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Todo organismo social está conformado por personas que interactúan entre sí, con el
propósito fundamental de lograr ciertos objetivos. Por lo tanto, existen relaciones formales e
informales de interinfluencia entre la persona, el trabajo y la estructura, de tal forma que
individuo y organización son interdependientes en razón de buscar la satisfacción de sus
propias necesidades. Para el adecuado logro de sus fines, resulta imprescindible que las
personas se involucren en el cumplimiento de los objetivos, desempeñando sus
responsabilidades de manera satisfactoria. Es precisamente en este complejo sistema de
interacciones que la inteligencia emocional adquiere un importante significado, determinada
por la habilidad o capacidad del individuo para identificar, entender y controlar de manera
correcta las emociones, de modo que facilite las adecuadas relaciones con los demás en el
ámbito laboral. Dicha capacidad no se limita exclusivamente a las emociones propias, implica
asimismo, entender y comprender las de los demás, con acciones específicas tales como
detectarlas, anticiparse a su aparición, controlarlas y expresarlas con moderación y
oportunidad.
DESARROLLO
Cabe destacar que existe poca producción científica de la Inteligencia Emocional sobre el
campo administrativo con algunas posibles aplicaciones a nivel gerencial, la gran mayoría de
la literatura e investigaciones publicadas se encuentran en el ámbito de la educación, ya que
el rubro de las organizaciones aún es un área de oportunidad que espera ser mayormente
explorada, situación que permite realizar un breve análisis de la relación e influencia de la IE
en el trabajo.
RELACIONES INTERPERSONALES.
En una sociedad tan compleja e interdependiente, la ejecución del trabajo implica un sutil
juego de interrelaciones cooperativas y competitivas, que requiere una adecuada conducción
con la finalidad de regular dichas relaciones para lograr que cada persona contribuya con lo
mejor de sí misma.
Las relaciones interpersonales son un aspecto central del ejercicio profesional y laboral en el
ámbito organizacional, ya que gran parte del tiempo que se dedica a cada jornada de trabajo,
se tiene que interactuar e interrelacionarse con otras personas de nuestra unidad o área de
trabajo como superiores, compañeros, colaboradores, clientes y proveedores, etc., dichas
interacciones constituyen el eje central en el cumplimiento de las responsabilidades y en el
logro de las metas y objetivos. De hecho, las interacciones personales manifiestan entre otras
cosas las ideas, capacidades, competencias, valores y características personales de los que
intervienen, definiendo una forma particular de comportamiento que demuestre su
competencia laboral, adaptando su conducta a las normas y políticas organizacionales.
Bajo este contexto, es necesario crear y mantener relaciones interpersonales exitosas en el
trabajo, cuyas acciones y estrategias a aplicar, dependerán del tipo de labor a desempeñar,
del grado de responsabilidad asignada y de la jerarquía del puesto ocupado en la empresa,
mostrando una conducta y emociones adecuadas, incluso si las exigencias del cargo son muy
elevadas, se deberán regular y controlar las experiencias emocionales para un desempeño
laboral exitoso. Dicha situación es relevante, ya que si las emociones no se manejan
adecuadamente, pueden afectar la vida familiar y social de una persona, obstaculizarle el
tener interacciones satisfactorias e incluso limitar su progreso laboral.
En este sentido, la inteligencia emocional adopta un papel relevante para establecer y
mantener relaciones interpersonales positivas, cuyas habilidades apoyan a las personas a
interactuar para obtener beneficios mutuos de aceptación, consideración y trato adecuado,
que al constituirse en satisfactorias, proveen las condiciones adecuadas para tener una
experiencia positiva al interactuar y compartir con otras personas, es decir, a mayor habilidad
de la IE para generar y mantener relaciones interpersonales, anticipando y reconociendo las
necesidades de las otras personas, respetándolas y apreciándolas, con disposición a
proporcionarle satisfactores, las demás personas estarán interesadas en conservar y
acrecentar dicha relación.
Es necesario entonces ajustar la conducta al entorno, para lo cual se requiere contar con los
conocimientos, capacidades, destrezas y actitudes que orienten a saber qué hacer para tener
un comportamiento eficaz en el contexto de dichas relaciones interpersonales, aspectos que
determinarán las metas y propósitos, el significado que se otorgue a la interacción con otras
personas y la propia experiencia emocional para afrontar los problemas.
