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Acceso y disponibilidad del agua potable

Hemos pensado ¿qué pasará si se agota el agua? El agua es un elemento esencial


para la sobrevivencia de los seres vivos, y fundamental para el desarrollo económico,
social y ambiental.

Durante los últimos años, se han suscitado diferentes conflictos por el acceso al uso
del agua, ya que es indispensable para el crecimiento fenológico de los cultivos
agrícolas, es decir, las etapas por las que pasan las plantas a lo largo de un período
desde la siembra hasta la cosecha, así como el abastecimiento de agua para la crianza
de ganado y el desarrollo de procesos industriales, los cuales suceden en la zona
media de las cuencas.

La población que habita las zonas marino costeras del país de Guatemala, son quienes
sufren más drásticamente las consecuencias por el inadecuado uso del agua. Ya que
el agua que corre sobre los ríos de las cuencas que desembocan en la vertiente del
Litoral Pacífico, son retenidas y desviadas en la parte media de las cuencas, para el
riego de cultivos agrícolas, riego de pastizales y desarrollo de procesos industriales,
obteniendo como resultado la reducción del caudal del agua que desemboca sobre los
esteros, lagunas y el Océano Pacífico, incrementando los niveles de salinidad de los
esteros, y por consiguiente la salinización de los pozos ubicados en el sector playa del
Pacífico de Guatemala.

El estado natural de los ecosistemas se encuentra alterado por la retención del recurso
hídrico y por la carga de contaminantes que se vierten a lo largo de los ríos sobre la
parte alta y media de las cuencas. Esto se debe a que las aguas residuales de
diferentes orígenes no son tratadas de acuerdo a los parámetros establecidos por el
Acuerdo Gubernativo 236-2006. De igual forma, los residuos y desechos sólidos
tampoco son tratados, en vez de esto existen botaderos y basureros clandestinos a
las orillas de los ríos, mismos que son trasladados por la corriente hacia las zonas
marino costeras. Como consecuencia, se incrementa la carga de contaminantes y, por
efecto de la erosión, son arrastradas moléculas de agroquímicos a los cuerpos de
agua, lo que ha provocado la muerte de peces en algunas épocas del año.

Según el Perfil Ambiental de Guatemala 2010 – 2012, del IARNA-URL, indica que, en
el año 2009, al menos catorce ríos principales y cuatro lagos presentaron altos
porcentajes de contaminantes físicos, materia orgánica, microorganismos,
contaminantes tóxicos y materiales cancerígenos, lo que implica riesgos importantes
por usar esas aguas para consumo humano y riego.

De acuerdo al informe final de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio


(Segeplan 2015) indica que para el año 2014, el 76.3 por ciento de la población
guatemalteca contaba con acceso a fuentes mejoradas de abastecimiento de agua
potable. Para el año 2030, se espera lograr el acceso universal y equitativo al agua
potable, a un precio asequible para todas y todos, de acuerdo a lo planteado por los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El agua es de vital importancia para la sobrevivencia de la humanidad, y todos
deseamos contar con acceso al servicio de agua de calidad en nuestras viviendas; por
lo que las autoridades municipales y gobierno central deben crear las estrategias,
programas y proyectos que permitan brindar este servicio a la mayoría de la población
guatemalteca, en cumplimiento a los artículos 67 y 68 inciso a del Código Municipal.
Sin embargo, como ciudadanos debemos ser conscientes de pagar las tasas
municipales que el Concejo Municipal establezca para recuperar los costos de
operación y mantenimiento para el buen funcionamiento de los sistemas de agua
potable, tal como lo establece el artículo 72 del Código Municipal. Además, debemos
ser conscientes de pagar una tasa municipal para el saneamiento de las aguas
servidas, ya que este proceso conlleva gastos para el establecimiento de la
infraestructura de tratamiento, la operación y mantenimiento.

Para hacer realidad este tipo de propuestas, debe de existir voluntad de parte de las
autoridades municipales, para establecer las tasas municipales que permitan la
sostenibilidad financiera de los servicios públicos del agua potable y saneamiento
básico, ya que actualmente la mayoría de comunas subsidian los servicios de agua
potable.

