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“Ese fragmento del mundo...

memoria e identidad en la prensa libertaria del


Territorio Nacional de La Pampa (1922-1930)”

Prof. María de los Ángeles Lanzillotta


Prof. María Esther Folco
Instituto de Estudios Sociohistóricos
Facultad de Ciencias Humanas
Universidad Nacional de la Pampa

1. A modo de introducción
El presente trabajo forma parte de una serie de investigaciones que tienen como eje
temático la difusión del ideario anarquista y su impacto en el espacio pampeano en la
segunda década del siglo XX. En esta oportunidad se tratará de identificar los mecanismos
utilizados por los grupos libertarios que actuaron en el Territorio Nacional de La Pampa
para promover una comunidad intencional. Con el aumento de la alfabetización, el
crecimiento poblacional impulsado por la inmigración transoceánica y la fundación de
numerosos pueblos a la vera del ferrocarril; la prensa se transformó en el principal arma de
difusión de un ideario que auguraba el advenimiento de una nueva sociedad.
En primer término, se pretende indagar acerca de la construcción de identidades a
partir de relaciones de “otredad”. Para ello, se explorarán los rasgos autoreferenciales con
que se identificaban los libertarios; poniéndose en consideración las relaciones de género y
etnia que originaron tensiones al interior del grupo.
En un segundo momento se ahondará en las distintas estrategias discursivas
diseñadas por los anarquistas para la difusión de sucesos que se transformaron se en hitos
constitutivos del movimiento libertario. Se procurará analizar las composiciones de
diferentes relatos acerca del pasado que sirvieron de sustento para la conformación de una
memoria y una identidad grupal. En tal sentido también se identificará una particular
selección de sucesos, héroes, heroínas y estilos literarios que conformaron los relatos más
destacados dentro de la trayectoria del movimiento ácrata en la región.
En ambas instancias se analíticas se procurará desentrañar los mecanismos de
acción diseñados por los agentes sociales estudiados. Se describirán las medidas de acción
directa como así también las prácticas que implementaron estos sujetos para diferenciarse

1
de los “otros”, al tiempo que generaban cierta conciencia colectiva y construían una
comunidad intencional con la cual se sentían identificados.

2. La prensa como fuente histórica


Se ha elegido como sustento documental para esta investigación los quincenarios
anarquistas La Pampa Libre/Pampa Libre, publicado en la Ciudad de General Pico durante
el período 1922-1930 y Nuestra Tribuna, Quincenario Femenino de Ideas, Arte, Crítica y
Literatura; cuya impresión se realizó en distintos lugares del territorio bonaerense entre
1922 y 1925.
La Pampa Libre/Pampa Libre era un quincenario de agitación y propaganda, con
fuerte contenido cultural y formativo del ideal ácrata. En sus páginas, confluía el
pensamiento de distintas vertientes al interior del anarquismo, por lo tanto, es importante
destacar que las temáticas o líneas editoriales variaron en el tiempo de acuerdo, con la
tendencia que imprimiera el responsable que se hallaba al frente del quincenario. Entre los
editores que tuvieron a su cargo La Pampa Libre/Pampa Libre se destacaron Juan Enrique
Stieben, Isidro D. Martinez, Jacobo Prince, José M. Lunazzi, Valerio F. Chávez, Luis
Guaraglia Ubiña y Dukelsky.
La distribución de los dos mil ejemplares1 que circulaban en 1924 se realizó de
forma gratuita y para 1930 se proyectaba publicar dos mil quinientos números solventados
con la colaboración de los lectores y el trabajo gratuito de sus editores2. A través de sus
páginas, se ofrecían otros textos vendidos en la administración del periódico; según datos
extraídos del quincenario se distribuyeron en el Territorio Nacional de La Pampa una
cantidad aproximada de 300 libros y de unos 7.000 folletos, además de manifiestos y
propagandas en cantidades incontables3.
Nuestra Tribuna era un Quincenario Femenino de Ideas, Arte, Crítica y Literatura
dirigido por Juana Rouco Buela (1922-1925), en un principio desde Necochea, entre agosto
de 1922 y noviembre de 1923; más tarde, hasta octubre de 1924 en Tandil y desde esa fecha
hasta el 1º de julio de 1925, en Buenos Aires. Se publicaron treinta y nueve números de
cuatro páginas cada uno, con una tirada de 2.500 ejemplares en las épocas de mayor

1
La Pampa Libre (LPL) Nº48, 15 de agosto de 1924, General Pico.
2
Pampa Libre (LP) Nº145, 22 de junio de 1930, General Pico.
3
LPL Nº24,15 de agosto de 1923, General Pico.

