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Instituto de Mecánica Estructural


y Riesgo Sísmico

HORMIGÓN I
Unidad 5:
ELEMENTOS DE HORMIGÓN ARMADO
SOMETIDOS A FLEXO-COMPRESIÓN.
Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.
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CONTENIDO

5 COLUMNAS

5.1 INTRODUCCIÓN

5.2 COMPORTAMIENTO DE COLUMNAS ANTE CARGAS DE COMPRESIÓN

5.3 HORMIGÓN ARMADO CONFINADO


5.3.1 CONCEPTOS GENERALES
5.3.2 RELACIONES TENSIÓN - DEFORMACIÓN
4.3.2.1 RESISTENCIA A LA COMPRESIÓN
4.3.2.2 DEFORMACIÓN ÚLTIMA EN COMPRESIÓN
4.3.2.3 PARÁMETROS DE DISEÑO. BLOQUE DE TENSIONES
5.3.3 EJEMPLO No1
5.3.4 EJEMPLO No2
5.3.5 EJEMPLO No3

5.4 COMPORTAMIENTO BAJO FUERZAS DE TRACCIÓN

5.5 RESISTENCIA DE COLUMNAS Y TABIQUES A FLEXIÓN Y AXIAL

5.6 DIAGRAMAS DE INTERACCIÓN


5.6.1 CONCEPTO Y APLICACIÓN
5.6.2 FALLA BALANCEADA
5.6.3 DIAGRAMA DE INTERACCIÓN SIMPLIFICADO
5.6.4 EJEMPLO DE TRAZADO DEL DIAGRAMA M - P

5.7 CONSIDERACIONES DEL ACI Y DEL NZS PARA ARMADO Y DETALLE


5.7.1 BARRAS LONGITUDINALES
5.7.2 ARMADURAS TRANSVERSALES
5.7.3 EMPALMES DE BARRAS

5.8 DIAGRAMAS DE INTERACCIÓN PARA EL DISEÑO

5.9 EJEMPLO DE OBTENCIÓN DE DIAGRAMA M-N

5.10 BIBLIOGRAFÍA

Emis Revis Revis Revis Revis Revis Revis Revis


Filename Observaciones
0 1 2 3 4 5 6 7
Ago Ago May Sep Jul Nov Mar Sep
T5-COL.H1
01 02 03 03 07 07 08 09
Páginas 68 79 80 84 57 61 61 61
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COMPORTAMIENTO DE ELEMENTOS SOMETIDOS A FLEXIÓN Y CARGA


AXIAL.

En este capítulo se analiza el comportamiento de elementos de hormigón


armado sometidos a esfuerzos axiales y a la combinación de los mismos con esfuerzos
de flexión. Nos referiremos específicamente a columnas y tabiques. El tratamiento de
tabiques estructurales de hormigón armado en profundidad se hará en Hormigón II. En
este capítulo sólo se hace mención a la similitud del análisis seccional entre columnas y
tabiques.

En este trabajo, unidad 5, se presentan conceptos fundamentales y las


disposiciones más importantes y de mayor aplicación de los códigos relativas al diseño
y construcción de columnas de hormigón armado, en particular del código ACI– 318-
2005, adoptado para el proyecto-CIRSOC-2005 y NZS-3101, versión 1995.

5 COLUMNAS.

5.1. INTRODUCCIÓN.

Las columnas son elementos estructurales que soportan esfuerzos axiales, de


compresión o tracción, generalmente combinados con flexión, por lo que en
consecuencia deben además soportar los esfuerzos de corte derivados de la flexión.
El comportamiento de la columna, y en definitiva su modo de falla depende del
grado de esfuerzo axial con respecto a la intensidad de los esfuerzos de flexión.
Se dice que una columna no es esbelta cuando su carga última, para una
excentricidad dada (y en consecuencia flexión asociada), está controlada por la
resistencia de los materiales componentes y de sus dimensiones transversales. En una
columna esbelta sin embargo, la esbeltez es causal de momentos adicionales que
tienen influencia sobre el valor de la carga última que puede desarrollar la columna.
Más adelante se tratará el tema de las columnas esbeltas. Por ahora se trata a las
columnas cuya falla no está influenciada por no linealidad geométrica, sino por el
comportamiento no lineal de material los materiales.
Las columnas de hormigón pueden tener las más diversas formas, algunas de
las cuales se muestran en la Fig. 5.1. Están reforzadas con barras de acero
longitudinales y transversales, pudiendo ser estas barras aisladas con cierta separación
en la forma de estribos cerrados (circulares, cuadrados, rectangulares, hexagonales,
etc.) o bien estribos suplementarios abiertos, o constituir una única pieza en forma de
hélice continua (generalmente de pequeño paso) para materializar lo que se llama
columna zunchada. Para el caso de puentes la ref.[3] menciona como algunas
opciones de columnas sólidas las que se muestran en la Fig. 5.2.a, y como huecas la
Fig.5.2.b.
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Fig.5.1. Diferentes secciones transversales de


columnas de hormigón armado.

Fig. 5.2a. Típicas columnas sólidas para puentes.


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Fig. 5.2b. Típicas columnas de sección hueca para puentes.

5.2. COMPORTAMIENTO DE COLUMNAS ANTE CARGAS AXIALES DE


COMPRESIÓN.

La Fig. 5.3 muestra en forma esquemática una columna de hormigón armado


sometida a una carga axial N, y se considera que la carga se incrementa
progresivamente sin superar cierto valor tal que la respuesta sea esencialmente lineal.
Cuando las tensiones en el hormigón y en el acero son suficientemente pequeñas, las
relaciones tensión vs. deformación pueden suponerse como lineales y es de aplicación
la teoría elástica.

Fig. 5.3. Columna de hormigón armado


sometida a Compresión Axial.

Haciendo referencia a la Fig. 2.6 del capítulo 2, para una tensión cercana al 60%
de f´c se podría considerar con cierta aproximación que es válida la ley de Hooke, es
decir fc= εc Ec en el hormigón, y en el acero, para tensiones menores a fy es válida la
proporcionalidad. Por condición de compatibilidad de deformaciones, el acortamiento
es igual en ambos materiales es decir:
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ε = εc = εs (5.1)

y por condiciones de equilibrio se debe verificar que:

N = f´c . Ac + fs . Ast (5.2)

donde:

N = carga axial aplicada.


f´c = tensión de compresión en el hormigón
Ac = área de hormigón
fs = tensión en el acero
Ast = área de armadura longitudinal total en la sección.

Aplicando las relaciones constitutivas lineales a la condición de compatibilidad,


se tiene:

fc / Ec = fs / Es (5.3)

y designando con n la relación de módulos de elasticidad del acero al del hormigón, es


decir:

n = Es / Ec (5.4)

se podría escribir que el área transformada al equivalente de hormigón está dada por:

Att = Ac + n Ast (5.5a)


Pero, si la referimos al área total o “gross area” Ag (por ejemplo Ag= a.b en la
figura), sería:
Ag = Ac + Ast

Att = Ag – Ast + n Ast = Ag + Ast (n-1)

Si designamos con ρ a la cuantía de acero longitudinal, e igual a:

ρ = Ast / Ag (5.6)

el área transformada queda expresada como:

Att = Ag + Ag ρ (n-1) = Ag [1 + ρ (n-1)] (5.5b)

De la combinación de las ecuaciones 5.2 y 5.3 se pueden escribir las


expresiones de las tensiones del hormigón y del acero para una carga dada, ya que:

N = fc Ac + fc n Ast = fc ( Ac + n Ast) = fc / Att

Por lo que:
N
fc = (5.7a)
Ag [1 + ρ(n − 1)]
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y
nN
fs = (5.7b)
Ag [1 + ρ(n − 1)]

Por ejemplo, para una columna de 40 x 40cm, con una cuantía ρ= 0.01 (i.e.,
1%, por ejemplo con 8 barras de 16 mm), cuando es sometida a una carga axial de 200
toneladas, las tensiones máximas alcanzadas son:

200 ton
fc =  = 1147 t/m2 = 11.5 MPa
0.16 [1 + 0.01 (10-1)] m2

Si se considera un hormigón de f´c= 20 MPa, y con Ec = 21000 MPa, se ve que


para la tensión alcanzada (0.575 f´c), se puede considerar como buena aproximación
un comportamiento elástico. Si el acero tiene fy = 420 MPa, con Es = 210000 MPa, la
relación de módulos n= 10, por lo que la tensión en el acero es 10 veces mayor, es
decir fs= 115 MPa, todavía muy por debajo de la de fluencia.

Sin embargo, los fenómenos de fluencia y contracción del hormigón tienen un


efecto bastante relevante sobre los valores de las tensiones calculados con la teoría
elástica en el rango de cargas de servicio. A menos que la carga N se haya aplicado
por una fracción corta de tiempo, lo cual es muy improbable en las estructuras reales,
las tensiones finales cambian pues hay redistribución entre el hormigón y el acero. El
fenómeno de fluencia que se presentó en las Figs. 2.11 y 2.12 del capítulo 2, hace que
bajo carga sostenida la deformación del hormigón se incremente. Esto implica que, tal
cual se vio en la ecuación 2.9, debería tomarse un módulo de elasticidad efectivo que
puede ser bastante menor que el inicial. En consecuencia, la relación de módulos de
elasticidad cambia, creciendo tal vez al doble o más (depende del efecto de fluencia), y
en consecuencia el hormigón se descarga y en el acero se aumenta la tensión de
compresión. Esta redistribución puede continuar por años hasta que la relación de
módulos se estabilice, lo cual es difícil de estimar, tanto en el tiempo como en los
valores finales alcanzados. La ref.[4] menciona que para hormigones normales el
módulo efectivo del hormigón puede verse disminuido 2 a 3 veces respecto del valor
inicial, es decir que la relación de módulos para carga de larga duración puede ser 2 a
3 veces el que corresponde a cargas de corta duración. Si parte de la carga sobre la
columna es removida, como indica la Fig. 2.12 hay una recuperación elástica inmediata
y se inducen tensiones residuales. Podría suceder incluso, dependiendo de los
contenidos de acero y de la magnitud del fenómeno de fluencia, que si bien el acero
continúa en compresión, el hormigón podría terminar con esfuerzos de tracción
suficiente como para provocar fisuras.

El efecto de contracción del hormigón, que se explicó en la sección II.3.1.5, ver


Fig. 2.16 del capítulo 2, causa aún más redistribución de esfuerzos. Una columna de
hormigón sin armar que sobrelleve (teóricamente) una contracción uniforme no sufriría
tensiones si su deformación no estuviera impedida. Sin embargo, en las columnas de
hormigón armado las barras de acero, por su efecto de adherencia, resisten la
contracción y en consecuencia se inducen tensiones de tracción en el hormigón, ver
ecuación 2.17, y compresión en el acero, ecuación 2.16.
De estas observaciones surge que los valores de tensión dados por las
ecuaciones 5.7 pueden distar mucho de la realidad por lo que su aplicación es muy
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discutible. Si la columna a su vez está sometida a variaciones de carga, las


subsiguientes redistribuciones de esfuerzos complican aún más los resultados de la
teoría elástica. En definitiva, no es confiable el tratar de establecer la seguridad de
columnas de hormigón armado utilizando la teoría elástica de tensiones admisibles.

Por el contrario, la carga última de una columna no varía apreciablemente con la


historia de cargas, y es independiente de los efectos de fluencia y contracción. Para

Fig. 5.4. Curva de respuesta carga - deformación para el acero y el


hormigón de una columna cargada axialmente.

comprender el comportamiento de la columna hasta su rotura es conveniente referirse


a las curvas de respuesta del hormigón y del acero a cargas axiales de compresión, ver
por ejemplo Figs. 2.2 y 2.35 del capítulo 2. Cuando la carga alcanza cierto nivel, para
características usuales de los materiales, el acero entrará en fluencia, εy, antes que el
hormigón alcance su resistencia máxima, para εo.