Es necesario que sumemos esfuerzos a nivel institucional y de ciudadanía para que


se apruebe la ansiada Ley de Agua en nuestro país, que permitirá regular y hacer una
mejor administración del recurso hídrico. Se debe tener en cuenta que debido al mal
manejo y contaminación que hemos hecho de este recurso, aunado los escenarios
futuros por efectos del cambio climático, cada año será más difícil obtener el vital
líquido para consumo y desarrollo de las actividades cotidianas, como para la
producción agropecuaria y el desarrollo industrial.

Como seres humanos debemos tomar mayor conciencia por el buen manejo y uso del
agua, porque gota en gota, el agua se agota.

A pesar de que en la tierra hay gran cantidad de agua, no toda está disponible y en
condiciones para abastecer a los seres humanos: una de cada cinco personas no tiene
acceso a agua potable y el 40% de la población del planeta no dispone de sistemas
básicos de saneamiento.

El Banco Interamericano de Desarrollo ha recogido en el documento sobre "Manejo


Sostenible del Agua" la problemática, el diagnóstico y las recomendaciones para
reducir el consumo. Entre los diferentes datos recopilados para mostrar la problemática
actual, se recogen estos dos gráficos de Naciones Unidas sobre la disponibilidad de
agua dulce en el mundo y la población con acceso a agua de buena calidad.

El agua está en el epicentro del desarrollo sostenible y es fundamental para el


desarrollo socioeconómico, la energía y la producción de alimentos, los ecosistemas
saludables y para la supervivencia misma de los seres humanos. El agua también
forma parte crucial de la adaptación al cambio climático, y es el vínculo crucial entre la
sociedad y el medioambiente.
El agua es, además, una cuestión de derechos. A medida que crece la población
mundial, se genera una necesidad creciente de conciliar la competencia entre las
demandas comerciales de los recursos hídricos para que las comunidades tengan lo
suficiente para satisfacer sus necesidades. En concreto, las mujeres y las niñas deben
tener acceso a instalaciones de saneamiento limpias y que respeten la privacidad para
que puedan manejar la menstruación y la maternidad con dignidad y seguridad.

Para el desarrollo del ser humano, el agua y los sistemas de saneamiento no pueden
estar separados. Ambos son vitales para reducir la carga mundial de enfermedades y
para mejorar la salud, la educación y la productividad económica de las poblaciones.

Los desafíos del agua


2,1 billones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados
de manera segura (OMS/UNICEF 2017).
4,5 billones de personas carecen de servicios de saneamiento gestionados de forma
segura (OMS/UNICEF 2017).
340 000 niños menores de cinco años mueren cada año por enfermedades diarreicas
(OMS/UNICEF 2017).
La escasez de agua ya afecta a cuatro de cada 10 personas (OMS).
El 90% de los desastres naturales están relacionados con el agua (UNISDR).
El 80% de las aguas residuales retornan al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas
(UNESCO, 2017).
Alrededor de dos tercios de los ríos transfronterizos del mundo no tienen un marco de
gestión cooperativa (SIWI).
La agricultura representa el 70% de la extracción mundial de agua (FAO).
Aproximadamente el 75% de todas las extracciones de agua industrial se utilizan para
la producción de energía (UNESCO, 2014).
El derecho al agua
Uno de los hitos recientes más importantes ha sido el reconocimiento por parte de la
Asamblea General de las Naciones Unidas del derecho humano al agua y al
saneamiento en julio de 2010. La Asamblea reconoció el derecho de todos los seres
humanos a tener acceso a una cantidad de agua suficiente para el uso doméstico y
personal (entre 50 y 100 litros de agua por persona y día) y que sea segura, aceptable
y asequible (el coste del agua no debería superar el 3% de los ingresos del hogar), y
accesible físicamente (la fuente debe estar a menos de 1.000 metros del hogar y su
recogida no debería superar los 30 minutos).