2
difusión; la financiación corrió por cuenta de sus suscriptores4. Otra información
complementaria que ilustra acerca de la circulación de la prensa anarquista en el territorio
es el valor que alcanzó de la venta de ejemplares del periódico Nuestra Tribuna, que
llegaba a varias localidades del territorio5, los mayores montos enviados por pago de
suscripciones corresponden a la localidad de Eduardo Castex, 64,20$; luego le siguen,
Metileo, con 25 $; Trenel, 23,5 $; Ingeniero Luiggi con 20,7 $. El valor del periódico era
0.10$. Estas cifras permiten estimar la venta de 640 ejemplares en Eduardo Castex, entre
septiembre de 1922 y junio de 1924. Otro dato significativo es la escasa circulación de esta
publicación en la capital territoriana, desde donde se remitieron fondos que alcanzaban la
cifra de 2,5 $, en sólo dos oportunidades.

3. Sobre los orígenes del anarquismo


Hacia la segunda mitad del siglo XIX Argentina comenzó un proceso de desarrollo
y modernización de la producción agrícola y ganadera. De este modo se incorporó al
mercado mundial capitalista como país proveedor de materias primas. Para poner en
marcha tal emprendimiento económico fue necesario la obtención de tierras, capital y
abundante mano de obra barata. Los trabajadores arribaron al Río de la Plata en gran
número desde el centro y sur de Europa. La llegada de inmigrantes trajo como
consecuencia una nueva estructura demográfica, como así también nuevas pautas sociales y
culturales que distinguieron a la clase media y a los proletarios como grupos sociales
diferenciados.
Los inmigrantes debieron insertarse en este contexto histórico y a pesar de las
expectativas de ascenso social o enriquecimiento, la mayoría de ellos se convirtieron en
obreros asalariados. Su abundancia numérica6 y la escasa ingerencia del Estado, en materia
laboral y social hizo que llevaran una vida penosa. Desde fines del siglo pasado los

4
Calceta E. (2005) Nuestra Tribuna hojita del sentir anárquico femenino (1922-1925), Bahía Blanca:
EDIUNS, Universidad Nacional del Sur.
5
General Pico, que constituía el núcleo central de la red tenía en 1920: 6.449 habitantes. Luego le seguían un
grupo de pueblos que cuya población estaba cercana a los 2.000 habitantes Trenel: 1.807, Ingeniero Luiggi:
2.294, Castex 2.414, Realicó 2.376 habitantes. (Ander Egg, 1958: 66)
6
“... así entre 1869 y 1914, fecha del primero y tercer Censo Nacional, respectivamente, la población
económicamente activa pasó de 923.000 personas a 3.360.000 y ese notable incremento se debió al aporte de
la población extranjera que llegaba en las edades activas y era mayoritariamente masculina” LOBATO, Mirta
“Los trabajadores en la era del “progreso” en Lobato, Mirta (comp.) El progreso, la modernización y sus
límites (1880-1916) Nueva Historia Argentina Tomo V. Buenos Aires. Ed. Sudamericana. 2000. pp. 469

3
trabajadores urbanos comenzaron a nucleares en gremios o Sociedades de Resistencia bajo
la advocación de teorías revolucionarias traídas por los militantes europeos a estas tierras.
Fue así que se extendieron las actividades organizativas y propagandísticas de socialistas y
anarquistas. Otras formas organizativas que emergieron en la época fueron las sociedades
de socorros mutuos, centros culturales y clubes. Tanto las entidades gremiales como las
societarias permitieron a los sectores populares y a los recién llegados diseñar estrategias
organizativas, crear redes solidarias y gestar formas de acción para mejorar las condiciones
de vida y de trabajo frente a un Estado que los negaba.
La existencia de los sectores populares y sus pésimas condiciones de vida
comenzaban a preocupar a las autoridades. El gobierno debió prestar atención a la
necesidad de prevenir y curar los males que acuciaban a la sociedad. Según Mirta Lobato
(2000:468), el nuevo sector social planteó los límites del régimen político e hizo emerger
las cuestiones social, étnica y política como esferas donde la intervención de las autoridades
era necesaria.
Mientras tanto, los trabajadores urbanos formaron en 1901 la primera federación
obrera que se denominó FOA (Federación Obrera Argentina) resultante del acuerdo entre
socialistas y anarquista; situación que se mantuvo sólo por un año debido a las divergencias
existentes entre ambos. En 1903 los socialistas forman la UGT (Unión General de
Trabajadores) y con posterioridad en 1909 los sindicalistas se escinden formando la CORA
(Confederación Obrera Regional Argentina). Por su parte la FOA de orientación anarquista
se transformó en FORA en 1905 propiciando como fundamento filosófico de esta
federación al comunismo anárquico (Lobato; 2000:492).
En el IX Congreso de la FORA realizado en 1915, triunfó la vertiente
organizacionista, liderada por el sector de sindicalistas que eran mayoría. Esta fracción
negó su adhesión al anarco comunismo al proponer que “se debía permitir la más amplia y
tolerante discusión de temas científicos, filosóficos e ideológico” (Lobato; 2000:493). De
aquí en adelante los anarquistas se alistarían en dos grupos los conocidos como la FORA
del V Congreso, quintistas o anarquistas y la FORA del IX Congreso Sindicalistas,
organizados en torno al sindicato.
Para entonces, el Territorio Nacional de La Pampa se caracterizaba por una
estructura de poder estatal endeble. Los gobernadores nombrados por el Poder Ejecutivo

