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Tarapoto-Perú
2019
AGRADECIMIENTO
II
DEDICATORIA
III
INDICE
CARATULA……………………………………………………………………………………………………………………………………I
AGRADECIMIENTO……………………………………………………………………………………………………………………….II
DEDICATORIA……………………………………………………………………………………………………………………………….III
INDICE………………………………………………………………………………………………………………………………………….IV
INTRODUCCION……………………………………………………………………………………………………………………………VI
CAPITULO I
1.1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ........................................................................................ 9
1.2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA.......................................... Error! Bookmark not defined.
1.3. DELIMITACIÓN TEMPORAL-ESPACIAL DEL PROBLEMA .................................................... 9
1.3.1. ÁREA TEÓRICA ........................................................................................................... 9
1.3.2. DELIMITACIÓN TEMPORAL ...................................................................................... 10
1.3.3. DELIMITACIÓN ESPACIAL......................................................................................... 10
1.3.4. TIPO DE INVESTIGACIÓN ......................................................................................... 10
1.3.5. TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN ................................................................................. 10
1.4. JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN……………………..........................10
1.5. OBJETIVO DEL
ESTUDIO……………………………………………………………………………………………….11
1.6.
HIPÓTESIS……………………………………………………………………………………………………………………Error!
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CAPITULO II
MARCO TEORICO
CAPITULO III
ANALISIS JURIDICO DE LA NORMATIVA DEL CONTRATO POR PERSONA A NOMBRAR
3.1. ARTÍCULO 1473 ................................................................................................................ 21
3.2. ARTÍCULO 1474.- .............................................................................................................. 22
3.3. ARTICULO 1475 .................................................................... Error! Bookmark not defined.
IV
3.4. ARTÍCULO 1476.- .............................................................................................................. 24
CAPITULO IV
ANALOGIAS-DIFERENCIAS Y DERECHO COMPARADO
4.1. ANALOGIAS Y DIFERENCIAS............................................................................................. 27
4.1.1. REPRESENTACIÓN DIRECTA ..................................................................................... 27
4.1.2. REPRESENTACIÓN INDIRECTA ................................................................................. 27
4.1.3. GESTIÓN DE NEGOCIOS ........................................................................................... 27
4.1.4. CONTRATO EN FAVOR DE TERCERO ........................................................................ 27
4.1.5. PROMESA DE LA OBLIGACIÓN DE UN TERCERO ..................................................... 28
4.1.6. CESIÓN DE POSICIÓN CONTRACTUAL ..................................................................... 28
4.1.7. CONTRATO POR CUENTA DE QUIEN CORRESPONDA ............................................. 28
4.2. DERECHO
COMPARADO…………………………………………………………………………………………………..28
4.2.1. IDEAS PRELIMINARES .............................................................................................. 28
4.2.2. CÓDIGO CIVIL ITALIANO .......................................................................................... 29
4.2.3. CÓDIGO CIVIL BOLIVIANO ....................................................................................... 29
CAPITULO V
PROBLEMÁTICA
6. CONCLUSIONES ........................................................................................................................ 39
7. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ............................................................................................... 40
ANEXOS ............................................................................................................................................ 41
V
INTRODUCCIÓN
El objeto de este trabajo es dar una explicación de que tan importante es saber sobre La
Responsabilidad Extracontractual.
Es menester aclarar que en nuestro país la figura La responsabilidad civil es aquella institución del
Derecho, que consiste en trasladar el costo del daño ocasionado a una persona hacia el responsable
del mismo, como sanción prevista por el ordenamiento jurídico.
La responsabilidad civil es hoy una figura fundamental en el Derecho. Su uso es extenso y su campo
de acción ha ido evolucionando con las nuevas necesidades que van surgiendo a partir de recientes
hechos y realidades
VI
será imputada a aquellas personas que, en la utilización de un bien riesgoso o en el ejercicio de una
actividad riesgosa, ocasionen daños a otra.
El interés del presente trabajo es investigar sobre la institución jurídica ya mencionada, a efectos
de que tengamos muy en claro, en que consiste, como se desarrolla tanto en el ámbito teórico y en
el ámbito práctico de la misma.
Como metodología del trabajo nos fijamos firmemente en libros con especialistas en Derecho Civil
como también en libros virtuales de las cuales ciertos autores especifican con firmeza y coherencia
sobre este tema.