La Fig. 5.4 muestra la representación de la respuesta en términos de carga vs.


deformación axial. La carga máxima de la columna se alcanza cuando el hormigón
llega a su resistencia máxima f´c, ya que una vez que el acero fluyó su tensión no
disminuye y el hormigón continúa en la rama ascendente de su respuesta axial. A partir
de allí, se produce un descenso de la resistencia en la columna por la pérdida de
resistencia del hormigón, hasta que se produce la falla completa del elemento. En
consecuencia, la carga máxima de una columna de hormigón armado es la suma de la
resistencia a fluencia del acero más la resistencia máxima del hormigón. La ref.[1]
indica que a través de ensayos se ha verificado que la resistencia del hormigón en una
columna cargada axialmente es aproximadamente 0.85 f´c, donde f´c es la resistencia
cilíndrica del hormigón a compresión. Se interpreta que la resistencia es un poco menor
que la que resulta de ensayos sobre probetas cilíndricas porque por un lado las
dimensiones y formas son diferentes en obra, y por otro lado porque en las columnas
que son llenadas de hormigón en forma vertical se produce algo de segregación y
ganancia de agua en la parte superior de la columna. En consecuencia, la carga
máxima Po, que se asigna a una columna de hormigón armado cargada axialmente
está dada por la suma de la contribución no lineal de sus materiales componentes, es
decir:
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Po = 0.85f´c (Ag – Ast) + fy Ast (5.8)

Además, el ACI estipula una limitación adicional en la resistencia de columnas a


los efectos de compensar excentricidades accidentales que pudieran surgir en obra y
no tenidas en cuenta en el análisis. En ediciones anteriores se especificaba una
excentricidad mínima a considerar en el diseño. En la edición actual directamente se
aplican los coeficientes de 0.85 y 0.80 para reducir la resistencia por este efecto en
columnas zunchadas y estribadas respectivamente. En definitiva, las resistencias
nominales de diseño que da el ACI son:

Pn = 0.85 [0.85 f´c (Ag – Ast) + fy Ast] (5.9a)

Pn = 0.80 [0.85 f´c (Ag – Ast) + fy Ast] (5.9b)

para columnas zunchadas y estribadas respectivamente.

El código ACI-318-05, en su sección 10.3.6, establece las expresiones que se


deben adoptar para obtener la resistencia de diseño, al afectar el valor nominal por los
factores de reducción de resistencia φ. Tal cual se expresó antes, la reducción aplicada
a las columnas es mayor que en las vigas. Esto refleja por un lado la mayor importancia
de las columnas en una estructura, ya que la falla de una viga afectará (en general)
solamente una región localizada, mientras que la de una columna podría conducir al
colapso total. Por otro lado, los coeficientes φ reflejan los diferentes comportamientos
de columnas confinadas con espirales con respecto a aquellas cuya armadura
transversal son estribos. El ACI-2005 adopta, para columnas controladas por
compresión los valores de φ=0.70 para columnas con espiral y φ=0.65 para columnas
estribadas. En definitiva, las resistencias de diseño son:

Pd = 0.85 x 0.70 [0.85 f´c (Ag – Ast) + fy Ast] (5.9c)

Pd = 0.80 x 0.65 [0.85 f´c (Ag – Ast) + fy Ast] (5.9d)

para zunchadas y para las estribadas respectivamente, controladas por compresión.

Se debe reconocer que si en la columna se combinan un acero de alta


resistencia y un hormigón de relativamente baja resistencia, podría suceder que
cuando el acero alcanza su nivel de fluencia la resistencia del hormigón está en franco
descenso. En este caso no son estrictamente válidas las ecuaciones antes dadas para
la resistencia nominal. Por ejemplo, si el acero tuviera fy= 700 MPa, por lo cual εy=
0.0035, y se combinara con un hormigón de f’c= 17 MPa, al que le correspondería un
Ec= 19400 MPa y por ende una deformación εo= 0.0017, para el punto de máxima
resistencia del hormigón la tensión del acero sería aproximadamente la mitad de la de
fluencia. A su vez, cuando éste fluya se estará cerca de la deformación máxima del
hormigón, por lo cual la resistencia de éste está en franco descenso. Afortunadamente
este no es el caso para las columnas normales de hormigón armado. Generalmente
ocurre primero la fluencia del acero, o bien ambos materiales, hormigón y acero,
alcanzan εo y εy respectivamente casi al mismo tiempo.

Hasta el valor de carga Po tanto las columnas estribadas como las zunchadas se
comportan casi igual, por lo que la influencia de la armadura transversal no es tan
significativa. Sin embargo, una vez que se alcanzó la carga máxima, una columna con
estribos no muy cercanos entre sí falla casi inmediatamente, con una secuencia que
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podría resumirse en pérdida del recubrimiento, pandeo de las barras longitudinales y


rotura del hormigón del núcleo por corte hacia fuera a lo largo de planos inclinados.
Esto se esquematiza en la Fig. 5.5. Se ve como ocurrió este tipo de falla en la foto de
Fig. 5.6 que corresponde a un edificio dañado durante Julio de 1990 en el terremoto de
las Filipinas.

Fig. 5.6. Típica falla de compresión de una


columna con estribos muy separados durante
el terremoto de Filipinas en julio de 1990.
Fig. 5.5. Esquema de
ensayo y falla de una
columna de hormigón
armado.

En una columna zunchada después que se alcanza Po también ocurre la pérdida


de recubrimiento, por lo cual se produce una disminución de la capacidad portante que
será función directa del área de hormigón no confinado (es decir fuera de la espiral).
Sin embargo en este caso, el paso de la espiral es generalmente suficientemente
pequeño como para evitar el pandeo de las barras longitudinales. Por lo tanto éstas
continúan soportando cargas, y en consecuencia el hormigón del núcleo que tiende a
incrementar su volumen por efecto de Poisson y de fisuración interna, se apoya sobre
la espiral, por lo cual ésta ejerce una presión de confinamiento sobre el núcleo. En este
caso la tensión resultante de compresión radial incrementa la capacidad de carga del
núcleo de hormigón, y a pesar de la pérdida del recubrimiento, se podría llegar a que
para deformaciones importantes y para columnas fuertemente zunchadas la carga final
pueda superar el valor de Po. La falla normalmente se produce cuando el acero de la
espiral fluye, lo cual hace disminuir notablemente la presión de confinamiento, o bien
cuando dicho acero del zuncho se fractura en tracción.
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La Fig. 5.7 muestra la comparación de comportamientos hasta la falla de los dos


tipos de columnas analizados. En las Figs. 1.14b y 1.14c del capítulo 1 se mostraron
los dos comportamientos totalmente diferentes, aunque en este caso acompañadas de
flexión, de ambos tipos de columnas en un mismo edificio, el del hospital de Olive View
durante el sismo de 1971 en San Fernando, California. La gran diferencia en la
capacidad de disipación de energía que se muestra en la Fig. 5.7 y en las fotografías
es captada por simple observación. Es fundamental entonces analizar un poco más en
profundidad el comportamiento del hormigón confinado.

Fig. 5.7.
Comparación de las curvas de
carga-deformación total para
columnas con estribos y columnas

5.3. HORMIGÓN CONFINADO.


5.3.1. Conceptos generales.

Los terremotos han demostrado sistemáticamente las drásticas consecuencias


que ha provocado la falta de un adecuado confinamiento del hormigón en elementos
sometidos a fuertes compresiones. Las Figs. 5.8 y 5.9 muestran varios de estos casos.
Son particularmente susceptibles las potenciales regiones de articulaciones plásticas
en elementos bajo elevado nivel de cargas axiales, tales como el caso de los extremos
inferiores de las columnas de pórticos, donde las deformaciones inelásticas permitirán
el desarrollo del mecanismo completo de rótulas. Si la columna está en una esquina, el
efecto podría ser aún más drástico por la combinación de axiales según ambos planos
concurrentes.

Fig. 5.8(a) y (b) Terremoto del 26-01-2001 en Bhuj, India. Fallas de Compresión y Corte.
(Columna corta. Ver claro plano de falla de corte). Falta de confinamiento por carencia de
adecuada armadura transversal.
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Fig. 5.8.c Terremoto de la India, 1999. Daño severo en columnas.


Falta de confinamiento.
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Fig. 5.8(d). Falla en pie de columnas por falta de confinamiento. Imperial County
Service Building, terremoto del 15 Octubre de 1979. Ver páginas siguientes.

Fig 5.8 (e) Falla en la línea Este del edificio del


Imperial County.

Fig. 5.8 (f) Otra vista de las fallas de las


columnas del edificio del Imperial County
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Fig. 5.8 (g).


Otra vista de las fallas de las columnas del Edificio
del Imperial County.
La configuración arquitectónica llevó a una
concentración del daño en la planta baja que constituye un
piso abierto o flexible respecto a los superiores.

Observar la falla por falta de confinamiento, estribos


demasiado espaciados.

Fig. 5.9(a). Falla del Hospital de Psiquiatría durante el terremoto de


San Fernando en febrero de 1971. Problema de diseño estructural y
falta de confinamiento. Ver Fig. 5.9(b).
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Fig. 5.9(b). Vista de cómo se desintegró la columna del edificio de la Fig. 5.9(a), del Hospital Psiquiátrico
del Olive View después del terremoto de San Fernando, 1971. Note la falta de confinamiento transversal.

Tal cual se expresó anteriormente, ante la tendencia del hormigón y del acero a
comportamiento inestable bajo compresión en el hormigón armado sin confinar, un
correcto diseño y detalle de armadura transversal puede cambiar en forma radical la
respuesta para hacerla adecuada ante solicitaciones extremas. La combinación de
armadura transversal con barras longitudinales, ambas con espaciado pequeño, se
traduce en una restricción a la expansión lateral del hormigón, permitiendo soportar
mayores tensiones de compresión, y lo que es más importante, sobrellevar
deformaciones de compresión mucho mayores antes de que se produzca la falla
completa.

Las espirales y los estribos circulares, debido a su forma, son expuestos a


tracción a lo largo de desarrollo de las mismas al expandirse el hormigón, por lo cual
proveen un confinamiento continuo alrededor de la circunferencia, tal cual se ilustra en
la Fig. 5.10a. La Fig. 5.11 muestra un modelo muy interesante para representar el
confinamiento del zunchado. La presión lateral máxima efectiva fl que se puede inducir
en el hormigón ocurre cuando las espirales o estribos circulares son tensionados hasta
su resistencia de fluencia fyh. Haciendo referencia al diagrama de cuerpo libre de la Fig.
5.10(b), la condición de equilibrio establece que:

fl = 2 fyh Asp / (ds sh) (5.10)

donde ds es el diámetro de la circunferencia de la barra de confinamiento con área Asp,


y sh es la separación longitudinal (paso) de la espiral.
Los estribos poligonales, sin embargo, sólo pueden aplicar reacciones de
confinamiento completamente efectivas en las esquinas y cercanías debido a que la
presión del hormigón contra los lados de los estribos tienden a flexionar a éstos hacia
fuera, tal cual se muestra por las líneas discontinuas en la Fig.5.10(c). El confinamiento
suministrado por estribos rectangulares o cuadrados puede mejorarse en forma
significativa a través del uso de otros estribos que se solapan y con tras formas
poligonales o bien con estribos suplementarios abiertos, lo que resultan en varias
ramas de estribos que cruzan la sección transversal. Estas variantes y el esquema de
mejoramiento del confinamiento en plana se ilustran en la Fig. 5.12(b), (c) y (d).
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Fig. 5.11. Modelo de


Fig. 5.10. Confinamiento del hormigón por estribos acción de un zuncho
circulares y rectangulares. continuo.

El efecto de arco resulta en estos casos más controlado pues los arcos son más
chatos y por lo tanto se reduce la cantidad de hormigón sin confinar. Esta es una de las
causas por la cual es recomendable que las barras longitudinales verticales tengan una
separación máxima o exista un mínimo de barras por cara de la columna.
Cuando estas barras están bien distribuidas en la periferia de la columna y sus
movimientos laterales son restringidos en forma efectiva por la armadura transversal,
se materializa el confinamiento en altura. El hormigón se apoya contra las barras
longitudinales y entonces la armadura transversal suministra las reacciones de
confinamiento tal cual se muestra en la Fig. 5.12(e) y (f).
Como claramente se observa, el confinamiento del hormigón se mejora si la
armadura transversal es distribuida con pequeña separación. Existirá una separación
crítica de las capas de armadura transversal por encima de la cual la sección que está
a mitad de camino entre dos estribos consecutivos estará inefectivamente confinada,
por lo cual no es apropiado aplicar la ecuación 5.10. Sin embargo, en general, el
requerimiento de evitar el pandeo de las barras longitudinales hace que la separación
sh esté controlada por este hecho por lo cual el confinamiento queda asegurado.
Paulay & Priestley, la ref.[2], mencionan que los experimentos indican que en las
regiones potenciales de articulación plástica la separación de la armadura transversal
no debe exceder de seis (6) veces el diámetro de la barra a restringir contra el pandeo.
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Fig. 5.12. Confinamiento de secciones de columnas mediante


armadura transversal y longitudinal.

5.3.2. Relación Tensión – Deformación para el hormigón confinado.

El efecto del confinamiento se traduce, tal cual se muestra en la Fig. 5.13, tanto
en aumento de la resistencia a compresión como también de la deformación máxima
del hormigón. Varios investigadores, entre ellos Park, Priestley y Bertero, han
propuesto relaciones constitutivas para el hormigón confinado. A los efectos del diseño
los parámetros significativos que se necesitan son la resistencia a compresión, la
deformación última de compresión (para verificación de la ductilidad) y los parámetros
que definan el bloque de tensiones equivalentes. Dada la trascendencia del tema, y de
los sorprendentes resultados obtenidos de las investigaciones en Canterbury (Nueva
Zelanda) y Berkeley (California), se dará al tema de hormigón armado confinado cierta
extensión en este trabajo.
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5.3.2.1. Resistencia a compresión del hormigón confinado.