4
Nacional, en general, eran figuras “ausentistas”, con un incierto conocimiento del área. A
consecuencia de ello, se dejaron en manos de la iniciativa privada la resolución de muchos
de los problemas que, en otras jurisdicciones, estaban a cargo del Estado nacional o
provincial, situación que otorgaba un importante margen de autonomía a las instituciones
territorianas (Di Liscia 2006:2-3).
La expansión del área agrícola, el arribo masivo de trabajadores rurales y un Estado
embrionario, configuraron los contornos de una sociedad nueva. Los sucesos ocurridos
durante la semana Trágica, los hechos luctuosos de la patagonia y de Jacinto Aráuz
marcaron el resurgimiento del anarquismo a nivel nacional (Barrancos1996:124). La
presencia anarquista en el territorio manifiesta un renovado vigor a partir de la aparición del
periódico La Pampa Libre, publicación surgida de la necesidad de propagandizar las ideas
ácratas y de estrechar vínculos entre las distintas agrupaciones que participaban de la
F.O.R.A en el norte del Territorio pampeano. Entre las secciones de trabajadores que
adhirieron al emprendimiento editorial forista en la etapa fundacional, se destacaban los
sindicatos agrupados en Obreros Portuarios y Anexos7, y otras organizaciones, vinculadas a
los sindicatos de Oficios Varios de las localidades de Castex, Trenel y General Pico.

4. Ser Libertario/ria
La primera tarea que nos proponemos es identificar los rasgos distintivos de
aquellos discursos producidos por varones y mujeres anarquistas. En sus escritos pocas
veces aparecen declaraciones autoreferenciales de corte esencialistas, siempre la
construcción de la identidad proviene del contraste con los rasgos no deseados o rechazados
de otros grupos. Así abundan en sus escritos los males sociales ocasionados por los “otros”:
los “curas”, la burguesía y el Estado opresor. En cuanto a marcar el distanciamiento con
estos tres grupos, hay unanimidad al interior del anarquismo.
Aunque es posible hallar algunos matices en la construcción de la alteridad si se
pone en consideración las relaciones de género. Este es el aspecto se tratará de conjugar con

7
“La Federación Obrera Comarcal está hoy compuesta por las siguientes secciones activas: O. Portuaria y
Anexos, secciones Trenel, Vertiz, Chanilao y Metileo. No cultivan relaciones con las secciones de Castex,
General Pico, Quemú Quemú, Arata, Barón, Mauricio Mayer, Winifreda, Caleufú, Monte Nievas y otras, con
quienes no podemos trabar relaciones.” LPL. Nº1, 15-09-22

5
la proyección de una sociedad ideal. Para ello, se focalizará el análisis en la triangulación
de las categorías matrimonio-mujer-maternidad.
Los anarquistas postulaban que uno de los principales vectores de los males sociales
era el matrimonio civil, porque era un factor indispensable para el desarrollo de la sociedad
burguesa. El matrimonio civil era el instrumento a través del cuál el Estado preservaba la
propiedad privada y aseguraba la herencia a los hijos legítimos. Esta imposición estatal
sobre la vida social interrumpía la evolución natural al introducir reglas que modificaban la
natural evolución humana.
Uno de los principales responsables de la degeneración social era la familia
burguesa, establecida en base a intereses económicos, dado que las jóvenes buscan asegurar
su futuro por intermedio de un buen matrimonio. Así, según los anarquistas, el
materialismo corroía los sentimientos y envilecía las relaciones, al equiparar el matrimonio
con un contrato de compra venta.
La prensa ácrata nos muestra un mundo dicotómico, por una parte, la actual
sociedad burguesa: enferma, degenerada y autoritaria; y por otra parte, una sociedad futura
que hará posible el libre fluir de la naturaleza: sana, armónica y en equilibrio. El discurso
ácrata acerca de la familia estaba atravesado por estas dos representaciones de la sociedad,
que entraron en tensión con el discurso hegemónico y diseñaron un calidoscopio de
imágenes en el que confluían representaciones dominantes junto a otras alternativas.
En reiteradas ocasiones los anarquistas fueron centro de críticas que los tildaron de
detractores de la familia por su abierta adhesión al amor libre.8. Frente a los numerosos
flagelos ocasionados por la expansión de familia burguesa los anarquistas postularon una
terapéutica regenerativa basada en “uniones libres”. De esta manera la sociedad podría
recuperar la armonía con la “naturaleza”, al promover uniones entre sujetos con afinidad
ideológica y moral. El principio biológico que legitimaba este postulado era el de la
“afinidad electiva”. Estos supuestos entraron en tensión con los discursos que provenían de

8
Folletín de Pampa Libre, por Natalio Chames. Pampa Libre (PL) Nº 3 del 15 de octubre de 1922, Folletín
de Pampa Libre, por Natalio Chames Nº 5 20-10-1922. Importante problema sexual “el sufrimiento sexual de
la mujer” Nº 24 15-08-1923, La mujer y el amor Nº 29 01-11-1923; La tendencia al amor libre Nº 30 15-11-
1923; El problema de la libertad femenina Nº 33 01-01-1924; Moral burguesa Nº 56 25-11-1924; Palabras a
la Mujer Nº 60 10-01-1925; La lujuria Nº 10 01-1925; Libertad de amar Nº 64 20-02-1925; Del libre amor
Nº 81 15-01-1925; De la mujer Nº 100 15-01-1927.

