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Informe

de la Constitución
Política del Estado
Plurinacional

Primera Parte

José Antonio Rojas Alba

2019
Para TTT e I porque son la razón de mis pasos
Índice

Palabras preliminares……………………………4

I. Pilares del Estado Plurinacional……………....8

1. Estado Plurinacional…………………...8
2. Administración central………………..12
3. Fundamentos-base………………….…17
4. Jerarquía normativa y
la reforma de la Constitución……………20
II. Derechos y garantías constitucionales……….25

1. Derechos fundamentales………………25
3. Derechos Civiles y Políticos……………29
3. Garantías……………………………….36
III. Derechos Sociales, Económicos
y Culturales……………………………………….43
1. Derechos al medio ambiente
y a la salud………………………………...43
2. Derecho al trabajo y al empleo………..47
3. Otros derechos sociales………………..50
4. Derechos a la educación
y a la cultura de las Naciones IOC………56
IV. Acciones de defensa
y de inconstitucionalidad………………………66
1. Acción de libertad…………………...67
2. Acción de amparo…………………...69
3. Acción de protección
a la privacidad………………………….70
4. Acción de cumplimiento
y popular………………………………..72
5. Acciones de inconstitucionalidad…...74
COLOFONES…………………………………..81

1. ¿Una interpretación posterior a la ley?


La construcción del discurso jurídico…82
2. En defensa del ‘Proceso de Cambio’ para
la opinión pública……………………..104
Palabras preliminares

A diez años de la promulgación de la Constitución del


Estado Plurinacional se presenta este Informe
desplegando cada una de sus partes. Después de ese
tiempo de vigencia el desarrollo legislativo
implementa las instituciones del Estado Plurinacional.
Porque la construcción plurinacional comienza un 7
de febrero de 2009 con su promulgación. El pasado
republicano es fuente Texto fundacional con las
agendas de las crisis de febrero y octubre de 2003. Y
está en directa relación con un comienzo de la lucha
social reciente de la Guerra del Agua de 2000.

En este Informe de la Constitución se expone la


Primera Parte de una forma exhaustiva. En forma
consecutiva se articulan cuatro partes expositivas
sobre la estructura constitucional. En el primero
Pilares del Estado Plurinacional se narra una síntesis
de la nueva organización política de Bolivia. Se
extiende en las funciones y atribuciones del nivel
central de la administración de gobierno. Entre los
valores y principios que la componen se caracteriza en
el marco del concepto resignificado de Estado
Plurinacional. El segundo capítulo Derechos y
garantías constitucionales introduce a los derechos
fundamentales y a los medios de su protección o
garantías constitucionales. El tercero Derechos
Sociales, Económicos y Culturales se organiza
ordenando una exposición de cada grupo de derechos.
Y el cuarto Acciones de defensa y de
inconstitucionalidad se despliega con la función de
complementaria en cada procedimiento a través del
Código Procesal Constitucional de 2012. Esta obra en
la parte final con el nombre de Colofones presenta dos
ensayos.
I. Pilares del Estado Plurinacional

1. Estado Plurinacional
A partir de la aprobación del texto de la Constitución
el 25 de enero de 2009, después de más de 180 años
de vida republicana, se da origen al nuevo Estado
Plurinacional. Se trata de una de esas jornadas
históricas del pueblo boliviano. A través de la
democracia participativa, el Referéndum, Bolivia
alumbra este texto fundamental. Indudablemente fue
el resultado del Proyecto final emanado por la
Asamblea Constituyente y compatibilizada, en mesas
de diálogo, de comisiones del Legislativo. Dentro de
esos procesos emerge una nueva terminología sobre la
nominación del Estado. No sólo se trata de un Estado
de Derecho sino de su reconceptualización sobre lo
comunitario e intercultural de ahí su carácter
Plurinacional. Por otro lado conserva su carácter
unitario y persigue un gobierno de las leyes con la
primacía de lo social. Y se proyecta hacia una mayor
descentralización administrativa, es decir,
autonómica.

El marco institucional de este Estado Boliviano


transforma todas las instituciones republicanas,
neocoloniales del pasado, con el fin de convivir dentro
de un pluralismo. Este implica el reconocimiento
institucional de las instituciones preexistentes, a nivel
político cultural y jurídico, al pasado colonial. A
través del gobierno del Presidente Evo Morales Ayma,
desde el año 2006 a la fecha, se reestructuran las
instituciones. Sin embargo no solo significa un
respaldo de los simpatizantes. Sino se trata de una
descolonización del pensamiento. Así se constituye la
pluralidad de los tiempos históricos ‒diría Zavaleta‒
de lo común y afín ante el colonialismo en un sentido
de solidaridad en la lucha por su liberación. Es la base
o sea sale de ese común atravesado de los tiempos
históricos para fundar este Estado. Bajo ese estandarte
de la patria profunda este Estado responde a criterios
de igualdad de sus habitantes. Y se constituye la
diversidad social entre las interjecciones no solo
económicas sino de autodeterminación política.
Porque propugna un conjunto de principios en base al
criterio de la Voluntad general del pueblo. Así el
horizonte para dirigir el Estado Plurinacional recae en
el axioma del ‘Vivir Bien’ o Suma qamaña. Esta voz
proviene del aymara y hace parte de sus premisas
culturales de forma que su espacio o territorio se
comprende ancestralmente en Bolivia. Un punto de
entendimiento de este horizonte cultural es la vida. Es
algo así como el fundamento de toda relación de los
sujetos con las cosas. No es otra cosa que una nueva
perspectiva de los sujetos con la Madre Tierra o
Pachamama por oposición al relacionamiento con el
argumento liberal. A diferencia de capitalismo, el
‘Vivir Bien’ propugna una relación ética más
comunitaria. Establece las directrices para una
convivencia en pro del reconocimiento del otro como
tal. En la metáfora de un análisis como el todo en sus
partes hay que anteponer esta otra lógica de una
totalidad con sentido propio, es decir, de una cultura
concreta. Se supera desde luego aquel singular
universal, para Edward Tylor, de una sola cultura
humana.

En el Estado Plurinacional contempla, pues, las


relaciones comunitarias en el sentido de la
articulación entre los seres humanos y la Naturaleza
como sujeto de derechos. Este es el reconocimiento
fundamental de las relaciones interestatales o
comunitarias. Toda vez que hacen parte de lo
‘Plurinacional’. De otra forma se antepone al Estado
capitalista en su lógica del consumo marcado por el
fetiche del capital monetario. Se confronta entonces la
lógica más conservadora de los grupos de poder
económico. Se entrecruzan los conceptos estatales de
lo plurinacional con una interculturalidad. Con la
inclusión interestatal de las naciones indígenas se
consolida aquella diversidad normativa. Su pilar está
en el interés superior de la sociedad con el fin de
acceder plenamente a los recursos administrados por
el Estado Plurinacional. Se establecen las condiciones
de igualdad ética entre gobernantes y gobernados en
base del bienestar. El Estado Plurinacional como los
fines de la sociedad boliviana inserta el
comunitarismo de las normas de las Naciones
ancestrales. El Estado Plurinacional contempla estas
interjecciones en oposición a otros entes estatales.

2. Administración central

A nivel central la Constitución de 2009 asume entre


sus pilares fundamentales el funcionamiento o
institucionalidad del gobierno. El eje de su autoridad
se establece sobre la nueva posición equilibrada e
igualitaria de las relaciones de poder. ¿Cómo se llama
a esta relación entre gobernantes y gobernados? Esta
etapa de igualitarismo se llama así gobernar
obedeciendo tomando la pauta de la Voluntad de las
mayorías. De esta manera atraviesa este pilar por la
organización del resto de entidades interestatales. Y se
supeditan a las competencias de alcance
constitucional. En base a esta articulación de la
Constitución que comienza el 7 de febrero de 2009 se
materializa esta institucionalidad. La conducción del
gobierno a través de estos niveles del Estado consolida
el texto constitucional. En ese sentido el nuevo Estado
boliviano se establece a partir de la consolidación en
la “gestión pública” dentro de las instituciones
establecidas (Cf. D.S. N° 29894, 2009a: art. 1).
Entonces las funciones del Gobierno central se
establecen desde la cabeza, o sea, la “Presidencia,
Vicepresidencia y Ministerios” (2009a: art. 6, a).

Y dentro de estas funciones se encuentran


“competencias privativas, exclusivas, concurrentes y
compartidas” atribuidas a la tuición central del Estado
(Cf. 2009a: art. 7 II). Se regulan dentro de la Tercera
Parte y en el Capítulo Octavo de la Constitución de
2009. Entre las definiciones comienzan con las
competencias de carácter privativo del Estado “cuya
legislación, reglamentación y ejecución no se
transfiere ni delega” (Constitución Política del
Estado, 2009b: art. 297-1). Por su parte las
“exclusivas” se establecen sobre determinado órgano
ejecutivo en la escala interestatal (Cf. 2009b: art. 297-
2). En un tercer lugar se encuentran las competencias
“concurrentes” determinadas por la participación del
Estado central en interrelación con los otros entes
infraestatales (Cf. art. 297-3). Finalmente se
comprende a un último grupo dentro de las
competencias, a través de una disposición legal base
generada por la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Se trata de las competencias “compartidas […] cuya
legislación de desarrollo corresponde a las entidades
territoriales autónomas” (art. 297-4). El sistema
gubernamental se instaura en la representación
“democrática participativa […] y comunitaria” (art.
11 I). Para este sistema político plurinacional la
formas democracia se regula mediante la Ley
Electoral. A través de la Ley del Régimen Electoral y
la Ley del Órgano Electoral Plurinacional se
consolida el alcance de la forma de democracia de este
tipo de Estado.

Principalmente esta nueva visión sobre lo


plurinacional incorpora nuevas disposiciones de los
procesos de autoderminación política con el límite de
la Constitución. Y se da la potestad “[d]ada la
existencia precolonial de las naciones y pueblos
indígena originario campesinas” (art. 2). Es un
proceso descentralizador del Estado a nivel de los
territorios de estos pueblos. Se establece su
“autonomía, autogobierno y reconocimiento de sus
instituciones” (art. 2). Un precepto a tomar en cuenta
por el nuevo texto constitucional es el carácter
constitutivo de composición del Estado Plurinacional.
Principalmente la nueva disposición genérica de
pueblo es resignificada1 de su sentido tradicional.
Continuando con los lineamientos del Estado
Plurinacional disponen los arts. 4 y 5 un pluralismo
religioso2 y cultural con reconocimiento lingüístico
las naciones IOC3.

1
En esta parte “[l]a nación boliviana está conformada por la
totalidad de las bolivianas y los bolivianos, las naciones y
pueblos indígena originario campesinos, y las comunidades
interculturales y afrobolivianas que en conjunto constituyen el
pueblo boliviano” (art. 3).
2
Sobre el reconocimiento del Estado Laico se “respeta y
garantiza la libertad de religión y de creencias espirituales, de
acuerdo a sus cosmovisiones. El Estado es independiente de la
religión” (art. 4).
3
De ahora en adelante se abrevian el término Naciones indígena
originario campesinas por ‘IOC’.
Sin embargo el alcance de la Constitución sitúa la
funcionalidad de aquella forma de democracia
plurinacional. Se encuentran sus variables en las
formas “[d]irecta y participativa” que regulan los
siguientes procesos de convocatoria ciudadana (Cf.
art. 11 II-2). Se encuentran, por ejemplo, el referendo,
la iniciativa legislativa ciudadana, la revocatoria de
mandato, la asamblea, el cabildo y la consulta previa”
(art. 11 II-2). En ese orden se encuentra la democracia
“[r]epresentativa” conservando su finalidad en el voto
(Cf. art. 11 II-2). Por otro está la democracia
“[c]omunitaria, por medio de la elección, designación
o nominación de sus autoridades y representantes”
propias del lugar (Cf. art. 11 II-3). En la propia
regulación de este nuevo Poder Público4 Plurinacional
se constituyen “los órganos Legislativo, Ejecutivo,
Judicial y Electoral” (art. 12 I). Incluidas en las partes
interestatales se incluyen a las entidades “de Control,

4
En el marco de este articulado “[l]a organización del Estado está
fundamentada en la independencia, separación, coordinación y
cooperación de estos órganos” (art. 12 I).
Defensa de la Sociedad y del Estado” (art. 12 II). Se
incorporan específicamente estas instituciones del
Control de Constitucionalidad y a la Contraloría
General del Estado. Por otro en la defensa de la
sociedad ingresan instituciones como la del Defensor
del Pueblo y el Ministerio Público. Y se incorpora
bajo el criterio de defensa del Estado nuevas
competencias para la Procuraduría General del
Estado. También se consolida el Estado Plurinacional
con la función pública de las Servidoras y Servidores
Públicos. Se encuentran sus atribuciones en la
Constitución ‒en la Segunda Parte Título V Capítulo
IV en los artículos 232 al 240‒ como la burocracia de
todo nivel estatal.

3. Fundamentos-base
Dentro del Capítulo Segundo de la Primera Parte, el
constituyente establece los principales principios y
valores del orden político plurinacional. El principio
inicial de este apartado se encuentra en la Voluntad
formalizada en los representantes. “La soberanía
reside en el pueblo boliviano, se ejerce de forma
directa y delegada” (art. 7). A través de esta prelación
se estructuran en torno al Estado Plurinacional una
clasificación distinta de “principios ético-morales”
(art. 8 I). En el parágrafo I de este artículo se
establecen el ama qhilla, ama llulla, ama suwa
quechua. Y se articula el suma qamaña aymara con el
ñandereko, teko kavi, ivi maraei y qahapaj ñan. En
conjunto estos principios componen lo plurinacional
reconocido por el constituyente. Y se dispone de inicio
por la Constitución e implicando así un conjunto
plural de preceptos con la concurrencia distribuida
sobre un centro que es el ser humano. La relación del
Estado con la sociedad boliviana se entabla en
complementariedad. Debe incluir a la Madre Tierra
como sujeto de derechos. Esto delimita las relaciones
entre la administración pública plurinacional y la
población boliviana. En la segunda parte de este
artículo se establecen los valores5 del Estado
Plurinacional.

5
“El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad,
inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto,
complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad
de oportunidades, equidad social y de género en la participación,
En los siguientes artículos 9 y 10 la Constitución
Plurinacional promueve los “fines y funciones
esenciales del Estado” (art. 9). Se consolidan entonces
las instituciones para “[c]onstituir una sociedad justa
y armoniosa, cimentada en la descolonización” (art. 9-
1). Bajo esta premisa se lucha contra toda forma de
exclusión anteponiendo la dignidad de las personas
por su pertenencia principalmente cultural, lingüística
en del Estado. También se tienen como fines
“[g]arantizar el bienestar, el desarrollo, la seguridad y
la protección e igual dignidad de las personas, las
naciones, los pueblos y las comunidades” (art. 9-2).
En ese sentido el Estado debe “[r]eafirmar […] la
unidad del país y [g]arantizar el acceso de las personas
a la educación, a la salud y al trabajo” (art. 9-3 y 4).
Constituyen de esta manera otros fines a nivel de
promoción el “[g]arantizar el aprovechamiento
responsable y planificado de los recursos naturales”

bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y


redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien”
(art. 8 II).
(art. 9-6). Desplazando sobre este punto políticas
públicas destinadas al proceso de “industrialización”
adecuando los efectos en equilibrio con la Naturaleza
y la sociedad. En el marco de las relaciones
internacionales el Estado Plurinacional declara al
resto de la comunidad de Estados su opción
“pacifista” sobre la base de una igualdad (art. 10 I).
Pero en pleno derecho ‒a pesar de objetar cualquier
acción bélica‒ “se reserva el derecho a la legítima
defensa […]. Se prohíbe la instalación de bases
militares extranjeras” (art. 10 II y III). Bolivia esta
exenta de la intervención foránea, antecediendo la
permanencia de la DEA6 en el trópico cochabambino,
desde el 2006.

