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COLOMBIA UNA ECONOMIA EN RESTRUCTURACIÓN

POR: Tatiana Fava

Economía Colombiana – Semestre IV A – Derecho –CURC. IAFIC

Cartagena, Mayo 31 de 2019

Para hablar de la economía actual colombiana se deben analizar las distintas variables por las que
ha tenido que atravesar nuestro país durante los últimos años y en la actualidad. La crisis toca
fondo el año pasado después de un referendo para el acuerdo de paz con la FARC que dividió al
país en dos, además de no tener relevancia alguna a la hora de firmar el acuerdo. Justo en ese
momento la estabilidad política pone a temblar la economía nacional. La construcción cae en
picada, las grandes industrias comienzan a frenar las inversiones, a reducir los puestos de trabajo,
los presupuestos a medida que tratan de reducir los riesgos ante la constante incertidumbre del
futuro político de Colombia.

Finalmente Iván Duque queda presidente, lo que permite que la empresa privada no se sienta
amenazada, pero dejando en claro que la oposición en Colombia es un contrapeso bastante
importante para el nuevo gobierno; Que recibe un país con una deuda externa que se duplicó en
el último periodo, sin liquides y con un futuro muy desalentador puesto que el principal músculo
financiero del país (el petróleo y la minería) presenten proyecciones de dividendos que no superan
los seis años y que amenazan con un gasto de 15 mil millones anuales en importaciones de
petróleo si no se encuentran nuevos recursos en nuestro territorio.

Es así como el nuevo Presidente debía ingeniarse un plan mágico y milagroso que lograra
reestructurar una economía en decadencia, con agravantes y aumentos en los gastos públicos,
debido a las grandes migraciones venezolanas, que no solo demandan ayuda humanitaria en salud
y educación, sino que aumentan los índices agravantes del desempleo en Colombia que supera los
porcentajes de 2018 en un 10.3%. La propuesta del nuevo mandatario se basa en aumentar los
ingresos estatales y disminuir el gasto público y estatal con austeridad en el gobierno y fusión de
entidades que ejercen funciones similares. En apoyar a sectores olvidados como el agro e impulsar
innovación a través de la economía naranja y el fomento del turismo. La reforma tributaria logró
ganar en algunos puntos que ayudan a recuperar unos 3 billones en los nuevos impuestos a licores
y productos exentos, pero aún falta resarcir las inyecciones de capital que se han realizado en el
sector de la educación. Si bien la facturación electrónica puede ayudar en los controles de la DIAN,
para aumentar eficiencia a la hora de recaudar tributos, es mucho el camino que falta para lograr
un equilibrio económico que no tenga que depender de la venta de activos del Estado o de
actividades como el Fracking.

Hablar de la economía colombiana hoy día es un tocar fibras demasiado sensibles, más aun con el
aumento del dólar, que si bien favorece a los exportadores, al precio del petróleo y algunos
sectores de la industria privada; complica la importación de materias primas necesario para
fertilización del agro, alimentos de nuestra canasta básica y otros como los automotores que de
inmediato presentarán aumento en sus precios de venta.

Es así como los colombianos debemos entender que no se trata de escoger si el medio ambiente o
el bienestar de una mejora en inversión pública, si apoyaste a Duque o preferías la ideología
Petrista, si es más importante el agro, la minería, la economía naranja o el turismo. Ahora se trata
de unirnos para lograr un clima ideal de coworking, donde no hay que ser excluyente pero si
intentar globalizar la visión de crecimiento y desarrollo pluridireccional.

Cuando en nuestros hogares hay momentos de crisis todos debemos apretar el cinturón sin perder
el impulso, ayudarnos a salir adelante, con una visión clara de que no va a ser fácil pero si es
posible, tal vez no sea tan rápido como se quiere pero poco a poco podemos salir de esta situación
económica delicada. Pero olvidémonos del subsidio, del proteccionismo, de solo exigir, de solo
pensar en nuestros derechos sin tomar en cuenta nuestros deberes; olvidémonos de criticar, de
polarizarnos cada vez más…. Recordemos la frase divide y vencerás… y no dejemos que le pase a
Colombia. Unamos fuerzas, aportemos ideas, abramos las mentes, olvidemos el pasado y
comencemos a construir un futuro sin perder de vista con que contamos y como lo podemos hacer
rendir, multiplicar, y diversificar para recapitalizar nuestro país.

Por último los invito a pensar de donde podemos gestionar nuevos recursos para nuestra
economía, como puedo aportar desde mi lugar en Colombia sea cual fuese para que este mi País
renazca de las cenizas y nos lleve hacia un futuro mejor, y hacia una completa sinergia con la
globalización a la que el mundo se enfrenta.

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