La resistencia a compresión del hormigón confinado está directamente


relacionada con las tensiones efectivas de confinamiento f´l que se puedan desarrollar
al alcanzar la fluencia las barras transversales, la cual para secciones circulares se
puede expresar como:

f´l = Ke fl (5.11)

y para secciones rectangulares está dada por:

f´lx = Ke ρx fyh (5.12a)

f´ly = Ke ρy fyh (5.12b)

en las direcciones X e Y respectivamente, y donde fl para secciones circulares está


dado por la ecuación 5.10, y ρx y ρy son las relaciones de área efectivas de la armadura
transversal con respecto a la sección transversal del núcleo del hormigón cortada por
planos perpendiculares a las direcciones X e Y, tal cual se muestra en la Fig.5.12(b),
(c) y (e). Como se verá más adelante, los valores de ρ corresponden conceptualmente
a cuantías volumétricas. A su vez Ke es el coeficiente de efectividad del confinamiento,
que relaciona el área mínima de núcleo efectivamente confinado con el área nominal
de núcleo limitado por la línea del eje del estribo periférico. Los valores típicos para Ke
son 0.95 para secciones circulares y 0.75 para secciones rectangulares de columnas y
0.60 para secciones rectangulares de tabiques.
Mander, Priestley y Park, ref.[10], proponen como relación entre f´cc, resistencia
a compresión del hormigón confinado para secciones circulares, o secciones
rectangulares con presiones de confinamiento fl efectivas iguales en las direcciones
ortogonales x e y, y la resistencia no confinada f´co, la siguiente expresión:

Fig. 5.13. Modelo de tensión - deformación para carga monotónica de hormigón armado
confinado y no confinado.
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f cc´   7.94 f ´l  
K= = − 1.254 +  2.254 1 +  − 2 f ´l  (5.13)
f ´co  f ´co  f ´co 
 

Para una sección rectangular con desiguales tensiones efectivas de


confinamiento f´lx y f´ly, el factor K = f´cc/f´co, se puede obtener directamente de la Fig.
5.14, donde f´ly > f´lx.
La máxima tensión de compresión, ver Fig. 5.13, se alcanza a una deformación
igual a:

εcc = 0.002 [1 + 5(f´cc/f´co – 1)] (5.14)

Fig. 5.14. Determinación de la resistencia a


compresión de hormigón confinado debido a
presiones laterales para secciones rectangulares.

5.3.2.2. Deformación última de compresión.

La expresión anterior de la deformación para el pico de tensiones no representa


la máxima deformación útil disponible en el hormigón confinado, ya que, como puede
observarse en la Fig. 5.13, la acción de la armadura transversal en ciertas ocasiones
puede mantener un alto nivel de tensiones para deformaciones que llegan mucho más
allá de εcc. El límite último se alcanza cuando las barras transversales de confinamiento
se fracturan, lo cual puede estimarse al igualar las capacidades de energía de
deformación del acero transversal al momento de fractura con el incremento de energía
absorbido por el hormigón, representada por el área bajo la curva con trazo rayado en
la Fig. 5.13.
Los autores antes citados dan la siguiente expresión para hacer una estimación
conservativa de la deformación última de compresión del hormigón confinado:
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εcu = 0.004 + 1.4 ρs fyh εsm / f´cc (5.15)

donde εsm es la deformación para la máxima tensión de tracción y ρs es la relación


volumétrica del acero de confinamiento. Para secciones rectangulares ρs= ρx + ρy.
Valores típicos de εcu están en el rango 0.012 a 0.05, es decir entre 4 a 16 veces los
valores tradicionalmente supuestos para el hormigón sin confinar.
Para una sección circular, sea zunchada o con estribos circulares, la relación
volumétrica está dada por:
4A sp
ρs =
d "s

donde Asp es el área del estribo o zuncho, s la separación o paso y d” es el diámetro del
núcleo de hormigón medido hasta el borde externo del estribo. La expresión anterior se
obtiene simplemente haciendo la relación entre el volumen de estribo con el volumen
de hormigón armado confinado en una altura s de columna.

5.3.2.3. Parámetros de diseño para el bloque rectangular de tensiones de


compresión equivalente en el hormigón confinado.

El procedimiento adoptado para definir los parámetros del bloque de tensiones


rectangular equivalente de compresión para hormigón sin confinar se puede extender al
hormigón confinado, siempre y cuando la tensión promedio αf´co sea redefinida como
αKf´co=αf´cc, donde K está dado por la ecuación 5.13 o bien por la Fig. 5.14. Los
valores apropiados para α y β dependen del valor de K y de la deformación en la fibra
extrema en compresión. La Fig. 5.15 incluye valores de diseño de β y del producto αβ
para diferentes valores de deformación de compresión pico εcm, expresada como la
relación εcm/εcc.

Fig. 5.15. Parámetros del bloque de tensiones rectangulares equivalentes de


compresión del hormigón para secciones rectangulares confinadas por estribos
rectangulares.

Los valores de α y β dados por la Fig. 5.15 se pueden utilizar en conjunto con los
valores calculados para K para predecir la resistencia a flexión de secciones
rectangulares confinadas. Sin embargo, se debe reconocer que estos parámetros son
sólo aplicables a la zona de hormigón confinado del núcleo. Para altos valores de
deformación en compresión, el recubrimiento de la armadura se pierde por
21

desprendimiento, por lo cual las dimensiones a utilizar en la predicción de resistencias


debe estar limitado por el eje central del estribo exterior de confinamiento.

5.3.3. Ejemplo No 1.

(a) Descripción de la sección de hormigón armado.

La sección de hormigón de Fig. 5.16, de 40cmx50cm, está armada


longitudinalmente con 10 barras dispuestas según se muestra. El hormigón del núcleo,
de dimensiones 34cmx44cm, está confinado por estribos de diámetro 12 mm
separados cada 10 cm, con acero de tensión de fluencia fyh= 420 MPa. Se supone
f´co=21 MPa. y además que la deformación máxima del acero de los estribos es del 12
%, o sea εsm=0.12.

(b) Requerimiento.

Se pide evaluar la resistencia y deformación última del hormigón confinado, f´cc y


εcu, y los parámetros de diseño para el bloque de tensiones rectangulares equivalente.

Fig. 5.16. Sección de columna para el ejemplo No 1.

(c) Solución.

(i) Resistencia del hormigón confinado. Relación K.

En la dirección Y existen 4 ramas de φ 12 mm. En consecuencia, la relación


volumétrica de armaduras es:

ρy = 4 Ab / s h”x = 4 x 1.13 / 10 x 44 = 0.01027 (1 %).

En la dirección X el tercio central está confinado por 5 ramas, dos debidas al


estribo interior, dos al exterior y una del estribo suplementario, mientras que el resto del
núcleo está confinado por tres ramas. Adoptando un valor promedio de 3.67 ramas
efectivas (3 x 1.0 + 2x1/3 o bien, 5 x 1/3 + 3 x 2/3), resulta:

ρx = 3.67 Ab / s h”y = 3.67 x 1.13 / 10 x 34 = 0.0122 (1.22 %).

Suponiendo un coeficiente de efectividad de confinamiento Ke= 0.75 resultan,


por aplicación de ecuación 4.12, las siguientes tensiones efectivas de confinamiento
para ambas direcciones:

f´lx = 0.75 x 0.0122 x 420 MPa = 3.84 MPa


22

f´ly = 0.75 x 0.0103 x 420 MPa = 3.24 MPa

Para obtener el valor de K se puede utilizar la Fig. 5.14, para lo cual es


necesario calcular las siguientes relaciones:

f´lx / f´co = 3.84 / 21 = 0.182

f´ly / f´co = 3.24 / 21 = 0.154

Se entra con la mayor relación por horizontal, y se intercepta la curva que


corresponde a la relación de menor valor, por lo que el factor K resulta cercano a 1.86.
En consecuencia, el valor de la resistencia máxima de hormigón confinado es:

f´cc = 1.86 x 21 MPa = 39 MPa

Si se hubiera aplicado la ecuación 5.13, para un valor promedio de fl = 3.54MPa,


se hubiera obtenido un valor de K= 1.85, es decir prácticamente igual al del gráfico.

(ii) Deformación última del hormigón confinado.

Por aplicación de 5.15, se tiene:

εcu = 0.004 + 1.4 ρs fyh εsm / f´cc

ρs = ρx + ρy = 0.0103 + 0.0122 = 0.0225

εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0225 x 420 MPa x 0.12 / 39 MPa = 0.004 + 0.041 = 0.045

es decir que la deformación disponible última se ha incrementado 11 veces respecto a


la del hormigón sin confinar.

(iii) Parámetros del bloque de tensiones equivalente para hormigón confinado.

De la ecuación 5.14 se obtiene la deformación para la tensión pico:

εcc = 0.002 [1 + 5( 1.85 –1)] = 0.002 x 5.25 = 0.0105 (1.05 %)

con lo cual la relación εcu /εcc= 4.30.

De la Fig. 5.15 se pueden obtener los parámetros de diseño que resultan:

β = 1.0 αβ = 0.90 α = 0.90

En consecuencia, la tensión promedio a utilizar en el bloque de tensiones


equivalente es 0.90 x 39 MPa = 35 MPa.
En este ejemplo se ha supuesto que la zona de compresión se extiende sobre
todo el núcleo. Si la columna, al estar sometida a flexocompresión, hubiera resultado
con un eje neutro de cierta profundidad, la participación completa de todos los estribos
debería juzgarse con un criterio un poco más conservador. Se puede observar en este
23

ejemplo cómo las características del hormigón se han modificado por la consideración
del confinamiento de la armadura transversal.

5.3.4. Ejemplo No 2.

(a) Descripción de la sección de hormigón armado.

Dentro del programa del curso de hormigón I se ha llevado a cabo una


investigación analítico experimental. Una parte del mismo consistió en diseñar,
construir y ensayar modelos de hormigón armado en escala reducida. Algunos fueron
vigas y otros columnas para ser ensayadas a flexión y compresión respectivamente. Se
eligió un factor de escalas de longitudes igual a 1:4. Suponga que la sección de
hormigón de Fig. 5.12(c), de 12.5 cm x 12.5 cm de sección total, está armada
longitudinalmente con 12 barras φ 6mm, lo que hace una cuantía del 2 %., dispuestas
según se muestra. El hormigón del núcleo, de dimensiones 11.08 cm x 11.08 cm (r=
5mm), está confinado por estribos de diámetro 4.2 mm separados cada 5 cm, con
acero fyh= 4.2 t/cm2 = 420 MPa. Se supone f´c= 27 Mpa = 0.27 t/cm2. y además que la
deformación máxima del acero de los estribos es de εsm= 0.12 (12 %).

(b) Requerimiento.

Evaluar la resistencia y deformación última del hormigón confinado, f´cc y εcu.

(c) Solución.

(i) Resistencia del hormigón confinado. Relación K.

Área de un φ 4.2mm = 0.14 cm2.

Ax = Ay = (2x0.14 + 2 x 0.14x1/3 + 4x1/3x0.707x0.14) cm2 = 0.505 cm2.

En consecuencia, la relación volumétrica de armaduras es:

ρx = ρy = Ax / s h”x = 0.505 cm2 / (5 cm x 11.08 cm) = 0.00911 (0.911 %).

Suponiendo un coeficiente de efectividad de confinamiento Ke= 0.75 resultan,


por aplicación de ecuación 5.12, las siguientes tensiones efectivas de confinamiento
para ambas direcciones:

f´lx = f´ly = 0.75 x 0.00911 x 4.2 t/cm2 = 0.0287 t/cm2 = 2.87 MPa

Para obtener el valor de K se aplica la ecuación 5.13:

K = -1.254 + 3.06 – 0.213 = 1.59

En consecuencia, el valor de la resistencia máxima de hormigón confinado es:

f´cc = 1.59 x 0.27 t/cm2 = 0.43 t/cm2 = 43 MPa

(ii) Deformación para la máxima tensión.

De la ecuación 5.14 se obtiene la deformación para la tensión pico:


24

εcc = 0.002 [1 + 5( 1.59 –1)] = 0.008 (0.8 %)

(iii) Deformación última del hormigón confinado.

Por aplicación de 5.15, se tiene:

εcu = 0.004 + 1.4 ρs fyh εsm / f´cc

ρs = ρx + ρy = 0.00911 x 2 = 0.0182

εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0182 x 420 MPa x 0.12 / 43 MPa = 0.004 + 0.03 = 0.034

es decir que la deformación disponible última se ha incrementado 8.5 veces respecto a


la del hormigón sin confinar.