El agua y los Objetivos de Desarrollo Sostenible


El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 es «Garantizar la disponibilidad de agua
y su gestión sostenible y el saneamiento para todos». Las metas de este objetivo
cubren tanto los aspectos del ciclo del agua como los sistemas de saneamiento, y la
consecución de este objetivo se ha planteado para que contribuya en el progreso de
otros ODS, principalmente en salud, educación, crecimiento económico y medio
ambiente.

La ONU y el agua
Las Naciones Unidas llevan mucho tiempo abordando la crisis mundial derivada de un
abastecimiento de agua insuficiente y la creciente demanda de agua para satisfacer
las necesidades humanas, comerciales y agrícolas.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua (1977), el Decenio Internacional


del Agua Potable y del Saneamiento Ambiental (1981-1990), la Conferencia
internacional sobre el agua y el medio ambiente (1992) and the y la Cumbre para la
Tierra (1992) — se centraron en este recurso vital. En concreto, el Decenio ayudó a
unos 1.300 millones de personas de países en desarrollo a conseguir acceso a agua
potable.

El Decenio Internacional de Acción "Agua para la Vida" 2005-2015 contribuyó a que


alrededor de 1,3 billones de personas en los países en desarrollo obtuvieran acceso
al agua potable e impulsó el progreso en materia de saneamiento como parte del
esfuerzo por alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Los últimos acuerdos clave incluyen la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el
Marco de Sendái para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, la Agenda
de Acción de Addis Abeba 2015 sobre la Financiación para el Desarrollo, y el Acuerdo
de París 2015 dentro del Marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático.

Agua, saneamiento e higiene


Las aguas contaminadas y la falta de saneamiento básico obstaculizan la erradicación
de la pobreza extrema y las enfermedades en los países más pobres del mundo.

En la actualidad, 2,3 billones de personas no disponen de instalaciones básicas de


saneamiento, como baños o letrinas. Según el Programa Conjunto OMS/UNICEF de
Monitoreo del Abastecimiento de Agua y del Saneamiento, al menos 1800 millones de
personas en todo el mundo beben agua que no está protegida contra la contaminación
de las heces. Un número aún mayor bebe agua que se distribuye a través de sistemas
vulnerables a la contaminación.

Agua no potable y mortalidad infantil


El agua no potable y el saneamiento deficiente son las causas principales de la
mortalidad infantil. La diarrea infantil -asociada a la escasez de agua, saneamientos
inadecuados, aguas contaminadas con agente patógenos de enfermedades
infecciosas y falta de higiene- causa la muerte a 1,5 millones de niños al año, la
mayoría de ellos menores de cinco años en países en desarrollo.

Saneamientos mejorados y beneficios económicos


La relación entre la falta de agua y saneamiento y los objetivos de desarrollo es obvia
y solucionar el problema es rentable. Los estudios muestran que cada dólar invertido
se traduce en un beneficio de 9. Ese retorno de la inversión beneficia específicamente
a niños pobres y comunidades desfavorecidas que más lo necesitan.

Homenaje a los recursos hídricos


Cada año, se celebran dos días internacionales de la ONU sobre agua y saneamiento:
el Día Mundial del Agua, 22 de marzo, y el Día Mundial del Retrete, 19 de noviembre.
Ambas celebraciones van acompañadas de una campaña pública que trata de crear
conciencia sobre los problemas del agua, centrándose en un tema particular y tratando
de inspirar actuaciones.

El Decenio Internacional para la Acción, Agua para el Desarrollo Sostenible, comenzó


en el Día Mundial del Agua, el 22 de marzo de 2018, y terminará en el Día Mundial del
Agua, el 22 de marzo de 2028.

El Decenio trata de acelerar los esfuerzos para enfrentarse a los desafíos relacionados
con el agua, como el acceso reducido al agua potable y al saneamiento, una mayor
presión sobre los recursos hídricos y los ecosistemas y un riesgo exacerbado de
sequías e inundaciones.