En primer lugar se plasmó la delimitación del Problema de Investigación, Formulación del Problema,
Delimitación temporal-espacial del problema, Justificación e importancia de la investigación,
Objetivos del estudio y la Hipótesis del presente trabajo de Investigación. Después de haber
delimitado la problemática a analizar en el presente trabajo, nos fijaremos luego a desarrollar el
Marco Teórico donde estipularemos los antecedentes, naturaleza jurídica, concepto y finalidad de
esta figura contractual. Seguidamente en el capítulo tres realizaremos el análisis jurídico de los
artículos del Código Civil los cuales regulan a Contrato por persona a nombrar. En el cuarto capítulo
se plasmó las analogías y diferencias con otras figuras contractuales. Posteriormente haremos un
análisis de la problemática en torno al trabajo de investigación y finalmente en el último capítulo
se dará una breve explicación respecto al derecho comparado.
Finalmente el trabajo nos ayuda a tener una idea clara e importante que es saber sobre La
Responsabilidad Civil Extracontractual.
VII
CAPITULO I
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL:
1. Marco Teórico:
1.1.- La Responsabilidad Extracontractual en el derecho romano.
1.2.- La Responsabilidad Extracontractual en el antiguo derecho anglosajón.
1.2.- La Moderna responsabilidad Extracontractual.
2. Bases Teóricas.
2.1.- Instituciones y Principios.
2.2.- Teorías de la responsabilidad extracontractual.
2.2.1.- Teoría del Daño.
2.2.2.- Teoría de la culpa.
2.2.3.- Teoría subjetiva.
2.2.4.- Teoría de la culpa objetiva.
2.2.5.- Teoría del énfasis en la víctima
2.2.6.- Teoría de la responsabilidad de la sociedad
2.2.7.- Teoría de la distribución social del daño
2.2.8.- Teoría de la difusión del riesgo a través del sistema de precios
2.2.9.- Teoría de la difusión del riesgo y prevención del daño
2.2.10.- Teoría del sistema y estadística
2.2.11.- Teoría de la responsabilidad extracontractual y teoría económica
2.2.12.- La Teoría económica repensada
3. La Responsabilidad Extracontractual en el Perú.
3.1.- El Código civil de 1852
3.2.- El Código civil de 1936
3.3.- El Código civil peruano de 1984
4. Elementos de la Responsabilidad Civil Extracontractual.
4.1.- El Daño o lesión del bien jurídico
6. Marco Conceptual.
6.1.- Responsabilidad.
6.2.- Responsabilidad Extracontractual
6.3.- Responsabilidad Contractual
TENER EN CUENTA LO ESTIPULADO EN EL SILABUS
https://es.slideshare.net/faridde/013-responsabilidad-extracontractual
1. NOCIÓN JURÍDICA DE RESPONSABILIDAD.
Es una de las tantas versiones castellanas de las Mil y unas noches se lee la siguiente cita
del Corán:
“Cúmplase el pacto, pues hay responsabilidad en el”
Fuera de las valoraciones sobre la fidelidad de la traducción inevitables, más que nunca,
cuando la lengua que se traduce en árabe, la idea a identificar en la citada máxima es la de
dos contrapesos, y, por lo tanto, la idea de la equivalencia, del equilibrio.
Etimológicamente, en efecto, “responder” es como “prometer a la vez” o “como
corresponder a una promesa”. La palabra comunica, entonces, un desbalance, una
equiparada previamente alterada que da lugar a la imposición de una “respuesta”, la cual
se debe restablecer el statu quo preexistente, y que se quiere mantener, o bien una
consecuencia de acciones que deben sucederse con una regularidad y orden a ser
preservador.
Quien ha contratado y no ejecuta la prestación empeñada, o lo hace mal, y provoca así, un
agravio a la contraparte una perdida dineraria, por ejemplo, distorsiona el ciclo vital de la
relación obligatoria nacida del acuerdo, cuyo destino es natural es la plena satisfacción del
interés del acreedor, mediante cooperación y el comportamiento del deudor que se ha
obligado a ello. Quien despoja de sus bienes a otro, o los destruye, tiene que ser
sancionado, porque atenta contra el orden y convivencia sociales garantizados por el
Estado, que los protege a través de sus reglas jurídicas. Quien, con estratagemas o no, paga
menos impuestas de los que le corresponden, perjudica al fisco y se hace merecedor de
penas pecuniarias como los intereses y las multas.
