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De igual forma, los productos y sus cantidades que una persona demanda para su
consumo, es decir los patrones de consumo, no están compuestos solamente por los
productos que son directamente consumidos como lo son los alimentos, vehículos y
utensilios, entre otros; sino por los que son complemento de los anteriores tales
como bolsas plásticas, papel de envoltura y combustible, entre otros.
No es fácil que las industrias sean ambientalmente limpias, pero también es cierto
que no es fácil que las industrias se anticipen a las tendencias ambientales de los
mercados, de las tecnologías y a las tendencias sociales. Sin embargo, las
tendencias ambientales a nivel mundial están empezando a ser un factor
importante en la toma de decisiones, con lo cual, las solución a los problemas
ambientales debe generarse a partir de una alianza entre la industria, el mercado y
los gobiernos.
Muchas compañías piensan que por ser, pequeñas, o medianas no cuentan con las
herramientas adecuadas para evaluar y priorizar las acciones ambientales y
desconocen los mecanismos y programas que el gobierno constantemente está
diseñando en pro de mejorar el desempeño ambiental y la productividad; además
creen que tienen pocas opciones para competir porque muchas de las soluciones
actuales implican recursos más allá de sus posibilidades. Mientras tanto, las grandes
compañías han encontrado, y siguen encontrando, relaciones benéficas en términos
económicos, en la implantación de prácticas ambientales generando diferenciación
en sus productos y por consiguiente una buena participación en los mercados con
mayores rendimientos.
Las inversiones al medio ambiente tienen mayores riesgos y plazos de retorno que
otro tipo de inversiones, por lo cual las coloca en desventaja, al momento de ser
evaluadas comparativamente. Aunque normalmente las acciones iniciales en
producción más limpia son relativamente fáciles, económicas y de alto impacto,
posteriormente se tornan más difíciles, costosas y de mayor riesgo. A pesar de lo
anterior, es evidente que sí existen soluciones gana-gana, pero más que eso, se
pueden hacer compatibles los objetivos ambientales con los de competitividad.
Las compañías deben estar atentas a los posibles efectos, que los asuntos
ambientales puedan tener sobre su competitividad, para tomar las medidas que le
permitan aprovechar mejor las tendencias o contrarrestar las amenazas, tanto
desde el plano estratégico, como táctico, y operativo
La Producción Más Limpia debe ser aplicada en los diferentes niveles de una misma
empresa, involucrando desde su misión hasta sus diferentes metas, globales y
parciales. Sus alcances abarcan aspectos internos de la industria como los
materiales, los procesos, la calidad del producto, las tecnologías, hasta la
disponibilidad de capital; aspectos culturales, y aspectos externos como las políticas
macroeconómicas y ambientales; aspectos financieros; la presión de la comunidad;
la demanda en el mercado por productos sostenibles; y el acceso a tecnología
alternativas.
otro, tal como sucede con los sistemas convencionales de tratamiento de final de
tubo.
Teniendo en cuenta que existe una gran diferencia entre empresas, sectores,
regiones o países, es conveniente mencionar que se presentan diversos niveles de
respuesta o actitud de las empresas ante la variable ambiental. Con el paso del
tiempo se han podido identificar fases de reacción ante los problemas, en las cuales
las compañías adoptan un enfoque de respuesta ante los problemas ambientales,
viendo el cumplimiento de las normas con obligatoriedad.