La inteligencia emocional se convierte en el punto clave que promueve a que las relaciones e
interacciones se realicen con éxito y además resulten beneficiosas para todas las partes
involucradas, aminorando la presencia del estrés y aspectos negativos como la ansiedad, la
ira y la depresión.
Empatía.
La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar de otra persona, saber lo que siente o
incluso lo que puede estar pensando y de esa manera escuchar y responder, al sentir de la
misma.
La empatía se encuentra relacionada con la inteligencia emocional y conduce a las personas a
ser más exitosas en todas las facetas de su vida, y por supuesto en el ámbito laboral. La
socialización de las emociones es un aspecto de suma importancia para la adecuada
expresión emocional y la empatía. Las personas con capacidad empática son las que saben
entender y comprender a los demás, logrando captar información a partir de las palabras, la
modulación de la voz, las gesticulaciones, la postura y toda forma de lenguaje no verbal, para
saber lo que están sintiendo o incluso lo que pueden estar pensando. La empatía requiere
reconocer que las demás personas pueden sentir y pensar de forma similar a nosotros, pero
también de modo diferente. Al identificar y entender de forma adecuada las emociones,
desarrollan la capacidad de relacionarse de mejor manera con los demás gracias a la empatía,
lo que permite incrementar el éxito en el trabajo y lograr una satisfacción más integral. En
otras palabras, las personas empáticas se distinguen por ser más sociables, tienen mayor
capacidad de aceptación y liderazgo, obteniendo más logros en el campo laboral.
La falta de empatía limita la capacidad de ser conscientes de entender y comprender el sentir
de los demás, sobre todo cuando piensan o actúan de forma diferente a nosotros, situación
que genera conflictos, malentendidos, problemas de comunicación, conductas y actitudes
negativas hacia otros, generando un ambiente laboral tenso en la organización, impactando de
forma negativa la productividad y la eficiencia.
El desarrollo de la empatía se puede impulsar con la adecuada observación de todo tipo de
mensajes verbales y no verbales, así como la atención a los detalles que permitan ubicarse en
el lugar de la otra persona y saber lo que piensa y siente, para responder de manera
adecuada a las emociones que está transmitiendo.
Toda organización necesita de un ambiente laboral adecuado, en donde los integrantes de la
misma se sientan a gusto al desempeñar sus tareas, coadyuvando al logro de las metas y
objetivos empresariales, promoviendo relaciones laborales íntegras, de tal forma que entre
más empatía exista en la organización, el personal tendrá más capacidad para relacionarse
adecuadamente con quienes le rodean, reduciendo problemas y conflictos, incrementar la
estabilidad operativa y fomentar la adecuada interacción personal, a través de la capacidad de
entender y comprender a los demás, controlar las emociones, reconocer y valorar el esfuerzo
y superar los retos y dificultades con apertura y optimismo.
TRABAJO EN EQUIPO.
El trabajo en equipo es una característica fundamental de las organizaciones y una estrategia
el desarrollar como pueden ser altamente eficaces, cuya respuesta se puede encontrar en los
que son emocionalmente inteligentes y que toman las decisiones adecuadas, aún bajo
presión.
Fomentar una alta inteligencia emocional en el trabajo grupal, requiere el establecimiento de
normas entre sus integrantes que orienten las actitudes y comportamientos de forma positiva y
que favorezcan la eficacia del equipo, tales como la confianza, la identidad y elevados niveles
de resultados, que permitan alcanzar una verdadera cooperación y colaboración en la
consecución de las metas del mismo y con la capacidad de responder constructivamente ante
situaciones emocionalmente incómodas y con una comunicación abierta y sincera, aún en
situaciones negativas.
El equipo de trabajo emocionalmente inteligente, desarrolla y aplica la competencia de
adaptarse a las situaciones con flexibilidad y autotransformación, acorde a las exigencias
cambiantes internas y externas, de tal suerte que la sinergia de la IE de los integrantes
favorezca la inteligencia emocional colectiva.
La inteligencia emocional beneficia significativamente el trabajo en equipo, haciendo que sus
integrantes tengan una mayor preferencia para trabajar con otras personas en metas y
objetivos comunes, distinguiéndose por sus significativos rangos de excelencia, resultado de
la influencia y control del factor emocional, reconociendo y razonando con los sentimientos y
facilitando la interacción social.