Es evidente el perfil ético del fenómeno: lo que subyace a las consideraciones se acaban de
efectuar es, en último análisis, una intuición común, de conformidad con la cual, se
reconoce como imperioso que los sujetos asuman las consecuencias su propio obrar.
Existe, sin duda, una responsabilidad “moral”, invisible, que es algo así como el sentimiento
de propia “culpabilidad”, de reproche o remordimiento, por la comisión de una mala
conducta.
En sentido jurídico, en cambio, la responsabilidad puede definirse como las de situación del
sujeto al que le toca experimentar, concretamente, las consecuencias, para el
desventajosas, que una norma prevé y le impone atendiendo a la verificación de un
determinado presupuesto,
Dichas consecuencias desventajosas, manifiestan la reacción del ordenamiento jurídico
frente a un hecho que se considera reprobable, por atentar contra intereses particulares o
de la colectividad en general.
Como sostienen Henri y León Mazeaud y André Tunc, una persona es responsable siempre
que debe reparar un daño. El responsable es el que responde. Es decir, el perjuicio, por sí
solo, ha hecho que surja la responsabilidad, exigiéndose que exista un nexo causal entre la
víctima y el autor del hecho dañino.
Partiendo del principio romano es deber genérico de causar daño a nadie, si este no es
cumplido, su correlato es la obligación de reparar el perjuicio causado por su responsable.
Consideramos que esta constituye la base de la responsabilidad y de sus distintos
regímenes jurídicos que derivan de el, sobre la naturaleza del hecho ilícito, entendido claro
esta como ilícito civil y del daño ocasionado.
La responsabilidad civil, tiene que ver con el daño privado, resultando que la víctima es un
particular, que no busca sancionar, sino una reparación que se plasma en el pago de una
cantidad de dinero, que se conoce con el nombre de daños y perjuicios. Es necesario
precisar, que existen actos que conllevan las tres clases de responsabilidades. Así en la
comisión de un delito, encontraremos una responsabilidad penal, una responsabilidad civil,
en la medida que existe un individuo que ha sido agraviado, y una responsabilidad moral
La responsabilidad civil que nació de una misma fuente, fue dividida así en dos áreas,
diferenciadas según su concepción, de esta génesis única, el ALTERUM NON LAEDERE, ha
nacido la responsabilidad civil contractual y la extracontractual.
1.1.3. Extracontractual.
Extracontractual o Aquiliana responde, a la idea de la producción de un daño a otra persona
por haber transgredido el genérico deber de abstenerse de un comportamiento lesivo de
los demás.
La separación entre las obligaciones que nacen de la convención y las que tienen su origen
en la culpa o negligencia civil no es más que de régimen jurídico, pues el fundamento último
es el mismo; una acción y omisión culposa, aunque también dolosa que daña a otro.
Lo que trataremos en adelante tiene que ver, con la responsabilidad civil. En tal sentido, ésta
puede ser contractual y extra-contractual. La primera derivada del incumplimiento de un
contrato y la segunda que emerge de un hecho ilícito. La responsabilidad contractual se origina
en un contrato, en un vínculo jurídico anterior. Mientras que la extra-contractual tiene su
origen en la ley, esto es, no reconoce vínculo jurídico anterior; y nace porque el deudor ha
cometido un acto ilícito. No existe en ésta algo pre-constituido. Pero además, existen otras
diferencias entre la responsabilidad civil contractual y extra-contractual. Así, por ejemplo, los
daños y perjuicios de los que responde el deudor de la responsabilidad contractual son los
previstos, o los que hubiera podido preverse al tiempo de constituir la obligación y que sean
consecuencia de su falta de cumplimiento. El artículo 1321 del Código Civil dispone que queda
sujeto a la indemnización de daños y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo,
culpa inexcusable o culpa leve.
En cambio, la indemnización en la responsabilidad extra-contractual es mucho mayor desde
que contempla los daños y perjuicios previstos y los imprevistos.
