancas pueden


efectuar en la apertura.... ................................................................. 17
Sección 1. Jugadas perfectas ....... ... ..... ...... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Sección 2. Jugadas mediocres .. ....... ................................................. 19
Sección 3. Jugadas deficientes . . ........... . ....... ........... ... . ...... . ... ........... 21

Capítulo 3. Los tres tipos de jugadas que las negras pueden


efectuar en la apertura.......... .... ....................................................... 23
Sección 1. Jugadas perfectas . . . ... .. . ... ... .... .. . ......... ............................. 23
Sección 2. Jugadas mediocres .. .. .. .... .. .. . ........................................... 32
Sección 3. Jugadas deficientes ... .. .... ..... . .. ... ... ... .. . .... . ....... ... ............. 33

Capítulo 4. La evaluación de jugadas: el enfoque práctico.......... 35


Capítulo 5. Defensa Siciliana: principios básicos......... .... . . . ... . . . . . .. 57
Sección 1. Introducción .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .... 57
Sección 2. Principios básicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60

Capítulo 6. Defensa Siciliana: juego de alto nivel... ...................... 73

Capítulo 7. Gambito de Dama Rehusado: principios básicos. . . . . 85


Capítulo 8. Gambito de Dama Rehusado: j uego de alto nivel.... 95
Capítulo 9. Jugadas malas: cómo no realizarlas.............. .... .... ... ... 1 05
Capítulo 10. Enroque: ¿temprano o tarde? . ... . . ... ... ..... ......... ......... 121

Capítulo 11. Juego de peones: centro, formaciones,


debilidades......................................................................................... 133
PRÓLOGO

Los libros publicados sobre aperturas no escasean precisamente.


Las razones son claras: la apertura es una fase muy importante de la
partida, lo que hace que se disponga ya de una enorme cantidad de
material técnico. Pero por su propia naturaleza, esos libros son de ca­
rácter enciclopédico, ya se refieran a una sola apertura o a un grupo
de aperturas. Dado que la teoría de las aperturas se expande muy rá­
pidamente, tales tratados invariablemente contienen material que se
ha vuelto obsoleto incluso antes de que los propios libros se hayan pu­
blicado. Son, no obstante, indispensables para el jugador profesional,
tanto como referencia o como el punto de partida de un estudio inde­
pendiente. La mejor colección de ese tipo de libros es, sin duda algu­
na, la Enciclopedia de Aperturas de Ajedrez (Informator), integrada
por cinco tomos.
Pero ¿de qué forma repercute eso sobre el j ugador que disfruta del
ajedrez y que quiere mejorar sus resultados competitivos, si bien no
tiene tiempo ni ganas para memorizar centenares de variantes? Lo
que ese j ugador necesita es una guía acerca de cómo lograr buenas
posiciones en la apertura sin tener que confiar en cuantiosos análisis
memorizados. Este libro va dirigido precisamente a ese tipo de j uga­
dor y recurre a las técnicas que he desarrollado durante muchos años
de fructífero trabajo colectivo y enseñanza privada. A todo lo largo de
la obra se hace hincapié en los principios. Desde la primera j ugada el
lector aprende a elegir buenas j ugadas de apertura, simplemente ob­
servando los tres principios básicos del juego correcto en la primera
fase de la partida.
Puesto que el enfoque del libro es original, la mayoría del material
de investigación también lo es. El resto se ha obtenido de las fuentes
que podemos considerar habituales: contactos personales, prestigio­
sas revistas técnicas y l ibros especi alizados. Cuando se ha utilizado

7
8 CÓM O REALIZAR BUENAS J UGADAS EN LA APERTURA

material o análisis de algún maestro, se le ha acreditado debidamente


en el texto. Lo mismo que en mis libros anteriores, mi principal cola­
boradora ha sido mi maravillosa rubia, mi esposa Baiba, a quien le de­
bo mi mayor gratitud por haber mecanografiado todo el manuscrito y
por su continuo apoyo moral.
A lo l argo del texto se han empleado los siguientes signos conven­
cionales, con sus correspondientes equivalencias:
B uena j ugada
!! = Jugada muy fuerte, excelente
? Mala j ugada
?? = Grave error
!? = Jugada interesante, emprendedora
?! Jugada dudosa, por razones teóricas o prácticas
+ Jaque
++ Jaque mate.

Teniendo en cuenta que el libro trata de principios más que de


análisis, los errores técnicos deberían ser mínimos. Sin embargo, dada
la complejidad y el carácter inagotable del ajedrez, es casi inevitable
que se produzcan algunos errores. El autor asume la responsabilidad
por todos ellos y de antemano agradece la posible colaboración del
lector por detectarlos y hacérmelos saber.

Edmar Mednis
CAPÍTULO 1

¿Qué es la apertura?

SECCIÓN 1. CONSIDERACIONES GENERALES

Se llama apertura a la fase inicial de la partida de aj edrez. ¿Cuál es


la importancia relativa de la apertura, en comparación con el medio
juego y el final? Aunque la cuestión puede plantearse desde distintos
puntos de vista, no hay, sin embargo, una respuesta concluyente, y el
jugador de ajedrez completo debería adaptarse por igual a las tres fa­
ses. No obstante, puede afirmarse, con razón , que el aprendizaj e de las
aperturas debería ser la primera materia de estudio. Los alemanes tie­
nen una expresión que puede traducirse más o menos así: "Una buena
apertura significa que la partida está medio ganada" . Una sentencia
de este tipo no debe tomarse al pie de la letra, aunque no dej a de te­
ner su fundamento. Lograr pronto una ventaj a de apertura no sólo
tiene un valor práctico, sino que también es importante desde el pun­
to de vista psicológico. Si usted sabe que está bien, eso puede darle
confianza en las acciones que van a producirse. Por el contrario, su ad­
versario, al comprender que está mal, puede que no reúna el empuje
suficiente para el medio j uego que va a producirse. ASÍ, podemos de­
cir que una ventaj a de apertura puede conducir a una fácil victoria en
e l medio j uego.
¿ Qué esperaban conseguir de la apertura los grandes j ugadores de
la historia? José Raúl Capablanca consideraba que el principio funda­
mental debía ser "un rápido y eficiente desarrollo", siendo el corola­
rio que las piezas, al movilizarse, "debían ser situadas en los lugares
adecuados ". También aporta algún excelente consejo acerca de qué
hacer cuando nos enfrentamos a una j ugada desconocida -icomo
tantas veces nos ha sucedido a todos !-: " Realice aquella j ugada que
responda a lo que podríamos llamar el sentido común". Con esto no
hace más que confirmar el principio general antes formulado. Incl uso

9
10 CÓMO REALIZAR B UENAS JUGADAS EN LA A PE RTURA

si la jugada efectuada resultase no ser la mejor (para descubrir lo cual


se requieren normalmente análisis posteriores a la partida) , el plan de
movilizar rápidamente las piezas a casillas seguras dará lugar, en la
gran mayoría de los casos, a una j ugada perfectamente buena.
Larry Evans aporta una definición técnica moderna al decir: "La
apertura es una lucha por el espacio, el tiempo y la fuerza". Svetozar
Gligoric destaca el factor tiempo, preocupado por la velocidad con
que las piezas entran en j uego. Según él, "el uso eficiente del tiempo
en la apertura requiere normalmente que cada j ugada se utilice para
desarrollar una nueva pieza". Lajos Portisch ofrece una perspectiva
más filosófica, pintada por así decir, con un amplio pincel: "Su única
tarea en la apertura es alcanzar un medio j uego satisfactorio" . Las
partidas de Anatoli Kárpov demuestran que desde básicamente está
de acuerdo con la tesis de Portisch. La forma en que Robert James
Fischer concibe la apertura es muy exigente: si es posible, prefiere ba­
rrer a su adversario del tablero desde el mismo comienzo.
Naturalmente, los obj etivos específicos para blancas y negras son
distintos. Para las blancas, el éxito en la apertura significa haber logra­
do una pequeña ventaja. Las negras, por otra parte, pueden sentirse
completamente satisfechas si lograr igualar. Tanto Fischer como Kár­
pov han tenido mucho éxito al saber asegurarse al menos parte de la
ventaj a natural de las blancas, es decir: j ugar con negras contra ellos
siempre ha resultado una tarea particularmente ingrata. El obj etivo
de Kárpov, con negras, ha cambiado de forma considerable desde que
se proclamó campeón del mundo en 1 975. Antes, cuando se enfrenta­
ba a grandes maestros de primera fila, se conformaba con lograr una
segura y sólida igualdad y las consiguientes tablas. Pero desde que
empuñó el cetro mundial parece interesado en ganar todas l as parti­
das y, en consecuencia, sus aperturas con negras se han vuelto consi­
derablemente más dinámicas.
En cuanto a Fischer, las posiciones dinámicas han sido regla inva­
riable para él. Por esta razón, sus armas principales, con negras, siem­
pre han sido la Siciliana Najdorf contra 1 e4, y las defensas India de
Rey y Gruenfeld contra 1 d4. Estos sistemas de apertura requieren un
juego excepcionalmente preciso por parte de las blancas, so pena de
que la iniciativa pase a manos de las negras. Fischer disfruta en tales si­
tuaciones y siempre está dispuesto a aprovechar cualquier oportuni­
dad que se le presente. No obstante, su preocupación esencial es j ugar
un ajedrez preciso y opta por aquello que la posición requiere. Si el
j uego de las blancas es perfecto, asume que deberá pasar algún tiempo
¿QUÉ ES LA APERTURA? 11

antes d e que pueda igualar. Rara vez puede percibirse u n exceso inj us­
tificado de actividad en sus partidas. Como nos cuenta Robert Byrne,
mantuvieron una sesión de análisis conj unto a finales de los sesenta,
Fischer, al reproducir algunas partidas de B yrne, expresó su sorpresa al
comprobar que Byrne se estaba preparando para lanzarse al ataque
con las piezas negras. En un gesto de desaprobación, Fischer le aconse­
jó: " Con negras tienes que igualar antes de buscar otra cosa".
En general, puede decirse que las blancas deberían buscar, al me­
nos, cierta ventaj a en la apertura, mientras que las negras deberían
procurar conseguir la igualdad. Dependiendo de que la meta final de
las negras sea ganar o hacer tablas, éstas deberían buscar una igualdad
dinámica o segura respectivamente. ¿Significa esto que no debe plan­
tearse otra j ugada que aquélla oficialmente reconocida por la teoría
como la mejor? Por supuesto que no: otras j ugadas y otros planes son
a menudo válidos tanto a efectos psicológicos como prácticos. Por
ejemplo, el efecto anticipado de alguna j ugada sorprendente, ante un
adversario conocido porque se siente incómodo cuando lo sacan de la
teoría, puede resultar de un gran valor práctico. O bien, un j ugador
puede conocer, entender y disfrutar j ugando una variante que los teó­
r icos consideran ligeramente inferior. No importa: cada jugador debe
optar por aquellas aperturas que le gustan y que mejor conoce. Lo
que es importante, sin embargo, es mantener una cierta perspectiva
lógica en cuanto al propio enfoque. Sería, sencillamente, una estupi­
dez que las blancas eligiesen voluntariamente una opción que -con un
j uego correcto de las negras- entregara la iniciativa al contrincante.
La experimentación , por parte de las blancas, debería limitarse a
aquellas j ugadas cuyo resultado final no es peor que la igualdad . Las
negras, por su parte, no deberían arriesgarse en una alternativa en la
que -si las blancas j uegan correctamente- se quedarán tan inferiores
que sus posibilidades de recuperación serán mínimas. La experimen­
tación de las negras debería limitarse a jugadas de las que podría deri­
varse una ventaj a mínima de las blancas, en el peor de los casos, con
una inferioridad escasa para las negras, en relación con las mejores
variantes teóricas.
¿ Cuánto dura la apertura? La línea divisoria entre el final de la
apertura y el comienzo del medio j uego no está muy definida. Muchos
de los libros actuales sobre aperturas ofrecen análisis que, a menudo,
llegan a la j ugada número 20 o aún más allá. Debe estar claro que en
tales casos la partida ya ha entrado en la segunda fase. Una útil vara
de medir es que cuando se ha completado el desarrollo, la partida se
12 CÓMO REALIZAR BU ENAS J UGADAS EN LA APERTURA

encuentra en el medio juego. Normalmente. esto sucede entre las 10 y


las 15 primeras j ugadas. Una alternativa es considerar que la apertura
ha finalizado cuando, al menos, uno de los j ugadores ha realizado la
mayoría de los objetivos concretos del j uego en la apertura. Estos ob­
jetivos serán comentados en la sección siguiente.
La última clave para un j uego eficiente es entender el ajedrez.
Aunque en la apertura se requiere una buena cantidad de conoci­
mientos, sigue siendo de mayor valor entender cómo realizar buenas
jugadas de apertura, antes que memorizar cantidades ingentes de
complicadas variantes. Capablanca, como él mismo admitía, no era
precisamente un experto en la teoría formal de las aperturas. En 1919
se organizó un d uelo en La Habana, entre él y el maestro serbio Kos­
tic, famoso por su gran capacidad para estudiar aperturas. Como Capa
lo describió entonces: " Kostic conoce de memoria cada partida j ugada
por todos los maestros en los últimos veinte años, así como un consi­
derable número de partidas más antiguas" . No obstante, Capablanca
no estaba en absoluto preocupado y, gracias a su más profundo enten­
dimiento del aj edrez, lo barrió en las cinco primeras partidas. A pesar
de sus grandes conocimientos de aperturas, Kostic se vio obligado a
rendirse.

SECCIÓN 2. PRINCIPIOS ESPECÍFICOS

A medida que una ciencia progresa, pasando de su infancia a una


general aceptación, determinados principios que inicialmente pare­
cían fundados sobre la bruj e ría son reemplazados por otros basados
en la lógica y verificados por medio de la experimentación. En esta
fase se encuentra hoy en día el ajedrez. Los principios básicos están
formulados y han sido entendidos y aceptados por los principales
científicos (es decir, los j ugadores de elite). Puede afirmarse, sin te­
mor a cometer equivocación alguna, que los principios básicos del
j uego en la apertura no serán superados por nuevos descubrimien­
tos en un futuro previsible. Porque estos principios han alcanzado
una suerte de reconocimiento universal . Así, los principios descritos en
este libro seguirán siendo válidos durante, al menos, los próximos
cien años.
Esto no significa, sin embargo, que la edad de los descubrimientos
haya llegado a su fin. Si algo es cierto, es precisamente lo contrario.
Muchos nuevos esquemas de apertura están por descubrir, y nuestro
¿QUÉ ES LA APERTURA? 13

conocimiento actual de muchas aperturas se ha incrementado. Cuan­


to mej or se conocen algunos sistemas impopulares o insatisfactorios,
resulta más fácil que alguno de ellos sea rehabilitado. La orientación
del descubrimiento debería, sin embargo, ser generalmente positiva.
Espero que en un futuro próximo se creen muchos planes nuevos y
buenos. No hay razón, sin embargo, para pensar que cualquier varian­
te de j uego actual, basada tanto en una estricta lógica como en los éxi­
tos prácticos, se revele repentinamente incorrecta. Por consiguiente,
las herramientas ofrecidas en este libro para aprender a encontrar
buenas jugadas de apertura seguirán siendo válidas. Las buenas j uga­
das continuarán siendo buenas y el progreso conducirá al descubri­
miento de más j ugadas buenas.
Los tres aspectos más significativos en el j uego de apertura son: se­
guridad del rey, desarrollo de piezas y control del centro. La impor­
tancia del rey no es una cuestión polémica, pues la necesidad de que
esté seguro en el medio j uego es bien reconocida. Es importante, por
otra parte, tener presente la seguridad del rey desde la primera j uga­
da. Es un falso concepto creer que puesto que nuestro opositor no tie­
ne en j uego suficientes piezas, nuestro rey debe estar seguro. Por el
contrario, tampoco los potenciales defensores del rey han sido movili­
zados. Incluso el rey blanco puede ser ejecutado de forma rápida, vea­
mos dos ejemplos grotescos: 1) 1 f4 e6 2 g4? ? 'tWh5++; 2) 1 d4 tZ::If6 2
tZ::Id 2? ! e5 ! ? 3 dxe5 tZ::Ig4 4 h3? ? tZ::Ie 3! ! , y las blancas se rindieron en una
partida entre dos maestros franceses, puesto que . la "necesaria" 5 fxe3
permite 5 . . . 'iVh4+ 6 g3 1Wxg3++.
Ya nos hemos referido antes a l a lógica y a un desarrollo rápido y
efectivo, de modo que en este punto no necesitamos insistir sobre ell o.
El valor y la importancia del centro no son, sin embargo, sufi­
cientemente apreciados por la mayoría de los aficionados. El centro y
su control son de la mayor importancia, tanto en l a apertura como en
el medio j uego. Si consideramos deportes tan populares como el ba­
loncesto, el hockey sobre hielo o el fútbol, podemos ver que la mayor
parte de la acción tiene lugar en el centro del campo. Las escaramuzas
anecdóticas suelen producirse en los rincones y en las bandas, pero el
j uego significativo generalmente se inicia en el centro o en la zona
central . Algo parecido sucede en ajedrez. El centro exacto del tablero
está compuesto por cuatro casillas: 'd4', 'e4', 'd5 ' y 'e5 ' (enmarcadas
dentro del cuadrado pequeño en el diagrama 1), y esas cuatro casillas
revisten la máxima importancia. Se las llama casillas centrales básicas.
También de considerable importancia son las casillas adyacentes a
14 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

esas casillas básicas. Reciben el nombre de casillas centrales secunda­


rias y forman el cuadrado mayor, cuyos vértices son los puntos 'c3 '­
'c6'-'f6'-'f3', tal y como se muestra en el diagrama 1, en la figura deli­
mitada por la línea discontinua.

DIAGRAMA!

8
7
6
5
4
3
2
1 .
a b e d e 9 h

Casillas centrales básicas


y secundarias

Consideradas estrictamente desde el punto de vista de su impor­


tancia en el centro, las casillas centrales secundarias a lo largo de la
columna c son equivalentes a las de la columna f. Por consiguiente,
puede parecer lógico emplear los respectivos peones de esta columna
para luchar por el centro, lo mismo que los peones de la columna c.
Sin embargo, si recordamos el tema fundamental de la seguridad del
rey, comprenderemos que eso no es así, ya que mover el peón de f de­
bilita la posición del rey. Esto siempre es un factor de peso cuando el
rey sigue sin enrocar y puede tener cierta significación incluso aunque
el rey se haya enrocado en su flanco. Naturalmente, eso no significa
que la utilización del peón de f en la lucha por el centro sea tabú, pero
sí que su avance debe ser sopesado cuidadosamente en relación con la
seguridad del rey. Esas restricciones no afectan, en cambio, al peón de
c, a menos que el rey de ese bando se haya enrocado largo o planee
hacerlo. De esta reflexión se infiere que las debilidades de las casillas
de la columna f, si el rey propio está cerca, son potencialmente más
¿QUÉ ES LA APER11JRA? 15

peligrosas que las debilidades similares que pudieran ocasionarse en


el flanco de dama, es decir: la vulnerabilidad de las casillas 'f2', 'D' Y
'f4' es más grave que la de las casillas correspondientes 'c2', 'c3' y 'c4'.
En general, el peón de c es un instrumento dispuesto para la acción
central, mientras que antes de hacer lo propio con el peón de f, debe­
mos asegurarnos de que el rey está a cubierto.
La importancia de controlar el centro es bien conocida por la teo­
ría del ajedrez desde que Wilhelm Steinitz comenzó a exponer sus
principios estratégicos, a finales del siglo XIX. Por entonces el control
del centro era un sinónimo real de su ocupación. Así, por ejemplo, pa­
ra controlar el punto 'd4', se consideraba que l as blancas debían tener
situado en dicha casilla un peón o una pieza. En la década de los años
veinte, la Escuela Hipermoderna avanzó considerablemente en la
comprensión del juego central. Lo que importaba, según ellos, no era
la posesión real del centro, sino su domin io, que incluso podía ser ven­
tajoso poseer a larga distancia. Al sintetizar las verdades últimas de
los maestros clásicos y de los hipermodernos, hemos podido aprender
realmente que el centro y su gobierno son de la mayor relevancia. Lo
que nuestro libre pensamiento nos ha enseñado es que la forma en
que lo llevemos a cabo es irrelevante. Si volvemos a tomar la casilla
'd4' como ejemplo (véase diagrama 2), cualquiera de los siguientes
métodos para controlarla tiene un valor equivalente:

DIAGRAMA 2

8
7
6
5
4
3
2

a b c d e 9 h
Control del centro
16 CÓMO REALIZAR BU ENAS JUGADAS EN LA APERTURA

1) 1 d4
2) 1 e3
3) 1 tDf3
4) 1 b3, seguido de 2 �b2
5) 1 c3.

Para hacer efectiva la ventaj a de la primera jugada, las blancas


pueden optar por mej ores alternativas que la 2) y la 5). Sin embargo,
para controlar 'd4 ' las cinco son igualmente válidas. Cuando se desea
j ugar una apertura concreta que requiere el control de 'd4', en tonces
cualquiera de estas cinco opciones puede valorarse, en función de los
objetivos propuestos, con clara conciencia ajedrecística.
Con la información previa como punto de partida, podemos for­
mular los tres principios siguientes para un juego correcto de apertu­
ra:
1) Ponga su rey a buen recaudo mediante el enroque.
2) Desarrolle sus piezas hacia el centro, de forma que estén dis­
puestas para las acciones del medio j uego.
3) Domine el centro, bien 1 ) por ocupación real, bien 2) por acción
de piezas y peones a media o larga distancia.

La calidad específica de las diversas jugadas de apertura será con­


siderada en los dos capítulos siguientes. Sin embargo, podemos for­
mular ya un principio eliminador: a menos de que una j ugada cumpla
con alguno de los objetivos antes enumerados, no será una buena j u­
gada de apertura.
CAPÍTULO 2

Los tres tipos de jugadas


que las blancas pueden
efectuar en la apertura
SECCIÓN 1. JUGADAS PERFECTAS

¿Por qué no las mejores? Según nuestra comprensión actual del


ajedrez, cinco de l as primeras j ugadas blancas posibles son absoluta­
mente perfectas, y no hay razones válidas para no optar por una de
ellas para iniciar la partida. Aunque tales j ugadas son de una calidad
equivalente, la naturaleza del j uego que se puede derivar de cada una
de ellas es muy variada, de modo que todo tipo de estilos individuales
se pueden acomodar a esas "cinco perfectas". Desde el estilo de j uego
violento, hasta el seguro y lento, todo j ugador puede elegir la jugada y
el sistema que mejor le convienen, y lograr así la posición más prome­
tedora posible dentro del campo elegido.
DIAGRAMA 3

8
7
6
5
4

a b c d e 9

Las cinco primeras jugadas


perfectas para las blancas

17
18 CÓMO REALIZAR B UENAS JUGADAS EN LA APERTURA

Esas j ugadas perfectas son las que indican las flechas en el diagra­
ma 3. Nos detendremos en todas ellas, desde la más aguda a la menos
activa.
l e4

La j ugada más activa. Las blancas sitúan un peón en la importante


casilla 'e4', que además ejerce presión en el punto 'd5'. Al mismo
tiempo, se han abierto diagonales para la dama y el alfil de rey, hecho
que posibilita un rápido desarrollo de éste último. La movilización del
caballo de rey y del alfil de rey permite un rápido enroque corto. Por
lo general, el juego abierto y activo es característico de las aperturas
derivadas de 1 e4, una j ugada útil porque, como vemos, contribuye a
los tres obj etivos del j uego en l a apertura.
l d4
Esta j ugada puede considerarse la equivalente a 1 e4 en el ala de
dama. Las blancas sitúan un peón en la importante casilla 'd4' y ej er­
cen presión en 'e5'. Al mismo tiempo, se abre una diagonal para el al­
fil de dama y se libera parte de la columna d para la dama. El j uego in­
mediato derivado de 1 d4 suele estar relacionado con el centro y el
flanco de dama. De modo que dos de los objetivos de la apertura se
cumplen con ese movimiento. Un j uego estratégico activo la principal
característica de las partidas que se inician con 1 d4.
1 c4 (Apertura Inglesa)
A primera vista esta j ugada no parece ser de gran utilidad puesto
que con ella sólo se facilita el desarrollo de la dama. Su mérito princi­
pal radica en el control que el peón ejerce en 'd5 ' , que las blancas
piensan reforzar con 2 lZ'lc3, de forma que este caballo ejercerá la má­
xima presión central , puesto que el peón de c ya ha sido movido con
ese propósito. Al tener en cuenta la continuación 2 lZ'lc3, puede verse
que 1 c4 sirve a dos objetivos de la apertura. El j uego en la Apertura
Inglesa normalmente tiene lugar en el flanco de dama, con la dama
blanca desplazándose a las casillas ' a4', 'b3' y 'c2'. Se trata de una acti­
va apertura de corte estratégico.
llZ'lf3
Esta j ugada es ideal desde el punto de vista de los principios de
apertura, ya que cumple los tres objetivos. A menos que l uego deci­
dan trasponer a otra apertura, las blancas proseguirán con 2 g3, 3 �g2
LOS TRES T I POS DE JUGADAS QUE LAS BLANCAS PUEDEN EFECTUAR... 19

y 4 O-O. En sólo cuatro jugadas, las blancas habrán enrocado, ej ercerán


una presión central con su caballo de f3 y una presión latente con el
' '

alfi l de rey. Es cierto que no se trata de un plan agresivo, pero sí enca­


j a perfectamente en los principios de las aperturas modernas. A me­
nudo, las partidas que se inician con 1 tDf3 trasponen a otras apertu­
ras. Por ej emplo: siguiendo con 2 d4, el juego puede derivar hacia las
aperturas de peón dama; mientras que la continuación 2 c4 puede
conducir a la Inglesa.
1 93
Esta j ugada parece pasiva y sin embargo ayuda a cumplir los tres
obj etivos de apertura. Después de 2 �g2, el alfil domina las importan­
tes casillas centrales 'e4' y 'dS '. Como continuación, las blancas pue­
den poner el punto de mira en la casilla dS, j ugando 3 c4 y 4 tDc3, o
pueden completar el desarrollo de su flanco de rey con 3 tDf3 y 4 O-O.
Como puede verse -aunque no sea activa- l g3 es una j ugada muy fle­
xible y puede considerarse perfecta.
Hay una sexta j ugada que podemos considerar casi perfecta, pues
sólo se encuentra una centésima de valor por debajo de las cinco ante­
riores. Se trata de la simétrica a 1 g3 en el flanco de dama, 1 b3. Después
de 2 1i.b2, las blancas ejercerán una adecuada presión en las casillas 'd4'
Y 'eS '. A finales de los años sesenta y comienzos de los setenta, Bent
Larsen tuvo mucho éxito con 1 b3, así que la apertura lleva, merecida­
mente, su nombre. Sin embargo, un intensivo trabajo teórico ha demos­
trado que 1 b3 es un tanto inferior a 1 g3, por las dos razones siguientes:

1) No contribuye a la seguridad del rey ni prepara el enroque cor­


to. (El enroque l argo no es muy atractivo en esta apertura).
2) Es difícil conseguir presión adicional sobre 'eS ' , dado que f4
conduciría a un debilitamiento en la posición del rey.

SECCIÓN 2. JUGADAS MEDIOCRES

Si alguien no quiere efectuar las mejores j ugadas, debería, al me­


nos, optar por una de las tres posibilidades mediocres, cada una de las
cuales tiene características positivas. Pero debido a sus deficiencias in­
herentes, la mejor calificación que merecen es la que hemos adopta­
do: "mediocres". Pueden verse gráficamente en el diagrama 4, y a con­
tinuación las comentaremos.
20 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

DIAGRAMA 4

a b c d e g h

Las tres primeras jugadas


mediocres para las blancas

l b4
Con el plan 2 .llb2, que apunta a las casillas 'd4' y 'eS'. Además, el
peón controla la casilla central secundaria 'cS'. Sin embargo, el peón
no está protegido y -tras respuestas normales, como 1 . e6 ó 1 eS­
.. ...

las blancas pronto tendrán que reforzarlo con 'a3'. Obsérvese que 1
b3 sirve al mismo propósito central, pero sin los inconvenientes de 1
b4.
lt¿jc3
El caballo de dama queda situado en su mejor casilla central. La
desventaja de este movimiento es que bloquea el avance del peón de
c para colaborar en la lucha por el centro, de modo que a las blancas
les resultará difícil organizar un desarrollo armonioso de piezas. Es
demasiado pronto para poder afirmar "no pienso utilizar el peón de
c".
lf4
Esta jugada no contribuye en nada al desarrollo y debilita ligera­
mente el flanco de rey. Su aspecto más positivo es que sirve para ejer­
cer presión en la casilla 'eS'.
LOS TRES TIPOS DE JUGADAS QUE LAS BLANCAS PUEDEN EFECTUAR... 21

SECCIÓN 3. JUGADAS DEFICIENTES

Todas las demás j ugadas de apertura son malas. ¡ No las haga ! Un


breve comentario es todo lo que se requiere para entenderlo:
1 a3, 1 a4. Puras pérdidas de tiempo.
1 ttJa3, 1 ttJh3. Estas j ugadas alejan los caballo s del centro.
1 h3, 1 h4. Malgastan tiempo y debilitan el flanco del rey.
l O. No contribuye al desarrollo y debilita el fl anco de rey.
1 g4. Debilita gravemente el flanco de rey.
1 c3, 1 e3, 1 d3. Innecesariamente pasivas. Son j ugadas razonables
para las negras (1 ... c6, 1 . e6, 1 .. d6), pero no tienen sentido para las
. . .

blancas, porque ... ¡ las blancas tienen que j ugar como blancas, no como
negras !

Dado que no me gustaría que usted las j ugase, no las reproduciré


en ningún diagrama.
CAPÍTULO 3

Los tres tipos de jugadas


que las negras pueden
efectuar en la apertura
En general podemos decir que lo que es bueno para las blancas
también debe ser bueno para las negras, y lo que es malo para las
blancas puede ser todavía peor para las negras. Por ejemplo, las cinco
primeras j ugadas perfectas de las blancas· son tan buenas que ¡ las ne­
gras pueden responder, en cada caso, con la j ugada simétrica ! Por otra
parte, la j ugada 1 . . g5 es sinónimo de suicidio. Por supuesto, la prime­
.

ra j ugada blanca puede inhibir determinadas respuestas y reducir el


valor de otras. Las siguientes secciones mostrarán cómo deberían y
cómo no deberían j ugar las negras. En todos los casos, asumiré que las
blancas han abierto con j ugadas perfectas. Si las blancas no lo han he­
cho así, las negras deberían realizar las mismas buenas j ugadas, pues
10 que sucederá en tal caso es que conseguirán una excelente posición
en menos tiempo.

SECCIÓN 1. JUGADAS PERFECfAS

Las j ugadas perfectas son aquéllas que ayudan a realizar al menos


uno de los objetivos declarados de la apertura, sin que tengan defec­
tos e stratégicos o tácticos. Lo mismo que en el capítulo 2, comentare­
mos estas j ugadas por orden, nos ocuparemos en primer lugar de las
respuestas a las j ugadas más activas de las blancas.
A) l e4
Las negras disponen de siete respuestas perfectas a e sta pri mera
j ugada blanca, tal y como se indica en el diagrama 5.

