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human relations

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2019, Vol. 72(6) 1039–1056
La teoría del proceso de © The Author(s) 2018
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trabajo y la economía del sagepub.com/journals-permissions
DOI: 10.1177/0018726718790002
concierto. journals.sagepub.com/home/hum

Alessandro Gandini
King’s College, London, UK

Abstract
¿Cuáles son los rasgos distintivos que caracterizan el trabajo (ing) a través de (y para)
una plataforma digital? En el creciente debate sobre la "economía del concierto",
actualmente falta un examen crítico que aborde este problema más allá de ejemplos
específicos o estudios de casos. Este artículo utiliza la teoría del proceso de trabajo, un
importante enfoque marxista en el estudio de las relaciones de producción en el
capitalismo industrial, para abordar esta brecha. Apoyado por ilustraciones empíricas de
investigaciones existentes, el artículo analiza las nociones de "punto de producción",
trabajo emocional y control en la economía de turnos para argumentar que la teoría del
proceso de trabajo ofrece un conjunto único de herramientas para ampliar nuestra
comprensión de la forma en que el trabajo el poder se transforma en una mercancía en
un contexto donde el encuentro entre la oferta y la demanda del trabajo está mediado
por una plataforma digital, y donde los sistemas de retroalimentación, clasificación y
calificación sirven para fines de gestión y supervisión de los trabajadores.

Keywords
control, digital labour, emotional labour, gig work, platforms

La organización ideal hacia la cual se esfuerza el capitalista es aquella en la que el trabajador


no posee ninguna habilidad básica de la cual la empresa depende y no tiene un conocimiento
histórico del pasado de la empresa para servir como un fondo del cual recurrir en el trabajo
diario, sino más bien donde todo está codificado en reglas de desempeño o establecido en listas
que pueden ser consultadas (por máquinas o computadoras, por ejemplo), de modo que el
trabajador realmente se convierte en una parte intercambiable y puede ser intercambiado por
otro trabajador con poca interrupción. (Braverman, 1994: 24–25)

Corresponding author:
Alessandro Gandini, Department of Digital Humanities, King’s College, London WC2B 5RL, UK.
Email: alessandro.gandini@kcl.ac.uk
Este artículo utiliza la teoría del proceso de trabajo (LPT), un enfoque marxista bien
establecido en la sociología del trabajo y un recurso clave para el estudio del lugar de
trabajo en el capitalismo industrial, para ofrecer nuevas perspectivas sobre el fenómeno
emergente de la "economía del trabajo". '(Fleming, 2017; Kässi y Lehdonvirta, 2016;
Moisander et al., 2018). Ampliamente atribuido al surgimiento de una 'economía
compartida' (Schor, 2016), el término 'economía de concierto' identifica el
establecimiento de una relación capital-trabajo entre un trabajador y una plataforma
digital, que media la oferta de los trabajadores y la demanda de los consumidores o
profesionales. para la realización de una pequeña tarea o 'concierto' y opera al mismo
tiempo como un intermediario de mercado y un 'empleador en la sombra' (Friedman,
2014). La difusión de esta forma de trabajo, caracterizada por la popularidad de
plataformas como Uber o Deliveroo, ha generado una controversia bastante significativa.
Esto ha girado principalmente en torno a la crítica a la situación laboral de los
trabajadores, que han sido considerados como trabajadores por cuenta propia y no como
empleados en este contexto (De Stefano, 2016; Tassinari y Maccarrone, 2017;
Woodcock, 2016). Sin embargo, la investigación existente se ha centrado principalmente
en ejemplos específicos de "trabajo de concierto" y sus características. Una investigación
crítica que aborda lo que es exclusivo de la economía de conciertos como una forma de
trabajar (ing) a través de (y para) una plataforma digital, lo que los diversos ejemplos
tienen en común y cómo cambian las relaciones de producción en este contexto
actualmente. desaparecido del debate.
Argumento en este artículo que LPT representa un recurso fundamental y actualmente
infrautilizado para ampliar nuestra comprensión del papel de las plataformas digitales en
la intermediación de la relación capital-trabajo. Enfocado en el estudio de las relaciones
de producción en el trabajo, LPT analiza el "movimiento de conversión" que transforma
la fuerza de trabajo en una mercancía (para una sinopsis reciente de la beca de procesos
laborales, vea Smith, 2015). En consecuencia, sostengo que LPT nos proporciona una
importante heurística y un marco para el estudio de las prácticas de gestión y organización
del trabajo implementado por las plataformas digitales, así como para investigar el papel
de los datos digitales y las métricas de la plataforma en la transformación de la fuerza de
trabajo. en una mercancía.
Respaldado por una selección de ilustraciones empíricas de investigaciones existentes,
el artículo cuestiona la economía del trabajo al observar tres aspectos que forman parte
de la tradición del proceso de trabajo y, en particular, de la llamada teoría "central" (ver
Thompson, 1989, 1990) , que permiten una observación más detallada de algunos de los
aspectos más interesantes (y relativos) del trabajo en conciertos. En primer lugar,
investiga dónde podemos ubicar el "punto de producción" en la economía de conciertos,
ya que la actividad de trabajo no está vinculada al acceso a un solo "Lugar de trabajo" en
el que los trabajadores están sujetos a instrucciones de gestión. En segundo lugar, analiza
qué relación existe entre el trabajo emocional y el trabajo en conciertos, y analiza el
funcionamiento de los sistemas de retroalimentación, clasificación y calificación que
están integrados en la mayoría de estas plataformas. En tercer lugar, aborda las formas de
control de gestión que se aplican a los "trabajadores del trabajo" como consecuencia de
trabajar (y para) una plataforma que recopila datos detallados sobre su actividad laboral,
principalmente a través de los mismos sistemas de retroalimentación, clasificación y
calificación, y Produce métricas que se utilizan para la evaluación de su desempeño.
Sobre la base de este análisis, el artículo sugiere comprender la plataforma como un
punto de producción basado en lo digital, destinado a ser el "lugar" donde se promulga el
proceso laboral de los trabajadores. Esto ocurre en la medida en que las plataformas
esencialmente reutilizan y restringen las relaciones sociales involucradas en el trabajo en
un entorno único delimitado recientemente. Además, el artículo destaca el papel
desempeñado por la retroalimentación, las revisiones y los sistemas de calificación en el
proceso laboral, por un lado, provocando una intensificación cualitativa del mismo, y por
otro lado como instrumentos para la promulgación de formas tecno-normativas de
controlar. Estos puntos de vista, sostengo, arrojaron nueva luz sobre lo que cambia cuando
una plataforma digital interviene en la relación capital-trabajo en su doble capacidad de
intermediario de mercado y empleador en la sombra (Friedman, 2014). Al mismo tiempo,
ayudan a concebir más claramente a los trabajadores de conciertos no solo como usuarios
de un medio digital, sino como trabajadores "reales" sujetos a una relación capital-trabajo,
y los consideran en consecuencia.

