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"El campo -dijo Jesús- es el mundo". Pero debemos entender que esto
significa la iglesia de Cristo en el mundo. La parábola es una descripción de
lo que pertenece al reino de Dios, su obra por la salvación de los hombres; y
esta obra se realiza por medio de la iglesia. En verdad, el Espíritu Santo ha
salido a todo el mundo; por todas partes obra en los corazones de los
hombres; pero es en la iglesia donde hemos de crecer y madurar para el
alfolí de Dios.
"El que siembra la buena simiente es el Hijo del hombre... La buena simiente
son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo". La buena simiente
representa a aquellos que son nacidos de la palabra de Dios, de la verdad. La
cizaña representa a una clase que constituye los frutos o la personificación
del error o los falsos principios. "Y el enemigo que la sembró, es el diablo".
Ni Dios ni sus ángeles han sembrado jamás una simiente que produjese
cizaña. La cizaña es sembrada siempre por Satanás, el enemigo de Dios y del
hombre.
Existe otra lección en las palabras del Salvador, una lección de maravillosa
clemencia y tierno amor. Así como la cizaña tiene sus raíces estrechamente
entrelazadas con las del buen grano, los falsos cristianos en la iglesia pueden
estar estrechamente unidos con los verdaderos discípulos. El verdadero
carácter de estos fingidos creyentes no es plenamente manifiesto. Si se los
separase de la iglesia, se haría tropezar a otros que, de no mediar esto,
habrían permanecido firmes.
La cizaña era muy parecida al trigo mientras estaba verde; pero cuando el
campo se ponía blanco para la siega, las hierbas sin valor no tenían ninguna
semejanza con el trigo que se doblaba bajo el peso de sus llenas y maduras
espigas. Los pecadores que hacen alarde de piedad se mezclan por un tiempo
con los verdaderos seguidores de Cristo, y su apariencia de cristianismo
tiene por fin engañar a muchos; pero en la cosecha del mundo no habrá
ninguna semejanza entre lo bueno y lo malo. Entonces aquellos que se han
unido a la iglesia, pero que no se han unido a Cristo, serán manifestados.
Se permite que la cizaña crezca entre el trigo, que tenga todas las ventajas
del sol y de la lluvia, pero en el tiempo de la siega, vosotros "os tornaréis, y
echaréis de ver "os tornaréis, y echaréis de ver 53la diferencia entre el justo
y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve"la diferencia entre el
justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve". Cristo mismo
decidirá quiénes son dignos de vivir con la familia del cielo. El juzgará a
cada hombre de acuerdo con sus palabras y sus obras. El hacer profesión de
piedad no pesa nada en la balanza. Es el carácter lo que decide el destino.
(Nota: Malaquías 3: 18*)