23
24 CÓMO REALIZA R B UENAS JUGADAS EN LA APERTURA

DIAGRAMA S

8 I
7 ,
6

a b c d e g h

Las siete respuestas perfectas


de las negras a J e4

1 ... c6

Aunque libera una diagonal para la dama, el principal propósito de


1 ... c6 es controlar la casilla clave 'd5 '. Las negras piensan seguir con 2
. . d5, de modo que después de, por ej emplo, 2 d4 d5 3 exd5 cxd5 ! , su
.

influencia en el centro es i déntica a la de las blancas. Así, 1 ... c6 es no


sólo un movimiento fundado, sino que prepara, además, la agresión al
activo peón blanco de 'e4'. E s una apertura segura y correcta, llamada
Defen sa Caro-Kann, muy popular entre los estrategas. El ex campeón
mundial TIgrán Petrosián ha sido uno de su s más fieles adeptos y el
campeón actual , Anatoli Kárpovl, la eligió para su enfrentamiento
con Spasski.
1 ... eS
Las negras ejercen una presión inmediata en la casilla 'd4' y se dis­
ponen a incrementarla con . . . 4Jc6. Se trata de la famosísima Defensa
Siciliana, que en su día fue la defensa exclusiva de Robert James Fis­
cher, en respuesta a 1 e4. Echaremos un vistazo más detenido a e sta
importante apertura en los capítulos 5 y 6.
1 ... d6
I Lo era cuando se publicó el libro original en 1982. Nota del traductor.
LOS TRES TIPOS DE JUGADAS QUE LAS NEGRAS PUEDEN EFEcnJAR... 25

Las negras protegen la casilla 'eS' y abren la diagonal del alfil de


dama. Normalmente, a esta j ugada le siguen 2 ... lüf6 y 3 g6, para lle­ .. .

gar así en la Defensa Pi rco Hasta mediados de los años cuarenta se


con sideraba una defensa inferior, pero ahora e stá reconocida como
una apertura perfectamente satisfactoria.
1 .•. e6
E ste avance puede con siderarse análogo a l . . . c6. Las negras pre­
tenden cuestionar el predominio del peón blanco de 'e4' con 2 . . . dS
-de paso que controlan la casilla ' dS '- para pre sionar en 'e4'. Con este
movimiento quedan abiertas las diagonales de la dama y del alfil de
rey. Se trata de la famosa Defensa Francesa, favorita, entre otros, del
excampeón mundial Mijaíl Botvínnik, así como de los pre stigiosos
grandes maestros Wolfgang Uhlmann, Víktor Korchnói y Lajos Por­
tisch, en cuyo repertorio ocupa un lugar preponderante.
1 ••• eS
Una j ugada tan buena como la primera de las blancas: controla eS
y ataca 'd4', de paso que abre sendas diagonale s a su dama y a su alfil
de rey. No obstante, dado que este peón no e stá protegido, las negras
tendrán que soportar una inminente presión sobre él. Para determi­
nar la apertura se requieren más j ugadas.
1 ••• lüf6
Lógica desde el punto de vista estratégico, pues el caballo de rey se
desarrolla por su mejor casilla y ataca, incluso, el peón blanco de 'e4'.
Naturalmente, las blancas pueden expulsar el caballo con el avance 2
eS, y q ue gana tiempo para una nueva jugada. Esta defensa es inven­
ción del que fuera campeón del mundo Alexander Alekhine, en los
primeros días de la era hipermoderna (años veinte) y, por tanto, lleva
su nombre. La defensa consolidó definitivamente su corrección teóri­
ca cuando Fischer la introduj o, en dos oca siones, en su duelo de 1972
contra Spasski.
1 ••. g6
Las negras desarrollarán su alfil de rey hacia el centro, con 2 ... iLg7,
y prepararán al mismo tiempo un rápido enroque corto. D ado que esto
concede a las blancas la posibilidad de construir un fuerte centro, du­
rante mucho tiempo se pensó que el plan de las negras era un tanto du­
doso. Los últimos análisi s muestran que las negras pueden afrontar la
26 CÓMO REALIZAR BUENAS J UGADAS EN LA APERTURA

inicial superioridad enemiga en el centro, de modo que 1 g6 debe con­


...

siderarse como una jugada perfectamente buena. No obstante, las ne­


gras deben entender muy bien los matices de esta defensa, pues de otro
modo el centro blanco puede ahogarlas. Algunos autores llaman a esta
apertura "Defensa Moderna" pero, puesto que tal denominación pare­
cerá ridícula dentro de unos años, la genérica "Defensa del Fianchetto
de Rey", o su nombre histórico "Defensa Robatsch", por el gran maes­
tro austriaco Karl Robatsch, me parecen más apropiados.
B) l d4
Las negras también disponen, en este caso, de siete respuestas per­
fectas, tal y como se observa en el diagrama 6.

DIAGRAMA 6

a b c d e 9 h
Las siete respuestas perfectas
de las negras a 1 d4

1 ... c6
Se prepara para continuar con la deseable, a efectos centrales, 2 . .
.

d 5 . Después d e 2 c4 d5, las negras han planteado la Defensa Eslava


contra el Gambito de Dama Rehusado, mientras que tras 2 e4 d5 se
llega, por transposición, a la Defensa Caro-Kann. Aunque rara vez
puesta en práctica, 1 . . . c6, seguido de 2 d5, es una j ugada ciertamen­
...

te perfecta.
LOS TRES TIPOS DE JUGADAS QUE LAS NEGRAS PUEDEN EFECl1JAR ...

1 ... eS
Las negras desafían de inmediato al peón de dama blanco. Des­
pués de la respuesta normal, 2 d5, las negras pueden elegir entre 2 . . .

e5 , que plantea una antigua formación Benoni, y seguir agrediendo al


peón avanzado blanco, con 2 . . e6, lo que conduce a la Defensa Beno­
.

ni Moderna. En cualquier caso,las blancas conservan una clara venta­


ja de espacio, que exige una defensa precisa de las negras, cuyas pers­
pectivas,pese a ello, son buenas.
1 ... d6
Esta j ugada disputa el control de 'e5' y dej a paso al alfi l de dama.
Después de 2 c4 lLlf6, el j uego deriva h acia formaciones de l a India de
Rey, y después de 2 e4 lLlf6, normalmente la lucha se encamina hacia
variantes de la Defensa Pirc (véase, en defensas a l e4) . La inmediata
1 ... d6 no es muy frecuente, pero coincide plenamente con los princi­
pios de apertura.
1 . . dS
.

Con las mismas ideas que la excelente primera j ugada blanca: con­
trol de 'dS', ataque a 'e4', apertura de una diagonal para el alfil de da­
ma y eventual desarrollo de la dama blanca.
1 ... e6
Esta j ugada controla 'dS' y abre líneas tanto a la dama como al alfil
de rey. Después de 2 e4, las negras entrarán en la Defensa Francesa
con 2 . d5; mientras que en caso de 2 c4 1as negras pueden elegir en­
. .

tre llevar el j uego al Gambito de Dama Rehusado con 2 . . d5 , Y prose­


.

guir con el desarroll o de su flanco de rey con 2 . lLlf6.. .

1 . lLlf6
..

La respuesta más flexible de las negras y,actualmente, la más popu­


lar en el ajedrez de competición. Al desarrollar el caballo de rey hacia
el centro, las negras cumplen con todos los objetivos de la apertura.
1 . g6
..

Con las mismas ideas que cuando esta jugada se realiza contra 1
e4: fianchettar el alfil de rey y preparar el enroque corto. Después de 2
c4 �g7, el juego evoluciona según las aperturas cerradas del peón de
dama, mientras que tras 2 e4 iLg7,resulta un j uego más característico
de las aperturas del peón de rey.
28 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

C) l c4
Una vez más, las n egras disponen de siete j ugadas perfectas, tal y
como muestra el diagrama 7.

DIAGRAMA 7

a b c d e g h

Las siete respuestas perfectas


de las negras a 1 c4

1 ... c6
Las negras piensan atacar el peón de c blanco, con 2 . . dS, y esta­
.

blecer así un firme control del punto 'dS ' . Después de 2 d4 dS , resulta
la Defensa Eslava, y en caso de 2 e4 dS, queda planteada la no menos
frecuente Defensa Caro-Kann.
1 ... eS
De nuevo, una respuesta simétrica a la de las blancas. Las negras
ejercen presión en la importante casilla 'd4', se disponen a desarrollar
su caballo de dama por la casilla ideal ('c6'), y le han abierto una dia­
gonal a la dama para que pueda j ugar en su flanco.
1 ••• d6
Protege la casilla 'eS' y abre paso al alfil de dama. Las negras pue­
den seguir con 2 . eS , 2 . . tüf6, o incluso 2 . . g6, según sus propios de-
.. . .
LOS TRES TIPOS DE JUGADAS QUE LAS NEGRAS PUEDEN EFEcruAR... 29

seos. Aunque no es lo más habitual, 1 oo. d6 es excelente en todos los


aspectos.
1 ... e6
Protege 'd5 ' Y libera dama y alfil de rey. Las negras piensan conti­
nuar con 2 d5 ó 2 ttJf6.
oo. oo.

1 ... eS
Un plan activo, con el que las negras ocupan una casilla central cla­
ve, atacan d4 y abren paso a la dama y al alfil de rey.
1 ... ttJf6
De nuevo, la respuesta más flexible que cubre todos los objetivos
de la apertura. Las negras pueden proseguir eligiendo entre un am­
plio número de sistemas, como 2 o o . c6, 2 c5, 2 e6 y 2 g6.
oo. oo. oo.

1 ... g6
Las negras demuestran de inmediato que quierenfianchettar su al­
fil de rey. Se trata de un plan muy flexible y, puesto que con su prime­
ra jugada l as blancas no han situado su peón en una casilla central bá­
sica, las negras no tienen que preocuparse porque las blancas puedan
construir un centro anormalmente fuerte.
D) 1 ttJf3
Como muestra el diagrama 8, las negras cuentan con las siete j uga­
das perfectas que siguen:

1) 1... c6
2) 1 eS •••

3) 1. .. d6
4) 1 ... dS
5) 1 ... e6
6) 1 ... ttJ f6
7) 1 ... g6
(D)
Ya hemos visto anteriormente estas jugadas, y aquí se repiten sus
mismos méritos por las mismas razones. Dado que 1 ttJf3 no es un gol­
pe activo, las negras no tienen necesidad de preparar oo.d5 con la pre­
via 1 c6. Sin embargo, 1 c6 no tiene nada de malo y, a menudo, se
oo. oo.
30 CÓMO REALIZAR BUENAS J UGADAS EN LA APERTURA

DIAGRAMA S

a b c d e g h

Las siete respuestas perfectas


de las negras a 1 0.[3

l lega a l a misma posición después de 1 . . d5. La popular Apertura Re­


.

ti, por ejemplo, puede empezar así: 1 0.f3 d5 2 c4 c6, o bien en este or­
den: 1 0.f3 c6 2 c4 d5.
E) 1 93
Dado que ésta es la j ugada menos activa de las blancas, las negras
disponen nada menos que de ocho buenas j ugadas posibles, tal y co­
mo muestra el diagrama. Son l as siguientes:
1) 1 ... c6
2) 1 eS
•••

3) 1 d6
•••

4) 1 . dS
.•

5) 1 e6
•..

6) 1 eS
•••

7) 1 0.f6
•••

8) 1 g6
•••

(D)
Todas estas j ugadas se han comentado antes extensamente, y el
mismo razonamiento puede aplicarse aquí en cada caso. Si el lector ha
LOS TRES TIPOS DE JUGADAS QUE LAS NEGRAS PUEDEN EFEcruAR... 31

DIAGRAMA 9

a b c d e 9 h

Las ocho respuestas perfectas


de las negras a 1 g3

ido estudiando las secciones individuales, estoy seguro de que se ha­


brá dado cuenta que l as buenas j ugadas se repiten. Lo que es bueno
contra una apertura suele ser bueno contra otra porque se aplican los
mismos principios de apertura. Las ocho jugadas perfectas de l as ne­
gras, según tales principios, son las mostradas. A menos que haya una
razón clara y concreta por la que alguna de ellas no sea factible, no
puede equivocarse si elige uno de estos movimientos, sea cual haya si­
do la primera j ugada blanca.
Hay otra primera j ugada para las negras que merece mención es­
pecial. A finales de los años setenta, los maestros británicos, liderados
por Anthony Miles y Raymond Keene, comenzaron a jugar 1 . . b6 ge­ .

neralmente con éxito. La idea subyacente en la j ugada es similar a la


de 1 . g6, en cuanto a que el alfil fianchettado dominará dos impor­
..

tantes casillas centrales básicas. En el caso de 1 . b6, concretamente


..

'dS' y 'e4'. No obstante, en comparación con 1 . g6 , l .. . b6 tiene la des­


..

ventaj a de que no hace nada por colaborar con la seguridad de su rey


mediante el enroque (puesto que el enroque largo es generalmente
inapropiado en estas variantes) . La ausencia de enroque significa que
el rey negro puede permanecer menos seguro y que el contraj uego de
las negras en el centro no está reforzado por el alfil de rey. Como com-
32 CÓMO R EALIZAR B U ENAS J UGA DAS EN LA AP ERT U RA

pensación parcial para l as negras, el alfil de dama fianchettado puede


atacar de forma natural el peón de rey blanco, si es que las blancas op­
tan por un fuerte centro con un temprano e4.
Es demasiado pronto para dar una respuesta definitiva en cuanto
al valor obj etivo de las defensas que se inician con 1 . . . b6. La teoría
ajedrecística, con su interminable búsqueda de la verdad, aportará la
respuesta a su debido tiempo. Mi dictamen es q ue 1 . b6 es un poco
..

pasiva para ser obj etivamente considerada una j ugada perfecta. Sin
embargo, no es más que muy ligeramente inferior a las j ugadas califi­
cadas de perfectas. Es posible que tras la menos activa 1 tL'lf3, 1 ...b6
no presente deficiencias teóricas.

SECCIÓN 2. JUGADAS MEDIOCRES

Con tantas j ugadas perfectas disponibles para las negras, ¿por qué
elegir otras? Realmente, no lo sé. Sin embargo, hay quienes piensan
q ue pueden conseguir más "sacando a su adversario del libro" . Las j u­
gadas q ue tienen algunos aspectos positivos y que pueden , por tanto,
calificarse de "mediocres" , son las siguientes:
A) l e4
1 tL'lc6. El caballo de dama se desarrolla por su mejor casilla, pero
_

eso sucede demasiado pronto. Después de 2 d4, las blancas obtienen


una considerable superioridad central, tanto si las negras responden con
la j ugada de Aron Nimzovich, 2 ... d5, como con la alternativa 2 ... e5.
1 dS. Desafiar al peón de rey blanco seguramente es lógico, pero
...

el problema de las negras es que después de 2 exd5 "Yi'xd5 3 tL'lc3 ¡Va5 4


d4, han perdido tiempo con su dama y la posición del peón en 'd4'
concede a las blancas una clara superioridad central. Ésta es, sin em­
bargo, una apertura reconocida, que se llama Contraataque del Cen­
tro en los países anglosaj ones, y Defensa Escandinava en otras partes
del mundo.
B) l d4
1 tL'lc6. Al desarrollar precipitadamente su caballo de dama, las
...

negras tendrán problemas en el centro después de 2 c4, 2 e4 ó 2 d5.


1 rs. La Defensa Holandesa. Las negras controlan parcialmente
•••

la casilla 'e4' y sueñan con disponer más tarde de posibilidades de ata-


LOS TRES TIPOS DE JUGADAS QUE LAS NEGRAS PUEDEN EFEcrUAR.. 33

que en el flanco de reyo No obstante, los inconvenientes de esta j ugada


son obvios: no se facilita el desarrollo y se debilita el fl anco de reyo A
menos que sea usted un gran maestro, le resultará bastante fácil, con
negras, caer en una situación estratégicamente desesperada en esta
apertura o

C) l c4
D e nuevo, las dos j ugadas mediocres son 1 o o o ltJc6 y 1 000 f5, Y el co­
mentario a B) es aplicable aquí.
D) l ltJf3
Lo mej or que puede decirse de 1 ltJc6 y 1 000 f5 en este caso es que
ooo

son realmente mediocreso El desarrollo del caballo de dama podría


dar buen resultado si las blancas prosiguen con pasividad , pero si jue­
gan la activa 2 d4!, entonces la voluntaria o bstrucción , por parte de las
negras, de su peón de c hará que les resulte imposible oponer una for­
mación central satisfactoria o

E) 1 93

1 000 f5 de n uevo descuida el desarrollo y debilita el flanco de reyo


Contra 1 000 ltJc6 las blancas deberían aprovechar l a ocasión de sellar
la superioridad en el centro, con 2 d4 ! , en cuyo caso lo mejor que pue­
den hacer las negras es optar por algunas variantes estratégicamente
insatisfactorias de la Defensa Chigorino
Seguramente el lector habrá observado cómo ciertos modelos de
mediocridad se repiteno Contra aperturas cerradas, esos factores son
el desarrollo prematuro del caballo de dama (aun admitiendo que sea
desarrollado por su mejor casilla) y la orientada hacia el centro, pero
que no contribuye al desarrollo, 1 000 f50 Contra 1 e4, además de la tan
mencionada j ugada del caballo de dama, las negras también pueden
optar por la agresivísima 1 000 d50

SECCIÓN 3. JUGADAS DEFICIENTES

Las j ugadas que son deficientes para las blancas, todavía son peo­
res para las negras. Por consiguiente, no j uegue nunca 1 000 a6, 1 000 a5, 1
o o o ltJa6, 1 000 f6, 1 000 g5, 1 000 h6, 1 000 h5, ni 1 o o o ltJh6o Sus contrapartidas
blancas son malas, de modo que éstas lo son todavía un poco más, y
eso no se lo pueden permitir las negras.
34 CÓMO REALIZAR BUENAS J UGADAS EN LA A PERTURA

Hay dos j ugadas que merecen una explicación en cuanto a por qué
deben considerarse más deficientes que mediocres. La primera es 1 o o .

b 5 e n respuesta a 1 d4, 1 ltJ f3 ó 1 g3. Como recordará el lector, b4 l a


consideramos mediocre en tanto que primera j ugada blanca. S i n em­
bargo las negras, que van un movimiento por detrás, no pueden per­
mitirse debilitar el flanco de dama y perder el tiempo necesario en de­
fender el peón desprotegido. Por ej emplo, después de 1 d4 b5 2 e4
�b7 3 f3, las negras deberán perder una j ugada para proteger el peón
de 'b5 ' .
La otra j ugada impracticable e s 1 .. d 5 , en respuesta a 1 c4. Éstas
.

son las razones por las que 1 . . . d5 es peor contra 1 c4 que contra 1 e4:
1) Después de 2 cxd5, las blancas han cambiado un peón central
secundario (el peón de c) por un peón central básico de las ne­
gras, de modo que las blancas están en condiciones de poder for­
mar un centro bastante más fuerte que contra la Defensa Escan­
dinava, puesto que contarán con sus peónes de d y e, mientras
que el de e será el único peón central básico que les quede a las
negras.
2) Después de las jugadas normales 2 cxd5 'iVxd5 3 ltJc3 , las blancas
tendrán ventaj a en desarrollo, además de un más fuerte centro,
tras 4 d4. Por otra parte, dado que la posición se mantiene relati­
vamente cerrada, las negras tendrán menos oportunidades de
contraj uego que en la D efensa Escandinava.
CAPÍTULO 4

La evaluación de jugadas:
el enfoque práctico

En la primera j ugada todo está bastante claro. Si j uega conforme a


los principios de la apertura. su elección será excelente. Pero ¿qué ha­
cer en la segunda. o en la décima j ugada? A medida que l a partida va
tomando forma, el j uego se hace más complicado y. como es lógico. re­
quiere una reflexión más concreta para seleccionar las j ugadas. En
cualquier caso. no está de más asegurar. so pena de repetirnos. que las
opciones que elij a serán mucho mejores mientras se mantenga fiel a
los principios básicos. Concederle preferencia vol untariamente a una
j ugada que no contribuye al desarrollo. que no influye en el centro y
que puede contravenir la seguridad de su rey sería una locura. a me­
nos que. a cambio. le ofrezca algunas fantásticas posibilidades. En rea­
lidad. posibilidades de ese tipo rara vez se dan en el tablero. La mayo­
ría de las j ugadas que contravienen los principios de la apertura
resultan ser claramente inferiores. De cualquier modo. el deseo por a
experimentar puede tentarnos a todos, desde el maestro al aficionado.
Con demasiada frecuencia solemos pensar que quizá "en esta posi­
ción concreta" podamos optar por una jugada que vulnere los princi­
pios fundamentales, precisamente porque se trata de una situación es­
pecial . Las estadísticas, sin embargo, demuestran que esas situaciones
especiales se producen mucho más raramente de lo que -guiados por
un excesivo optimismo- nosotros pensamos.
¿Qué tipo de señales o referencias podemos utilizar para decidir si
una j ugada es buena o no? Con mucho, la mejor guía es ver si la j uga­
da cumple los buenos principios de apertura. Debería acercarse al
menos a uno de los objetivos básicos. El tipo de pensamiento que po­
demos emplear quedará subrayado en los siguientes ej emplos, que
sirven para ilustrar tanto las ideas clásicas como las nuevas. En estas
partidas incluiré muestras de todas las aperturas principales con ex­
cepción de la Defensa Siciliana y el Gambito de Dama, que serán es­
tudiadas en profundidad en los capítulos 5° al 8°.

35
36 CÓMO REALIZA R BUENAS J UG ADAS EN LA A PERTURA

Krum Gueórguiev Yuri Razuváiev


-

Dubna ( Rusia), 1 979


Apertura Ruy López, C92

1 e4 eS 2 lt)f3
D esarrolla el caballo de rey hacia el centro con ganancia de tiem­
po, es una jugada perfecta y l a mejor opción de las blancas aquí.
2 ••• lt)c6
La respuesta más popular de las negras. El peón de rey negro re­
quiere protección y el caballo de dama, movilizándose también por
su mej or casilla, la aporta. Puesto que las negras han decidido q ue su
peón de e será su bastión central, no se requerirá en este esquema la
colaboración del peón de c en la lucha por el centro, al menos no de
inmediato. Por consiguiente, este desarrollo del caballo de dama no
tiene ninguna desventaj a .
3 .t.bS
Completa el desarrollo de las piezas menores en el flanco de rey y
se prepara para enrocar de inmediato. Al atacar el caballo de dama,
las blancas ejercen una presión indirecta sobre el peón rey negro. Así,
podemos ver que la j ugada del alfil forma parte del plan de las blancas
para lograr superioridad en el centro. Esta tercera j ugada blanca ha
planteado la famosa Apertura Ruy López.
3 ••• a6
Expulsa el alfil, puesto que las blancas no ganan un peón con 4
.i.xc6 dxc6 ! 5 lt)xe5 ? ! , debido a 5 . . . 'ifd4, y las negras recuperan el pe­
ón con un buen juego. No obstante, no es en absoluto evidente que 3
.. . a6 sea una buena j ugada, y se han requerido numerosas partidas y
análisis de grandes maestros antes de que este avance mereciese el
respaldo teórico general.
4 it.a4
Mantiene el statu quo. Un plan alternativo de valor similar es 4
it.xc6 dxc6 5 O-O !
4 ••• lt)f6
Desarroll a el caballo de rey a su mejor casilla central.
LA EVALUACIÓN DE JUGADAS: EL ENFOQUE PRÁCTICO 37

5 0-O
De esta forma, en cinco j ugadas, l as blancas han conseguido una
buena presión central y han adelantado mucho su desarrollo, dado
que su rey se e ncuentra ya seguro: Las blancas no tienen por qué te­
mer S . . . ltJxe4, ya que después de 6 d4! recuperan el peón de forma
forzosa. Aunque no resulta del todo evidente, a esa conclusión puede
llegarse a causa de la naturaleza abierta de la posición, que obligará a
las negras a preocuparse por l a seguridad de su rey. En consecuencia,
deberán enrocar rápido y las blancas podrán capturar el peón de rey
de las negras mientras éstas se ponen al día en su desarrollo.
5 000 b5
Una j ugada polémica. Para prevenir las amenazas a su peón de
'eS ' , las negras cortan el ataque a su caballo de dama por parte del al­
fil enemigo, pero lo llevan a una diagonal desde la que apunta a 'f7'. A
menos que l as negras puedan enrocar rápidamente, esta casilla puede
resultar m uy vulnerable. La alternativa más habitual, que ha resistido
la prueba del tiempo, es la tranquila j ugada de desarrollo S ... �e7.
6 iLb3 iLe7 7 :tel
Al proteger el peón de 'e4' con la torre, las blancas construyen la
posición normal de la Ruy López Cerrada, que normalmente se pro­
duce después de S . . . iLe7 6 :t e l bS 7 �b3. La opción alternativa es
crear problemas de más difíci l solución a las negras, con la agresiva 7
d4 ! , ya que después de 7 . . . exd4, 8 eS resulta muy molesta.
Nótese que después de 7 l:tel la torre blanca queda situada en el
centro. Por el momento, su misión principal es defensiva, pero pronto
puede resultar ofensiva a lo largo de la columna e.
7 000 O-O
Ahora el rey negro está seguro.
8 c3
Con idea de formar un fuerte centro con 9 d4.
8 000 d6
Protege el peón de rey y abre la diagonal al alfil de dama. Si las
blancas efectúan la inmediata 9 d4, entonces las negras pueden crear
una fuerte presión sobre ese peón con 9 . .i.g4.
. .
38 CÓMO REA LIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

9 h3!
El único fin de esta j ugada es poder realizar el avance d4 sin permi­
tir la clavada. Puesto que las negras no pueden impedir que la j ugada
d4 se lleve a cabo y que no disponen de ninguna amenaza inmediata,
las blancas pueden permitirse esta pérdida de tiempo. La posición,
después de esta novena j ugada blanca ha sido analizada con minucio­
sidad, dado que las negras cuentan con numerosas posibilidades.
Anteriormente era muy habitual la Variante Chigorin (9 . . tba5 1 0 .

�c2 c5) , y e n l a década d e los setenta s e puso d e moda la idea d e B re­


yer, 9 . . . tbb8 1 0 d4 tbbd7.
9 ••• �b7!?
Sólo en los dos últimos años apareció esta j ugada en la práctica
magistral. ¿Por qué se ha necesitado tanto tiempo para dar con este
descubrimiento? Lo cierto es que si nos basamos en los principios de
la apertura, esta j ugada seguramente merece una seria investigación.
Las negras completan el desarrollo de sus piezas menores y sitúan el
alfil de dama apuntando directamente al centro. Si el caballo de 'c6' se
mueve, el alfil estará amenazando el peón blanco de 'e4'.
10 d4 l:te8

DIAGRAMA 10

a b c d e g h

Gueórguiev - Razuváiev
Dubna, 1 979
Después de la 10° jugada negra
LA EVALUACIÓN DE JUGADAS: EL ENFOQUE PRÁCTICO 39

La posición básica en esta sub variante. La torre negra queda si­


tuada de forma tal que protege el peón d e 'e5 ' y ataca indirectamen­
te el peón de 'e4' enemigo. Dado que las blancas disponen de cierta
superioridad central, el primer j ugador cuenta con una pequeña
ventaj a derivada de su derecho a mover primero. Su plan más con­
sistente ahora es desarrollar las piezas del flanco de dama, con 1 1
lDbd2. Sin embargo, las blancas demuestran que se contentan con
hacer tablas contra un bien conocido riva l . El gran maestro soviético
(con negras) , en cambio, no se contenta con ese resultado y, en con­
secuencia, para proseguir la partida debe realizar j ugadas de segun­
da fila, con lo que lo único que consigue es acabar perdiendo: 1 1
lDg5 :tf8 1 2 lDf3 h6? ! 1 3 lDbd2 exd4? ! 1 4 cxd4 lDb4 1 5 'iVe2 c5 1 6 a3
lDc6 1 7 d xc5 dxc5 18 e5 lDh7 1 9 lDe4 c4 20 �c2 :te8 ? ! 21 �f4 ! lDf8 22
We3 lDg6 23 e6! lDxf4 24 exf7+ �xf7 25 'ifxf4+ �g8 26 'iVf5 ! %lf8 27
'iVe6+ :f7 28 :ad 1 "c8 29 'iVg6 %lxf3 30 lDd6 ! �xd6 3 1 %lxd6 �f8 32
gxf3 'iVc7 33 l:de6 'iff7 34 'iVxf7+ <it>xf7 35 �g6+. Las negras se rin­
dieron.

Jonathan Speelman - Mihai Suba


la ro n d a del Torneo de Hastings 1 978-1 979,
(Inglaterra), diciembre de 1 978
Defensa Alekhine, B 02

1 e4 lDf6 2 eS
El peón atacado se convierte en atacante, pues permitir que el ca­
ballo de rey contrario se mantenga en su puesto actual sería facilitar a
las negras un fácil desarrollo.
2 ••• lDdS 3 lDrJ
Desarrollar el caballo de rey no puede ser malo. Aun así, el avance
central 3 d4 es, al menos, igual de bueno y considerablemente más fle­
xible. En tal caso, después de 3 . , . d6, las blancas podrían optar, por
ejemplo, por el agudo Ataque de los Cuatro Peones, 4 c4 lDb6 5 f4, o
por l a correcta continuación estratégica 4 lDf3,
3 ••• d6
El único plan lógico: se abren líneas para el desarrollo, a la vez que
se le piden explicaciones al peón avanzado blanco.
4 Ji.. c4
40 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTU RA

Un emplazamiento razonable para el alfil. Sin embargo, es dema­


siado pronto para decidir cuál es el mejor. La normal y flexible 4 d4 ! es
mejor para conservar la ventaj a de salida.
4 ••• c6
Mantiene el caballo en el centro sin bloquear la diagonal del alfil
dama, lo que sucedería en caso de 4 . e6. ..

S lLlc3? !
Con el desarrollo del caballo de dama por su mejor casilla se corre
el riesgo de tener que asumir peones doblados. Puesto que no se con­
sigue nada a cambio, el plan es dudoso. De nuevo, lo mejor para las
blancas era la natural 5 d4.
5 ••• lLlxc3 6 bxc3
Capturar de esta forma incrementa las perspectivas de dominio
central de las blancas, mientras que la consecuencia de 6 dxc3 ? ! sería
justo la contraria.
6 ••• dS!
Las negras optan por un cambio de planes estratégicamente lógi­
co. Puesto que las blancas han aceptado un par de peones doblados,
con la esperanza de que el superior desarrollo de sus piezas menores
les conceda alguna compensación, las negras, en consecuencia, eligen
cerrar la posición, de forma que puedan completar su desarrollo sin
permitir a las blancas emprender ninguna acción inmediata. Una vez
que su desarrollo esté completo, las negras piensan tratar de explotar
la debilidad estructural enemiga, es decir: los peones doblados.
7 ii.e2 ii.g4!
Las negras necesitan j ugar ... e6 para desarrollar su alfil de rey, pero
de h acerlo ahora quedaría encerrado el alfil de dama. Por tanto, pri­
mero desarrollan esta pieza.
S :bl 'ilc7 9 d4 e6 10 O-O lLld7 11 h3 ii.xf3
Puesto que la posición negra no casa bien con su alfil de casillas
blancas, y puesto que la posición está más bien bloqueada, este cam­
bio de las negras se justifica plenamente. Sin embargo, también era
correcto 1 1 . . . ii.h5 .
12 ii.xf3 0-0-0
LA EVALUACIÓN DE JUGADAS: EL ENFOQUE PRÁCTICO 41

DIAGRAMA 11

8 ' .1 I
" ti ti
6

2 8

a b c d e g h
Spee/man - Suba
Hastings 1 978-1 979
Después de 12 . 0-0-0
..

Las negras han puesto su rey a cubierto, su posición carece de de­


bilidades estructurales y pueden desarrollar a placer su alfil de rey.
Las blancas, en cambio, no tienen compensación por sus peones inmó­
viles de la columna c. En conj unto, las perspectivas de las negras son
ligeramente mej ores. En el j uego subsiguiente, las negras obtuvieron
una posición ganadora, pero un error suyo en la j ugada número 33
permitió a las blancas salvarse con unas tablas: 13 'it'd3 4Jb6! 14 �e2
<oti>b8 1 5 �g5 l:.c8 1 6 l:.b3 h6 17 �h4? c5 ! 18 dxc5 4Jd7 1 9 l:.b2 4Jxc5 20
'it'd4 g5 21 �g3 4Je4 22 l:.fb1 4Jxg3 ! 23 �a6 b6 24 l:.xb6+ axb6 25
l:.xb6+ �a8 26 � b5 'ii'a 7 ! 27 l:.a6 �c5 28 l:.xa7+ �xa7 29 'it'a4 :tc7 30
�e6+ �b8 31 'ii' b 5+ <oti>c8 32 'it'a6+ Wd8 33 �xd5 ! :te8? (el método ga­
nador es 33 . . . exd5 ! 34 'ii'f6+ 'itd7 35 'ii'x h8 lLle4 36 'it'ts �xf2+ 37 �f1
'&te6, según análisis de Suba) 34 .i.e6 lLle2+ 35 �f1 4Jxe3 36 'it'd3+
4Jd5 37 e4 ! :txe6 38 exd5 l:.c1 + 39 �e2 exd5 40 'it'xd5+ '&te8 41 'it'a8+
�b8 42 'it'a6+ �d7 43 'it'd3+ ! �e7 44 'it'd6+. Tablas.