Este artículo contribuye a la investigación existente de dos maneras principales. En


primer lugar, lleva a LPT directamente a la conversación con el debate sobre formas de
trabajo digitalmente habilitadas y basadas en digital, un contexto en el que la
investigación del proceso laboral hasta ahora se ha considerado en gran medida como
"resistente", debido a una atención privilegiada que se percibe al asalariado en el lugar de
trabajo (Böhm and Land, 2012), mientras que al mismo tiempo otros enfoques marxistas,
en particular el marxismo autónomo y el marco del "trabajo digital", se hicieron
populares. LPT, por el contrario, con su enfoque en las relaciones de producción, control,
autonomía y consentimiento en el lugar de trabajo, se considera aquí como un recurso
muy valioso que puede complementar y enriquecer las cuentas críticas existentes del
trabajo digitalmente habilitado y basado en digital. eso, solo, es incapaz de concebir las
diversas facetas de este fenómeno complejo.
En segundo lugar, contribuye a la investigación existente sobre la economía del
concierto, un campo de investigación cada vez mayor que ha atraído la atención de una
variedad de disciplinas dentro y más allá de las ciencias sociales. Como resultado del gran
nivel de variación que caracteriza a estas plataformas y el tipo de trabajo involucrado, se
ha utilizado una pluralidad de términos a veces conflictivos para identificar este contexto
(Howcroft y Bergvall-Kåreborn, 2018), como 'trabajo en grupo '(Huws and Joyce, 2016)
y' mercados laborales en línea '(Graham et al., 2017). Para mantener la coherencia, este
artículo adopta el amplio marco propuesto por Heeks (2017), que define la "economía
digital del concierto" como un "continuo" que incluye: (a) las plataformas llamadas
"click-work", como el Turk Turks de Amazon, mediante el cual se contrata a trabajadores
para el desempeño de micro-tareas basadas en digital que contribuyen a un proyecto más
amplio que no ven terminado (ver Irani, 2015); (b) plataformas que facilitan la reunión de
trabajadores con clientes para la contratación de mano de obra local o manual (por
ejemplo, electricistas, decoradores o limpiadores en plataformas como TaskRabbit o
Handy), o trabajo independiente global basado en el conocimiento (por ejemplo,
diseñadores gráficos , traductores, etc. en Upwork o Freelancer); y (c) el trabajo de
servicio dirigido por el consumidor, como el trabajo de entrega o la conducción en cabina
(por ejemplo, Uber, Deliveroo), mediante el cual una plataforma intermedia la demanda
del consumidor local de un servicio específico. Como consecuencia, el enfoque de este
artículo excluye las plataformas que no se relacionan directamente con los trabajadores
en una relación capital-trabajo (por ejemplo, Airbnb).
Las estimaciones del número de trabajadores involucrados en la economía de
conciertos son difíciles de proporcionar, considerando que esta es una fuerza laboral
global compuesta por individuos que pueden registrarse en múltiples plataformas a la vez,
y eso es difícil de diferenciar de las cifras más amplias de freelance, contingente Trabajo
y empleo no estándar. Sin embargo, los numerosos informes que han sido producidos
recientemente por organizaciones, grupos de expertos y instituciones académicas (por
ejemplo, Balaram et al., 2017; Berg, 2016) explican lo que parece ser una imagen pequeña
pero en crecimiento. Se ha informado que al menos 45 millones de usuarios en todo el
mundo se registraron como trabajadores en plataformas digitales en 2015 (Codagnone et
al., 2016). En los EE. UU., El porcentaje de trabajadores que participan en acuerdos
laborales alternativos al empleo estándar ha aumentado del 10,7% al 15,8% de toda la
fuerza laboral entre 2005 y 2015, y el trabajo en concierto representa un 0,5% en general
(Katz y Krueger, 2016). En el Reino Unido, se estima que 1.3 millones de trabajadores
(alrededor del 4% de toda la fuerza laboral) participan regularmente en trabajos de
concierto (ver Taylor et al., 2017). Plataformas como Uber y Deliveroo operan solo en
más de 75 ciudades del Reino Unido y en más de 500 ciudades del mundo (Balaram et
al., 2017). Más allá de la disputa sobre la situación laboral, la investigación existente ha
destacado que para muchos trabajadores de conciertos esta no es la única fuente de
ingresos, pero constituye una gran parte de sus ganancias y el tiempo dedicado al trabajo
(Alacovska, 2018; Berg, 2016; Paolacci et al., 2010). También se han informado prácticas
de subcontratación global que reducen los salarios y reproducen o fomentan la
desigualdad en partes del mundo en desarrollo (Graham et al., 2017), junto con problemas
de desigualdad basados en la raza, el género y la etnicidad (Hua y Ray, 2018). Sin
embargo, como se mencionó anteriormente, una contribución que aborda de manera más
integral la especificidad del trabajo en concierto más allá de los ejemplos individuales y
se relaciona con las interpretaciones teóricas existentes del trabajo, actualmente está
ausente en el debate.
El artículo está organizado de la siguiente manera. En la siguiente sección, estableceré
el marco teórico para este estudio, profundizando en una discusión de LPT y explicando
las razones por las que sostengo que esto representa un recurso importante para el estudio
de la economía emergente. Luego, me ocuparé de los tres aspectos que he identificado
como más útiles para el estudio de la economía del trabajo desde una perspectiva del
proceso laboral, en orden de aparición: el punto de producción y las nociones de trabajo
emocional y de congruencia gerencial. - trol. Luego concluiré con más detalles sobre las
implicaciones de esta discusión para futuras investigaciones.