La confianza mutua entre los miembros y su responsabilidad los prepara para enfrentar en
conjunto cualquier reto o situación, cumplir sus compromisos, lograr los propósitos del mismo,
incluso para reorientar sus acciones ante posibles desventajas o corregir posibles
desviaciones, con una mayor apertura a lo novedoso, aceptar riesgos y presiones,
adaptándose a las exigencias de su entorno con una visión amplia para el debate abierto y
riguroso, pero en un estado de armonía que aumente su potencial y aproveche al máximo las
capacidades de sus integrantes.
El adecuado manejo de las emociones identifica a los colaboradores con una mayor
capacidad de influencia interpersonal y habilidad para crear y mantener buenas relaciones
laborales y vínculos de interacción francos y abiertos, demostrando ser más cooperativos,
considerados y con conductas de ayuda y apoyo hacia sus compañeros, promoviendo mejores
interacciones sociales con un enfoque de conjunto hacia los objetivos comunes. Bajo esta
perspectiva, las pautas de conducta que adopte el equipo ante las diversas situaciones,
incluidos los escenarios de presión, serán resultado de su inteligencia emocional colectiva.
LIDERAZGO
Tradicionalmente la inteligencia se enfocaba a considerar solamente los aspectos cognitivos,
sin embargo, posteriormente surgieron las habilidades no intelectuales como necesarias para
determinar la capacidad de una persona para encontrar alternativas de solución a los
problemas y comportarse ante éstos de forma inteligente, reconociendo que los líderes con
capacidad de lograr confianza, respeto, reconocimiento y calidez hacia sus seguidores, eran
los que lograban mejores resultados. A mayor capacidad de inteligencia emocional los líderes,
enfrentan y resuelven constructivamente, se recuperan en menor tiempo de experiencias
desagradables y son capaces de adaptarse con mayor facilidad a entornos agresivos,
turbulentos y cambiantes.
El manejo y control de las emociones es una característica que identifica al líder actual, que se
traduce en una habilidad de potencial relación interpersonal, capacidad de adaptación social y
cultural, facilidad de integrarse y transmitir entusiasmo y optimismo a sus subordinados, con
objetividad para enfrentar retos y establecer metas, así como motivar con sus actitudes y
comportamiento a los colaboradores.
Reviste una importancia significativa en el ámbito laboral, el grado en que los líderes aplican
las emociones para dirigir las actividades y acciones técnico operativas, apoyándose en el
potencial que proporcionan las emociones como información valiosa para las demandas,
exigencias y solución de problemas.
Entendiendo al liderazgo como un actuar compartido, implica entonces el involucramiento de
todos los colaboradores, siendo imprescindible el conjunto de habilidades sociales que provee
la inteligencia emocional. El líder por su posición, influye en el crecimiento y desarrollo
organizacional, que por su experiencia y capacidad emocional, transmite una sensación
positiva y motivadora que inspira el trabajo colectivo, el progreso empresarial y de las
personas con un alto sentido de pertenencia, compromiso y desempeño laboral.
MANEJO DE CONFLICTOS.
La organización no se exenta del surgimiento de conflictos en virtud de que se encuentra
expuesta a una gran diversidad de situaciones, gran parte de ellas generadores potenciales de
confrontaciones, que algunas se traducen en conflictos o surgen como tales, más aún si ésta
se encuentra bajo presión, es sumamente importante que los involucrados en la situación
controlen sus emociones e impulsos con el propósito de evitar acrecentar la problemática
existente, que al no saber manejarlos adecuadamente, se salgan de control con efectos
nocivos para todos.
De forma general podemos mencionar que el conflicto es simplemente una diferencia de
opinión o intereses y que se encuentra presente en cualquier área de trabajo, incluso su
presencia en sí ya representa alguna dificultad por la presencia del estrés, que influye en la
forma en que se genera la respuesta.
Los conflictos al caracterizarse con una fuerte carga emocional, la organización se identifica y
se reconocerá más inteligente, en la medida de su capacidad de solucionar adecuadamente
los problemas que enfrenta y manejarlos adecuadamente. Es importante reconocer que la
manifestación de los conflictos puede ser de forma abierta y expresa, pero también de forma
subyacente, lo que puede constituirse en un riesgo de desmotivación para el personal y que
los niveles jerárquicos superiores no lo perciban, bajo una aparente aceptación de las
decisiones que en realidad no comparten los colaboradores. Una herramienta positiva para
manejar el conflicto es haciendo uso de la inteligencia emocional, que favorecerá la forma de
gestionar el comportamiento, fortalecer las situaciones sociales y tomar las decisiones
adecuadas de una manera más sencilla y eficaz, mejorando la predisposición y fortaleciendo
las capacidades emocionales. Un aspecto de suma importancia es cómo se percibe y se
enfrenta la situación conflictiva, es recomendable abordar abiertamente las diferencias con el
propósito de atender realmente lo importante y no desgastarse en discusiones destructivas,
falsas suposiciones, malentendidos o conductas agresivas. Encontrar el equilibrio ideal de las
emociones a efecto de que las partes involucradas obtengan beneficios y satisfacción,
reduciendo al mínimo posible los niveles de fricción.
