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POEMAS DE RONSARD Y SHAKESPEARE

PIERRE DE RONSARD se agostarán en día no lejano


(1524-1585) y estarán, pronto, como flores, muertas.

Se va el tiempo, mi amiga... mas no es cierto:


somos nosotros, !ay!, los que nos vamos.
ENVÍO DE LAS FLORES Ni de ti ni de mí quedará huella.

Hoy te envío estas flores que mi mano Y cuando tú estés muerta y yo esté muerto,
acaba de cortar recién abiertas, nada habrá de este amor de que hoy hablo
que de no recogerlas hoy temprano ámame, entonces, mientras eres bella.
las habría encontrado el alba yertas.

Ellas recuerdan el destino humano,


porque tus gracias y bellezas ciertas

1
SIEMPREVIVA
Siempre están vuestros ojos, vuestras gracias y encantos
Para que así de siglo en siglo sobreviva en mí grabadas y también los lugares
la perfecta amistad que Ronsard te profesa, donde os viera danzar, leer y hablar.
la razón ofuscada por tu pura belleza
y en tus brazos gemelos la libertad cautiva; Os tengo como mía, y si yo no soy mío,
vos sois la sola que en mi pecho respira,
para que sepa el mundo que estaba siempre viva mi ojo, mi sangre, mi desgracia y mi bien.
tu imagen en mi sangre y en mi memoria impresa
y que mi alma rendida sólo de ti está presa,
hoy te envío mi amor con esta Siempreviva. SONETO PARA HELENA

Ella perdurará largo tiempo fragante. Vencida por los años, en la dulce tibieza
-Te haré, después de muerta, vivir perpetuamente, del hogar y la luz albos copos hilando,
tanto puede el empeño de un servidor amante dirás embelesada mis versos recordando:
Ronsard cantó los días de mi feliz belleza.
que al honrarte pretende honrar la virtud suma.
Tu nombre, como Laura, vivirá eternamente, Ya no habrá quien recoja de tu voz la tristeza,
al menos lo que vivan los libros y la pluma. ni esclava soñolienta que el percibir el blando
rumor en que me nombras, dichosa despertando
con férvida loanza bendiga tu realeza.
SONETO
Mi cuerpo bajo tierra, tan sólo ya mi alma
¿Qué decís y qué hacéis, niña mía? llagará de tus mirtos umbrosos en la calma,
¿En qué soñáis? ¿Pensáis acaso en mí? mientras tú, cerca al fuego, te acoges aterida.
¿Acaso no os preocupa mi desmayo,
y este penar por vos que me envenena? Y has de llorar entonces esa altivez insana...
No te niegues, escúchame, no esperes a mañana:
Por vuestro amor mi corazón se agita cíñete desde ahora las rosas de la vida.
y ante mis ojos yo os veo sin cesar,
ausente os escucho y aun os oigo,
y sólo vuestro amor suena en mi pensamiento.

2
(TOMA ESTA ROSA -AMABLE CUAL TÚ ERES...) A veces demasiado brilla el ojo
solar y otras su tez de oro se apaga;
Toma esta rosa -amable cual tú eres; toda belleza alguna vez declina,
rosa entre rosas bellas la más rosa; ajada por la suerte o por el tiempo.
diosa en flor entre flores la más diosa Pero eterno será el verano tuyo.
de las Musas, la Musa de Citeres. No perderás la gracia, ni la Muerte
se jactará de ensombrecer tus pasos
Recíbela y ofrécele piadosa cuando crezcas en versos inmortales.
tu seno, pues mi corazón no quieres...
(Corazón, rosa mustia, nada esperes; Vivirás mientras alguien vea y sienta
sangre sin fin tu herida dolorosa. y esto pueda vivir y te dé vida.