Teoría del proceso de trabajo y trabajo digital


Following the publication of Harry Braverman’s Labor and Monopoly Capital (1974),
the LPT approach has affirmed throughout the 1980s and 1990s as an important strand of
Marxist research in the study of work and employment. In its initial phase, it has been
applied in various industrial contexts to unpack the relationships between the employer,
who owns the means of production, and the worker as the possessor of labour power, and
how this sets in motion the ‘labour process’, conceived of as the process of transforma-
tion of labour power in a commodity according to set relations of production (Burawoy,
1979). This resulted in an approach that proved to be particularly apt to study autonomy,
control and consent within industrial capitalism, as well as the logics of the ‘degradation’
of skills that Braverman’s book highlighted as a key feature of capital accumulation
(Knights and Willmott, 1990).
A lo largo de la década de 1990 y principios de la década de 2000, el enfoque conocido
como la teoría central de la investigación del proceso laboral se desarrolló y afirmó como
fundamental para la disciplina. Esto se ha definido en el trabajo de, particularmente,
Thompson (1989, 1990) y Smith (Smith, 2006; Smith y Thompson, 1998), y se encontró
una aplicación extensa hasta hace poco (por ejemplo, Vincent, 2011), al mismo tiempo
que atrae Crítica notable (ver Jaros, 2005). Como se describe en Thompson (1990), los
principios fundamentales de la teoría central del proceso laboral se pueden resumir en
cuatro puntos principales: (a) el estudio de la "función" del trabajo en la acumulación de
capital en el contexto establecido del lugar de trabajo, Descrito como el punto de
producción; (b) una atención particular al papel de las habilidades en este proceso; (c) un
enfoque en las lógicas de control del proceso laboral ejercido por un empleador como
condición previa clave para el movimiento de conversión que transforma la fuerza de
trabajo de los trabajadores en una mercancía o servicio (véase también Smith, 2006,
2015). ); y (d) el desempaquetamiento de las relaciones sociales entre capital y trabajo en
el punto de producción como 'estructuralmente antagónicas', lo que resulta en un enfoque
en la autonomía, el consentimiento y la resistencia en el trabajo (ver Jaros, 2005; Smith
y Thompson, 1998; Thompson, 1990; Thompson y Vincent, 2010). Junto con estos
principios, la teoría central también rechaza explícitamente la teoría laboral del valor de
Marx como empírica y conceptualmente limitada en la comprensión de las relaciones de
producción involucradas en el proceso laboral (Jaros, 2005; Thompson, 1990).

Los críticos de LPT han argumentado que esta línea de investigación se ha resistido en
cierta medida (Böhm and Land, 2012: 220) a reconocer las transformaciones del trabajo
en las últimas décadas, particularmente con referencia a la afirmación de una "nueva
economía". basado en redes, información y la 'estandarización' de formas de empleo no
estándar (Cappelli y Keller, 2013). Como los partidarios del enfoque de la teoría central
también reconocen, la investigación del proceso de trabajo se ha percibido como
principalmente, aunque no exclusivamente, centrada en el estudio del "lugar de trabajo
asalariado" (Thompson y Smith, 2009: 917) y, como consecuencia , al estar 'menos
equipado para abordar, entre otras cosas, cuestiones como las variedades de tipos de
trabajo, a menudo informales o no trabajados, las dimensiones temporal y espacial'
(Thompson y Smith, 2009: 917). Sin embargo, también se ha argumentado que LPT tiene
a su disposición una gran variedad de instrumentos que serían extremadamente útiles para
el estudio de las formas de apropiación de capital que ocurren más allá de la noción
ordinaria de un lugar de trabajo (Böhm and Land, 2012: 236) y mediante el cual las
tecnologías digitales se utilizan para fines de control y vigilancia en el trabajo
(Beverungen et al., 2015; Moore, 2017; Moore y Robinson, 2016). at work (Beverungen
et al., 2015; Moore, 2017; Moore and Robinson, 2016).
Al mismo tiempo, sin embargo, otras formas de crítica marxista provenientes
principalmente de la investigación crítica de los medios de comunicación han emergido
como influyentes en el estudio de la relación entre las tecnologías digitales y el trabajo.
Entre ellos se encuentra el llamado marxismo autónomo (o post-trabajador), que se ha
aplicado ampliamente, especialmente en la crítica al trabajo en las industrias creativas y
culturales (véase, por ejemplo, Hoedemaekers, 2017), principalmente a través de la
noción de 'trabajo inmaterial' (Lazzarato, 1997), y el marco laboral digital (Fuchs, 2014;
Scholz, 2012), que ha afirmado como una crítica a la explotación de la actividad no
remunerada de los usuarios que generan contenido en sitios de redes sociales, una
actividad considerado como 'trabajo' sobre la base de una aplicación ortodoxa de la teoría
del valor de Marx en el ámbito digital.
Varios autores han escrito extensamente sobre las diferencias y desacuerdos entre la
LPT y otros enfoques marxistas del trabajo y el empleo, así como sobre la disputa sobre
la validez de la teoría del valor laboral (ver Arvidsson y Colleoni, 2012; Beverungen et
al. ., 2015; Böhm and Land, 2012; Jaros, 2005; Thompson and Briken, 2017). Si bien aquí
no hay espacio suficiente para participar en este debate en profundidad, cabe señalar que
los últimos avances en la relación entre las tecnologías digitales y el trabajo, del cual la
economía de conciertos es ejemplar, en realidad suponen un cambio respecto a la idea de
lo digital. La actividad como trabajo no remunerado o invisible. Aunque todavía hay
actividades no remuneradas realizadas en dichas plataformas que pueden considerarse
como "tiempo de trabajo no remunerado", los involucrados ya no son simplemente
usuarios, sino trabajadores "reales" pagados que participan en una relación "real" de
capital-trabajo mediada por una plataforma. Por lo tanto, aunque esté de moda también
en la gestión crítica, los estudios de organización y la sociología (ver Beverungen et al.,
2015; Böhm and Land, 2012), se puede argumentar que las posibilidades conceptuales
ofrecidas por estos otros enfoques marxistas para el levantamiento de una crítica La
postura hacia el trabajo en concierto sigue siendo limitada. Por el contrario, parece ser
una necesidad oportuna estudiar las plataformas de la economía de conciertos no
simplemente como medios digitales (explotadores), sino desde el lado del trabajo, y
centrarse en las condiciones por las cuales las relaciones de producción surgen en dichos
contextos. .

Con este fin, sugiero que nos dirigimos a LPT. La tradición del proceso laboral ofrece
un enfoque que puede enriquecer significativamente nuestra comprensión de las
relaciones de producción que caracterizan el trabajo de la plataforma digital y nos ayuda
a desentrañar algunos de los aspectos clave que se cuestionan en este contexto. Los
ejemplos de estudios que se han acercado al trabajo de la plataforma digital 'en sus propios
términos', aunque no utilizan explícitamente un marco de procesos laborales, son
prometedores (véase, por ejemplo, Fleming, 2017; Graham et al., 2017; Rosenblat y Stark,
2016; Silberman and Irani, 2016; Woodcock, 2016), con el objetivo de desarrollar una
crítica a sus aspectos más controvertidos. Sin embargo, para poder ofrecer información
sobre el trabajo en conciertos, LPT necesita extender su interés más allá del territorio
habitual del lugar de trabajo asalariado. La economía de los conciertos es, de hecho, un
contexto fluido en el que la relación empleador-empleado se ha reemplazado con un
nuevo tipo de estructura flexible, en la que las plataformas "cortan la cadena" (Kushner,
2013: 1249) de la oferta y la demanda de trabajo y Re-mediar las relaciones sociales que
determinan la distribución y apropiación del trabajo. Dicho de otra manera, se requiere
que LPT reconozca la especificidad de este contexto y se adapte en consecuencia sin
perder su propia identidad. En las secciones que siguen, mostraré cómo LPT puede arrojar
nueva luz sobre las características específicas del trabajo en conciertos, considerando las
nociones de punto de producción, trabajo emocional y control en la economía de
conciertos.