Las personas que han desarrollado sus capacidades de inteligencia emocional en el manejo
de conflictos, son grandes negociadores que tratan a las personas difíciles con tacto y
diplomacia, gestionan y controlan las emociones, establecen acuerdos con debates y
discusiones abiertas, logran soluciones aportando beneficios a los involucrados, protegiendo y
fortaleciendo sus interacciones sociales.
CONCLUSIONES
Las organizaciones han comprendido que el éxito depende de varios factores adicionales a la
capacidad intelectual y destreza técnica, dichas habilidades permiten enfrentar y superar el
turbulento mercado laboral, caracterizado por ser más competitivo y complejo, que para lograr
convertirse en una empresa eficaz, el capital humano debe tener la capacidad de trabajar con
otras personas de manera óptima, por lo que se hace imprescindible invertir en mejorar la
inteligencia emocional, que se traduce en una estrategia que facilite adecuarse a las
exigencias del entorno en que se encuentra inmersa.
Las personas con mayor dominio emocional, enfrentan adecuadamente las demandas de sus
roles laborales, aminorando la presión psicológica, generan y mantienen relaciones
interpersonales de calidad, cuentan con un firme soporte social y capacidad constante para
atender y resolver problemas y retos de manera racional y objetiva.
Los trabajadores exitosos son capaces de observar sus emociones y las de los demás,
utilizando información valiosa para manejar sus relaciones interpersonales y beneficiar
colateralmente el ambiente laboral. Presentan altos niveles de desarrollo de comportamiento
de autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales que influyen positivamente en
su desarrollo personal, social y laboral.
El Directivo de éxito, se caracteriza por no perder el equilibrio ante situaciones tensas,
manteniendo durante periodos de crisis la serenidad, confianza y templanza necesarias para
solucionar cualquier situación, problema o incidencia.
Apoyar a las personas a entender sus emociones y fortalecer sus habilidades de control
emocional, aporta positivamente a su calidad de vida y al éxito personal, profesional y
empresarial.
Una organización emocionalmente inteligente, actúa con eficacia ante la adversidad, siendo
consciente de sus fortalezas y debilidades, con capacidad para enfrentar un entorno
impredecible y agitado por la velocidad de los cambios y procesos que afectan en lo individual,
social y laboral, con una marcada presión por lograr resultados eficientes.
La inteligencia emocional aporta a las organizaciones entre otros aspectos una comunicación
eficaz, un clima laboral adecuado, facilita los procesos de cambio y de mejora continua, se
favorecen las relaciones interpersonales y se fortalece el trabajo en equipo acrecentando la
motivación y el desempeño enfocado a la consecución de las metas y objetivos con eficacia y
eficiencia, promueve el involucramiento del personal con su trabajo, siendo más responsables
y autónomos, proporcionándoles mayores niveles de satisfacción, bienestar con el mismo
trabajador y con su entorno y una mejor calidad de vida, se mejoran las relaciones con los
diversos públicos tanto internos como internos, así como la rentabilidad de la empresa.
Inteligencia Emocional
La evolución humana ha dado como resultado a los largo de los años ciertos frutos que podemos
percibir, tales como la inteligencia y la razón. Los seres humanos se diferencian en la historia del
planeta como los únicos con poder de decisión y cognición, los humanos no eran más que simples
animales sin la gran ventaja que ahora tienen sobre el resto de los seres vivos.
La inteligencia nos ha llevado a diferentes etapas en nuestra historia, tales como aprender a usar
herramientas, aprender y conocer de nuestro entorno, usar a nuestro favor los fenómenos físico;
como el fuego y el agua, etc. conocemos a estas etapas como la edad de piedra, edad de bronce,
edad de los metales, entre otras.
Ahora la evolución y la inteligencia nos han dado una nueva herramienta; la de poder conocer y
diferenciar las emociones que nacen en nosotros, su propósito y su control.