La rosa y tú han sólo una semblanza:


no más un sol la rosa tendrá vida; AMOR VERDADERO
¡mil soles tú pervives de esperanza!
No, no aparta a dos almas amadoras
Si al menos, corazón, rosa transida, adverso caso ni crüel porfía:
marchitarte pudieras en bonanza, nunca mengua el amor ni se desvía,
cual la rosa en su pecho recogida!) y es uno y sin mudanza a todas horas.
Es fanal que borrascas bramadoras
con inmóviles rayos desafía;
estrella fija que los barcos guía;
WILLIAM SHAKESPEARE mides su altura, mas su esencia ignoras.
(1564-1616) Amor no sigue la fugaz corriente
de la edad, que deshace los colores
de los floridos labios y mejillas.
(¿A UN DÍA DE VERANO COMPARARTE? ) Eres eterno, Amor: si esto desmiente

¿A un día de verano compararte? mi vida, no he sentido tus ardores,


Más hermosura y suavidad posees. ni supe comprender tus maravillas.
Tiembla el brote de mayo bajo el viento
y el estío no dura casi nada.

3
cuando tu luz aclara lo que inventa?
(COMO ACTOR VACILANTE EN EL PROSCENIO)
Sé la décima Musa y sé diez veces
Como actor vacilante en el proscenio mejor que las antiguas invocadas,
que temeroso su papel confunde, y otorga a quien te invoque eternos versos
o como el poseído por la ira que sobrevivan a lejanos siglos.
que desfallece por su propio exceso,
Si al futuro censor mi Musa encanta,
así yo, desconfiando de mí mismo, mía será la pena y tuyo el lauro.
callo en la ceremonia enamorada,
y se diría que mi amor decae
cuando lo agobia la amorosa fuerza. (COMO UN PADRE DECRÉPITO DISFRUTA)

Deja que la elocuencia de mis libros, Como un padre decrépito disfruta


sin voz, transmita el habla de mi pecho al ver de su hijo las empresas jóvenes,
que pide amor y busca recompensa, así yo, mutilado por la suerte,
más que otra lengua de expresivo alcance. en tu lealtad y mérito me afirmo.

Del mudo amor aprende a leer lo escrito, Pues sea la hermosura o el linaje,
que oír con ojos es amante astucia. el poder o el ingenio, uno o todos,
quien te corone con mejores títulos,
yo incorporo mi amor a esa riqueza.
(CÓMO PUEDE BUSCAR TEMAS MI MUSA)
Ni pobre ni ofendido soy, ni inválido,
¿Cómo puede buscar temas mi Musa que basta la substancia de tu sombra
mientras tú alientas, que a mi verso infundes para colmarme a mí con su opulencia,
tu dulce inspiración, harto preciosa y de una parte de tu gloria vivo.
para exponerla en un papel grosero?
Busca, pues, lo mejor: te lo deseo;
Agradécete a ti, si algo de mi obra seré feliz diez veces, si lo hallas.
digno de leerse encuentra tu mirada:
¿quién tan mudo será que no te escriba

4
(CUANDO ASEDIEN TU FAZ CUARENTA INVIERNOS)
Así, sus alabanzas son presagios
Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos de nuestro tiempo, que te prefiguran,
y ahonden surcos en tu prado hermoso, y pues no hacían más que adivinarte,
tu juventud, altiva vestidura, no podían cantarte cual mereces.
será un andrajo que no mira nadie.
En cuanto a aquellos que te contemplamos
Y si por tu belleza preguntaran, con absorta mirada, estamos mudos.
tesoro de tu tiempo apasionado,
decir que yace en tus sumidos ojos
dará motivo a escarnios o falsías.
(DÉJAME CONFESAR QUE SOMOS DOS)
¡Cuánto más te alabaran en su empleo
si respondieras : -«Este grácil hijo Déjame confesar que somos dos
mi deuda salda y mi vejez excusa», aunque es indivisible el amor nuestro,
pues su beldad sería tu legado! así las manchas que conmigo quedan
he de llevar yo solo sin tu ayuda.
Pudieras, renaciendo en la vejez,
ver cálida tu sangre que se enfría. No hay más que un sentimiento en nuestro amor
si bien un hado adverso nos separa,
que si el objeto del amor no altera,
(CUANDO EN LAS CRÓNICAS DE TIEMPOS IDOS) dulces horas le roba a su delicia.