6
la cultura dominante fuertemente imbuida por la doctrina de la iglesia, en concordancia con
los patrones culturales de las élites estatales higienistas (Barrancos; 2000, 211).
La tensión se manifiesta en el periódico, por la pertinaz insistencia que adquiere el
tema de la familia. Una nota ilustrativa de esta situación es la publicación firmada por
Juana Rouco, quien afirmaba:
“Nosotros, lejos, muy lejos de destruir la familia, tendemos y luchamos para recrearla. Pero
queremos crear la verdadera familia, la familia basada en el amor libre y desinteresado […]
tendemos a crear la familia libre, donde el amor, el afecto y la sinceridad sean el único lazo
que la una: donde no exista la rivalidad de intereses, creando entre los seres la afinidad de
9
caracteres y la unidad de pensamiento” .

Ante la susceptibilidad que evidentemente despertaba el tema, los columnistas


pampeanos se mostraron ambiguos y poco claros; evitaron firmar los artículos y en algunas
ocasiones recurrieron a la cita de autores de reconocida fama. Como la de Pedro Gori quien
sostenía que las uniones libres se reducían a la mera función reproductiva.
“Proclamar el amor libre no es otra cosa que declarar legítima y santa la unión de dos seres
para la sublime y moral función de la procreación, que es suprema necesidad para la vida de
la especie”10

Esta postura en la que primaba la supervivencia del grupo, al acotar el amor libre a
la función meramente reproductiva, fue denunciada por las mujeres de Nuestra Tribuna,
quienes de manera insistente interpelaban a aquellos hombres que abandonan a sus
mujeres, tergiversando así el significado del “amor libre”
“Todos los seres estamos dotados de este instinto, pero no dejemos que él nos domine; debemos de
refrenarlo nosotros, pues que el instinto por ser tal no razona; desea, y el deseo desaparece cuando se sacia;
por esto hoy en esta sociedad vemos el triste espectáculo de tantas jóvenes abandonadas, y lo peor y más
doloroso, es que casi siempre llevan en sus brazos el fruto de ese abandono.11

En síntesis, las ideas acerca de la familia que trasuntan los textos analizados, no dan
cuenta de un modelo alternativo claramente acabado. Los escritos muestran una suerte de
imágenes ideales y atemporales combinadas con elementos que son constitutivos del
modelo de familia dominante. Como solución a los flagelos sociales y la degeneración
impuesta por el orden burgués, esbozaron una propuesta regenerativa, basada en la unión
libre de los individuos. Entre los aspectos novedosos para la época los anarquistas fueron

9
LP Nº 25, 15-08-1923
10
PL Nº60, 10-01-1925
11
Nuestra Tribuna (NT) Nº 13 del 15 de febrero de 1923

7
innovadores al instalar en la sociedad de modo pionero el tema del derecho al cuerpo,
unido al tema de la anticoncepción.

4.1 Mujer, anarquía y maternalismo


Los estudios de Marcela Nari (2004) y Diego Armus (1996) han demostrado la
relevancia del pensamiento eugenista durante las décadas de 1920 y 1930 en la Argentina.
Nari (2004:46-47) afirma que la “decadencia” orgánica y moral, el derrumbe demográfico,
eran considerados, por algunos, como indicios de la “degeneración de la raza”, de la
sociedad y la nación. El capitalismo, la sociedad de del consumo masivo y el desarrollo de
la civilización que habían provocado la catástrofe de la Primera Guerra. Estas
transformaciones eran leídas como una alteración para el funcionamiento de las leyes
naturales.
La concepción transformista predominante en la sociedad de la época, la mujer tenía
un rol crucial como agente dador y educador de una nueva vida, ello derivó en la
preeminencia de la maternidad como actividad social se constituía en el destino de las
mujeres. El cuerpo de la mujer era el “medio” más inmediato, el sitio ideal para la
intervención transformista puesto que “comprende mejor que el hombre los medios para
mejorar la especie en todas sus relaciones”.
En Pampa Libre, los militantes anarquistas pampeanos manifestaron algunos rasgos
discursivos coincidentes con la cultura hegemónica, un ejemplo de ello es la
preponderancia de una caracterización de la mujer como ser débil, emotivo, irracional y
sensible. Pero, es necesario destacar que, al interior del núcleo anarquista existieron voces
disonantes que consideraban a la mujer en igualdad de condiciones y capacidades que el
hombre. Aunque este reclamo de igualdad se presentó con una variedad de matices
importantes, en algunos casos se planteba la necesidad de ser ayudadas por el hombre dada
su vulnerabilidad y subordinación12. En confrontación con este discurso, existían otras
posiciones más radicales inscriptas en el pensamiento feminista de Ema Golman, María
Lacerda, Juana Rouco y Antonia Maymón quienes interpelaron a las mujeres para que sean
ellas mismas las artífices de su propia libertad.