Variante:

Si la separación de estribos se hubiera reducido a 2.5 cm, los resultados


hubieran sido estos:

ρx = ρy = Ax / s h”x = 0.505 cm2 / (2.5 cm x 11.08cm) = 0.0182 (1.82 %).

f´lx = f´ly = 0.75 x 0.0182 x 4.2 t/cm2 = 0.0573 t/cm2 = 57.3 MPa

K = -1.254 + 3.70 – 0.42 = 2.02

En consecuencia, el valor de la resistencia máxima de hormigón confinado es:

f´cc = 2.02 x 0.27 t/cm2 = 0.54 t/cm2 = 54 Mpa

εcc = 0.002 [ 1 + 5( 2.02 –1)] = 0.012 (1.2 %)

Por aplicación de 5.15, se tiene:

εcu = 0.004 + 1.4 ρs fyh εsm / f´cc

ρs = ρx + ρy = 0.0182 x 2 = 0.0364

εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0364 x 420 MPa x 0.12 / 54 MPa = 0.004 + 0.0475 = 0.05

es decir 5 %, casi 13 veces el valor sin confinar.

5.3.5. Ejemplo No 3.

(a) Descripción de la sección de hormigón armado.

También dentro del programa del curso de hormigón I se construyeron columnas


de sección circular. Suponga que la sección de hormigón de Fig. 5.12(a), de 14 cm de
25

diámetro está armada longitudinalmente con 4 barras φ 6mm y 4 barras φ 4,2mm, lo


que hace una cuantía del 1 %. El diámetro del hormigón del núcleo es d”= ds=12.58 cm
(recubrimiento 7.1 mm) y está confinado por estribos de diámetro 4.2 mm separados
cada 5 cm, con acero de tensión de fluencia fyh= 4.2 t/cm2 = 420 MPa. Se supone
f´c=27 Mpa = 0.27 t/cm2. y además que la deformación máxima del acero de los
estribos es de εsm = 0.12 (12 %).

(b) Requerimiento.

Evaluar la resistencia y deformación última del hormigón confinado, f´cc y εcu.

(c) Solución.

(i) Resistencia del hormigón confinado. Relación K.

Área de un φ4.2mm = 0.14 cm2.

fl = 2 x fyh x Asp / ds x sh = 0.0187 t/cm2

Coeficiente de efectividad de confinamiento Ke = 0.9, por lo que:

f´l = 0.90 x 0.0187 t/cm2=0.168 t/cm2

ρs = 4 x 0.14 / 12.58 x 5 = 0.0089

Para obtener el valor de K se aplica la ecuación 5.13:

K = -1.254 + 2.806 – 0.138 = 1.41

En consecuencia, el valor de la resistencia máxima de hormigón confinado es:

f´cc = 1.41 x 0.27 t/cm2 = 0.38 t/cm2 = 38 MPa

(ii) Deformación para la máxima tensión.

De la ecuación 4.14 se obtiene la deformación para la tensión pico:

εcc = 0.002 [1 + 5( 1.41 –1)] = 0.006 (0.6 %)

(iii) Deformación última del hormigón confinado.

Por aplicación de 5.15, se tiene:

εcu = 0.004 + 1.4 ρs fyh εsm / f´cc

εcu = 0.004 + 1.4 x 0.0089 x 420 MPa x 0.12 / 38 MPa = 0.004 + 0.0165 = 0.02

es decir que la deformación disponible última se ha incrementado 5 veces más


respecto a la del hormigón sin confinar.

Variante:
26

Si la separación de estribos se reduce a 2 cm, resultaría:

f´l = 2 x f´yh x Asp / ds x sh = 0.0467 t/cm2

ρs = 4 x 0.14 / 12.58 x 2 = 0.0222

Coeficiente de efectividad de confinamiento Ke = 0.9

K = -1.254 + 3.473 – 0.346 = 1.873

En consecuencia, el valor de la resistencia máxima de hormigón confinado es:

f´cc = 1.873 x 0.27 t/cm2 = 0.50 t/cm2 = 50 MPa

(iv) Deformación para máxima tensión.

εcc = 0.002 [1 + 5( 1.87 –1)] = 0.0107 (1.07 %)

(v) Deformación última del hormigón confinado.

εcu = 0.004 + 1.4 x 0.022 x 420 MPa x 0.12 / 50 MPa = 0.004 + 0.031 = 0.035

es decir que la deformación disponible última se ha incrementado casi 9 veces más


respecto a la del hormigón sin confinar.

5.3.6. Algunos resultados de la investigación experimental en la Universidad de


Canterbury.
De la ref.[10] se han extraído algunas gráficas que muestran algunos de los
resultados experimentales y predicciones analíticas sobre el comportamiento de
secciones de hormigón armado confinado sometidas a compresión axial.
En las figuras se puede apreciar que se presenta primero la respuesta en
términos de carga total vs. deformación axial. La resistencia axial es compartida por
tres componentes: el hormigón del núcleo, el hormigón del recubrimiento y las
armaduras longitudinales. En el gráfico superior se muestran por separado las
contribuciones del acero y del hormigón del recubrimiento, y por sobre ellas, la
resistencia total. Por substracción, se obtiene la carga axial que soporta el núcleo, y
ello se muestra en el gráfico inferior, donde se demuestra la gran diferencia entre el
hormigón simple y el hormigón confinado.
Los gráficos además presentan los datos de geometría y características
mecánicas del hormigón y armadura con que se construyeron los especimenes. En las
Figs. 5.17 y 5.18 se aprecia la gran diferencia entre cuantías de confinamiento del
0.6%, (caso (a) de la figura 5.17) y del 2% (figuras 5.17(b) y 5.18).
27

Fig. 5.17. Resultados de los ensayos sobre columnas circulares de hormigón


armado confinado llevados a cabo por Priestley et al, ref.[10].
28

Fig. 5.18. Otro de los resultados experimentales en Canterbury sobre columnas circulares, ref.[10].

De estos gráficos, por simple inspección visual, se pueden justificar algunos de


los resultados que se presentan. Por ejemplo:

Ag = 0.196 m2 d” = 500 mm – 2x25 mm = 450 mm Ac = 0.159 m2

Se ve que para el instante de máxima carga, 10 MN, el acero longitudinal está


fluyendo con una tensión de 310 Mpa, es decir:

Psteel = 36 x 201 mm2 x 310 N/mm2 = 2.24 MN

y el hormigón de recubrimiento prácticamente en ese instante ya no existe, por lo que


la tensión en el hormigón confinado sería cercana a :

f´cc = (10MN – 2.24MN) / 0.159 mm2 ≅ 50 Mpa,

que es lo que indica el gráfico inferior.

En las Figs. 5.19 y 5.20 se presentan resultados sobre columnas cuadradas, con
diferentes arreglos de armaduras longitudinales y transversales, tanto en cantidad
como en diámetros.
29

Fig. 5.19. Algunos de los resultados experimentales en Canterbury sobre columnas cuadradas, ref.[10].
30

Fig. 5.20. Más resultados experimentales en Canterbury sobre columna cuadradas, ref.[10].

5.4 COMPORTAMIENTO BAJO FUERZAS DE TRACCIÓN

Ya se ha expresado que la resistencia del hormigón a tracción es apenas una


fracción pequeña de su resistencia a compresión.
Si la fuerza de tracción se mantiene a niveles bien bajos, de manera que no se
alcance en el hormigón la resistencia a tracción, tanto el hormigón como el acero se
comportan en forma elástica. La ecuación que indica la fuerza que resiste la columna
en este caso está dada por:
31

P = fc Ac + fs Ast = fc (Ag – Ast) + fs Ast = fc [Ag +(n-1) Ast] (5.16)

donde n es la relación de módulos de Young que antes se definió. La tensión de


tracción a utilizar debería ser la que se dio en el capítulo 2, ecuación 2.23, es decir:

fc = fcr = 0.33 f´ c

Si se aumenta la carga, el hormigón alcanza su resistencia a tracción, por lo cual


se comienza a fisurar, hasta que a valores mayores de deformación la fisuración
alcanza la totalidad de la sección transversal. En este caso, el acero es el único que
puede resistir la tracción, y en este caso, la carga que puede soportar la columna está
dada por:

P = fs Ast (5.17)

Si la carga continua aumentando, el acero alcanza su deformación y tensión de


fluencia. En este caso, el elemento deja de experimentar deformaciones pequeñas, y
se considera que si las mismas alcanzan ya más del 1 % el elemento se puede
considerar fuera de uso. En definitiva, la resistencia nominal a tracción de un elemento
de hormigón armado se puede expresar como:

Pnt = fy Ast (5.18)

En general se considera que para cargas de servicio, el elemento no debería


estar sometido a tracciones mayores que un 50 % de la resistencia nominal, ya que si
bien a esta carga no se considera la contribución de la resistencia del hormigón, al
menos éste sigue cumpliendo la función de protección contra el fuego y la oxidación, a
la vez que la apariencia de la estructura no se ve tan comprometida.
Existen circunstancias especiales en las que el hormigón armado puede tener
como condiciones de diseño restricciones muy severas con relación al ancho de fisuras
admisibles. El caso de tanques impermeables o de control de emisión de radioactividad
en las estructuras de reactores nucleares son representativos de una fuerte limitación
en la fisuración. Estos casos requieren especiales condiciones de diseño, y
seguramente la resistencia del hormigón a tracción tendrá un efecto relevante, no sólo
en el aspecto de resistencia sino las tensiones de adherencia entre el acero y el
hormigón mismo.

5.5 RESISTENCIA DE COLUMNAS Y TABIQUES SOMETIDOS A FLEXIÓN Y


ESFUERZOS AXIALES

Los conceptos e hipótesis que se utilizan para derivar la resistencia a flexión en


vigas son extensivos a secciones de columnas y tabiques de hormigón armado. En
este caso, la única variación es la incorporación de la carga axial actuante, que debe
entrar en el equilibrio de fuerzas internas y que debe considerarse al evaluar el
momento resistente.
32

Fig. 5.21 Condiciones de compatibilidad de deformaciones y de equilibrio


en secciones de columnas y tabiques de hormigón armado sometidas a
flexión y a esfuerzo axial cuando alcanzan su resistencia máxima.

Se considera a continuación la sección de columna de hormigón armado de la


Fig. 5.21, sometida a una carga axial Pi, que resulta de la combinación de cargas
gravitatorias y sísmicas. Utilizando las ecuaciones de equilibrio, de compatibilidad de
deformaciones y relaciones constitutivas tal cual se aplicaron para flexión simple, el
problema queda totalmente resuelto, en forma general.

(i) Equilibrio de fuerzas:

4
C c + ∑ A si f si = Pi (5.19)
1

donde Cc es la resultante de las tensiones del compresión del hormigón:

C c = αf c´ ab

y (Asi fsi) representa la contribución de cada capa de acero a los esfuerzos axiales (que
se deben tomar con su signo de acuerdo al sentido de las deformaciones).

(ii) Equilibrio de Momentos:

4
Mi = C c (c − a / 2) + ∑ A si f si (c − x i ) + Pi (h / 2 − c ) (5.20)
1

εsi = εcu [(c – xi ) / c] (5.21)


33

y la relación constitutiva para el acero:

-fy ≤ Es εsi ≤ fy (5.22)