El punto de producción en la economía del


concierto.
P ara LPT, el punto de producción representa ese entorno específicamente diseñado,
claramente delimitado, en el que normalmente se lleva a cabo el proceso de
transformación del trabajo (el lugar de trabajo, sobre todo la fábrica) de acuerdo con un
conjunto de reglas fijo y con conjuntos de participantes relativamente estáticos: gerentes
y trabajadores, en relación jerárquica (Braverman, 1974; Burawoy, 1979; Thompson y
Smith, 2009). Si bien se la criticó por su atención especial al lugar de trabajo industrial
ordinario, de hecho, la investigación del proceso de trabajo finalmente ha reconocido el
carácter distintivo de los diferentes puntos de producción en el capitalismo avanzado
(Thompson y Smith, 2009). Los ejemplos incluyen la investigación sobre la economía del
servicio (Bolton, 2004; Sturdy et al., 2001; Vincent, 2011) y el trabajo creativo (McKinlay
y Smith, 2009), entre otros. Sin embargo, como sostienen Thompson y Smith, existe la
necesidad de que la investigación de procesos laborales amplíe su investigación sobre
cómo funcionan las tareas de la información y las tecnologías de comunicación desde un
solo sitio físico y se abre a cualquier espacio con instalaciones de comunicación
"(Thompson y Smith, 2009: 923–924). La economía del concierto, sostengo, sirve como
un excelente estudio de caso para este propósito.
En esta sección, sostengo que las plataformas de trabajo de concierto representan un punto
de producción distintivo, basado en digital, en la medida en que las plataformas se
reutilizan y protegen las relaciones sociales involucradas en el trabajo de concierto, y de
este modo las transforman en relaciones de producción. En la economía de conciertos, el
trabajo lo realizan en algunos casos un trabajador en el mismo momento en que lo recibe,
por ejemplo, un viaje en taxi o una entrega, mientras que en otros casos se ejecuta en un
momento diferente, por ejemplo , un trabajo de diseño gráfico. Además, la demanda de
trabajo puede ser global o local, y la tarea ejecutada por el trabajador puede ser digital o
llevarse a cabo como una actividad física real. En cualquier caso, sin embargo, el
denominador común es la presencia de un mediador (la plataforma) que permite la reunión
entre un "arrendatario" y un trabajador, y al hacerlo establece una relación de empleo no
estándar con este último, en un auto Base de empleo. Por lo tanto, independientemente de
'dónde' se realiza exactamente el trabajo, ya sea físicamente en la calle como en el caso
de un mensajero o un taxista, o digitalmente como un Turker mecánico o un diseñador
gráfico en Upwork, más allá de su función de Los intermediarios del mercado, las
plataformas, actúan como el medio dentro del cual se establece la relación capital-trabajo
sobre los trabajadores. Al igual que una fábrica o una oficina, la plataforma representa el
lugar por el cual los procesos sociales de producción se someten a lógicas de gestión y
organización del trabajo dentro de un entorno único y claramente delimitado. Al igual que
en un lugar de trabajo tradicional en el que los trabajadores se registran con su tarjeta de
tiempo, los trabajadores del concierto inician sesión en una aplicación y, al hacerlo, están
sujetos a una autoridad externa que: (a) traduce la demanda de los consumidores o clientes
en los pedidos que necesitan para ejecutar, y que reciban en forma de notificaciones
digitales; (b) determina qué tareas tienen que ejecutar, dónde y cuándo; (c) determina
directa o indirectamente cuánto dinero se les pagará por la ejecución de dichas tareas; y
(d) controla directa o indirectamente la ejecución del trabajo y el desempeño del
trabajador en el trabajo.

Existe una creciente evidencia en las investigaciones existentes sobre las diversas
formas en que las plataformas de trabajo de concierto representan los puntos de producción
como se argumenta aquí. Por ejemplo, Silberman e Irani (2016) muestran cómo en Amazon
Mechanical Turk (AMT), donde los trabajadores realizan micro-tareas repetitivas que
normalmente no requieren habilidades particulares, se implementa un proceso laboral
básico de tres pasos mediante el cual ' los solicitantes publican tareas en el sitio; Los
trabajadores eligen tareas para hacer y las hacen; y el solicitante revisa, y “aprueba” o
“rechaza” el trabajo ”(Silberman and Irani, 2016: 510). El trabajo se realiza digitalmente
en la plataforma por parte de los trabajadores, quienes luego reciben el pago directamente
de la misma plataforma por sus tareas completadas. El rol de la plataforma es, por lo tanto,
el de proporcionar una infraestructura cerrada a través de la cual se pueda llevar a cabo
este proceso. La plataforma finalmente se beneficia de esta intermediación al cobrar una
tarifa porcentual sobre la base del valor del concierto; en AMT, por ejemplo, esto es entre
20% y 45% (Paolacci et al., 2010; Silberman and Irani, 2016).
Una dinámica análoga caracteriza plataformas freelance en línea como Freelancer o
Upwork, que se ubican entre clientes profesionales y trabajadores de conocimientos
altamente calificados, como diseñadores gráficos, traductores o escritores. En estas
plataformas, cuando un cliente publica un trabajo, los trabajadores compiten, técnicamente
hablando, para que se les asigne el trabajo. El "ganador" luego ejecuta el trabajo,
independientemente y no en la plataforma, pero luego tiene que informar a la plataforma
cuando se completa la tarea (Graham et al., 2017). Se ha argumentado que las plataformas
como Upwork representan un proceso de "arbitraje de habilidades" y "arbitraje laboral"
(Graham et al., 2017: 142) que gestiona el encuentro entre un trabajador y un cliente
profesional, como las relaciones sociales que surgen. para establecer entre un trabajador,
un cliente y la plataforma, debe realizarse con fuerza en la plataforma y no puede existir
fuera de ella.1 Del mismo modo, en las aplicaciones de trabajo de servicio como Uber y
Deliveroo, aunque el trabajo realizado por los trabajadores no es digital, la plataforma
reutiliza y gestiona el encuentro entre un trabajador y un consumidor, y opera como el
"punto" por el cual se lleva a cabo el proceso de trabajo. Los conductores, en el caso de
Uber, o los correos, en el caso de Deliveroo, están disponibles a través de la aplicación
para los consumidores / clientes para la ejecución de un concierto. La plataforma entonces
regula sus tareas y les paga por su trabajo. Por lo tanto, las relaciones sociales de
producción en este contexto tienen lugar solo en la plataforma y no existen fuera de ella.

