La mayoría de caracoles de tierra son herbívoros, así que se alimentan de hojas,
tallos, cortezas o incluso materia orgánica en descomposición. Gracias a la rádula
pueden limar incluso algunas piedras para conseguir minerales necesarios para el mantenimiento de su concha. Determinadas especies pueden ser carnívoras e incluso algunas se alimentan de otros caracoles. La esperanza de vida de un caracol de tierra puede variar bastante entre especies, pero lo habitual es que duren más de dos años y que lleguen alrededor de los siete años. Hay especies, sin embargo, que han conseguido vivir hasta 30 años. La mayoría de muertes de los caracoles se deben a parásitos o a depredadores, que son bastante abundantes. Entre ellos se encuentran otras especies de moluscos, serpientes, sapos y varias especies de aves. La mayoría son hermafroditas, por lo que producen tanto células reproductoras masculinas como femeninas. Sin embargo, tienen que aparearse entre ellos ya que un solo individuo no es capaz de fecundarse a sí mismo. Acostumbran a reproducirse durante la primavera y el otoño. La cópula se hace de noche, por parejas y el acto puede durar varias horas. Los huevos que se generan de esta fecundación suelen ser enterrados cerca de la superficie del suelo. Cada uno de los caracoles puede llegar a tener unos 100 huevos en su interior. Después los enterrarán en algún sitio húmedo y sombrío. Los entierran a los 10-15 días de haberlos formado, cavando el agujero con su cabeza y pie. Una vez que salen del huevo, deben conseguir el calcio que necesitan para desarrollarse, y para endurecer la concha, que ya salen con ella una vez que rompen el huevo, la cual es muy frágil, y deben de endurecerla para tener protección. Son importantes para la gastronomía en algunos países. Especialmente en Francia y otros países mediterráneos. Está demostrado científicamente que el uso de las sustancias mucosas son muy beneficiosas para la piel de los humanos. Finalmente destacar que muchas personas adquieren caracoles de tierra para tenerlos como mascotas, sin duda un atractivo o hobby que enriquecerá la atención y cuidado por parte de aquellas personas amantes de los animales domésticos. La mayoría de los caracoles terrestres son pulmonados, es decir, tienen un pulmón y respiran aire. La velocidad media de los caracoles es de 1,3-2 centímetros por segundo. Es decir, si se moviera sin parar, tardaría una semana en hacer un kilómetro. Los caracoles no tienen dientes raspan la comida, en lugar de morderla. son uno de los primeros tipos de animales que se conoce habitan nuestro planeta, con evidencias de que evolucionaron hace más de 600 millones de años. Cuando un caracol se mueve deja tras de sí un rastro de baba, esto le permite moverse fácilmente a través de cualquier tipo de terreno sin dañar su cuerpo. son más activos durante la noche, aunque pueden salir durante las horas tempranas de la mañana también. Los caracoles terrestres habitan en lugares normalmente húmedos, ya que a pesar de desplazarse por la tierra siguen teniendo cierta dependencia del agua para desarrollar su vida. no están bien adaptados para vivir en condiciones extremas de temperatura. Es por eso que cuando las temperaturas son más bajas, acostumbran a hibernar. Los caracoles terrestres son moluscos gasterópodos terrestres que tienen conchas, (los que no tienen conchas se conoce como babosas), son invertebrados. Los caracoles terrestres tienen un pie muscular fuerte, que utilizan el moco que les permite trepar por superficies rugosas, con el fin de evitar que sus cuerpos blandos se sequen.