12
“Hombre, la mujer es tu igual, como tú desea la felicidad y como tú ama la libertad. Ayúdala a elevarse,
que así será mejor la humanidad” LP. N° 60, 10-01-25.

8
La mujer debía educarse, instruirse para no seguir siendo como hasta entonces, si
pobre: ignorante, agobiada por los hijos, que sólo se ocupa de planchar, zurcir y cocinar; si
rica: frívola, adorno de los hombres y charlatana. La educación, el conocimiento que
proporciona la buena lectura harían de la mujer un sujeto libre y activo para la causa
revolucionaria.
Un dato singular que marcaba una distinción entre los escritos masculinos de
Pampa Libre y las feministas de Nuestra Tribuna fueron las recurrentes referencias
respecto al infanticidio/aborto, las jóvenes abandonadas, los niños huérfanos. En el
quincenario editado por Juana Rouco, la responsabilidad de estos actos recaía siempre
sobre las mujeres por pobres, por dejarse engañar o prostituir. En Pampa Libre, en cambio,
el tema se trataba de modo indirecto y no se abría a la discusión. Este tratamiento velado
tuvo su correlato con un discurso natalista hegemónico. Estos discursividades circularon en
un contexto de transición demográfica que trajo aparejado la modificación de pautas
reproductivas y la alteración de la dinámica poblacional en los años ’20.
Este discurso hegemónico tiñó muchas de las interpretaciones anarquistas quienes
se diferenciaron de otros sectores al proponer prácticas alternativas para superar la
decadencia impuesta por la sociedad burguesa. Entre las acciones que propagandizaron
desde la prensa se destacan el la concientización de la mujeres con respecto a tres temáticas
vinculadas con control de la natalidad, la tolerancia al aborto y el amor libre. En la puesta
en marcha de estos procesos estaba el germen de la nueva sociedad.
El control de la natalidad regularía la cantidad de hijos por pareja, dado que la
multiparidad era considerada un factor fundamental de “degeneración”, no sólo orgánica,
sino también moral. La abundancia de hijos aumentaba la miseria de la familia obrera y
restaba posibilidades de educación. Desde esta perspectiva, la “maternidad consciente” e
incluso, la huelga de “vientres”, podían ser considerados métodos de lucha válidos contra el
sistema de opresión social puesto que implicaban la reducción de la fuerza de trabajo
explotable, la disminución de los recursos humanos para la guerra y la liberación de las
mujeres de algunos de los “obstáculos domésticos” (M. Nari; 2004: 38/39). La maternidad
conciente implicaba la concepción de un limitado número de hijos que pudieran ser
educados con la atención y los recursos necesarios, la madre era la encargada de orientar a
los hijos en la elección de una vida libre.

9
El maternalismo era un discurso predominante que atravesaba de modo contundente
todas las producciones textuales, en las cuales el rol maternal de la mujer emergía de modo
incuestionable. Mujer y hogar formaban un binomio deseable, mientras que aquellas que se
veían impelidas a trabajar fuera del hogar ponían en peligro el adecuado ejercicio de la
maternidad.
La sociedad ideal para los anarquistas se proyectaba siempre en un marco natural en
el que el hombre convivía de modo armónico con el ambiente que lo rodeaba. Esa armonía
se trasuntaba a los sujetos, que no se verían obligados a extensas jornadas de trabajo, con
tiempos para la el crecimiento personal, facilitado a través de la lectura.
Para ellas el ámbito ideal seguía siendo el hogar, como ejemplo de esto valen estas
palabras:
… Veía un futuro lleno de amor y a aquellas madres que amamantaban a sus retoños con
cariño inefable.
¡Con qué cariño enseñaban a sus hijitos a balbucear sus primeras palabras y a dar sus
primeros pasos!
Ellas ya no eran explotadas; trabajaban en su hogar, cuidaban sus retoños para: que
crecieran sanos y fuertes; aquellas mujeres no eran las esclavas de sus maridos sino sus tiernas y
amadas compañeras, ellas se habían unido por amor y no por interés.13

Desde la perspectiva ácrata, el sendero que conduciría a las mujeres a su


emancipación estaba alumbrado por el acceso a buenas lecturas. La educación era
prioritaria para la emancipación social. La mujer era la única responsable de la crianza y
educación de los hijos, para tal función se hacía imprescindible dotarla de conocimientos
que debía promovería en sus retoños. Un aspecto central de la educación femenina eran los
conocimientos referidos a las conductas reproductivas para garantizar la concepción de un
número reducido de hijos. La educación de las mujeres libertarias, que exigían de ella su
emancipación y compromiso político, no fueron ajenas a las posturas maternalistas
imperantes en la época.