Una diferencia clave entre plataformas individuales, sin embargo, reside en el valor de un
concierto. Mientras sigue cobrando una tarifa porcentual, en plataformas como AMT o Upwork,
el valor de un concierto normalmente está predeterminado por el cliente sobre la base de los
parámetros establecidos. Por el contrario, en plataformas como Uber y Deliveroo, esto está
determinado en realidad por la propia plataforma sobre la base de elaboraciones algorítmicas
cuyos detalles son inaccesibles para los trabajadores. Por ejemplo, el algoritmo de Uber "decide"
el valor de un viaje en función de la hora y el lugar de la solicitud del consumidor, las condiciones
actuales del tráfico y la disponibilidad de otros conductores en el mismo lugar, todo esto se explica
en forma real. hora. Los trabajadores no pueden intervenir en este cálculo y solo pueden aceptar o
rechazar el viaje (Rosenblat y Stark, 2016). De manera similar, la plataforma paga a los mensajeros
de Deliveroo en base a un "trabajo por pieza" fijo (en el Reino Unido esto equivale a £ 3.75 por
concierto) .2 Esto significa, por lo tanto, que el tamaño de la demanda local afecta
significativamente el ingreso de uno, ya que El envío geográfico no puede ser cambiado
independientemente por un trabajador (Woodcock, 2016). Sin embargo, en ambos casos, a pesar
de donde se ejecuta el trabajo, es a través del sistema de notificación de la aplicación que un
trabajador recibe la orden para realizar un trabajo, y el inicio y cierre de sesión determina la
disponibilidad de uno para trabajar.
Si bien parece difícil hablar de un punto de producción único en un contexto que, como
se ve, representa altos niveles de variación entre plataformas en lo que concierne a dónde
se ejecuta el trabajo, así como a la naturaleza del trabajo en sí, la evidencia sugiere que
Las plataformas de economía económica representan el lugar donde las relaciones
sociales entre un trabajador y un cliente o consumidor se convierten en relaciones de
producción. Dicho de otra manera, la plataforma representa un ejemplo de punto de
producción "decente" mediante el cual las "instalaciones de comunicación" (Thompson y
Smith, 2009: 923–924) permiten que la organización del trabajo y la función de gestión
se promulguen sobre los trabajadores. Sin embargo, el funcionamiento de esta dinámica
está asegurado por los datos producidos por ambas partes (consumidores / clientes y
trabajadores) como parte de su encuentro, y por las métricas resultantes del procesamiento
de esos datos. Por lo tanto, un elemento de particular interés viene dado por el papel que
desempeñan estas métricas, en particular los sistemas de retroalimentación y
clasificación, en este contexto. Estos representan una serie de funciones en relación con
el trabajo que realiza cada trabajador, se utilizan comúnmente con fines de garantía de
calidad y tienen un impacto significativo en los ingresos y en las posibilidades de seguir
trabajando. Además, la presencia de métricas ayuda a garantizar que la relación social
entre un trabajador y un cliente consumidor o profesional permanezca mediada por la
misma plataforma; de hecho, los datos de trabajo y las métricas no son portátiles de una
plataforma a otra. En la siguiente sección, utilizando la noción de "trabajo emocional"
(Hochschild, 1983), argumentaré que esto equivale a un nuevo tipo de intensificación
cualitativa del proceso laboral, que requiere atención especial.
Trabajo emocional y trabajo de concierto.
La noción de trabajo emocional (Hochschild, 1983) ha sido reconocida por la
investigación del proceso laboral como un proceso social importante que desempeña un
papel clave en la forma en que las relaciones sociales son sometidas a formas de control
de gestión (Brook, 2013).

Particularmente en el contexto de la "economía de servicio" a principios de la década de


2000, la investigación del proceso de trabajo en el centro de llamadas (Korczynski, 2003),
el trabajo de servicio interactivo (Warhurst et al., 2000) y el trabajo de atención al cliente
(Sturdy et al., 2001 ) ha sido fundamental para reconocer que la "gestión de la emoción"
y el "trabajo de la emoción" equivalen a una "forma distintiva de trabajo especializado"
(Bolton, 2004: 20) que representa un componente clave del proceso laboral.

En esta sección, muestro que muchas plataformas de economía de gig incorporan


formas de trabajo emocional en el corazón del proceso laboral como resultado del rol que
desempeñan los sistemas de clasificación, clasificación y calificación en la regulación de
la interacción social entre los trabajadores y los consumidores / clientes. Junto con el
trabajo que deben realizar los empleados del concierto, en una gran cantidad de
plataformas, la ejecución del concierto está vinculada a un sistema directo o indirecto de
retroalimentación, clasificaciones y / o clasificaciones que garantiza un conjunto de datos
generados por el consumidor o por el cliente. Se adjuntan a cada trabajador. Estos se
traducen de manera más o menos formal en métricas, generalmente una puntuación de
reputación, y son utilizados por los consumidores / clientes como formas de evaluación
de los trabajadores y representantes de la confiabilidad. Por lo tanto, esto requiere que los
trabajadores en tales contextos se involucren en formas de trabajo emocional como un
componente totalmente reconocido y obligatorio de su trabajo. Si bien esto siempre ha
sido parte del trabajo de servicio, el elemento nuevo en esta imagen está dado por la
visibilidad de estas métricas y el hecho de que están vinculados a una serie de aspectos
gerenciales, en particular la evaluación del desempeño, el monitoreo y el control (más
sobre esto). en la siguiente sección). En coherencia con la investigación del proceso
laboral sobre la economía de servicios, sostengo que esto debe considerarse como una
forma de intensificación cualitativa del proceso laboral, que es la actualización de una
"economía de sentimientos" antes invisible (Vincent, 2011).

En las plataformas freelance en línea, por ejemplo, Alacovska (2018: 13) informa que los
trabajadores encuestados en su estudio realizan "trabajo relacional estratégico" con los
clientes con el objetivo de forjar relaciones íntimas y cercanas y de obtener una posición
favorable en línea. Infraestructuras relacionales '. Esta "posición favorable" viene dada por
una buena retroalimentación y revisiones, compiladas por los clientes y transformadas, por
medio de un algoritmo patentado y no revelado, en un conjunto de calificaciones de cada
trabajador. Esto se muestra en cada página de perfil en forma de 'estrellas' o una
puntuación.3 La investigación existente confirma cómo estas métricas son un aspecto
determinante en el proceso de toma de decisiones de contratación promulgado por los
clientes en plataformas de trabajo independiente en línea (Gandini et al. , 2016; Leung,
2014) y son muy "fetichizados" por los trabajadores por la misma razón (Gandini, 2016).
De manera similar, en Uber, junto con la actividad de conducir, una parte relevante del
trabajo de un conductor consiste en ser un 'anfitrión' amigable y confiable, es decir, poner
en valor la disposición y el carácter de uno en el compromiso de un micro-social. Relación
durante el paseo. Dado que cada cliente debe "calificar" al conductor inmediatamente
después de que haya finalizado el viaje, la recompensa por este trabajo emocional es la
opinión favorable que el cliente escribirá sobre el viaje y el conductor (Rosenblat y Stark,
2016). Esto, a su vez, garantiza que las métricas de un trabajador en la aplicación se
mantengan lo suficientemente altas como para que él / él pueda ser empleado. Como
veremos en la siguiente sección, una mala calificación agregada para un conductor de
Uber hace que se le impida trabajar. Rosenblat y Stark, que se refieren explícitamente a la
investigación sobre el trabajo emocional y el proceso del trabajo en su trabajo, sugieren
que: "Los conductores en el sistema Uber realizan trabajo emocional a cambio de
calificaciones en lugar de consejos" (Rosenblat y Stark, 2016: 3775).