Cuando en las crónicas de tiempos idos No podré desde hoy reconocerte


veo que a los hermosos se describe para que así mis faltas no te humillen,
y a la Belleza embellecer la rima ni podrá tu bondad honrarme en público
que elogia a damas y señores muertos, sin despojar la honra de tu nombre.

observo que al pintar de sus dechados Mas no lo hagas, pues te quiero tanto
la mano, el labio, el pie, la frente, el ojo, que si es mío tu amor, mía es tu fama.
trataba de expresar la pluma arcaica
una belleza como la que tienes.

5
(EL PECADO DE AMARME SE APODERA) ¿cómo puedo ser yo mayor que tú?

El pecado de amarme se apodera Por eso, amor, contigo sé prudente,


de mis ojos, de mi alma y de mí todo; como soy yo por ti, no por mí mismo;
y para este pecado no hay remedio tu corazón tendré con el cuidado
pues en mi corazón echó raíces. de la nodriza que al pequeño ampara.

Pienso que es el más bello mi semblante, No te ufanes del tuyo, si me hieres,


mi forma, entre las puras, la ideal; pues me lo diste para no volverlo.
y mi valor tan alto conceptúo
que para mí domina a todo mérito.

Pero cuando el espejo me presenta, (POR QUÉ ME PROMETISTE UN DÍA HERMOSO)


tal cual soy, agrietado por los años,
en sentido contrario mi amor leo ¿Por qué me prometiste un día hermoso
que amarse siendo así sería inicuo. y a viajar sin mi capa me obligaste,
si me dejaste sorprender por nubes
Es a ti, otro yo mismo, a quien elogio, que en su bruma ocultaron tu destello?
pintando mi vejez con tu hermosura.
No me basta que surjas de la niebla
y que la lluvia enjugues en mi rostro,
pues no ha de ponderar ninguno el bálsamo
(NO CREERÉ EN MI VEJEZ, ANTE EL ESPEJO) que cicatriza pero no remedia.

No creeré en mi vejez, ante el espejo, Ni tu vergüenza a mi dolor aplaca,


mientras la juventud tu edad comparta; ni tu remordimiento a lo perdido:
sólo cuando los surcos te señalen del ofensor la pena poco alivia
pensaré que la muerte se aproxima. a quien la cruz soporta del agravio.

Si toda la hermosura que te cubre Pero tus lágrimas de amor son perlas
es el ropaje de mi corazón, y su riqueza todo el mal rescata.
que vive en ti, como en mí vive el tuyo,

6
y aunque todas las plumas los excedan,
guárdalos por mi amor, no por mis rimas,
(PINTADO POR NATURA EL ROSTRO TIENES) superadas por hombres más felices.

Pintado por Natura el rostro tienes Que tu amor reflexione: «Si su Musa
de mujer, dueño y dueña de mi amor; crecido hubiera en esta edad creciente,
y de mujer el corazón sensible frutos más caros a su edad le diera,
mas no mudable como el femenino; dignos de incorporarse a tal cortejo:

tus ojos brillan más, son más leales pero ha muerto; en poetas más notables
y doran los objetos que contemplas; estilo buscaré y en él amor».
de hombre es tu hechura, y tu dominio roba
miradas de hombres y almas de mujeres.
(¿TE HE DE COMPARAR CON UN SOL DE ESTÍO?)
Primero te creó mujer Natura
y, desvariando mientras te esculpía, ¿Te he de comparar con un sol de estío?
de ti me separó, decepcionándome, Descubro en ti más gracia y más encanto.
al agregarte lo que no me sirve. Furiosos vientos agitan el fino
Botón de mayo, es tan breve el verano.
Si es tu fin el placer de las mujeres,
mío sea tu amor, suyo tu goce. Quema a veces tanto el ojo del cielo,
Se opaca a menudo su tez dorada,
Lo que es bello deja a veces de serlo
Por azar o por natural mudanza.
(SI A MIS DÍAS COLMADOS SOBREVIVES)
Mas tu eterno estío no decaerá
Si a mis días colmados sobrevives, Ni ha de perder el bello que posees,
y cuando esté en el polvo de la Muerte Ni el nublarte la muerte jactará
una vez más relees por ventura Cuando en el tiempo en verso eterno creces.
los inhábiles versos de tu amigo,
Mientras respirando o viendo se siga
con lo mejor de tu época compáralos, Esto vivirá, y esto te da vida.

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