Una concepción unitaria genérica por cuanto los sistemas de responsabilidad contractual y
extracontractual tienen profundas semejanzas, y dos regímenes porque estos sistemas tienen
diferencias que no pueden soslayarse y que han sido reconocidas por la doctrina y recogidas
por la legislación nacional y comparada. Aun los mismos defensores de las tesis de la unidad y
de unificación han admitido estas diferencias, bastará con nombrar a los hermanos Mazeaud,
defensores de la tesis de la unidad, quienes, haciendo lo propio, afirman que esas diferencias
no son fundamentales; no atañen a principios rectores, pero existen diferencias accesorias”, a
Luis De Gasperi y Augusto Morello, defensores de la tesis de la unificación, quienes sostienen
que “la doctrina que postula la unificación de ambos órdenes de responsabilidad civil rechaza
la identidad total y absoluta así como la total diferencia entre la responsabilidad contractual y
extracontractual”; y al maestro argentino Félix Trigo Represas, defensor de la tesis de la
unificación, quien manifiesta que en el Proyecto de Reforma de 1987 del Código Civil Argentino,
se propuso la unificación legislativa de los regímenes, pero acepta que “la aprobación del
aludido proyecto de 1987 no habrá de eliminar las diferencias, ya que siempre subsistirá la
disimilitud en el origen y en la estructura de la obligación de responder”.
Vale aclarar que pesar que ambas responsabilidades tienen la misma finalidad reparadora con
elementos comunes, en la práctica, se presentan diferencias importantes. Así tenemos:
a) En cuanto a su origen.
La semejanza radica en que en ambos sistemas la responsabilidad surge por la violación de
una obligación preexistente. La diferencia está en la naturaleza de la obligación
preexistente que ha sido violada; en la responsabilidad contractual se trata de una
obligación de carácter contractual, es decir, según DIEZ PICAZO (1999) cuando entre las
partes existe un contrato o una relación contractual y los daños son debido al
incumplimiento o cumplimiento defectuoso de lo que es estrictamente materia del
contrato, se trata pues de una obligación determinada, concreta o específica; mientras que
en la responsabilidad extracontractual se trata de la violación de deberes generales de
conducta o de la regla general alterum non laedare (p. 253). En consecuencia, si se trata de
la responsabilidad extracontractual la obligación preexistente tiene un carácter legal, y si
estamos en el ámbito contractual la obligación preexistente será convencional. DIEZ
PICAZO (1999) señala que la responsabilidad no se define de acuerdo a la lesión causada,
sino al origen de la misma (p. 228).
b) En cuanto al factor de atribución.
Ambos regímenes son semejantes, porque tanto en la responsabilidad contractual como
en la extracontractual, para que exista responsabilidad, debe haber un factor de atribución
en virtud del cual exista la obligación de responder, es decir que debe existir “...alguna
buena razón para obligar a una persona a cubrir los daños...” (DE TRAZEGNIES, 2005, p.44)
sufridos por el damnificado. No obstante, ello, debe tenerse en cuenta que en la
responsabilidad contractual el factor de atribución. En palabras del jurista, BUSTAMANTE
(1993) es eminentemente subjetivo y consiste en la imputabilidad con culpa del deudor en
la inejecución del contrato. En cambio, en la responsabilidad extracontractual coexisten el
factor de atribución subjetivo: culpa; y, el factor de atribución objetivo: riesgo.
c) En cuanto al daño causado y el fenómeno resarcitorio.
El daño es un elemento común a ambos regímenes, es el presupuesto central de la
responsabilidad civil y como consecuencia lógica, también ambos regímenes persiguen
repararlo. Para DE TRAZEGNIES (2005) la razón de la indemnización no es la existencia de
un contrato, sino la presencia de un daño que debe ser reparado. Sin embargo, en la
responsabilidad contractual sólo se dan cuatro supuestos de daños: incumplimiento total,
incumplimiento parcial, cumplimiento defectuoso y cumplimiento tardío o moroso;
mientras que en la responsabilidad extracontractual se pueden dar infinitos supuestos de
daños, pues ésta nace de una conducta que, simplemente, causa daño.
Por otro lado, siguiendo con el fenómeno resarcitorio, para Trigo Represas, en la
responsabilidad contractual puede darse el llamado tarifamiento anticipado del monto de
los daños y perjuicios, o sea, las partes al celebrar el contrato pueden acordar, por medio
de una cláusula penal, el monto de la indemnización en caso de incumplimiento o
cumplimiento defectuoso del contrato, ello es factible en mérito del principio de autonomía
de la voluntad en materia contractual; sin embargo, en la responsabilidad extracontractual
no es factible un acuerdo anticipado. Citando a VIDAL explica que la autonomía de la
voluntad, denominada también autonomía privada, “no ha recibido una noción legal y ello
lo hace ser un principio no escrito. Su noción, por ello, es puramente doctrinaria”. “(...) la
autonomía de la voluntad es libertad y fuerza vinculante al mismo tiempo, ya que la
voluntad libremente exteriorizada mediante el acto jurídico crea la relación jurídica, la
regula, la modifica o la extingue, sin que el sujeto (…) pueda sustraerse de los efectos
vinculatorios que genera la manifestación de voluntad”.