De nuevo, ayuda ver la economía del concierto como un continuo con grados de
variación dentro de ella (Heeks, 2017). De hecho, debe reconocerse que existen
plataformas sin interacción humana y, por lo tanto, no se produce ningún trabajo
emocional directo. Sin embargo, es interesante observar que, dentro de esos contextos,
otras métricas se usan de la misma manera que una evaluación de "reputación" por parte
de la parte contratante. En el Turk Turk de Amazon, por ejemplo, las principales métricas
disponibles para los "solicitantes" (contratistas) son el número de tareas completadas y la
tasa de "aprobación". Aunque la métrica de aprobación no resulta del desempeño del
trabajo emocional por parte de los trabajadores, en la práctica se comporta como un
puntaje de reputación. Si bien los 'rechazos' pueden ser motivados en última instancia por
muchas razones y no se consideran necesariamente como un juicio de calidad realizado
por los solicitantes, solo se pagan las tareas aprobadas, lo que hace que la métrica de
aprobación sea un proxy implícito de la reputación, la calidad del trabajo y la
confiabilidad del trabajador (Silberman e Irani, 2016).
En otras palabras, se puede argumentar que las evaluaciones de reputación parecen ser
fundamentalmente necesarias para el funcionamiento de la economía gig como una forma
de organización como resultado de su naturaleza descentralizada. Ya sea más comúnmente
como resultado del trabajo emocional, o bien concebido culturalmente como proxies para
las habilidades de uno, se puede decir que las métricas de reputación tienen una relevancia
considerable en tales contextos, en la medida en que estas repercuten en el estatus de un
trabajador e influyen en la decisión de contratación de un consumidor / cliente. Como se
ha visto, en muchos casos estas evaluaciones de reputación se originan a partir de formas
de trabajo de emoción bastante estándar como "trabajo calificado" realizado por los
trabajadores (Bolton, 2004). En el estudio del trabajo de servicio, la investigación del
proceso laboral pudo identificar "el aumento de las habilidades" genéricas ": adaptabilidad,
motivación, cooperación, muchas de las cuales son actitudes, predisposiciones sociales y
rasgos de carácter" (Thompson y Smith, 2009: 920– 921) y para resaltar su relevancia con
respecto a lo que el capital requiere de la fuerza de trabajo en el marco de una lógica de
acumulación postfordista (véase, por ejemplo, Thompson y Smith, 2009). En la economía
de los conciertos, esto parece extenderse aún más en la medida en que el trabajo de la
emoción, cuando está presente, ya no representa un tipo de trabajo invisible, sino que en
realidad es muy visible, ya que las métricas, comentarios, clasificaciones y / o
calificaciones de un trabajador se muestran en cada uno de ellos. plataforma.

Como resultado, se puede argumentar que los ejemplos de trabajo de concierto discutidos
en esta sección son indicativos de una intensificación cualitativa del proceso de trabajo por
medio del trabajo de la emoción. Los trabajadores de plataformas como Upwork o Uber no
pueden sino dedicarse a fomentar sus habilidades blandas y "genéricas" y sus
predisposiciones sociales, no solo como parte de su trabajo, sino con el objetivo específico
de "alimentar" sus métricas o calificaciones de reputación. Al elaborar sobre Vincent (2011),
se puede decir que el trabajo en concierto representa una versión del trabajo emocional
"conformista" que actualiza una economía de sentimientos previamente invisible (Vincent,
2011) al incorporar el trabajo emocional "autónomo" y "voluntario" dentro de una actividad
prescriptiva. , medio ambiente 'regulado' - la plataforma, a través de la presencia de sistemas
de retroalimentación, clasificación y calificación - mediante los cuales esta receta se utiliza
para imponer la relación capital-trabajo a los trabajadores (Vincent, 2011: 1375). La
intensificación está dada por esta combinación y por la visibilidad de las métricas
resultantes, que hace que los intercambios sociales entre las partes sean similares al trabajo
transaccional y "obligatorio" de las relaciones descritas por Gregg (2011) como una
característica clave de la digitalización de los lugares de trabajo. Sin embargo, la presencia
de sistemas de retroalimentación, clasificación y calificación también sirve como punto de
referencia para la promulgación de formas tecno-normativas de control y monitoreo del
trabajo de uno. Explorar este aspecto con mayor detalle en la siguiente sección

Control
El tema del control de gestión es un foco principal de la investigación de procesos
laborales. El control se concibe históricamente como una dimensión imperativa del
proceso laboral en conjunto con el estudio de la autonomía, el consentimiento y la
resistencia en el trabajo (Thompson, 1990). Sus formas y estrategias varían a lo largo del
tiempo y en relación con las lógicas de acumulación dentro de las cuales se observa la
relación capital-trabajo (ver Thompson y van den Broek, 2010). Al discutir el (en ese
entonces) tema emergente de la vigilancia digital en el trabajo, Thompson (2003)
argumentó que aunque 'ha habido algún cambio hacia las prácticas de vigilancia, hay
evidencia insuficiente de que una combinación de panóptico electrónico y presión de
grupo es efectiva y distintiva suficiente para constituir un nuevo modelo creíble de control
del proceso de trabajo '(Thompson, 2003: 138). Ahora, varios años después, en realidad
hay evidencia creciente de lo contrario. De hecho, las tecnologías digitales se utilizan
para implementar formas de control sobre el proceso de trabajo en diversos contextos
(Moore, 2017; Moore y Robinson, 2016) y particularmente en la economía del concierto,
donde las métricas de la plataforma transforman la "presión de grupo" en un instrumento
para monitorear una Desempeño y productividad del trabajador.

