Pedir que Dios nos ame más es pedir precisamente
Y éste es
eso y no otra cosa. Pedir que Dios nos ame más es
pedir que seamos convertidos en una divina obra de
arte. Pedir que Dios nos ame más es pedir que nos
conviertan en la mejor vasija del mundo. Pedir que
Dios nos ame más es pedir que Dios nos haga como
Jesucristo su Hijo.
Pedir que Dios nos ame más es pedir que nos sean
quitadas todas las imperfecciones de carácter que
tenemos. Y eso sería tan doloroso, como el dolor que
pudiera sentir un soldadito de plomo que se está
transformando en un ser humano de verdad, y que
ve y siente cómo su plomo desaparece y en su lugar
surge la carne.
Recibir el amor de Dios es recibir todo el amor de
Dios, y aquí está incluido el sufrimiento. Y no
estamos haciendo referencia a lo que se pueda sufrir
como un discípulo de Jesús, sino al dolor que
representa para todo ser humano ceder su posesión
más preciada: el ego, el autogobierno de la vida, la
misma voluntad de cada individuo. Es doloroso,
sumamente doloroso renunciar a ser nuestros
propios dueños.
Entregar el control de nuestra vida a Dios es un acto
de la voluntad indispensable para que el divino
maestro, el alfarero, acabe su obra en nosotros.
¿Quieres ser más amado por Dios?
Dios busca el supremo bien del hombre.
creer y recibir a Jesús como Señor y Salvador de su
vida. Y ¿qué daño te puede causar aceptar a Jesús
como Señor y Salvador? Recibe el amor que Dios te
da, recibe a Jesús, recíbelo hoy.
C.S. Lewis “El problema del dolor”
Philip Yancey “Dónde está Dios cunado se sufre”
oscar p. mendoza
IGLESIA EVANGÉLICA ECUATORIANA ALIANZA CRISTIANA Y
MISIONERA
“TEMPLO METROPOLITANO ALIANZA”
¿QUIERO SER MÁS AMADO O MENOS AMADO?
El Amor puede tolerar y el Amor puede
perdonar….pero al Amor nunca puede ser
conciliado con un objeto no digno de ser amado.
Por lo tanto nunca puede ser conciliado con tu
pecado, porque el pecado en sí mismo no es
susceptible de ser alterado; pero Él puede ser
reconciliado con tu persona porque ésta puede ser
restaurada.
Traherne
Centurias of Meditation, II, 30
Pregunte ¿Queremos ser más amados o menos
amados?, espere algunas respuestas y continúe.
Estamos de acuerdo que todos deseamos
ser amados, muy amados. Los padres
anhelamos que los hijos nos amen más, la esposa
espera que su amado esposo la ame más, mucho
más, cada día que pasa. Los hijos queremos ser
amados por nuestros padres y también por nuestros
hermanos. Todos queremos que nos amen más.
Conversemos un momento ¿cómo sabemos que otras
personas nos aman? Y podemos preguntarnos
también ¿cómo demostramos que amamos a otros
(padres, hijos, esposas, familiares, amigos,…)?
“El amor busca el bien y no hace daño”
Cualquier acto que llamemos amor debe pasar este
filtro: buscar el bien y no hacer daño. Hemos
conversado que hay algunas maneras de demostrar
amor hacia otras personas. Pero debemos recordar
que, buscar el bien de la persona amada, no significa
que siempre se la va a complacer en todo, o que todo
el tiempo debemos hacer que ella ría y se sienta
complacida. Imagine la siguiente escena: un niño
llora desconsolado mientras habla con su madre., él
piensa que no lo aman lo suficiente, pues su madre
(quien él pensaba que lo amaba) lo hace sufrir. La
madre se niega a darle otro caramelo.
¿Cuántas veces usted ha sufrido y pensado que Dios
no le ama porque le hace llorar hasta que las
lágrimas se acaban? ¿Cuántas cosas buenas y
agradables le ha pedido a Dios y él no se las ha
dado?
El amor no hace daño, aunque a veces, muchas
veces nos haga sufrir y llorar. Quizás lo entendamos
si prestamos atención a lo que viene a continuación:
«Somos una divina obra de arte, algo que Dios está
haciendo y, por lo tanto, algo con lo cual El no
quedará satisfecho hasta que no alcance cierto
carácter. Con un boceto hecho distraídamente para
entretener a un niñito, el artista no se tomaría
mucha molestia; sería capaz de dejarlo a medio
terminar aunque no representara exactamente lo
que pretendía ser. Pero en el gran cuadro de su vida
artística, aquella obra que él ama tan intensamente
como un hombre ama a una mujer o una madre a su
hijo, el mismo artista se tomaría interminables
molestias y, por lo tanto, causaría interminables
incomodidades su pintura si ésta fuera sensible.
Podemos imaginar una pintura sensible que después
de haber sido borrada, raspada y recomenzada por
décima vez desearía haber sido un simple dibujito
que queda terminado en un solo minuto…Del mismo
modo, es natural que deseemos que Dios hubiera
determinado para nosotros un destino menos
glorioso y menos arduo. Pero en tal caso no
estaremos pidiendo más amor, sino menos»
 Puesto que él es lo que es, su amor tiene, por la
¿No se siente como esta pintura? ¿no siente a veces naturaleza misma de las cosas, que ser impedido y
que Dios le está raspando y ensangrentado la vida? ahuyentado por ciertas manchas de nuestro
presente carácter, y dado que Dios ya nos ama tiene
Busquemos juntos el siguiente pasaje de la Escritura. que obrar para hacernos más dignos de su amor»
Jeremías 18.1-6
Ésta es la palabra del Señor, que vino a
Jeremías: «Baja ahora mismo a la casa del
alfarero, y allí te comunicaré mi mensaje»
Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo
encontré trabajando en el torno. Pero la vasija
que estaba modelando se le deshizo en las
manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta
que le pareció que le había quedado bien.
En ese momento la palabra del Señor vino a mí,
y me dijo: «Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo
hacer con ustedes lo mismo que hace este
alfarero con el barro?» _afirma el Señor_.
Ustedes pueblo de Israel, son en mis manos
como el barro en las manos del alfarero.
Jer.18.1-6 NVI

¿Cómo dice Dios que somos en sus manos?

¿Hasta cuándo va el alfarero (Dios) a moldear el
barro (nosotros)?

El amor busca el bien y no hace daño. Pero el amor a

veces, algunas veces hace sufrir al objeto de su
amor, lo hace llorar.

«Pedir que el amor de Dios se contente con nosotros

tal como somos es pedir que Dios deje de ser Dios.