Además de las distinciones mencionadas respecto a estas dos instituciones jurídicas, continuación
se exponen cuatro tesis sobre la responsabilidad extracontractual y contractual, desde la
concepción de diferentes juristas.
a) LA TESIS DUALISTA
Ésta sostiene que la responsabilidad contractual es absolutamente distinta de la
responsabilidad extracontractual. Esta posición extremista ha sido defendida por la
doctrina clásica francesa, tal como lo ha manifestado Luis De Gasperi y Augusto Morello:
“La división de la responsabilidad civil en contractual y extracontractual es una
consecuencia de la doctrina clásica francesa”; siendo sus principales defensores los juristas
Zachariae, Larombiere, Aubry y Raul.
b) LA TESIS MONISTA
Denominada también teoría de la unidad, sostiene que no existe diferencia esencial alguna
entre la responsabilidad contractual y la responsabilidad extracontractual, como tampoco
existen dos tipos de culpa.
Analizando más ampliamente el tema, esta tesis sostiene la unidad explicando que “cuando
se examinan los elementos constitutivos de la responsabilidad, se advierte que, en la esfera
delictual y en la esfera contractual, las soluciones son idénticas. En uno y otro caso deben
reunir tres requisitos para que exista responsabilidad: un daño, una culpa, un vínculo de
causa efecto entre la culpa y el daño”. Esta posición doctrinaria también es tan radical como
la primera, lo cual se verifica en el pensamiento de su defensor Marcel Planiol: “la existencia
de una verdadera y esencial diferencia entre las dos responsabilidades parece más un
capricho sin motivo y un absurdo legislativo.
c) LA TESIS DE LA UNICIDAD
Se sitúa en una posición intermedia entre la dualista y la monista, y postula una concepción
unitaria de responsabilidad civil pero un doble régimen de responsabilidad.
Los defensores de esta teoría basan su posición en dos fundamentos distintos; de allí que
nacen, dentro de la unicidad, dos corrientes de pensamientos también distintos. Una
defendida por el argentino Llambías quien encuentra el fundamento de la unicidad de la
responsabilidad civil en la unidad de culpa, porque “la culpa es una noción unívoca que el
derecho trata diversamente a través de dos diferentes regímenes de responsabilidad,
según que esa culpa sea considerada en la inejecución de los contratos o en la comisión de
hechos ilícitos” por lo tanto, “hay una sola culpa y un doble régimen de responsabilidad
culposa”.
En favor de esta tesis también aboga Arturo Acuña Azorena cuando afirma: “si bien no hay
diferencias fundamentales entre los dos órdenes de responsabilidad, existen diferencias
accesorias, cuya importancia práctica es tan grande que justifica el establecimiento de una
línea demarcatoria entre ellos. De esta manera no habría, científicamente, dos
responsabilidades, sino dos regímenes de responsabilidad”.
d) LA TESIS DE LA UNIFICACIÓN
Los principales tratadistas que defienden esta posición doctrinaria son: Félix Trigo
Represas, Atilio Alterini, Roberto López, Luis De Gasperi y Augusto Morello. Esta teoría es
contraria a la teoría de la unicidad y se resume en la siguiente afirmación: “hoy día existe
en nuestra doctrina una suerte de consenso en el sentido de que no resulta posible precisar
con rigor cuales son las razones legitimantes de la separación entre la responsabilidad
contractual y la extracontractual, que ambas tienen la misma naturaleza y que por lo tanto
no se justifica la dualidad de sistemas (...) Pero la tendencia doctrinal mayoritaria, puesta
de resalto en los pronunciamiento de jornadas y congresos científicos, ha sido siempre y
reiteradamente, la de propiciar la unificación de los regímenes sobre responsabilidad
contractual y extracontractual”.
Producido el daño, o constatada su materialidad, para que el mismo tenga efecto jurídico,
es necesario determinar si existe un causante a quien se pueda atribuir posteriormente la
calidad de autor. Causante, es el sujeto que realizó una acción u omitió actuar cuando
estaba obligado y con ello finalmente produjo o desencadenó el resultado dañoso (daño).