4. Jerarquía normativa y la reforma de la


Constitución

Se establece dentro de la Quinta Parte de su texto a la


Constitución como “la norma suprema del

6
DEA del inglés, es la Administración del Control de Drogas de
los EE.UU. de Norteamérica.
ordenamiento jurídico” (art. 410 II). La primacía de la
Constitución eleva jurídicamente el rango de esta
norma del país sobre el resto de normas que rigen el
orden jurídico. Toda autoridad, política administrativa
o judicial, está obligada en acatar esta disposición de
manera preferente a las demás normas legales. Y estas
se deben aplicar a otras de un rango inferior. Se
protegen y resguardan aquellos elementos de base, por
ejemplo los derechos fundamentales, evitando su
vulneración dentro del orden jurídico.

En cuanto a su aplicación no se requiere de otras


normas en grado inferior. Se contempla en el marco
del artículo 410 obediencia al mandato de la
Constitución. Está sujeta a aquella disposición toda
persona natural o de existencia legal privada o pública.
En cuanto al “bloque de constitucionalidad” está
conformado por todos aquellos instrumentos
internacionales suscritos por el Estado. Tienen objeto
sobre todo en los sistemas universal y regional de
protección “de Derechos Humanos” (art. 410 II). Se
tiene, por otro lado, vigencia una jerarquía en el orden
jurídico a partir de “las competencias de las entidades
territoriales” (art. 410 II). En primer lugar debe
aplicarse en todo el territorio del Estado:

[la] Constitución Política del Estado. Los


Tratados internacionales. Las leyes
nacionales, los estatutos autonómicos, las
cartas orgánicas y el resto de legislación
departamental, municipal e indígena. Los
decretos, reglamentos y demás resoluciones
emanadas de los órganos ejecutivos
correspondientes (art. 410 II-1 al 4).

También esta última parte establece el proceso de


Reforma de la Constitución en este Título Único.
Comienza primero el proceso de “la reforma total”
sobre todo el Corpus constitucional debido a las bases
o pilares que hacen a su contenido (Cf. art. 411 I). Se
convoca para ese fin a “una Asamblea Constituyente
originaria y plenipotenciaria” (art. 411 I). Se la
convoca mediante un “referendo” en función a la
organización en un determinado porcentaje del padrón
electoral (Cf. art. 411 I). También puede convocarla el
Legislativo con un número mayoritario de sus
representantes en total. El primer Mandatario tiene la
potestad para convocarla como representante del
Órgano Ejecutivo. “La Asamblea Constituyente” está
dirigida a establecer una nueva Constitución dentro
del sistema de mayorías establecidas entre los
asambleístas (Cf. art. 411 I). Dentro del parágrafo II
de este artículo se establece la reforma parcial. Se
advierte una salvedad en la emisión de una “ley de
reforma constitucional” sancionada por el Legislativo
(Cf. art. 411 II).
II. Derechos y garantías constitucionales

1. Derechos fundamentales

Corresponde al Título II de la Primera Parte de la


Constitución, en su Capítulo Primero, el desarrollo de
los derechos y garantías establecidos por este texto. Se
asumen que el conjunto de estos “son inviolables,
universales interdependientes y progresivos” (art. 13
I). Recaen los compromisos del Estado para la
difusión y principalmente vigencia plena de aquellos.
Asimismo este artículo señala que en el
reconocimiento de derechos fundamentales “no serán
entendidos como negación de otros derechos no
enunciados” (art. 13 II). El grupo de derechos
consagrados en esta Constitución son iguales sin
alguna subordinación o jerarquización. Los derechos
humanos “ratificados por la Asamblea Legislativa
Plurinacional” se asumen plenamente procedentes de
Tratados (Cf. art. 13 IV, II; conc. arts. 109, 256 y 410
II). El Estado boliviano reconoce a las personas
naturales la “personalidad y capacidad jurídica con
arreglo a las leyes” (art. 14 I). Dentro de este mandato
la Constitución establece sanciones en un plano
correctivo y posteriormente penal a todo acto de
discriminación. En ese sentido este artículo dice:

[e]l Estado prohíbe y sanciona toda forma de


discriminación fundada en razón de sexo,
color, edad, orientación sexual, identidad de
género, origen, cultura, nacionalidad,
ciudadanía, idioma, credo religioso,
ideología, filiación política o filosófica,
estado civil, condición económica o social,
tipo de ocupación, grado de instrucción,
discapacidad, embarazo, u otras que tengan
por objetivo anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio, en
condiciones de igualdad, de los derechos de
toda persona (art. 14 II).

La función del Estado es la de preservar estas


condiciones de igualdad de las personas naturales y
jurídicas a partir de la Constitución y del Bloque de
Constitucionalidad. Aparece la proposición también
de aquello que no se prohíbe ni sea “obligado” por las
leyes está por defecto permitido para las personas (Cf.
art. 14 IV). Las personas naturales o jurídicas y
extranjeros en el territorio se sujetan a la legislación
boliviana. Los últimos dentro del “territorio boliviano
deben cumplir los deberes establecidos en la
Constitución, salvo las restricciones que ésta
contenga” (art. 14 VI).

Bajo estas condiciones se encuentran en este lugar de


la Constitución los derechos fundamentales y sus
garantías. Como primer punto se establece el “derecho
a la vida y a la integridad física, psicológica y sexual”
(art. 15 I). La garantía para estos derechos prohíbe
todo tipo de “tortura, desaparición” (arts. 15 I, IV y
114 I). Se establecen acciones afirmativas, como
garantías, para grupos vulnerables como son las
mujeres. En cuanto a la integridad física y psicológica
se prohíbe “la esclavitud, servidumbre y trata” de las
personas (Cf. art. 15 V). A la vez se establece el
“derecho al agua y a la alimentación” (art. 16 I). El
Estado se obliga a “garantizar la seguridad
alimentaria, a través de una alimentación sana,
adecuada y suficiente para la población” (art. 16 II).
Este apartado consagra íntegramente el “derecho a
recibir educación” en el marco del horizonte
plurinacional y comunitario (Cf. art. 17 conc. arts. 77
al 97). Continúa el listado de derechos fundamentales
con el “derecho a la salud” (art. 18 I). Es obligación
de cualquiera de los niveles del Estado brindar el
acceso oportuno de este derecho. Y el Estado regulara
su acceso a todas las personas a través del “sistema
único de salud” (art. 18 III). Entre estos derechos de
máximo interés se incluye al “derecho a un habitad y
vivienda adecuada” en a favor de las personas y de la
colectividad (Cf. art. 19 I). Dentro de ese objetivo, se
generan políticas dirigidas por el Estado sobre
proyectos ‒con prioridad en las zonas más
pauperizadas‒ de “viviendas de interés social” (art. 19
II). Y está constitucionalizado el “derecho al acceso
universal y equitativo a los servicios básicos” (art. 20
I). Este derecho fundamental cubre esa dimensión de
acceso para todas las personas con la intermediación
regulativa del ente estatal. La distribución de estos
servicios se regula a través de personas jurídicas de
derecho público. Se trata de sociedades “públicas,
mixtas, cooperativas o comunitarias” (art. 20 II).
También se prevé la participación de “la empresa
privada” en el suministro de algunos servicios (Cf. art.
20 II). La novedad de esta parte de la Constitución
consiste en declarar derechos “el acceso al agua y
alcantarillado” evitando cualquier tipo de
compraventa (Cf. art. 20 III; conc. arts. 373 al 377).

2. Derechos Civiles y Políticos

Están incluidos los Derechos Civiles y Políticos


dentro del Capítulo Tercero del Título II en la Primera
Parte de esta Constitución. Comienzan los Derechos
Civiles en la Sección I. Y otorgan estos primeros
derechos concernientes a la personalidad a “[l]as
bolivianas y bolivianos” (art. 21). En una primera
etapa se regulan derechos inherentes a la condición de
los seres humanos a la garantía de su vigencia por
parte del Estado. Entre las inclusiones desde la idea de
plurinacionalidad se encuentra “la autoidentificación
cultural” (art. 21-1). Se recogen los derechos de corte
liberal reconociendo en su generalidad los siguientes
dentro de este artículo:

A la privacidad, intimidad, honra, honor,


propia imagen y dignidad. A la libertad de
pensamiento, espiritualidad, religión y culto,
expresados en forma individual o colectiva, en
tanto en público como en privado, con fines
lícitos. A la libertad de reunión y asociación,
en forma pública y privada, con fines lícitos.
A expresar y difundir libremente
pensamientos u opiniones por cualquier medio
de comunicación, de forma oral, escrita o
visual, individual o colectiva. A la libertad de
residencia, permanencia y circulación en todo
el territorio boliviano, que incluye la salida e
ingreso del país (art. 21-2 al 7).

El respeto por “[l]a dignidad ‒humana‒ la libertad” se


protejen plenamente por el ordenamiento jurídico (Cf.
art. 22). Se establece con sus características propias el
“derecho a la libertad y seguridad personal” (art. 23 I).
A partir de su composición se lo asume en la variante
de la libre circulación de la persona por el territorio
nacional. Sin embargo su restricción está facultada a
la autoridad competente bajo el criterio de la verdad
material o “verdad histórica” (art. 23 I). La
Constitución de 2009 proporciona sanciones de
carácter reparador destinadas a ciertas poblaciones
como la adolescente. El Estado debe priorizar el
resguardo de derechos de “[t]odo adolescente que se
encuentre privado de libertad” (art. 23 II). Se prevé
también dentro de este articulado las condiciones para
proceder legalmente a la restringir “la libertad” de la
persona (Cf. art. 23 III). En casos de flagrancia la
persona “podrá ser aprehendida por cualquier otra
persona, aun sin mandamiento” (art. 23 IV). Con la
privación de “libertad”, por autoridad competente, se
formalizan en estricta aplicación actos posteriores (Cf.
art. 23 V y VI). Entre las relaciones del Estado y sus
instituciones con las personas particulares, surgen
necesidades formalizadas principalmente a solicitud
de los últimos. Esta Constitución establece este
derecho bajo el nombre de “la petición de manera
individual o colectiva, sea oral u escrita, y a la
obtención de respuesta formal y pronta” (art. 24). Esta
Sección I termina con la protección a otro tipo de
medios de la persona para garantizar su resguardo. Por
ejemplo se prohíbe cualquier clase de allanamiento al
domicilio de las personas, a su correspondencia y
documentos y comunicaciones7. Se hace una
excepción “en los casos determinados por la ley para
la investigación penal” (art. 25 III). Dentro de este
parágrafo de Los Derechos Civiles y Políticos se
incorpora el derecho a la propiedad establecido en el
Capítulo Quinto y Sección IV. Bajo el principio de la
“función social” se regulan los límites de este derecho
(art. 56 I). Esta parte de la Constitución además
incorpora otros elementos de este derecho. Se
incorporan disposiciones a partir de la utilidad del
“interés colectivo […] y la sucesión hereditaria” (art.
56 II y III). Además se califica una institución como
“[l]a expropiación” sobre la propiedad privada en
razones del principio de la función social de la
propiedad (Cf. art. 57).

7
Dentro de este artículo “[l]a información y prueba obtenidas
con violación de correspondencia y comunicaciones en
cualquiera de sus formas no producirá efecto legal alguno” (art.
25 IV).
También ingresan el otro grupo de Derechos Políticos
en el Capítulo Tercero de la Sección II. Esta parte
tiene como máxima uno de los principales derechos de
este grupo “a participar libremente en la formación,
ejercicio y control del poder político” (art. 26 I). Este
derecho a “[l]a participación será equitativa y en
igualdad de condiciones entre hombres y mujeres”
(art. 26 I). Sin embargo se establece democracia
intercultural en el marco de este texto constitucional y
de las Leyes del Régimen y del Órgano Electoral. A
partir de estas dos normas de materia electoral se
concibe la democracia “directa y participativa,
representativa y comunitaria” (Ley del Régimen
Electoral, 2010: art. 7). A su vez toda actividad
política debe estar sujeta a disposiciones
constitucionales y de “la ley” electoral (art. 26 II-1).
Se enmarcan en el derecho a la participación en
instancias políticas el “sufragio” para las ciudadanas y
ciudadanos (Cf. 26 II-2). Pero el texto constitucional
también recoge la ampliación de las formas de esta
participación. Por ejemplo en la designación de
postulaciones dentro de “la democracia comunitaria
[…] de los representantes de las naciones y pueblos
indígena originario campesinos” (art. 26 II-3 y 4). El
derecho en esta materia asiste a “[l]as bolivianas y los
bolivianos residentes en el exterior […] [l]as
extranjeras y extranjeros residentes” (art. 27 I y II).
También se prevé la pérdida de estos derechos para la
ciudadanía por las razones que se exponen con
autoridad pasada en cosa juzgada:

Por tomar armas y prestar servicio en fuerzas


armadas enemigas en tiempos de paz. Por
defraudación de recursos públicos. Por
traición a la patria (art. 28).

También el Estado recibe de los extranjeros


solicitudes a “pedir y recibir asilo o refugio por
persecución política o ideológica” a través de
Convenios internacionales (Cf. 29 I). De su parte el
Estado garantiza a los refugiados y asilados su
permanencia en el país. Bajo estos parámetros la
persona “no será expulsada o entregada a un país
donde su vida, integridad, seguridad o libertad
peligren” (art. 29 II). Se incluyen las disposiciones de
la Nacionalidad y Ciudadanía dentro del Título V de
la Primera Parte. Los artículos 141 y 142 tratan sobre
la nacionalidad en razón de origen o por radicatoria de
las extranjeras y los extranjeros. La nacionalidad “se
adquiere por nacimiento o por naturalización” (art.
141 I). Se los considera boliviana o boliviano por
nacimiento con sus excepciones8. Se concede la
nacionalidad por naturalización9 a los extranjeros “en
situación legal, con más de tres años de residencia
ininterrumpida en el país” (art. 142 I). Y la ciudadanía
‒establecida en el Capítulo II de este Título‒
constituye un derecho de “todas las bolivianas y todos
los bolivianos […] a partir de los 18 años de edad”

8
Las excepciones a la nacionalidad por nacimiento se establecen
para “Las hijas e hijos de personal extranjero en misión
diplomática; y las personas nacidas en el extranjero, de madre
boliviana o de padre boliviano” (art. 141 I).
9
Sobre el tiempo de residencia en Bolivia para la naturalización
de los extranjeros pasa a dos en los siguientes casos. “Que tengan
cónyuge boliviana o boliviano, hijas bolivianas o hijos bolivianos
o padres sustitutos bolivianos. Las ciudadanas y ciudadanas
extranjeras o los ciudadanos extranjeros que adquieran
ciudadanía por matrimonio con ciudadanas bolivianas o
ciudadanos bolivianos no la perderán en caso de viudez o
divorcio. Que presten el servicio militar en Bolivia a la edad
requerida y de acuerdo con la ley. Que, por su servicio al país,
obtengan la nacionalidad boliviana concedida por la Asamblea
Legislativa Plurinacional” (art. 142 II-1 al 3).
(art. 144 I). Como derecho político la ciudadanía
implica participar “como elector o elegible a la
formación y al ejercicio de funciones en los órganos
de poder público” (art. 144 II-1). A la vez permite
acceder al “derecho a ejercer funciones públicas” y
este derecho a la ciudadanía tiene sus límites y
cesaciones establecidas por esta Constitución (art. 144
II-2 y III).