Argumento aquí que las plataformas de economía de los conciertos representan un


ejemplo de lo que la investigación sobre procesos de trabajo describe como formas de
control "técnico-normativo" sobre los trabajadores. Estos se articulan de dos maneras
principales. Por un lado, al incorporar el trabajo emocional en el corazón de su proceso
laboral (Vincent, 2011), las plataformas generan prácticas que son similares a la "gestión
por parte de los clientes" identificada por Fuller y Smith (1991) como retroalimentación,
clasificación y calificación. Los sistemas, en última instancia, se utilizan como
herramientas para evaluar el desempeño de un trabajador (Rosenblat y Stark, 2016). Al
mismo tiempo, también se pueden observar prácticas de control similares a las informadas
en la "sudadera electrónica" de los centros de llamadas estudiados por Fleming y Sturdy
(2011), donde los trabajadores están sujetos a formas de control que aprovechan
Prácticas "gamificadas" destinadas a fomentar el logro de los "mejores resultados
personales" para estimular y recompensar la disposición productiva de un trabajador (por
ejemplo, Lehdonvirta, 2018).
Para lo que concierne al primer aspecto, debemos volver a centrar nuestra atención en los
sistemas de retroalimentación, clasificación y clasificación y su papel en las plataformas
de economía de concierto. En la sección anterior, observamos cómo estos sistemas se
convierten en parte del proceso de trabajo a través de la noción de trabajo emocional,
observando el trabajo de las relaciones que los trabajadores deben emprender para
alimentar las métricas de la plataforma. Aquí, nos centramos en cómo las métricas
resultantes de estos sistemas llegan a ser relevantes para la plataforma en su rol de
empleador sombra. En la investigación de procesos laborales, Fuller y Smith
argumentaron que en el crecimiento de una economía de servicios, el control pasa de ser
directo a discreto y, a menudo, se ejerce a través de prácticas dirigidas por el consumidor
descritas como "gestión por parte de los clientes" (Fuller y Smith, 1991). :
3), mediante la retroalimentación de los clientes y el monitoreo de la interacción entre
clientes y trabajadores por parte de los gerentes. La economía de los conciertos parece
estar en continuidad con esta tradición, particularmente aquellas plataformas en las que
están presentes sistemas directos para la producción de retroalimentación, clasificaciones
y calificaciones de trabajo y trabajadores por parte de los clientes. Aquí, las métricas que
resultan de la retroalimentación y las revisiones que los consumidores / clientes producen
después de que se haya ejecutado un concierto se utilizan como indicadores de
rendimiento. En Uber, por ejemplo, Rosenblat y Stark (2016), quienes se refieren
explícitamente a Fuller y Smith (1991), argumentan que: "En el sistema de calificación
de conductores ofrecido a los pasajeros, los pasajeros están facultados para actuar como
gerentes intermedios sobre conductores, cuyas calificaciones impactar directamente su
elegibilidad de empleo '(Rosenblat y Stark, 2016: 3772). Esto tiene consecuencias
directas sobre la empleabilidad; la opinión general es que los conductores con una
puntuación de reputación por debajo de un cierto umbral se desactivan de la aplicación y
se les impide trabajar, esencialmente, son "despedidos" (Rosenblat et al., 2017). Por lo
tanto, estas métricas llegan a ser internalizadas por los trabajadores hasta el punto de que
su mera existencia ejerce una forma de control indirecto sobre ellos. Rosenblat (2016)
explica con mayor detalle cómo el puntaje de reputación agregado adquirido por un
conductor se convierte en una forma de evaluación de desempeño:

El sistema de calificación de Uber sirve para automatizar y alertar a la compañía de los


conductores que tienen un bajo rendimiento. Después de cada viaje, se les pide a los pasajeros
que califiquen a los conductores en una escala de 1 a 5 estrellas. Esta información genera
evaluaciones de rendimiento instantáneas y recurrentes que permiten a Uber realizar un
seguimiento del rendimiento de los trabajadores e intervenir con un desempeño deficiente. Para
mantenerse activo en el sistema, los conductores deben cumplir con un objetivo de calificación
promedio que oscila alrededor de 4.6 de 5 estrellas. (Rosenblat, 2016: np)

Esta no es una característica única de Uber. Como se vio en la sección anterior, los
profesionales independientes en línea describen explícitamente sus métricas de
reputación como el único aspecto que importa para su contratación (Gandini, 2016). Por
lo tanto, la ejecución de trabajos de calidad por parte de profesionales independientes en
línea es indirectamente
"Garantizado" por la presencia de calificaciones, en la medida en que la visibilidad de los
buenos comentarios recibidos de clientes anteriores es propicia para la puesta en marcha
de nuevos trabajos por parte de los mismos clientes y de otros (Alacovska, 2018).
Nuevamente, también existen dinámicas similares en plataformas donde no hay un
sistema de calificación formal, y otras métricas se convierten en herramientas de
monitoreo. En Deliveroo, por ejemplo, los mensajeros reciben "evaluaciones mensuales
de nivel de servicio" personalizadas en su "tiempo promedio para aceptar pedidos",
"tiempo de viaje a restaurante", "tiempo de viaje al cliente", "tiempo de atención al
cliente", "retraso" Órdenes "y" órdenes no asignadas "(O'Connor, 2017: np). Esto
significa que la plataforma "compara el rendimiento de cada mensajero con su propia
estimación de la rapidez con la que deberían haber sido" (O’Connor, 2017: np) y actúa
en consecuencia si los trabajadores no son lo suficientemente productivos.
Además de las prácticas de "gestión por parte de los clientes", muchas plataformas
también ejercen formas de control que aprovechan el compromiso y la atención en el
trabajo de un trabajador, utilizando técnicas de "gamificación" para estimular la
productividad extendida. Lehdonvirta (2018), por ejemplo, muestra que la gestión del
trabajo en ausencia de restricciones formales induce a los freelancers en Upwork a
esforzarse para obtener los mejores resultados personales en sus métricas en la
plataforma. De manera similar, un artículo que apareció en el New York Times (Scheiber,
2017) evidencia cómo Uber utiliza "trucos psicológicos" basados en juegos para
asegurarse de que sus conductores manejen más y durante más horas, lo que desalienta la
desconexión de la aplicación e incentiva el logro de Lo mejor de lo personal para
ganancias diarias o distancias. Esto se combina con formas de gamificación basadas en
características específicas de cada plataforma, como el "aumento de precios" de Uber, un
mecanismo que incentiva a los conductores a trasladarse a áreas donde la demanda es alta
y, por lo tanto, las tasas de transporte son más altas. Rosenblat y Stark (2016) describen
instrumentos como el aumento de precios de Uber como "fundamentales para su
capacidad de estructurar el control sobre sus trabajadores" (Rosenblat y Stark, 2016:
3758) en la medida en que estos determinan lo que describen como "asimetrías de poder"
que permiten Formas de 'control suave' (Rosenblat y Stark, 2016: 3768) sobre el
desempeño y las motivaciones de uno.
Sobre la base de la evidencia que se muestra aquí, se puede argumentar que las
plataformas de economía de conciertos son ejemplares de formas matizadas e
innovadoras de prácticas de control tecnológicamente centradas y normativas sobre los
trabajadores y su trabajo. Estos parecen presentar características que combinan de
diversas formas formas de control que ya son familiares para la investigación de procesos
laborales, especialmente en el contexto de la economía de servicios (como en el centro
de llamadas o el trabajo minorista). Sin embargo, estos también son únicos ya que se
especializan en métricas, cuya producción está integrada en el funcionamiento de la
plataforma y no puede ser evitada por los trabajadores, ya que la "alimentación" de estas
métricas afecta sus ingresos y la continuidad del empleo. Una vez más, la idea de un
continuo en la forma en que vemos el trabajo en conciertos parece ser útil aquí. Por un
lado, en plataformas como Upwork podemos presenciar una versión basada en tecnología
digital y basada en tecnología de lo que Morris et al. (2016) se describe como la
'indeterminación de la temporalidad' en el trabajo creativo, en la medida en que las formas
de control a distancia que son típicas del trabajo freelance tradicional, donde el boca a
boca y la reputación siguen siendo clave para el éxito profesional, se replantean en Una
plataforma digital. Por otro lado, plataformas como Uber o Deliveroo aprovechan
completamente la posibilidad de monitorear minuciosamente la actividad de un
trabajador en tiempo real, desde el momento en que un trabajador ingresa a la plataforma
hasta que se desconecta. Esto proporciona una forma de control "siempre activo" que
requiere atención dedicada y más investigación empírica.