Con esto podemos decir que las emociones son reacciones de nuestro cuerpo a diferentes
circunstancias, estos es los que nos hace menos animales del resto de los seres que habitan en
este mundo, ya que sin perder algunos de nuestros instintos, surgieron en nosotros otro tipo de
reacciones tales como la ira, la felicidad, la frustración, etc.
Temor
Tristeza
Sorpresa
Disgusto
Ira
Alegría
ESperanza
Aceptación
Cada una de estas emociones nos ayudan a adaptarnos a las demandas de
nuestro ambiente aunque de diferentes maneras. Las diferentes emociones se pueden combinar
para producir un rango de experiencias aún más amplio. Estas emociones varían en intensidad, la
ira.
La conjunción de estos dos términos, inteligencia y emoción nos dan un nuevo término, dentro de
la comprensión humana: “INTELIGENCIA EMOCIONAL”.
La inteligencia emocional, no es más que la comprensión de los sentimientos, hacia donde van
enfocaos y la influencia que tienen en nosotros día con día, tanto en nuestra vida personal como
en la aboral.
Fue Howard Gardner quien utilizo por primera vez el término inteligencia emocional, introdujo este
término en 1983 en su [Teoría de las inteligencias múltiples Frames of Mind: The Theory of
Multiple Intelligences ].
Goleman, al hablar de inteligencia emocional, nos dice que está dividido en dos; en la inteligentica
personal; que es donde las persona deben conocerse en cuanto a sentimientos y emociones, auto
motivarse y poder controlar las emociones que de ellos broten con efecto de situaciones hostiles o
adversas y la inteligencia interpersonal; que es el modo que nos anexamos a una sociedad o a un
grupo social, para que pase esto se necesita cierta empatía es decir, ponerse en los zapatos del
otro y tratar de ayudar si es posible y la capacidad de encajar en un medio donde se necesite
socializar y obtener apoyo de los miembro de este círculo social.
Las relaciones sociales y el manejo de ellas influyen en nuestra vida cotidiana, es por eso que el
conocimiento de las emociones es vital para el desenvolvimiento de nuestros caracteres.
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada,
en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso,
ciertamente, no resulta tan sencillo. Con esto nos podemos dar cuenta que la inteligencia
emocional es mucho mas importante de lo que se puede escuchar. Con dicho control, podemos
solucionar problemas o conflictos son rapidez y eficacia. No es lo mismo solucionar un problema
totalmente enardecido que, controlando la ira y tomar decisiones sin pensar.
Es por esto que en conclusión, la inteligencia emocional es parte de la evolución humana, como
dominamos los metales y domamos bestias, ahora podemos controlar e inhibir estados de total
cólera para convertirlos en situaciones sin peligro.
El dominio de las emociones nos ayudara en un futuro a lograr objetivos sin problemas, superando
dificultades y obstáculos que el mundo nos imponga. Conviviendo y comprendiendo a otras
personas sin conflictos superficiales.
La inteligencia en general, nos ayudo a establecer fronteras en el actuar humano, aunque siempre
quedaran rezagos intelectuales y mentes salvajes que desearan y harán cuanto les plazca y no
verán mas allá de sus emociones.
DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA
EMOCIONAL
Del latín intelligentĭa, la noción de inteligencia está vinculada a
la capacidad para escoger las mejores opciones en la búsqueda de
una solución. Es posible distinguir entre diversos tipos de inteligencia,
según las habilidades que entran en juego. En cualquier caso, la inteligencia
aparece relacionada con la capacidad de entender y elaborar información
para usarla de manera adecuada.
Del latín intelligentĭa, la noción de inteligencia está vinculada a
la capacidad para escoger las mejores opciones en la búsqueda de
una solución. Es posible distinguir entre diversos tipos de inteligencia,
según las habilidades que entran en juego. En cualquier caso, la inteligencia
aparece relacionada con la capacidad de entender y elaborar información
para usarla de manera adecuada.
Por los importantes beneficios y ventajas que tiene cualquier persona que
dispone de inteligencia emocional, muchos son los estudios que se han
llevado a cabo hasta el momento. Algunos de ellos vienen a dejar patente que
entre las señas de identidad que más identifican a quienes la poseen, se
encuentran las siguientes:
• Huyen de la monotonía, intentan en todo momento buscar alternativas
para tener una vida más plena y feliz.
• Son firmes cuando así se requiere.
• Siempre miran hacia adelante a la hora de seguir viviendo.
• Les encanta estar aprendiendo continuamente.