El procedimiento es iterativo, por prueba y error, y, al igual que para flexión, se


comienza con la suposición de la profundidad de un eje neutro, se obtienen las
tensiones a partir de las leyes constitutivas, se derivan las fuerzas en la sección y se
verifica el equilibrio. Adoptando una tolerancia razonable para el equilibrio de fuerzas,
se procede luego al cálculo del momento resistente. El procedimiento es ideal para ser
resuelto por programas computacionales muy simples, que son elaborados por los
mismos diseñadores. Se podrían utilizar tablas, aunque las mismas generalmente no
llegan a cubrir la amplia posibilidad de casos que se presentan, tanto en combinación
de axial y momentos, como en la geometría de las secciones de hormigón y también en
las diferentes disposiciones de las armaduras.
El procedimiento a seguir para el caso de tabiques de hormigón armado, que se
representa en la Fig. 5.21(b), es idéntico ya que es aplicable a cualquier número de
barras de acero disponibles en flexión. Solamente se debe tener precaución de evaluar
en forma correcta la resultante de las fuerzas de compresión en el hormigón, ya que el
eje neutro podría o bien estar dentro de la sección del elemento de borde o bien en el
alma del tabique. El problema es similar al caso de vigas T, donde el eje neutro puede
resultar en el ala o en el alma de la viga.
Es importante destacar que aún persiste la noción de que siempre la mayor
eficiencia en resistencia se obtiene concentrando toda la armadura necesaria en las
regiones de borde de los tabiques. Esto no siempre es así, y además pude conducir a
congestiones de armaduras innecesarias y muy perjudiciales. Además, la
concentración de esfuerzos en esas zonas tampoco beneficia su comportamiento y
transferencia a sus elementos soportes. Con una armadura más distribuida la
transferencia de esfuerzos axiales y de corte es generalmente más eficiente. En el
procedimiento antes descrito se ve como toda la armadura vertical disponible en el
alma del tabique se ha hecho participar en la resistencia de elemento. Esto debería ser
siempre así, aún cuando sólo se coloque en al alma armadura mínima de acuerdo a los
requerimientos de las normas. Claro está que toda armadura que se pretenda que
trabaje en la resistencia debe estar correctamente anclada.
La evaluación de la resistencia a flexión, y su posible sobre resistencia es
fundamental a los efectos de poder aplicar los principios del diseño por capacidad. De
esta forma se pueden evitar las fallas frágiles de corte, o de anclaje, o de las
fundaciones soporte, o la plastificación de regiones que deberían permanecer en rango
elástico. Debe tenerse cuidado con estos conceptos, porque algunos códigos,
erróneamente han sugerido que la contribución de la armadura de alma en tabiques de
hormigón armado sea ignorada para la determinación de su resistencia, y sólo el acero
colocado en los bordes es el responsable de la resistencia a flexo-compresión. Esta
práctica, que aún perdura, no solamente es innecesaria y perjudicial desde el punto de
vista de la economía, sino que también encierra el peligro de subestimar la verdadera
capacidad de flexión, con el consiguiente riesgo de atraer mayores esfuerzos que
conduzcan a los modos de falla frágil antes descriptos.
Al determinar la resistencia de elementos sometidos a compresión y flexión se
debe tomar una decisión sobre la deformación máxima εcu que se considerará para el
hormigón y las dimensiones de la sección. Tal como menciona la ref.[2], si como
deformación última se considera el valor que corresponde a la desintegración del
hormigón no confinado, que puede ser entre 0.0035 y 0.005, entonces se pude tomar
34

como efectiva toda la sección de hormigón. Sin embargo, si se requiere de mayores


deformaciones de compresión, que puede ser el caso de columnas con altas demandas
de ductilidad, la porción de recubrimiento, con rayado especial en la fig. 5.21(a) debe
ignorarse para deformaciones que superen, por ejemplo, el valor de 0.004. Si bien se
reduce el área de hormigón a considerar, se deberían utilizar las propiedades del
hormigón armado confinado antes descriptas.
La influencia del confinamiento en la resistencia a flexión para bajos niveles de

Fig. 5.22. Aumento de la resistencia a flexión en columnas confinadas


para diferentes niveles de carga axial.

carga axial no es significativa. Sin embargo, para altos niveles de carga axial, el
mejoramiento de las características de resistencia del hormigón a compresión cuando
está confinado tiene mucha influencia, tal cual se muestra, ref.[2], en la Fig. 5.22. En
ésta se compara la resistencia a flexión obtenida en forma experimental en columnas
circulares, cuadradas y rectangulares con las predicciones basadas en la teoría
convencional de resistencia a flexión utilizando características medidas en los
materiales y una deformación máxima de compresión del hormigón de 0.003, la sección
transversal total y sin aplicar reducción, es decir φ = 1.0.
La influencia creciente de las resistencias de hormigón confinado resulta del
aumento de la profundidad de zona comprimida, c, que acompaña al aumento de axial,
y por lo tanto en la mayor importancia que toma el factor Cc (c – a/2) en la resistencia
total de flexión en la ecuación (5.20). Para niveles de carga axial bajos, la relación
promedio entre la resistencia experimental y la predicción por código basada en la
resistencia medida en los materiales es de 1.13, lo cual resulta primariamente de los
efectos de endurecimiento por deformación de la armadura de flexión para desarrollar
ductilidades elevadas. Para niveles de carga axial elevados, particularmente para
(P/(f´cAg)) ≥ 0.3, el factor de mejoramiento de resistencia se incrementa rápidamente.
Como una alternativa para predecir la resistencia a flexión de secciones de
columnas utilizando los parámetros del bloque de tensiones derivados para hormigón
confinado y dimensiones del núcleo de hormigón, se puede utilizar la siguiente
expresión, ref.[2], que tiene en cuenta los resultados analíticos y experimentales antes
descriptos:
35

Mmax P
= 1.13 + 2.35( ´ i − 0.1) 2 (5.23)
Mn fc A g

La citada ref. indica que los datos hallados experimentalmente están dentro del
rango ± 15 % de la ecuación propuesta.
Para el caso de secciones de tabiques de hormigón armado, la profundidad de la
zona de compresión no es generalmente suficientemente grande como para esperar
una mejora sustancial a partir de la mayor resistencia del hormigón comprimido
confinado. Tal vez la misma pérdida de hormigón de recubrimiento, y por ende
reducción de área, por deformaciones mayores al 0.004 que se ignoran en el análisis,
en cierta forma se compensa con el mayor beneficio que aporta el confinamiento. En
consecuencia, la resistencia a flexión que se corresponde con una deformación
máxima del hormigón en la fibra extrema en compresión del orden de 0.004 es
probablemente una buena estimación de la resistencia nominal, Mn, la cual se debería
combinar con el reconocimiento de la mayor tensión en el acero que pueda tener por
encima de los valores especificados y por el endurecimiento plástico del acero para
alcanzar altas ductilidades.

5.6. DIAGRAMAS DE INTERACCIÓN M - N.

5.6.1. Concepto y aplicación.

El diseño de columnas de hormigón armado en zonas de alta sismicidad


presenta la particularidad de que una misma columna puede estar sujeta a una
numerosa cantidad de combinaciones posibles de esfuerzos. Además, si la
construcción en estudio posee gran número de columnas, las secciones a analizar, si
se las encara en forma individual, podría llevar a un procedimiento tedioso y concluir en
el diseño con un “muestrario” de columnas. Siempre debe tenerse en cuenta el
principio de mantener si es posible la mayor regularidad estructural en planta y
elevación, y evitar discontinuidades bruscas de rigidez, resistencia y ductilidad. Las
transiciones de sección de hormigón y de armaduras deberían ser en lo posible lo más
atenuada posibles.
Para acciones gravitatorias, la única combinación para verificar en estado último
es la que corresponde a las cargas mayoradas D y L por los factores 1.2 y 1.6
respectivamente. Sin embargo y adicionalmente, para acciones sísmicas se deben
verificar una cantidad de combinaciones importantes que surgen de las posibles
direcciones que se consideren para el potencial terremoto, y de las variaciones de los
puntos de aplicación de dichas acciones en función de las distintas ubicaciones
asignadas al centro de masas de la construcción.
Por ejemplo, si se considera un edificio en altura, como el que es objeto en
estudio y que fue presentado en el apéndice del capítulo 1, se puede considerar que
las acciones sísmicas van a actuar según las dos direcciones horizontales principales X
e Y, y en los centros de masa de cada uno de los niveles. Suponiendo en general que
el edificio no es simétrico (no es este el caso), deberían por lo menos considerarse las
siguientes posibilidades:
1) sismo en la dirección X, sentido positivo, con excentricidad positiva.
2) sismo en la dirección X, sentido positivo, con excentricidad negativa.
36

3) sismo en la dirección X, sentido negativo, con excentricidad positiva.


4) sismo en la dirección X, sentido negativo, con excentricidad negativa.
5) sismo en la dirección Y, sentido positivo, con excentricidad positiva.
6) sismo en la dirección Y, sentido positivo, con excentricidad negativa.
7) sismo en la dirección Y, sentido negativo, con excentricidad positiva.
8) sismo en la dirección Y, sentido negativo, con excentricidad negativa.
Algunas normas además, reconociendo el hecho de que no siempre con las
acciones en las direcciones principales se obtienen los mayores esfuerzos, especifican
que se debe considerar la simultaneidad de acciones en ambas direcciones. Por
ejemplo, la mayoría de los códigos exige aplicar el 100 % de la fuerza sísmica en una
dirección y combinar en forma simultanea en la dirección perpendicular con el 30 % de
la fuerza sísmica que corresponde a la otra dirección. Si estas combinaciones se
hacen a su vez contemplando las distintas posibilidades de excentricidades
accidentales, se ve entonces la complejidad que acarrea el diseño, a no ser que se
utilicen criterios “racionales” para el diseño.
Una de las formas más prácticas de abordar el problema del diseño de columnas
es a través de la construcción de un diagrama de interacción de resistencia, M - P, que
defina la combinación de carga axial y el momento flector que provoque la falla de una
columna prediseñada en el intervalo completo de excentricidades (relación M/P) desde
0 a infinito. Para cualquier excentricidad, existe un solo par de valores de Pn y Mn,
resistencias nominales, que producirán la falla de la sección de la columna. Este par de
valores puede dibujarse como un punto en un gráfico que relacione Pn y Mn como el
que se presenta en la Fig. 5.23. La curva es continua y representa el universo de
excentricidades posibles. En este diagrama, cualquier línea radial representa una
excentricidad particular e= M / P.
Para esta excentricidad, al aumentar gradualmente la carga, se definirá una
trayectoria de carga como se indica en la figura y cuando la recta que representa dicha

Fig. 5.23. Diagrama de interacción para la resistencia nominal de una


columna sometida a flexión y carga axial combinadas.
37

trayectoria intercepte la curva límite se produciría la falla de la columna.


Se observa que el eje vertical corresponde a excentricidad e= 0, y Po es la
capacidad de la columna para carga concéntrica de compresión que se evalúa según la
ecuación (5.8). En el otro extremo, y sobre el mismo eje, se ubica la resistencia nominal
a tracción, y que se evalúa según la ecuación (5.18). El eje horizontal corresponde a un
valor infinito de e, es decir flexión simple y con una capacidad a momento que en el
gráfico se representa con Mo.
Si la excentricidad es pequeña la falla será por compresión del hormigón sin dar
oportunidad al acero que fluya por tracción, mientras que para grandes excentricidades,
o sea altas relaciones e=M/P, se produce primero la fluencia del acero en tracción y
luego, como en flexión simple, sobreviene la falla por compresión del hormigón.
Conceptualmente el diagrama a los efectos del diseño se utiliza así: cualquier
combinación de carga y excentricidad que pueda ser representada dentro del área
limitada por el diagrama de interacción tiene demanda menor que el suministro de
resistencia nominal. Note que la presencia de carga axial moderada incrementa la
resistencia a flexión.

5.6.2. Falla balanceada.

Tal cual se expresó anteriormente, la curva de interacción de falla presenta dos


tramos bien diferenciados: uno donde la combinación flexo-axial conduce a fluencia del
acero en tracción y luego a la falla final por compresión, y el otro donde la rotura es
frágil pues sobreviene la desintegración del hormigón por compresión sin que la
preceda la fluencia por tracción del acero. Al igual que en vigas, el umbral entre ambos
comportamientos lo representa la falla balanceada y le corresponde una excentricidad
eb, ver Fig. 5.23 y 5.24, que tiene asociada una carga axial Pb y un momento Mb. Al
igual que antes se definió y en términos de los estados límites de los materiales
componentes de la sección, la falla balanceada corresponde a un estado ideal en el
que el hormigón alcanza su máxima deformación por compresión, εcu= 0.003, y
simultáneamente el acero en tracción alcanza su deformación por fluencia, εy, en su
capa más alejada de la zona comprimida.

Fig. 5.24. La curva de interacción


M - P y la falla balanceada.
38

La Fig. 5.24 muestra en línea de trazos las combinaciones que llevan a alcanzar
el punto B, de falla balanceada. Entre A y B la falla es por compresión sin ductilidad, y
entre C y B la falla es dúctil, correspondiendo al punto B la ductilidad de curvaturas
unitaria para la sección. La Fig. 5.25 muestra los perfiles de deformación y las
posibilidades de fallas frágiles y dúctiles.
Los valores de Pb y Mb se pueden calcular fácilmente. En referencia a la Fig.
5.26, y tal cual se derivó para vigas, por similitud de triángulos se tiene que:

Fig. 5.25. Perfiles de diagramas de deformación para columnas


cargadas excéntricamente.

0.003/cb = εy / (d - cb) (5.24)

y en definitiva:

εu
Cb = d (5.25)
εu + εy

y la altura del bloque de tensiones equivalentes es entonces:

ab = β1 x cb (5.26)
39

Fig. 5.26 Esquemas para el análisis de secciones


de columnas de hormigón armado sometidas a
carga excéntrica cuando se alcanza el estado de
máxima resistencia.