Conclusion
Este artículo ha demostrado que el LPT representa un recurso importante para el estudio
del lugar de trabajo en su evolución digital. La discusión de las nociones de punto de
producción, trabajo emocional y control en el contexto de la economía del concierto ha
puesto de manifiesto que las plataformas representan un punto de producción basado en
digital en el que los sistemas de retroalimentación, clasificación y calificación
desempeñan un papel peculiar en el proceso laboral. . Esto sugiere que LPT tiene el
potencial de tomar una posición más central en la crítica al fenómeno emergente del
trabajo (ing) a través de (y para) una plataforma digital. Podría decirse que los aspectos
aquí discutidos son, de hecho, solo algunos de los muchos que podrían haberse tomado
como puntos de entrada para el estudio del trabajo de concierto utilizando el enfoque del
proceso de trabajo. Más se puede (y debería) decirse, por ejemplo, sobre la forma (y hasta
qué punto) de que las plataformas de trabajo digital "reutilizan" las nociones de
habilidades, autonomía, consentimiento y resistencia en el trabajo, que son temas
igualmente importantes en la tradición del proceso laboral. , y sin embargo no han hecho
parte de esta indagación. En otras palabras, este análisis trae más preguntas que
conclusiones a la mesa, ya que abre un amplio conjunto de temas para que intervenga la
investigación futura.
Dos aspectos en particular parecen valer la pena subrayar. El primero se refiere al papel
de las plataformas en la creación y configuración de las relaciones de producción. La
ausencia de una estructura gerencial fija emerge aquí para ser solo aparente; Las
plataformas de trabajo de conciertos digitales parecen estar diseñadas como modelos
organizativos que "invisibilizan" a la figura gerencial, que permanece oculta e inaccesible
para los trabajadores, ya que se encuentra detrás de la pantalla de un dispositivo digital y
un conjunto de notificaciones anónimas, y evita que los trabajadores se socialicen entre
sí. otro, reduciendo así el potencial de resistencia y sindicalización (aunque esto ha
sucedido, véase, por ejemplo, Tassinari y Maccarrone, 2017; Woodcock, 2016). Las
investigaciones futuras deben abordar críticamente la economía de conciertos no como
'solo otro' modo de empleo no estándar, sino como un modelo organizativo
potencialmente escalable que explota las características de una infraestructura digital para
promover una 'responsabilidad radical de la fuerza de trabajo' en un individuo nivel
(Fleming, 2017; Neff, 2012), tomando así en serio las advertencias de una "Uberización"
entrante de todo el trabajo (Fleming, 2017).
Un segundo aspecto se refiere a la forma en que concebimos los trabajadores digitales, y
en particular los trabajadores de conciertos, en la erudición marxista. De hecho, la
discusión sobre formas de trabajo basadas en medios digitales y en medios digitales ha
estado dominada en gran medida por la crítica a una forma muy específica de trabajo
digital, que los usuarios de plataformas de medios sociales como Facebook (ver
Beverungen et al., 2015 ), y por un énfasis en las prácticas de explotación del trabajo
'libre' e 'invisible' que producen (Fuchs, 2014). Como resultado, la aparición de ejemplos
de trabajo "real", como la economía del trabajo, hasta ahora se ha pasado por alto en gran
medida, especialmente por disciplinas como la sociología del trabajo, los estudios de
organización y la gestión crítica, que hasta hace poco han considerado ampliamente estos
aspectos. Una cuestión de 'estudios de medios'. Este artículo, por el contrario, sugiere la
necesidad de que estas disciplinas reconozcan que los trabajadores que trabajan a través
de (y para) una plataforma digital, como los que trabajan en conciertos, no son
simplemente "usuarios" de una plataforma sino que son trabajadores realmente pagados,
y se comprometen En la investigación que investiga sus condiciones y prácticas en
consecuencia. En este sentido, comparto aquí el énfasis de Tweedie (2013: 102) sobre la
necesidad de la investigación laboral contemporánea para centrar su atención en "cómo
las prácticas de gestión cambiantes, las relaciones de trabajo y las tecnologías afectan la
capacidad de las personas para hacer frente a las demandas de sus tareas de trabajo". un
tema que parece ser de gran importancia, especialmente en el contexto de un debate donde
las ideas de un "fin de trabajo" por medio de la automatización digital a gran escala se
consideran una perspectiva para la sociedad (Srnicek y Williams, 2015). Además, parece
importante reiterar la advertencia de Tweedie (2013) de no exagerar la relevancia de los
regímenes de empleo en esta imagen. Es de capital importancia que los trabajadores de
los conciertos sean plenamente reconocidos como "trabajadores" y que cuenten con una
seguridad social digna, pero también debemos ampliar nuestro interés en las experiencias
de estos trabajadores (ver también Moisander et al., 2018; Tweedie y Holley, 2016) así
como en las implicaciones sociales y culturales que se derivan de trabajar en un contexto
donde las relaciones de producción son fluidas y las relaciones sociales en el trabajo son
muy transaccionales. Gracias a su posición única en la primera línea de la investigación
laboral, LPT está bien equipado para aportar una contribución significativa a este debate
y establecer como una voz marxista crítica y prominente en el trabajo de la plataforma
digital.

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