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DIPLOMADO EN TEOLOGÍA

CATEDRA: DISCIPULADO Y MISIÓN


PROFESOR: GUSTAVO ADOLFO MARAIMA
ALUMNO: Hugo Medina Oropeza - 2152300
TEMA 02: La alegría se experimenta en la Misión. Material de referencia: Video de Papa
Francisco en ocasión de la Jornada por la Paz durante visita a los EE.UU. en mayo 2017.

SIEMPRE ADELANTE – VIVIR LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO

Debemos alegrarnos siempre en el Señor; nuestra vida debe ser plena, con sentido, vivir
una vida con alegría, no ser conformistas. Jesús les dijo ayer a sus discípulos y, les repite
hoy, a los que nos consideramos como tales: “vayan a anunciar la alegría del Evangelio”.

La vida se da, dándola nosotros, porque nos necesitamos unos a otros y tenemos la
responsabilidad de ayudar al mundo; porque la fuente de nuestra alegría nace de ese
deseo inagotable de brindar fruto de haber disfrutado la infinita misericordia del Padre.

La alegría, el cristiano la experimenta en la misión: “vayan a la gente”; es una invitación


“vayan y unjan”, es una llamada “abracen a todos tal como son, sin maquillajes”.

Jesucristo dice: “anuncien a todos, a toda esa vida como es en la realidad, anuncien sin
miedo, sin prejuicios, sin superioridad, sin purismos, vayan y anuncien a todo aquel que
ha perdido la alegría de vivir, vayan a anunciar el abrazo misericordioso del Padre”

Vayan a anunciar que el error, las soluciones engañosas, las equivocaciones no tienen
la última palabra en la vida de una persona, vayan con el óleo que calma las heridas y
restaura el corazón.

La Iglesia: el pueblo santo de Dios sabe transitar los caminos polvorientos de la historia,
atravesados tantas veces por conflictos, injusticia y violencia, para encontrar a sus hijos,
a sus hermanos.

El santo pueblo de Dios no teme al error, teme al encierro, teme aferrarse a la pauta
segura; sabe que el encierro es la causa de tanta resignación; por eso, salgamos,
salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo. El pueblo de Dios sabe involucrarse
porque es discípulo de aquel que se puso de rodillas ante los suyos para lavarles
los pies.

La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad, en las


costumbres donde nos sentimos tranquilos mientras afuera hay toda una multitud
hambrienta.
Somos deudores de una tradición, de una cadena de testigos que han hecho posible que
la Buena Nueva del Evangelio siga siendo, generación tras generación, Nueva y Buena.

¡Siempre Adelante! Porque el Señor espera. Porque el Hermano espera.

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