Este resultado configura un cambio en el mundo exterior o la falta del cambio que era
esperado y mandado por el Derecho; esto es, constituyen la afectación del bien jurídico.
La conducta acción causante del resultado se vinculan ente sí a través de una relación o
nexo causal en virtud del cual se habla de relación de causalidad en el Derecho de daños o
responsabilidad civil. Es en razón a esta relación de causalidad que se dice que el resultado
adquiere la calidad de efecto de la acción, a la vez que la acción adquiere la calidad de causa
de éste. Mediante esta relación de causalidad se discrimina a las acciones o personas que,
a pesar de haber tenido alguna participación en la producción del daño, no resultan
vinculadas jurídicamente, precisamente porque no existe una relación de causalidad entre
su acción específica y el resultado dañoso producido.
La relación de causalidad ha experimentado un proceso de evolución considerable,
inicialmente estuvo relacionada estrechamente con el concepto naturalista de la acción
que imperaba en las postrimerías del siglo XIX. En la actualidad ha experimentado una
orientación normativa, a partir de la cual sus conceptos contenidos y estructura, se
determinan en función de criterios jurídicos. En el derecho penal igualmente se ha
producido esta evolución especialmente para la teoría de la causalidad. La causalidad en el
sentido jurídico es algo distinto a la causalidad en el sentido de las ciencias naturales217.
“Por tanto, el análisis causal de la responsabilidad no se basa en el orden natural de causas
sino en la voluntad de la ley”218. Es en este sentido que en ciertos casos la relación de
causalidad, para el derecho, no está determinada por la causalidad natural, sino que el
ordenamiento jurídico establece qué hechos o situaciones antecedentes deben tenerse
como causas de un resultado jurídicamente relevante. Incluso en ciertos casos es la propia
ley la que determina quiénes son los responsables, aun cuando no sean causantes; tal es el
caso de los responsables vicarios como los empleadores o los representantes de incapaces
1. TEORÍA DE LA CAUSA PRÓXIMA.
Para esta teoría sólo será causa, aquélla que es próxima en el tiempo a la producción
del resultado, las otras solamente serán condiciones. Toma en cuenta sólo las causas
inmediatas y directas. Esta teoría tuvo bastante influencia en nuestro Derecho civil,
incluso en el Código Civil de l984 aparece consagrada en su artículo 1321°, donde se
indica que el resarcimiento por la inejecución de la obligación o por su cumplimiento
parcial, tardío o defectuoso, comprende tanto el daño emergente como el lucro
cesante, en cuanto sean consecuencia inmediata y directa de tal inejecución. En este
sentido se asume que en nuestro ordenamiento jurídico se ha plasmado la teoría de la
causa próxima para el caso de la responsabilidad contractual; aun cuando para la
responsabilidad extracontractual se ha consagrado la teoría de la causa adecuada. Se
critica duramente a esta teoría porque tiende una cortina de humo que hace imposible
determinar la responsabilidad de quienes se encuentran detrás del agente inmediato
del daño, por lo que en el tema que nos ocupa no tiene aplicación.
Según Taboada, refiere que hay conductas típicas y atípicas. Las primeras están contenidas en
hechos normativos y las segundas están en abstracto, siempre y cuando contravenga el espíritu
del ordenamiento jurídico. A su vez refiere que para la responsabilidad contractual9, existe una
obligación legal de indemnizar, de la cual, la conducta que la ha generado siempre será típica
pues implica un incumplimiento total, parcial, defectuoso, tardío o moroso. (Taboada, 2013).
Sin embargo cuando hablamos de la responsabilidad extracontractual, las conductas que la han
generado serán típicas y atípicas, es decir se aplicara un sentido amplio que fluyen de los
artículos referidos a esta materia. Es decir que en este tipo de responsabilidad hay una carta
abierta para que cualquier tipo de conducta que dañe o cause un perjuicio a un particular será
susceptible de indemnización. Al respecto los artículos 1969 y 197010, nos remiten a su espíritu.
Dicho esto, Taboada refiere que la responsabilidad extracontractual tiene ambos tipos de
conductas, la típica y la atípica, regulados, que además incluirían las conductas típicas
legalmente reguladas en la responsabilidad civil contractual. (Taboada, 2013).
3.1. DEFINICIÓN
Proviene del latín damnum y en términos generales puede concebirse como un detrimento,
menoscabo, lesión o perjuicio que sufre un sujeto sea en su integridad personal o en su
patrimonio.