5. Nacionalismo historia y memoria en Pampa Libre:


Un elemento que actúa como aglutinador y productor identidad de una comunidad
es la memoria. La memoria no supone el restablecimiento total del pasado, sino una
selección, pues ciertos sucesos serán conservados, mientras otros van a ser progresivamente
marginados y finalmente olvidados. La selección de ese pasado depende de quienes tienen
13
NT Nº 12, 01-02-1923. María de Hernández, Allen Río Negro.

10
el poder para establecer los hechos o personajes memorables de una comunidad. Es así que
quien controla el pasado, también controla el presente (Le Goff, 1991). Los anarquistas
intentaron construir su propia mirada del pasado, al rescatar hechos y personajes que
participaron de momentos trágicos de la historia del movimiento obrero y de algunas
revoluciones de la modernidad. Junto a un discurso histórico contra hegemónico, diseñaron
una serie de acciones y símbolos que pretendían difundir el ideario libertario, al mismo
tiempo que definían su presencia frente a otros grupos sociales.
Los anarquistas tanto de Pampa Libre como de Nuestra Tribuna, esbozaron una
serie de interpretaciones de la memoria basadas en una perspectiva universalista y
antiimperialista compartida por los sectores obreros. Los Mártires de Chicago en un primer
momento, Sacco y Vanzzetti, Rodolfo Rocket y Flores Magón, con posterioridad,
encabezaron el panteón de héroes signados por la tragedia. Las duras condiciones de
trabajo, las casi inexistentes leyes laborales, la represión estatal y su injusto sistema legal y
jurídico marcaban el rumbo de la lucha de los trabajadores; mientras los dirigentes creaban
conciencia, al recordarles a sus seguidores que debían continuar la lucha de aquellos
mártires que habían dado su vida por la causa obrera.
“En nuestros corazones de idealistas se albergan como en un voluminoso libro de historia,
las fechas trágicas, donde hubieron de dejar los girones de su vida en aras de una bella
felicidad común, hermanos nuestros en ideales y sufrimientos…
¡Si! Ayer recordamos a Galileo, Giordano Bruno, otras veces a Angiolillo, Salvochea,
Ravachol, Radovitzky y otros muchos, que por su obra de rebeldes a todas las tiranías
fueron vilmente llevados a la guillotina unos, ahorcados y asados en la parrilla los demás
por la insaciable voracidad del pulpo capitalista.”14

Pero en la retórica discursiva libertaria no faltaron los héroes nacionales, como los
casos, Simón Radowitzky y Kurt Wilkens. En Nuestra Tribuna aparecen un par de mujeres
que hicieron historia tales como Lucía Parsons15, Luisa Michell. Los textos, en general,
reproducen la historia fáctica y de personajes geniales, al tiempo que se minimizan las
acciones grupales o colectivas.
Tanto en Nuestra Tribuna como en Pampa Libre aparecen artículos con análisis críticos
de las interpretaciones que ofrecía la historia Argentina oficial. En ambas publicaciones la
crítica se focalizaba en el concepto de nación como construcción burguesa, que en términos
ácratas se traducía en “patrioterismo”. Se pueden hallar diferencias importantes cuando
14
PL Nº 7 15 de Noviembre de 1922
15
PL Nº 22 10 de Julio de 1923

11
analizamos los tópicos con que cada uno de los periódicos aborda la temática, mientras que
para las escritoras de Nuestra Tribuna la patria se asociaba a la problemática del
militarismo y la guerra; para Pampa Libre la patria se vinculaba con lo nativo –criollo,
indígena.
El quincenario femenino denunciaba de modo recurrente los males ocasionados por el
“patrioterismo” y adoptaba una postura de género al instar a las madres a no enviar a sus
hijos a la guerra o al servicio militar. El pacifismo emerge como una de las preocupaciones
centrales, al percibir que la salida de la primera guerra mundial está instalando en la
sociedad esquemas autoritarios y fascistas, que inevitablemente conducirán a una próxima
guerra. Po lo tanto, los sucesos históricos que captan su atención son el fascismo italiano y
la dictadura de primo de Rivera.
“Al leer, nos horroriza pensar que los trabajadores europeos están de nuevo a punto de empuñar el
fusil homicida para que retorne a la humanidad doliente la desolación y el llanto, obedeciendo a la
locura de un “camisa negra”16

El quincenario tenía dos columnas permanentes destinadas al “antimilitarismo” y a la