El agua libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en que
queremos vivir. Hay suficiente agua dulce en el planeta para lograr este sueño. Sin
embargo, actualmente el reparto del agua no es el adecuado y para el año 2050 se
espera que al menos un 25% de la población mundial viva en un país afectado por
escasez crónica y reiterada de agua dulce. La sequía afecta a algunos de los países
más pobres del mundo, recrudece el hambre y la desnutrición.

Esa escasez de recursos hídricos, junto con la mala calidad del agua y el saneamiento
inadecuado repercuten en la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia y la
oportunidad de educación para las familias pobres en todo el mundo.
Afortunadamente, se han hecho algunos avances en la última década y más del 90%
de la población mundial tiene acceso a fuentes de agua potable mejoradas.

Para mejorar el acceso a agua apta para el consumo y al saneamiento, y la gestión


racional de los ecosistemas de agua dulce entre las comunidades locales en varios
países en desarrollo del África Subsahariana, Asia Central, Asia Meridional, Asia
Oriental y Asia Sudoriental.

3 de cada 10 personas carecen de acceso a servicios de agua potable seguros y 6 de


cada 10 carecen de acceso a instalaciones de saneamiento gestionadas de forma
segura.
Al menos 892 millones de personas continúan con la práctica insalubre de la
defecación al aire libre.
Las mujeres y las niñas son las encargadas de recolectar agua en el 80% de los
hogares sin acceso a agua corriente.
Entre 1990 y 2015, la proporción de población mundial que utilizaba una fuente
mejorada de agua potable pasó del 76% al 90%.
La escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial y se prevé que esta
porcentaje aumente. Más de 1700 millones de personas viven actualmente en cuencas
fluviales en las que el consumo de agua supera la recarga.
4 billones de personas carecen de acceso a servicios básicos de saneamiento, como
retretes o letrinas.
Más del 80% de las aguas residuales resultantes de actividades humanas se vierten
en los ríos o el mar sin ningún tratamiento, lo que provoca su contaminación.
Cada día, alrededor de 1000 niños mueren debido a enfermedades diarreicas
asociadas a la falta de higiene.
Aproximadamente el 70% de todas las aguas extraídas de los ríos, lagos y acuíferos
se utilizan para el riego.
Las inundaciones y otros desastres relacionados con el agua representan el 70% de
todas las muertes relacionadas con desastres naturales

En Guatemala, el 75% de la población tiene acceso a agua potable domiciliar y de ellos


el 90% se ubica en el área urbana y el 60% en el área rural, la mayoría indígena en
condiciones de pobreza. Sin embargo, según advierte Servicios para el Desarrollo
(SER), organización que trabaja con Farmamundi, esta cobertura no garantiza la
permanencia del servicio por las limitadas capacidades locales para la gestión del
abastecimiento de agua, además, no siempre se obtiene agua de buena calidad. En el
Día Mundial del Agua, las dos organizaciones que desarrollan esta línea en el país
reclaman una mejor distribución del abastecimiento y una mejora de las condiciones
de salubridad.

En este sentido, uno de los datos más alarmantes que el Ministerio de Medio Ambiente
y Recursos Naturales (MARN) reporta y del que SER se hace eco es que “más del
90% de las fuentes de agua tienen contaminación bacteriológica, incluso residuos
fecales provocando enfermedades diarreicas”, según informa Fabián Gonón, Director
General de SER.

“Pese a que el estado guatemalteco ha ratificado la declaración de las Naciones


Unidas que establece el agua potable como un derecho humano, la atención que
presta al problema no es integral”, explica Gonón que recuerda que en el país “no se
cuenta con una Ley Nacional de Aguas, ni con un ente regulador, lo que impide al
Estado garantizar el derecho humano al agua. En vez de ello, nos encontramos con
una serie de normas dispersas, sujetas a diferentes interpretaciones”. Como
consecuencia, en su mayoría, las aguas residuales no son tratadas y los municipios
descargan sus residuos directamente a los ríos y lagos, aumentando de forma
alarmante la contaminación hídrica, causante de enfermedades gastrointestinales, de
la piel y de transmisión por agua, como la hepatitis, las principales causas de la
morbimortalidad, especialmente infantil.

En el área rural, muchas comunidades se abastecen de agua proveniente de ríos,


riachuelos, nacimientos y pozos artesanales, sin darle mayor tratamiento y con muy
poco apoyo de sus gobiernos municipales. “Esta situación empeora, por la poca
disponibilidad del recurso hídrico en las zonas pobladas y en las regiones altas;
además que el uso intensivo que se le da con fines lucrativos por parte de empresas
nacionales y transnacionales, genera conflictividad social cada vez más crítica, tal es
el caso de la explotación minera”, concluye el experto.

Ante esta situación, SER con el apoyo de Farmamundi, ha definido una estrategia para
desarrollar la búsqueda de soluciones viables que las comunidades y sus gobiernos
municipales y entidades locales de salud han emprendido. Uno de los elementos
principales consiste en involucrar a las municipalidades en la implementación de estas
soluciones, respondiendo a lo establecido en los códigos municipal y de salud, que
responsabilizan a éstas del abastecimiento de agua.

Actualmente, Farmamundi desarrolla varios planes de abastecimiento de agua en


Nicaragua y Ecuador. Hasta el momento en Guatemala, con SER, ha realizado varios
proyectos en esta línea en San Antonio Sacatepéquez y San Lorenzo del
Departamento de San Marcos, en el occidente del país, donde se han construido,
mejorado y/o rehabilitados 63 sistemas de agua, en 84 comunidades, beneficiando a
más de 56.000 personas. También se ha capacitado a 194 organizaciones gestoras
del agua y a 84 Comités de Saneamiento (mayoritariamente de mujeres). Además, han
construido más de 200 letrinas y 1.312 sumideros y fosas sépticas.

Compromiso municipal

De esta manera, la municipalidad, la comunidad y las dos organizaciones asumen


compromisos políticos, financieros, técnicos y sociales para implantar soluciones al
déficit de agua y saneamiento, que se inician firmando convenios de cooperación
mutua, estableciendo responsabilidades definidas, como base para un trabajo conjunto
y de toma de decisiones compartidas.

“Esto implica, comprometerse con acuerdos sustanciales que garanticen la


participación y el empoderamiento local y municipal para la sostenibilidad de las
soluciones”, matiza el director de SER, que asegura que el compromiso municipal
parte de la incidencia política de la población, de su aporte financiero, de la asistencia
técnica y de la incorporación en la estructura municipal de dependencias ligadas a la
gestión del agua, así como de promulgar reglamentos y aplicar políticas municipales
del agua, responsabilizando, a la vez, a los servicios de salud de la implementación y
monitoreo de las acciones que garantizan la educación sanitaria y la potabilidad del
agua.

Al respecto, el Alcalde de San Antonio Sacatepéquez, municipio del departamento de


San Marcos, considera que “el trabajo de la municipalidad para llevar agua a las
comunidades es importante y hay disponibilidad para realizarlo de manera conjunta
con la población y con las autoridades comunitaria”. La realidad en Guatemala es que
muchas comunidades rurales aisladas tienen grandes dificultades a la hora de
abastecerse, un ejemplo es la comunidad de San José Río Hondo, recuerda Gonón,
donde ahora los beneficiarios disponen de agua en las casas.

Para el director de SER, el empoderamiento de los actores locales, hombres y mujeres


y de los gobiernos municipales, garantiza la sostenibilidad de las soluciones en agua
y saneamiento, facilitando su implantación y puesta en práctica. Sólo de esta manera
y disponiendo de un marco legal que regule su distribución y gestión, se terminará con
las diferencias de abastecimiento y problemas de calidad que causan grandes
pérdidas económicas y ponen en riesgo la salud de la población.
En todo el mundo, alrededor de 3 de cada 10 personas, o 2100 millones de personas,
carecen de acceso a agua potable y disponible en el hogar, y 6 de cada 10, o 4500
millones, carecen de un saneamiento seguro, según un nuevo informe de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y del UNICEF.
El informe del Programa Conjunto de Monitoreo (JMP), Progresos en materia de agua
potable, saneamiento e higiene: informe de actualización de 2017 y evaluación de los
ODS, presenta la primera evaluación mundial de los servicios de agua potable y
saneamiento «gestionados de forma segura». La conclusión fundamental es que
todavía hay demasiadas personas que no tienen acceso, sobre todo en las zonas
rurales.
«El agua potable, el saneamiento y la higiene en el hogar no deben ser un privilegio
exclusivo de quienes son ricos o viven en centros urbanos» dice el Dr. Tedros
Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud. «Se
trata de servicios fundamentales para la salud humana, y todos los países tienen la
responsabilidad de garantizar que todo el mundo pueda acceder a ellos».
Miles de millones de personas han obtenido acceso a servicios básicos de agua
potable y saneamiento desde el año 2000, pero estos servicios no proporcionan
necesariamente agua potable ni saneamiento seguro. Muchos hogares, centros de
salud y escuelas también carecen de agua y jabón para lavarse las manos. Esto
aumenta el riesgo de contraer enfermedades que, como la diarrea, pueden afectar la
salud de todo tipo de personas, especialmente de los niños pequeños.
Como resultado, 361 000 niños menores de 5 años mueren cada año a causa de la
diarrea. El saneamiento deficiente y el agua contaminada también están relacionados
con la transmisión de enfermedades como el cólera, la disentería, la hepatitis A y la
fiebre tifoidea.
«El agua potable, el saneamiento eficaz y la higiene son fundamentales para la salud
de cada niño y cada comunidad, y por lo tanto son esenciales para construir
sociedades más fuertes, más saludables y más equitativas», dijo el Director Ejecutivo
de UNICEF, Anthony Lake. «A medida que mejoramos estos servicios hoy en día en
las comunidades más desprotegidas y para los niños más desfavorecidos estamos
ofreciéndoles una oportunidad más justa para que disfruten de un mañana mejor».
Persisten importantes desigualdades
Con el fin de reducir las desigualdades mundiales, los nuevos ODS exhortan a poner
fin a la defecación al aire libre y a lograr el acceso universal a los servicios básicos
para 2030.
De los 2100 millones de personas que no disponen de agua gestionada de forma
segura, 844 millones no tienen ni siquiera un servicio básico de agua potable. Esto
incluye a 263 millones de personas que tienen que emplear más de 30 minutos por
viaje para recoger agua de fuentes que se encuentran lejos de su hogar, y 159 millones
que todavía beben agua no tratada procedente de fuentes de agua de superficie, como
arroyos o lagos.
En 90 países, el progreso hacia el saneamiento básico es demasiado lento, lo que
significa que sus habitantes no alcanzarán la cobertura universal para 2030.
De los 4500 millones de personas que no cuentan con un saneamiento seguro, 2300
millones aún no disponen de servicios básicos de saneamiento. Esto incluye a 600
millones de personas que comparten un inodoro o letrina con otros hogares, y 892
millones de personas –la mayoría en zonas rurales– que defecan al aire libre. Debido
al crecimiento demográfico, la defecación al aire libre está aumentando en África
subsahariana y Oceanía.
Una buena higiene es una de las formas más simples y efectivas de prevenir la
propagación de enfermedades. Por primera vez, los ODS están monitoreando el
porcentaje de personas que disponen de instalaciones para lavarse las manos en casa
con agua y jabón. Según el nuevo informe, el acceso al agua y el jabón para el lavado
de manos varía enormemente en los 70 países con datos disponibles, desde el 15%
de la población en África subsahariana hasta el 76% en Asia occidental y África del
Norte.
Otras conclusiones clave del informe son:
 Muchos países carecen de datos sobre la calidad de los servicios de agua y
saneamiento. El informe incluye estimaciones para 96 países sobre el agua
potable gestionada de forma segura y 84 países sobre saneamiento gestionado
de forma segura.
 En los países que experimentan conflictos o disturbios, los niños tienen cuatro
veces menos probabilidades de utilizar servicios básicos de agua y dos veces
menos de utilizar servicios de saneamiento que los niños de otros países.
 Existen grandes desigualdades en el servicio entre las zonas urbanas y rurales.
Dos de cada tres personas con agua potable gestionada de forma segura y tres
de cada cinco personas con servicios de saneamiento gestionados de forma
segura viven en zonas urbanas. De los 161 millones de personas que utilizan
aguas superficiales no tratadas (de lagos, ríos o canales de riego), 150 millones
viven en zonas rurales.
Nota para los redactores
La gestión de forma segura de los servicios agua potable y saneamiento supone que
hay agua potable libre de contaminación disponible en el hogar cuando sea necesario,
así como inodoros donde los excrementos se tratan y eliminan de forma segura.
Los servicios básicos suponen disponer de una fuente de agua potable protegida de