El caso sería distinto si se manda hacer un traje de novia para una fecha determinada, y este es
entregado al día siguiente del evento, es claro que existe una afectación al interés del acreedor,
por lo cual, luego de efectuar el juicio de responsabilidad, sería pasible de responder civilmente.
En ese sentido, tal cual lo adelantamos en los apuntes preliminares, existirá un ataque al interés
protegido, y se configurará el daño a partir de las consecuencias negativas que se deriven del
evento, ya sea porque se afecta el interés en sí o se afecta el bien mismo, por lo tanto, en
términos de responsabilidad civil debe responder por el daño causado; sin embargo, es
importante también indicar que no todo daño es indemnizable, porque para que esto se
produzca, tienen que existir factores de atribución, o un elemento adicional para que proceda
ello, ya sea mediante el dolo o culpa o mediante una actividad riesgosa o peligrosa.
3.2. REQUISITOS
En doctrina se señala que el daño puede estudiarse como un fenómeno de la realidad o como
un fatto giuridico. En el primer supuesto se entiende en sentido amplio como cualquier
perjuicio o alteración de una situación favorable.
En cambio, para ser calificado como parte del supuesto de hecho complejo que genera la
responsabilidad, es necesario que cumpla ciertos requisitos como la certeza, su subsistencia y
la especialidad del mismo.
Respecto a lo primero, se realiza una constatación preliminar en los hechos, es decir, el evento
dañoso y las consecuencias negativas del mismo deben haber acaecido y ser actuales, por lo
que se deja de lado supuestos hipotéticos del mismo.
Así también en aquellos supuestos en los cuales el perjuicio implícito no haya ocurrido, sin
embargo, genera otro daño, también estaremos frente a un caso de certeza del mismo. Por
ejemplo, que se escape un perro y amenace a una anciana, justo cuando la va a atacar, el dueño
con un grito lo detiene, pero la señora del susto retrocede, tropieza y cae produciéndose la
fractura de su brazo.75 No cabe duda que nos encontramos frente a un daño cierto.
Asimismo, no debe haberse resarcido los daños previamente, es decir debe subsistir, toda vez
que lo que se busca en general en la responsabilidad civil es la reparación de la víctima, mas no
así el enriquecimiento de la misma a propósito del daño. Así, por ejemplo, si producto de un
choque automovilístico se generan daños sólo de índole patrimonial y el seguro cubre todos los
gastos del mismo, se ha eliminado en los hechos las consecuencias negativas del evento
dañoso, por lo que no podría considerarse al daño como subsistente.
Finalmente, se requiere que el daño sea especial, es decir, que las consecuencias negativas del
mismo deben afectar a un sujeto de derecho -en forma individual o en forma colectiva- titular
de un interés tutelado.
3.3. Clasificaciones.
Tradicionalmente se ha clasificado al daño en patrimonial y no patrimonial. Con el primero se
hace referencia a aquel daño que incide en el patrimonio económico de las personas
menoscabando la situación del perjudicado. En cambio, con daños no patrimoniales se denota
aquellos que no pueden ser valorados patrimonialmente.
Así pues, en Alemania se adopta tal distinción Vermögensschaden –daño patrimonial- y nicht
Vermörgensschaden –daño no patrimonial. LARENZ hace la distinción entre daño material –
entiéndase como patrimonial- y daño inmaterial –léase como no patrimonial. El primero es el
daño patrimonial que puede generarse directamente en forma de privación, destrucción,
menoscabo o deterioro de un bien patrimonial, o indirectamente, P.e., en forma de pérdida de
adquisiciones o de ganancias o de causación de gastos necesarios originados por el daño. Daño
inmaterial, en cambio, es el daño directo que alguien sufre en un bien de la ida (Vg. salud,
honor, etc.) que no puede ser valorado en bienes patrimoniales. De otro lado, respecto a los
daños denominados patrimoniales se hace la distinción entre daño emergente y lucro cesante.
El primero hace referencia a la disminución patrimonial que sufre el perjudicado como
consecuencia directa del daño. En cambio, el segundo se refiere a la frustración de todo aquello
que se ha dejado de ganar producto del acaecimiento del daño.
En sede extracontractual el Art. 1985 indica que “La indemnización incluye, el lucro cesante, el
daño a la persona y el daño moral, (…).”
CAPITULO IV
CAPITULO V
CONCLUSIONES:
3. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS: