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Iba camino a casa, tenía ganas de llorar, no entendía por qué razón ella ya no
estaba aquí, solo mi mente pensaba en aquel momento donde vi a mi amada
tendida en el suelo, con su carita angelical, pálida como una fría nevada, pero no
entiendo; ¿Qué es lo que había pasado?, la veía y sentía que algo estaba mal; una
duda me invadió. Sentí que mi amaba Atzin realmente no había muerto, como
todos los reporteros, noticias decían.
Llegué a mi casa, me senté en la mesa de la cocina, creo que no era el momento
correcto para poder ingerir algo de comida, entonces no tuve opción que ir de
frente a mi cama, al recostarme, sentí un gran frio en la espalda era tan notoria
su ausencia. Trate de dormir toda la noche, pero la angustia no me dejaba en paz,
entonces prendí la luz, me cambie a cuál rayo veloz, empaque mis cosas y fui a
la ciudad de Achuar donde vivía los padres de Atzin.
Fue un largo viaje, en el trayecto me quede dormido; el cansancio que tenía me
lo descargue en el bus donde iba de viaje, transcurrieron varias horas para poder
llegar; pero cuando sentí un rayo de sol que atravesaba la luna, abrí mis ojos y
vi que ya estábamos en la estación de buses, ya había llegado a Achuar. La
ciudad estaba casi deshabitada, solo se oía el cantar de los pájaros, tan
melódicamente que se sentía paz en aquellas calles; tras caminar ya unos 20
minutos vi un letrero muy grande que decía: “Machu Picchu, corona de tierra de
los incas”, eso me indicaba que estaba cerca de la casa de mis suegros. Llegue a
la casa, toque suavemente la puerta; de pronto abrió una señora muy canosa, se
veía que los años se le vino encima; me saludo cariñosamente, como me lo
imaginaba era mi suegra, ella siempre se interpuso entre los dos, me juro que
algún día me iba a quitar a Atzin, (en mi mente se realiza una batalla entre la
duda y la angustia). Entre a la casa sin siquiera decir una sola palabra; mi suegro
está sentado viendo el periódico, al verme me mira con cara de felicidad, duda,
inquietud y decepción, solo atino a darle la mano y al oído le digo:
Enrique mírame, eres un buen chico, pero quieres saber algo que está
al frente de tus narices, no soy el indicado para decirte tanto en tan
poco, el único que sabe eres tú, Anam mi mujer es muy maravillosa
pero cuando te conoció, cambio totalmente, tenía pensamientos tan
erróneos que creía que estaba loca, al pasar de los años me dijo entre
una sonrisa tan siniestra: “Algún día se arrepentirá de lo que hizo,
el nunca debió enamorarse de mi hija, ahora solo esperare a que
venga su desgracia, JAJAJAJAJAJAJAJA”, solo te diré una cosa,
busca a Ayar el ex novio de Atzin, él es el único que vio a mi hija
después de la tragedia que viviste, iras de frente y en la última colina
encontraras la casa.
Ya no podía retener mis lágrimas sentía que mi mundo se iba a derrumbar, todo
pensamiento negativo me invadía, me angustiaba y no podía retenerlo; me bajo
la presión, sentía que me iba a desmayar de nuevo, le pedí un vaso de agua a
mi suegra Anam, ella me lo trajo sentía que me iba a matar, pero tomé el agua
con toda seguridad.
Salí de la casa con la cabeza cabizbaja, me despedí de mi suegro, su mirada era
de orgullo y tranquilidad, me sentí protegido de alguna forma; pero algo no
andaba bien, la mirada de mi suegra Anam cambio por completo, su mirada era
un tanto terrorífica, sentí unos escalofríos que inmediatamente me fui de la
casa.
Camine por horas, sentía que mi cuerpo se desvanecía al transcurrir cada
minuto, el sol se volvía intenso, no aguantaba el calor, necesitaba agua, la que
había traído ya la había tomado; camine sin prefijo alguno de repente mire a mi
alrededor y caí al suelo.
Anam: Las diferentes culturas indígenas a lo largo del mundo siempre han estado en estrecha
relación con la naturaleza y éste es un ejemplo de ello, es traduce como: “Tierra”
Ayar: Se traduce como “Quínoa salvaje” o “semilla silvestre” es una planta muy común en la
cordillera de los andes, que por lo general era muy utilizada en estas tribus.
No sé cuánto tiempo transcurrió, pero la cosa es que aparecí a dos metros de la
casa, no sé si era sonámbulo o si fue una ilusión, pero la cosa fue que vi a una
anciana cerca mío, me pregunto algo muy extraño:
¿Qué hace por aquí joven Enrique?, ella ya no está aquí, pero si usted
quiere ir a aquella casa tiene toda la libertad, pero no es como usted piensa,
esa casa no es nada normal incluso ella estuvo ahí, tan linda era ella que
incluso parecía una rosa recién abierta en otoño, pero todo cambio cuando
lo vio, ¡¡¡¡A ELLL!!!!, tenga cuidado, ese sujeto huyó con un propósito y
aquel propósito está ahí dentro de esa casa.
Estaba sentada en una silla, estaba pálida como la chica que estaba en aquel
accidente, la mire fijamente y la habían cambiado de ropa, pero lo más
perturbador era que en la parte de su corazón había un hueco, pero ella seguía
sonriendo y entre sus manos entrelazadas había una carta y esta estaba dirigida
a mí:
No puede evitar llorar, mi corazón se partía en dos, aquella mujer que me acepto
con todo y defectos se había ido en manos de su propia madre, que por muchos
años me advirtió que me iba a quitar lo más preciado que tenía en esta vida.
Me regrese a mi pueblo natal y lleve conmigo las cenizas y la carta de mi amada
Atzin, siento que nunca más volveré a amar a alguien como la ame a ella, ella
se fue y llevo todo hasta puedo decirles que se llevó mi espíritu.
FIN