3. Garantías

Las garantías en instancias judiciales, la Constitución


son previstas en el Título IV de la Primera Parte con
el nombre de Garantías Jurisdiccionales y Acciones de
Defensa. Dentro del Capítulo Primero se enuncia el
reconocimiento de los derechos nombrados por la
Constitución. A la vez establece que la relación de
[l]os derechos y sus garantías sólo podrán ser
regulados por la ley” (art. 109 II). Previamente ocupa
el Título III de esta Primera Parte el nomen de los
Deberes10. Volviendo al título de las garantías, se
somete a toda persona “a la jurisdicción y
competencia de las autoridades bolivianas” (art. 110
I). En tanto a la vulneración de los derechos
constitucionalizados recae sobre sus agentes directos
y otros en complicidad. Se establece entre las
garantías la imprescriptibilidad de tipos penales como
el “genocidio, de lesa humanidad” (art. 111). También
se garantiza la imprescriptibilidad de “[l]os delitos
cometidos por servidores públicos” (art. 112). El
fundamento está en el perjuicio para la economía del

10
En este artículo, “[s]on deberes de las bolivianas y los
bolivianos: Conocer, cumplir y hacer cumplir la Constitución y
las leyes. Conocer, respetar y promover los derechos reconocidos
en la Constitución. Promover y difundir la práctica de los valores
y principios que proclama la Constitución. Defender, promover
y contribuir al derecho a la paz y fomentar la cultura de paz.
Trabajar, según su capacidad física e intelectual, en actividades
lícitas y socialmente útiles. Formarse en el sistema educativo
hasta el bachillerato. Tributar en proporción a su capacidad
económica, conforme con la ley. Denunciar y combatir todos los
actos de corrupción. Asistir, alimentar y educar a las hijas e hijos.
Asistir, proteger y socorrer a sus ascendientes. Socorrer con todo
el apoyo necesario, en casos de desastres naturales y otras
contingencias. Prestar el servicio militar, obligatorio para los
varones. Defender la unidad, la soberanía y la integridad
territorial de Bolivia, y respetar sus símbolos y valores.
Resguardar, defender y proteger el patrimonio natural,
económico y cultural de Bolivia” (art. 108).
Estado. En relación con las personas se garantiza
frente a “[l]a vulneración de derechos” para los
damnificados una indemnización con los agravios a
reparar (Cf. 113 I). El Estado también es pasible de la
responsabilidad de resarcir. Entonces ejerce “la acción
de repetición contra la autoridad o servidor público
responsable” (art. 113 II). Continuando con las
garantías constitucionalizadas se reitera la prohibición
de “toda forma de tortura, desaparición,
confinamiento, coacción, exacción” contra la persona
(Cf. art. 114 I). La “violencia” en sus variantes frente
a los actos de la vida civil no tienen efecto alguno (Cf.
art. 114 II). Se establece la efectiva tutela judicial
dentro “del ejercicio de sus derechos e intereses
legítimos […] [y] el derecho al debido proceso” (art.
115 I y II). Entre las garantías de los acusados está “la
presunción de inocencia” considerando el beneficio
ante que nada de favorecer al reo (Cf. art. 116 I; conc.
arts. 121 I y 123). La reprensión del delito por parte
del Estado debe enmarcarse en la anterioridad de la
ley. Por este principio del juez natural11, “[n]inguna
persona puede ser condenada sin haber sido oída y
juzgada previamente en un debido proceso” (art. 117
I; conc. art. 122). A su vez se prohíbe la sanción o
juzgamiento “más de una vez por el mismo hecho”
(art. 117 II). Se prohíbe cualquier tipo de reclusión de
la persona “deudas u obligaciones patrimoniales” (art.
117 III). Se prohíbe toda forma de “muerte civil” y
otras formas como el destierro (Cf. art. 118 I). Se
establece como la sanción más severa la pena de
reclusión de “treinta años […] sin derecho a indulto”
(art. 118 II). El artículo 119 prevén la “igualdad”
dentro de las instancias judiciales (cf. art. 119 I). Y se
complementa en el marco del “derecho inviolable a la
defensa” (art. 119 II; conc. arts. 120 II y 121 II). Esta
parte de la Constitución termina con la numeración de

11
Por la garantía del juez natural “[n]adie sufrirá sanción penal
que no haya sido impuesta por autoridad judicial competente en
sentencia ejecutoriada. […] Toda persona tiene derecho a ser
oída por una autoridad jurisdiccional competente, independiente
e imparcial, y no podrá ser juzgada por comisiones especiales ni
sometida a otras autoridades jurisdiccionales que las establecidas
con anterioridad al hecho de la causa” (arts. 117 I y 120 I).
todas las causales del “delito de traición a la patria”12
(art. 124 I).

Continuando con los estados de sitio o excepción


están contemplados en el Capítulo Tercero del Título
IV de las Garantías jurisdiccionales. Se establecen
dentro de los artículos 137 hasta el 140. La finalidad
de los estados de excepción está en resguardar ante un
riesgo mayor. Se pone en peligro “la seguridad del
Estado, amenaza externa, conmoción interna o
desastre natural” (art. 137). Esta comunicación oficial,
la declara “la Presidenta o el Presidente del Estado”
sin menoscabar las garantías constitucionales (art.
137). La declaración de excepción, teniendo período
específico de duración, debe ser sujeta a su
“aprobación posterior por la Asamblea Legislativa

12
Son causales de la traición a la patria: “1. Que tome armas
contra su país, se ponga al servicio de estados extranjeros
participantes, o entre en complicidad con el enemigo, en caso de
guerra internacional contra Bolivia. 2. Que viole el régimen
constitucional de recursos naturales. 3. Que atente contra la
unidad del país. Este delito merecerá la máxima sanción penal”
(art. 124 I y II).
Plurinacional”13 (138 I). El gobierno central asume la
responsabilidad por esa declaración frente a la
“Asamblea Legislativa Plurinacional” (art. 139 I). Se
prohíbe la vulneración de derechos en estos períodos,
podría decirse, extraordinarios “regulados por la ley”
(art. 139 III). Y dentro del estado de sitio sobre todo
el gobierno central está impedido de ejercer
prerrogativas “extraordinarias diferentes a las
establecidas por la Constitución” (art. 140 I). Esta
parte termina con prohibiciones de la concentración
del poder de un solo “órgano o persona” (art. 140 II)
y de “la reforma a la Constitución” (art. 140 III).

13
El contenido de “[l]a aprobación de la declaración indicará las
facultades conferidas y guardará estricta relación y proporción
con el caso de necesidad atendida por el estado de excepción. Los
derechos consagrados en la Constitución no quedarán en general
suspendidos por la declaración del estado de excepción. Una vez
finalizado el estado de excepción, no podrá declararse otro estado
de excepción dentro del siguiente año, salvo autorización
legislativa previa” (art. 138 I y II).
III. Derechos Sociales, Económicos y Culturales

1. Derechos al medio ambiente y a la salud

Este otro grupo de derechos sociales y económicos se


establecen dentro del Capítulo Quinto del Título II. La
Constitución desarrolla estos derechos anteriormente
conocidos como progresivos. Su fuente está en el
Pacto Internacional de Derechos Sociales
Económicos y Culturales de 1966.

En la Sección I constitucional se encuentra el derecho


al medio ambiente. El Estado lo establece a partir de
un crecimiento equilibrado de “los individuos y
colectividades de las presentes y futuras
generaciones” (art. 33; conc. 342 al 347). Tiene
además amplia facultad cualquier persona, aparte de
las entidades públicas, “para ejercitar las acciones
legales en defensa del derecho al medio ambiente”
(art. 34; conc. arts. 135 y 136). La Sección II establece
al derecho a la salud y a la seguridad social. La salud
es parte de la agenda de prioridades en la planificación
de lo que se llama política institucional. Con la
promulgación de la Constitución se incorpora “el
acceso gratuito de la población a los servicios de
salud” (art. 35 I). Entre sus incorporaciones en toda
instancia estatal y privada, dentro del interés público,
se establece el “seguro universal de salud” (art. 36 I).
Y se incluyen las prácticas de “la medicina tradicional
de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos” (art. 35 II). La entiende el Estado para
una de las mayores prioridades como la “función
suprema y primera responsabilidad financiera” (art.
37). La relación de la función de asistencia14 de este
derecho y los bienes o patrimonio constituyen parte
solamente de la “propiedad del Estado” (art. 38 I).

14
En función a la asistencia, “[l]os servicios de salud serán
prestados de forma ininterrumpida” (art. 38 I).
Esta Constitución establece dos servicios de este
derecho. El primero es el “público y reconoce el
servicio de salud privado” (art. 39 I). También prevé
este artículo la responsabilidad profesional
relacionada con “acciones u omisiones negligentes”
(art. 39 II). La misión del Estado es la de profundizar
el acceso universal de este derecho, garantizando “la
participación […] y el acceso de la población a los
medicamentos” (arts. 40 y 41 I). Sobre los fármacos
o medicamentos, el Estado debe proveerlos y sin óbice
“genéricos […] por los derechos de propiedad
intelectual y comercialización” (art. 41 II y III). En
base al reconocimiento de las prácticas ancestrales, la
medicina de las naciones y pueblos IOC se compone
de la prioridad del Estado sobre este derecho. Así la
promueve el Estado rescatando “los valores de todas
las naciones y pueblos indígena originario
campesinos” (art. 42 I). Y se prevé la protección y
control de sus “saberes […] registro de medicamentos
naturales […] calidad de su servicio” (art. 30 II-9;
conc. art. 42 II y III). Los siguientes artículos 43 y 44
establecen la protección a la integridad de la salud de
la persona. Se establecen prohibiciones y bases para
“las donaciones o trasplantes de células, tejidos u otros
órganos […] sin su consentimiento” (arts. 43 y 44 I y
II). El artículo 45, último de esta sección, establece el
derecho a la seguridad social. La cobertura del
derecho a la seguridad social en “[s]u dirección y
administración corresponde al Estado, con control y
participación social” (art. 45 II). Entre otras
coberturas la seguridad social, encomendada a la
dirección del Estado, contempla los siguientes:

atención por enfermedad, epidemias y


enfermedades catastróficas; maternidad y
paternidad; riesgos profesionales, laborales y
riesgos por labores de campo; discapacidad y
necesidades especiales; desempleo y pérdida
de empleo; orfandad, invalidez, viudez, vejez
y muerte; vivienda, asignaciones familiares y
otras previsiones sociales (art. 45 III).

También se regulan en el marco de la seguridad social


“la jubilación […] derecho a la maternidad segura”
(art. 45 V). Por su parte el Estado establece el carácter
eminentemente público de la seguridad social. Tiene
por fin restringir cualquier tipo de medios
“privatizados ni concesionados” (art. 45 VI).

2. Derecho al trabajo y al empleo

Para esta parte de derechos, la Sección III establece el


derecho al trabajo y al empleo para las bolivianas y los
bolivianos. El primer artículo lo componen elementos
como el “trabajo digno, con seguridad industrial,
higiene y salud ocupacional” (art. 46 I-1). A la vez el
Estado garantiza este derecho con “una fuente laboral
estable […] protegerá en todas sus formas” (art. 46 II
y III). Es función del Estado impide por ley “toda
forma de trabajo forzoso u otro modo análogo de
explotación” (art. 46 III). La aplicación de este
derecho implica actividades lícitas como el
“comercio, la industria” (art. 47 I). Para pequeños
productores y trabajadores libres el Estado brinda “un
régimen de protección especial […] y fortalecerá las
formas comunitarias de producción” (art. 47 II y III).
La vigencia de las leyes de la materia se establece en
un conjunto de principios garantizando en todo caso
la favorabilidad para el trabajador. En la actividad
laboral se establecen “derechos y beneficios”
irrenunciables para las partes convenientes (Cf. art. 48
III). El cumplimiento en pago de estos beneficios
sociales es referente frente a “cualquier acreencia, y
son inembargables e imprescriptibles” (art. 48 IV).
Los derechos sociales, especialmente, del trabajo
incluye a las mujeres en esta relación. La premisa es
la igualdad garantizando “la misma remuneración que
a los hombres” (art. 49 V). La condición de “las
mujeres y de los jóvenes” en la aplicación de este
derecho se desarrolla protegiendo aspectos inherentes
a su persona y en función a la sociedad (Cf. 48 VI y
VII). En las relaciones laborales el Estado garantiza
“el derecho a la negociación colectiva” (art. 49 I). Las
actividades “laborales” son regidas por la ley sobre los
actos en el período de aquella y del conjunto de
beneficios sociales (art. 49 II). Se establecen
mecanismos destinados por parte del Estado a
proteger “la actividad laboral” evitando entonces la
violación de este derecho por los empleadores (Cf. art.
49 III). En del nivel central del Estado se establecen
instancias, como la jurisdicción ordinaria,
“emergentes de las relaciones laborales entre
empleadores y trabajadores” (art. 50). Todo
trabajador, de acuerdo con la Constitución y leyes
laborales, tiene el derecho de sindicalizarse con el fin
de proteger la estabilidad de su relación laboral. Para
el Estado se aplican a esta relación emergente una
serie de disposiciones garantizando la sindicalización.
El acceso a la “sindicalización” constituye un medio
de protección para los trabajadores siendo
independientes frente al Estado (Cf. art. 51). Otra de
las disposiciones de esta parte establece el
reconocimiento jurídico de los sindicatos. Y en razón
de sus activos y bienes se prevé la protección estatal y
no están sujetos a embargos de cualquier clase. Por
otro se establece el derecho al “fuero sindical” para su
dirigencia (Cf. 51 VI). Y además se garantiza una
agenda de intereses para los otros trabajadores
independientes. En reconocimiento al desarrollo del
país, el Estado reconoce derechos al empresariado
boliviano sobre su existencia y constitución. Así está
regulado “el derecho a la libre asociación
empresarial” (art. 52 I). De acuerdo con sus intereses
sectoriales, sus propiedades en común no son sujetas
a embargo y no pueden conculcarse. El alcance del
siguiente artículo protege “el derecho a la huelga”
acorde con la ley y otras disposiciones reglamentarias
(Cf. art. 53). Dentro de las políticas públicas el Estado
asume compromisos en esta área. Se promueven
planes destinados a crear y mejorar la calidad de
fuentes laborales. La relación jurídica resguarda la
propiedad de la industria, sea privada o estatal. A
favor del mantenimiento de sus empleos los
trabajadores, con el cierre del lugar del trabajo,
pueden reactivarla. Es deber del Estado asistir a este
grupo de trabajadores en tal acción. El último artículo
de esta sección afirma la protección al derecho al
“sistema cooperativo” (art. 55).