Aleksander Sznapik - Vlastimil Hort


Helsinki (Finlandia), 1 979
Defensa Francesa, C05
l e4 e6 2 d4 d5
42 CÓMO REALIZAR BUENAS J U GADAS EN LA APE RTURA

La posición básica de la Defensa Francesa. El peón bl anco de 'e4'


es atacado y debe j ugar o ser protegido. Es fácil de ver que 3 exd5
exd5 ! permite una completa simetría e igualdad.
3 �d2
La mej or forma de proteger el peón de 'e4' es moviendo el caba­
llo de dama. En ese sentido, parece ideal 3 �c3 , pero en tal caso las
negras dispondrían de la molesta clavada 3 ... �b4. Actualmen te es
muy popular la j ugada del texto, introducida en su día por el gran j u ­
gador alemán Siegbert Tarrasch. Las blancas impiden l a potencial
clavada y mantienen libre el peón de c para colaborar en la lucha
por el centro. No obstante, la tercera j ugada blanca tiene dos aspec­
tos negativos: queda bloqueada l a diagonal del alfil de dama y el ca­
ballo ej erce menos presión en e l centro (por ejemplo, ' d5 ' . que sí
ej ercería desde 'c3 ' ) .
3 ••• �f6
Desarrollo del caballo de rey con ganancia de tiempo, puesto que
ataca el peón de 'e4'. Teóricamente viable, aunque un tanto incon­
sistente en el plano estratégico, es la renuncia inmediata del centro
con 3 . . dxe4. Después de 4 �xe4, el peón de dama blanco controla
.

más espacio que el peón de rey negro, además de que el alfil de dama
negro sigue bloqueado. Una alternativa perfectamente buena, sin em­
bargo, es 3 ... c5, con cuyo avance las negras tratan de aprovechar el
emplazamiento menos activo del caballo de dama, que plantea una
inmediata agresión a ambos peones enemigos.
4 e5
Sigue siendo inocuo 4 exd5 exd5 . Dado que no hay una forma sa­
tisfactoria de:; mantener protegido el peón de 'e4', las blancas deciden
avanzarlo y ganar un tiempo.
4 ••• �fd7
La mejor respuesta. La alternativa 4 . . . �g8 es una clara pérdida de
tiempo, mientras que con 4 ... �e4 las negras se arriesgan a quedar
con un peón doblado tras 5 �xe4.
5 c3
Puesto que las negras atacarán el peón de dama (o base de la cade­
na de peones centrales blancos) , con un inminente avance . . . c5, el pri-
LA EVALUACIÓN DE JUGADAS: EL ENFOQUE PRÁcnCO 43

mer j ugador refuerza el peón de 'd4'. Equivalentes son S �d3 Y S f4,


que refuerzan el peón de 'eS ' .
S o• • eS
Obsérvese cómo el contrajuego de l as negras contra el " centro
blanco varía según la situación lo requiere. Primero, presionan el pe­
ón de rey blanco y entonces, cuando este peón está fijado, atacan el
peón de 'd4'.
6 ..ít d3
Tiene que ser lógico situar el alfil en una diagonal en la que, ade­
más de colaborar en la lucha por el centro, apunte al flanco de rey ne­
gro. Una importante alternativa es 6 f4 con la q ue, a costa de un tiem­
po que podrían haber utilizado en desarrollar una pieza, las blancas
refuerzan el control de la casilla 'eS' y se preparan para realizar, llega­
do el momento, el avance f4-fS .
6 ... b6
En vista de que la formación de peones de la Defensa Francesa ha­
ce que el alfil blanco de casil las claras sea mucho más fuerte que el co­
rrespondiente alfil n egro, el segundo j ugador se dispone a cambiar su
alfil de dama con . . . ..íta6. Esta idea se basa en correctos principios es­
tratégicos. Su desventaj a es que cuesta un tiempo importante, en una
posición en la que las blancas disfrutan ya de una buena ventaj a espa­
cial. La j ugada más habitual de las negras es el consistente desarrollo
6 . . . liJc6, que lleva el caballo de dama a su casilla ideal, de paso que
ataca el peón de 'd4'.
7 liJe2
No hay una forma satisfactoria de impedir la j ugada prevista por
las negras, . . . ..íta6, de modo que las blancas deciden completar el desa­
rrollo de sus piezas menores, seguido, eventualmente, del enroque
corto.
La cuestión es: ¿Adónde debería ir el caballo? Desarrollarlo por
'e2' le permitirá dirigirlo luego a 'f4' o 'g3 ' , maniobra que las blancas
pueden llevar a cabo en combinación con una j ugada de dama (nor­
malmente, 'ii'g4) como acción dirigida contra el flanco de rey negro.
Además, también el peón de f puede contribuir a la efectividad de tal
acción, de modo que la textual es realmente buena. Atractiva, pero no
tan eficaz, es 7 liJf3, ya que en tal caso las blancas tendrán muchas difi-
44 CÓMO REALIZA R BUENAS J U GADAS EN LA APERTURA

cultades para organizar un ataque contra el flanco de rey enemigo, y


en la Defensa Francesa es en el flanco de rey donde las blancas tienen
mejores perspectivas. No obstante, según los últimos análisis teóricos,
la j ugada más fuerte de las blancas es la lateral 7 lZ'lh3 ! Se trata, por su­
puesto, de una excepción al principio de que las piezas deben desarro­
llarse hacia el centro. Las virtudes concretas de esa j ugada son:
1 ) El caballo puede ir tanto a 'f4' como a 'g5 ' , las dos casillas de ata­
que más útiles para esta pieza.
2) La diagonal d1 -h5 permanece abierta para la dama blanca que,
por tanto, puede alcanzar fácilmente las casillas ofensivas 'g4' y
'h5 ' .
3) E l caballo de rey queda desarrollado, lo que permite u n inme­
diato enroque.
4) Después de enrocar, es factible f4 con el plan de atacar en el
flanco de rey mediante un eventual avance f5.
7 000 j¿,a6 8 .t.bl?!
Que las blancas no quieran cambiar su alfil "bueno" es comprensi­
ble, pero esta retirada cuesta un tiempo y entrega al alfil contrario una
magnífica diagonal. Lo correcto es 8 �xa6 lZ'lxa6 9 O-O, y la ventaj a es­
pacial de las blancas, j unto con su superioridad en desarrollo, les con­
cede mej ores posibilidades.
8 ooo lZ'lc6
Desarrolla el caballo de dama, que ataca el peón de 'd4'.
9 lZ'lf3 b5?
Este avance del peón de b negro se ha hecho en dos tiempos sin lo­
grar nada positivo. Las jugadas correctas eran 9 . �e7, y 9 . . . cxd4 pa­
. .

ra abrir el flanco de dama. En cualquier caso, las negras hubieran con­


seguido una igualdad aproximada.
10 O-O b4 11 :el!
(D)
Las blancas han enrocado, han completado su desarrollo en lo
esencial, y mantienen un clara superioridad en el centro. Las negras
no disponen de una forma coherente para hacer frente las ventajas
enemigas de espacio y desarrollo. Aun siendo conducidas por un j uga­
dor del máximo nivel, las negras son ahora claramente derrotadas: 1 1
LA EVALUACIÓN DE JUGADAS: EL ENFOQUE PRÁCTICO 45

DIAGRAMA 12

a b c d e g h

Sznapík - Hort
Helsinkí, 1 979
Después de 1 1 '4el !

... .i.xe2 1 2 'ifxe2 cxd4 13 cxd4 'ifb6 1 4 �e3 .i.e7 1 5 .i.d3 '4c8 1 6 '4ac1
'4c7 17 h4 ! h5 1 8 .i.b5 ! g6 1 9 .i.xc6 '4xc6 20 1:txc6 'ifxc6 21 '4cl 'ifb7 22
�g5 ! .i.xg5 23 lll xg5 <j;e7 24 'iff3 '4f8 25 'iff4 f5 26 'ifd2 ! '4b8 27 lll h 3 !
lllíB 28 ltc5 lll d 7 29 ltc2 lllf8 30 'it>h2 c;&¡¡ e8 3 1 'ifcl �d7 32 'ifh6 �e8 33
lllf4 'iff7 34 lll d 3 ! 'ife7 35 g3 b3 36 axb3 �f7 37 lllf4 �g8 38 lll xg6 'ifg7
39 'ifxg7 + �xg7 40 lll f4! '4xb3, y las negras se rindieron. sin esperar la
respuesta Je las blancas.

Wolfgang Unzicker - Víktor Korchnói


Johanesburgo (Sud áfrica ), 1 979
Defensa India de Dama, E15

1 d4 lllf6 2 c4
Con diferencia, la jugada central más activa. El peón de c ataca la
importante casilla 'd5 ', que permite que el caballo de dama pueda de­
sarrollarse a placer por 'c3 ' . Además, la d ama puede ahora moverse
por su flanco.
2 •.• e6
46 CÓMO REALIZAR BU ENAS JUGADAS EN LA APERTURA

Actúa contra la casi lla clave 'd5 ' y facilita el desarrollo del alfil de
rey, pues una vez esta pieza se haya movido, las negras podrán enro­
car.
3 lbf3
Una de las dos mej ores y m ás populares j ugadas. El caballo de rey
se desarrolla por su casilla ideal y prepara el camino para el enroque
corto.
La alternativa es 3 lbc3 , que se considera un poco más aguda por­
que "amenaza " el fuerte avance central 4 e4. Sin embargo, la mayoría
de los j ugadores actuales prefieren no j ugar 3 lbc3, para no permitir 3
. . . .ltb4, con la consiguiente clavada del caballo, que da lugar a la De­
fensa Nimzoindia.
3 .•. b6

La jugada que caracteriza la D efensa India de Dama. Las negras


fianchettarán su alfil de dama (fianchettar significa desarrollar uno de
los alfiles por 'g2' o 'b2' -los blancos-, o por 'g7' o 'b7' -los negros-) y
ejercerán una fuerte presión en este caso e n 'd5 ' y, en especial, en 'e4'.
No obstante, las negras también disponen de otros tres planes lógicos:
1 ) 3 . . . d5, que traspone al Gambito de Dama Rehusado (véase el capí­
tulo 7); 2) 3 . . . c5, que ataca el peón de 'd4' y, tras 4 d5 exd5 5 cxd5 d6,
plantea la Defensa Benoni Modern a; y 3) 3 ... .i.b4+, con idea de cam­
biar el alfil y enrocar rápidamente.
4 g3
Las blancas fianchettan su alfil de rey para oponerlo al contrario en
la gran diagonal h l -a8. Ésta es, con mucho, la j ugada más popular.
También son buenas y se corresponden con espíritu de la apertura 4
lbc3 y 4 e3.
4 ••. .i.a6!?
¿Qué es esto? ¿ Han perdido la cabeza las negras? ¿No era la idea
de 3 ... b6 continuar con 4 ... �b7? La respuesta es sí: 4 ... �b7 es, de
hecho, la respuesta normal, y conduce a la variante principal de la De­
fensa India de Dama.
Sin embargo, la j ugada aparentemente excéntrica del texto tiene
una importante clave y, por tanto, ha demostrado ser una alternativa
satisfactoria a 4 ... JLb7. Desde la casilla 'a6' el alfil ataca el peón de
'c4' y la respuesta más eficiente de las blancas es 5 e3. Sin embargo,
LA EVALUACiÓN DE J UGADAS: EL ENFOQUE PRÁCTICO 47

puesto que han j ugado 4 g3 , S e3? originaría un notorio debilitamien­


to de las casillas blancas en el flanco de rey, pues las bl ancas ya no po­
drían fianchettar su alfil de rey, dado que debe proteger el peón de
'c4'. Como pronto se verá , todos los métodos para proteger este peón
tienen sus inconvenientes y conceden a l as negras buenas posi bilida­
des de lograr la igualdad.
5 'ifa4
Protege el peón de 'c4' y, además, ej erce presión en el fl anco de da­
ma negro. É sta es la j ugada más habitual de las blancas. Sin embargo.
la dama q ueda un tanto expuesta aquí y ya no tiene tanta infl uencia
en el centro. Sea como fuere, no hay nada mej or. Tanto después de S
'it'c2, como de S lDbd2, las negras cuestionan de forma efectiva el cen­
tro blanco con S . . . cS ! , dado que la respuesta 6 dS no sería posible.
Después de 5 b3, l as negras logran un buen contraj uego con 5 . . .
�b4+! 6 .ltd2 .ae7 ! 7 �g2 c6 ! 8 O-O d5.
S ••• lDe4? !
Una nueva e interesante idea, aunque demasiado excéntrica para
ser totalmente satisfactoria. Las negras tratan de explotar la torpe po­
sición de la dama blanca, pero mover una pieza que ya ha j ugado sig­
nifica perder un tiempo excesivo. Después de la indicada 5 . . . cS, o in­
cluso S . . . c6, las perspectivas negras de igualar son muy buenas.
6 ..i.g2 lD d6 7 eS!
Las blancas necesitan j ugar de forma activa para explotar su mo­
mentánea ventaja en desarrollo. Era inocuo 7 lDfd2? ! c6 8 "it'c2 lDf5 9
lDf3 d5 10 cxdS cxd5 , y las negras tienen, como mínimo, la igualdad ,
Francisco R. Torres Trois - James Edward Tarj an; Interzonal de Riga
( Letonia), 1 979.
7 ... bxcS
7 . lDb7 8 b4 daría a las blancas una poderosa formación en el flan-
..

co de dama.
8 dxeS lD b7 9 c6!
A costa de un peón doblado, las blancas destruyen el contraj uego
negro y completan, con eficiencia, su propio desarrollo. Dado que las
blancas están en condiciones de presionar en la columna c, tienen todos
los motivos para creer que podrán, al menos, recuperar su inversión.
48 C6M O REALIZAR BUENAS J UGADAS EN LA APERTURA

9 ••• dxc6 10 4:'lc3! �d6 11 O-O O-O U I:td1

DIAGRAMA 13

a b c d e g h

Unzicker - Korchnói
Johanesburgo 1 979
Después de 12 :dI
Obsérvese la coherencia con que han sido desarrolladas las piezas
blancas hacia el centro. Las piezas negras, por otro lado, en especial los
caballos, han quedado torpemente situadas y no resultan muy útiles.
La ventaja blanca, aunque no es amplia, sí es cómoda y exenta de ries­
gos. La partida continuó así: 12 ... 'ili'e8 13 4:'ld4 4:'ld8 14 �e3 �b7 l S
4:'lb3 4:'ld7 1 6 4:'le4 4:'lb6 17 'ili'aS fS, y ahora, e n lugar de 18 4:'lec5?, que
no condujo a nada después de 18 ... it.c8 (las blancas ganaron de todos
modos porque, en posición igualada, las negras perdieron por tiempo
en la jugada número S6) , Unzicker sugiere la más directa 18 4:'lxd6
cxd6 19 �xb6 axb6 20 'iWxb6 We7 21 4:'laS :a6 23 'ili'b4 cS 23 'iib S. Una
posición más activa, la ausencia de debilidades y el potencial del peón
pasado de a son los factores que conforman la ventaja de apertura con
que las blancas afrontan el medio j uego. Nótese con qué facilidad recu­
peran las blancas el peón sacrificado en la novena jugada.

Jan "mman Oleg Romanismn


-

Á msterdam (Países B ajos), 1 978


Apertura Inglesa, A28
1 c4 eS 2 4:'lc3 4:'lf6 3 4:'lf3 4:'lc6
LA EVALUACiÓN DE JUGADAS: EL ENFOQUE PRÁcrlCO 49

El j uego hasta ahora es claro y correcto por ambas partes: cada


bando ha situado un peón en el centro y ha desarrol lado los caballos
por sus casillas ideales.
4 e3
Con la idea de crear un fuerte centro, a base de 5 d4, que permitiría
al peón de e retomar en 'd4' en e l caso de que hubiera cambio en esa
casilla. Las negras deberían tanto buscar complicaciones, desarrollan­
do su alfil de rey, con 4 ... �b4, como optar por la más modesta 4 . . .

�e7, un plan utilizado con éxito por Kárpov.


4 ••• • e7? !

Una novedad. Al clavar el peón de e blanco, las negras impiden


que pueda retomar en 'd4'. No obstante, al costo en tiempo, la textual
añade el inconveniente de bloquear el alfil de rey, además de que la
dama no queda bien situada en 'eT, todo lo cual sugiere que el plan de
las negras difícilmente puede tener éxito.
S d4! exd4 6 tLlxd4
Aunque las blancas han debido capturar con el caballo, las conse­
cuencias de ambas cuartas j ugadas están claras: las blancas van por
delante en el desarrollo y tienen superioridad en el centro, mientras
que la posición de la dama negra hace que éstas tengan dificultades
para completar el desarrollo de su flanco de rey.
6 ••• g6?!
Es lógico que las negras quieran fianchettar su alfi l de rey, pero es­
ta j ugada permite un feo ataque al peón de c. Por consiguiente, era
preferible j ugar antes 6 . . . d6.
7 tLl4bS!
Normalmente, en aperturas cerradas de este tipo, las perspectivas
de éxito de una temprana carga de caballería son limitadas. Sin em­
bargo, la torpe situación de la dama negra y la ventaj a blanca en desa­
rrollo modifican por completo el paisaje.
7 ••• d6 8 tLldS! tLlxdS 9 cxdS tLleS 10 f4!
Las blancas cuentan ahora con una superioridad central indiscuti­
ble. Con la j ugada siguiente incrementarán su ventaj a en desarrollo
con una nueva ganancia de tiempo.
50 CÓMO REALIZAR BUENAS JUG ADAS EN LA APERTURA

10 ••• lüg4 11 iLe2 ttJf6 12 'it'a4!

DIAGRAMA 14

8 J i.
7 ti ti ti
6

a b c d e g h

7imman Romanishin
-

Amsterdam, 1 978
Después de 12 'ila4!

La ventaja espacial de las blancas, sumada a un superior desarro­


llo ya que las negras no pueden enrocar dej a a estas últimas en una
situación muy desagradable. Si ahora 12 . . . iLd7, 13 "1Wc4 ! pone a las
negras ante un dilema, y después de 12 ... c6 1 3 dxc6 bxc6 14 ttJd4
iLd7 1 5 lüxc6, las blancas ganan un peón y se quedan con una posi­
ción muy superior. Las negras, en consecuencia, eligen entrar en un
final, donde su " única" desventaj a será la pérdida de un peón: 12 . . .
�d8 1 3 lüxa7 ! (con la amenaza 1 4 lüc6+) 1 3 . . . "1We4 ! ? 1 4 'ii'x e4 lüxe4
15 lüxc8 �xc8 16 iLd3 ttJc5 17 iLc2 iLg7 18 a3 l:le8 19 �e2 lüa4 20
l:lb1 ttJb6 21 l:ld1 l:la5 22 iLb3 f5 23 iLd2 l:la8. Las negras, como es ob­
vio, no tienen compensación por el peón, y las blancas ganaron en la
j ugada número 75.

Michael Frank Stean Liubomir Liuboievic


-

Sao Paulo (Brasil), 1 979


Apertura Réti, A05

1 ttJf3 lüf6 2 g3
LA EVALUACIÓN DE JUGADAS: EL ENFOQUE PRÁCTICO 51

Las blancas planean completar su desarrollo e n el flanco de rey y


sólo entonces emprender un juego activo.
2 ... b5! ?
Las negras también quieren disputar l a gran diagonal d e casillas
blancas y se disponen a fianchettar su alfil de dama. El hecho de que
avancen dos pasos el peón de b responde a que quieren controlar la ca­
sill a 'c4'. El peón queda aquí un tanto débil, si bien, dado que las blancas
(con 2 g3) han comprometido el desarrollo por 'g2' de su alfil de rey, el
peón de 'b5' ya no podrá ser atacado por esta pieza. Sin embargo, la
cuestión de fondo es que las negras no pueden ser tan agresivas.
3 iLg2 �b7 4 O-O
En sólo cuatro j ugadas las blancas han puesto su rey a cubierto,
han desarrollado centralmente el caballo y el alfi l de ese flanco, y se
han preparado para emprender acciones concretas.
4 •.• eS
Domi na más espacio en el centro y en el flanco de dama.
5 d3
La primera j ugada que las blancas hacen con un peón central, con­
trola la casilla básica 'e4' y la secundaria 'c4', de paso que se propicia
el desarrollo del alfil de dama.
5 ••• tDe6
Prosigue con el desarrollo de los efectivos del flanco de dama. Las
negras, hasta ahora, han podido permitirse descuidar el desarrollo de
su flanco de rey. porque las blancas no han emprendido ningún tipo
de acción contra su monarca.
6 e4
La primera j ugada activa en el centro. Las blancas se disponen a
continuar con e5, así que las negras deben neutralizar ese avance de
una forma natural.
6 ••• d6 7 tDc3
Desarrolla e l caballo de dama con ganancia de tiempo. Avanzar
ahora el peón de 'b5 ' no reporta ningún beneficio particular a las ne­
gras puesto que, a renglón seguido, las blancas comenzarían a minado.
52 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

7 ••• b4 8 lL1d5! lLId7!


Las negras necesitan expulsar al caballo invasor ganando tiempo.
Son inferiores tanto 8 . . . lLI xd5 ? ! 9 exd5, con ventaja espacial y en de­
sarrollo de las blancas, como 8 . . . e6? ! 9 lL1 xf6+ 'it'xf6 10 c3, cuando las
blancas de nuevo están adelantadas en desarrollo y la dama negra no
se encuentra bien situada.
9 c3 e6 10 lLIf4
Stean considera que 10 lLI e3 ! es más precisa en vista del j uego que
va a seguir en el centro.
10 ... bxc3 11 bxc3 lLIce5! 12 d4

DIAGRAMA 15

a b c d e g h
Stean - Liuboievic
Sao Paulo, 1 979
Después de 12 d4

La posición es ligeramente favorable a las blancas, que están mejor


"
desarrolladas y disponen de mayor espacio. Sin embargo, las negras no
tienen debilidades fundamentales y, tras el inminente cambio de un par
de caballos, su tarea defensiva se verá facilitada. El juego de las negras
debe ser preciso para poder defenderse, y en la partida consiguieron
igualar en última instancia; fue como sigue: 12 ... lLIxf3+ 1 3 .i.xí3 �e7 1 4
l:tb1 :b8 1 5 d 5 e 5 16 lL1g2 �a6 1 7 l:txb8 'it'xb8 18 iLe2 .i. xe2 19 'ir'xe2 0-
0 20 lLIe3 g6 21 'it'a6 f5 ! 22 'ii'd 3 fxe4! 23 "'xe4 lL1f6 24 'it'a4. Tablas.
LA EVALUACIÓN DE JUGADAS: EL ENFOQUE PRÁcrlCO 53

Yasser Seirawan - Anthony John Miles


Torneo abierto de Lone Pine ( Estados Unidos), 1 979
Apertura del Fianchetto de Rey, A20

1 93 eS
Una respuesta activa y perfectamente buena.
2 c4
Tras la inmediata 2 �g2, las negras podrían ocupar el centro con 2
. . . d5. Por consiguien te, las blancas prefieren directamente establecer­
se en el centro, y sólo después continuarán con el planeado desarrollo
de su flanco de rey.
2 ••• c6
Un enfoque muy ambicioso. Las negras refuerzan su planeado
avance ... d5. Aunque ya tienen presencia en el centro (peón de 'eS ' ) ,
aspiran a tener mucha más. U n plan muy de doble filo, porque las
blancas --con la ventaj a que les da la primera j ugada- podrán minar el
imponente centro enemigo rápida y eficazmente.
3 � g2 dS 4 cxdS cxdS S d4!
Las blancas definen su propia presencia central, mediante el ataque
al peón de 'eS'. Ahora está claro que no es satisfactoria 5 ... exd4? ! , pues
tras 6 tt'lf3 las blancas recobrarán el peón sin esfuerzo, y dej arán aislado
el peón contrario de 'dS', que se convertirá en una debilidad crónica.
S ••• e4 6 f3!
Una nueva agresión al peón de e negro. A lo largo de esta partida
las blancas efectuarán una demostración de cómo combatir y minar
los peones centrales prematuramente avanzados. Si ahora 6 .. exf3? ! , .

entonces 7 tt'l xf3 , y el caballo de rey blanco habrá llegado a su casilla


ideal con ganancia de tiempo, mientras que el peón de d aislado de las
negras se habrá convertido en una debilidad permanente.
6 .•• f5

Hay que mantener e l bastión central. No obstante, esta j ugada na­


tural tiene sus desventaj as: el flanco de rey negro se debilita, lo mismo
que las casillas negras (en especial , 'e5') y limita, además, el radio de
acción del alfil de dama.
7 tt'lh3!
54 CÓMO R EALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

Recuerde que el inmediato plan estratégico de las blancas es com­


pletar el desarrollo de su flanco de rey. La única casilla disponible pa­
ra el caballo rey es h3 y no es mala porque desde ella el caballo pue­
' ',

de j ugar a 'f4'.
7 000 t¿)c6
Normal y buena.
S O-O �e7 9 t¿)c3
Desarrolla el caballo de dama por su casilla ideal, desde la que pre­
siona al peón negro de 'd5 ' .
9 000 t¿)f6 1 0 �g5!
Completa el desarrollo de las piezas menores y presiona indirecta­
mente sobre el peón de 'd5 '. Si ahora 1 0 ... O-O? ! , seguiría 1 1 t¿)f4 ! , Y el
peón de d negro se encontraría ante peligro mortal. Por consiguiente,
las negras deben incorporar de alfil de dama a la defensa de ese im­
portante peón central.
10 000 �e6 11 t¿)f4
Activa el momentáneamente descolocado caballo de rey con ga­
nancia de tiempo.
11 000 �r7 U e3
El peón de d blanco también necesita apoyo, y ésta es la mejor for­
ma de aportárselo.
U 000 0-0
Finalmente, las negras han puesto el rey a cubierto con el enroque,
las piezas menores están desarrolladas y su influencia en el centro pa­
rece segura. No obstante, la siguiente jugada de las blancas pondrá de
manifiesto la debilidad del campo negro:
l3 fxe4!
El problema de las negras es que no tienen una buena forma de re­
tomar y, al mismo tiempo, conservar su influencia en el centro. De he­
cho, el mal menor aquí es 13 . . . t¿)xe4 ! 14 �xe7 t¿)xe7, aunque la posi­
ción más activa de las blancas y la debilidad en campo contrario del
peón d5 y de las casillas negras, le conceden una clara ventaja al pri­
mer j ugador. Es inferior, en cambio, 13 . . . fxe4? ! , debido a 14 �h3 !
'iWd6 1 5 t¿)b5 'Wd8 16 t¿)e6 �xe6 1 7 �xe6+ �h8 1 8 �f4 t¿)e8 1 9 'iWh5 a6
LA EVALUACIÓN DE JUGADAS: EL ENFOQUE PRÁCTICO 55

DIAGRAMA 16

a b c d e g h

Seirawan - Miles
Lone Pine, 1 979
Después de 13 fxe4

20 4Jc3 4Jf6 21 'ifh3, porque las fuerzas blancas ejercen una muy fuer­
te presión en la posición enemiga.
También es inferior la j ugada de la partida, 13 ... dxe4? ! , porque no
sólo concede a las blancas un peón pasado y apoyado, sino que, lo que
es más importante, los peones centrales negros siguen siendo vulnera­
bles a un eventual minado enemigo. Las blancas materializaron sus
ventajas de la forma ejemplar que sigue: 13 . . . dxe4 ? ! 14 iLh3 g6 15 g4 !
fxg4 1 6 iLxf6 ! gxh3 17 iLxe7 'iWxe7 1 8 'ifg4 iLc4 1 9 :f2 :f5 20 tDxh3
l:th5 21 l1g2 ! l:lh4 22 'ifg3 :tf8 23 tDg5 l:th5 24 b3 ! iLd3 25 4Jd5 'ifd7 26
tDf4 l:th6 27 l:ld1 l:tf5 28 h4 tDxd4 (desesperación, en posición perdida)
29 exd4 'ifxd4+ 30 �h2 'ii'e 5 3 1 tDgh3 'iWf6 32 h5 iLb5 33 l:tgd2 g5 34
':'d5 ! :txd5 35 l:txd5 'ii'h2 + 36 tDg2 l:t xh5 37 l:txb5. Las negras se rindie­
ron.
CAPÍTULO S

Defensa Siciliana:
principios básicos

SECCIÓN 1 . INTRODUCCIÓN

De todas las posibles respuestas negras a 1 e4, la más popular, con


mucho, en el ajedrez de alta competición es 1 . . c5 , es decir: la Defensa
.

Siciliana. Su popularidad se basa tanto en los factores en q ue se funda­


menta como en los psicológicos. La Siciliana fue el arma principal (y
casi exclusiva) de Robert James Fischer contra el peón de rey, desde la
época en que trastornó el mundo del ajedrez al ganar el Campeonato
de Estados Unidos de 1 957- 1 958 -a los catorce años- hasta que se pro­
clamó campeón mundial, al vencer a Borís Spasski en 1 972. El mundo
del ajedrez admiraba los éxitos de Fischer y su gran espíritu combati­
vo. Dado que la Defensa Siciliana esta tan íntimamente asociada con
Bobby, sus admiradores tomaron nota, por supuesto, de que debía de
ser muy buena, por no decir que algo mágico debía de estar relaciona­
do con ella. Muchos de los nuevos maestros jóvenes empezaron a j u­
garla y eso dio l ugar a que se produj eran significativos descubrimien­
tos en la teoría de la defensa, que a su vez aumentaron su popularidad
e incrementaron su reputación. Actualmente, al menos el 50% de las
partidas que se inician con 1 e4 se convierten en Sicilianas.
Situémonos en el punto de partida de esta defensa, según reflej a el
diagrama 1 7 .
( D)
Las razones para j ugar la Siciliana y las ideas estratégicas subya­
centes en esta defensa son las siguientes:
1 . La j ugada de las negras 1 ... c5 es asimétrica e n relación con 1 e4
y, por tanto, de esos dos movimientos resultan ya posiciones muy
desequilibradas. En el ajedrez de competición eso significa que
se incrementan, de forma considerable, las posibilidades prácti­
cas de que ganen las negras. Así, cuando un maestro necesita ga-

57
58 CÓMO REALIZAR BUENAS J UGADAS EN LA APERTURA

DIAGRAMA 17

2 � � � � � � �
:t tb .t 1f cii;> J.. tb l:
a b c d e g h

Defensa Siciliana
1 e4 e5

nar con negras, la apertura natural que debe elegir es la Siciliana.


En las últimas fases del duelo de 1 972 por el título mundial con
Fischer, y cuando se encontraba por debaj o en la puntuación y
tenía necesidad de ganar, Spasski recurrió exclusivamente a la
Siciliana, aunque no fuese prioritaria en su repertorio de apertu­
ras.
2. Las negras inmediatamente ponen el acento en el punto 'd4' y,
caso de que finalmente las blancas no avancen d4 (como, por
ejemplo, suele ser el caso en la Variante Cerrada), el control de
las negras en esa casilla continúa.
3. Como que 1 . c5 establece una cabeza de puente en el flanco de
..

dama, las oportunidades de las negras de emprender un j uego


activo se encuentran generalmente en aquel sector.
4. En las variantes normales las blancas j uegan un temprano d4,
generalmente en la tercera j ugada. Después de que las negras
cambien ese peón ( . . . cxd4), la columna c queda semiabierta, y
esa columna pasa a convertirse en la principal plataforma de j ue­
go de las negras en el flanco de dama.
5 . El peón de 'e4' blanco está fuertemente situado en la cuarta fila.
Si las negras consiguen avanzar . . . d5 para eliminar ese peón sin
DEFENSA SICILIANA: PRINCIPIOS BÁS ICOS 59

sufrir desventajas derivadas de ello, se considera q ue han logrado


una total igualdad. Por consiguiente, buscar . . . dS es el objetivo
estratégico capital, si bien rara vez es posible realizar esa ruptura
en la primera fase de la partida.

Por supuesto, 1 ... cS también tiene sus inconvenientes, pues de no


ser así, ¡sería la única apertura que se jugaría ! Esos inconvenientes
son:
1 . Las negras se despreocupan del activo y muy fuerte peón de 'e4',
que a menudo concede a las blancas buenas perspectivas de ata­
que en el flanco de rey.
2. 1 . . cS no puede considerarse una jugada específica de desarro­
.

llo, porque la única pieza cuyo desarrollo facilita es la dama.


Tampoco contribuye a desarrollar el flanco de rey, el sector en el
que teóricamente piensan las blancas lanzar su ataque.
3. Al permitir que las blancas creen un fuerte dispositivo de ataque
e n el flanco de rey, las negras se arriesgan a sucumbir a un repen­
tino asalto de mate. En las primeras fases del j uego las negras su­
fren un peligro considerablemente mayor que las blancas, pues
un ataque al rey puede resultar decisivo mucho a ntes que un ata­
que estratégico en el flanco de dama.