La aplicación de las ecuaciones (5.19) y (5.20) permite encontrar, para las


condiciones antes descriptas, los valores de Pb y Mb.
En contraste con el diseño de vigas, para el caso de columnas no es la cantidad
de armadura en tracción la que conduce a que el tipo de falla sea frágil o dúctil. En
elementos sometidos a flexo-compresión, definida la sección de hormigón armado, es
el valor de la carga axial la que controlará el modo de falla.
En referencia a las Figs. 5.24 y 5.25, una falla frágil ocurre cuando Pu > Pb,
puesto que mayor carga axial implica que c > cb. En referencia a la Fig. 5.25 es claro
que εs < fy / Es lo que implica que el acero no alcanza su deformación de fluencia. Se
observa que para esta zona de falla frágil, cuanto mayor sea la carga axial Pn, menor
será el momento Mn que la sección es capaz de resistir antes de su falla., mientras que
lo contrario es válido en la zona donde el axial es menor que Pb y es posible la fluencia
del acero en tracción.
Esto se puede explicar de la siguiente manera: En la zona de falla por
compresión, la misma ocurre cuando una gran parte de la sección está en compresión
debido a la carga axial, y en consecuencia es poco el margen de deformación adicional
disponible para la compresión causada por la flexión. El acero además no fluye en
tracción por lo que su resistencia tampoco es aprovechada al máximo. En cambio en la
zona de falla primaria por tracción, en la evaluación de la resistencia última el acero
40

está trabajando en su máxima resistencia. Además, si se piensa en que la columna


está sometida en principio a flexión simple y con el acero de tracción fluyendo, si se
adiciona una carga axial no muy grande, los esfuerzos de compresión en el acero
producida por dicha carga se suman a los de tracción por flexión, por lo que entonces
disminuye la tensión en tracción en el acero con respecto al nivel de fluencia y en
consecuencia existe un par adicional que se puede resistir y que lleve el acero a fluir.
Por otro lado, cuando se está en flexión simple, el eje neutro para resistencia última es
poco profundo, es decir con relativamente poco hormigón se equilibra la tracción del
acero: hay mucha sección de hormigón inefectiva. Con el aumento de P, la
profundidad del eje neutro crece, lo que pone más sección de hormigón a trabajar en
compresión haciendo más efectiva la sección. Por lo tanto, en ambos regiones de la
sección, tracción y compresión, se da la posibilidad de resistir un momento adicional al
de flexión simple, alternativa ésta que crece en intensidad hasta que P = Pb, en donde,
tal cual se expresó antes, la tendencia de crecimiento de Mn se revierte.
Sin embargo, como en general ocurre todo aumento de resistencia va
acompañado de una reducción de la capacidad de disipación de energía. Esto es muy
evidente, si se recuerda que la ductilidad de curvaturas está dada por la ecuación (3.6)
que se describió en el capítulo 3:

ϕu
µϕ =
ϕy

En referencia a la Fig. 5.27, que es caso de un elemento sometido a flexión


simple pero que es válido en cuanto a esquemas de deformaciones y tensiones, con
aumento de eje neutro, asociado al aumento de P, en estado último, aumenta la
profundidad del eje neutro, c, y para un valor fijo de εcu (entre 0.003 y 0.005), el
numerador de la ecuación (3.6), ϕu, disminuye. Por otro lado, partiendo del estado
límite de fluencia, Fig. 5.27a, y teniendo fijo el valor de εy del acero en tracción, un
aumento de P implica que kd crece, la distancia (d – kd ) decrece y entonces la relación
que valora la curvatura de fluencia, ϕy= εy / (kd – d), aumenta. Por lo tanto, a medida
que aumenta el valor de P, en la ecuación (3.6) el numerador decrece y el denominador
crece, por lo cual la resultante ductilidad de curvaturas es menor con el crecimiento de
P.

Fig. 5.27. Distribución de deformaciones y de tensiones en una sección sometida a


flexión para los estados límites de:
(a) fluencia del acero y
(b) rotura por compresión del hormigón.
41

En ref.[8], por ejemplo, se ha construido el diagrama de interacción M - P para


una de las columnas del edificio que se presentó en la apéndice del capítulo 1, que se
presenta en la Fig. 5.28. Se ve cómo la ductilidad de un valor 8 para P = 0, decrece al
aumentar P, y para P = Pb debería corresponderse con ductilidad uno.

Fig. 5.28. Diagrama de interacción para la columna típica del edificio de 7 pisos de hormigón
armado presentado en el capítulo 1, y que corresponde a la Fig. 5.29(a).

Fig. 5.29(a). Sección transversal de la columna


de hormigón armado cuyo diagrama M – P se
presenta en Fig. 5.28.

5.6.3. Diagrama de interacción simplificado.

A los efectos prácticos, y observando la forma del diagrama de interacción de


figuras anteriores, se ve que el mismo se podría construir muy rápidamente si se
adoptan ciertas simplificaciones y con la sola ayuda de una simple calculadora manual.
El trazado del diagrama M - P puede simplificarse, y sin perder mayor precisión
a los efectos prácticos, al determinarse cuatro resistencias nominales correspondiendo
a cuatro puntos clave del diagrama de interacción. Haciendo referencia a, por ejemplo,
la Fig. 5.28:
42

Fig. 5.29(b). Distribución de estribos y densificación de los mismos en la columna de hormigón del edificio
de 7 pisos ensayado en Berkeley.

(i) El punto A, que corresponde a la resistencia de la columna a tracción, de 288


Kips (1 Kip = 1000 lb = 454 Kgr = 4.54 KN).

(ii) El punto C, que corresponde a la resistencia a compresión, de 1536 Kips.

(iii) El punto B, que corresponde a la falla balanceada, de M = 5524 Kip-in y N = 631


Kips (in = 25.4 mm).

(iv) El punto F, que corresponde a la falla por flexión simple, de M = 2400 Kip-in.

Uniendo estos puntos con trazos rectos se llega a un diagrama M - P que es


muy aproximado a la curva del diagrama real y que pude utilizarse como herramienta
de verificación para los efectos de resistencia a flexo-compresión.

Fig. 5.30. Relaciones momento – curvatura para la columna de Fig. 4.29(a) y


distintos niveles de carga axial.
43

5.6.4. Ejemplo de trazado de diagrama M-P. Relación con los diagramas de


Momento - Curvatura.

La Fig. 5.29(a) muestra la sección transversal de la columna que se utilizó en el


diseño original del edificio de hormigón armado de 7 pisos que se presentó en el
capítulo 1. La Fig. 5.29(b) indica el refuerzo de estribos en ciertas zonas
seleccionadas. En este caso la columna está armada longitudinalmente con 8 barras de
diámetro 22 mm, que da un área total Ast= 30.41 cm2, lo que para el área Ag= 2500
cm2, representa una cuantía total de ρ= 0.0122 = 1.22%. Como se verá más adelante,
esta cuantía excede por poco el requerimiento de cuantía mínima, es decir la columna
no está fuertemente armada. Sin embargo, formaba parte del sistema de pórticos de un
edificio de 7 pisos que se podría construir o en Japón o en el Oeste de EEUU, es decir
dos zonas con las mayores sismicidades del mundo.
La Fig. 5.30 muestra los diagramas de momento - curvatura, M - ϕ, para los
distintos niveles de carga axial. Claramente se ve en estos diagramas que:
(i) A mayor valor de P, por debajo de Pb, el momento resistente aumenta.
(ii) Con el aumento de M debido a P, las curvaturas de fluencia, ϕy,
aumentan y las ϕu últimas disminuyen, es decir, la ductilidad de curvatura
disminuye rápidamente.
La Fig. 5.28 ya mostró la representación del correspondiente diagrama M - P de
esta columna.

5.7. CONSIDERACIONES DEL ACI-318 Y NZS:3101 EN RELACIÓN A CUANTÍAS


EN COLUMNAS DE HORMIGÓN ARMADO. DETALLES DE ARMADO.

5.7.1. Barras longitudinales. Cuantías Mínimas y Máximas.

El CIRSOC 2005, no establece en forma directa un valor de cuantía máxima,


sino que lo hace en función de la máxima deformación del acero en tracción, εt. Dice
que la sección es controlada por compresión cuando la deformación neta por tracción
en el acero más traccionado, para el acero ADN-420, es menor que 0.002. En ese
caso la cuantía debe estar comprendida, ver sección 10.9.1, entre 0.01 y 0.08, siempre
con respecto a la sección total Ag. Sin embargo, en la sección 10.8.4 aclara que si el
elemento comprimido tiene una sección transversal mayor que la necesaria por
consideraciones de carga, se puede utilizar un área efectiva reducida, tal que sea
Ae≥0.50Ag., para determinar la cuantía mínima. En sus comentarios aclara que el
porcentaje máximo debería limitarse al 4% si las barras se empalman por traslape. Sin
embargo, en la sección 21.4.3, que contiene disposiciones especiales para diseño
sísmico (recordar que esto no es de aplicación en nuestro país pues se debe aplicar el
IC-103-II-2005 para diseño sismorresistente), aclara que la cuantía máxima no debe
superar aún en zonas de empalmes el 6 %. Además establece que los traslapes de
armadura longitudinal sólo pueden materializarse dentro de la mitad central de la
columna y ser dimensionados como traslapes de tracción. Esta limitación en la zona
para hacer los empalmes ha sido observada por Paulay, ref.[11], asociado al hecho de
que el ACI-318, en su sección 21.4.4 impone la condición de que la resistencia a
flexión de las columnas debe satisfacer la siguiente condición:

∑ Me ≥ 1. 2∑ M g
44

donde:
∑ Me = suma de momentos, al centro del nudo, correspondientes a la resistencia de
diseño de flexión de las columnas que confluyen en dicho nudo. La resistencia se debe
calcular para la fuerza axial mayorada que de la resistencia más baja a flexión.
∑ Mg = suma de momentos, al centro del nudo, correspondientes a la resistencia de
diseño de flexión de las vigas que confluyen en dicho nudo.
Paulay sostiene que si se llevara a cabo un diseño por capacidad racional de las
columnas, entonces la región donde se realizan los solapes de las armaduras
longitudinales de las columnas se podrían elegir libremente, excepto para el caso
donde se prevean rótulas plásticas, como en la base de las columnas del primer nivel,
por ejemplo. El autor considera que la ecuación anterior no es conservadora para
asegurar la formación de las rótulas en las vigas. Si bien la relación 6/5 = 1.2 aumenta
en términos de resistencia nominal Mn al valor de 1.54 cuando la carga axial de la
columna sea mayor que Ag f´c / 10 (1.2 x 0.9/0.7), aún así el factor de sobrerresistencia
asignado a las columnas no sería suficiente en muchos casos. Paulay demuestra,
ref.[11] que ese factor debe a veces estar comprendido entre 2 y 2.5.
En los comentarios de la norma ACI también se aclara que la razón de la cuantía
mínima en columnas trata de reducir los efectos de fluencia lenta y de retracción del
hormigón que antes se mencionaron. Ante cargas sostenidas en compresión estos
efectos tienden a transferir esfuerzos de compresión desde el hormigón hacia la
armadura, y este aumento de esfuerzo en la tensión de compresión en el acero es
mayor en la medida que disminuye la cantidad de refuerzo. A menos que se imponga
un límite inferior a esta cuantía, el esfuerzo de compresión en las barras puede llegar al
de fluencia aún bajo cargas de servicio.
En cuanto al número de barras, el CIRSOC 201-2005, sección 10.9.2 especifica
que el mínimo de barras longitudinales en elementos sometidos a compresión debe ser
4 para el caso de usar estribos, sean éstos circulares o rectangulares, 3 para barras
dentro de estribos triangulares y 6 para barras confinadas por zunchos, que cumpla con
la disposición, sección 10.9.3, de que:

Ag  f´
ρ s = 0.45  − 1 c (5.27)
Ac  fy

donde fy es la tensión especificada de fluencia del zuncho y que no debe superar el


valor de 420 MPa, Ag es el área total de la sección y Ac el área del núcleo de hormigón
de la sección medido entre los bordes exteriores de los estribos.
La separación mínima de las barras longitudinales que impone el
CIRSOC 201-2005 Fig.7.6(b) de sección 7.6, al igual que el NZS-3101-1995 en la
sección 7.3.5.7, es de 1.5 db, o 40 mm, la que sea mayor.
Es importante destacar que la norma NZS: 3101 tiene requerimientos menores
en cuanto a la armadura longitudinal mínima de columnas, y a su vez impone límites
más estrictos de armadura máxima en zonas de empalmes. Aún para el caso de
columnas controladas por sismo, en su sección 8.5.4.2 especifica que la cuantía
longitudinal no debe ser menor de 0.008, con un mínimo de 4 barras para arreglo
rectangular y 6 para circular. Además, el máximo de armadura longitudinal debe ser
18/fy (4.2 % para acero fy= 420 MPa), pero no se puede superar 24/fy (5.7 %) en la
zona de empalmes.
45

Como se verá más adelante, Figs. 5.27 y 5.29, los requerimientos de separación
máxima entre armaduras longitudinales también son diferentes entre el ACI y el NZS.
Note, sin embargo, que la limitación del CIRSOC 201-2005 de los 150 mm o 15dbe se
refiere a barras intermedias entre las apoyadas cuando éstas superan el número de
tres (Ver Fig. 7.5.10.3 de norma), mientras que los 200 mm o b/4 del NZS se refieren a
la distancia máxima entre las barras apoyadas.
El NZS en su sección 8.5.4.2(c) establece que en una misma fila de barras, la de
menor diámetro no debe ser menor de 2/3 del diámetro de la mayor barra de esa fila.