3. Otros derechos sociales

En el marco del Capitulo Quinto se encuentran otros


derechos sociales como los derechos de la niñez,
adolescencia y juventud en la Sección V. La
Constitución prevé la protección de esta parte
fundamental de la población dentro del marco de las
leyes. El Estado se compromete a desarrollar y
proteger el acceso “a su desarrollo integral” dentro del
resto de la población (Cf. art. 59 I). Este artículo
también dispone el entorno familiar de los niños y
adolescentes de dos tipos. Es de “origen y adoptiva”
la segunda está regulada por disposiciones de la
materia (Cf. art. 59 II). Este derecho también dispone
la igualdad de este grupo de menores de edad frente a
sus padres. Consecuentemente se incorporan
elementos concernientes a la personalidad de los
menores en relación a “la filiación respecto de sus
progenitores”15 (art. 59 IV). Se establecen
mecanismos garantizando la mayor inclusión de
derechos para la juventud. La Constitución dispone
“el interés superior” de todos los niños y adolescentes
en cuatro dimensiones (Cf. art. 60). Primero debe
garantizarse la plena vigencia de sus derechos. Se
prioriza su cuidado además de procurar su atención

15
“Cuando n ose conozcan los progenitores, utilizarán el apellido
convencional elegido por la persona responsable de su cuidado”
(art. 59 IV).
especial y se asiste en instancias judiciales de acuerdo
con la ley. El Estado protege a la niñez ante toda forma
de “violencia” (art. 61 I). En el marco de sus
prerrogativas procura la defensa de la niñez y de la
adolescencia prohibiendo “el trabajo forzado y la
explotación infantil” (art. 61 II). También se incorpora
en este Capítulo la Sección VI sobre los derechos de
las familias. “Las familias” están reconocidas dentro
de las estructuras sociales del país por parte del Estado
(Cf. art. 62). La base de la familia la conforma “el
matrimonio entre una mujer y un hombre” sobre
condiciones de igualitarismo entre ellos (Cf. art. 63 I).
Y además se reconocen a “las uniones libres o de
hecho” (art. 63 II) por personas heterosexuales
implican en los hechos al igual que la entidad marital.
Repercuten, como se dijo antes, dentro del vínculo de
la vida en común entre los cónyuges. Se vincula con
la propiedad en común y sobre la filiación. Se
atribuyen deberes para “[l]os cónyuges y
convivientes” entre sí y con su familia como la
manutención entre otros (art. 64 I). En plena vigencia
de los derechos de los menores se presume su
“filiación se hará valer por indicación de la madre o
del padre” (art. 65). Al margen de los derechos de las
familias, en la Sección VI, se encuentran los
“derechos reproductivos” (art. 66). Pasando a la
Sección VII se incorporan otros derechos sociales de
las personas adultas mayores. Se incorporan ‒desde el
artículo 67 al 69‒ elementos para la protección
efectiva de este derecho. La función estatal sobre este
derecho está vinculada con los otros derechos de la
prevención social. Se incluye una medida social, en
reconocimiento a sus servicios prestados, para “[l]os
Beneméritos de la Patria” (art. 69). En la siguiente
Sección VIII se encuentran los derechos de las
personas con discapacidad en los artículos 70 al 72. El
Estado debe, a través de medidas afirmativas, brindar
a esta población un conjunto de derechos y
requerimientos. Estas personas tienen el derecho “[a]
ser protegido por su familia y por el Estado” entre
otros16 (art. 70-1). La Constitución incorpora un

16
Se dispone por este artículo “[a] una educación y salud integral
gratuita. A una educación y salud integral gratuita. A la
comunicación en lenguaje alternativo. A trabajar en condiciones
adecuadas, de acuerdo a sus posibilidades y capacidades, con una
conjunto de medidas para proteger a este grupo de
personas. Se establecen penas de acuerdo a las
políticas destinadas a erradicar todo tipo de
“discriminación, maltrato, violencia y explotación a
toda persona con discapacidad” (art. 71 I). También
estas políticas institucionales se dirigen a adoptar los
medios necesarios a esta población de acuerdo a las
leyes y reglamentaciones. Y las Secciones IX y X
corresponden a los derechos de las personas privadas
de libertad. Y se concluye con el derecho de las
usuarias y los usuarios y de las consumidoras y los
consumidores. Comienzan los derechos de las
personas privadas de libertad la función represiva
sobre ellas precautelando su integridad. Se protege
bajo estas circunstancias las garantías judiciales de las
personas en estas condiciones. Se prevén los
mecanismos a nivel estatal destinados entre otros a “la
reinserción social” y acceso a la educación (art. 74 I).
A la vez el Estado regula el último derecho a partir de
criterios de la seguridad alimentaria:

remuneración justa que le asegure una vida digna. Al desarrollo


de sus potencialidades individuales” (art. 70-2 al 5).
[a]l suministro de alimentos, fármacos y
productos en general, en condiciones de
inocuidad, calidad, y cantidad disponible
adecuada y suficiente, con prestación eficiente
y oportuna del suministro. A la información
fidedigna sobre las características y
contenidos de los productos que consuman
servicios que utilicen (art. 75-1 y 2).

Por otra parte se regulan las vías de acceso de la


producción para garantizar a la población
consumidora principalmente la satisfacción de sus
necesidades. Se prohíbe toda restricción impositiva y
de aduana “en el territorio boliviano” con sus
salvedades (Cf. art. 76 II). No obstante se integra a
este conjunto de derechos sociales, bajo el Capítulo
Séptimo, “el derecho a la comunicación y el derecho
a la información” (art. 106 I). Al interior de este
artículo se disponen otros derechos en relación al
acceso a la comunicación. Se reconocen derechos en
específico para la función “de la prensa” garantizando
una reserva sobre sus fuentes en su actividad
periodística (Cf. art. 106 I). El artículo 107 obliga a
“[l]os medios de comunicación social” a la difusión de
disposiciones relacionadas a los fundamentos
ideológicos del Estado Plurinacional (Cf. art. 107 I).
Los contenidos de la información y criterios en estos
medios se ejercen en base a la verdad de los hechos y
principalmente a la autocensura de sus personeros. El
último de sus parágrafos promueve el funcionamiento
de la prensa comunitaria.

4. Derechos a la educación y a la cultura de las


Naciones IOC

Hace parte del Capítulo Sexto el derecho a la


educación, interculturalidad y derechos culturales. En
la primera Sección desarrolla este derecho en el marco
de las prioridades más esenciales de la gestión estatal
para la sociedad. La Constitución dispone entonces:

[l]a educación constituye una función


suprema y primera responsabilidad financiera
del Estado, que tiene la obligación
indeclinable de sostenerla, garantizarla y
gestionarla (art. 77 I).
El pueblo boliviano por medio de las instituciones está
facultado para velar por “el sistema educativo” en
todas sus etapas y a partir de ciertos principios (Cf. art.
77 II y III). El artículo 78 promueve una serie de
principios en relación directa con la educación en la
dimensión plurinacional. Promueve entre otras cosas
un eje de estos principios principalmente sobre la
descolonización17 en su planificación. Esta función
influye más principios sobre la patria. Y profundiza el
reconocimiento de la tradición de las naciones
preexistentes a la colonización. También en el proceso
de acceso a este derecho tendrá como propósito “la
formación integral de las personas” (art. 80 I). El área
de este derecho está enfocada en la construcción de un
pensamiento crítico. Con el reconocimiento de las
naciones IOC se despliegan otros aspectos de este
derecho. Se establece garantizando este derecho a las
personas, por el Estado, en el artículo 81. Es de
carácter obligatorio hasta “el bachillerato” (art. 81 I).
La educación entre las proyecciones dispuestas por el

17
“La educación es unitaria, pública, universal, democrática,
participativa, comunitaria, descolonizadora y de calidad” (art. 78
I).
Estado debe permitir a toda persona “plena igualdad”
(art. 82 I). La Constitución establece políticas
dirigidas a la población con “menos posibilidades
económicas” con apoyo y gestiones en la agenda de
las prioridades (Cf. art. 82 II). Corresponden al nivel
central y los otros niveles del Estado elaborar
directrices encaminadas a la profundización de este
derecho. El Estado implementa una nueva agenda de
políticas, por ejemplo, para “erradicar el
analfabetismo” (art. 84). Entre las acciones
afirmativas para grupos vulnerables y otros, se
establecen planes o programas de un currículo
“especial” (art. 85). En relación con el Estado Laico
prescribe el artículo 86 “la libertad de conciencia y de
fe de enseñanza en la religión” (art. 86). También es
reconocida la tradición y cosmovisión de los pueblos
ancestrales con preexistencia a la invasión colonial. Se
regula asimismo el derecho a la libertad religiosa de
las personas dentro del sistema educativo regular sea
público o privado. Este sistema prevé la existencia de
entidades “educativas de convenio con fines de
servicio social” con la regulación del sistema público
y coordinación de las iglesias (Cf. 87). Por otro lado
se contempla “el funcionamiento de unidades
educativas privadas” de acuerdo al marco establecido
para el currículo educativo público (art. 88 I). El
artículo 89 dispone la conformación de una entidad
estatal al margen del Ministerio de Educación con el
fin de llevar consigo auditorías a la gestión educativa.
La personalidad jurídica “de los institutos de
formación humanística, técnica y tecnológica” están
reconocidos (art. 90 I). Y su funcionamiento se regula
de acuerdo a la ley de la Educación. Se resalta en esta
parte la inclusión “de los programas educativos a
distancia” con el fin de promover el desarrollo
intelectual de la sociedad boliviana (Cf. art. 90 III). En
el despliegue de este derecho, se encuentra la Sección
II con el título de Educación Superior. Desde el
artículo 91 al 97 se hace un desarrollo de políticas
públicas y programas en función a esta dimensión del
derecho a la educación. El artículo 91 establece el
alcance de la educación superior en cuanto a la
regulación de las políticas de su promoción dentro de
la integración con los saberes ancestrales. Este nivel
superior18 se diseña su conformación “intracultural,
intercultural y plurilingüe” (art. 91 II). Dentro del
artículo 92 se establece el funcionamiento del sistema
universitario público en el marco de su autonomía
administrativa y política. Y se consolida su
funcionamiento a través de una entidad para
representar con el sistema de “la Universidad
Boliviana” (art. 92 II). El sector universitario se
financia a través del nivel central asimismo de los
niveles inferiores de administración de recursos. El
artículo 93 establece que el sector universitario
elabora planes de interacción social. Establece planes
y programas de estudios descentralizados en relación
ciudad y campo. Por otro se establece a iniciativa
estatal están regulados otras instituciones a nivel de
las comunidades indígenas. A la vez el artículo 94
regula el funcionamiento del sector privado en esta
área de la educación. Se regulan su constitución y
demás actividades “mediante decreto supremo” (art.

18
“La educación superior está conformada por las universidades,
las escuelas superiores de formación docente, y los institutos
técnicos, tecnológicos y artísticos, fiscales y privados” (art. 91
III).
94 I). Y no están autorizadas a emitir “[l]os títulos
profesionales con validez en todo el país” (art. 94 II).
El sector universitario público interviene en “todas las
modalidades de titulación” (art. 94 III). Este sector de
la educación es autosustentable a la administración
estatal de recursos. Se establecen ciertos lineamientos
en sus programas de interacción con la sociedad. El
sistema universitario dirige políticas dirigidas a la
difusión del conocimiento e idiomas nativos. Dentro
del artículo 96 se dispone la dirección de la
administración estatal sobre “el magisterio público”
(art. 96 I). Se prevé en los estudios docentes su
“actualización y capacitación pedagógica” (art. 96 II).
Se implementan principios en el marco del Estado
Plurinacional. En la última parte de esta Sección se
desarrollan los estudios en los centros de postgrado
con el fin de “la cualificación” de recursos humanos
(art. 97). Entre las funciones de la educación de los
postgrados se integran la “investigación científica”
dirigida a generar cambios y transformaciones en el
país (Cf. art. 97). Incorporando a la dimensión de la
educación, dentro de la Sección IV, se dispone sobre
la función “de la ciencia y la investigación científica,
técnica y tecnológica” en el país (Cf. art. 103 I). La
planificación y elaboración se establece la tuición
estatal en programas tecnológicos en áreas las de las
comunicaciones. En coordinación entre las
instituciones públicas y los pueblos ancestrales se dará
prioridad a proyectos sociales. Se prioriza el interés de
la sociedad en este campo interactivo “para fortalecer
la base productiva e impulsar el desarrollo integral de
la sociedad” (art. 103 III). La última Sección, en los
artículos 104 y 105, está dirigida al deporte y
recreación. Se establece como un derecho de toda la
sociedad y la función pública se dirige a su
financiamiento.

El derecho a la cultura de las naciones y pueblos IOC19


se desarrolla en la Sección III. El fundamento de aquel

19
El Capítulo Cuarto de la Primera Parte de la Constitución
dispone los derechos de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos. Constituye una nación o pueblo IOC
preexiste a la colonización en razón al territorio y rasgos
comunes de ser un grupo humano con cultura. “En el marco de
la unidad del Estado y de acuerdo con esta Constitución las
naciones y pueblos indígena originario campesinos gozan de los
siguientes derechos: A existir libremente. A su identidad cultural,
creencia religiosa, espiritualidades, prácticas y costumbres, y a
su propia cosmovisión. A que la identidad cultural de cada uno
de sus miembros, si así lo desea, se inscriba junto a la ciudadanía
boliviana en su cédula de identidad, pasaporte u otros
documentos de identificación con validez legal. A la libre
determinación y territorialidad. A que sus instituciones sean parte
de la estructura general del Estado. A la titulación colectiva de
tierras y territorios. A la protección de sus lugares sagrados. A
crear y administrar sistemas, medios y redes de comunicación
propios. A que sus saberes y conocimientos tradicionales, su
medicina tradicional, sus idiomas, sus rituales y sus símbolos y
vestimentas sean valorados, respetados y promocionados. A vivir
en un medio ambiente sano, con manejo y aprovechamiento
adecuado de los ecosistemas. A la propiedad intelectual colectiva
de sus saberes, ciencias y conocimientos, así como a su
valoración, uso, promoción y desarrollo. A una educación
intracultural, intercultural y plurilingüe en todo el sistema
educativo. Al sistema de salud universal y gratuito que respete su
cosmovisión y prácticas y prácticas tradicionales. Al ejercicio de
sus sistemas políticos, jurídicos y económicos acorde a su
cosmovisión. A ser consultados mediante procedimientos
apropiados, y en particular a través de sus instituciones, cada vez
que ser prevean medidas legislativas o administrativas
susceptibles de afectarles. En ese marco, se respetará y
garantizará el derecho a la consulta previa obligatoria, realizada
por el Estado, de buena fe y concertada, respecto a la explotación
de los recursos naturales no renovables en el territorio que
habitan. A la participación en los beneficios de la explotación de
los recursos naturales en sus territorios. A la gestión territorial
indígena autónoma, y al uso y aprovechamiento exclusivo de los
recursos naturales renovables existentes en su territorio sin
perjuicio de los derechos legítimamente adquiridos por terceros.
A la participación en los órganos e instituciones del Estado. El
Estado garantiza, respeta y protege los derechos de las naciones
y pueblos indígena originario campesinos consagrados en esta
Constitución y la ley” (art. 30 II y III). Los últimos artículos, 31
y 32, establecen derechos de otros pueblos indígenas
se encuentra sobre “[l]a interculturalidad” en la
relación de todo pueblo y organización social (Cf. art.
98 I). Es función estatal establecer directrices
destinadas al fortalecimiento “de culturas indígena
originario campesinas” (art. 98 II). A nivel de
protección del “patrimonio cultural del pueblo
boliviano” se regula su conservación prohibiendo su
enajenación (Cf. art. 99 I). Sobre el patrimonio
cultural las políticas están dirigidas en general a su
mantenimiento. Se consideran parte de este los
repositorios documentales e históricos y otro tipo de
yacimientos naturales. A la vez el siguiente artículo
100 reúne bajo la interculturalidad los conocimientos
y tradiciones de las culturas autóctonas. Se promueven
las artes y los conocimientos de la sabiduría popular.
Y se declara a ciertos lugares históricos como
“patrimonio cultural de la humanidad” (art. 101). Por
último se protegen en el artículo 102, de acuerdo a una
disposición especial, la autoría sobre la propiedad
intelectual mediante su registro.

incomunicados con el resto de la población y de las comunidades


afrobolivianas.
IV. Acciones de defensa y de inconstitucionalidad

Esta parte corresponde al Capítulo Segundo del Título


IV, con el nombre de Acciones de Defensa. Se
establecen cinco acciones de defensa de acuerdo a la
Constitución y al Código Procesal Constitucional.
Por otro lado se incluyen a las acciones abstracta y
concreta de inconstitucionalidad. Estas acciones son
la acción de libertad ‒sustituyendo al hábeas corpus‒
la acción de amparo constitucional, de protección de
privacidad. La Constitución de 2009 incorpora
además la acción de cumplimiento y la acción popular.
Se dispone el trámite en general de estas acciones de
acuerdo con el artículo 29 del Código Procesal
Constitucional. Este artículo dispone, exceptuando la
acción de libertad, que estos procesos ante la instancia
constitucional se interponen por escrito. De esta
manera los funcionarios administrativos del juez
unipersonal o colegiado elevaran “un acta que
contenga la relación de los hechos” (art. 29-1).