En general, como ya se ha dicho, las blancas tratan de llevar a cabo


un ataque en el flanco de rey y las negras en el flanco de dama. Las ne­
gras deberán parar las amenazas blancas, al tiempo que deben crear
contrajuego en el ala de dama. Si lo consiguen, tendrán buenas posibi­
lidades de ganar cualquier final resultante. Por su parte, las blancas
tienen buenas probabilidades de anotarse el punto con un rápido ata­
que en el flanco de rey.
Conviene hacer hincapié en que, aunque teóricamente correcta, la
Defensa Siciliana es difícil de manejar en el juego práctico. Cualquier
pequeño descuido en la defensa y el rey puede quedar perdido. No
hay que decir que una defensa así es mucho más conveniente para un
Fischer que para sus numerosos seguidores e imitadores. No obstante,
se trata de una apertura muy importante, y trataré de explicar sus
principios al lector todo lo claramente que me resulte posible, a fin de
que, con su bravura de ánimo y la información que obtenga de este li­
bro, pueda convertirse en un maestro en el arte de navegar por aguas
turbias.
60 CÓMO REALIZAR BUENAS J U GADAS EN LA A PERTURA

SECCIÓN 2. PRINCIPIOS BÁSICOS

Las principales j ugadas, así como sus alternativas más importantes


son las siguientes:
1 e4 eS 2 4:Jf3
El caballo de rey se desarrolla por su casilla central preferida, crea
perspectivas de un rápido enroque y prepara la activa d4. Obsérvese
que a la hora de desarrollar las piezas menores del flanco de rey es más
efectivo movilizar primero el caballo, y sólo después el alfil. Hay una
regla de oro, válida en la mayoría de los casos (incluyendo éste), según
la cual, "los caballos deben desarrollarse antes que los alfiles". Es fácil
entender su aplicación en nuestra segunda j ugada. La mejor casilla del
caballo de rey es 'O' y no hay desventaj a alguna en desarrollarlo de in­
mediato por tal casilla, mientras que, por el momento, no existe una
certeza absoluta acerca de cuál es la mejor casilla para el alfil de rey.
Según cómo j ueguen las negras -y también , según nuestro propio gus­
to-, puede desarrollarse por 'e2', 'd3', 'c4' y 'b5'. De modo que la segun­
da j ugada es demasiado pronto para definir su emplazamiento.
A ojos de cualquier evaluación ajedrecística, la jugada 2 4:J0 es
perfecta. Se trata del movimiento más popul ar contra la Siciliana, y en
el ajedrez magistral se practica en más del 75 % de los casos. De ello se
deducir que en un cuarto de las partidas las blancas optan por alguna
otra alternativa. Esas alternativas pueden dividirse en secundarias y
en básicas.
La larga lista de alternativas secundarias es la siguiente:
2 b3. Las blancas planean desarrollar su alfil dama por fianchetto
con idea de dominar la gran diagonal de casillas negras. Este tipo de
orientación estratégica no encaj a bien con la i nvención inicial de 1 e4,
y las negras pueden igualar fácilmente, con un j uego normal y correc­
to, empezando por 2 . . . 4:Jc6, 2 . . . d6, o 2 . .. e6.
2 b4. El llamado G ambito del Ala, con el que las blancas adoptan
medidas drásticas para eliminar el peón de c negro. Las negras deberí­
an aceptar el gambito, con 2 . . . cxb4, y luego responder, tanto a 3 a3 co­
mo a 3 d4, con el avance central 3 . . . d5 ! De esta forma, las negras lo­
gran una total igualdad .
2 c4. Las blancas prestan atención prioritaria a prevenir el poten­
cial avance negro . . . d5, y no les importa cerrar la trayectoria de su alfil
de rey ni debilitar 'd4' para lograr ese fin. Las posiciones resultantes
DEFENSA SICILIANA: PRINCIPIOS BÁSICOS 61

pueden producirse también en la Apertura Inglesa, cuando las blan­


cas, a 1 c4 siguen con un temprano e4. El plan más efectivo de las ne­
gras es apoderarse de aquello a lo que tan rápidamente han renuncia­
do las blancas: la casilla 'd4'. Un desarrollo coherente podría ser: 2 . . .
tDc6 3 tDc3 g6 4 g 3 Ji.g7 S �g2 d 6 6 d 3 tDf6 7 tDge2 O-O 8 O-O, Y ahora 8
. . . tDe8 ! , tanto para controlar 'd4' como para contrarrestar el eventual
j uego de las blancas en el flanco de rey con la oportuna ruptura .. .fS.
2 d3. Las blancas manifiestan su interés por j ugar una formación
"cerrada", pero esta j ugada normalmente no tiene una significación
independiente, y suele conducir a las posiciones derivadas de 2 tDc3.
2 f4. Antes de j ugar tDf3 , las blancas avanzan su peón de f para con­
trolar 'eS ' y para estar en disposición de emprender acciones posterio­
res en la columna f. Sin embargo, esta jugada no contribuye al desa­
rrollo y debilita el flanco de rey. El plan más efectivo de las negras es
realizar la liberadora ... dS, bien tras la preparatoria 2 ... e6, como in­
mediatamente (2 . . . dS). En este caso, después de 3 exdS 'ii' x dS 4 tDc3
'ild8 S tDf3 tDf6, las negras tienen una aproximada igualdad, porque,
como consecuencia de 2 f4, las blancas se encuentran un tiempo por
detrás en desarrollo y su peón de f4 es un tanto débil.
2 g3. Las blancas deciden ftanchettar su alfi l de rey, pero desdeñan
la posible ruptura negra 2 . . . dS ! Después de 3 exdS 'ii' x dS 4 tDf3 Ji.g4 !
S Ji.g2 'iVe6+ 6 �fl , rey blanco, sin enroque, es un factor que concede
contraj uego igualado a las negras.
2 tt)e2. Jugada de feo aspecto, pero perfectamente factible si las
blancas planean seguir con un temprano d4. Sencillamente, no hay
forma de que las negras puedan explotar la situación del caballo. Infe­
rior es ahora 2 . . . tt)f6 3 tt)bc3 dS? ! , ya que después de 4 exdS tt)xdS S
tt)xdS 'iVxdS 6 d4 ! cxd4 7 'ifxd4 'ifxd4 8 �xd4, las blancas tienen una
clara iniciativa gracias a la ventaj a en desarrollo.
2 Ji.c4. Es prematuro situar aquí el alfil, ya que después de 2 . . . e6 !
no sólo queda inhibida su diagonal, sino que tras . . . dS las blancas ten­
drán que perder un tiempo en volver a j ugar el alfil.
Hay tres alternativas básicas a 2 tt)f3:
2 eJ. Con la idea lógica de construir un centro fuerte, después de 3
d4 cxd4 4 cxd4. Las negras, por su parte, pueden tratar de formar el su­
yo propio con 2 . . . e6 3 d4 dS, aunque deben estar preparadas para
asumir un peón de dama aislado tras 4 exdS exdS , puesto que 4 . . .
'ifxdS? ! permitiría a las blancas ejercer u n a fuerte influencia en e l
centro, después de S tt)f3 . Las negras también pueden cuestionar e l
centro blanco con 2 . . . tt)f6 3 e S tt)dS 4 d4 cxd4 S cxd4 d 6 6 tt) f3 tt)c6.
62 CÓMO REA LIZAR BUENAS J U G A DA S EN LA APERTURA

En cualquier caso, con un j uego cuidadoso, las negras pueden esperar


igualar.
2 d4. Conduce al Gambito Smith-Morra después de 2 . . . cxd4 3 c3
dxc3 4 lDxc3. Teóricamente, este gambito no es del todo correcto, ya
que por su peón las blancas sólo obtienen el equivalente a una j ugada
de desarrollo. No obstante, en el j uego práctico los j ugadores incautos
pueden perder rápidamente el rumbo. El plan más efectivo de las ne­
gras es combinar la influencia central con un rápido enroque corto.
Sugiero lo siguiente: 4 . . . lDc6 5 lDf3 d6 6 it.c4 e6! 7 O-O it.e7 8 'ii'e 2 lDf6
9 lId1 e5 ! (con idea de 10 . . . it.g4, que amenazaría 1 1 . . . lDd4) 1 0 h3 O-O.
Las negras completarán, a continuación, el desarrollo de sus piezas
menores con 1 1 . . . .i.e6 ! , con independencia de que las blancas j ue­
guen 1 1 it.e3 u 1 1 it.g5 . La posición negra es correcta y sólida, y las
blancas deberán demostrar que tienen alguna compensación por el
peón entregado.
2 lDc3. Esto puede trasponer a las variantes principales, pero tiene
una significación independiente que puede verse en la secuencia que
sigue: 2 . . . lDc6 3 g3 g6 4 �g2 .i.g7 5 d3 d6.
É ste es el punto de partida de la Variante Cerrada. Nótese cómo
las blancas, al elegir un orden de jugadas que se inicia con 2 lDc3, han
impedido que las negras puedan realizar el avance ... d5. A pesar del

DIAGRAMA 18

a b c d e g h

Defensa Siciliana
Variante Cerrada
Después de 5 . . d6.
DEFENSA SICI LIANA: PRINCIPIOS BÁSICOS 63

aspecto cerrado e inocuo de esta posición, las perspectivas de las blan­


cas siguen encontrándose en el flanco de rey, y las de las negras en el
de dama. Entre los j ugadores de elite, el ex campeón mundial Borís
Spasski consiguió numerosos éxitos con el bando blanco con este es­
quema de apertura.
Las blancas disponen de amplia elección , antes se j ugaban regular­
mente 6 .Jte3, 6 tDge2 y 6 tDh3. Actualmente, sin embargo, se conside­
ra que 6 f4 ! es la preparación más efectiva para el lanzamiento del
ataque en el flanco de rey. Las negras deberían entonces optar por un
sistema que les permitiera seguir manteniendo el control de su punto
fuerte ('d4' ), y además les concediera una respuesta flexible a las ope­
raciones blancas en el flanco de rey. Lo recomendado, por tanto, es 6
... e6 ! 7 tDf3 tDge7 ! 8 O-O O-O, cuando las negras ya están en condiciones
de replicar al avance g4 de las blancas con . . . fS !
Un j uego tímido, por parte de las negras, puede conducir a un rápi­
do desastre. Un ej emplo instructivo es la siguiente partida, Borís
Spasski - Efim Guéler; 68 partida del duelo de cuartos de final del To­
reno de candidatos, Suj umi (Georgia), 1 968: 6 ... tDf6 ? ! 7 tDf3 O-O 8 O-O
.:tb8 9 h3 ! bS 10 a3 ! aS 1 1 �e3 b4 1 2 axb4 axb4 1 3 tDe2 .Jtb7 1 4 b3 ! lb8
15 .:tc1 ! .:ta2 16 g4 ! "it'a8? ! (mejor era 16 . . . e6, o 16 . . . tDd7) 17 ¡Ve 1 !
"it'a6 1 8 'ili'f2 tDa7 ? ! ( mejor era 1 8 . . . tDd7) 1 9 fS ! tDbS 20 fxg6 hxg6 2 1
tDgS tD a 3 2 2 "it'h4 ! ltc8 2 3 ':xf6 ! exf6 2 4 'ii h 7+ 'iÍi'f8 2 5 tDxf7 ! .:txc2
(después de 25 . . . 'iÍi'xf7, es decisivo 26 �h6 l:tg8 27 tDf4 ! ) 26 .Jth6 !
.:txc1+ 27 tDxc1 'iÍi'xf7 28 "it'xg7+ c¡f¡¡e 8 29 g5 ! fS 30 'iWxg6+ 'iÍi'd7 3 1 'iif7 +
'iÍi'c6 32 exf5+. Las negras abandonaron .
2 ••. d6
Utilizaremos esta j ugada -que además de flexible y popular es per­
fecta- como n uestra alternativa principal. Este peón protege la casilla
clave 'eS' (permitiendo así el desarrollo ... tDf6, sin tener que preocu­
parse por el avance eS), abre la diagonal del alfil de dama y no ofrece
defectos tácticos ni estratégicos.
De las posibles alternativas, dos son perfectas y las demás medio­
cres o inferiores de algún modo.
Directamente mala es la inmediata 2 . . . dS?, porque después de 3
exdS 'iWxdS 4 tDc3 "it'd6 5 d4 cxd4, un desarrollo superior concederá a las
blancas una duradera iniciativa tanto con 6 tDxd4 como con 6 "it'xd4.
En la categoría de mediocres se encuentran:
2 86. Lo que las negras esperan con esta j ugada es que las blan­
.•.

cas continúen de forma automática con 3 d4? ! , para, después de 3 . . .


64 CÓMO REALIZAR BUENAS J U G A DAS EN LA A PE RTU RA

cxd4 4 tUxd4 tUf6 S tUc3 eS 6 tUb3 (O 6 tUf3 ) 6 ... ji,b4! completar fácil­
mente el desarrollo del flanco de rey y lograr igualar. Lamenta­
blemente, cualquier tercera j ugada razonable de las blancas (como 3
c4 ó 3 c3) convierte a 2 . . . a6 en una pérdida de tiempo y el primer j u­
gador se asegura una ventaj a gradual.
2 g6. El propósito es el inmediato fianchetto del alfil de rey. Es­
•••

tratégicamente, este fianchetto es una idea perfectamente correcta


(véanse nuestros comentarios a la Variante del Dragón) , pero en este
momento 3 d4 es molesta, porque 3 . . . cxd4 permite 4 'iVxd4 y la torre
de 'h8' queda atacado.
2 tUf6. Esta idea de Nimzovich es análoga a la Defensa Alekhine
•••

(1 e4 tUf6), pero no tan efectiva aquí, ya que después de 3 eS se ha de­


mostrado que la j ugada . . . cS es menos útil para las negras que tUf3 pa­
ra las blancas.
Las dos alternativas perfectas de las negras son:
1 ) 2 tUc6. Estratégicamente, la continuación más lógica a l . . . cS .
•••

El caballo de dama se desarrolla por su mejor casilla, desde don­


de vigila los puntos 'eS' y 'd4'. "Ajedrecísticamente" , no hay na­
da erróneo en esta j ugada, aunque impide a las negras j ugar al­
gunas variantes muy populares, como la Najdorf y l a Dragón . Si
las negras continúan con un temprano u6, entonces pueden
. . .

producirse las mismas variantes que con 2 . . . d6. El debate a la


quinta j ugada negra aclarará este punto.
Las principales opciones independientes que se producen des­
pués de 2 . . . tUc6 son: a) el Dragón Acelerado, después de 3 d4
cxd4 4 tUxd4 g6; b) la Variante Taimánov, después de 3 d4 cxd4 4
tUxd4 e6; c) la Variante Svéshnikov-Lasker, después de 3 d4
cxd4 4 tUxd4 tUf6 S tUc3 eS . Todas estas variantes están siendo
obj eto de extensos análisis teóricos y de pruebas prácticas en la
competición.
2) 2 e6. Las negras protegen la casilla clave 'dS ' y abren la diago­
..•

nal para el alfil de rey. Desde el punto de vista de los principios


de la apertura, la jugada debe considerarse perfecta. Si las negras
siguen con ... d6, entonces pueden producirse las mismas varian-
tes que después de 2 . . . d6. Si las negras siguen con . . . tUc6, pueden
producirse las mismas variantes que después de 2 . . . tUc6.

La variante independiente más importante es la Taimánov Moder­


na, que resulta después de 3 d4 cxd4 4 tUxd4 a6. A mí me parece un
DEFENSA SICILIANA: PRINCIPIOS BÁSICOS 65

tanto extravagante, pero es un huésped habitual de los torneos inter­


nacionales.
3 d4
La j ugada más activa y a mejor, y la que ha sido efectuada en milIa­
res de partidas magistrales. Las blancas abren la diagonal de su alfil de
dama y la columna para la dama y, tras el pertinente cambio de peo­
nes en el centro, tendrán la oportunidad de llevar a cabo un desarrollo
activo de sus piezas menores. Como la primera j ugada de las negras
no ha contribuido en nada al desarrollo del flanco de rey, un rápido
desarrollo de piezas concederá a las blancas buenas perspectivas de
ataque contra el rey negro.
El gran maestro danés Bent Larsen hizo la sensible observación
de que él no confía realmente en el generalmente aceptado valor de
3 d4, porque las blancas ofrecen voluntariamente su muy valioso pe­
ón de dama a cambio del menos valioso peón de alfil de dama enemi­
go. Este análisis es cierto si sólo tenemos en cuenta consideraciones
estratégicas de tipo estático. Sin embargo, la concreta situación diná­
mica siempre debe tenerse presente, como en este caso, en el que los
elementos dinámicos requieren una r ápida apertura de líneas en la
apertura, de forma que puede sacarse provecho a la fuerza del peón
de 'e4'.

DIAGRAMA 19

a b c d e g h

Defensa Siciliana
Después de 3 d4
66 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

En lugar de 3 d4, las blancas disponen de otras dos buenas j ugadas:


1) 3 lLlc3. El caballo de dama se moviliza de inmediato de su mejor
casilla. Las negras no pueden aprovecharse de la omisión 3 d4
mediante 3 ... e5 ? ! , ya que eso permitiría a las blancas hacerse
con una muy poderosa diagonal después de 4 .ll c 4. Las negras
no tienen, por tanto, nada mej or que 3 . . . lLlf6, o 3 . . . lLlc6, y des­
pués de 4 d4 el j uego discurre por los senderos normales, en vir­
tud de esa transposición de j ugadas.
2) 3 �b5+. Hasta, más o menos, los años setenta, se creía que esta
j ugada era un j aque de aficionado, la continuación era invaria­
blemente 3 . . . .ll d 7 4 .ll x d7+ 'it'xd7 5 O-O. Aunque las blancas han
enrocado rápidamente, el cambio de alfiles h a disminuido con ­
siderablemente su fuerza de ataque y las negras igualan con
cierta facilidad. Pero toda la perspectiva del j aque cambió de
forma drástica cuando, en lugar de la superficialmente lógica 5
O-O, las blancas hallaron Sc4, fundada en el aspecto estratégico.
É sta es una de las numerosas variantes que han sido rehabilita­
das como consecuencia de una comprensión más profunda de
los principios básicos. La clave de 5 c4 radica en obtener un ab­
soluto control del punto 'd5 ' . D ado que han desaparecido del
tablero los alfiles de casillas blancas, el primer j ugador no ten­
drá que preocuparse porque el suyo quede encerrado dentro
de la formación de sus propios peones. Así, 5 c4 no presenta de­
ficiencia estratégica alguna, ni tampoco debilidades tácticas,
pues la práctica magistral ha demostrado que si las negras se
dejan tentar por la ganancia de un peón, con 5 . . . 'it'g4? 6 O-O
'iVxe4, las blancas logran una ventaj a decisiva de desarrollo con
7 d4 !
S i las negras s e desarrollan de forma rutinaria, entonces las
blancas pueden enrocar y seguir con d4. Si las negras tratan de
impedir d4, con 5 . . e5, entonces las blancas quedarán con el alfil
.

estratégicamente superior, puesto que los peones contrarios


quedarán situados en casillas negras. La evaluación global de la
posición, tras 5 c4, es que las blancas disponen de una pequeña,
pero agradable ventaja, sin riesgo alguno. Por consiguiente. las
negras han intentado diversas defensas, entre ellas 4 . . lLlxd7 (en
.

lugar de 4 . . . 'ifxd7), así como 3 . . . lLlc6 y 3 . . . lLld7, en respuesta a


3 .ll b 5+. Pero en todos los casos las blancas pueden asegurarse
alguna iniciativa, de modo que 3 �b5+ es una alternativa válida
a 3 d4.
DEFENSA SICILIANA: PRINCIPIOS BÁSICOS 67

3 •.• cxd4
Las negras no están obligadas a tomar en 'd4', pero ¿por qué no
deberían hacerlo? Como ya hemos comentado antes, es una saludable
operación cambiar el peón de 'cS ' por el valioso peón blanco de 'd4' y
se abre, además, la columna c para ejercer presión, con dama y torre,
contra el flanco de dama de las blancas.
4 tDxd4
Con mucho, la forma más popular y efectiva de retomar en 'd4'. Te­
nemos aquí, sin embargo, uno de los raros casos en que el aparente­
mente prematuro desarrollo de la dama, 4 'it'xd4, es jugable. La razón
es que a la respuesta normal 4 . . . tDc6 puede seguir S oltbS, y aunque
las blancas se verán obligadas a desprenderse de su alfil de rey, el rápi­
do desarrollo derivado de esta variante de j uego y el hecho de la da­
ma permanezca en el centro les conceden buenas perspectivas. Si las
negras preparan ... tDc6 con 4 ... a6 (o con 4 . . oltd7), las blancas j uegan
.

S f4, y la creciente influencia central compensa el tiempo que perde­


rán en retirar la dama después de S ... tDc6. Las negras, en teoría, tie­
nen un poco más fácil la tarea de igualar contra 4 'iVxd4 que contra 4
tDxd4, pero en la práctica 4 'ifxd4 sigue siendo una alternativa perfec­
tamente razonable.
4 ••• tDf6
¿Por qué no? El caballo de rey sale por su casilla preferida con ga­
nancia de tiempo, puesto que ataca el peón de 'e4' contrario. La j uga­
da es tan perfecta que no implica desventaj a alguna, de modo que no
hay j ustificación para efectuar otra.
s tDc3
La j ugada más popular en esta posición. Las blancas llevan el caba­
llo de dama a la casilla ideal, de paso que cumple con la obligada tarea
de proteger el peón de 'e4'. Naturalmente, este peón también puede
protegerse con S f3, pero eso significaría realizar una j ugada que no
contribuye al desarrollo. A primera vista, también parece buena S
.ii. d 3 que sí es una j ugada de desarrollo. Sin embargo, tiene varios de­
fectos: 1 ) la sentencia "los caballos deben desarrollarse antes que los
alfiles" nos recuerda que es demasiado pronto para definir la mejor
casilla para el alfil de rey; 2) en 'd3' el alfil parece un peón grande, sin
previsibles perspectivas de ataque; 3) si las negras j uegan ahora S . . .
68 CÓMO REALIZAR BUENAS J UG ADAS EN LA A PE RTURA

ltJc6 ganan un importante tiempo de desarrollo, ya que el caballo


blanco de 'd4' está indefenso.
La posición que resulta de 5 ltJc3 es la posición básica más impor­
tante de la Defensa Siciliana, pues de ella parten cuatro variantes
esenciales.

DIAGRAMA 20

a b c d e 9 h
Defensa Siciliana
Después de 5 ltJc3

Las negras disponen aquí de cuatro j ugadas perfectas. Tres de ellas


son fácilmente deducibles, porque siguen los principios fundamenta­
les del j uego en la apertura. La cuarta ha sido reiteradamente someti­
da a prueba y ha resistido tanto a una colosal cantidad de análisis co­
mo a la prueba de fuego del ajedrez de competición. He aquí esas
cuatro j ugadas perfectas y las variantes a q ue dan origen:
1) 5 ••• ltJc6
Desde el punto de vista del d esarrollo y control del centro, ésta es,
sin d uda, una j ugada perfecta. El caballo de dama se desarrolla por
su lugar preferido, sin presentar ningún inconveniente. La variante
concreta que se produzca dependerá del esquema que elijan las
blancas. Si j uegan 6 1t.e2, las negras podrán trasponer a sub varian­
tes de la Variante Scheveningen, con 6 . . . e6, o entrar en la Variante
DEFENSA SICI LIANA: PRlNCI PIOS BÁSICOS 69

del Dragón, con 6 . . . g6. La activa 6 .ltc4 (que durante muchos años
fue la preferida de Bobby Fischer) plantea la Variante Sozin. En
este caso, la respuesta más solvente de las negras es 6 ... e6, cuyo ra­
dio de acción del alfil enemigo restringe.
El plan m ás activo y prometedor para las blancas es el Ataque
Richter-Rauzer, con 6 ii.g5 , que sirve a dos propósitos: prepara el
enroque largo y dificulta el desarrollo normal de las n egras en el
flanco de rey. Así, con 6 ... g6? ! las negras permiten que las blancas
les estropeen su formación de peones, con 7 ii.xf6; mientras que 6
. . e6 se clavan voluntariamente el caballo de 'f6'. Con todo, este úl­
.

timo movimiento es lo mejor para las negras, que, después de 7


'iVd2, tendrán que tomar una decisión fundamen tal. Pueden asumir
una sólida, aunque un tanto pasiva posición , después de 7 ... ii.e7 8
0-0-0 O-O, o pueden buscar un inmediato contraj uego con 7 ... a6 8
0-0-0 ii.d7 9 f4 b5 . Este último enfoque es actualmente el más po­
pular, aunque, como es evidente, se deben riesgos mucho mayores.
Nótese que esa misma posición puede alcanzarse con otro orden
de j ugadas: 2 . . . ttJc6 3 d4 cxd4 4 ttJxd4 ttJf6 5 ttJc3 d6.
2) 5 ••• e6
Esta j ugada plantea la Variante Scheveningen, nombre que recibe
por la ciudad holandesa en que se j ugó por primera vez. La Sche­
veningen es la forma más sólida de que disponen las negras dentro
de la, por defi nición, desequilibrada Defensa Siciliana. El peón de
'e6' protege la importante casilla 'd5' y permite seguir con . . . ii.e7 y
el enroque corto. Por su parte, las blancas también pueden desarro­
llarse de forma natural con 6 �e2 y 7 O-O, un método utilizado por
Kárpov. Un tratamiento alternativo es tratar de explotar el hecho
de que las negras han encerrado voluntariamente sus alfiles j ugan­
do la más agresiva 6 f4, o la agudísima j ugada de flanco 6 g4! ? , sien­
do esta última una idea del gran maestro Paul Keres.
Obsérvese que a la misma posición puede llegarse con otro orden
de j ugadas: 2 . . . e6 3 d4 cxd4 4 ttJxd4 ttJf6 5 ttJc3 d6.
3) 5 ••• g6
Las negras deciden fianchettar su alfil de rey con el obj etivo de que
presione en el centro y de llevar el rey negro -mediante el enro­
que- a un lugar seguro. Este método caracteriza la popular e im­
portante Variante del Dragón, que tiene sentido estratégico, es teó­
ricamente correcta y conduce a un interesante j uego táctico. Esta
70 CÓMO REALIZAR B UENAS JUGADAS EN LA A PERTURA

variante será estudiada en detalle en el capítulo 6, " Defensa sicilia­


na: Juego de alto nivel ".
4) 5 ••• a6
Esta j ugada plantea la mundialmente famosa Variante Najdorf. Re­
cibe su nombre del gran maestro polaco-argentino Miguel Najdorf,
quien la popularizó después de la Segunda Guerra Mundial. Fue,
sin embargo, Robert James Fischer quien la hizo famosa, como re­
sultado de su devoción por ella y de sus numerosos éxitos. Sabemos
que es correcta gracias al ingente trabajo analítico desplegado por
Fischer y su ejército de partidarios y "adictos a la N ajdorf'.
Echemos un vistazo a la j ugada 5 . . . a6 y a la relación que guarda
con la presente situación del tablero. Para empezar, protege la casi­
lla 'b5 ' , de forma que ni el caballo de rey ni ninguna otra pieza
blanca pueda utilizarla. Además, las negras se preparan para j ugar,
en el momento oportuno, . . . b5 . É se es todo el contenido de la juga­
da. ¿Tienen estos factores una importancia fundamental? N o, no la
tienen. ¿Hacen l as negras algo más por avanzar en el desarrollo, el
control del centro o facilitar el enroque? No. Lo que las negras ha­
cen es lanzar un guante psicológico a las blancas, una forma de de­
cirle a su rival: "Aquí te espero". De modo que cabe concluir lo si­
guiente: las negras están j ugando la de por sí ya arriesgada
Siciliana, con un tiempo de menos (porque 5 ... a6 sólo es un poco
mejor que no hacer ninguna j ugada). Como ya dij e antes, la Naj­
dorf, sin embargo, es teóricamente correcta . Al menos lo es para
Fischer y para numerosos grandes maestros bien versados en la te­
oría de aperturas. Para cualquier j ugador que no esté al corriente
de los cuantiosos a nálisis que continuamente se realizan sobre esta
variante, es extremadamente difícil de j ugar, porque sus sub va­
riantes se basan no tanto en principios estratégicos como en com­
plicados, concretos y agudos cálculos j ugada a j ugada, golpe a gol­
pe. El jugador medio que elija la Najdorf asume un riesgo
considerablemente mayor del normal, con una probabilidad de
éxito inferior a la media. ¡No se olvide de que las negras están j u­
gando casi con un movimiento menos !
¿Qué pueden hacer las blancas contra la Najdorf? Obviamente,
muchas cosas. Un concepto extremo es ignorarla y desarrollarse
con 6 �e2, seguido del enroque corto. Anatoli Kárpov, por ejem­
plo, j uega así, con este comentario como lema: "No hay ninguna ra­
zón para conceder a las negras esperanza alguna de contrajuego " .
DEFENSA SICI LIANA: PRINCIPIOS BÁSICOS 71

En el otro extremo, las blancas pueden ir de inmediato a por el rey


negro, con 6 �gS e6 7 f4. Las sub variantes se derivan de 6 .i.gS son
extremadamente complicadas, tácticas, largas, difíciles y cambian­
tes. D e las distintas posibilidades existentes entre ambos extremos
se encuentran, entre otras, 6 a4 y 6 f4.
Si exceptuamos las "cuatro j ugadas perfectas" antes relacionadas,
todas las demás j ugadas negras son inferiores. Haré especial mención
de S eS ? ! , porque es la favorita de muchos aficionados.
oo.

DIAGRAMA 21

3
2

a b c d e 9 h
Defensa Siciliana
Después de 5 e5?!oo.

Esta jugada goza de cierta simpatía porque, supongo, les parece


buena a algunos: se consigue desplazar al caballo de rey de su privile­
giada posición central y el peón de 'eS' es más activo que en, digamos,
'eT. Sin embargo, ofrece graves inconvenientes. En primer lugar, las
negras debilitan de forma permanente su i mportante casilla 'dS ' , pues­
to que ya no dispondrá de un peón para controlarla. En segundo lu­
gar, el peón de d en 'd6' se convierte en un peón retrasado, vulnerable
al ataque de las piezas enemigas en la columna de dama. Por otra par­
te, se ha sentenciado al alfil de rey a una triste y pasiva cadena perpe­
tua. Desde 'eT no tendrá radio de acción y su función será puramente
la de proteger el peón de 'd6'. Si se fianchetta (es decir, se sitúa en
72 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA A PERTURA

'g7'), tampoco tendrá buenas perspectivas, porque el peón negro de


' e5 ' restringe gravemente su acción. Además, con el alfil en 'g7', se
acentúa la debilidad del peón de 'd6'.
La respuesta más efectiva de las blancas es aprovechar de inme­
diato el debilitamiento de las casillas claras en la posición enemiga
con 6 �b5+. Después de 6 . . . ttJbd7, pueden seguir con 7 ttJf5 ; Y des­
pués de 6 . . . ii.d7, lo mejor es 7 ii.xd7+ "iix d7 8 ttJf3.
CAPÍTULO 6

Defensa Siciliana:
juego de alto nivel

La mayoría de las variantes de la Defensa Siciliana siguen los re­


querimientos lógicos y los buenos principios de la apertura. Un vista­
zo más profundo a una de ellas puede ilustrar bien el tema general de
"cómo realizar buenas j ugadas de apertura ". Por otra parte, una in­
vestigación de este tipo nos enseñará mucho acerca de la estrategia y
de la táctica que se barajan en la Siciliana. Para esta mirada más dete­
nida sobre la Siciliana, he elegido la Variante del Dragón. Como ya se
ha dicho en el capítulo 5, la Variante del Dragón tiene mucho sentido
estratégico y conduce a un j uego temático táctico y agudo.
Nuestro punto de partida será la posición que se produce después
de 1 e4 c5 2 'LIB d6 3 d4 cxd4 4 'LIxd4 tDf6 5 tDc3 g6.
Las características más importantes del D ragón, desde ambos pun­
tos de vista (blancas y negras) , son las siguientes:
1 . La evidente continuación a 5 . . . g6 es el fianchetto del alfil de rey,
con . . . !il...g7, para ejercer presión a lo largo de la gran diagonal de
casillas negras. D ado que las negras estarán listas para enrocar
corto tan pronto como hayan j ugado . . . iLg7, el flanco de rey es el
lugar lógico para su monarca.
2. La formación central de peones es favorable a las blancas, ya que
su peón de 'e4' controla más espacio que el negro de 'd6'. Como
es habitual en la Siciliana, si las negras consiguen realizar el
avance . . . d5 en buenas condiciones, habrán logrado igualar.
3. La j ugada 5 . . . g6 ha originado un pequeño pero fundamental de­
bilitamiento en el flanco de rey negro, dado que el peón de 'g6'
puede ahora ser atacado con el avance del peón de h blanco en
'h5'. Esto se traducirá en la apertura de una columna en ese sec­
tor, que seguramente será la columna h.

73
74 CÓMO REALIZAR B UENAS J UG A DAS EN LA APERTURA

DIAGRAMA 22

8 I
7
.__...-
,
....
6

5 .

a b c d e g h

Defensa Siciliana
Después de 5 . . g6
.

4. Las blancas tienen la opción de enrocar en cualquier flanco. Por


supuesto, el enroque corto es, por definición, más seguro. Sin em­
bargo, el enroque largo es razonablemente seguro a corto plazo,
y enrocar en el flanco de dama permite a las blancas mayores
perspectivas de ataque contra el enroque enemigo. Los elemen­
tos clave de este ataque son la apertura de la columna h y el cam­
bio del alfil de fianchetto, con �h6.