5.7.2. Armaduras transversales.


Lo primero que hay que reconocer es que las funciones básicas de las barras
transversales son tres:
(i) Resistir los esfuerzos de corte.
(ii) Evitar el pandeo de las barras longitudinales.
(iii) Proveer confinamiento al hormigón.
Dependiendo de las condiciones del elemento estructural dentro del conjunto
será la condición de diseño que controle. A continuación se dan lineamientos para
requerimientos mínimos de códigos.
El CIRSOC 201 en su sección 7.10.5 estipula que, para cargas en general,
todas las barras longitudinales deben estar confinadas por medio de estribos
transversales de por lo menos φ 6 mm para barras longitudinales menores a φ 16 mm, y
del 8mm para barras de 20 y 25mm. El espaciamiento vertical no debe exceder los 16
diámetros de la barra longitudinal ni de 48 diámetros de la barra del estribo, o de la
menor dimensión del elemento a compresión. A su vez aclara que cada barra
longitudinal de esquina y barra alternada debe tener apoyo transversal proporcionado
por la esquina de un estribo con un ángulo interior no mayor de 135o, y ninguna barra
longitudinal debe estar separada a más de 150 mm libres de una barra apoyada
transversalmente. Esto se aclara por inspección de la Fig. 5.31a.

Fig. 5.31(a). Requerimiento del ACI para


la separación entre apoyos laterales de
las barras longitudinales.

Note que El ACI-318 tiene una limitación en cuanto a diámetro mínimo de


estribo que pareciera ser un poco exagerada (mínimo 10 mm, sin especificar casos
especiales, como adopta el CIRSOC). Para el refuerzo transversal de columnas
zunchadas, el ACI, sección 7.10.4, establece que la barra continua debe ser 9.5 mm y
el espacio libre o paso no debe exceder de 75 mm ni ser menor de 25 mm.
46

El mismo ACI, en sección 21.3.3, requisitos adicionales para zonas sísmicas,


aclara que para elementos en flexión y en flexo-compresión tal que el axial mayorado
no supere Ag f´c /10, se deben disponer de estribos especiales en ambos extremos del
elemento en una longitud igual a dos veces la altura del elemento, cuando se estime

Fig. 5.31(b). Ejemplos en el ACI-318


para disposición de estribos.

que el elemento va a fluir por demandas de flexión. El primer estribo se debe colocar a
50 mm de la cara del elemento de apoyo. La separación máxima debe ser la menor
entre estas cuatro posibilidades: (i) 300 mm, (ii) d/4, d altura útil del elemento, (iii) 8
veces el diámetro de la barra longitudinal más pequeña y (iv) 24 veces el diámetro de la
barra del estribo. Como se ve estas dos últimas condiciones reducen la separación a la
mitad de lo que se exige para cargas en general. El ACI-318 permite el arreglo de
estribos como se muestra en la Fig. 5.31(b). Sin embargo, se reitera que en diseño
sismorresistente los estribos deberían cerrarse con ganchos a 135o.
El reglamento NZS: 3101, especifica en su sección 7.3.28.1 que el diámetro del
estribo debe ser mayor de 5 mm para encerrar a barras longitudinales mayores de 20
mm de diámetro, 10 mm para barras entre 20 mm y 32 mm, y de 12 mm para barras
mayores o grupo de barras. En la sección 7.3.27.2 establece que el diámetro mínimo
para estribos circulares o zunchos es de 5 mm. Esta es una gran diferencia con el ACI
que sin distinciones pide diámetro 10 mm como estribo. La figura 5.32 presenta los
requerimientos de la NZS en cuanto a la disposición de estribos en columnas. El
proyecto del reglamento CIRSOC 201-2005 en su tabla 7.10.5.1, tal cual antes se
expresó, especifica el diámetro mínimo de estribos en función del diámetro de la
armadura longitudinal.
El código NZS también aclara sobre los requerimientos adicionales que deben
satisfacer los elementos estructurales donde el sismo controla el diseño, sección 7.5,
de aquellos en los que no controla el sismo, sección 7.4. Por ejemplo, ver sección
8.4.7.2 del NZS: 3101, para este último caso, diseño para carga en general sin sismo,
para estribos que no sean circulares, el área total efectiva en cada dirección principal
de la sección transversal dentro de la separación sh no deber ser menor de:
47

Fig. 5.32. Disposiciones para la colocación de estribos según la NZS: 3101-1995.

(1 − ρm)s h h " A g f c´ N *
A sh = − 0.0065s h h " (5.28)
3.3 A c f yt φf c´ A g

donde Ag /Ac no debe tomarse menor de 1.2, ni (ρm) mayor de 0.4, y donde N* es la
carga de diseño para el estado último. Ash es el área de todos los estribos y estribos
suplementarios en la dirección que se considera, dentro de la separación sh, y h” es la
dimensión del núcleo rectangular de la sección de hormigón medida
perpendicularmente a la dirección de las barras de estribo y hasta el lado externo del
estribo periférico. Además ρ= As t /Ag es la cuantía de armadura longitudinal total de la
columna y m= fy / (0.85 f´c).
A su vez, el área de cualquier rama individual, Ate, no puede ser menor de:
48

∑ Ab f y s
Ate = (5.29a)
135 f yt d b

donde ∑Ab incluye la suma de las áreas de todas las barras longitudinales que están
bajo la responsabilidad de la rama en estudio. A su vez, la separación de estribos no
debe exceder la menor distancia entre 1/3 de la dimensión lateral menor ni 10 veces el
diámetro de la barra longitudinal restringida. A modo de ejemplo, para aplicar la
ecuación 5.29, supóngase que la columna de la Fig. 5.31(a), con 30 cm de lado, tenga
como armadura longitudinal 8 barras db= 16 mm de diámetro. La separación máxima de
estribos será entonces 10 cm (1/3 de 30 cm controla). Si fy = fyt, es decir las tensiones
de fluencia de la armadura longitudinal y de estribos es la misma (caso común en
nuestro medio), y dado que para este ejemplo s/db = 10/1.6 = 6.25, la ecuación se
reduce a:

1.5 x 2.01 cm2


Ate ≥  6.25 = 0.14 cm2
135

por lo que hubiera bastado un estribo de diámetro 4.2 mm (área 0.14 cm2) cada 10 cm.
Sin embargo, el NZS exige estribos de diámetro mínimo de 5 mm (6 mm en nuestro
medio).
No obstante, para estribos rectangulares, si controla el sismo, el requerimiento
para las regiones potenciales de articulación plástica, y estribos no circulares, es
diferente. Así también, análogamente, el IC-103II-2005, en su sección 2.3.9.1.b,
establece:

(1.3 − ρm)s h h " A g f c´ N *


A sh = − 0.006s h h " (5.30)
3 .3 A c f yt φf c´ A g

En cuanto a separación de estribos, éstos no deben exceder ¼ de la dimensión


lateral mínima de la sección (7.5 cm en el ejemplo anterior), ni 6 veces el diámetro de la
barra longitudinal a restringir (9.6 cm en ejemplo). Además, en la ecuación 5.29a se
transforma en:
∑ Ab f y s
Ate = (5.29b)
96f yt d b

El NZS:3101, sección 8.4.7.1 establece que para estribos circulares o zunchos


donde no controla el sismo, la relación volumétrica ρs no deber ser menor de la dada
por:
(1 − ρm) A g f c N *
´
ρs = − 0.0084 (5.31)
2.4 A c f yt φf c´ A g

donde Ag/Ac no debe tomarse menor de 1.2, ni el producto (ρm) mayor de 0.4, pero
tampoco ser menor de:

A st fy 1
ρs = "
(5.32)
155d f yt d b
49

donde db es el diámetro de la barra longitudinal y d” el diámetro del núcleo circular de la


columna medido desde los bordes externos del zuncho o estribos (diámetro de la
sección menos dos veces el recubrimiento). Note que ρs representa la relación
volumétrica de la armadura circular o en espiral con respecto al núcleo de hormigón y
no del área total.
El paso de la espiral o separación entre estribos circulares a lo largo del
elemento no debe exceder 1/3 del diámetro de la sección, ni 10 veces el diámetro de
las barras longitudinales. La separación libre en las espirales o entre estribos circulares
no debe ser menor de 25 mm, para asegurar un correcto llenado del hormigón.
Además, la NZS, en su sección 8.5.4.3(i) y el IC-103-05 en sección 2.3.9.1.a,
establecen que para estribos circulares o zunchos donde controla el sismo, la relación
volumétrica ρs no deber ser menor de la dada por:

(1.3 − ρm) A g f c N *
´
ρs = − 0.0084 (5.33)
2.4 A c f yt φf c´ A g

donde Ag/Ac no debe tomarse menor de 1.2 ni (ρm) mayor de 0.4, pero tampoco puede
ser menor de:
A st fy 1
ρs = "
(5.34)
110d f yt d b

El paso de la espiral o separación entre estribos circulares a lo largo del


elemento no debe exceder 1/4 del diámetro de la sección, ni 6 veces el diámetro de las
barras longitudinales, db.
A modo de ejemplo de aplicación usamos las ecuaciones 5.31 a 5.34 para
establecer diámetros mínimos para caso de diseño sin y con sismo. Supongamos una
columna circular de 50 cm de diámetro, armada con 10 barras de diámetro 20 mm.
Ag=1963 cm2 y cuantía longitudinal ρ= 0.016. Con recubrimiento de 2.50 cm resulta
d”=45 cm y Ac = 1590 cm2, y Ag/Ac = 1.23 (se debe adoptar este valor entonces). Se
supone f´c= 21 Mpa y fy= fyt = 420 Mpa, y N* /(φ f´c Ag )= 0.60. Por 4.31 es:

(1 − 0.376 )
ρs = 1.23 x0.05 x0.60 − 0.0084 = 0.001194
2.4

pero de acuerdo a 5.32 resulta:


10 x3.14
ρs = = 0.00225
155 x 45 x 2

En consecuencia, dado que para secciones circulares la relación entre la cuantía


de estribos y el área de dicho estribo, Asp = Ate, de diámetro ds y con separación s está
dado por:
4 A sp
ρs =
d"s
entonces:
ρs xd"s
A sp ≥ = (0.0025 x 45 x10 / 4)cm2 = 0.25cm2
4
50

con lo cual con barra de diámetro de 6 mm (área 0.28 cm2) cada 10 cm se satisface el
requerimiento. Esto es simplemente un ejemplo. Probablemente, para esa sección, con
ese nivel de axial y esa armadura, hubiera sido más lógico colocar un diámetro mayor
de estribo.
El mismo ejemplo para zona sísmica hubiera exigido:

(1.3 − 0.376 )
ρs = 1.23 x0.05 x0.60 − 0.0084 = 0.00581
2.4
10 x3.14
ρs = = 0.00317
110 x 45 x 2

Si se hubiera adoptado una separación de 7.5 cm, resultaría:

ρs xd"s
A sp ≥ = (0.00581x 45 x7.5 / 4)cm2 = 0.49cm2
4

lo cual hubiera exigido al menos estribo circular de diámetro 8 mm cada 7.5 cm, o bien,
adoptando separación de 12 cm (cumple que sea d/4 de la sección y es igual a 6 db),
se hubiera necesitado adoptar estribo de 10 mm de diámetro (0.80 cm2).
Es importante notar que la norma NZS: 3101, da lineamientos adicionales para
relajar la cantidad de armadura transversal en columnas, cuando se han utilizado
principios del diseño por capacidad y se ha suministrado un razonable grado de
protección contra la rotulación. Al respecto se puede consultar la sección 8.4.5.3(c) y
8.5.4.1 de dicha norma.
Como ejemplo para comparar los requerimientos de confinamiento entre las normas
del ACI y el NZS, se toma el caso de la columna de Fig. 5.29(a).
(i) De acuerdo al ACI, el estribo debe ser como mínimo de diámetro 10mm, y se
necesita un estribo exterior y un estribo suplementario para las barras
ubicadas en la mitad de las caras. En definitiva se requerirían 2.35 cm2. Por
ello el detalle de la Fig. 5.29(b), en el pié de la columna del primer nivel.
(ii) Los siguientes datos son necesarios para aplicar las expresiones (5.28) y
(5.30) (note que el área de la barra de 22 mm de diámetro es de 3.80 cm2):
f´c = 0.21 t/cm2 fy = 4.2 t/cm2 f’c / fy = 0.05
Ast = 8 x 3.80 cm2 = 30.41 cm2 ρ = 0.012 = 1.2 % ρm = 0.285
Ac = (50 – 2 x 3.81)2 cm2 = 1796 cm2 Ag = 2500 cm2 Ag / Ac = 1.39
h” = 50 – 2 x 3.81 = 42.40 cm m = fy / (0.85 f’c) = 23.52

Para el caso donde no controla el sismo:

ρsh = [(1 - 0.285) / 3.3] x 1.39 x 0.05 x (N* / (φ f’c Ag)) – 0.0065

ρsh = 0.015 (N* / (φ f’c Ag)) – 0.0065

se ve que para la relación (N*/(φ f’c Ag)) < 0.42, controla el requerimiento mínimo.