1. Acción de libertad

La Sección I del Capítulo Segundo comienza


explicando la naturaleza de esta acción. El elemento
incorporado en esta parte ‒que evocan los
accionantes‒ es la “vida” como un presupuesto para la
tutela del cuerpo colegiado de garantías
constitucionales (Cf. art. 125). También es un
elemento para su procedencia la persecución ilegal a
su persona. Esta parte prevé otro presupuesto de
vulneración del debido proceso e ilegal privación “de
libertad personal” (art. 125). El fin de la tutela de la
acción de libertad es por parte de estos tribunales20
restituir o precautelar los presupuestos de líneas
arriba. Su presupuesto tiene carácter sumarísimo. Una

20
La Constitución manda está de conocer acciones de libertad
“ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal” (art.
125) bajo esta prelación otros tribunales de garantías.
vez presentada la acción el tribunal competente
dispone al efecto el lugar y la fecha para realizar “la
audiencia pública” (art. 126 I). La prosecución de su
trámite establece la presencia de quien haya incoado
esta tutela constitucional “dentro de las veinticuatro
horas de interpuesta la acción” (art. 126 I). O cuando
el caso así lo mande se “dispondrá que la persona sea
conducida a su presencia o acudirá al lugar de la
detención” (art. 126 I). Por su lado la parte accionada
y otros terceros deben ser citados imperativamente de
acuerdo al procedimiento. Al tratarse de una acción de
tutela con mayor prioridad no puede suspenderse. Y a
falta de la parte accionada se establece “su rebeldía”
(art. 126 II). El resto de parágrafos disponen sobre las
resoluciones de los tribunales valorando presupuestos
de la acción. El siguiente artículo 127 establece el
cumplimiento, bajo apercibimiento de sanciones
penales, de tales resoluciones judiciales.
2. Acción de amparo

Dentro de la siguiente Sección II, se encuentra la


acción de amparo constitucional. Comienza esta parte
estableciendo la composición de elementos para
plantear la tutela judicial “que restrinjan, supriman o
amenacen restringir o suprimir los derechos” (art.
128). Su trámite se establece con el planteamiento de
parte del accionante o “por otra a su nombre con poder
suficiente” también se legitima a otros personeros del
Estado (Cf. art. 129 I). El tiempo para su interposición
es de un “máximo de seis meses” desde el momento
de la conculcación incoada o con la impugnación del
actuado final (Cf. art. 129 II). En los parágrafos III se
establece la relación procesal con la citación de la
parte accionada, con un “plazo de cuarenta y ocho
horas” después de su planteamiento (art. 129 III). Los
parágrafos IV y V establecen el contenido y el
acatamiento de las resoluciones de acuerdo a la
valoración de lo expuesto por las partes. Las
resoluciones de estas audiencias, sin que sean objeto
de incumplimiento inmediato, son revisadas. Se
dispone “ante el Tribunal Constitucional
Plurinacional en el plazo de veinticuatro horas
siguiente a la emisión del fallo” (art. 129 IV). En el
Código Procesal Constitucional se legitima a ciertas
personas y representantes para plantear esta tutela.
Están las personas naturales o colectivas con mandato
o sin él, los representantes de instituciones encargadas
de la defensa del Estado y de la sociedad. Se legitima
entonces al “Ministerio Público. La defensoría del
Pueblo. La Procuraduría General del Estado. La
Defensoría de la Niñez y Adolescencia” (art. 52). Esta
acción tiene un carácter de “subsidiariedad” con su
excepción o inmediatez dentro del parágrafo II (Cf.
art. 54).

3. Acción de protección a la privacidad

La siguiente Sección III dispone sobre el carácter y


trámite de la acción de protección de privacidad. En
sustitución del recurso de hábeas data esta acción
protege las restricciones contrarias a la ley para
acceder a plataformas de información. Esta acción
trata sobre el mecanismo efectivo de garantía de
ciertos derechos de la personalidad. El alcance de
protección de derechos se diferencia a la del amparo
constitucional en cuanto a la delimitación de aquellos.
Se articula la protección de esa acción sobre la
inviolabilidad de la documentación de las personas
con sus excepciones. La intervención del Estado debe
ser mínima, en una central concentrada. En su defecto
debe garantizar el derecho a la comunicación.
Contienen estas plataformas “datos registrados por
cualquier medio físico, electrónico” u otros (Cf. art.
130 I). El parágrafo II protege la fuente periodística
estableciendo su inviolabilidad. Tanto las personas
naturales como las colectivas están facultadas para
plantear esta acción. Los artículos 59 y 60 del Código
Procesal Constitucional establecen la legitimación
para plantear esta acción. Los causabientes de su
causante cuando se consideren vulnerados los
derechos “a la privacidad, imagen, honra y
reputación” (Código Procesal Constitucional, 2012:
art. 59-2). Y tienen esa legitimidad otros
representantes de entidades del Estado. De acuerdo
con su trámite la tutela de esta acción se remite a la
del “Amparo Constitucional” (art. 131 I). Con los
efectos de la declaración de procedencia se revela
corrige o se deja sin efecto la información objeto de
esta acción. Los parágrafos III y IV contienen las
etapas revisora y de resolución deben ser de
cumplimiento imperativo.

4. Acción de cumplimiento y popular

Las dos últimas Secciones V y VI corresponde a la


acción de cumplimiento y la acción popular. La
primera se establece con el fin de resguardar la
aplicación de la legislación “omitida por parte de
Servidoras o Servidores Públicos u Órganos del
Estado” (2012: art. 64). La procedencia de esta acción
está dispuesta a lo largo del artículo 134 en sus cinco
parágrafos. Su legitimación está atribuida a todas las
personas con mandato o sin él. Se interpone en
estrados de jueces y tribunales colegiados
competentes “y se tramitará de la misma forma que la
acción de Amparo Constitucional” (2009b: art. 134
II). Al igual que en las otras acciones de defensa, se
establecen las condiciones de la resolución en el acto
de realización de esta acción. La valoración de esta
resolución toma la exposición a cargo del accionante
y los informes de la parte accionada. Por insuficiencia
de esta última se ponderan los hechos expuestos de la
parte accionante. Los otros dos parágrafos IV y V
tiene cumplimiento obligatorio despachando la
resolución a la etapa revisora. Por su parte, en la
Sección VI, los artículos 135 136 constituyen la base
de la acción popular. La novedad que incorpora la
acción popular se establece en el marco de protección
de una nueva dimensión de derechos sociales. Estos se
relacionan con la protección medioambiental,
patrimonial y otros derechos debido a su destrucción
o alteración por cualquier persona o entidades
estatales. Su interposición se determina en del período
preexistente de afectación de estos bienes. La
interposición de esta acción es de carácter inmediato
y “no será necesario agotar la vía judicial o
administrativa que pueda existir” (art. 136 I). Se
legitima para plantear esta acción a todas las personas
por sí mismas o en representación de un movimiento.
Y obligatoriamente deben interponer las instituciones
encargadas de la defensa del Estado y de la sociedad.
Su trámite es subsidiario al de “la Acción de Amparo
Constitucional” (art. 136 II).

5. Acciones de inconstitucionalidad

Por otra parte este parágrafo desarrolla la acción de


inconstitucionalidad en Sección IV del Título IV de la
Constitución. Los artículos 132 y 133 constitucionales
se legitima a las personas naturales o jurídicas y
públicas para su presentación. Se legitima a las
personas en general perjudicadas “por una norma
jurídica contraria a la Constitución” (art. 132). El fallo
declarando inconstitucionales los preceptos “de una
ley, decreto o cualquier género de resolución no
judicial” tienen efectos derogatorios o abrogatorios
(Cf. art. 133). Se contemplan dos acciones de
inconstitucionalidad una abstracta y la otra concreta
de acuerdo con el Código Procesal Constitucional.
Están establecidas dentro del Título III ‒desde el
artículo 72 al 84‒ de la Ley N° 254 de 5 de julio de
2012. Por su parte las acciones abstractas impugnan
todo tipo de disposiciones del ordenamiento jurídico
sean “leyes, estatutos autonómicos, cartas orgánicas,
decretos” (2012: art. 73-1). Las otras acciones
concretas se establecen dentro de la vía “de un proceso
judicial o administrativo” (art. 73-2). Y el fallo
judicial o administrativa esté sujeto al marco
constitucional de las normas. Volviendo a la acción
abstracta, se legitima a las siguientes autoridades para
interponerla:

la Presidenta o Presidente del Estado


Plurinacional, cualquier miembro de la
Asamblea Legislativa Plurinacional, cualquier
miembro de las Entidades Territoriales
Autónomas, las máximas autoridades
ejecutivas de Entidades Territoriales
Autónomas, así como la Defensora o el
Defensor del Pueblo (art. 74).

La etapa de admisión de esta acción se relaciona con


el principio de informalismo en los procedimientos
constitucionales. Y las omisiones formales deben ser
aceptadas por la Comisión de Admisión del Tribunal
Constitucional Plurinacional. Y “podrán ser
subsanadas en el plazo que establezca el Tribunal”
(art. 75). Después de presentarla debe ser “[a]dmitida
la acción” con el fin de comunicar al ente generador
de esa norma (Cf. art. 76 I). Con el tiempo establecido
para su comunicación, se despacha a la sala que
corresponda para fallar en el período de “cuarenta y
cinco días siguientes” (art. 76 II). Esta resolución
emitida por el Tribunal Constitucional Plurinacional
debe fundarse ‒dice la Ley N° 254‒ sobre “la
vulneración de cualquier precepto constitucional” (art.
77). La resolución causa estado en relación a “la
constitucionalidad o inconstitucionalidad” de las
normas del ordenamiento nacional (art. 78 I). En ese
sentido la primera declaración imposibilita
nuevamente su recurribilidad. La segunda declaración
de una disposición legal o administrativa alcanza la
autoridad de ejecutoria. Sobre “[l]a
inconstitucionalidad total” causa efectos abrogatorios
de la norma recurrida (Cf. art. 78 II-3). Y “[l]a
inconstitucionalidad parcial” debe declarar la
derogatoria de una parte específica de la ley u otra
disposición normativa dejando en vigencia el resto
(Cf. art. 78 II-4). En la declaración de
“inconstitucionalidad” de disposiciones secundarias
de la disposición normativa se incluyen en la
declaración de base (Cf. art. 78-5). Por otro en la
acción concreta de inconstitucionalidad, en el
Capítulo Tercero del Título III de este Código, se da
legitimación a los jueces y otras autoridades. Se
demanda esta acción entonces “de oficio o a instancia
de una de las partes” (art. 79). En base a la resolución
en el plano jurisdiccional u otro se sujeta a la
interpretación constitucional. De acuerdo a su
planteamiento se establece ‒a pedido de las partes‒
ante las instancias correspondientes previamente
competentes. Y se comunica según el asunto al órgano
generador de la norma en cuestión con un período para
la respuesta. A la espera de su comunicación en el
plazo dispuesto por el artículo 80 II se decide o no
plantear este procedimiento constitucional.
Ingresando el procedimiento jueces u otras
autoridades elevan las resoluciones al órgano de
control de la constitucionalidad. Cuando jueces y otras
autoridades pasen a conocimiento del “Tribunal
Constitucional Plurinacional se realizará a efectos de
su revisión por la Comisión de Admisión” (art. 80 III).
El siguiente parágrafo establece la continuidad de la
causa ordinaria o administrativa en forma principal.
La improcedencia in limine pasa “en consulta al
Tribunal Constitucional Plurinacional, de oficio, en el
plazo de veinticuatro horas” (art. 80 IV). Se regula
este procedimiento limitando su interposición a “una
sola vez en cualquier estado de la tramitación del
proceso judicial o administrativo” (art. 81 IV). Se
prohíbe demandar con este trámite de puro derecho
sobre el resto de procedimientos establecidos en este
Código. Cuando esta demanda prosiga en su curso, en
carácter devolutivo, la causa ordinaria o
administrativa prosigue resolviéndose con el fallo. Lo
último debe esperarse “mientras se pronuncie el
Tribunal Constitucional Plurinacional” (art. 82). En la
etapa de revisión son examinados en su admisión y
denegando su trámite pasa a conocimiento de “la
Comisión de Admisión” para corroborarla o admitirla
(Cf. art. 83 II). Las resoluciones que pesan sobre esta
clase de procedimiento tienen “los mismos efectos
establecidos para la Acción de Inconstitucionalidad
Abstracta” (art. 84 I). Y se conmina, a consecuencias
penales, a “[l]as Servidoras y Servidores Públicos” a
cumplir estas resoluciones (Cf. art. 84 II).
COLOFONES
¿Una interpretación posterior a la ley?
La construcción del discurso jurídico

“… el Tribunal Constitucional Plurinacional aplicará como


criterio de interpretación
con preferencia, la voluntad del constituyente,
de acuerdo con sus documentos, actas y resoluciones,
así como el tenor literal del texto”
(Constitución Política del Estado, 2009: art. 196 II)

El presente ensayo tiene por objetivo discurrir sobre


la interpretación judicial como una creación del
Derecho. Para hablar de una interpretación
constitucional es necesario partir de un razonamiento
por discreción a nivel de la valoración judicial. La
decisión primero de un fallo judicial conforma
coherentemente una prosa de argumentos.

De esta relación anteriormente deriva por ejemplo la


literalidad en la argumentación de los jueces. En otras
palabras se dice del juez como la voz muda de la ley.
Asimismo Montesquieu en su célebre concepto de
división de los poderes, separa al Poder judicial como
neutro. No obstante a la vez conoce y decide hoy por
hoy sobre los variados incluyendo los políticos.