Pasemos ahora revista a las principales alternativas de la Variante


del Dragón y sus alternativas más consistentes. A partir del diagrama
22, el j uego puede transcurrir como sigue:
6 �e3
Con ambos caballos movilizados, el siguiente paso de las blancas es
poner en j uego los alfiles. El de dama tiene dos puestos lógicos: 'g5 ' y
'e3 ' . Aunque 6 �g5 parece bueno a primera vista, el ataque al caballo
de rey se desbarata con la sencilla 6 . . . �g7. Por otra parte, de ese mo­
do las negras obtienen posibilidades de contraj uego en la poco prote­
gida casilla 'd4 ' (es decir, el caballo de rey). Además, 6 �e3 es un desa­
rrollo de alfil a una casilla flexible, central y protegida, de modo que la
DEFENSA SICILIANA: JUEGO DE ALTO NIVEL 75

j ugada no tiene deficienci as. Incluso plantea una pequeña trampa. Si


las negras se apresuran a j ugar 6 . . . liJg4?, entonces las blancas j uegan
7 .i.b5 + ! , que gana material tras 7 ... .i.d7 8 'ifxg4.
Las blancas también podrían desarrollar antes su alfil de rey, si­
tuándolo tanto en 'c4' como en 'e2'. No obstante, puesto que ya cono­
cemos la mejor casilla para el alfil de dama, es algo más flexible desa­
rrollar primero esta pieza. Una desviación del juego principal es 6 f4,
la Variante Loevenfish. La mejor respuesta de las negras, en tal caso,
es 6 . . . liJc6, pues la posición que resulta de 7 liJxc6 bxc6 8 e5 liJd7 ! 9
exd6 exd6 es de una aproximada igualdad. El defecto estratégico de la
Variante Loevenfish es, como puede verse fácilmente, que la superio­
ridad de las blancas en el centro se ha desintegrado, mientras que la
posición negra se mantiene bastante sólida .
6 ooo .i.g7
Dado que ésta es la idea de 5 ... g6, no hay ninguna razón para no
j ugarla de inmediato. No obstante, desde un punto de vista práctico, 6
. . . liJc6 es equivalente.
7 f3
La introducción del Ataque Yugoslavo, según el cual las blancas pro­
seguirán con 'ild2 y enroque largo. La preparatoria del texto sirve para
un buen número de funciones: se impide la molesta ...liJg4, se asegura
firmemente el peón de 'e4' y, por último, se prepara el potencial avance
de flanco g4. El Ataque Yugoslavo es, con mucho, el método más agudo
para combatir al Dragón y el más popular en la alta competición.
Totalmente correcta es, por otra parte, la llamada Variante Clásica,
en la que las blancas enrocan corto. La posición básica de esta opción
se produce después de 7 .i.e2 liJc6 8 O-O O-O. Las blancas no pueden
atacar de inmediato el flanco de rey con 9 f4 ? ! , pues en tal caso las ne­
gras replican 9 . . . 'il b6! , con un ataque evidente al peón de 'b2' y otro
camuflado al caballo de rey blanco (la amenaza es 10 ... liJxe4 ! , que
gana un peón ) . Las negras, por su parte, al haber enrocado, se dispo­
nen a j ugar 9 . . . d5 , jugada que iguala en caso de 9 f3, 9 h3 ó 9 c,¡,hl , Y
sólo conduce a una pequeña desventaj a tras 9 'il d2.
La secuencia principal discurre así: 9 liJb3 .i.e6 10 f4, cuando las
negras cuentan con dos métodos para hacer frente al planeado avance
enemigo f4-f5 . En la vieja Variante Maroczy, las negras jugaban 10 . . .

liJa5, a fin de proseguir con 11 . . . .i.c4, en respuesta a 1 1 f5 . En la más


reciente Variante Tartakower, las negras impiden f5 con 10 . . 'ilc8, con
.
76 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

idea de preparar el avance . . . dS con ... ':d8. En cualquier caso, las ne­
gras pueden esperar, llegado el momento, una igualdad aproximada.
7 .•. �c6
Desarrollar el caballo de dama por su mejor casilla es una j ugada
perfecta.
S 'ifd2
Prosigue con el plan de preparar el enroque largo.
S ••• 0-0
Aunque está claro que las blancas atacarán en el flanco de rey, e l
monarca negro estará más seguro e n ese flanco que e n el centro. Por
otro lado, de esta forma se incorpora al j uego la torre de rey, con lo
que se incrementan las posibilidades de llegar a realizar la ruptura
central . . . dS. El enroque largo no es viable, pues no sólo estaría el rey
más expuesto ( ¡el peón de c ya ha desaparecido del tablero ! ) , sino
que, además, las posibilidades temáticas de las negras se encuentran
en la columna c, y la presencia del rey en el sector dificultaría conside­
rablemente el contraj uego.
9 .i.c4
La j ugada nueva y la más frecuente. El alfil se dispone agresiva­
mente, apuntando a la casilla 'f7' y también al punto 'dS ' , donde las
negras pretenden realizar su avance liberador. No obstante, la j ugada
textual también tiene su aspecto negativo, a saber: la situación del alfil
desprotegido, que en su momento permitirá a las negras ganar un
tiempo o dos que aprovecharán para desarrollar sus propias piezas.
También es factible y buena la vieja 9 0-0-0. Las negras disponen,
en tal caso, de la j ugada de doble filo 9 . dS ! ? , cuyo desarrollo normal
..

es 10 exdS �xdS 1 1 �xc6 bxc6. Los análisis teóricos y el j uego prácti­


co han demostrado que las negras no tienen que preocuparse por la
pérdida de un peón, después de 12 �xdS cxdS 1 3 'iix dS, pues con 13 . . .
'iic7 ! obtienen excelentes posibilidades d e ataque e n l a s columnas se­
miabiertas b y c ( 1 4 'ifxa8? ! .i.fS ! es ventajoso para las negras). Las
conclusiones magistrales son que las blancas deberían j ugar de forma
estratégica, con 12 .i.d4! eS 1 3 .i.cS .i.e6 ! 14 �e4 ! , que lleva a una po­
sición algo más agradable para las blancas, ya que después de 14 ...
':e8 I S h4 ! , siguen disponiendo de perspectivas de ataque en el flanco
de rey, mientras que el alfil de rey negro se encuentra "durmiente" y
la clavada en la columna d puede resultar molesta.
DEFENSA SICILlANA: JUEGO DE ALTO NIVEL 77

9 ..• .i.d7!
Así, de repente, parece muy lógica: se desarrolla la última pieza
menor que libera la casilla ' c8' para iniciar el contrajuego con la torre
en la columna. Sin embargo, la comunidad aj edrecística necesitó un
tiempo considerable ( ¡ más de seis años ! ) para descubrirla. La explica­
ción es que el alfil de rey blanco inspiraba tanto terror que el j ugador
sentía que debía tomar medidas inmediatas para neutralizar su ac­
ción. Así, las negras ensayaron 9 llJxd4 1 0 �xd4 .i.e6; 9 . llJa5; 9 .
... .. ..

llJd7, seguido de 1 0 . . . llJb6 Y 1 1 . . . llJa5 ; 9 . a6; 9 . a5 , y todas estas ten­


.. . .

tativas naufragaron. Puesto que nada exótico dio resultado, se tuvo


que volver a los fundamentos y, ¡ visto y no visto ! , las negras comenza­
ron a obtener buenos resultados. Éste es uno de los mejores ejemplos
de cómo una correcta aplicación de los principios básicos de apertura
(completar el desarrollo antes de pasar a la acción, importancia de la
influencia central, etc.) podían h aberle ahorrado a muchos maestros
una buena parte de sus sufrimientos.

DIAGRAMA 23

a b c d e g h

Defensa Siciliana,
Variante del Dragón
Después de 9 . .i.d7!. .

lO h4
Los dos aspectos implícitos en la estrategia blanca son el ataque en
la columna h y el enroque largo. Probablemente no importe demasia-
78 CÓMO REALIZA R BU ENAS JUGADAS EN LA A PE RTURA

do que las blancas j ueguen antes 10 0-0-0 ó 1 0 h4. Sea como fuere, lo
cierto es que en la actualidad la práctica magistral concede preferen­
cia a la aguda j ugada textual, ya que no contiene desventaj as y somete
de inmediato a las negras a un fuerte ataque.
Aunque el alfil de rey siga siendo vulnerable en 'c4', no hay razón
para perder voluntariamente un tiempo retirándolo a 'b3 ' . Después de
10 .Jtb3 ? ! , las negras puede iniciar de inmedi ato una prometedora ac­
ción en el flanco de dama, con 10 . . . lDxd4 ! 1 1 .i.xd4 b5 ! , para seguir
con . . . a5 , lo que conduciría a un contraj uego que equilibraría las posi­
bilidades para las negras, pues el alfil de rey blanco ocupa una posi­
ción precaria. Recuerde: no debe perder tiempo con retiradas innece­
sarias cuando la posición requiere un j uego agudo por ambas partes.
La textual les dice a las negras, sin la menor ambigüedad, que se
preparen para afrontar un ataque directo y agudo contra su rey. ¿Có­
mo deberían responder? Aquí hay dos tratamientos posibles: 1) con­
traatacar inmediatamente en el flanco de dama, y 2) tratar de combi­
nar el ataque con la defensa.
10 ... h5
La práctica magistral, a comienzos de los ochenta, le ha concedido
preferencia al enfoque según el cual las negras deben tratar de frenar
el ataque blanco a lo largo de la columna h. La textual sirve precisa­
mente para ese fin , pero a un precio claro y evidente: un debilitamien­
to fundamental en la formación de peones del flanco de rey. Por otra
parte, las negras han diferido un tiempo sus esfuerzos por crear con­
traj uego.
El otro plan posible es iniciar un i nmediato contraataque. Puesto
que las sub variantes agudas, tácticas pueden ganar o perder crédito,
las alternativas con un "contraataque inmediato" pueden reaparecer
en la práctica magistral en cualquier momento. Una variante de ese ti­
po queda bien ilustrada por el curso de la partida Anatoli Kárpov -
Víktor Korchnói; 2a partida de la final del Torneo de Candidatos,
Moscú (Rusia), 1 974:
10 . . . %lc8 (amenaza ganar material con 1 1 . . . lDxd4) 1 1 .Jtb3 lDe5
(buscando de inmediato el contraj uego en la columna c) 12 0-0-0 lDc4
13 .Jtxc4 (la necesidad de esta captura muestra el principal inconve­
niente estratégico de 9 .ltc4: el alfil de rey blanco ha movido dos veces
para terminar cambiándose por el caballo negro en una casilla q ue
controlaba igual de bien desde 'fl ') 1 3 . . . %lxc4 14 h5 ! (en relación con
la preparatoria 1 4 g4, las blancas se ahorran uno o dos tiempos en la
DEFENSA SICILIANA: JUEGO DE ALTO NIVEL 79

apertura de la columna h mediante el sacrificio del peón de esa co­


lumna) 1 4 . . . ttJxh5 15 g4 ttJf6 1 6 ttJde2!

DIAGRAMA 24

7 , ,
6

4 �
3
2

a b c d e g h

Kárpov - Korchnói
Torneo de Candidatos (20), 1 974
Después de 16 lf:jde2!

Una j ugada polivalente: 1 ) el caballo de 'c3 ' queda salvaguardado,


dificultando así el posible contraj uego de las negras con el caracterís­
tico sacrificio . . . l:txc3; 2) el caballo puede j ugar a 'g3 ' o 'f4' a efectos
ofensivos; 3) se amenaza �h6. La inmediata 1 6 .lth6? ! permitía 16 . . .
ttJxe4 ! 1 7 'iVe3 lhc3 ! , y l a s negras tienen contrajuego suficiente.
Siguió 1 6 . . . 'iVa5 ( ¡ contraataque ! ) 17 �h6 (para cambiar el valioso
alfil fianchettado de las negras) 17 ... �xh6 18 "'xh6 l:tfc8 ( ¡ contraata­
que ! ) 19 IId3 ! (previene, de nuevo, el contraj uego resultante de un sa­
crificio de calidad en 'c3 ' ; las negras deberían ahora anular el ataque
blanco con 19 . . . 'iVd8 20 g5 ttJh5 21 ttJg3 "'f8, después de lo cual las
blancas recuperarían el peón y mantendrán una pequeña ventaj a en
el final) 19 . . . 1I4c5? 20 g5 ! ! l:txg5 (forzado) 21 l:td5 ! ! (Las j ugadas 20" y
213 de las blancas forman, juntas, un brillante concepto para atacar el
punto débil de las negras: 'h7'; las negras están perdidas) 21 ... lhd5 22
lf:jxd5 l:te8 23 ttJ2f4 ! .ltc6 24 e5 ! ! �xd5 (la poderosa 248 jugada blanca
impide el j aque en 'g5 ' de la dama negra en la siguiente variante: 24 . . .
dxe5 2 5 ttJxf6+ exf6 2 6 ttJh5 ! gxh5 2 7 l:tg1 + ) 2 5 exf6 dxf6 2 6 "'xh7 +
80 CÓMO REA LIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

..tf8 27 'ifh8+ Y las negras se rindieron, ya que después de 27 . . . ..te7 28


ll:\xd5+ lWxd5 29 :tel + perderían abundante material.
11 0-0-0
Como las negras han detenido las perspectivas de un ataque inme­
diato, lo mejor que pueden hacer las blancas es completar el desarro­
llo del ala de dama mediante el enroque.
11 ••• :teS 12 �b3

La amenaza 1 2 ... ll:\xd4 fuerza la retirada del alfil.


12 ••• ll:\eS
La posición crítica en esta sub variante. Las negras se disponen a
iniciar su j uego en la columna c con 1 3 ... ll:\c4, mientras el ataque
blanco parece parado. Aquí deben considerarse las posibles opciones
para las blancas:
1 ) Fuerza bruta. Las blancas j uegan 13 g4? ! La posición negra es,
sin embargo, lo bastante válida, y después de 1 3 . . . hxg4 1 4 h5
ll:\xh5 15 �h6 e6 ! , tienen razones de peso para pensar que po­
drán capear con éxito el ataque enemigo.
2) Preparación tranquila. Las blancas j uegan 1 3 �bl . En tal caso,
las negras logran una aproximada igualdad después de la temá­
tica 13 ... ll:\c4 1 4 ii.xc4 :txc4 1 5 ll:\b3 'ifc7.
3) Cambio estratégico. Las blancas juegan 1 3 ii.h6. Aunque el cam­
bio de alfiles de casi llas negras favorece estratégicamente a las
blancas, las negras disponen del siguiente método para lograr un
contraj uego pleno: 13 ... �xh6! 14 'ifxh6 l:xc3 ! 15 bxc3 'ifa5 16
..tb2 :tc8. La debilitada posición del rey blanco y la deficiente
estructura de peones conceden a las negras una total compensa­
ción por la calidad.

Puesto que las blancas deben hacer algo, aunque no disponen de


una maniobra forzada, la mejor j ugada es:
13 �gS!
Un cambio de plan creativo. Las blancas no pueden conseguir na­
da inmediato contra el flanco de rey, aunque las debilidades de las ne­
gras les conceden allí perspectivas a largo plazo. Por consiguiente, las
blancas se disponen a emprender acciones en el centro. Las negras no
pueden expulsar el molesto alfil con 13 . . . ll:\h7? ! , dado q ue la mala co-
DEFENSA SICILIANA: JUEGO DE ALTO NIVEL 81

locación del caballo significa que después de 14 Jl.h6 ! Jl.xh6 1 5 'it'xh6,


el sacri ficio de calidad 15 0 0 0 lbc3 ya no les reporta a las negras una
compensación sufi cienteo
13 ... ltc5!
Las negras ya están preparadas para empezar, con 14 ooob5, el contra­
juego, de paso que refuerzan sus casillas centrales, en especial 'e5' o La
fuerza latente de 13 Jl.g5 hace que no sea posible para las negras realizar
planes más convencionales en condiciones satisfactorias. Así, 13 000 'it'a5 ? !
s e contesta con 14 �bl ! , Y las blancas amenazan ya 15 Jl.xf6! Jl.xf6 1 6
tDd5, que alteraría l a estructura d e peones negros. S i 13 0 0 0 tDc4? ! , enton­
ces 14 Jl.xc4! :'xc4 15 tDb3 ! , y las blancas amenazan la molesta 16 e5 ! , da­
do que 16 000 dxe5 acarrearía la pérdida de una pieza tras 17 Jl.xf6!
De aquí en adelante, seguiremos la partida Anatoli Kárpov - Gen­
nadi Sosonko; la ronda del Torneo de Tilburgo (Países B aj os), 1 979:
DIAGRAMA 25

8
7
6
5
4
3
2

a b c d e g h

Kárpov - Sosonko
Ti/burgo, 1 979
Después de 13 0 0 0 1:c5!

14 lthel!?
Dado que las perspectivas inmediatas de las blancas están vincula­
das al avance central e5, tratan de realizarlo con la mayor fuerza posi­
bleo Menos efectiva es la veloz 14 f4, pues tras 14 0 0 0 tDc4 15 'ifd3 b5 1 6
e 5 , las negras obtienen u n excelente contraj uego con 1 6 0 0 0 'ii' b6 ! Nóte-
82 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

se que las blancas no pueden ganar pieza con 17 exf6, ya que tras 17 . . .
exf6 s u alfil de dama queda atrapado.
14 ••• b5
Las negras inician su contrajuego.
15 f4
Ahora todo está dispuesto para efectuar el avance e5 y no es tiem­
po de indecisiones.
15 •.• tOc4 16 �xc4 bxc4?
Las negras esperan lograr contraj uego a lo largo de la columna b,
pero no tendrán tiempo suficiente. En consecuencia, lo correcto y ne­
cesario es 16 ... l:.xc4, cuando, tras 17 e5, las negras pueden replicar
con 17 ... b4 18 exf6 exf6 ! Por supuesto, las posibilidades concretas
pueden resultar excesivamente complicadas, como es habitual en el
Ataque Yugoslavo contra el Dragón.
17 �xf6!!
Jugando con un gran conocimiento de la posición. Como demues­
tra la nota a la j ugada 1 43 de las blancas, el alfil de dama es vulnerable
en 'g5 ' y, por tanto, las blancas deciden cambiarlo. Después de la ruti­
naria 17 e5? ! , las negras obtendrían un muy fuerte ataque con 17 . . .
'ifb6 ! 1 8 exf6 l:.b8. Tras l a textual, en cambio, 1 7 . . . exf6 encerraría el
alfil de rey negro, el peón de dama quedaría indefenso, y las blancas
lograrían una gran ventaj a tanto con 18 tOf3 como con 18 f5 .
17 • •• Jl.xf6 18 e5! �g7
No hay alternativa, ya que si 1 8 . . . dxe5?, 19 tOf3 ! , y si 1 8 ... .ltxh4?,
1 9 :th1 , continuaciones ambas totalmente insatisfactorias para las ne­
gras.
1g e6!
Observe cómo el avance central sirve, en última instancia, para de­
bilitar el fl anco de rey negro.
19 ... �c8 20 exf7+ 1::txf7 21 tOe6 �xe6 22 l:.xe6 "'a5!?
B usca todo el contraj uego posible, dadas las circunstancias. Si las
blancas se precipitan, con 23 l:.xg6? ! , entonces tras 23 ... �h7 ! , las ne­
gras tendrían una posición aceptable, puesto que 24 :g5 �xc3 fuerza
25 'iWxc3, con un final igualado.
DEFENSA SICILIANA: JUEGO DE ALTO N IVEL 83

23 'iie 3!
I ncrementa la presión sobre la posición negra y le da a su rey una
casilla de escape por ' d2'.
23 ••. �xc3
Las posibilidades de ataque derivadas de la textual no son sufi­
cientes para compensar el mortal debilitamiento de su rey. Sin embar­
go, aun con la ligeramente mej or 23 ... �f6, las negras no podrían re­
solver los problemas que les plantearía 24 llJe4 !
24 bxc3 'iWxa2 25 :'xg6+ 'it>f8 26 'iWe4!
La dama, desde el centro, amenaza 27 'iWa8+ y también está lista
para apuntar al flanco de rey.
26 ... "'a6 27 :td5!
Cambiando un par de torres, l as blancas podrán penetrar en la po­
sición negra con efectos decisivos. La e legante refutación a 27 . . . 'iWc6
es 28 :'xc5 !
27 1:tf6 28 l:.xcS l:.xg6 29 l:.xh5 d5 30 :'xd5. Las negras se rindie­
...

ron . Tienen dos peones menos y siguen en peligro de recibir mate.


CAPÍTULO 7

Gambito de Dama Rehusado:


principios básicos

Durante la mayor parte del siglo XIX, romanticismo y ataque esta­


ban a la orden del día, y la primera j ugada de las blancas era, invaria­
blemente, l e4. Sin embargo, al aproximarse el fin de siglo los mej ores
maestros comprendieron que abrir el j uego con 1 d4 tenía mucha más
lógica ajedrecística. En un aspecto no había el menor desacuerdo: la
mejor respuesta a 1 d4 era 1 . . . d5. El razonamiento subyacente en 1 . . .
d 5 era ( y sigue siendo) totalmente correcto. Las negras imitan l a fuer­
te j ugada central de las bl ancas y lucharán para conservar el control
de su importante casilla 'd5 ' . Dado que la d ama ya protege esa casilla,
la tarea de las negras es bastante más fácil que en las aperturas deriva­
das de 1 e4 e5 . Debido a su corrección y solidez, el Gambito de Dama
Rehusado ha resistido la prueba del tiempo, y en la década de los
ochenta disfruta de la misma reputación que disfrutaba cien años
atrás.
La característica más destacable de 1 . . . d5, seguido de 2 . . e6, es su
.

solidez. Este sistema es el preferido por aquellos maestros habituados


a defender posiciones ligeramente restringidas, en las que saben cómo
conseguir, llegado el momento, una correcta igualdad. El j uego de las
blancas en el Gambito de Dama normalmente se inicia en ese flanco
o en el centro. No obstante, en los casos en que se abre el centro, eso
suele significar que la escena de la lucha se trasladará al flanco de rey.
El enfoque de las negras, por lo general, es defenderse en cualquier
sector en el que ataquen las blancas, y las oportunidades de aquéllas
pueden producirse como consecuencia de una excesiva expansión de
las blancas.
Naturalmente, cada variante concreta tiene sus propias claves. La
variante principal y las alternativas más importantes son como sigue:
1 d4 d5 2 c4

85
86 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA A PERTURA

DIAGRAMA 26

8
7
6
5
4
3
2

a b c d e g h

El Gambito de Dama
1 d4 d5 2 c4

Las blancas atacan de inmediato el puesto central enemigo desde


el fla nco. Esta apertura se llama Gambito de Dama, mas el nombre
no parece muy apropiado. En efecto, la palabra "gambito" sugiere
riesgo o sacrificio, y en el Gambito de Dama l as blancas no arriesgan
nada. Las negras pueden capturar el peón de 'c4 ' , pero no pueden
permitirse tratar de conservarlo. Después de, por ej emplo, 2 ... dxc4
3 ltJf3 a6 4 e3 bS ? ! S a4, las blancas pueden estar seguras de recupe­
rar el peón, con una ventaj a de apertura mayor de la normal. D os
ejemplos: 1 ) 5 . . c6 6 axbS cxbS 7 b3 ! cxb3 8 JLxbS + ! , o bien 2) S . . .
.

JL b 7 6 b3 !
No obstante, 2 ... dxc4 desempeña un papel en la teoría de apertu­
ras y se llama Gambito de Dama Aceptado. Después de 3 ltJf3, las ne­
gras devuelven el peón capturado y tratan de completar rápidamente
su desarrollo. Las dos ideas principales son: 1) 3 ... a6 4 e3 JLg4 S �xc4
e6 6 h3 JLhS 7 ltJc3 ltJf6 8 o-o ltJc6 9 �e2 �d6; y 2) 3 ... ltJf6 4 e3 e6 S
JLxc4 cS 6 o-o a6 7 "fIe2 bS 8 JLb3 JLb7. Como puede verse, en ambos
casos el desarrollo de las negras es correcto, aunque las blancas tienen
una perceptible superioridad en el centro. Según la teoría oficial de
aperturas, este Gambito de Dama Aceptado es un sistema de apertu­
ra totalmente satisfactorio. Con todo, la superioridad central de las
GAMBITO DE DAMA REHUSADO: PRINCIPIOS BÁSICOS 87

blancas, lograda sin el menor riesgo, me sugiere que es bastante más


fácil j ugar aquí con blancas que con negras. La popularidad del Gam­
bito de Dama Aceptado ha variado a lo largo de los años y en los
ochenta ha vuelto a experimentar cierto auge.
2 .•• e6
El principal objetivo de 1 d5 es controlar las importantes casillas
oo.

centrales 'd5' y 'e4'. La segunda j ugada negra debe ser coherente con
ese plan. Por consiguiente, es totalmente errónea -aunque muy fre­
cuente en partidas de aficionados- 2 lLlf6?, ya que después de 3 cxd5
oo.

la influencia de las negras en el centro ha desaparecido y las blancas


pronto ejercerán una gran superioridad central y estratégica.
Para fortificar 'd5 ' las negras deben jugar bien 2 . e6, bien 2 c6.
.. o o .

La más habitual es 2 e6, que conduce a variantes de la llamada De­


o o .

fensa Ortodoxa en el Gambito de Dama Rehusado. La j ugada tiene la


evidente ventaja de favorecer el desarrollo del flanco de rey y el enro­
que. Tiene, sin embargo, una desventaj a estratégica: dej a encerrado el
alfil de dama.
La lógica inherente a 2 c6 (la Defensa Eslava) es que se apoya
oo.

'd5 ', y queda abierta la diagonal del alfil de dama. Sin embargo, tam­
bién tiene un pequeño inconveniente: después de 3 lLlc3 lLlf6 4 lLlf3 ,
¿cómo desarrollarán las negras el alfil de rey? Si ahora 4 e6, el alfil oo.

de dama de nuevo quedará encerrado, mientras que 4 g6 conduce a oo.

una variante pasiva de la Defensa Gruenfeld (1 d4 lLlf6 2 c4 g6 3 lLlc3


d5) . El desarrollo del alfil de dama, con 4 �f5 , aunque puede pare­
oo.

cer lógico, lamentablemente ocasiona problemas para la defensa del


fl anco de dama después de 5 cxd5 ! cxd5 6 Vb3 ! De modo que las ne­
gras no tienen nada mejor que entregar el centro con 4 dxc4. ,oo

El factor que justifica esta decisión para las negras es que las blan­
cas no pueden recuperar de forma natural el peón, con las deseables 5
e3 ó 5 e4, porque las circunstancias han cambiado, y ahora las negras
pueden j ugar 5 b5 con fundamento. Por consiguiente, las blancas de­
o o .

ben impedir esa jugada con 5 a4, pero este avance tiene dos inconve­
nientes: la pérdida de un tiempo y el debilitamiento permanente de la
casilla 'b4'. Estos factores permiten a las negras construir una posición
satisfactoria como sigue: 5 �f5 (para controlar 'e4') 6 e3 e6 (para
oo.

desarrollar el flanco de rey) 7 �xc4 �b4 (para desarrollar el flanco de


rey y controlar indirectamente 'e4') 8 O-O O-O 9 'ile2 lLlbd7 (se comple­
ta el desarrollo de las piezas menores).
88 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA A PERTU RA

DIAGRAMA 27

8
7
6
5
4
3
2 8
1:
a b e d e 9 h

Defensa Eslava
Después de 9 . . ttJbd7
.

É sta es la posición clave de la Defensa Eslava. Las blancas tienen


ventaj a en el centro y pueden incrementarla con 10 e4 iLg6. Con todo,
la posición de las negras es muy sólida y sus piezas menores están bien
desarrolladas. Así, en última instancia, la desventaja de las negras es
mínima.
3 ttJc3
Desde e l punto de vista de los principios estratégicos, la continua­
ción más lógica. El caballo de dama se desarrolla por su casilla ideal,
desde donde ataca 'd5' y protege 'e4'. Desde un punto de vista prácti­
co, 3 ttJf3 es más o menos equivalente. No obstante, se considera un
poco más precisa 3 lüc3 porque presiona en el peón de d negro y les
da a las blancas una mayor flexibilidad a corto plazo. 3 ttJc3 es impor­
tante en todos los planes blancos, mientras que el desarrollo del caba­
llo de rey podría diferirse en algunas variantes.
3 ••• ttJf6
Una j ugada perfecta en todos los aspectos. El caballo de rey se
moviliza por su casilla ideal, protege 'd5 ' y da paso a un enroque rápi­
do.
GAMBITO DE DAMA REHUSADO: PRINCIPIOS BÁSICOS 89

Hay otras dos posibilidades que a menudo se encuentran en el aje­


drez magistral. La primera es 3 . . . iL.e7, una forma moderna de impe­
dir la inmediata Ji.gS de las blancas que, sin embargo, sólo tiene un ca­
rácter independiente si las blancas pretenden j ugar la Variante del
Cambio (cxdS en l a 3R, 4a o SR jugada). Diré más acerca de esto un po­
co más adelante.
La segunda alternativa de las negras es 3 ... cS, que conduce a la
Defensa Tarrasch en el Gambito de Dama Rehusado. A cambio de un
peón de dama aislado, las negras obtienen un j uego libre de piezas y
buena presencia central. La popularidad de la Defensa Tarrasch ha
sufrido muchos altibajos, y en los ochenta ha vuelto a experimentar
un auge. Entre los recientes campeones mundiales, Borís Spasski solía
jugarla . La variante principal se produce después de 4 cxdS exdS S
lLlf3 lLlc6 6 g3 ! lLlf6 7 iL.g2 iL.e7 8 O-O O-O.

DIAGRAMA 28

8 .t
7
6
5
4
3
2

a b e d e 9 h

Defensa Tarrasch
Después de 8 . O-O
. .

Las blancas han desarrollado su alfil de rey de forma tal que apun­
ta al peón de dama aislado de las negras, es decir, 'dS '. Las j ugadas
normales de las blancas son ahora 9 dxcS y 9 iL.gS , y con cualquiera de
ellas pueden esperar una pequeña ventaja. Por otra parte, el desarro­
llo de las negras es correcto y sus perspectivas no son peores que en
otras defensas contra el Gambito de Dama.
90 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

4 lijO
Desarrollar el caballo rey por su mejor casilla cumple tres obj eti­
vos de apertura. Igualmente buena es 4 �g5 , que, tras 4 . . . !iL.e7 5 liJf3 ,
conduce a la variante principal.
Las blancas también pueden optar por un plan radicalmente dis­
tinto, la llamada Variante del Cambio: 4 cxd5 exd5 5 �g5 �e7 6 e3 o-o
(6 . . . �f5 ? falla por 7 �3 ! ) 7 �d3. Aunque la tensión central ha sido
resuelta, las blancas mantienen cierto número de pequeñas ventaj as:
l) con el cambio del peón de c por el peón de e las blancas tienen ma­
yor influencia en el centro; 2) el alfil de rey blanco es más activo que el
alfil de dama negro; 3) las blancas tienen perspectivas de ataque con­
tra el flanco de dama negro, a lo largo de la columna c (si las negras
j uegan . . . c6, las blancas atacarán ese punto con b4, seguido de b5 : el
llamado "ataque de las minorías"). En general, este orden de j ugadas
en la Variante del Cambio les concede a las blancas una cómoda ven­
taja de apertura. No obstante, el j uego adopta un carácter "más seco"
que en la variante principal, de modo que no es del gusto de todos.
4 ••• �e7
La j ugada tipo. Las negras se anticipan a la clavada blanca 5 �g5 Y
se disponen a enrocar. También son posibles otros tres planes sensi­
blemente distintos. Con 4 . . . �b4 las negras entran en la Variante Ra­
gozin, un híbrido entre el Gambito de Dama Rehusado y la Defensa
Nimzoindia (1 d4 liJf6 2 c4 e6 3 liJc3 !iL.b4). A comienzos de su carrera
ésta fue la defensa favorita de Fischer, aunque sólo consiguió resulta­
dos mediocres con ella. Normalmente, mezclar dos sistemas suele
conducir a una indigestión, como también es el caso aquí, después de
5 �g5 h6 6 �xf6 'iVxf6 7 e3 O-O 8 %:tcl , cuando las blancas tienen mejo­
res perspectivas de lograr una ventaj a duradera que en las variantes
principales, sobre todo porque el alfil de rey negro no hace gran cosa
en ' b4'.
Las otras dos opciones de las negras están relacionadas con el
avance del peón de c. Después de 4 . . . c5 5 cxd5 liJxd5 (5 ... exd5 tras­
pone a la Defensa Tarrasch) , se alcanza la Variante Semi-Tarrasch. A
diferencia de la Tarrasch propiamente dicha, las negras no tendrán
que preocuparse por un peón de dama aislado pero, por otra parte,
ejercerán menos influencia central. Las blancas pueden explotar este
factor bien con la aguda 6 e4, bien con la más modesta 6 e3 y, en cual­
quier caso, mantienen posibilidades ligeramente superiores.
GAMBITO DE DAMA REHUSADO: PRINCIPIOS BÁSICOS 91

Más complicada de lo que parece es la de aspecto pasivo 4 ... c6, cu­


ya clave táctica reside en el hecho de que tras la " normal " 5 Ji.g5 , las
negras pueden capturar y mantener el peón de 'c4'. Esta alternativa es
conocida como Variante B otvínnik y conduce a tremendas complica­
ciones después de 5 . . . dxc4 6 e4 b5 ! 7 e5 h6 8 �h4 g5 . La teoría ajedre­
cística aún no ha aportado una respuesta definitiva acerca del valor
de las sub variantes que en ella se producen. Por otro lado, cuando las
blancas j uegan la estratégica 1 d4, están buscando una partida más
tranquila de la que surge en la Variante Botvínnik . En consecuencia,
las blancas normalmente responden con l a modesta 5 e3, y se encie­
rran al alfil de dama. Esto plantea la Variante M erano, cuya secuencia
principal es: 5 ... lLlbd7 6 �d3 dxc4 7 �xc4 b5 8 �d3. Ahora las negras
juegan ora 8 . . . a6, ora 8 . . . Ji.b7, con idea en ambos casos de seguir con
un rápido . . . b5 . Por supuesto, las blancas conservan una cierta prepon­
derancia central tras 9 e4, con la ligera ventaja habitual.
S Ji.gS
El alfil de dama se desarrolla a una casi lla activa y el ataque al ca­
ballo significa un incremento indirecto de la presión sobre 'd5 '. No es
tan habitual, pero sí perfectamente viable, 5 �f4. Es prematura, en
cambio, la inmediata tentativa de desarrollar el flanco de rey, con 5
e3? ! , ya que tal avance encerraría innecesariamente el alfil de dama.
Nótese también que la tentativa de entrar ahora en la Variante del
Cambio no reporta ventaj a alguna. Después de 5 cxd5 exd5 6 Ji.g5 c6 !
7 e3 (o bien 7 'ifc2 g6 ! , seguido de 8 . . . �f5 ) 7 . . . �f5 , el alfil de dama
negro está bien desarrollado y eso es suficiente para igualar el j uego.
S 000 O-O!
¡ Sí! El enroque rápido es una de las metas importantes en la aper­
tura y es más urgente para las negras que para las blancas. No hay ra­
zón alguna para no completar el desarrollo del flanco de rey con el
enroque. No tiene sentido la pasiva 5 ... c6, dado que el peón de 'd5 '
está suficientemente protegido, y es previsible que en algún momento
las negras necesiten agredir el peón blanco de ' d4' con . . . c5. Como es
obvio, realizando este avance de una sola vez, se ahorra un tiempo.
6 e3
Con el alfil de dama blanco ahora desarrollado, resulta correcto
completar el desarrollo del flanco de rey. En este momento la textual
no ofrece inconveniente alguno.
92 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA A PERTURA

6 ••• h6
La j ugada más popular en las décadas de los setenta y ochenta. Las
negras debilitan ligeramente el entorno del rey; pero la naturaleza ce­
rrada de la posición y el hecho de que las blancas piensan enrocar cor­
to hacen que no resulte fácil explotar ese debilitamiento. Las negras
tampoco tienen por qué temer 7 JLxf6 JLxf6, ya que están en condicio­
nes de proteger rápidamente 'd5 ' .
Desde u n punto d e vista positivo, 6 ... h 6 tiene dos virtudes: 1 ) el pe­
ón de h deja de ser vulnerable a un eventual ataque del tren 'ifc2 y
JLd3; Y 2) el alfil de dama blanco es obligado a declarar sus intenciones.
La alternativa más probada en la alta competición es la "clásica " 6
. . . lLlbd7, que inicia un plan correcto pero un tanto pasivo, con el que
las negras pretenden conseguir una eventual igualdad. La secuencia
principal es 7 l:tc1 c6 8 .itd3 dxc4 9 JLxc4 lL'ld5. Con este particular en­
foque, es más fácil para las negras forzar cambios de piezas si el alfil
de dama blanco se encuentra en 'g5 ' y, por tanto, en este caso no resul­
ta ventajoso haber movido . . . h6.
7 JLh4

DIAGRAMA 29

a b c d e g h

Gambito de Dama Rehusado


Después de 7 JLh4

Es coherente tratar de mantener la "semiclavada" establecida con


5 JLg5.
GAMBITO DE DAMA REHUSADO: PRINCIPIOS BÁSICOS 93

Esta posición constituye el punto de partida de diversas variantes


posibles en la D efensa Ortodoxa del Gambito de Dama Rehusado.
Una comparación del desarrollo de ambos bandos permite la siguien­
te eval uación: las blancas, como consecuencia de tener su peón de c en
'c4', ejercen mayor infl uencia en el centro, y sus tres piezas menores
movil izadas presionan importantes casillas centrales. El desarrollo
del flanco de rey blanco se ha retrasado, pero el carácter cerrado de la
posición significa que el rey no se encuentra en peligro inmediato. Las
negras, por su parte, han completado el desarrollo de su flanco de rey,
y éste se encuentra a salvo, puesto que ha enrocado. Por otra parte, su
bastión central de 'dS ' está seguro.
El plan de las blancas, a corto plazo, es claro: deben completar el
desarrollo del flanco de rey. ¿Qué deberían hacer las negras mientras
tanto? En este momento disponen de tres planteamientos razonables:
1. La maniobra liberadora de Lasker: 7 l2Je4.
•••

La posición negra es un tanto restringida, por supuesto, y la técnica


tipo para liberar posiciones restringidas consiste en cambiar piezas.
La textual cumple con ese propósito después de las j ugadas habitua­
les 8 j).xe7 'iil x e7 9 cxdS l2Jxc3 10 bxc3 exdS . Sin embargo, estos cam­
bios han subrayado el dominio central de las blancas, puesto que su
peón de b se ha convertido en otro de c. Este factor le permite a las
blancas obtener una pequeña ventaj a , del modo siguiente: 1 1 'iilb3 !
l:d8 1 2 c4 ! dxc4 1 3 j).xc4 l2Jc6 1 4 j).e2. Cambien o n o damas las negras,
las blancas enrocarán corto y su preponderancia en el centro les ga­
rantizará posibilidades algo mejores.
2. El desarrollo clásico 7 l2Jbd7 .
•.•

Ahora, después de 8 l:tc1 c6 9 j).d3 dxc4 1 0 �xc4, no es eficaz 1 0 . . .


ttJdS ! ? , ya q u e tras 1 1 �g3 ! , l a s negras no tienen compensación por el
hecho de haber disminuido su influencia central. Sin embargo, la agu­
da 10 . . . bS ! ? 1 1 iLd3 a6, con la que las negras se disponen a atacar el
centro blanco con . . . cS (por ejemplo: 12 O-O cS) , otorga a las negras
buenas perspectivas de lograr una eventual igualdad.
3. La j ugada de Tartakower, 7 b6.
•..

É sta será nuestra j ugada principal y será obj eto de un amplio de­
bate en el capítulo 8.
Otras j ugadas de las negras o no son recomendables, o son directa­
mente malas. Así, 7 . . . l2JhS? pierde un peón tras 8 �xe7 "it'xe7 9 cxdS,
mientras que 7 ... cS ? ! acarrea un peón de d aislado y vulnerable, des­
pués de 8 cxdS exdS 9 dxcS .
CAPÍTULO S

Gambito de Dama Rehusado:


juego de alto nivel

Nuestro punto de partida será la posición que se produce después


de la séptima j ugada blanca: 1 d4 d5 2 c4 e6 3 liJc3 liJf6 4 liJf3 iLe7 5
iLg5 O-O 6 e3 h6 7 iLh4. ¿Qué está bien y q ué no lo está en la posición
negra? B ueno, las negras tienen el rey a cubierto en el enroque, el
flanco de rey está bien desarrollado, no tienen debilidades percepti­
bles y su influencia central es buena. El único y verdadero problema
estratégico de las negras es que el alfil de dama carece de escaques. El
peón de 'e6' lo encierra y, a menos que las blancas j ueguen voluntaria­
mente cxd5 (lo que permitiría a l as negras retomar con . . . exd5) , puede
preverse que el alfil de dama permanecerá encerrado durante un
tiempo considerable. Durante el torneo internacional de Londres de
1 922, el gran maestro franco-polaco Savielly Tartakower puso sobre el
tapete una idea acerca de cómo activar el alfil de dama, y lo fianchettó
de inmediato. En su partida contra Capablanca j ugó:
7 000 b6
La idea de las negras es, además de completamente correcta, de
una sencillez aplastante: proseguirán con la lógica 8 . . . iLb7 y el que se
suponía problema permanente del alfil de dama ¡ha quedado resuelto
de inmediato ! Desde su introducción, la Variante Tartakower ha sido
el sistema más popular de las negras, dentro de la Ortodoxa, para de­
fenderse contra el Gambito de Dama. Entre los recientes campeones
del mundo que la han empleado con éxito se encuentran Borís Spass­
ki, Robert James Fischer y Anatoli Kárpov. El especial valor práctico
de la Variante Tartakower es que combina la corrección estratégica
con una posición desequilibrada. Esto significa que las negras no sólo
tienen excelentes perspectivas de igualar, sino que, si las blancas no

95
96 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

DIAGRAMA 30

a b c d e g h

Gambito de Dama Rehusado


Después de 7 . b6 . .

j uegan correctamente, éstas pueden quedarse con la peor parte de la


posición.
Si las blancas no hacen nada al respecto -es decir, si desdeñan el
plan negro- sus posibilidades de lograr ventaj a de apertura serán
prácticamente nulas. Esto quedó bien demostrado en la partida Vík­
tor Korchnói - Anatoli Kárpov; 18 partida del Campeonato del Mun­
do, B aguio (Filipinas), 18 de j ulio de 1978: 8 %lc1 �b7 9 �d3 dxc4 10
.ltxc4 ttJbd7 1 1 o-o c5 12 dxc5 ttJxc5 13 'ife2 a6! 14 :fd 1 'it'e8 ! 1 5 a3
ttJfe4 ! 16 ttJxe4 ttJxe4 17 �xe7 'ifxe7 18 ttJd4 :fc8 ! Tablas. La posición
de peones es casi simétrica y las posibilidades están igualadas.
Por consiguiente, para conseguir ventaj a las blancas tendrán que
oponerse al plan de las negras, pero ¿cómo?
8 cxd5
El único defecto estratégico de 7 . . . b6 es el ligero, pero permanen­
te debilitamiento de la casilla 'c6'. La idea del cambio textual consiste
precisamente en explotar ese factor, organizando presión en la co­
lumna c contra el flanco de dama negro.
Existe otro enfoque sofisticado para explotar la debilidad de 'c6'. Su
creador es Víktor Korchnói y consiste en el plan 8 .ltxf6 ! ? �xf6 9 cxd5
GAMBITO DE DAMA REHUSADO: JUEGO DE ALTO NrvEL 97

exd5. Puede concluirse que las blancas se hubieran ahorrado un tiempo


jugando de inmediato 7 �xf6, pero esa pérdida de tiempo queda sobra­
damente compensada por la creación de la debilidad de 'c6'. Aunque las
negras se quedan con la pareja de alfiles, esto no es una ventaj a tangible
puesto que la compacta estructura de peones contrarios hace que la po­
sición blanca no ofrezca puntos vulnerables. Por otra parte, los ágiles ca­
ballos blancos pueden maniobrar para atacar el peón negro de 'd5', lo
que forzará el avance ... c6 y, con ello, se acenturará la debilidad de este
peón. Las blancas tratarán entonces de atacarlo por la columna c, o de
abrir el centro a su favor, con 'e4'. Desde que se planteó la idea de
Korchnói, se han producido pocas mejoras en la ejecución del plan
blanco. Las blancas a menudo juegan 8 �e2, o primero 8 'iib3, para in­
ducir a las negras a j ugar 8 ... �b7. De esta forma, se le niega al alfil ne­
gro la posibilidad de un emplazamiento potencialmente más útil en 'e6'.
Para una apreciación general de la estrategia blanca, es un buen
ej emplo la partida Anatoli Kárpov - B orís Spasski; 1 1a partida de la
Semifinal del Torneo de Candidatos, San Petersburgo (Rusia), 1 974 : 8
�e2 �b7 9 �xf6 �xf6 10 cxd5 exd5 ( 1 0 ... �xd5 daría a las blancas
una gran superioridad en el centro) 1 1 O-O 'iVd6 12 :tc1 a6 13 a3 tl)d7
14 b4 b5 15 tl)e1 (con 15 tl)d2 ! y 16 tl)b3 l as blancas conservarían una
,

pequeña ventaja) 1 5 ... c6 1 6 tl)d3 tl)b6? (16 ... a5 ! iguala) 1 7 a4 ! �d8


18 tl)c5 �c8 19 a5 �c7 20 g3 tl)c4 21 e4 ! �h3 22 :te1 dxe4 23 tl)3xe4
'ifg6 24 �h5 ! 'ifh7 25 'iff3 f5? (se requería 25 . . . 'iff5 con propósitos
defensivos) 26 tl)c3 g6 27 'ifxc6 gxh5 28 tl)d5 f4 29 %le7 'iff5 30 l:txc7
l:tae8 3 1 'ifxh6 l:tf7 32 l:txf7 t:i;xf7 33 'ii'xf4 l:te2 34 'ii'c7+ t:i;f8 35 tl)f4.
Las negras se rindieron.
8 ••• tl)xd5!
Es imperativo cambiar un par de piezas menores, lo que facilitará
considerablemente la tarea defensiva de las negras. Es inferior 8 . . .
exd5 ? ! (como jugó Tartakower e n 1 922), puesto q u e tras 9 Ji.d3 ! las
negras no tienen compensación por su flanco de dama debilitado.
Tanto si las negras j uegan ahora 9 ... �b7 como 9 . . . Ji.e6, las blancas
disfrutan de excelentes perspectivas a lo largo de la columna c, con un
oportuno salto tl)e5.
9 �xe7
Después de 9 �g3 �b7 ! , el alfil alcanza la deseada gran diagonal, y
las negras no tendrán mayores problemas para igualar.
9 ••• 'ifxe7
98 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

La única captura correcta. Si 9 ... tDxc3?, 10 .i.xd8 tDxd1 1 1 .i.e7


:e8 12 .i.a3, y el caballo queda atrapado; mientras que 9 ... tDxe7 ? ! si­
túa el caballo en una posición inactiva, y concede a las blancas una
clara superioridad central después de, por ejemplo, 10 .i.e2 .i.b7 1 1 0-
O tDd7 12 'iWa4 a6 1 3 :fd l .
10 tDxdS!
Es absolutamente necesario crearles a las negras una debilidad
permanente. Después de la rutinaria 10 .i.d3, las negras están bien ( 1 0
... �b7).
10 exdS

DIAGRAMA 31

7
6
5
4
3
2

a b c d e g h

Gambito de Dama Rehusado


Después de 1 0 ... exd5

Una posición crítica para la evaluación global de la Variante Tarta­


kower. Las negras hace tiempo que han completado el desarrollo del
flanco de rey, y si consiguen hacer lo mismo con el flanco de dama,
pueden asegurarse una total igualdad. Si las blancas prosiguen de for­
ma imprecisa, la posición puede volverse contra ellas. Presenciemos el
curso de la partida Mario B ertok - Robert Fischer; 22a ronda del Tor­
neo I nterzonal de Estocolmo (Suecia), 4 de marzo de 1 962: 11 .i.e2
.i.e6! 12 O-O c5 13 dxc5? ( 1 3 tDe5 mantiene la igualdad) 13 ... bxc5 1 4
'ii' a 4 'ii'b 7 ! 1 5 'iWa3 tDd7 1 6 tDe l a5 1 7 tDd3 c4 1 8 tDf4 :fb8, y la presión
GAMBITO DE DAMA REHUSADO: JUEGO DE ALTO NIVEL 99

en la columna b les concede a las negras cierta ventaja. Fischer consi­


guió ganar después de 19 :ab l ? (era preciso j ugar 1 9 t'üxe6 fxe6 20
.i.g4 l:la6 21 b3 ! ) 19 . . . .i.f5 ! 20 l:lbdl t'üf6 21 l:ld2 g5 ! 22 t'üxd5 t'üxd5 23
.i.xc4 .1&.e6 24 l:lfd l ? ! t'üxe3 ! 25 "' xe3 .i.xc4 26 h4 :te8 27 'ii'g3 "iie 7 28
b3 .i.e6 29 f4 g4 30 h5 1Wc5+ 3 1 :tf2 .i.f5. Las blancas abandonaron.
11 :c1!
Ejerce una inmediata presión contra el debilitado flanco de dama
negro. Las blancas no deben temer a 1 1 . . . "iib 4+? , pues tras 12 "iid 2
'iWxd2+ 13 <ifi?xd2 ! , el rey se encuentra absolutamente seguro en el cen­
tro y la presión en la columna c es casi insostenible.
11 ••• .i.e6
Para resolver los problemas del flanco de dama, las negras tendrán
que jugar lo antes posible . . . cS , y para e llo deben tener protegido su
peón de 'd5'. El alfil de dama está mejor situado en 'e6' que en 'bT por
dos razones: 1 ) la diagonal c8-h3 está abierta, mientras que la gran
diagonal a8-hl está bloqueada por el peón de 'd5 ' ; Y 2) la dama negra
podrá hacer buen uso de la casilla 'bT .
12 "iia 4!?

Las blancas ven que no pueden evitar el inminente avance . . . c5, de


modo que intentan crearse j uego contra el peón de c para cuando éste
alcance la quinta fila. La textual es una idea del gran maestro Salo
Flohr y, desde su introducción a comienzos de los años treinta, ha
constituido la maniobra principal en la Variante Tartakower.
No obstante, la maniobra de la dama requiere tiempo y, una vez
que se sitúe en la planeada casilla 'a3 ' , no puede decirse que quede
bien situada. Por l o tanto, la j ugada de desarrollo 12 .i.d3 ! , aunque
menos popular, parece la única que conduce a la pequeña ventaja de
apertura que las blancas esperan, con toda razón, obtener en el Gam­
bito de Dama Rehusado. Una continuación lógica, en este caso, po­
dría ser: 12 . . . c5 13 dxc5 dxc5 14 O-O t'üd7 15 e4! dxe4 16 .i.xe4 l:lab8 1 7
b 3 l:fc8 1 8 l:le1 , con una formación superior de peones en e l flanco de
dama y una más activa disposición de piezas que les conceden a las
blancas unas perspectivas ligeramente superiores en el medio j uego.
12 ••• eS
Dado que ésta es la única forma con que cuentan l as negras para li­
berar su posición, no hay razón alguna para no efectuar este avance
ahora.
1 00 CÓMO REALIZAR BUENAS J UGADAS EN LA APERTURA

13 'ifa3
La idea subyacente en la j ugada anterior de las blancas. Dado q ue
el peón de 'c5 ' está clavado, las blancas ejercen una fuerte presión
contra éste, lo que requiere un j uego exacto por parte de las negras.
La textual es mucho más flexible que 13 dxc5 bxc5 14 'fia3.
13 .•• ltc8
La única forma satisfactoria de proteger el peón. Después de 13 ...
lDd7 ? ! 1 4 �a6. las negras tendrían problemas en el flanco de dama.
Seguiremos, a partir de ahora, el desarrollo de la partida Robert
Fischer - Borís Spasski ; 68 partida del Campeonato del Mundo, Rei­
kiavik (Islandia), 23 de j ulio de 1972:
14 �b5!?

DIAGRAMA 32

8
7
6
5
4
3
2

a b c d e g h

Fischer Spasski -

Campeonato del Mundo de 1972 (6Q)


Después de 14 1Lb5!?
Un plan i nteresante, aunque muy de doble filo. Las blancas tratan
de dificultar el desarroJlo ulterior de las negras que deben completar
la movilización de su flanco de dama; pero se exponen a que el alfil
quede atrapado en una incómoda situación. Más seguro es 1 4 �e2,
después de lo cual la mejor idea para las negras es proceder a un rea­
grupamiento, con 14 'ifb7 ! , que llevaría a una igualdad aproximada
...

tras 15 dxc5 bxc5 16 O-O 'ifb6 17 :c3 lDd7 18 Ilfc1 l:cb8.


GAMBITO DE DAMA REHUSADO: JUEGO DE ALTO NIVEL 101

14 ••. a6?!
Una grave pérdida de tiempo, ya que no amenaza nada. También
aquí el plan más efectivo es 14 . . . 'iWb7 ! , y después de 15 dxc5 bxc5 16
J:bc5 J:bc5 17 '1Wxc5 tLla6 ! 18 .ltxa6 'iVxa6, la ventaja negra en desarro­
llo compensa de sobra el peón entregado, de modo que las blancas de­
berán buscar las tablas con 19 'ii a 3 'ii c4 20 'iic3 .
15 dxeS! bxeS
1 5 . . . l::tx c5 ? ! se contestaría sencillamente con 1 6 O-O, con lo que se
pararían las amenazas negras y se conservaría una formación de peo­
nes superior.
16 0-0 :a7? !
La torre no queda aquí bien situada. Era mejor expulsar el alfil con
16 . . . 'ii b 7, o incluso 1 6 . . . '1Wa7.
17 �e2 tLld7? !
La negras se crean otra molesta clavada. El mal menor es 1 7 . . . c4
aunque, por supuesto, con ello se le cede al caballo blanco una magní­
fica casilla en 'd4'.
18 tLld4!
Esta j ugada hace que les resulte muy difícil a las negras hallar un
plan satisfactorio. Si, por ej emplo, 18 . . . tLlf6, entonces 1 9 tLlb3 ! tLld7 20
:tc3 ! , seguido de 2 1 l:lfc1 , con una fortísima presión contra el peón de
'c5 ' . A pesar de todo, la secuencia mencionada hubiera sido mej or pa­
ra las negras que lo que sucede en la partida.
18 ••• 'iff8?
Desclava la dama, pero después de . . .
1 9 tLlxe6! fxe6 2 0 e4!
. . . el desorden de la posición negra es alarmante.
20 •.• d4?
Es magnífico contar con un peón pasado protegido. . . ¡en el final !
Aquí sólo conduce a dislocar del todo la posición negra, puesto que
las piezas blancas -en particular el alfil- conseguirán ahora líneas
abiertas contra el rey negro.
21 f4! 'ile7 22 eS :b8 23 .ltc4 'it>h8 24 'iih 3!
1 02 CÓMO REALIZAR B UENAS JUGADAS EN LA APERTURA

Fischer es un virtuoso jugando en ambos flancos. Después de 24 . . .


l:txb2 2 5 �xe6, el avance de los peones blancos de e y f resultaría deci­
sivo. En cualquier caso, lo que sucede en la partida no es mejor para
las negras.
24 lDf8 25 b3! aS 26 fS! exfS 27 l:txfS lDh7 28 l:en 'ilfd8 29 'ili'g3
•••

l:e7 30 h4
Se le quita la casilla 'g5 ' al caballo negro.
30 ••• l:bb7 31 e6!
H abilita el potencial desplazamiento de la dama blanca a 'eS ' .
31 ••• l:tbe7 32 'ilfeS 'iVe8 3 3 a4
Aquí y en las j ugadas siguientes, Fischer se toma su tiempo para
demostrar la patente indefensión de la posición negra.
33 ••• 'ii'd8 34 l:m 'ilfe8 35 l:t2f3 'ii'd 8 36 � d3 'ife8 37 'ii'e 4!
El comienzo del fin. La amenaza es 38 :f8+ ! Por ejemplo: 37 . . .
:xe6 38 :f8+ ! lDxf8 39 l:txf8+ 'ii'xf8 40 'ii' h 7++.
37 ••• lDf6 38 l:xf6!

DIAGRAMA 33

a b c d e g h

Fischer - Spasski
Campeonato del Mundo de 1 972 (6°)
Después de 38 'thf6!
GAMBITO DE DAMA REHUSADO: JUEGO DE ALTO N I VEL 103

Desnudar el flanco de rey negro conduce a un rápido desenlace.


38 •.• gxf6 39 l:.xf6 �g8 40 .Jtc4 �h8 41 'ir'f4. Las negras se rindie­
ron.
La amenaza es 42 l:lf8+. y si 41 . . . �g8. 42 'ir'xh6 deja a las negras in­
defensas ante 43 l:tg6+ l:tg7 44 e7+.
CAPÍTULO 9

Jugadas malas:
cómo no realizarlas

Los dos enfoques generales para conseguir el éxito -en los nego­
cios, en la política, en el aj edrez, en la vida- son el enfoque positivo y
el enfoque no negativo. Los verdaderamente grandes triunfadores
son aquéllos que piensan de forma positiva y, por supuesto, actúan en
consecuencia para plasmar su éxito personal. Ese enfoque también es
el mejor en ajedrez, y por eso es por lo que este libro l leva por título
Como realizar buenas jugadas en la apertura. Esto no significa, sin
embargo, que el enfoque no negativo sea descartable. Mucha gente
consigue resultados perfectamente satisfactorios dej ándose arrastrar
por la marea -sin que su barca encalle- sin meterse en líos ni cometer
ningún error.
En ajedrez, si no hace usted nada erróneo, es seguro que llegará sa­
no y salvo al final. Cierto que no ganará todas las partidas que j uegue,
pero la agradable combinación de muchas victorias y algunas tablas
siempre le garantizará un buen puesto en la clasificación final. El pro­
pósito de este capítulo es ayudarle a evitar las j ugadas malas, de manera
que puedan propiciarse las buenas para más adelante. La técnica princi­
pal para evitar las j ugadas malas es j ugar de acuerdo con los principios
de apertura que ya hemos comentado. Si una j ugada no cumple con al
menos uno de los objetivos de la apertura, existen grandes posibilida­
des de que resulte mala. Un corolario útil para erradicar las jugadas
malas es j ugar conforme a los objetivos básicos de la apertura elegida.
U n ejemplo clásico de lo que no debe hacerse lo constituye la bri­
llante miniatura de ataque que sigue.
Pau) Morphy - Duque de Brunswick y Conde Isouard
de Vauvenargues
París (Francia), 1858
Defensa Philidor
1 e4 eS 2 lDf3 d6 3 d4 .ltg4?

1 05
1 06 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

La idea básica de la restringida Defensa Philidor es la de proteger


el peón de 'eS ' con 3 . . . ttJd7, o con la más moderna 3 ... ttJf6! 4 ttJc3
ttJbd7. La defensa indirecta del peón, clavando el caballo, se revelará
inferior ... ¡en la j ugada siguiente !
4 dxe5! �xf3
Forzada, pues de otro modo se pierde un peón.
5 'ii xf3 dxe5 6 iLc4 ttJf6?
Los "aliados" ven la amenaza de mate en una, pero no ven la si­
guiente j ugada blanca. Era preciso 6 . . . 'iie 7.
7 'iib 3!
La doble amenaza contra 'f7' y 'bT gana material.
7 ••• 'iIIe7 8 ttJc3!?
A estas alturas de la partida Morphy conoce la "fuerza" de sus opo­
sitores, y no le interesa jugar el final resultante de 8 'ii'x b7 'ifb4+, ni el
superior, pero un tanto complicado medio j uego que se produciría tras
8 ..ixf7+ 'ii'xf7 9 'ifx b7. Así que se asegura un desarrollo fluido y co­
rrecto que previsiblemente debe conducir a una victoria más rápida.
8 ••• c6 9 �g5 b5?

DIAGRAMA 34

a b c d e g h

Morphy - Aliados
De�pués de 9 . . . b5?
JUGADAS MA LAS: CÓMO NO REALIZARLAS 1 07

La creación de n uevas debilidades, cuando un bando se encuentra


retrasado en desarrollo, equivale al suicidio. Había que desarrollar el
flanco de dama con la fea 9 tDa6.
oo.

10 tDxb5! cxb5 11 .ltxb5+ tDbd7 12 0-0-0


Enroca con ganancia de tiempo. Una vez esta partida acabe todas
las piezas blancas habrán desempeñado un papel en la victoria; mien­
tras que las piezas negras del flanco de rey seguirán en sus casillas de
origen y h abrán representado el papel de meros espectadores de lo
que acontece en el centro y el flanco de dama.
12 l1dS 13 l::tx d7! lhd7 14 l1d1 'ii' e6 15 .ltxd7+! tDxd7 16 'ii'b S+ ! !
•••

tDxbS 17 l:dS++.
" Claro", dirá usted; "pero eso sucedió hace más de un siglo, y nada
menos que el campeón del mundo j ugaba contra dos aficionados". Sí,
pero como ya antes dije, también los maestros de hoy sufren la plaga
de las j ugadas malas, porque creemos ver excepciones a los principios
básicos cuando, en realidad, las excepciones no existen. En los ejem­
plos que siguen sólo he utilizado partidas de nivel magistral. El lema,
a lo largo de todas estas partidas, es "cómo no realizar j ugadas malas".
1. Si su jugada es contraria al espíritu de la apertura (o de la varian­
te de apertura), resultará mala.
Ejemplo:

Anatoli Kárpov - Anatoli Lútikov


Spartakiada de la U RSS, Moscú, 1 979
Defensa Escandinava

1 e4 d5 2 exd5 'ii'x d5 3 tDc3 .d6?


La Escandinava es, en sí misma, una defensa ligeramente inferior.
En cualquier caso, aquí se requiere 3 'iWa5, de forma que la dama ne­
oo.

gra quede segura e inmovilice el caballo de dama enemigo una vez


que las blancas jueguen 4 d4. En 'd6' la dama resulta vulnerable.
4 d4 tDf6 5 tDf3 a6 6 �e3 tDc6 7 'ii'd2 �g4 S tDg5! eS?
Permitir que el peón blanco se instale en 'd5' es una estupidez. Era
correcta la modesta 8 e6.oo,

9 d5! tDb4 10 f3 J1i.f5 11 tDge4


Gana tiempo al atacar a la mal situada dama contraria.
1 08 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

11 'ifd7 12 0-0-0 c6 13 dxc6! 'ilfxd2+ 14 :txd2 .i.xe4? ! 15 tLlxe4


•••

lZ:'ixc6 16 lZ:'ixf6+ gxf6 17 .Jtd3


Superior estructura de peones, mejor desarrollo y pareja de alfiles
en posición abierta -la suma de estos factores- permiten a Kárpov si­
tuar muy pronto a las negras en una situación desesperada.
17 0-0-0 18 :thdl ct;c7 19 c3 h5 20 .i.f5 :txd2 21 :txd2 lZ:'ib8 22 h4
•••

�h6 23 .i.xh6 :txh6 24 a4 :th8 25 b4! b6 26 b5 :tg8 27 �c2 axb5 28


axb5 :te8 29 c4. Las negras abandonaron.
2. Dejar sus peones desprotegidos es un mal asunto.
Ejemplo:

Eugueni Svéshnikov - Ivan Buliovcic


Novi Sad (Serbia y Montenegro), 1 979
Apertura del Fianchetto de Rey

1 g3 eS 2 .Jtg2 lZ:'if6 3 lZ:'if3 g6 4 c3 .Jtg7 5 d4 O-O?


El enroque es, por supuesto, una de las metas de la apertura, pero
no deben dej arse los peones "colgando " . Aquí son correctas tanto 5 . ..

cxd4 como 5 . . . 'ifb6.


6 dxeS! 'ilfc7 7 b4!
Las negras esperaban poder recuperar fácilmente el peón, pero re­
sulta que no es así.
7 aS 8 .Jtf4! "'c6 9 O-O axb4 10 cxb4 'ifb5 11 a3 lZ:'ic6 12 lZ:'ic3 "'c4
•••

13 lZ:'ia4 lZ:'id5 14 lZ:'id2 'ilfd4 15 .Jtxd5! 'ifxa1 16 'ifb3!


Para recuperar el peón "sacrificado" las negras han tenido que
descuidar su desarrollo y comprometer el flanco de dama. Mediante
un sacrificio de calidad, las blancas ganan el tiempo necesario para ex­
plotar las debilidades del campo negro.
16 'iff6 17 lZ:'ie4 'iff5 18 lZ:'ib6 lla7 19 a4! .Jte5 20 .ltxe5 lZ:'ixe5 21 f4
•••

lZ:'ic6 22 :tdl h5 23 lZ:'ig5 e6 24 .i.g2 e5 25 .i.e4 'iff6 26 :td6 lZ:'id4 27 :txf6


lZ:'ixb3 28 .Jtd5 �g7 29 fxe5 lZ:'id4 30 .i.xf7. Las negras abandonaron .
Como puede verse, las negras han debido abandonar la lucha ¡ sin
contar con la torre de dama ni el alfil de dama!
JUGADAS MA LAS: CÓMO NO REALIZARLAS 109

Debilitar la posición del rey ¡es un mal asunto!


3.
A) Ejemplo con el rey en el centro:

Vlastimil Jansa - Jon Loftur Arnason


Estación Termal de Polanica Zdroj (Polonia) , 1979
Apertura Ruy López

1 e4 e5 2 ttJf3 ttJc6 3 � b5 a6 4 �a4 d6 5 O-O Ji.d7 6 :el ttJge7 7 c3 h6


S d4

DIAGRAMA 35

a b c d e g h

Jansa - A rnason
Polonia, 1 979
Después de 8 d4

Las negras han elegido la sólida pero pasiva Defensa Steinitz dife­
rida, cuyo primer obj etivo es salvaguardar (o escudar) 'eS ' . De acuer­
do con esa idea básica de apertura, la siguiente j ugada debería ser 8 . . .
ttJg6. Pero e n lugar de ello. . .
S ••• g5?
Ninguna de las piezas negras está dispuesta para el ataque, y las
blancas no tienen debilidades en el flanco de rey. Así, el " ataque" ne­
gro no tiene posibilidades de éxito, y la única consecuencia de esta ju­
gada será el debilitamiento crónico de la posición de su propio rey.
1 10 CÓMO REALIZAR BU ENAS JUGADAS EN LA APERTURA

9 dxe5!
Abre la posición para ser capaz de explotar en el futuro la debili­
dad que se han creado las negras.
9 ••• dxe5 10 tLlbd2 tLlg6 11 tLlf1 b5? !
Este debilitamiento del flanco de dama significa que ahora el rey
negro no podrá estar seguro en ninguno de los dos flancos.
U .ll e2 g4 13 tLl3d2 'ifh4 14 tLle3 .ll e5 15 g3 'iWh3 16 liJb3 .ÍiLb6 17
.ÍiLd3! liJee7 18 .ÍiLfl 'ifh5 19 h3!
Las debilidades del flanco de rey negro se están poniendo de mani­
fiesto.
19 ... .ÍiLxe3 20 .ÍiLxe3 l:td8 21 liJeS .ll e8 22 'ife2 l:tg8 23 liJxa6!
Las debilidades del flanco de dama también se hacen evidentes. . .
Por supuesto, s i 2 3 . . . .ÍiLxa6?, sigue 2 4 hxg4, y s e pierde la dama.
23 ... liJf4 24 .ÍiLxf4 .ÍiLxa6 25 .ll e 3 l:td6 26 l:ladl b4 27 e4 .ÍiLb7 28 .ÍiLeS
liJe6 29 .ÍiLxd6 exd6 30 eS dxeS 31 'ifb5 .ÍiLa8 32 h4 � 33 'it'xeS+ �g7
34 l:td7 'ili'g6 35 .ÍiLe4 :18 36 :d6 liJd4 37 l:txg6+. Las negras se rindie­
ron.

B ) Ejemplo con rey enrocado:

Attila Groszpeter - Laszlo Hazai


Campeonato de Hungría, Budapest, 1979
Apertura Ruy López, Variante A bierta

1 e4 eS 2 liJO liJc6 3 .ll b5 a6 4 .ÍiLa4 liJf6 5 O-O liJxe4 6 d4 b5 7 .ÍiLb3 d5


8 dxe5 .ÍiLe6 9 liJbd2 liJeS 10 c3 .ÍiLg4 11 h3 .ÍiLh5 U g4?
¿Por qué este horrible debilitamiento del flanco de rey? Con el rey
negro aún en el centro, el peón de 'e5 ' blanco está seguro de modo
que lo correcto es 12 .ll c2 ( 1 2 . . . liJxe5? 13 'iWe1 ! ) .
U ... .ll g6 13 tLld4 tLlxd4 14 exd4 tLle6 15 f4 .i.. d 3! 1 6 l:t0 .ll e4 17 tLlfl
eS 18 .llxe4?
Esto sólo consigue aumentar la influencia negra en el centro. Des­
pués de la j ugada de desarrollo 18 .ÍiLe3 ! , la ventaj a de las negras sería
pequeña.
JUGADAS MALAS: CÓMO NO REALIZARLAS 111

18 000 bxc4! 1 9 dxc5?! .ltxc5+ 20 �g2 h5!