Si la columna está controlada por sismo, por la ecuación (5.30):


51

ρsh = [(1.3 - 0.285) / 3.3] x 1.39 x 0.05 x (N* / (φ f’c Ag)) – 0.006

ρsh = 0.0212 (N* / (φ f’c Ag)) – 0.006

En este caso, ya para relaciones de (N*/(φ f’c Ag)) > 0.28 el requerimiento está
por encima del mínimo. Por ejemplo, para (N*/(φ f’c Ag)) = 0.50,

ρsh = 0.0212 x 0.50 – 0.006 = 0.0046

Por lo que el área de armadura transversal necesaria, para una separación sh de


15 cm, es:

Ash = 0.0046 x 15 cm x 42.40 cm = 2.93 cm2

es decir que se necesitaría al menos un estribo exterior de 12 mm y un estribo


suplementario de 10 mm de diámetro, que daría una armadura total de 2 x 1.13 cm2 +
0.785 cm2 = 3.05 cm2. Se ve entonces que, en este ejemplo, para una relación
(N*/(φf’cAg)) de 0.50, el requerimiento del NZS es mayor al del ACI, pero para una
relación (N*/(φ f’c Ag)) cercana a 0.40, ambos requerimientos son similares. Para un
axial menor el ACI requeriría mayor estribado.
La Fig. 5.33, obtenida de ref.[9], muestra la diferencia entre los requerimientos
del ACI–318–1995 y el NZS versión 1982 y 1995, para el caso de la columna de 70 x
70 cm2 que se muestra en la misma figura. Para ello hay que tener en cuenta que el
ACI en la sección 21.4.4 (disposiciones para diseño sísmico) exige para columnas
circulares, con zuncho o estribos circulares que:

ρ s = 0.12f c´ / f yh (5.35)

ni puede ser menor de lo exigido por la ecuación 5.27.


Para el caso de columnas rectangulares, el área total de sección transversal de
armaduras de estribos, Ash, no debe ser menor de:

[( ) ]
A sh = 0.3(sh c f c´ / f yh ) A g / A ch − 1 (5.36)

ni tampoco de:

A sh = 0.09sh c f c´ / f yh (5.37)

donde para hacer equivalencia de notaciones ACI–NZS, Ach = Ac, hc = h” y s = sh.


Además, al igual que el NZS impone la condición de que la separación de estribos no
puede superar la dimensión d/4. Sin embargo, limita ese valor además en 100 mm, en
vez de usar 6 veces db como hace el NZS.
Para el caso de la Fig. 5.33, el requerimiento del ACI-318 sería:

A sh = 0.3 x10 x62 x30 / 300[(70 x70 / 62x62 ) − 1] = 5.10cm2

A sh = 0.09 x10 x62x30 / 300 = 5.58cm2


52

por lo cual controla la última ecuación.

Se ve claramente que, a diferencia del criterio del NZS, el requerimiento de


confinamiento del ACI no es función del nivel de carga axial. Esto ha sido criticado por
varios investigadores. Paulay & Priestley, ref.[2], estiman que el uso de las ecuaciones
5.36 y 5.37 tiende a un criterio muy conservador para niveles bajos de axial pero muy
poco conservador para casos de columnas fuertemente comprimidas. Paulay, ref.[12],
expresa que la cantidad de armadura de confinamiento se debe incrementar con el
nivel de axial Pu ya que en ese caso la porción de área sometida a compresión por
flexión aumenta y en consecuencia la ductilidad de curvaturas esperada resultaría en
un incremento de las deformaciones de las fibras extremas comprimidas.

5.7.3. Empalme de barras en columnas.

Fig. 5.33. Comparación entre cantidades de armadura transversal requeridas por el ACI y el NZS en
una zona potencial de articulación plástica de una columna de hormigón armado.

Las barras longitudinales de columnas generalmente se empalman justo por


encima de cada nivel de piso, a veces alternando los niveles. El tipo más común de
empalme es por solape. Si bien algunas normas permiten la soldadura, cuando las
barras van a estar sometidas a esfuerzos alternativos de tracción y compresión, el
empalme por soldadura puede ser muy riesgoso, requeriría mano de obra muy
calificada y control muy estricto. El terremoto de Kobe, (19–01–1995) no dejó buena
experiencia al respecto, pese a los fuertes controles en las construcciones en Japón.
Por supuesto que dada la importante longitud de acero adicional en los empalmes por
solape, es muy tentadora la idea de la soldadura. Tal vez una solución sea la de
53

Fig. 5.34. Congestión de armaduras en un edificio de hormigón armado de altura media. Note las deficiencias en
el detalle de estribos debidas a la alta densidad de armaduras.

minimizar la cantidad de empalmes, por ejemplo utilizando la barra completa de 12


metros, aunque esto traiga algunos inconvenientes para mantenerlas en posición, y
además se debe tratar de no hacer el empalme en la misma sección.
Se debe prestar atención al problema de congestión de barras, en particular en
las zonas de empalmes y cruces con vigas. De lo contrario, se pueden tener serias
54

dificultades al vaciar el hormigón. La Fig. 5.34 muestra los inconvenientes por


congestión de armaduras en obras de nuestro medio.
Para efectuar el empalme por traslape, un método que se aconseja, y tal cual lo
muestra la Fig. 5.35, es doblar un poco las barras inferiores, a los efectos de lograr
ubicar en forma correcta las barras superiores. Así lo permite el ACI-318, en su sección
7.8.1, donde especifica que la pendiente de la parte inclinada no debe exceder de 1/6 y
es necesario suministrar armadura transversal especial para resistir 1.5 veces la
componente horizontal de la fuerza inducida por la inclinación. Este refuerzo debe
colocarse dentro de los 150 mm del punto de doblado. Se especifica además que los
cambios de dirección se deben efectuar antes de colocar las barras en los encofrados.
Debe el lector estar prevenido de que la ubicación del empalme NO es permitido
para zonas sísmicas de acuerdo al ACI–318–1995, sección 21.4.3.2, ya que sólo debe
hacerse dentro de la mitad de la altura de la columna. Esto es lo que, tal cual se
expresó antes, Paulay ve como una limitación en la construcción y que debería tratar
de eliminarse utilizando el diseño por capacidad que él propone para las columnas, a
los efectos de que el mecanismo de colapso sea el que se ilustra en la Fig. A.5.1a del
apéndice de este trabajo, y no el que, por ejemplo, muestra la Fig. A.5.1b.

Fig. 5.35. Disposiciones del ACI para empalmes de columnas.

5.8 DIAGRAMAS DE INTERACCIÓN PARA DISEÑO.

En la práctica, el diseño y/o análisis de columnas de hormigón armado puede


llevarse a cabo mediante el uso de diagramas de interacción M-N ya preparados en
función de las características de los materiales y de las dimensiones de la sección.
Hay gráficos para columnas circulares y rectangulares. Las Figs. 5.36(a) y (b) muestran
respectivamente, dos gráficos según el manual de tablas que se publicó junto con el
CIRSOC 201-2005 y el código NZS, New Zealand Reinforced Concrete Design
Handbook.
Los gráficos se construyen normalmente representando las resistencias
nominales, por lo que para pasar a resistencias de diseño, habrá que aplicar los
factores de reducción de resistencia que corresponda.
55

Fig. 5.36(a) Parte de la Tabla publicada junto con el CIRSOC-201-2005.


Diseño de columnas de hormigón armado.
56

Fig. 5.36(b) Parte de la Tabla publicada por el NZS.

5.9 EJEMPLO DE OBTENCIÓN DE DIAGRAMAS DE INTERACCIÓN M-N.

En la práctica, el diseñador muchas veces construye sus propios diagramas de


interacción M-N pues son, para un diseño de sección dado, relativamente fáciles de
obtener. En la sección 5.6.3 de este apunte ya se mencionó la forma en que se puede
lograr un diagrama M-N con los cuatro puntos que corresponden a resistencias
nominales de tracción pura, compresión pura, flexión simple y falla balanceada. Sin
embargo, dado que la nueva norma ACI-318-05 especifica que el factor de reducción
por resistencia φ, como indica la Fig. 5.37, es función de εt, es conveniente que el
diagrama M-N tenga al menos cinco (5) puntos para incluir aquel que corresponde al
final de la transición donde la sección comienza a ser controlada por tracción, es decir
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donde εt=0.005, para la cual φ=0.90. Esto permitirá encontrar en forma más rápida las
resistencias “de diseño”, a partir de las resistencias “nominales”.

Fig. 5.37 Factor φ en función de la deformación máxima del acero en tracción.

La Fig. 5.38(a) muestra la sección transversal de una columna “no esbelta”


(columnas esbeltas es tratado en Hormigón II), y (b) indica las características
principales de los materiales. Las Figs. 5.39 y 5.40 muestran las deformaciones,
tensiones, fuerzas y resultantes para estados de resistencias nominales de tracción y
compresión. Note siempre secciones planas permanecen planas. Relacione los
diagramas de deformación y tensión en cada caso con los dados por las relaciones f-ε
de Fig. 5.38(b). Observe con detenimiento la dirección y ubicación de las “resultantes”
en estos casos muy simples. Vea las diferencias con los casos que siguen.

Las Figs. 5.41, 5.42 y 5.43 muestran los diagramas que permiten calcular los
estados de resistencia nominal para flexión simple, falla balanceada y límite inferior de
falla controlada por tracción. Observe ubicación de Resultante (verde).
58

Fig. 5.38 Sección de Columna y materiales de ejemplo.

Fig. 5.39 Estado para Resistencia Nominal de Tracción.

Fig. 5.40 Estado para Resistencia Nominal de Compresión.


59

Fig. 5.41 Estado para Resistencia Nominal de Flexión Simple.

Fig. 5.42 Estado para Resistencia Nominal en Falla Balanceada.

Fig. 5.43 Estado para límite de Resistencia Nominal controlada por Flexión.
60

Fig. 5.44 Diagrama M-N resultante. Note diferencias entre el diagrama de


Resistencias Nominales y el de Resistencias de Diseño.

La Fig. 5.44 muestra los diagramas M-N para las resistencias nominales y las de
diseño luego de aplicar factor φ. Se deja al lector la obtención de los valores de los
momentos que se indican en la figura y las conclusiones. Note que el autor ha preferido
no incluir el efecto de reducción de la resistencia de diseño a compresión por supuesta
excentricidad y que la norma menciona como aquella que corresponde a una
excentricidad del orden de 0.05 a 0.10 h (ver comentarios de CIRSOC 201-2005).
61

5.10 BIBLIOGRAFÍA

[1] “Reinforced Concrete Structures”. Robert Park y Tomas Paulay. John Wiley & Sons.
1975.
[2] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Structures”. T. Paulay and
M.N.J. Priestley. John Wiley & Sons. 1992.
[3] “Seismic Design of Bridges”. M.N.J. Priestley, F. Seible and G. M. Calvi. John Wiley
& Sons. 1996.
[4] “Reinforced Concrete Structures”. Kong and Evans.
[5] “Diseño de Estructuras de Concreto“. A. Nilson y G. Winter. Mc Graw-Hill. 1994.
[6] ACI-318-1995.
[7] “Seismic Design of Bridge Piers“. J. B. Mander, M.N.J. Priestley and R. Park. Report
84-2. University of Canterbury. New Zealand.
[8] “An Evaluation of The Design and Analytical Seismic Response of a Seven Story
Reinforced Concrete Frame-Wall Structure“. Finley Charney and Vitelmo V. Bertero.
Report UCB-EERC-82/08. Agosto 1982.
[9] NZS 3101: Partes 1 y 2. 1995. New Zealand Standards. Concrete Structures
Standards.
[10] “Seismic Design of Bridge Piers”. Mander, Priestley and Park. Febrero 1984.
Research Report. 84-2. Department of Civil Engineering. University of Canterbury.
[11] “A critique of the Special Provisions for Seismic Design of the Building Code
Requirements for Reinforced Concrete. ACI-318-83. ACI Journal, Marzo-Abril 1986. pp
274-283.
[12] “Seismic Design of Concrete Structures. The Present Needs of Societies”. T.
Paulay. Paper No. 2001. 11WCEE. Acapulco, México. Julio 1996.
[13] Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.

[14] Reglamento INPRES-CIRSOC 103. Parte II. 2005.

[15] Reglamento CIRSOC 101 y Anexos. Tomos 1 y 2. 2005.

[16] Tablas para el diseño de elementos estructurales de hormigón. INTI-CIRSOC-


Noviembre 2002.

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