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-Todos tratamos de sobornar nuestra voz, para que llame error o infortunio al pecado.
-Desde la primera generación romántica el artista renunció a ser voz de la sociedad para
convertirse en su juez.
-El escritor mediocre, durante los siglos XVII y XVIII, habla con la voz amena y grata de un
hombre bien educado. El escritor mediocre del XIX, o del XX, no es más que un literato
mediocre.
Hoy entre el genio y la plebe no hay más ya que una jerarquía de pretenciones.
-La verdad es una sonoridad peculiar a ciertas voces cuando ciertas evidencias la conmueven.
La verdad no yace ni en cualquier evidencia, ni en cualquier voz.
-La filosofía es el arte de equilibrar presiones divergentes. Filósofo es el que no teme alimentarse
de evidencias contrarias.
La filosofía es la polifonía de una solo voz.
-El vocablo usual es siempre preferible a sus sinónimos raros, pero un léxico preciso excusa
cualquier pedantería.
La exactitud verbal es cualidad estética, mientras que la rareza de una voz es hecho sociológico.
-Las grandes obras no tienen descendencia. Aun cuando sus limitadores sostengan lo contrario.
Sólo es fecundo el discurso balbuciente del cual se adueña, una voz soberana.
-Un solo concilio no es más que una sola voz en el verdadero concilio ecuménico de la Iglesia,
que es su historia total.
-Verdadero escritor no es el que nos perora con voz exótica de comensal pintoresco en un
encuentro casual, sino el que nos interpela con la voz misma con que nos hablamos en nuestra
soledad.
-La voz del escritor no ha perforado nuestra congénita sordera, mientras los fantasmas de
nuestros sueños no dialogan en su idioma.
- Al cabo de unos años, solo oímos la voz del que habló sin estridencias.
- No llamamos realidad la pesadilla cotidiana, sino esa alusión que aflora en la fugitiva voz de
un verso.
- Las únicas enseñanzas importantes son las que no puede transmitir sino el tono de la voz.
-Una voz ebria de dicha es dato que revela secretos sobre la substancia misma del mundo.
-Nunca debemos discutir con quiénes sólo son eco de otra voz.
-La prosa de César es la voz misma del patriciado: dura, sencilla, lúcida.
I
II VOZ
-Que digamos "verdad" donde se suele decir "belleza" es cosa que irrita a quienes temen
descubrir de que verdad la belleza es la voz.
-La voz que nos seduce no es la voz con que el escritor nace, sino la que nace del encuentro de
su talento con su idioma.
La persona misteriosa elaborada por el uso inconfundible de un lenguaje.
-La algarabía de las "explicaciones" calla, cuando una totalidad individual alza la voz.
-El mundo moderno, desde hace rato, modula la misma canción tediosa con voz cada vez más
ronca.
-La voz que estremece de júbilo a la bestia agazapada en el laberinto del alma es menos la que
despierta nostalgias de paraíso que la que invita a la insurreccíon satánica.
-La voz de dios no repercute hoy entre peñascos, truena en los porcentajes de las encuestas
sobre opinión pública.
-El tañido de un esquilón conventual penetra en zonas del alma en donde no llega una voz
campanuda.
-El demócrata exclama en voz alta: Vox populi vox Dei, y susurra en voz baja: quia populus
deus est.
-La realidad última no es la del objeto que la razón construye, sino la de la voz a que la
sensibilidad contesta.
-En lugar de callar debidamente en los parajes que ignora, el escritor suele elevar allí el tono de
la voz.
-Hay doctrinas que no son verdad sino cuando se profieren en voz baja.
II