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Introducción

Tres afirmaciones motivan el desarrollo de la siguiente reflexión. Por un lado, una bastante
popularizada en nuestros días y que actúa como ley normativa según la cual, el fin último de
las ciencias humanas (y en espacial de la Psicología), es el Bienestar. La segunda afirmación
descansa sobre un argumento de autoridad que la mayoría de los profesionales ha incorporado
de manera natural, ésta establece una suerte de dominio de la práctica sobre la teoría,
llevándonos a pensar de forma errónea que un análisis de los fundamentos de la Psicología
resulta, si no innecesario para nuestro tiempo, por lo menos carente de importancia, o incluso
competencia de otras disciplinas como la Filosofía de las Ciencias, haciendo que un intento
por plantear una tesis desde la Psicología, basada en un análisis de sus fundamentos, caiga
presa del estigma y la parsimonia que caracteriza nuestra disciplina actualmente. Por último
está una afirmación que ha tenido un impacto considerable para la psicología moderna por
medio de la cual se ha llegado a asegurar que las nuevas terapias alternativas se ubican en
un lugar privilegiado dentro del ejercicio de la Psicología Clínica.

De acuerdo con esto, los objetivos que nuestra tesis pretende analizar, reflexionar y alcanzar
parcialmente irán mostrando, de manera crítica y radical, lo incongruentes que resultan las
anteriores afirmaciones. Finalmente es menester aclarar que lo único que se pretende con esta
investigación es una reivindicación de la Psicología y en especial de la Psicología Clínica, ya
que esta se ha mantenido en una crisis silenciosa que le ha llevado por un camino confuso
hasta convertirse en un instrumento del Capitalismo Cultural de nuestro tiempo, pues al
revelar la posibilidad de administrar la vida humana por medio de la subjetividad del hombre
a partir de sus axiomas y validez normativa.

Abordar un fenómeno dentro del campo específico de conocimiento de la psicología moderna


es una tarea bastante limitada en la medida en que la teoría y la práctica del saber propiamente
psicológico que se despliega sobre todas las dimensiones de la vida, confunde los límites de
su interpretación en una suerte de divagaciones ontológicas, teóricas, metodológicas y
técnicas que encuentran su validez normativa en la eficacia simbólica de un dogmatismo
sobre todas las formas de saber adjetivadas como científicas. De este modo, un repaso por la
Historia Universal, y más concretamente por lo que conocemos como Historia de las
Ciencias, nos revelaría la transformación progresiva de las diferentes formas y normas que
fijan los límites de interpretación de las disciplinas que hallan su objeto de conocimiento en
el hombre y sus productos, dejando a la psicología como una disciplina que encuentra la
unidad característica de sus conceptos y axiomas en una adecuación de su objeto, difuso y
multiforme, a un método o métodos que le limitan a la investigación de un rasgo o a la
exploración de un campo delimitado de fenómenos que en apariencia le son propios; pero
este proceso de adecuación del juicio con la cosa juzgada tan solo pone en evidencia la
importancia del método sobre el objeto, pues la división inherente de cada disciplina se
realiza en un función de un deber-ser que lejos de hallarse en inscrito en la relación sujeto-
mundo, se postula como una atribución ideal sobre los fenómenos de la experiencia, logrando
que el punto común de las ciencias empíricas, el hombre, permita un acceso, sino completo,
por lo menos parcial del potencial vital que se oculta en sus formas.

De esta manera nos hemos tropezado directamente con un problema fundamental, pues por
medio de una suerte de fetichismo (a la manera de Marx), las ciencias empíricas ven en el
hombre un objeto cuya complejidad reside en algo que va más allá de sus elementos
biológicos y que pone de manifiesto un conjunto de leyes que actúan como rasgo distintivo
o como punto de partida epistemológico sobre el cual se establece la validez normativa de
sus conceptos y axiomas, pero el producto de dicha desmaterialización es tomada como
proyecto inacabado que configura el deber-ser de la universalidad sobre la base de la razón,
la estética y la ética como límites de todo conocimiento y de todo juicio de verdad.

- Caracterizar las formas y contenidos que orientan el ejercicio clínico de la psicología


en Colombia desde un análisis crítico de la construcción teorética que postula el
discurso académico en contraposición con las nuevas prácticas terapéuticas.

Según Cangilhelm (1956) el objeto formal de cada disciplina ya no es solamente el campo


específico de los problemas, de los obstáculos a resolver, es también la intención y el alcance
del sujeto de la ciencia, es el proyecto específico el que constituye como tal una conciencia
teórica.

nos permitiría establecer una relación en apariencia directa entre

modernidad ha demostrado que la vida humana ya no es un producto del azar

Hoy en día es bastante común encontrarse con una psicología llena de misterio y

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