Sencillo pero fuerte: las negras explotan los defectos de la jugada
12 g4?
21 'ii'a4+ �f8 22 g5 g6 23 h4 'ii'c 8! 24 .lte3 %:tb8 25 :lb1 d4 26 .ltf2
:lb4 27 li'c2 li'b7?
La ganadora era 27 . . . 'ii'c6 ! Después de la textual , las blancas pue­
den defenderse con 28 ttJd2 !
28 f5? d3 29 iLxc5+ ttJxc5 30 'ii'f2 ttJe4 31 'ir'd4 c3! 32 'iWxd3 lbb2+
33 l:txb2 cxb2 34 f6 'it'g8 35 li'd8+ �h7 36 'ile7 b1'if. Las blancas aban­
donaron.

4. Si le presta insuficiente atención al centro. . . ¡mal asunto!


Ejemplo:

Attila Groszpeter - Mihai Suba


Kecskemet (Hungría), 1 979
Defensa A lekhine

1 e4 ttJf6 2 ttJc3
Es preciso j ugar 2 eS, si se quiere conseguir ventaja.
2 000 d5 3 e5 ttJfd7 4 ttJxd5?!
La liquidación de los peones centrales significa que las blancas no
pueden esperar otra cosa que una igualdad chicha. Lo lógico es 4 d4,
que conduce a una variante de la Defensa Francesa si las negras j ue­
gan 4 . . . e6.
4 000 ttJxe5 5 ttJe3 c5 6 b3?
El punto 'd4' está en manos de las negras y poco puede h acerse pa­
ra evitarlo. Por lo tanto, lo correcto es 6 g3 ! , seguido de 7 iLg2, para
controlar 'dS' y enrocar corto.
6 000 ttJec6! 7 �b2 e5!
Las negras han establecido un férreo control de las casillas 'eS' y
'd4', y tienen ya ventaj a .
8 g3 �d6 9 iL g2 O-O 1 0 ttJe2 f5 11 ttJc4 iLc7 U d 3 �e6
1 12 CÓMO REALIZAR BUENAS J UG A DAS EN LA APERT URA

DIAGRAMA 36

8 I � • --..--.
7 i " J.
6 �
5 "
4 etJ
3 �
2 � i.. �
1 :1
a b c d e g h

Groszpeter - Suba
Kecskemet, 1 979
Después de 12 . . . JLe6
Las negras están mejor, porque ejercen una mayor influencia cen­
tral y no tienen desventaja alguna. Las blancas deberían j ugar ahora
1 3 lLlc3 ! para luchar por la casilla 'dS ' . Pero tras la j ugada que sigue,
las b lancas pierden terreno en el centro.
13 'ird2? JLd5! 14 JLxd5+ 'irxd5 15 0-0-0 lLld4 16 lLle3 'ird7 17 lLlc3
lLlbc6 18 'ifi'bl b5! 19 :dfi �a5 20 f4 llae8! 21 'irn exf4 22 gxf4 1:117 23
:hgl lLlb4 24 %:tg3 .Jtd8! 25 'i!Vg2 JLh4 26 :h3 :fe7 27 lLlcdl lLlbxc2!
Debido al control que ejercen l as negras en el centro, la posición
está madura para una combinación . Si ahora 28 JLxd4, las negras ga­
nan con 28 ... lLla3 + ! 29 �b2 "iVxd4+ 30 �xa3 l:txe3 ! 3 1 1:lxe3 b4+ 32
�a4 'ird7+ 33 �a5 JLd8+, seguido de mate en pocas j ugadas.
28 lLlxc2 %:te2 29 'iVxe2 lLlxe2 30 %:txh4 'i!Vxd3 31 %:tel c4 32 JLe5 cxb3
33 axb3 'iVxb3+ 34 lLlb2 %:td8! 35 lLlal lLlc3+ 36 JLxc3 'irxc3 37 l:tc1 'irO
38 lLlc2 %:td2 39 %:tel lhc2! 40 %:te8+ �. Las blancas abandonaron.
5 . Si desarrolla sus piezas lejos del centro... ¡mal asunto!
Ejemplo:
Vlastimil Hort - Michael Frank Stean
Á msterdam, 1 979
Defensa Siciliana, Variante Cerrada
1 f4 g6 2 g3 iLg7 3 iLg2 eS 4 e4 lLlc6
JUGADAS MALAS: CÓMO NO REALIZARLAS 1 13

Por inversión de movimientos, se ha producido una posición tipo


Variante Cerrada de l a Sici liana. Si las blancas j ugasen ahora 5 lüc3 ó
5 d3, todo sería normal . Sin embargo. . .
S lüh3? dS!
En la Defensa Siciliana, si las negras consiguen realizar este avan­
ce temático tendrán al menos garantizada la igualdad. Si 6 exdS ? , 6 . . .
.i.xh3 7 .i.xh3 'iWxdS , y las negras tienen una clara ventaj a . Tarde, pero
correctamente, Hort comienza a prestarle atención al centro.
6 lüc3!? dxe4 7 tDxe4 tDf6 8 tDxf6+ ji,xf6 9 tDf2 ji,g7 10 O-O O-O 11 d3
'WIc7 12 c3 b6 13 iLd2 iLb7 14 a3 ::t ad8
La consecuencia de la 58 j ugada blanca es que las negras tienen una
mayor influencia central y. por tanto, algo de ventaja. Con una defen­
sa precisa, las blancas se las arreglan para salvar el j uego: 1 5 'it'a4! tDaS
1 6 �xb7 'it'xb7 1 7 :ad 1 'tid7 1 8 'tic2 'ilfc6 1 9 tDe4 l:td7 20 �e3 ::tfd8 21
fS gxfS ! 22 l:.xfS 'ilfe6 ? ! (22 . . . tDc4 ! conservaba una cierta ventaja) 23
::tf3 ! 'WIb3 24 'WIxb3 tDxb3 25 tDf2. Tablas.
6. Si mueve dos veces la misma pieza y la segunda ocasión es para
alejar la del centro, ¡mal asunto!
Ej emplo A:

Lajos Portisch - Borislav Ivkov


3a ronda del Torneo Interzonal de Río de Janeiro (Brasil), 1 979
Gambito de Dama Rehusado, Variante del Cambio

1 d4 dS 2 c4 e6 3 tDc3 �e7 4 cxdS exdS 5 .i.f4 c6 6 e3 �fS 7 tDge2


tDd7 8 tDg3 .i.g6 9 .i.e2

( D)
La Variante del Cambio ha sido tratada hasta ahora de forma un
tanto inusual, pero con la habitual 9 . . . lLlgf6 las negras tendrían una
posición satisfactoria .
9 ••• tDf8
Con idea de j ugar 1 0 . . . tDe6. No obstante, las blancas pueden ahora
explotar la falta de desarrollo contrario gracias al agudo sacrificio de
peón que sigue.
10 h4! ! iLxh4 11 'ifb3! ji,xg3 12 �xg3 �6 13 'iWa3!
1 14 CÓMO REALIZAR BUENAS J UGADAS EN LA APERTURA

DIAGRAMA 37

8 I .. . . � I
7 ' , � J. ' "
6 .t
5

4 i..
3 � ltJ
2 � � � � � �
1 ]:1 V <t> �
a b c d e g h

Portisch - Ivkov
Río de Janeiro, 1 979
Después de 9 iLe2

Las líneas abiertas y el desarrollo activo les conceden a las blancas


una compensación más que suficiente por el relativamente intrascen­
dente peón de h. Con una defensa perfecta las negras podrían resistir,
pero en la práctica estas posiciones están normalmente perdidas. La
partida continuó aSÍ: 13 ... tiJe7 1 4 tiJa4 'iVd8 15 tiJc5 'ilib6 16 tiJa4 'iVd8
1 7 tiJc5 'iVb6 1 8 iLe5 ! f6 1 9 iLh2 iLfl (quizá fuese mejor 19 . . . �fl ! ?) 20
iLd6 ! tiJfg6 21 .i.d3 ! tiJc8 22 iLg3 aS 23 O-O tiJge7 24 1'lfe 1 l:ta7 25 'ii'c3
a4? ! ( mejor es 25 . . . 'ifb4) 26 l:tab1 'iVd8? ! 27 iLb8 ! b5 28 iLxa7 tiJxa7
29 b3 axb3 30 axb3 O-O 31 l:ta1 tiJec8 32 .i.f5 l:te8 33 l:ta6 'ilic7 34 ltea1
l:te7 35 tiJd3 .i.e8 36 'iVc5 'iVb7 37 tiJb4 l:tc7 38 iLe6+ iLfl 39 iLxc8
tiJxc8 40 l:txc6 Ilxc6 41 tiJxc6. Las negras se rindieron.

Ejemplo B :

Charles Partos Víktor Korchnói


-

Biel (Suiza), 1 979


Defensa Benoni Antigua

1 d4 tiJ f6 2 c4 eS 3 d5 e5 4 tiJc3 d6 5 e4 g6 6 h3 tiJh5?


JUGADAS MA LAS: CÓMO NO REALIZA RLAS 115

¿Por qué, oh, por qué? Lo correcto era cualq uiera d e las j ugadas
normales, como 6 . . . Jl.. g7 ó 6 . . . lZJbd7.
7 �e3! �g7 8 iLe2 1i'b6 9 a3! lZJf4?! 10 iL f3 iLd7 11 1:tb1 �a6'? ! 12
g3 lZJh5 13 iLe2 O-O 14 lZJb5!
Las blancas tienen una considerable ventaj a de espacio, y las pie­
zas negras están torpemente situadas en ambos sectores del tablero.
Asumiendo que un j uego normal le ofrece escasas perspectivas,
Korchnói se embarca en complicaciones y consigue una afortunada
victoria: 14 . . . f5 ! ? 15 exf5 �xf5 16 :c1 lZJd7 ! ? 17 g4 iLe4 1 8 :h2 liJf4
19 f3 iLxf3 20 lZJxf3 e4 21 liJg5 iLxb2 22 lZJe6! liJxe2 23 ..txe2 iLxcl 24
"'xc1 liJe5 25 'iWc3 (25 'iWc2 ! gana fácilmente) 25 . . . lIf3 ! 26 ':f2! ':xh3
27 :f4? (27 liJxc5 ! gana) 27 . . . "' a4 28 ':xe4?? (28 liJxd6 es suficiente
para hacer tablas) 28 ... ':h l 29 'iVd2 'iVb3 ! 30 liJc3 liJxc4 31 'ilVa2 1i'xc3
32 1i'xc4 'ii' b 2+ ! 33 'it>f3 l:.h3+. Las blancas se rindieron .

7. Si consume tiempo. . . ¡mal asunto!


Ejemplo:

Rubén Rodríguez Liubomir Liuboievic


-

1 1 a ronda del Torneo Interzonal de Riga, 1 979


Gambito de Dama Rehusado, Defensa Tarrasch

1 c4 eS 2 liJf3 liJf6 3 liJc3 e6 4 e3 d5 5 cxd5 exd5 6 d4 liJc6 7 �e2


lZJe4!?
Mueve por segunda vez una pieza, pero hacia el centro. Por trans­
posición de j ugadas se ha llegado a una Defensa Tarrasch del G ambi­
to de Dama Rehusado, donde, e n lugar de fianchettar el alfil rey, las
blancas han j ugado e3 y iLe2. Este esquema es menos peligroso para
las negras.
8 O-O iL e7 9 h3?
Se debilita el flanco de rey a la vez que se pierde el tiempo. Una
igualdad aproximada se mantendría después de 9 dxc5 liJxc3 10 bxc3
iLxc5 1 1 c4.
9 000 O-O 10 �d3?
¿ Por qué j ugar de nuevo el alfil de rey? Si las blancas querían si­
tuar ese alfil en 'd3 ', podían haber j ugado directamente 7 iLd3.
1 16 CÓMO R EA LI Z A R B U ENAS J U G A DAS EN LA A PERTURA

10 �f5! 11 dxeS �xeS 12 lLla4 �e7 13 b3 'iVd6! 14 �b2 'itg6 15


•••

ltJe1 �xh3! 16 f3

DIAGRAMA 38

4 etJ
3 �
2 � .i
:
a b c d e g h

Rodríguez - Liuboievic
lnterzonal de Riga, 1 979
Después de 16 f3

En la partida las negras jugaron 1 6 ... :ad8? ! , que sólo conserva


una pequeña ventaja en el final resultante ( 1 7 'ii'e 2 ltJg3 1 8 �xg6
ltJxe2+) y, tras algunos errores más, incluso acabaron perdiendo. Sin
embargo, aquí podrían haber obtenido una posición ganadora con 1 6
. . . �h4 ! (con l a amenaza 1 7 . �xe l ) 1 7 'ii'e 2 ltJg3 ! 1 8 �xg6 lLlxe2+ 1 9
..

�h2 �e6 ! , con peón d e ventaj a y una magnífica posición.


8. Si se crea debilidades innecesarias. . . ¡mal asunto!
Ejemplo:

Petar Popovic - Slavoliub Marianovic


Yugoslavia, 1 979
Defensa Siciliana

1 e4 eS 2 ltJf3 d6 3 ltJc3 a6 4 g3 ltJc6 5 �g2 g6 6 d4! cxd4 7 ltJxd4


�d7 8 lLld5 e6?
JUGADAS MALAS: CÓMO NO REALIZARLAS 117

D ado que las negras piensan fianchettar e l alfil d e rey, este avance
hace tremendamente vulnerable al peón de d. La correcta es la nor­
mal S . . . ii.g7, y después de 9 ii.e3 , 9 ... ':cS.
9 ltJe3 ¡J¡e7 10 O-O JJ.. g7 11 ltJxe6! bxc6 12 ltJe4!
El daño que las negras se han infligido con su Sft j ugada resulta
ahora evidente. La tentativa de salvar el peón de d avanzándolo falla
por el brillante sacrificio que sigue de las blancas, posible por la venta­
ja de éstas en desarrollo.
12 ••• dS 13 exdS cxdS 14 ii.xdS! :dS
Las negras estarían indefensas tras 14 . . . exd5 1 5 'ir'xd5 , aunque lo
que va a sucederles no es menos penoso.
lS ii.f4 ¡¡¡eS 16 ltJd6+ �e7 17 e4! ! exdS 18 ltJb7 �xe4 19 :c1 'i1ibs
20 lle1+ JTLe6 21 :e7+ 'ot>e8 22 .u.xt7!! JTLf6 23 l:te7 1lfb6 24 \lVg4 ltJe7 2S
l:txe6 'iWd4 26 ltJxdS. Las negras abandonaron.

9. Si se aferra codiciosamente al material. . . ¡mal asunto!


Ejemplo:

Gennadi Sosonko Robert Huebner


-

Ti 1 burgo, 1 979
Apertura Catalana

1 d4 ltJf6 2 e4 e6 3 g3 d5 4 JTLg2 dxe4 s ltJf3 a6 6 O-O! bS? !


Como e s bien sabido, en posiciones abiertas la seguridad del rey
tiene una importancia capital. Por consiguiente, aferrarse a peones ex­
traviados o de gambito es una estupidez cuando la posición exige a
gritos el enroque. No obstante, las posiciones que aparentemente son
cerradas también pueden abrirse rápidamente si el contrario tiene
ventaj a en desarrollo, como lo tienen en este caso las blancas. La ten­
tativa de las negras de conservar el peón de 'c4' va a encontrarse aho­
ra con una violenta refutación. Las j ugadas correctas eran 6 ... c5 y 6 . . .
ltJc6, y también e s razonable la modesta 6 . . . ii.e7.
7 ltJeS! ltJdS 8 ltJc3! c6? 9 ltJxdS! exd5 10 e4! ii.e6 11 a4! b4 12 exd5!
JTLxdS?!
Las blancas han actuado con energía para abrir la posición todo lo
posi ble. Las negras, por su parte, deben tratar de mantenerla tan ce-
118 CÓMO REALIZAR BUENAS J UGADAS EN LA A PERTURA

rrada como sea posible. En consecuencia, lo preciso aquí era 12 ...


cxd5, aunque esto conceda a las blancas la posibilidad de recuperar el
peón sacrificado, con 13 lDxc4.
13 'ifg4!

DIAGRAMA 39

a b c d e g h

Sosonko - Huebner
Ti/burgo, 1 979
Después de 13 'ifg4

Las blancas tienen un ataque ganador, ya que a 13 ... �xg2 contes­


tarían con 14 :t e l ! , y a 13 . . . ii.e6, con 14 'ifh5 �e7 15 lDxc6.
13 h5 14 ii.xd5!! cxd5 15 'iffS :ta7 16 :tel :le7 17 �g5 g6 18
•••

ii.xe7. Las negras se rindieron.

10. Si muestra indecisiones en su juego. . . ¡mal asunto!


Ejemplo:

Vasili Smíslov - Lajos Portisch


lílburgo, 1 979
Defensa Siciliana

1 e4 eS 2 lDf3 d6 3 d4 cxd4 4 lDxd4 lDf6 5 lDc3 a6 6 ii. g5 e6 7 'ife2?


J UGADAS MALAS: CÓMO NO REALIZARLAS 119

La i dea d e l a aguda 7 �g5 e s seguir con e l avance central 8 f4, Y


luego el desarrollo 8 ¡Vf3 y 9 0-0-0. La textual no h ace nada en la lucha
por el centro e inhibe el desarrollo del alfil de rey.
7 ••• h6 8 .i.h4 �e7 9 �g3?
Las blancas impiden la igualadora 9 . ltJxe4 ! , que sería la réplica a
. .

9 0-0-0, pero de esta forma caen en una posición inferior.


9 oo. eS! 10 ltJb3 bS! 11 f4 O-O 12 'ii'd 3?

DIAGRAMA 40

5 '

3 ·

a b c d e g h

Smíslov - Portisch
Ti/burgo, 1 979
Después de 12 ¡Vd.3?

¿ Qué es lo que han conseguido las blancas con su juego de apertu­


ra? El alfil de dama ha realizado tres j ugadas para llegar a 'g3', la da­
ma ha consumido dos para quedar en la dudosa situación actual, y el
caballo de rey ha sido desplazado del centro hacia la pasiva casilla
'b3 ' . Las negras, en cambio, han completado el desarrollo del flanco
de rey, han iniciado el juego temático en el ala de dama y tienen un
buen soporte central. Puede decirse que las negras están ya conside­
rablemente mej or, y en el curso ulterior de la partida no hacen sino
ampliar su ventaja. Las blancas, por supuesto, tenían que haber segui­
do a 1 1 f4 con la coherente 12 fxe5.
1 20 CÓMO REALIZAR BUENAS JUGADAS EN LA APERTURA

Las negras ganaron de la forma siguiente: 12 . . . ttJbd7 13 �e2 �b7


14 O-O :'c8 15 l:tad1 "ikc7 16 a3 ttJb6 17 ttJd2 ttJfd7 18 Ji.g4 l:tcd8 1 9
�xd7 lhd7 20 �h1 �f6 2 1 ¡Ve3 :e8 22 �f2 ttJa4 ! 23 ttJxa4 bxa4 24 c3
exf4 25 'ifxf4 d5 26 'WIxc7 l:.xc7 27 .ltg3 .:tce7 28 exd5 �xd5 29 l:tde l
.:te2 30 ':'xe2 l:txe2 3 1 l:tf2 .:txf2 32 Ji.xf2 .ltg5 33 �e1 .lte3 34 c4 �e6 35
ttJf1 �a7 36 �c3 �xc4 37 ttJg3 Ji.d3 38 ttJh5 f6 39 h3 <j;f7 40 �h2
�b8+ 41 g3 �g6 42 ttJf4 �e4 43 �gl g5 44 ttJh5 �a7+ 45 �1 f5 46
ttJf6 .ltc6 47 h4 �c5 48 'iÍi'e2 �g6 49 hxg5 hxg5 50 ..te1 g4 51 .lte5 �e7
52 ttJg8 �g5 53 �f4 .ltd8 54 �d6 <j;f7 55 ttJh6+ �e6 56 �f4 �f6 57
�c1 �d5. Las blancas se rinden.
CAPÍTULO 10

Enroque:
¿temprano o tarde?

Un rápido enroque es una de las metas básicas en la correcta estra­


tegia de apertura. Debería tratar de enrocar rápidamente. El enroque
aporta estos tres beneficios esenciales: 1 ) seguridad del rey; 2) la torre
del enroque se sitúa más cerca de l as previsibles acciones; 3) se propi­
cia una ulterior actividad en el centro, tanto porque el rey se ha quita­
do de en medio como porque puede utilizarse la torre del enroque. En
general , podemos aplicar estas dos directrices:
1 ) El enroque rápido es más importante para las negras que para
las blancas.
2) Las posiciones abiertas -en especial las que se derivan de 1 e4-
requieren un enroque más rápido q ue las posiciones cerradas.

H uelga recordar que en las posiciones abiertas el bando con un rey


sin enrocar tiene dos graves problemas: 1 ) la situación del rey impide
la ej ecución de planes que, de otro modo, serían lógicos; y 2) el rey es­
tá inseguro por definición . Ilustremos el primer problema con algunos
ejemplos sencillos. Usted conduce las blancas, y el j uego se ha iniciado
así: 1 e4 cS 2 tDf3 e6 3 d4 cxd4 4 tDxd4 tDf6. Las negras amenazan el
peón de 'e4', y no estaría mal avanzarlo a 'eS ' , pasando de atacado a
atacante (del caballo de 'f6') . Sin embargo, 5 eS es un error, porque
con 5 . . . 'ifa5 jaque, las negras capturan el peón a cambio de nada. No
obstante, si las blancas hubiesen enrocado, el avance e5 sería seguro y
fuerte.
O bien podemos considerar una posición habitual que se produce
en la Variante del Cambio de la Ruy López: 1 e4 eS 2 tDf3 tDc6 3 .i.b5
a6 4 .i.xc6 dxc6 S O-O! En este momento, las computadoras de primera
generación invariablemente j ugaban 5 ... lLlf6, y después de 6 lLlxe5 , 6
. . . 'ifd4? ! , con ataque doble contra el caballo y el peón de 'e4'. Y des-

121
1 22 CÓMO REALIZAR BU ENAS JUGADAS EN LA APERTURA

pués de 7 liJf3, las negras jugaban 7 . 'iVxe4??, percibiendo, siempre


..

demasiado tarde, que en lugar de recuperar el peón, lo único que habí­


an conseguido era perder la dama, pues seguía 8 :e l .
El llamado mate del loco (que concluye l a partida en dos, tres o
cuatro j ugadas) se basa en el hecho de que el rey está en el centro y es
vulnerable a repentinos ataques. En posiciones abiertas, el rey sigue
siendo vulnerable durante mucho tiempo, aunque no se vaticine un
inmediato desastre. La implícita vulnerabilidad del rey queda bien
i lustrada en la partida siguiente:

Edmar John Mednis - Eugueni Pétkov Erménkov


Nueva York, (EE UU), 1 980
Defensa Siciliana, Variante Taimánov

1 e4 eS 2 liJf3 liJc6 3 d4 cxd4 4 liJxd4 e6 5 liJb5 d6 6 c4 liJf6 7 liJlc3


a6 8 liJa3 .i.e7 9 .i.e2 b6
Hemos entrado en una de las alternativas principales de la Varian­
te Taimánov. Las blancas cuentan con alguna ventaja espacial, pero la
posición de las negras es correcta y sólida. La j ugada habitual aquí es
9 ... O-O, aunque el inmediato fianchetto del alfil de dama también pa­
rece factible.
10 O-O �b7 11 �e3 liJeS
La alternativa 1 1 ... O-O traspone a sub variantes bien conocidas, pero
al retrasar el enroque las negras no hacen otra cosa que jugar con fuego.
U f4! liJed7 13 �f3 'ii'c7?!

¿Por qué no enrocan las negras?


14 'iYe2 :b8?!
De nuevo, no hay razón para no enrocar.
15 l:tac1 h6?!
Sólo después de esta j ugada me resultó claro por qué el gran maes­
tro búlgaro había evitado enrocar. La razón es que quiere dej ar su rey
en el centro para atacar el mío. Sin embargo, ese plan no tiene muchas
probabilidades de éxito, porque el flanco de rey blanco no tiene debi­
lidades y porque con la inminente apertura de la posición el rey negro
quedará expuesto. Con mi siguiente j ugada pongo a mi rey aún a me­
jor recaudo, y en la 1 78 inicio el contraataque.
ENROQUE: ¿TEMPRANO O TARDE? 1 23

16 �h1! gS 17 .i.hS! gxf4? !


Era preferible mantener las líneas cerradas, con 1 7 . . . tt)xh5 1 8
'iWxh5 tDf6 1 9 'ife2 g4.
18 .i.xf4 tDeS
Si 1 8 . . . 'iWc5 ?, 1 9 tDd5 ! , y después de 1 9 . . . exd5 20 cxd5 ! 'ifd4 2 1
:tc4, l a dama negra queda atrapada. Las negras tienen controladas las
casillas centrales de su campo y de eso deducen que su posición es se­
gura. La siguiente j ugada blanca acabará con esa ilusión.
19 tDdS ! !

DIAGRAMA 41

a b c d e g h

Mednis - Erménkov
Nueva York, 1 980
Después de 1 9 tDd5!!

Para alcanzar al rey negro hay que abrir líneas y crear debilidades
en su entorno. El sacrificio de caballo, seguido de 21 .i.xe5 ! , es una ad­
mirable materialización de esa idea.
19 000 exdS 20 cxdS! 'ifd8 21 .i.xeS! dxeS 22 tDc4 O-O
Con el flanco de rey abierto, l as negras tienen escasas posibilidades
de sobrevivir. Está claro, por otra parte, que el rey tampoco estaba se­
guro en el centro. Por ejemplo: 22 . . :tc8 pierde tras 23 d6! .i. x d 6 24
.
1 24 CÓMO REA LIZA R BU ENAS J UGADAS EN LA APERTURA

:xf6 ! '1Wxf6 (o bien 24 ... l:txc4 25 l:te6+! �f8 26 'ikxc4 fxe6 27 'ilixe6) 25
.:tn 'ilie7 26 l:txf7 'iWxf7 27 �xf7+ ! rJ;e7 28 "ii'g 4.

23 lLlxe5!
23 d6! recupera la pieza, pero las blancas aspiran a mucho más.
23 ••• ':'c8 24 ':'cdl! 'ilic7
0 24 . . . if.. d 6 25 lLlxf7 ! , ganando; o incluso 24 . . . 'ii"d 6 25 lLlxf7 ! lhf7
26 �xf7+ �xf7 27 e5, ganando.
25 d6! �xd6 26 ':xf6 �xe5 27 '1Wg4+ �h7 28 �xt7! !
La culminación del ataque blanco contra la debilitada posición del
rey enemigo. No hay defensa. Por ejemplo:
a) 28 . . . ':xf7 29 Wg6+;
b) 28 ... �xf6 29 Wg6+ �h8 30 Wxh6++;
c) 28 ... �f4 29 ':'xh6+ ! �xh6 30 'ilig6+;
d) 28 ... 'iWc1 ! ? 29 'iVf5+ <J;g7 30 'ilixe5 ! ::tc5 (30 ... "ii'xd l + 3 1 :f1 +)
31 ':'g6+ 'iÍi'xf7 32 "ife6++.

2 8 'ikxt7 29 "iff5+ ..tgS 30 :xf7 1bf7 31 "iWxe5 if.. c6 32 'ike6 ltcf'S 33


oo.

h3. Las negras se rindieron.


Siempre que tenga usted dudas en cuanto a si enrocar, hágalo, por­
que hay muchas probabilidades de que su decisión sea la correcta. En
cualquier esquema abstracto de juego debe concedérsele alta priori­
dad a un enroque rápido. En mis discusiones con programadores de
computadoras de ajedrez, siempre he hecho hincapié en la importan­
cia de " inculcarle" al programa la necesidad de un enroque rápido.
Naturalmente, usted como ser humano tiene su propia mente y
puede pensar por sí mismo. Por consiguiente, si bien lo dicho sobre la
alta prioridad del enroque no dej a de ser cierto, también cabría mati­
zar en la conveniencia de no enrocar de forma "mecánica" . En algu­
nos casos debería diferirse el enroque. Podemos formular esto e n tér­
minos generales. Así pues, no debe enrocar si:
1 ) No resulta seguro hacerlo.
2) Hay algo mejor que hacer.

Puesto que el primer objetivo del enroque es poner el rey a cubier­


to es obviamente contradictorio enrocar, por ejemplo, cuando está en
marcha un ataque en el sector. Si el flanco de rey está gravemente de-
EN ROQUE: ¿TEMPRANO O TA RDE? 1 25

bilitado, el enroque corto conlleva un riesgo excesivo. Incluso algunas


debilidades podrían consti tuir ya un signo que encienda la luz roja.
Consideremos, por ej emplo, el diagrama 42, partida Robert Huebner
- Vasili Smíslov; Tilburgo, 1 979, después de la 1 0" j ugada negra (1 d4
d5 2 c4 c6 3 lOc3 lOf6 4 lOf3 dxc4 5 a4 lOa6 6 e4 ..i.g4 7 ..i.xc4 e6 8 ..i.e3
..i.b4 9 'iWc2 .Jtxf3 10 gxf3 O-O).

DIAGRAMA 42

8 I
7 .& .&
6 Ij .&
5

:
a b e d e 9 h

Huebner - Smíslov
Ti/burgo, 1 979
Después de JO . . . O-O

Las blél :1cas disfrutan de una considerable superioridad en el cen­


tro, ventaj a espacial y dos alfiles potencialmente activos. D ado que es
previsible que la posición se abra, el rey blanco no estará bien situado
en el centro. Así pues, las blancas deberían enrocar, pero ¿dónde? El
sector más seguro es el flanco de dama, y la continuación correcta
aquí es 11 :gl ! c5 1 2 .i.h6 lOe8 13 d5 lOac7 1 4 O-O-O! , cuando las blan­
cas disponen de una fuerte posición de ataque con el rey razonable­
mente a cubierto. La partida prosiguió, en cambio, de este modo:
11 O-O?
El rey no queda bien situado aquí, por dos razones: 1 ) porque falta
el peón de g del enroque, y 2) porque cuenta con pocas piezas defen­
soras en su entorno (a diferencia del flanco de dama). Todavía hay
otra razón por la que es desaconsej able el enroque corto: ahora las
1 26 CÓMO R EALIZA R B U ENAS J U G A DAS EN LA A PE RT U R A

blancas no podrán utilizar la columna semi abierta g para atacar al rey


enemigo.
11 ... c5! U d5
Después de 1 2 iLxa6, la j ugada intermedia 1 2 . . . cxd4! igualaría.
U ... �xc3 13 bxe3 exd5 14 l:fd1

Ahora, en lugar de 1 4 . . . 'iVcS? (como sucedió en la partida, cuando,


tras 1S exdS , las blancas quedaron con un poderoso peón pasado y
acabaron ganando en la j ugada 30"), lo correcto es 1 4 . . . CiJc7, en cuyo
caso después de 1 S �xcS :teS 16 �e3 ( 1 6 'ili'a2? pierde por 16 . . . CiJd7 !
1 7 3l.xdS 'iVgS+) 1 6 . . . ]:teS 17 �f4 l:hS , las posibilidades de ataque con­
tra la debilitada posición del rey blanco les conceden a las negras bue­
nas perspectivas en el medio j uego.
Aunque la posición de un rey no sea crónicamente débil, eso no
significa que el opositor no pueda lanzar un ataque demoledor con­
tra ella. La perspectiva de que pueda producirse una situación de es­
te tipo es otro caso que debe h acernos considerar la conveniencia de
diferir el enroque. El curso de la partida siguiente resulta muy ins­
tructivo.

Rafael Vaganián - Serguéi Makaryehev


XLVII Campeonato de la U RSS, Minsk (Bielorrusia), 1 979
Defensa India de Dama

1 d4 CiJf6 2 e4 e6 3 CiJf3 b6 4 a3 �b7 5 CiJc3 d5 6 exd5 CiJxd5 7 e3 3l.e7


8 �b5+ c6 9 .i.d3 CiJd7 10 e4 CiJxc3 11 bxe3 c5 12 3l.e3
Si las negras juegan ahora la "lógica" 1 2 . . . O-O? ! , las blancas podrí­
an lanzar un fuerte ataque con 1 3 h4 ! , seguido de 1 4 eS, con l a amena­
za del sacrificio 1S �xh7+ �xh7 16 CiJ gS+.
U ... 'iVe7!
Una buena y flexible jugada de espera que obliga a las blancas a
definir sus planes. Entretanto, la dama negra puede encontrar obj eti­
vos en la columna c y, de paso, libera la casilla 'dS' para la torre de su
flanco. Una última posibilidad es que las negras incluso pueden enro­
car largo.
13 O-O O-O!
ENROQUE: ¿TEMPRANO O TARDE? 1 27

Como el rey blanco ha enrocado corto ya no hay posi bilidades de


ataque en la columna h , porque jugadas tales como h4 no se pueden ni
plantear. Las negras, por consiguiente, pueden completar aquí el desa­
rrollo mediante el enroque. Ahora el rey está seguro y la posición sólo
es ligeramente favorable a las blancas (debido a su superioridad cen­
tral). Las negras igualaron en su momento, pero un inoportuno error
les aca.rreó la pérdida de la partida en 31 j ugadas.
Si, por el momento, el rey está a salvo sin en rocar, entonces es
procedente preguntarse si no puede hacerse algo que tenga mayor
prioridad que el enroque. Ese "algo" puede ser de naturaleza defen­
siva u ofensiva. Por ej emplo, puede que convenga disuadir al rival de
que lleve a cabo la maniobra defensiva que ideaba. Un buen ej em­
plo es el j uego, en la primera parte de la apertura, de la partida si­
guiente:

Aivars Gipslis - Mark Rudeñer


Spartakiada de la URSS, 1 979
Giuoco Piano

1 e4 eS 2 tLlf3 tLlc6 3 �c4 �c5 4 c3 tLlf6 S d3 d6 6 tLlbd2 a6

Si ahora se j ugase la inmediata 7 O-O? ! , las negras responderían 7 . . .

tLlaS ! , y eliminarían el fuerte alfil de rey blanco y sellarían la igualdad.


En consecuencia, las blancas impiden esa posibilidad.
7 �b3! O-O
Por supuesto, 7 . . tLlaS ? ! no tiene mucho sentido para las negras, ya
.

que tras 8 Ji.c2, las blancas amenazan tanto 9 b4 como la estratégica 9


d4.
8 O-O!
Sólo ahora, pero, pese a todo, ¡ las blancas han enrocado rápida­
mente !
8 ••• !Jl.a7 9 :e1 tLle7 10 h3 tLlg6 11 tLln h6 12 tLl g3 c6 13 d4!
Las blancas han impedido que las negras cambien piezas y, debido
a su ventaja en el centro, gozan de una clara superioridad. En esta par­
tida acabaron ganando en la jugada 36a•
Si nuestro adversario amenaza con emprender una acción concre­
ta que le daría ventaja, en tal caso es aún más importante diferir el en-
1 28 CÓMO REALIZAR BUENAS J UGADAS EN LA APERTURA

roque. El diagrama 43, muestra la posición que se produjo en la parti­


da Vasili Smíslov - Oleg Romanishin; Tilburgo, 1 979, Apertura Ingle­
sa, después de 1 c4 e5 2 tZJc3 tZJf6 3 tZJf3 tZJc6 4 e3 .i.b4 5 "ií'c2 .i.xc3 6
'ifxc3 'ile7 7 a3 O-O 8 d3 a5 9 .i.e2 ? ! (mejor es 9 b3) 9 . . . a4.

DIAGRAMA 43

8 I
7

n
a b e d e 9 h

Smíslov - Romanishin
Ti/burgo, 1 979
Después de 9 . . a4
.

Como consecuencia de la imprecisa novena jugada blanca, las ne­


gras han logrado "fij ar" el flanco de dama contrario (impiden b3 ó b4
de las blancas) . Los alfiles blancos tienen poco radio de acción, mien­
tras que las negras se disponen a realizar el avance central . . . d5. Aho­
ra lo correcto para las blancas es 1 0 e4 ! , con las siguientes claves: 1 )
impide que las negras j ueguen . . .d5; 2 ) las blancas ejercen un fuerte
control de 'd5 ' ; 3) se abre una diagonal para el alfil de dama. Sin em­
bargo, las blancas jugaron la mecánica y negligente 10 O-O? ! , después
de la cual las negras, con la temática 10 . . d5 ! 1 1 cxd5 tZJxd5 12 'ii'c2
.

.i.e6, podrían haber logrado una pequeña ventaja porque sus piezas
son más activas y dominan más espacio. Pero Romanishin se contentó
con igualar, con la modesta 10 ... d6, Y aun así consiguió imponerse en
la j ugada 33a.
En cuanto a otros ejemplos positivos de diferir el enroque, nadie
es tan estúpido para enrocar cuando puede dar mate en l a j ugada
ENROQUE: ¿TEMPRANO O TARDE? 1 29

siguiente, o ganar la dama por nada. Sin embargo, hay, naturalmen­


te, situaciones menos obvias en las que conviene ahorrar el tiempo
del enroque. Por ej emplo, ¿cuántas veces no nos ha faltado preci sa­
mente un solo tiempo para lograr n uestro obj etivo de ataque? Mu­
chas veces, por supuesto. Sólo en algunos d e estos casos puede ser
criticado un j ugador por haber enrocado, pero es un factor a tener
siempre en cuenta. Sigamos el curso de la apertura en l a próxima
partida.

Francisco R. Torres Trois - Liubomir Liuboievic


Buenos Aires (Argentina) , 1 979
Apertura Inglesa

1 c4 eS 2 ttJc3 ttJc6 3 g3 d6 4 il.g2 il.e6 5 d3 -"d7 6 b4 ttJge7 7 b5 ttJd8


8 a4 c6 9 .i.a3
Las blancas se están concentrado en el desarrollo de su flanco de
dama y la consiguiente presión contra el flanco de dama enemigo.
9 .•• d5 10 bxc6 bxc6 11 cxd5 cxd5 12 ttJf3 f6
El balance de la lucha hasta el momento es que las blancas se han
adelantado en el desarrollo, pero las negras tienen mayor influencia
de peones en el centro. En la partida las blancas continuaron de forma
mecánica, con 13 O-O? ! y, llegado el momento crítico, no tuvieron nin­
gún argumento para compensar su inferioridad central . La continua­
ción coherente era tratar de explotar la ventaj a en desarrollo de este
modo:
13 d4! e4 14 ttJd2
La última j ugada de las negras es forzada. Ahora las blancas ame­
nazan con situar un caballo en 'cS ' , vía 'b3'.
14 l:tc8 15 ttJb5! ttJec6 16 �xf8 l:xf8 17 ttJb3 ttJb7 18 ttJc5! ttJxc5
•••

19 dxc5
Las blancas tienen una activa y prometedora posición, y amenazan
la inmediata 20 ttJd6+.
Finalmente, veremos una partida en la que las blancas demuestran
perfectamente la lógica de un enroque tardío. Pero, por favor, tome
nota de que quienes lo hacen son las blancas, y de que se trata de una
apertura cerrada.
130 CÓMO REALIZAR B U ENAS J U G A DAS EN LA A P E RTU R A

Wlodzimierz Schmidt Adam Kuligowski


-

1a ronda del Torneo Zonal de Varsovia (Polonia), 1 979


Defensa Benoní Moderna

1 d4 liJf6 2 e4 eS 3 ds e6 4 liJc3 exds S exds d6 6 e4 g6 7 liJf3 �g7 8


.ltgs h6 9 �h4 a6 10 liJd2 bs 11 a4!
Al minar la formación de peones negros en el flanco de dama, pro­
vocando el avance del peón de b, las blancas se apoderan de la casi lla
'c4', magnífica para uno de sus caballos.
11 ••• b4 12 liJeb1 'ile7
Parece mejor la inmediata 1 1 . O-O. . .

13 f3 gs 14 .ltf2! o-o 15 .lte2 liJbd7 16 liJe4!


Una maniobra para activar ambos caballos, con esta j ugada y la si­
guiente. Las deberían, ahora, cambiar uno de ellos, con 16 . . . liJeS .

16 ••• liJhs?! 17 liJbd2! lZJf4 18 O-O!


Los primeros objetivos estratégicos se han cumplido. y el peón de
'g2' requiere protección, así que las blancas se enrocan.

DIAGRAMA 44

a b c d e g h

Schmidt - KulígOlV�'ki
Varsovia, 1 979
Después de 1 8 O-O!
EN ROQU E: ¿TEM PRANO O TA RDE? 131

18 ••• f5 1 9 :le1 liJxe2+ 20 l:txe2 f4 2 1 e5!


Este avance central temático les asegura ventaj a a las blancas. Gra­
cias a un desarrollo superior y a las debilidades posicionales de las ne­
gras, las blancas, tarde o temprano, podrán recuperar el material sacri­
ficado.
21 dxe5 22 liJe4! a5 23 l:tc1 �a6 24 :ee2! �xe4 25 :xe4 :fd8 26
•••

.ltxeS "ikf7 27 �d6 liJb6 28 :eS lId7 29 ':b5 liJe8 30 ':c6??


Un trágico error en apuros de tiempo. A las blancas se les escapa
que, después de la siguiente jugada negra, no podrán j ugar el alfil, de­
bido a 31 . . . 'iVxc6. Tenían que haber j ugado 30 ':b8 ! , y después de 30 ...

':xb8 3 1 .ltxb8, l a s negras s e encuentran d entro de u n a camisa d e fuer­


za y la amenaza 32 d6! resulta decisiva.
30 'iWg6! 31 ':xa5 ':xa5 32 ':xe8+ �f7 33 �eS "ika6! 34 .ltxb4
•••

:axd5. Las blancas se rindieron .


En este punto, quizá valga la pena retroceder hasta el capítulo an­
terior y repasar la partida Portisch - Ivkov, en la que las blancas enro­
caron tarde (y bien), en la j ugada 238•
CAPÍTULO 11

Juego de peones: centro,


formaciones, debilidades

Philidor se refirió en una ocasión a los peones llamándolos "el al­


ma del ajedrez" . El j uego de peones es, por supuesto, importante, pero
sólo es uno de los aspectos de las estratagemas clave. Con todo, hay
un aspecto ciertamente relevante del j uego de peones que los diferen­
cia de todas las demás piezas: ¡no pueden volver atrás ! A menudo po­
demos mejorar una deficiente jugada de dama, torre, alfil, caballo o
incl uso rey, regresando simplemente con esa pieza a la casilla ante­
rior. ¡ Pero eso no l o podemos h acer con los peones! Por consiguiente,
debemos j ugarlos con extremo cuidado. Los movimientos de peón
son, por ejemplo, notoriamente malos como jugadas de espera (es de­
cir, para mantener el statu qua). La razón es que toda j ugada de peón
modifica la posición para siempre. La norma, por tanto, es: nunca jue­
gue voluntariamente un peón, si no está convencido de que estará me­
jor situado en su nueva casilla.
Comenzaremos nuestra discusión sobre el j uego de peones con los
conceptos más importantes relativos al tratamiento del centro. De­
tengámonos, por ejemplo, en la posición normal de la Variante Cerra­
da en la Ruy López, después de las jugadas 1 e4 eS 2 l2Jf3 l2Jc6 3 1i.bS
a6 4 1i.a4 l2Jf6 S o-o iLe7 6 :tel bS 7 1i.b3 d6 8 c3 O-O 9 h3.
En la Variante Cerrada de la Ruy López la prioridad estratégica in­
mediata de las negras es asegurar que su bastión central (el peón de
'eS ' ) pueda mantenerse firme. La última jugada de las blancas prepara
un ataque sin riesgo contra el peón de 'eS', con 1 0 d4. Una continuación
popular para las negras es ahora la Variante Breyer (aunque quizá "re­
agrupamiento de B reyer" fuese una denominación más apropiada).
9 •.• l2Jb8 10 d4
Las cuatro casillas centrales básicas son -como ya hemos comenta­
do en el primer capítulo- 'd4' , 'e4', 'dS ' y 'eS ' . Limitemos por el mo-

1 33
1 34 CÓMO REALIZAR B U ENAS J U G A DAS EN LA APERT U R A

DIAGRAMA 45

8 I
7

6 ,
5 ,
4

a b c d e g h

Ruy López
Variante Cerrada
Después de 9 h3

mento nuestra evaluación central a las columnas d y e. Podemos, de


forma arbitraria (aunque razonablemente correcta) asignarle un va­
lor de 2 a un peón central que haya avanzado dos pasos, y un valor de
1 a un peón que haya dado un solo paso. Sumando los valores, tene­
mos aquí 2 + 2 4 para los peones centrales blancos, y 1 + 2 = 3 para
=

los peones centrales negros. Las blancas ejercen mayor influencia


central respecto a una base aritmética (4 contra 3) y también con rela­
ción a una base relativa (4 : 3 1 ,33). =

10 ••• l2Jbd7!
Esta es la idea de Breyer. Pero consideremos qué sucedería si las
negras j ugasen 10 . . . exd4? Puede parecer, a primera vista, que las ne­
gras han efectuado un cambio equivalente, a saber, renunciar a su pe­
ón d e la quinta fila por el blanco de la cuarta. Así, las negras quedan
con 3 2 1 en peones centrales, y las blancas con 4 2 = 2 unidades.
- = -

Como antes, la diferencia aritmética es 1 unidad, pero aquí se produce


un gran cambio en la influencia central relativa, que ahora se cifra en 2
: 1 2, lo que significa un considerable aumento en relación a 1 ,33. Así
=

pues, respecto a una base relativa, la influencia central de las blancas


se ha visto reforzada de forma considerable.
JUEGO DE PEONES: CENTRO. FORMACIONES. DEBILIDADES 135

La situación real de las negras es todavía peor de lo que muestra el


cálculo precedente, porque las blancas, en lugar de retomar con la da­
ma o con el caballo, pueden j ugar 1 1 cxd4 ! , de modo que tendrían 2 +
2 4 unidades de fuerza en peones centrales, mientras que las negras
=

sólo tendrían una. En una base aritmética, las blancas se encuentran 3


unidades por delante, y con relación a una base relativa, 4 : 1 = 4. De
este modo, podemos fácilmente apreciar lo desastroso que puede ser
para las negras jugar 10 exd4? en términos de influencia central. Po­
.oo

demos decir que j ugar 1 0 . . . exd4 equivale a "entregar el centro". Nun­


ca, nunca entregue el centro, a menos que no tenga alternativa o que
consiga algo valioso a cambio.
11 ttJbd2
La jugada normal de las blancas. ¿Cuál sería el resultado si, en lu­
gar de la textual, las blancas j ugasen 1 1 dxe5 ? ! ? Si las negras captura­
sen con el caballo, U ttJxe5 ? ! , entonces todo funcionaría de maravi­
oo.

lla para las blancas, siendo la fuerza aritmética de sus peones centrales
4 - 2 2, Y la de las negras 3 - 2 1, pues en una base relativa, habrían
= =

incrementado su influencia central hasta 2 : 1 2. Sin embargo, nótese


=

lo que sucede si las negras j uegan 1 1 dxe5 ! Ahora la posición en el


oo.

centro es del todo equivalente, con 2 unidades para cada bando. Así,
el cambio 1 1 dxe5 habría reducido la influencia central de las blancas.
Si las blancas realizan ese cambio, 1 1 dxe5 , se dice que han " resuelto
la tensión central". En vista de lo anterior, se trata de una operación
desventajosa. Nunca, nunca resuelva la tensión central, a menos que no
tenga alternativa o que consiga a cambio algo valioso.
Después de 1 1 ttJbd2 siguen las variantes normales. Ambos bandos
tratarán de completar el desarrollo del flanco de dama. Durante al­
gún tiempo, las blancas tratarán de inducir a su rival a "entregar el
centro" , mientras que las negras, por su parte, tratarán de incitar a las
blancas de que "resuelvan la tensión central."
Con esta información, podemos comprender mejor los razona­
mientos que guían la variante principal de la Defensa Eslava, que exa­
minamos brevemente en el capítulo 7. Después de 1 d4 d5 2 c4 c6 3
ttJc3 ttJf6 4 ttJf3, las negras "entregan el centro" j ugando 4 dxc4. Sin
oo .

embargo, a cambio logran las siguientes compensaciones: 1 ) un salu­


dable desarrollo del alfil de dama; 2) un tiempo (una jugada), ya que
las blancas están "obligadas" a j ugar el avance 5 a4, que no contribuye
al desarrollo; 3) el control permanente de la casilla 'b4', potencial­
mente útil para el alfil de rey o el caballo de dama.
1 36 CÓMO REALIZAR BU ENAS J U G A DAS EN LA APERTURA

La otra cuestión importante es cómo retomar, cuando hay más de


un peón que puede hacerlo. Una situación característica es la que
muestra el diagrama 46, Borís Spasski - Anatoli Kárpov; 2a partida de
la Semifi nal del Torneo de Candidatos, San Petersburgo. 1 974. Defen­
sa Caro-Kann, después de la j ugada 1 23 de las blancas (1 e4 c6 2 d4 d5
3 lDc3 dxe4 4 lDxe4 �f5 5 lDg3 �g6 6 lDf3 lDd7 7 �d3 e6 8 O-O lDgf6 9
c4 .Jtd6 1 0 b3 O-O 1 1 �b2 c5 12 �xg6).

DIAGRAMA 46

a b c d e g h

Spasski - Kárpov
San Petersburgo, 1 974
Después de 12 Lg6

12 000 hxg6!
El principio general es muy simple: capture siempre hacia el centro,
a menos que haya una muy buena razón para no hacerlo así. La lógica
no puede ser más transparente: en este caso el peón de torre se ha
transformado en peón de caballo, y se ha reforzado el control de la ca­
silla central secundaria 'f5 ' . Por otra parte, la formación negra de peo­
nes se mantiene compacta. En esta situación, la alternativa 12 . . .
fxg6? ! tendría d o s inconvenientes: l a s negras reducirían s u influencia
central y se quedarían con un peón aislado y vulnerable en 'e6' . En el
tipo de posición que muestra el diagrama 46 podría haber dos casos
en los que la captura con el peón de h sería inferior: 1 ) si las blancas
pudieran lanzar un fuerte ataque a lo largo de la columna h, doblando
J U EGO DE PEONES: CENTRO. FORMACION ES. DEBI LIDADES 137

piezas mayores en ella, y 2) si las negras pudieran explotar la apertura


de la columna f. Si no se dan estas condiciones, la única forma correcta
de retomar es "siempre h acia el centro " .
L a partida s e declaró tablas después de 1 3 l:te l 'ikc7 1 4 dxc5 iLxc5
15 "-c2 l:tfd8 16 tD e4 tDxe4 17 'ir'xe4, aunque las blancas conservan
una pequeña ventaja.
El tipo de situación en que resulta más útil retomar "alej ándose
del centro" lo muestra el curso de la partida siguiente:

Josir Doñman - Svedchikov


URSS, 1 978
Defensa Benoni Moderna

1 d4 lLlf6 2 c4 eS 3 dS e6 4 liJc3 exdS S cxdS d6 6 lijO g6 7 e4 iLg7 8


iLgS h6 9 iLh4 gS? ! 10 iLg3 tDhS 11 iLbS+ �f8 12 eS! tDxg3 13 fxg3!

DIAGRAMA 47

a b c d e g h

Dorfman - Svedchikov
URSS, 1 978
Después de 13 fxg3!

Las blancas, con sus j ugadas 11 a y 1 28 han lanzado un ataque direc­


to contra el rey negro. Retomar con el peón de f es la única continua­
ción lógica, puesto q ue de este modo las blancas dispondrán de la co­
l umna f semiabierta para proseguir su ataque contra el rey enemigo
1 38 CÓMO REA LIZAR BU ENAS J U G A DAS EN LA APERTURA

enrocado. Por el contrario, con la "estratégica " 13 hxg3?, las negras


ganarían un peón a cambio de nada con 13 . . . dxeS .
13 000 86 14 �d3 d"eS 15 O-O bS 16 'iVe2 c4 17 tLl"eS!
Debido a la fuerza del plan de las blancas relacionado con las j uga­
das 1 2a y 1 3a, la sub variante 9 . . . gS ? ! ha desaparecido de la praxis ma­
gistral, pues lo normal es que las blancas consigan un fuerte ataque y
ganen, como sucede aquí.
17 000 'ii'b6+ 18 �hl c"d3 19 'ii'h S! <t>g8 20 'ii'xf7+ ..th7 21 d6! 'iV"d6
22 tLle4! tibeS 23 tLlf6+ 'ii'"f6 24 l:txf6 I:tg8 25 :xh6+ 'it>"h6 26 'ii'''g8
tLld7 27 'ii' dS :87 28 'ii'c6+ tLlf6 29 'ii'"c8 l:te7 30 h4! tLle4 31 'it>h2 gxh4
32 gxh4 �eS+ 33 g3! tLl"g3 34 'ith3 �d6 35 'ii'f8 + 'ith7 36 'iI"e7 �"e7
37 'it>"g3 �f6 38 ltdl. Las negras se rindieron.
Desde un punto de vista puramente estratégico, el principio de re­
tomar hacia el centro siempre es correcto. Sin embargo, en fase muy
temprana de la apertura hay otros factores, como el desarrollo, que
pueden tener una importancia esencial. Consideremos, por ejemplo,
la Variante del Cambio en la Ruy López: 1 e4 eS 2 tLlf3 tLlc6 3 �bS a6 4
.i.xc6 dxc6. Según nuestro principio, la j ugada correcta debería ser 4 ...
bxc6. Sin embargo, después de esta j ugada las negras tendrían algunos
problemas para desarrollarse y proteger 'eS ' , factores que las blancas
pueden explotar con la activa S d4! Por consiguiente, lo mejor para las
negras es la "anticentral " 4 . . . dxc6 ! , ya que favorece tanto el desarro­
llo de la dama como del alfil de dama e invalida la captura-S tLlxeS? !
por l a eficiente respuesta S . . . 'ild4 !
Una consideración similar puede aplicarse a la siguiente alternati­
va de la Variante Nirnzovich, en la Defensa Siciliana: 1 e4 cS 2 tLlf3
tLlf6 3 eS tLldS 4 tLlc3 tLlxc3. Desde el punto de vista del centro, S bxc3
es lo correcto, pero eso concede a las negras la oportunidad de l iqui­
dar el puesto avanzado enemigo, con S . . . d6, y lograr así una igualdad
aproximada. B astante más fuerte para las blancas es la j ugada de de­
sarrollo S dxc3 ! , pues de esta forma están en condiciones de respon­
der a S ... d6 con 6 exd6 ! , cuando tanto después de 6 . . . cxd6, como de 6
... 'iVxd6 7 'ii'x d6 cxd6, las negras tendrán en el peón de 'd6' una impor­
tante debilidad.
La cuestión de la seguridad del rey siempre debe tenerse en cuenta
al realizar una captura de ese tipo. Por ejemplo, después de 1 d4 tLlf6 2
.i.gS dS 3 �xf6, ¿de qué forma deben retomar las negras? Si sólo tu­
viésemos que considerar la influencia central, 3 . . . gxf6 sería la más
JUEGO DE PEONES: CENTRO. FORMACIONES. DEBILIDADES 139

efectiva. Pero en tal caso el peón de h queda aislado y l a desaparición


del peón de g puede hacer que el rey negro se sienta un tanto incómo­
do. En consecuencia , la mayoría de los maestros prefieren la segura,
sólida y de desarrollo 3 ... exf6.
La expresión "formación de peones" significa sencillamente la po­
sición de los peones, tal y como se encuentran en el tablero. A menudo
se hace referencia a un sector particular, como el centro, el flanco de
rey o el flanco de dama. Recuerde siempre que el más mínimo cambio
en la formación de peones puede tener una gran repercusión global .
Para ilustrar ese efecto, echemos un vistazo a una posición muy habi­
tual de la Defensa India de Rey: 1 d4 tllf6 2 c4 g6 3 tll c3 il.g7 4 e4 d6. Si
evaluamos esta posición, es fácil ver que las blancas tienen una consi­
derable superioridad central, debido a que cuentan con tres peones
en la cuarta fila. Las negras, por otra parte, se han concentrado en el
desarrollo del flanco de rey y su influencia sobre el centro es mínima.
Las blancas disponen ahora de tres continuaciones perfectamente ló­
gicas, cada una de las cuales establece una diferente formación cen­
tral:
1. Variante Clásica: S tllf3 O-O 6 il.e2. Aquí las blancas declaran que
están satisfechas con lo que han logrado en el centro.
2. Variante Saemisch: S f3 O-O 6 il.e3. Las blancas quieren asegurar
el centro y, por tanto, j uegan S f3. La Saemisch no es una aguda
variante de ataque, sino un método estratégico con el que las
blancas se aseguran ventaj a central y espacial.
3. Ataque de los Cuatro Peones: S f4 O-O 6 tll f3. Las blancas no se
contentan con tener "sólo" tres peones en la cuarta fila y añaden
un cuarto. Este es un procedimiento muy agresivo para tratar de
an ular a las negras mediante avances centrales. Sin embargo, las
blancas han descuidado el desarrollo de piezas y esa falange de
peones en la cuarta fila carece de una base firme de apoyo.

En ninguna de las variantes anteriores incurrieron las blancas en


lo que pudiera llamarse una debilidad estructural en l a formación de
peones. Está claro que el peón de 'e4' es invulnerable al ataque y, por
tanto, l as negras deben poner sus miras de contraj uego central en el
peón blanco de 'd4' . En las variantes Clásica y Saemisch tanto ... cS co­
mo . . . eS parecen lógicas, si bien la experienci a ha demostrado que . . . eS
es el contragolpe más efectivo. En el Ataque de los Cuatro Peones, el
peón blanco de 'f4' prácticamente ha erradicado la posibilidad . . . eS,
1 40 CÓMO R EALIZAR B UENAS J UG A DAS EN LA APERTURA

pero en este caso . . . c5 (por ejemplo: 6 . . . c5 ! ) concede a las negras un


excelente contraj uego.
Hay variantes, sin embargo, en las que uno de los bandos se inflige
una importante debilidad estructural. Una de l as líneas principales de
la Variante Najdorf en la Defensa Siciliana es: 1 e4 c5 2 tbf3 d6 3 d4
cxd4 4 tbxd4 tbf6 5 tbc3 a6 6 il.e2 eS 7 tbb3 (véase el diagrama 48).

DIAGRAMA 48

a b c d e g h

Defensa Siciliana
Variante Najdorf
Después de 7 tbb3

Como consecuencia de 6 . . . eS , las negras han ganado presencia


central, de paso que han expulsado de su privilegiada posición al ca­
ballo blanco. Sin embargo, ese avance tiene dos aspectos negativos.
En primer lugar, ha convertido al peón de 'd6' en un peón "retrasa­
do", es decir, vulnerable al ataque frontal e incapaz de un avance in­
mediato. Como puede verse, el alfil de rey tendrá que situarse en la
pasiva 'e7 ' , sólo para mantener protegido a su peón de 'd6'. El segun­
do aspecto negativo es que se ha debilitado el punto 'd5' de forma
permanente, pues las negras no disponen de peón alguno que pueda
cubrir ya esa casilla.
Debido a esos aspectos negativos, hay muchos jugadores fuertes
que no realizan el avance 6 . . . eS después de 6 �e2. Prefieren, bien 6 . . .
e6, que traspone a l a Variante Scheveningen , con l o que tienen debi-
J U EGO DE PEONES: CENTRO. FORMACION ES. DEBILIDADES 1 41

damente protegida la casilla 'd5 ' , bien 6 ... g6, trasponiendo a la Va­
riante del Dragón, a pesar del tiempo perdido con 5 . . . a6. En estos dos
casos las debilidades estructurales en la formación de peones negros
son considerablemente menores que después de 6 . . . e5 .
Un buen j uego de peones requiere que no nos creemos peones dé­
biles. Los peones débiles son aquéllos que están aislados, doblados o
retrasados. Como cuestión de principios, deberían evitarse a menos
que se consiga algo valioso a cambio.
Un peón "aislado" es aquél que no cuenta con peones de su bando
en las columnas adyacentes. Una situación característica se produce
en la siguiente sub variante de la Variante Tarrasch, en la Defensa
Francesa: 1 e4 e6 2 d4 d5 3 tt:Jd2 c5 4 exd5 exd5 5 .i.b5+ 4:Jc6 6 tt:Jgf3
iLd6 7 dxc5 .i.xc5 8 O-O 4:Jge7 9 tt:Jb3 .i.d6 (véase diagrama 49) .

DIAGRAMA 49

8 J. . . I
7 Ij ' "
6

a b c d e g h

Defensa Francesa
Variante Tarrasch
Después de 9 .. .i.d6
.

Es fácil ver que el peón negro de 'd5 ' es fundamentalmente débil,


ya que no hay otro peón de su bando que pueda defenderlo. En este
caso l as negras esperan que las casillas centrales cubiertas por su peón
de d5 , j unto con el desarrollo libre y, en general, armonioso de sus pie­
zas, constituya compensación suficiente por la debilidad del peón.
142 CÓMO REALIZAR B U ENAS J UG ADAS EN LA A P E RTURA

Los "peones doblados" no son intrínsecamente débiles, con la ex­


cepción evidente de aquellos peones doblados y aislados. Los peones
doblados integrados en un racimo de peones pueden resultar perfec­
tamente satisfactorios a efectos defensivos. Su principal problema es
la falta de potencia a efectos atacantes. En primer lugar, cuando avan­
zan pueden dej ar importantes agujeros en su territorio anterior. En
segundo lugar, existe el problema de que no puedan crear un peón pa­
sado a partir de ciertas formaciones con peones doblados. Una alter­
nativa que antes se j ugaba mucho, en la Variante del Cambio de la
Ruy López, es: 1 e4 eS 2 CDf3 CDc6 3 �bS a6 4 �xc6 dxc6 5 d4 exd4 6
'ii'x d4 'iVxd4 7 CDxd4. Aunque la partida acaba de comenzar, han que­
dado establecidas ya las respectivas formaciones de peones: en el
flanco de rey, las blancas tienen una mayoría de cuatro contra tres, y
se trata de una mayoría "móvil", es decir, que las blancas pueden, si lo
desean, crear un peón pasado en ese sector; en el flanco de dama las
negras también tienen una mayoría de cuatro contra tres, pero se tra­
ta de una mayoría estática. Mayoría que resulta buena a efectos de­
fensivos, pero no muy útil a efectos ofensivos. Si las blancas juegan co­
rrectamente sus peones en el flanco de dama, no hay manera de que
las negras puedan crear un peón pasado en el sector. Por ejemplo, si se
cambian los peones de las columnas a y b, las negras quedan con dos
peones y las blancas con uno, todos ellos en la columna c, de modo
que en la práctica las negras no han conseguido nada. No hay duda al­
guna, por tanto, de que tras 7 CDxd4 las blancas se han quedado con
una formación de peones superior. Como compensación, las negras
deben tratar de abrir líneas y darles un buen desarrollo a sus piezas,
en particular a su pareja de alfiles.
El peón "retrasado" ya lo hemos comentado brevemente en este
capítulo, a propósito de la Variante Najdorf, después de 6 �e2 eS. En
esta secuencia, las negras asumen voluntariamente el peón retrasado,
a cambio de una mayor influencia en las casillas 'eS ' y 'd4 ' . No obstan­
te, como principio general , los peones retrasados deberían evitarse, no
sólo porque son potencialmente vulnerables a un ataque frontal , sino
también porque son inmóviles.
(D)
Echemos un vistazo al diagrama esquemático con peones en el
flanco de dama. Las blancas tienen una mayoTÍa de dos contra uno,
pero ¿cómo movilizarla? SeTÍa erróneo 1 a4?, porque entonces el pe­
ón de b quedaría fij ado como peón retrasado. También es un error 1
a3?, porque después de 1 . . a4! , el peón de 'b2' vuelve a quedar retra-
.
JUEGO DE PEONES: CENTRO. FORMACION ES. DEB I L I DADES 1 43

DIAGRAMA 50

a b c d e 9 h

Diagrama esquemático
de peones en el flanco de dama

sado. Nótese cómo en estos dos casos un único peón es capaz de con­
tener a dos. La forma correcta de movilizar los peones del flanco de
dama es 1 b3 , seguido de 2 a3 ! y 3 b4, cuando las blancas consiguen lo
que querían : un peón pasado, resultante de su mayoría normal.
Las debilidades de peones comentadas hasta ahora (peones ais­
lados, doblados y retrasados) constituyen las debilidades estructura­
les más importantes. Pero también es importante entender el con ­
cepto de debilidades dinámicas de peones. Cuando un peón avanza
desde su posición inicial se vuelve más accesible al ataque por parte
de piezas y peones contrarios. Por supuesto, la mayoría de las veces
n o hay que preocuparse demasiado por eso. Sin embargo, los avan­
ces de peón en la proximidad del rey siempre deben realizarse con
extremo cuidado. Si se vislumbra un ataque directo contra el rey, en­
tonces es mejor no mover en absoluto los peones enfrente del rey.
Ej emplos típicos de lo que debe y no debe hacerse los tenemos, por
ejemplo, en la siguiente secuencia de la Variante Scheveningen, en la
Defensa Siciliana: 1 e4 c5 2 lDf3 e6 3 d4 cxd4 4 lDxd4 lDf6 5 lDc3 d6 6
.i.c4 .i.e7 7 .i.b3 O-O 8 .i.e3 lDa6 9 f3 lDc5 10 'ili'd2 a6 1 1 g4 (véase el
diagrama 5 1 ) .
144 CÓMO REALIZAR BU ENAS J UG A DAS EN LA APERTURA

DIAGRAMA S1

8 I
7

2 �
<it I(
a b e d e 9 h

Defensa Siciliana
Variante Scheveningen
Después de 11 g4

No hay duda de que las blancas han puesto en marcha un ataque


directo contra el rey negro enrocado. Por otro lado, puede anticiparse
también que las blancas no enrocarán corto (lo más probable es que
enroquen largo) . El plan inmediato de las blancas es expulsar el caba­
llo negro de 'f6 ' con el avance 12 g5. ¿Qué pueden hacer las negras
contra esta amenaza? Hay dos posibles tratamientos:
A) El erróneo es 1 1 . . . h6?, porque después de 12 h4 ! , seguido de 1 3
g5 , e l caballo no sólo será expulsado de 'f6', sino que -10 que e s más
importante- el avance del peón a 'h6' permitirá a las blancas forzar la
apertura de líneas contra el rey negro.
B) El correcto es dejar el fl anco de rey a su suerte y disponerse a
crear contraj uego en el flanco de dama. Lo lógico, por tanto, es 1 1 . . .

'ili'c7 ! 1 2 g5 ttJfd7 1 3 h4 b5 ! , y la posición es de doble filo y la experien­


cia magistral ha demostrado que las perspectivas de las negras no son,
en modo alguno, inferiores a l as de las blancas.

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