Y este artículo está compuesto de dos partes. Con ‘Las


principales interpretaciones jurídicas’ se muestran
los sentidos de la interpretación de tipo constitucional.
Y ‘La argumentación del discurso jurídico’ plantea la
forma de los razonamientos judiciales. En ese sentido
se identifica un razonamiento en el juez frente a un
problema concreto.
1. Las principales interpretaciones jurídicas

De esta manera, como antecedentes, surge la


‘Exégesis’ como un medio de entendimiento de la
norma en el sentido literal de su texto. Y el otro medio
se consolida por la voluntad del legislador. Uno de los
precursores de la exégesis de textos jurídicos es J.J.
Rousseau principalmente en la relación entre el
‘representante’ y la ‘ley’.

En este sentido, gran parte de la doctrina europea del


siglo XIX llega a un consenso sobre esta metodología
de la exégesis de textos. Y, ¿qué son las lagunas
jurídicas? En términos simples son vacíos en la
interpretación de una norma. “Se han inventado las
‘lagunas’ para hacer creer al juez que solo puede hacer
uso de su arbitrio, cuando el legislador no ha previsto
el caso concreto sometido a su conocimiento”
(Vallado, 1972: 135). En este punto no es suficiente la
simple exégesis de los articulados de la norma.
Originando el surgimiento de la denominada ‘Escuela
Libre del Derecho’, el juez puede buscar un
argumento razonable. Este tipo de investigación se
vincula a la aplicación de una lógica formal. Estos
argumentos fundamentan las obscuridades o lagunas
jurídicas, las contradicciones y las analogías. Y surge
en la reciente jurisprudencia constitucional una
‘integración’ de derechos. Así fija este precedente el
Tribunal Constitucional Plurinacional21 en la SCP
0121/2012:

Los derechos al uso, goce y disfrute, forman


parte del contenido esencial del derecho a la
propiedad, el cual es de aplicación directa, por
tanto, la negativa de desapoderamiento
realizada por autoridades judiciales en
ejecución de fallos, afecta el principio de
razonabilidad e implica la afectación de la
garantía de prohibición de limitación arbitraria
del derecho de propiedad (TCP T-I, 2015:
173).

Por otro están las otras versiones sobre la


interpretación judicial en la tradición alemana. En el
método histórico, para Carl von de Savigny, se
cuestiona la inamovilidad del Derecho. Y una nueva
‘Escuela de los Conceptos’, para Ihering, se valora en

21
De ahora en adelante se designa con la sigla ‘TCP’.
relación a la jurisprudencia. Pues las anteriores teorías
fueron objeto de refutación buscando en la realidad de
los fallos. Y llegando hasta Hans Kelsen, se forma de
una nueva interpretación constitucional genérica a una
concreta en la sentencia o simple voluntad del juez.
Para Kelsen atraviesa la jerarquía de la norma desde
lo genérico en el Texto de la Constitución. Pasando a
un segundo estrato de la ley está en sentido concreto.
Y los Decretos Supremos, Resoluciones y otras
forman la interpretación todavía más concreta. En esta
estructura de jerarquía kelseniana sitúa a las
sentencias en cuanto a la sola voluntad. En los Estados
Unidos de Norteamérica surge el movimiento del
‘Realismo jurídico’. Se denomina como el encuentro
de los textualistas vs los no textualistas. De ahí sale la
proposición que el juez debe resolver de conformidad
a su sana crítica. Tomando en cuenta los otros
conocimientos, este juzgador resuelve como puede.
Por ejemplo para Herbert L.A. Hart comprendiendo
los casos fáciles, no se los interpreta, se los subsume.
Y los casos difíciles se interpretan con una decisión
discrecional. En cambio, John Austin distingue en
Como hacer cosas con las palabras (2004) a los
‘constatativos’ de los ‘realizativos’. De esta forma se
traducen los ‘performativos’ con el objeto de
encontrar en la imposición de una falacia descriptiva,
o sea, reducir el lenguaje a los constatativos. ¿En qué
consisten los realizativos? Siguiendo a John Austin
los realizativos “se disfrazan” en las creaciones
lingüísticas (Cf. Austin, 2004: 48). En otras palabras:

[s]e pueden hallar expresiones que satisfacen


estos requisitos y que, sin embargo: A) no
‘describen’ o ‘registran’ nada, y no son
‘verdaderas o falsas’; y B) el acto de expresar
la oración es realizar una acción, o parte de
ella, acción que a su vez no sería normalmente
descrita como consciente en decir algo (2004:
49).

A diferencia de estas corrientes en la versión más


iusnaturalista Ronald Dworkin innova con su ‘método
de la ponderación’. En la disputa del positivismo de
Hart con la propuesta de Dworkin se consideran las
divergencias en los siguientes aspectos. Para Dworkin
en ese debate parte de la predictibilidad de principio
de la seguridad jurídica. Como segundo presupuesto
está el carácter democrático. Señalando la previsión
de Hart como una normatividad de reglas. Más bien la
‘Ponderación’ del ‘juez Hércules’ puede encontrar la
respuesta de un acto de voluntad en la conformación
jurídica.

En esta línea, para Robert Alexy, la ‘Ponderación’ es


asumida por el principio de proporcionalidad. La
‘ponderación’ es la balanza de las reglas y principios
en base a una sistematización de estos argumentos. La
obra de Alexy conforma una teoría del discurso
jurídico en la argumentación así:

Una teoría del discurso puede ser empírica,


analítica y/o normativa. Es empírica cuando
ella, par aponer algunos ejemplos, se describen
y explican la correlación de determinados
grupos de hablantes y el empleo de
determinados argumentos, Es analítica,
cuando en ella se trata de la estructura lógica
de los argumentos realmente utilizados y de
los argumentos posibles. Finalmente, es
normativa cuando en ella se establecen y
fundamentan criterios para la racionalidad del
discurso (Alexy, 1997: 177-178).
En la aplicación de los fallos se tiene una regularidad
al someter a una ponderación a la sentencia a su favor.
Sobre esta base los jueces deben construir las líneas
de jurisprudencia. A primera vista se cree, en que el
caso concreto es A, pero la jurisprudencia y la norma
dicen lo opuesto. Las diferencias entre la
‘Vinculatoriedad’ y la ‘Obligatoriedad’ de estas
resoluciones está en la estructura argumentativa.
Entonces una Sentencia Constitucional Plurinacional
tiene en la primera parte la deducción del accionante.
Le sigue la respuesta del o de los accionados. En esta
estructura continúan los ‘Hechos Probados’. En la
segunda parte están los ‘Fundamentos Jurídicos del
Fallo’. Constan de dos conjuntos argumentativos de la
‘Ratio Decidendi’ y de un ‘Obiter Dictum’. La ratio
decidendi es vinculante en su totalidad y un obiter
dictum se conforma de dichos al pasar sin ser aplicable
al caso concreto. Por otro lado está el ‘Decisum’, el
lugar de la ‘Obligatoriedad’ para efectos entre las
partes.
2. La argumentación del discurso jurídico

El conocimiento de las normas o reglas jurídicas se


definen a partir de las distintas formas de la
argumentación. El fin de argumentación es convencer
explicando el porqué de ese acto de voluntad. A través
de la interpretación puede comenzar el proceso de
argumentación. No solo a través de la interpretación
de los textos se llega también con los medios de la
ponderación. Entonces, ¿qué es argumentar? Se
explican las razones para una forma determinada de
actuar. Una de ellas explica y la otra afirma los
argumentos que sean capaces de justificarse por sí
mismos. Pues por este medio se aducen o alegan los
argumentos. El argumento es un razonamiento que
afirma o niega una proposición. Se razona entonces
para probar o demostrar algo y convencer al otro.
¿Cómo se construyen los argumentos? El medio más
idóneo es el silogismo. Pero el juez debe construir una
razón más allá del silogismo formal. Debe ordenar las
razones del debate jurídico, primero, con los hechos.
Acto seguido debe defender su tesis principal y
relacionarla a la exposición de los argumentos.
Finalmente debe llegar a las conclusiones. Los
argumentos se ordenan a partir de la lógica, la retórica,
la tópica, la hermenéutica una analítica y otra
dialéctica. Comenzando con la lógica, esta permite
demostrar el sentido más proporcional de sus
razonamientos. A su paso, la retórica estudia el modo
de usa el lenguaje aplicable a una funcionalidad
persuasiva. La tópica, como generalidad, se inserta a
los argumentos cuando la postura de una tesis está
muy limitada. Su inclusión en las premisas más
débiles demuestra unas determinadas conclusiones.
Por su parte la hermenéutica o interpretación conduce
a una argumentación más grande. Su estructura inicia
como el encabezado con la exposición de los hechos.
Para que después se haga la valoración o su
calificación. Entonces los hechos son reconducidos a
la disposición infringida o invocada. Finalmente se
establece la decisión o lugar de las consecuencias. La
hermenéutica jurídica se aplica para probar los límites
de los operadores judiciales. Este método da el espacio
a la retórica como el instrumento permanente de la
argumentación. La analítica es una forma de
descomposición del todo en las partes. En la
argumentación jurídica es un procedimiento
deductivo. Y sobre la dialéctica hegeliana se
fundamenta en el autodesarrollo subjetivo del sujeto.
En el Derecho resuelve las contraposiciones
argumentativas. Como un método está encadenado a
la contradicción ‒o la nada como la autonegación
parcial‒ de la tesis. Después se encuentra la
conservación para dar lugar a una superación de la
autoconconciencia entre lo individual y la relación
general.

Entonces los argumentos se dividen en los fuertes y


débiles. Los primeros hacen parte de una lógica
deductiva y otros se construyen en la retórica de los
tópicos. Con los razonamientos de la Lógica se
construyen los argumentos legítimos. El primero es el
de identidad, después el de contradicción, las
discrepancias y una deducción. También están las
analogías con el argumento causal, el de
incompatibilidad y el de autoridad. Es la tradición de
los tribunales en la historia para aplicar a otros
sistemas jurídicos.

También están los argumentos débiles o llamados


ilegítimos enfocados en relación más bien con las
tautologías y las emociones. Primero se encuentra la
petición de principio. Simplemente reitera lo dicho sin
embargo no es una proposición de conclusión.
Posteriormente están las afirmaciones consecuentes
que tratan más juicios de valor, por ejemplo, las
personas que cumplen la ley están en libertad. Así
comienza la premisa mayor. Por tanto cumplo la ley,
sin embargo el argumento es débil e incluso falso.
Siguen entre las argumentos las generalizaciones
apresuradas, pero su contenido es impropio y absurdo.
Porque se generaliza con algo que se desconoce. Y en
esta prosa aparece el argumento a consecuencia, o sea,
a lo que se da por supuesto. Sucede antes algo y en
este argumento se piensan las consecuencias o los
efectos. Y depende de la premisa al desarrollar el
acontecimiento. En ese enfoque y otros más ciertos
autores defienden este tipo de argumento con la lógica
deductiva. Y otro grupo de autores cuestiona que los
argumentos jurídicos basados en la lógica formal. Este
grupo de autores son a ultranza positivistas y su
objetivo apunta a la igualdad. Los debates sobre la
argumentación empiezan con el debate del
Constitucionalismo Social. Porque se necesita de una
adecuación del Derecho de ir, de parte del juez, más
allá en la aplicación de la ley.

En una primera etapa del discurso del Derecho no


existe tal. Promovida la Revolución Francesa de 1789
los jueces son compelidos a no motivar sus fallos.
Repitiendo líneas arriba, solo son la boca muda de la
ley. Pasada esta etapa con el Estado liberal o legal se
consolida sobre el principio de la seguridad jurídica
privilegiando el aspecto deductivo. En una
comparación apodíctica el Derecho es casi como la
Matemática. El comportamiento de juez es previsible
reproduciendo la previsibilidad desde la
argumentación. También hay una imposición del
legislador. La tercera etapa rompe con este sistema, en
la función del juez de buscar en cada caso concreto
una condición equitativa y justa. Este rompimiento
inviabiliza la aplicación de los sistemas jurídicos
como el positivista. El juez tiene que ser justo. Es el
fin de este discurso jurídico aunque la ley le ponga
límites para atender las diferencias. En todo caso el
juez no puede limitarse a la norma aplicable al caso.
Al buscar una decisión justa equitativa y razonable
asume con argumentos prioritarios de justicia. ¿En
qué consiste esto? El juez tiene que buscar argumentos
de justicia. La argumentación posterior a la Segunda
Guerra Mundial, en el sistema europeo, transita del
Estado legal al Estado Constitucional. Es decir, la
Constitución le da sentido a todo el ordenamiento
jurídico. Es un viraje de ciento ochenta grados en la
transformación de los Estados europeos. El recurso de
la argumentación se da con el Estado Constitucional y
en relación con el orden jurídico. El debate sobre este
constitucionalismo primero en Europa origina un
pluralismo jurídico. En esta parte del mundo surge un
Neoconstitucionalismo Latinoamericano. Se trata del
momento interpretativo más importante sobre la
ruptura con el anterior orden. La argumentación
jurídica utiliza un modelo teórico estándar. Y crea una
hipótesis reproduciendo los contenidos en base a los
hechos originados. Por ejemplo así la realidad social
se entrelaza con el Derecho en el cambio.

A continuación se muestran las etapas de la


argumentación hasta el nuevo Estado Constitucional.
Comenzando por los momentos surge el primero o
Estado legal asumiendo al positivismo en su base.
Pues lo que sirve a este último es la norma y en este
período no se habla propiamente de un
Constitucionalismo. Surge con la Revolución
Francesa bajo el concepto de Legalidad sobre una
división de poderes y la reserva de la ley. Se asume
este momento con todas las consecuencias de los
principios del Estado liberal. El segundo momento
reconoce los derechos de la burguesía emergente.
Concede además ciertos derechos a esta clase en
ascenso, la Constitución rige el nuevo contrato social.
Implica hablar de un nuevo pluralismo en convivencia
e intervención de la teoría kelseniana. Así se forman
estos dos modelos estatales uno legalista y el otro
también liberal con más participación. Se llega al
tercer momento del Constitucionalismo Social o del
Estado Social de Derecho. En este período se
introduce la noción de igualdad material. Y rompe
metodológicamente con el positivismo, en ese plano
las normas constitucionales ya no son reglas. Pues el
legislador pierde el monopolio del ordenamiento
jurídico. Ahora lo detenta el poder jurisdiccional,
primero, el Tribunal Constitucional como legislador
negativo. En esta corriente el Tribunal Constitucional
también es legislador positivo o colegislador y
constituyente permanente. Por tanto el juez deja de ser
la boca de la ley. E incorpora una forma de activismo
judicial a partir del Constitucionalismo Social. Los
derechos sociales y culturales indirectamente se
aplican en un activismo judicial. Este
Constitucionalismo parte de la lectura de los nuevos
movimientos sociales. Y además distingue en la
valoración del juez al deber ser y al ser. En esa línea
no basta el contenido de las normas para el derecho
justo de una reparación integral. Estos elementos son
revolucionarios desde el punto de la argumentación.
Porque el juez basa su decisión en que cada caso es
diferente en los hechos.

Un nuevo giro constitucional cambia con el análisis


del Derecho y de las diferentes formas de
interpretación. Para llegar a algunas consideraciones
debe responderse a, ¿qué es el Derecho? Para esta
definición hay que considerar los instrumentos de
interpretación del mismo Derecho. Pues el Derecho es
‒según sus palabras‒ una respuesta clara de
disposición para aplicar la voluntad del legislador.
Entre las múltiples opiniones especializadas, el
Derecho es lo que la sociedad asume en cuanto a su
sentido histórico y sociológico. Principalmente hay
dos bloques teóricos sobre la naturaleza del Derecho,
uno es el iusnaturalista y el otro el iuspositivismo. En
el iusnaturalismo se reconoce la preexistencia de los
derechos y de la moral. Esta es asumida como calidad
material. A lo que es justo siempre hay un elemento
valorativo. El iuspositivismo determina el contenido
del Derecho a las formas normativas. Están
determinadas por su jerarquía desde la Constitución,
las leyes, los decretos y otros. Es el conjunto de
normas impuestas por el órgano con monopolio de la
fuerza. En este bloque el juez es el operador jurídico
neutral. Ahora se relaciona también el contenido
material del Derecho en correspondencia con el deber
ser. Tiene lugar entonces un nuevo Positivismo
Conceptual o Metodológico. Asume con el
Iusnaturalismo la identidad del derecho en objetivo en
oposición al Derecho subjetivo. Logra individualizar
con su método los principios de justicia, principios
universales. Y hace que el Derecho formal doblegue y
reconduzca a las diferentes realidades sociales. Se
condiciona en sus valores morales de acuerdo a los
contextos territoriales. Sin embargo el elemento
formal no es anulado en los límites y obligaciones de
los jueces. El Derecho en el Positivismo es
descriptivo. Pero la ciencia jurídica no se limita a eso,
tiene que entrar a la valoración en la fórmula del ‘juez
= deber ser ‒ ser’.

Siguiendo con las etapas de la teoría de la


argumentación, en el ‘Common Law’ el juez es
siempre el protagonista de las historias judiciales. Este
sistema de costumbres y precedentes forma la base
para la seguridad jurídica. Formalmente el Derecho no
respeta a los elementos del sistema codificado. Por
ejemplo, el sistema norteamericano surge a través del
movimiento del Realismo jurídico. En base a esta
elaboración subjetiva del juez el Derecho es parte de
su argumento. En otras palabras ‘el Derecho es lo que
el juez dice que es’. De alguna manera es Derecho
cuando la normas que lo integran gozan de plena
validez. También pueden ser las normas aplicadas de
parte del juez. A ese proceso se llama la Constitución
material a través de los análisis de las disposiciones
sobre todo de los principios. Pero, ¿qué es la
Constitución material? Es un método para determinar
a qué órgano pertenecen las disposiciones valoradas.
Por su parte permite sacar conclusiones de los
elementos puestos a la valoración. Difícilmente se
reconducen las certezas del Derecho. Porque siempre
se pude argumentar coherentemente.
La conexión entre la argumentación jurídica y la
potestad de los jueces está en última instancia en sus
decisiones. Se considera, v. gr., en Bolivia al Tribunal
Constitucional Plurinacional como un órgano
independiente del órgano judicial. Desde el punto de
vista de la voluntad del Constituyente crea Derecho
dentro de un límite interpretativo. El juez opta por un
argumento y creando un significado no explícito de lo
presupuestado. Está más allá de la capacidad
normativa del legislador. Estos son procedimientos
lógicos de argumentación a partir de parámetros de
certeza. Estas decisiones siguiendo las creaciones
jurídicas pueden ser justas en circunstancias de
arbitrariedad. Por tanto el órgano de Control de
Constitucionalidad no debe tomarla en cuenta.
Cuando la decisión cambia el sentido de la
Constitución se restringe esta posibilidad de creación
jurídica. Por ejemplo, se dispone abierta en los
EE.UU. o en la Constitución de Bolivia su carácter
desarrollado. Estas posibilidades demuestran la
importancia de la motivación de las sentencias. En
todo caso es un punto de coherencia interpretativa
cuando el juez toma un criterio determinado. ¿Cuál es
su límite? Es un punto central de la argumentación
limitado por el propio entendimiento humano.
En defensa del ‘Proceso de Cambio’ para la
opinión pública22

El reciente 15 de febrero pasado se posesionó a los


nuevos vocales de las Salas Constitucionales en la
organización de los tribunales departamentales de
justicia. Se consideró y estudió aquella reforma
motivada en conclusiones de la Cumbre Judicial. Sin
embargo se observan una profunda preocupación
después de la promulgación primero de la Ley N° 1104
de 27 de septiembre de 2018. Y, pues, arrastra
observaciones en las modificaciones del artículo 4° de

22
Artículo solicitado en el periódico Correo de Sur publicado el
23 de febrero de 2019.
la Ley N° 1139 del 20 de diciembre de 2018. Parece
más un vil atentado a las instituciones del Estado
Plurinacional y a la administración bajo el ‘Proceso de
Cambio’ a la cabeza del Presidente Evo Morales. ¿A
quién entonces se le debe atribuir la escritura falaz en
la Ley N° 1104? Hay responsables frente al ‘Proceso
de Cambio’ y a los Movimientos Sociales. La
sociedad, en defensa del ‘Proceso de Cambio’, debe
conocer el origen de estos proyectos de Ley. Al
parecer todo señala como responsables de aquel
proyecto al Presidente y Sala Plena del Tribunal
Constitucional Plurinacional. La sociedad debe saber
del carácter eminentemente jurisdiccional de la citada
norma. Sin embargo hay que cuestionar al
institucionalismo neutro de estas autoridades
similares a las políticas neoliberales. Bajo el slogan de
la ‘gobernabilidad’ no solo privatizaron las empresas
del Estado. Intervinieron las instituciones, de la
cooperación internacional, del anterior Poder Judicial.
Fueron programas de imposición de ONG’s o de
agencias como la USAID. Por menos desde 2008
Bolivia es un país libre de las ONG’s. Y a la vez es
soberano frente a las agencias del imperio en el caso
de la USAID o de la Unión Europea como la GTZ
entre otras.

A continuación se exponen los motivos de esta


declaración pública en contra del texto de las dos
leyes. Primero se muestra que las dos normas
impugnadas son objeto de una declaración de
inconstitucionalidad. Después se argumenta sobre la
vulneración de normas constitucionales, del orden
internacional y del resto de leyes.

1. Vulneraciones a la Constitución en las Leyes N°


1104 y 1139

Hay que impugnar toda norma contraria a la propia


Constitución Política del Estado, al Bloque de
Constitucionalidad y demás leyes. El objeto de la
Acción de Inconstitucionalidad recae contra
“cualquier género de resolución no judicial” (Bolivia,
Constitución Política del Estado, 2009: arts. 132 y
133. Conc. Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional, 2010: art. 28 I-1, Código Procesal
Constitucional, 2012: arts. 72 y 73-1). En este asunto
se deducen las Leyes N° 1104 de 27 de septiembre de
2018 y la N° 1139 de 20 de diciembre de 2018.

Por una parte se transcribe in extenso la norma


vulneradora de la Constitución de 2009, es decir, los
ocho artículos y la disposición adicional única de la
Ley N° 1104:

LEY DE 27 DE SEPTIEMBRE DE 2018 N°


1104
EVO MORALES AYMA
PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DEL
ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA
Por cuanto, la Asamblea Legislativa
Plurinacional, ha sancionado la siguiente Ley:
LA ASAMBLEA LEGISLATIVA
PLURINACIONAL,
DECRETA:
ARTÍCULO 1. (OBJETO). La presente Ley
tiene por objeto crear Salas Constitucionales
dentro de la estructura de los Tribunales
Departamentales de Justicia, con dependencia
funcional del Tribunal Constitucional
Plurinacional.
ARTÍCULO 2. (COMPETENCIA). I. Las
Salas Constitucionales son competentes para
conocer y resolver:
a) Acción de Libertad;
b) Acción de Amparo Constitucional;
c) Acción de Protección de Privacidad;
d) Acción de Cumplimiento;
e) Acción Popular;
f) Otras previstas en la Ley N° 254 de 5 de
julio de 2012, “Código Procesal
Constitucional”, para jueces y tribunales de
garantías.
II. Por mandato constitucional, las Acciones
de Libertad también podrán ser interpuestas
ante jueces y tribunales en materia penal.
ARTÍCULO 3. (ÁMBITO TERRITORIAL).
I. Las Salas Constitucionales serán
competentes para conocer y resolver las
acciones referidas en el Artículo 2 de la
presente Ley, por hechos generados en las
ciudades capitales de departamento y los
municipios que se encuentren a veinte (20)
kilómetros de las mismas.
II. En los municipios no comprendidos en el
Parágrafo anterior, las acciones de defensa
previstas en el Artículo 2 de la presente Ley,
podrán ser interpuestas ante cualquier Juzgado
Público de la jurisdicción o Salas
Constitucionales de su Departamento.
III. Cuando en el lugar no hubiere autoridad,
será competente la Jueza, Juez, Tribunal o la
Sala Constitucional al que la parte pueda
acceder por razones de cercanía territorial o
mejores condiciones de transporte. Si la
violación del derecho hubiese sido fuera del
lugar de residencia de la afectada o el afectado,
ésta o éste podrá presentar la acción, si lo
estima pertinente, ante la Sala o Juzgado
competente por razón de domicilio del
accionante.
ARTÍCULO 4. (PROCEDIMIENTO). La
tramitación de las acciones de defensa ante las
Salas Constitucionales, Tribunales o Juzgados
competentes, se efectuará conforme al
procedimiento establecido en la Constitución
Política del Estado y la Ley N° 254 de 5 de
julio de 2012, “Código Procesal
Constitucional”, así como la remisión de los
antecedentes al Tribunal Constitucional
Plurinacional.
ARTÍCULO 5. (COMPOSICIÓN Y
PROCESO DE DESIGNACIÓN). Las Salas
Constitucionales están compuestas por dos (2)
vocales, conforme al siguiente procedimiento:
a) El Consejo de la Magistratura realizará un
proceso de selección meritocrática con la
participación del Tribunal Constitucional
Plurinacional y el Tribunal Supremo de
Justicia. El Sistema de la Universidad
Boliviana podrá participar en el proceso de
selección, a invitación del Consejo de la
Magistratura;
b) El Consejo de la Magistratura elevará listas
ante las Salas Plenas del Tribunal Supremo de
Justicia y del Tribunal Constitucional
Plurinacional, para la designación de manera
conjunta de las y los vocales de las Salas
Constitucionales.
ARTÍCULO 6. (NÚMERO DE SALAS). I. El
número de las Salas Constitucionales será el
siguiente:
a) Cuatro (4) Salas Constitucionales para el
Departamento de La Paz;
b) Cuatro (4) Salas Constitucionales para el
Departamento de Santa Cruz;
c) Tres (3) Salas Constitucionales para el
Departamento de Cochabamba;
d) Dos (2) Salas Constitucionales para el
Departamento de Chuquisaca;
e) Dos (2) Salas Constitucionales para el
Departamento de Oruro;
f) Dos (2) Salas Constitucionales para el
Departamento de Potosí;
g) Dos (2) Salas Constitucionales para el
Departamento de Tarija;
h) Dos (2) Salas Constitucionales para el
Departamento de Beni;
i) Una (1) Sala Constitucional para el
Departamento de Pando.
11. Los Tribunales Departamentales podrán
desconcentrar las Salas Constitucionales de
acuerdo a la carga procesal, sin exceder el
número de Salas Constitucionales establecidas
en el Parágrafo I del presente Artículo.
ARTÍCULO 7. (REQUISITOS, PERÍODO
DE FUNCIONES Y RÉGIMEN
DISCIPLINARIO). I. Para ser vocal de las
Salas Constitucionales, se deberán cumplir los
requisitos establecidos en el Artículo 234 de la
Constitución Política del Estado, y los
Artículos 18 y 47 de la Ley N° 025 de 24 de
junio de 2010, del Órgano Judicial, y contar
con formación académica y experiencia
acreditada de al menos seis (6) años en las
disciplinas de Derecho Constitucional o
Derechos Humanos; adicionalmente se
valorará experiencia en Derecho
Administrativo, Derecho Penal, Derecho Civil
u otras áreas del Derecho.
II. Las y los vocales de las Salas
Constitucionales, ejercerán sus funciones por
un período de cuatro (4) años, computables a
partir de su posesión y podrán postularse
nuevamente.
III. Las y los vocales de las Salas
Constitucionales están sujetos al régimen
disciplinario establecido en la Ley N° 025 de
24 de junio de 2010, del Órgano Judicial.
IV. Las y los vocales de las Salas
Constitucionales no podrán ser recusados y
están sujetos únicamente a las causales de
excusa establecidas en el Artículo 20 de la Ley
N° 254 de 5 de julio de 2012, “Código
Procesal Constitucional”.
V. La excusa se tramitará de la siguiente
manera:
a) La o el Vocal de la Sala Constitucional que
se excuse, pondrá en conocimiento de ésta
para que la resuelva en el día. Si todos los
Vocales Constitucionales de la Sala se
excusaren, se pondrá en conocimiento de la
Sala Constitucional siguiente para que se la
resuelva en el mismo plazo. En ambos casos,
sin perjuicio de asumir conocimiento y
proseguir con los actos de mero trámite.
b) Declarada ilegal la excusa, la o el Vocal
excusado seguirá con el conocimiento de la
acción, además de ser comunicada al Consejo
de la Magistratura para fines disciplinarios.
c) Declarada legal la excusa, será convocado
la o el Vocal de la siguiente Sala
Constitucional, por orden de precedencia.
d) En caso que no exista o haya impedimento
legal de todas y todos los Vocales de las Salas
Constitucionales, se convocará a la o el Vocal
de la Sala Departamental de la jurisdicción
ordinaria del mismo Departamento en el
siguiente orden: Salas Penales, Civiles y
Comercial, Familia, Niñez y Adolescencia y
Violencia Intrafamiliar o Doméstica y Pública,
Trabajo y Seguridad Social, en cada caso
según orden de precedencia.
ARTÍCULO 8. (FUENTES DE
FINANCIAMIENTO). Para la
implementación y funcionamiento de las Salas
Constitucionales establecidas en el Artículo 6
de la presente Ley, las fuentes de
financiamiento son:
a) Tesoro General de la Nación — TGN, de
acuerdo a disponibilidad financiera;
b) Recursos propios;
c) Donaciones y créditos internos o externos.
DISPOSICIÓN ADICIONAL
ÚNICA. Se modifica el Artículo 45 de la Ley
N° 025 de 24 de junio de 2010, del Órgano
Judicial, con el siguiente texto:
“ARTÍCULO 45. (NÚMERO). I. Los
Tribunales Departamentales están
constituidos por las y los vocales establecidos
en la presente Ley y por las y los vocales de
las Salas Constitucionales, que conjuntamente
conforman la Sala Plena.
II. Los Tribunales Departamentales de
Justicia están conformados en: La Paz con
treinta y dos (32) vocales; Santa Cruz con
veintiocho (28) vocales; Cochabamba con
veinticuatro (24) vocales; Chuquisaca, Oruro
y Potosí con dieciséis (16) vocales
respectivamente; Tarija con doce (12)
vocales; Beni con once (11) vocales; y Pando
con siete (7) vocales.
Con una periodicidad mínima de cuatro (4)
años, previo requerimiento del Tribunal
Supremo de Justicia o del Tribunal
Constitucional Plurinacional, o ambos, según
corresponda, la Asamblea Legislativa
Plurinacional, considerará y en su caso
modificará por Ley el número de vocales de
los Tribunales Departamentales.”
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
PRIMERA. Las Acciones de Libertad, de
Amparo Constitucional, de Protección de
Privacidad, de Cumplimiento y Popular,
interpuestas con anterioridad a la vigencia de
la presente Ley, serán resueltas por los jueces
y tribunales que las hayan conocido.
SEGUNDA. I. La Comisión de Seguimiento
de las Conclusiones de la Cumbre de Justicia,
en el marco de la Ley N° 898 de 26 de enero
de 2017, en un plazo de hasta treinta (30) días
a partir de la publicación de la presente Ley,
elaborará y propondrá el Reglamento del
Proceso de Preselección de Vocales de las
Salas Constitucionales, mismo que tendrá una
duración de hasta noventa (90) días a efectos
de posesionar a las autoridades designadas en
la inauguración del año judicial de la gestión
2019.
II. La Comisión promoverá el establecimiento
de mecanismos para la consolidación de
procesos periódicos de unificación
jurisprudencial.
DISPOSICIÓN DEROGATORIA
ÚNICA. Se deroga el Artículo 32 de la Ley N°
254 de 5 de julio de 2012, “Código Procesal
Constitucional”.
Remítase al Órgano Ejecutivo para fines
constitucionales.
Es dada en la Sala de Sesiones de la Asamblea
Legislativa Plurinacional, a los once días del
mes de septiembre del año dos mil dieciocho.

Por otro se señala también, como objeto de esta


incongruencia, el texto del artículo 4 de la Ley N° 1139
de 20 de diciembre de 2018:
LEY DE 20 DE DICIEMBRE DE 2018 N°
1139
EVO MORALES AYMA
PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DEL
ESTADO PLURINACIONAL DE
BOLIVIA
Por cuanto, la Asamblea Legislativa
Plurinacional, ha sancionado la siguiente Ley:
LA ASAMBLEA LEGISLATIVA
PLURINACIONAL,
DECRETA:
LEY DE MODIFICACIÓN A LAS LEYES
N° 254 “CÓDIGO PROCESAL
CONSTITUCIONAL”, N° 548 “CÓDIGO
NIÑA, NIÑO Y ADOLESCENTE”, Y N°
1104 DE “CREACIÓN DE SALAS
CONSTITUCIONALES”
ARTÍCULO 4. (MODIFICACIONES A LA
LEY N° 1104 DE 27 DE SEPTIEMBRE DE
2018). Se modifican la Disposición Transitoria
Primera y el Parágrafo Primero de la
Disposición Transitoria Segunda de la Ley N°
1104 de 27 de septiembre de 2018, de
“Creación de Salas Constitucionales”, con el
siguiente texto:
“DISPOSICIONES TRANSITORIAS
PRIMERA. Las Acciones de Libertad, de
Amparo Constitucional, de Protección de
Privacidad, de Cumplimiento y Popular,
interpuestas con anterioridad a la instalación
de las Salas Constitucionales, serán resueltas
por los jueces y tribunales ordinarios.
SEGUNDA. I. La Comisión de Seguimiento de
las Conclusiones de la Cumbre de Justicia, en
el marco de la Ley N° 898 de 26 de enero de
2017, en un plazo de hasta treinta (30) días a
partir de la publicación de la Ley de Creación
de Salas Constitucionales, elaborará y
propondrá el Reglamento del Proceso de
Preselección de Vocales de las Salas
Constitucionales, que tendrá una duración de
hasta ciento treinta y cinco (135) días a
efectos de posesionar a las autoridades
designadas el 15 de febrero de la gestión
2019, fecha en la que se instalarán las Salas
Constitucionales.”

2. Vulneración de la Constitución del orden


internacional y demás leyes

En este escrito se plantean las vulneraciones de las


leyes precedentes al texto de la Constitución de 2009
en tanto a los principios derechos y garantías de su
contenido. También se vulneran otros tantos derechos
‒como signatario el Estado Plurinacional de Tratados
Internacionales de Derechos Humanos‒ del Bloque de
Constitucionalidad. Y finalmente se encuentran
vulneradas otro grupo de dos “leyes” denominadas del
marco constitucional (Cf. 2009: Disposiciones
transitorias, Segunda).

La vulneración a la Constitución comienza con el


“Estado de Derecho, la Soberanía derivada en la
potestad de la jurisdicción ordinaria emanada en el
pueblo boliviano” (Ibíd.: arts. 1, 7, 178 al 180). En este
sentido, para Guillermo Cabanellas, el concepto de
Estado de Derecho en síntesis es:

[c]ada una de las clases o jerarquías


diferenciadas en una sociedad política. […]
Como sociedad establecida sobre
determinado territorio, con los fines
esenciales del bien común, por la realización
del Derecho; del Estado; como cuerpo
político de la nación, surge la unidad de una
multitud de hombres que viven y conviven en
armonía bajo leyes jurídicas (Cabanellas T-II,
1976: 114, 116).

Por su parte, Henry Pratt Fairchild (ed.) en el


Diccionario de Sociología establece a la Soberanía
como:
[la n]nota de supremacía atribuida a un poder,
grupo u orden jurídico. […] La soberanía del
pueblo es la prerrogativa inalienable del
pueblo de gobernarse por sí mismo. Según
diferentes interpretaciones, la soberanía del
pueblo puede significar soberanía de su
voluntad (poder) o soberanía de la ley
espontánea engendrada por la comunidad
nacional (Pratt, 1975: 278).

Y en ese conjunto de proposiciones se delimita el


ámbito de aquellas dos potestades originarias en el
pueblo a través de la jurisdicción ordinaria:

[Como el p]oder para gobernar y para aplicar


las leyes. La potestad de conocer y fallar en
asuntos civiles, criminales o de otra
naturaleza, según las disposiciones legales o
el arbitrio concedido. […] La que conoce en
el fuero común u ordinario; a diferencia de las
especiales o privilegiadas, la extensiva a la
generalidad de las personas, cosas y causas.
La correspondiente, en toda su amplitud, a los
jueces y tribunales legales, para administrar
justicia en las causas que les competen (1976
T-II: 469, 472).

Por otro se vulneran los innominados “derechos y el


principio de jerarquía normativa” en la Constitución o
del Bloque de Constitucionalidad (Cf. 2009: arts. 13,
109, 256 y 410 II). Se establece también la
vulneración del principio de “legalidad” dentro del
orden constitucional (Cf. Ibíd.: art. 123). Entre las
garantías vulneradas se encuentran la del “juez natural
y del debido proceso” (Ibíd.: arts. 115, 120 y 122).
Entre las vulneraciones le sigue al “derecho a la
defensa” (Ibíd.: art. 119 II). Respecto al debido
proceso, el Tribunal Constitucional establece en dos
SSCC23:

[que se] reconocen las garantías del debido


proceso, defensa, y el acceso a una justicia
plural, oportuna, gratuita, transparente y sin
dilaciones, constituyendo normas de carácter
general al margen de contenido específico o de
un mandato expreso (SC 1286/2011 de 26 de
septiembre).
[…] el juzgador está obligado a adoptar
aquellas medidas que aseguren la máxima
satisfacción de los derechos que sea posible y

23
Disponible en https://es.scribd.com/document/283547574/Sc-
1487-Divorcio-Improbado-Con-Pago-a-f-de-m-p-Retroactivam-
e-Hijosvorcio (Visitado el 15 de enero de 2014). Disponible en
http://www.derechoteca.com/jurisprudenciaconstitucionalbolivi
a/sentencia-constitucional-12862011-r-expediente-2009-19767-
40-acu (Visitado el 20 de septiembre de 2013).
su menor restricción (SC 1487/2011 de 10 de
octubre).

Y recae como objeto de vulneración a los


procedimientos de las “acciones de defensa” (Ibíd.:
arts. 125 al 127, 128 al 131, 134 al 136). Al respecto
el Tribunal Constitucional Plurinacional24 reitera
como en otras tantas:

Para que un juez o tribunal de garantías derive


una causa a un juez de instrucción en lo penal
por subsidiariedad excepcional de la acción de
libertad, al menos debe existir una denuncia o
investigación penal abierta contra la persona,
o que al momento de su aprehensión, haya sido
sorprendida en la comisión de un delito
flagrante […] (SCP 0578/2012 de 20 de julio).

Porque se vulneran “las atribuciones” del Tribunal


Supremo de Justicia y del Consejo de la Magistratura
de nombramientos y preselección (2009: arts. 184-5,
193 y 197-7). La mayor vulneración afecta sobre todo

24
De ahora en adelante se representa con las siglas ‘TCP’.
Disponible en
https://jurisprudencia.tcpbolivia.bo/Fichas/ObtieneResolucion?i
dFicha=8042 (Visitado el 30 de agosto de 2013).
al órgano y guardián de la “supremacía de la
Constitución, del control de constitucionalidad y de
sus atribuciones” (Ibíd.: arts. 196 y 202). Y altera la
participación de la sociedad en el “Control Social”
para transparentar estos nombramientos (Cf. Ibíd.: art.
249-9).

Se encuentran otras vulneraciones al orden


internacional o del Bloque de Constitucionalidad. Se
conculca “la personalidad jurídica” de los tribunales y
juzgados competentes para el conocimiento de las
acciones de defensa (Cf. ONU, Declaración
Universal de Derechos Humanos, 1948: art. 6).
Además se altera el “derecho a la igualdad, acceso a
la justicia y la garantía del juez natural” (1948: arts. 7,
8 y 10). Siguen las conculcaciones a los “derechos a
la justicia y a la igualdad” ante instancias
jurisdiccionales (Cf. ONU, Pacto de Derechos Civiles
y Políticos, 1966: arts. 9-5 y 14). En esa línea se
conculcan “los derechos a la igualdad jurídica y a la
justicia” (OEA, Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre, 1948: arts. 2 y 18).
De igual forma se alteran “los derechos de recurrir a
la justicia oportunamente, a la garantía del juez
natural, al principio de legalidad y derecho a la
igualdad” (OEA, Convención Americana sobre
Derechos Humanos, ‘Pacto de San José de Costa
Rica’, 1969: arts. 7-6, 8-1, 9, 24 y 25). En ese marco
la CIDH25 se pronuncia uniforme en los casos contra
el Perú por las vulneraciones de los ‘jueces sin rostro’.
Se trata de las conculcaciones judiciales propiciadas
con la promulgación del Decreto Ley N° 25.475. A
partir de dos casos26 razona la CIDH sobre el principio
de legalidad, la garantía del juez natural y el debido
proceso así:

En consecuencia, a la luz de las


consideraciones precedentes, el Tribunal
estima que al dictar la sentencia de 21 de
noviembre de 1996 el Estado incurrió en una
violación del principio de legalidad, por:
tomar en cuenta como elementos generadores
de responsabilidad penal la pertenencia a una
organización terrorista y el incumplimiento

25
Corresponden a las iniciales de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos con sede en San José de Costa Rica.
26
Cf. Caso De La Cruz Flores vs. Perú, Sentencia de 18 de
noviembre de 2004. Caso Lori Berenson Mejía vs. Perú,
Sentencia de 25 de noviembre de 2004.
de la obligación de denunciar y, sin embargo,
sólo aplicar un artículo que no tipifica dichas
conductas; por no especificar cuál o cuáles de
las conductas establecidas en el artículo 4 del
Decreto Ley No. 25.475 eran las cometidas
por la presunta víctima para ser responsable
del delito; por penalizar el acto médico que
no sólo es un acto esencialmente lícito, sino
que es un deber de un médico el prestarlo; y
por imponer a los médicos la obligación de
denunciar posibles conductas delictivas de
sus pacientes con base en la información que
obtengan en el ejercicio de su profesión.
En razón de todo lo anteriormente expuesto,
la Corte considera que el Estado violó el
principio de legalidad establecido en el
artículo 9 de la Convención Americana, en
perjuicio de la señora De La Cruz Flores
(CIDH, 2004: De La Cruz Flores vs. Perú).

Este Tribunal ha establecido que:


[e]n un Estado democrático de Derecho la
jurisdicción penal militar ha de tener un
alcance restrictivo y excepcional y estar
encaminada a la protección de intereses
jurídicos especiales, vinculados con las
funciones que la ley asigna a las fuerzas
militares. Así, debe estar excluido del ámbito
de la jurisdicción militar el juzgamiento de
civiles y sólo debe juzgar a militares por la
comisión de delitos o faltas que por su propia
naturaleza atenten contra bienes jurídicos
propios del orden militar.
El derecho a ser juzgado por tribunales de
justicia ordinarios con arreglo a
procedimientos legalmente previstos
constituye un principio básico del debido
proceso. El Estado no debe crear ‘tribunales
que no apliquen normas procesales
debidamente establecidas para sustituir la
jurisdicción que corresponda normalmente a
los tribunales ordinarios’.
Este Tribunal ha señalado, asimismo, que el
debido proceso ‘implica la intervención de un
órgano judicial independiente e imparcial,
apto para determinar la legalidad de las
actuaciones que se cumplan dentro del estado
de excepción’ (CIDH, 2004: Lori Berenson
Mejía vs. Perú).

La vulneración al resto del orden jurídico nacional se


efectúa sobre la Ley N° 025 de 24 de junio de 2010 del
Órgano Judicial. Se infringen otras disposiciones de
la Ley N° 027 de 6 de julio de 2010 del Tribunal
Constitucional Plurinacional. Y deriva con la
vulneración los articulados del Código Procesal
Constitucional de 5 de julio de 2012.

Comenzando con la Ley del Órgano Judicial se


vulnera la “estructura del órgano Judicial, la
independencia funcional de la jurisdicción ordinaria y
su competencia” (Bolivia, Ley del Órgano Judicial,
2010: arts. 1, 2, 3-2, 4-1, 5, 11, 12, 29, 30-6-12 y 31-
2). Y se transgreden entonces los mecanismos de la
“carrera judicial” para vocales de los tribunales
departamentales de justicia (Cf. 2010a: arts. 9, 18, 21,
47, 48, 183-1, 214 y 215). Entre estas vulneraciones
está la “atribución de designar a los vocales de los
tribunales departamentales de la Sala Plena del
Tribunal Supremo de Justicia” (Ibíd.: art. 38-4).
Repercutiendo en las Salas Plenas de los tribunales
departamentales, se vulnera la atribución inherente a
la “organización de sus respectivas Salas” (Ibíd.: art.
50).

Con relación a las infracciones de la Ley del Tribunal


Constitucional Plurinacional se vulneran “la
organización del Tribunal Constitucional
Plurinacional y su jurisdicción” (Bolivia, Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional, 2010: arts. 1,
2, 3, 4 y 7). Se alteran las funciones del TCP de
“revisión de las acciones de defensa y las colegiadas”
(2010b: arts. 12-7, 28 II-3 y 30-4).
Finalmente las vulneraciones al Código Procesal
Constitucional comprometen todo el Título II de este
Corpus. Conculcan un número de cuarenta y dos
artículos “de los procedimientos de las acciones de
defensa” (Bolivia, Código Procesal Constitucional,
2012: arts. 29 al 71).

Todas las vulneraciones que arrastra la Ley N° 1104


de 27 de septiembre de 2018 son nulas y no causan
efecto alguno. Es una medida imperiosa declarar su
inconstitucionalidad abrogando la Ley N° 1104. En
cuanto a la Ley ° 1139 debe derogarse su artículo 4.

Bibliografía
Cabanellas Guillermo (1976). Diccionario de
Derecho Usual T-II. Buenos Aires: Heliasta.
Pratt Fairchild Henry (ed). (1975). Diccionario de
Sociología. México D.F.: FCE.

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