“colaboración internacional” que en reiteradas ocasiones eran escritas por periodistas que
residían en el exterior. Tanto Pampa Libre como Nuestra Tribuna se declararon
antiimperialistas, al rechazar el poder norteamericano. En el quincenario feminista, se
evidencia mayor énfasis en destacar los aspectos negativos del sistema estadounidense, al
tiempo que resaltan situaciones de explotación y conflictos sociales de países
latinoamericanos.
Otro sesgo particular de Nuestra Tribuna estaba dado por una fluida red de relaciones
que mantenían sus editoras con otros grupos anarquistas residentes en el extranjero, tanto
del continente europeo como americano. Con ellos intercambiaban correspondencia, notas,
bibliografía y organizaban colectas o actividades que permitían financiar las giras
internacionales, dar ayuda a militantes presos e imprimir materiales doctrinarios.
En la primera etapa de Pampa Libre, la temática del nacionalismo adopta relevancia y
adopta un está signada por un componente étnico. Los aborígenes aparecen referenciados
como el “argentino nato”- es decir eran individuos no “contaminados” por el sistema
social, estos grupos despiertan el interés para indagar la influencia de este medio-ambiente

16
NT Nº 25 del 15 de septiembre de 1923. Véase también NT Nº26 del 1 de octubre de 1923.

12
sobre los sujetos. Los paisanos-gauchos son referenciados como individuos más
“contaminados” por el contacto con el sistema social. Por último, se manifiesta una
ausencia de caracterizaciones del grupo migrante; estos no eran considerados de manera
particular, sino como parte de un conjunto social, la raza humana, que había degenerado
como producto de ese sistema injusto, desviándose así de los “principios naturales”. En ese
contexto resulta de importancia la puesta en circulación de un discurso de denuncia de la
perspectiva xenófoba y nacionalista de la “burguesía nativa”, que reconocía en los
inmigrantes un vector de degeneración social.
Era evidente que los columnistas –muchos de ellos maestros- de Pampa Libre se habían
nutrido de lecturas que eran nodales en el conocimiento de la historia argentina. La
enseñanza de un pasado nacional era fundamental para los grupos que detentaban el poder
en un contexto de sociedad aluvional. Según Oscar Blanco (2006:481) “la historia misma
es una herramienta política y también pedagógica, que forma parte del programa de
cohesión que mediante la educación actúa en una nación con un alto porcentaje
inmigratorio”. Estos preceptos tenían por objetivo resaltar el carácter de la identidad
argentina, la contribución de los distintos grupos étnicos y su integración a la sociedad en
un país atravesado por un proceso de modernización. De la lectura de algunos artículos de
Pampa Libre se puede inferir que algunos de los autores leídos por los editores eran
Ricardo Rojas y José María Ramos Mejía, entre otros.
Nosotros creíamos ingenuamente que el mejor exponente del sentimiento nacionalista sería el criollo
de campo adentro o el aborigen. Y más lo creímos cuando vimos admirarse y mostrarse como cosa
de pura sepa criolla sus artísticas urdimbres, sus danzas y sus cantatas. Y más lo creímos cuando un
santiagueño polvoriento y seco de fibra vividera, nos acomodó un libro de loas y admiraciones hacia
esta “civilización americana”.
Pero a juzgar por lo que dice un delegado del la Liga patriótica en gira de argentinización por la zona
cordillerana de Neuquén no es cierro lo que habíamos creído de todo esto. Antes bien, sucede lo
contrario.
Y dice, al referirse a las tales poblaciones, que carecen de todo espíritu nacionalista, que viviendo en
territorio argentino se creen chilenos, que gracias al analfabetismo reinante se creen chilenos.
Aquellas poblaciones desconocen toda la gama inmunda del sentimiento patriotero, es cierto...
Pero estos pobres argentinos natos no conocen nada de estos y de yapa son mansos.17

En ambos periódicos es posible encontrar algunas líneas de fuga que sitúan a los
anarquistas en posturas ilustradas y elitistas que no se distanciban de las afirmaciones de la
historia oficial, sino que por el contrario, daban muestra de un dominio de sus postulados.