la que se puede recoger agua en menos de 30 minutos, utilizar un inodoro mejorado o
una letrina que no se tiene que compartir con otros hogares y disponer de un
lavamanos con agua y jabón en el hogar.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 promueve garantizar la disponibilidad de agua
y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. El JMP monitorea el progreso de
los dos objetivos siguientes:
 6.1: de aquí a 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un
precio asequible para todos.
 6.2: de aquí a 2030, lograr el acceso a servicios de saneamiento e higiene
adecuados y equitativos para todos y poner fin a la defecación al aire libre,
prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las
personas en situaciones de vulnerabilidad.
El JMP también contribuye al monitoreo del ODS 1 para «poner fin a la pobreza en
todas sus formas en todo el mundo», y al ODS 4 para «garantizar una educación
inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante
toda la vida para todos» mediante la recopilación de datos sobre agua básica,
saneamiento e higiene para las metas siguientes:
 1.4: para 2030, garantizar que todos los hombres y mujeres, en particular los
pobres y ,las personas vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos
económicos, así como acceso a los servicios básicos.
 4.a: construir y adecuar instalaciones educativas que tengan en cuenta las
necesidades de los niños y las personas con discapacidad y las diferencias de
género, y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no violentos,
inclusivos y eficaces para todos.
El agua potable, el saneamiento y la higiene también son esenciales para el ODS 3,
que busca «garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos en todas las
edades». Según la meta 3.9 de los ODS, los países están trabajando para reducir
considerablemente para 2030 el número de muertes y enfermedades causadas por
productos químicos peligrosos y por la polución y contaminación del aire, del agua y
del suelo. Además, el agua potable y el saneamiento y la higiene seguros son
necesarios para reducir la mortalidad materna y terminar con las muertes prevenibles
de recién nacidos y niños, como se insta en los objetivos 3.1 y 3.2 de los ODS.
Acerca del JMP
El Programa de Monitoreo Conjunto (JMP) de la OMS y UNICEF en materia de agua
y saneamiento es el mecanismo oficial de las Naciones Unidas para supervisar el
progreso alcanzado en países, regiones y el mundo y, especialmente, las metas de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relativas al acceso universal y equitativo a
agua potable y saneamiento. Gracias a las encuestas realizadas en hogares y
respaldadas a nivel mundial, el análisis del JMP ha contribuido a establecer
conexiones entre el acceso a instalaciones de saneamiento y fuentes de agua
mejoradas y la calidad de vida. Además, sirve como una referencia autorizada para
tomar determinaciones acerca de nuevas políticas y asignación de recursos,
especialmente a nivel internacional.
Acceso
En 2015, a alrededor de un millón de personas les faltaban acceso de a agua
"mejorada" y a 6 millones les faltaban acceso a saneamiento "mejorado". En
Guatemala, 93% de la población total tenía acceso a agua mejorada, 98% de la
población urbana y 87% de la población rural. En cuanto a saneamiento, 64% de la
población total, 78% y 49%, urbano y rural respectivamente, tenían acceso a
saneamiento "mejorado".34
Según la Programa Conjunto OMS/UNICEF de Monitoreo del Abastecimiento de Agua
y del Saneamiento, acceso a servicios de agua y saneamiento ha sido aumentando
lentemente en Guatemala. En 1990, 81% de la población total tenían acceso a fuentes
de agua mejorada, mientras en 2004, 90% de la población tenían acceso.
Disponibilidad de servicios de saneamiento también ha aumentado, de 62% de la
población total habiendo acceso a saneamiento adecuado en 1990, a 86% con acceso
en 2004. El gobierno de Guatemala estima que la población con acceso a servicios de
agua está creciendo a una tasa de al menos 100,001 personas cada año. 5
Rural (51% de la
Urbano (49% de la población) Total
población)
Agua Mejorada 98% 87% 92%
Canalizado en el Local 96% 69% 82%
Saneamiento Mejorado 87% 70% 78%
Alcantarillado (Datos de censo y
68% 17% 41%
encuesta de JMP)
Fuente: Programa Conjunto OMS/UNICEF de Monitoreo del Abastecimiento de Agua
y del Saneamiento6
Datos exactos y fiables sobre la cobertura en áreas rurales no está disponible.
Estadísticas contradictorias sobre los porcentajes de la población que utilizan fuentes
mejoradas de agua potable hacen dificultades en la evaluación de la seriedad del
problema. A pesar de que los datos por encima muestran que acceso a agua y
servicios de saneamiento en áreas rurales y urbanas es bastante alto en Guatemala,
el Sistema Nacional de Informacion de Agua y Saneamiento (SAS), el cual recoge y
mantiene información sobre agua y saneamiento en comunidades rurales, publicó
informes en 2002 indicando que sólo 53% de casas (se supone que este estadistica
refiere a casas en áreas rurales debido al foco rural de SAS) tenían acceso a servicios
de agua.7 El SAS considera como accesibles los servicios que están menos de
1 kilómetro de una casa y que al menos 20 litros de agua son disponibles a cada
persona todos los días. Mientras que 24,000 comunidades rurales existen en
Guatemala, SAS sólo ha recogido datos de 36% de estas, haciéndolo difícil de
determinar el número real de individuales que carecen de servicios.
Acceso a agua en áreas urbanos es irregular, porque 80% de sistemas urbana de agua
funcionan para una media de 12 horas todos los días.8 En 2000, 25% del agua en
sistemas urbanas estaba desinfectada, y sólo 1% de todos las aguas sucias recogidos
habían sido tratadas.