17
PL Nº33 del 1º de febrero de 1934

13
“Las pampas y las ciudades argentinas, por se ésta una patria democrática, están abonadas de sangre
obrera. En los gobernantes argentinos se alberga todavía la ferocidad del bruto, hay un indio que
domina todos sus actos.
En la Argentina impera todavía la mazorca de Rosas y Cuitino; vivimos asediados por la brutalidad
de los que tanto blasonan libertad y democracia”18
En un contexto social cuyo sustrato cultural tenía una fuerte impronta nacionalista, el
anarquismo no pudo mantenerse al margen de su influencia. Frente a la acusación, por
parte de los grupos hegemónicos, de se extranjerizantes y apátridas, los anarquistas no se
mostraron indiferentes y ofrecieron un abanico de respuestas. Las particularidades del
público lector del territorio pampeano y su vinculación estrecha con las tareas rurales
incidieron en la adopción de un estilo criollista como “lengua de contacto”. La gauchesca
anarquista tuvo un espacio importante en las páginas de Pampa Libre, sobre todo en la
primera etapa de la vida del mismo. El estilo gauchesco era utilizado por diferentes
articulistas radicados en el área, que habían abrevado en los escritos de Hernández y
Gutierrez, además de otros autores anarquistas como Alberto Ghiraldo y Rodolfo
González Pacheco (Gamerro 1989, 149-160). Los escritos de Juan Crusao fueron
publicados de manera periódica y conformaron una serie de artículos por entregas bajo el
título de “Carta Gaucha”. Pancho Vía y Lorenzo Amador, son otros autores que utilizaron
este estilo en sus producciones. Sin embargo, es necesario aclarar que la gauchesca, para
algunos de estos escritores, era un recurso literario utilizado sólo para ilustrar algunos
conceptos de sus artículos; situación que dejaba entrever una cierta hibridez lingüística,
que aunaba en un mismo texto registros formales con algunos términos usuales del
criollismo.
Frente al nacionalismo imperante, los ácratas diseñaron otras acciones para impugnar o
contrarrestar la expansión de las ideas patrióticas. El centro de atención estaba puesto en
las escuelas y en el festejo de las efemérides. Así abundan situaciones de repudio o boicot
a las manifestaciones patrióticas.
“Hay seres que por el afán de sobresalir o de distinguirse, provocan escenas o salidas fuera de tono,
que merecen la censura… sin dirigir la nuestra a la directora número 44, Sra. Michell de Ramirez
que con el proceder provocó el comentario del público no halagüeño por cierto por su
comportamiento.
La Sra. Michell de Ramirez mientras los alumnos juraban la bandera, entretenía a los de la escuela
que ella dirige con interjecciones y gritos, con el fin meditado de restar brillantez a tan sencillo acto
patriótico. Si era censurable el no hacer jurar la bandera a sus alumnos en el conjunto, más
censurable fue el procedimiento que usó al entorpecer la ceremonia con sus dichos y gritos”19

18
NT Nº7 del 15 de noviembre de 1922 Idem Nª20 del 1 de Julio de 1923
19
El Eco de Castex del 31 de mayo de 1925

14
En los días festivos los anarquistas realizaban una serie de actividades culturales en la
que desplegaban su propaganda antipatriótica, convocaban a participar de conferencias,
veladas teatrales, publicaban artículos que aludían a la fecha de modo contestatario20 y
proponían su propio calendario de conmemoraciones.

6. A modo de síntesis
La identidad anarquista se construyó por oposición al mundo burgués, de tal modo que
sus enunciados generalmente se presentaban de modo binario, la sociedad burguesa
corrompida, explotadora y degenerada frente a la sociedad ideal libertaria: orgánica,
solidaria y en armonía con la naturaleza. Para la construcción de la sociedad futura el amor
libre sentaba las bases de los lazos familiares, mientras que la mujer en su función
maternal tendría un rol destacado como agente propagador del ideal libertario.
La identidad ácrata aúnaba sus esfuerzos para defenderse de la crítica burguesa y en tal
sentido perdía eficacia en la construcción de una identidad alternativa, que serviría de
sustrato fundacional de la sociedad futura.
Denunciaban el uso de la historia como herramienta política, y para ello ofrecían una
versión propia del pasado, pero con otra intencionalidad política. Su objetivo era por un
lado, denunciar los abusos cometidos a lo largo del tiempo por el Estado y el sistema
capitalista; y por otro lado, para concientizar a sus seguidores construyeron un panteón de
héroes y efemérides vinculados a los sectores trabajadores y revolucionarios. Se trataba de
un pasado trágico que sería superado por la acción transformadora de los hombres, quienes
debían abocarse a una regeneración material y moral de la sociedad que los conduciría
hacia la libertad. Todo este imaginario era acompañado de una liturgia propia que apelaba
a los símbolos identitarios desplegados en las reuniones de los círculos, pic-nic,
conferencias, obras teatrales, entre las muchas actividades que desarrollaron.
Los escritos libertarios que circulaban en el Territorio Nacional de la Pampa no
mostraban un discurso homogéneo, sino que por lo contrario, las relaciones de género y
etnia daban cuenta de cierta conflictividad frente al proceso identitario. El tan declamado

20
Con respecto a las fechas patrias: veladas de cine o teatro que eran presentadas como alternativas y algunas
publicaciones “elusivas” de las fechas patrias. PL, Nº 25, 15-09-23: “Regalamos”, PL. 15-10-23: “¡Fiesta de
la raza¡ ¡NO¡”, PL, Nº 32 1-01-24 “Nacionalismos”, PL, Nº 56 25-11-24“La lección de historia ”

15
universalismo anarquista, debió enfrentarse la expansión creciente del nacionalismo.
Frente a ello los ácratas pampeanos elaboraron una serie de adaptaciones del ideario a un
contexto de frontera, signado por una sociedad de reciente conformación y militantes de
cuadros periféricos. Los columnistas de la primera época de Pampa Libre apelaron a la
retórica gauchesca y criollista para captar al público lector, e hicieron un intento por
territorializar el ideario.
Por todo lo expresado consideramos que los discursos que circularon en el territorio
pampeano permitieron esbozar los contornos de una comunidad intencional, que intentó su
construcción a partir de una polifonía de voces. El sesgo cultural y moralizante predominó
sobre otros de índole económica y organizativa. Las acciones e instituciones que crecieron
en el Territorio no lograron materializarse en la conformación de una comunidad.

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