Calidad de servicios[editar]
El sector de agua y saneamiento en Guatemala está caracterizado por “cobertura baja,
servicios de calidad pobre, y maquinas e instalaciones que están d deteriorando,”
relacionados a una necesidad para inversiones aumentadas en infraestructuras
básicas. Crecimiento de población, expansión agrícola, servicios desigualmente
distribuidos, y fuentes contaminados han contribuido a la falta de acceso a cantidades
adecuadas de agua limpia por parte de los de ciudadanos.

La provisión de agua potable y saneamiento suele ser responsabilidad de los


gobiernos locales, y depende de una gobernanza local, gestión de los recursos
naturales y planificación urbana eficaces. Los retos que presenta pueden variar
enormemente a nivel subnacional, especialmente entre las zonas rurales y urbanas.

En las zonas urbanas, la principal dificultad consiste en la falta de acceso a los


servicios básicos en los asentamientos irregulares, o los precios altos y la falta de
control del agua por parte de proveedores privados. En las zonas rurales, el agua suele
ser gratis, pero es posible que haya que hacer largos trayectos desde y hasta llegar a
una fuente, y puede que ésta esté contaminada.

Los gobiernos locales desempeñan un papel esencial a la hora de mejorar la calidad


del agua a través de medidas de protección medioambiental y de una gestión
sostenible de los residuos. La gestión integrada de los recursos hídricos requiere una
cooperación horizontal en la planificación y las políticas medioambientales entre los
municipios y las regiones, salvando las fronteras. Los gobiernos locales se encuentran
en la mejor situación para fomentar una gestión participativa del agua y el saneamiento
entre las comunidades, incluidos los habitantes de los barrios desfavorecidos.

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