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Política Analítica

Por: Juan Fernando Perdomo*


NUEVO RÉGIMEN FISCAL DE PEMEX: EL INICIO
DE LA REFORMA ENERGÉTICA
En estos momentos la Cámara de Diputados está concluyendo su periodo ordinario de sesiones -el tercero
de esta Legislatura- para continuar con los trabajos de comisiones que es, sin duda, la actividad más
importante del legislativo. Es ahí en donde los diputados se reúnen por especialidades: Salud, Educación,
Energía, Agricultura, Desarrollo Social, Seguridad, Comunicaciones, Transportes, Trabajo, Hacienda,… y,
de manera plural todos los partidos, analizan y debaten las reformas que se presentarán, una vez aprobadas
en comisiones, en el Pleno.

Así, por gran mayoría o unanimidad, se han aprobado: La Ley de desarrollo social (primera en la historia
de México), La ley de participación de las organizaciones de la sociedad civil (también primera), la ley de
Cámaras Empresariales, la ley del genoma humano, la ley de sanidad animal, la ley de seguridad nacional,
la participación de los discapacitados en los programas sociales de Sedesol, etc… a pesar de que muchos
han dicho que “no ha habido acuerdos”.

De algo similar di cuenta en mi editorial de OTRAS VERSIONES, la otra “cara de la moneda” y de cómo,
a pesar de que la subsecretaría de ingresos de Hacienda avaló el precio de 27 dólares al barril de petróleo, el
señor Presidente aprovechó la oportunidad para, en horario estelar, desacreditar al Congreso -y, en
particular a los diputados- por la irresponsabilidad de “regresar a los tiempos de López Portillo en los que
el precio del hidrocarburo serviría para administrar la abundancia”.

Hay que recordar que el senado votó por unanimidad ese precio de referencia, incluyendo a todos los
legisladores del PAN en la cámara alta, que ahora están confundidos con “su” Presidente pues, a través de
Hacienda, les dio la señal de que estaba bien.

-Estamos en medio de dos gigantes en lucha -me decía un amigo en una conferencia que di la semana
pasada sobre los “retos políticos y económicos de México”- y nosotros no sabemos para donde hacernos.

-No te preocupes -le dije- son las “cúpulas” del gobierno y de los partidos políticos que ya están en lucha
por el 2006. ¡No es otra cosa!

-¿Pero que va a pasar?, me inquirió.

-¡Nada malo, ya verás!, le insistí. Te recuerdo que el Presidente se quejó el 2003 por el presupuesto
aprobado diciendo que por ello no íbamos a crecer, siendo que este año es el de mayor crecimiento
económico de su administración…Y le mostraba gráficas del precio del petróleo desde el 2003 a la fecha
que muestran valores muy por encima de los presupuestados por el ejecutivo; las predicciones de los
expertos en el sentido de que el precio seguirá a la alza, algo que la OPEP también decidió en su reunión
dejando de producir ¡un millón de barriles diarios!; las críticas de los analistas al gobierno, a PEMEX, por
reducir tres dólares al barril de crudo de exportación y generar una mayor caída al crudo; y la confirmación
de Hacienda federal, a través del doctor Werner y del senador panista Fauzi Handam que indicaban que el
precio de 27 dólares estaba bien sustentado.

Y a pesar de todo esto, el “golpe” del señor Presidente ya causó efectos pues los diputados cayeron en su
popularidad y, sin embargo, la del mandatario subió ¡tres décimas en sólo un día! Ya le hacía falta.

Pero hablemos de otras cosas:

No cabe duda que nuestro país enfrenta grandes retos en materia de asuntos económicos por lo que no
podemos perder de vista que la reforma al régimen fiscal de Petróleos Mexicanos es un paliativo a la
problemática derivada por la petrolización de las finanzas y, sin duda, no debemos dejar de pugnar por el
diseño de un sistema impositivo que permita vencer, con éxito, los grandes rezagos de una población que se
ha multiplicado seis veces desde 1929 y que demanda día con día alimento, vivienda, educación, fuentes de
empleo, obra pública y servicios.

Desde esta perspectiva, Petróleos Mexicanos representa uno de los instrumentos de mayor importancia para
financiar las políticas públicas que alientan el desarrollo económico y social de México.

La sobrecarga fiscal que soporta PEMEX -60.8% de impuestos a sus INGRESOS- requiere de
adecuaciones que acerquen a nuestra empresa a los estándares de eficiencia y calidad semejantes a los de
las empresas petroleras internacionales, sean privadas o estatales.

Históricamente, Petróleos Mexicanos ha tenido una responsabilidad social indeclinable. Una función social
que ejerce mediante la aportación de recursos como resultado de sus contribuciones al Gobierno Federal;
esquema que, por desmedido, afecta su rentabilidad y pone en riesgo su viabilidad financiera como empresa
y que por tanto, es necesario modificar.

La intención de esta reforma al régimen fiscal de PEMEX es:


• Permitir el avance de estrategias adecuadas para garantizar el desarrollo sustentable de
los recursos no renovables de nuestro país;
• Obtener incentivos para invertir en la exploración y explotación de nuevos yacimientos
de hidrocarburos;
• Incrementar las reservas;
• Asegurar el abasto de insumos a precios competitivos;
• Lograr abatir las importaciones de gas natural, dado que es fundamental para el
desarrollo económico del país, al ser uno de los insumos básicos de la industria
nacional, así como para la generación de la electricidad;
• Mantener los niveles de recaudación que en la actualidad sostienen en buena medida
los ingresos públicos derivados de la renta petrolera y,
• Un esquema que le permita mejorar sus condiciones de operación y rentabilidad sin
descuidar la función social que soporta como empresa estatal.

Esto hace que la reforma al régimen fiscal sea una de las “piezas clave” de la Reforma Energética. El inicio
de la misma, podríamos decir.

La Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, con representación de todos los partidos políticos, ha
jugado un papel fundamental al consolidarse como un punto de convergencia en el análisis y proposición de
soluciones viables para garantizar el futuro de Petróleos Mexicanos; Sin embargo, como ya lo he señalado,
el cambio de régimen fiscal es sólo un paso.

Aún quedan pendientes de resolver: la autonomía de gestión, el rediseño de la política petrolera


fortaleciendo el sistema de refinerías, analizar la participación de empresas privadas y esquemas de
asociación en el sector energético.

Sin duda alguna, esta iniciativa de reforma al capítulo de Hidrocarburos de la Ley Federal de Derechos
pretende enfrentar realidades insoslayables como la declinación del yacimiento de Cantarell, la
incorporación de reservas, estimular la inversión en tecnología que permita la explotación en aguas
profundas y liberar gradualmente a Petróleos Mexicanos del régimen confiscatorio, que aunque está sujeto
a intensas críticas constituye un instrumento indispensable para el gasto público que a su vez, satisface
otras necesidades de orden social.

Esta reforma fue votada por UNANIMIDAD, por todos los partidos, en el pleno de la Cámara de Diputados
y pasó al Senado a revisión.

Mientras la revisan en la colegisladora, al interior de la Comisión de Energía se trabajó en el análisis del


Proyecto de Presupuesto de Egresos para el 2005 presentado por el Ejecutivo Federal que registraba un
presupuesto programable inferior en 16.2% al otorgado para la paraestatal en el 2004, lo cual, tendría
severas implicaciones en áreas como exploración y producción, recursos insuficientes para el
mantenimiento de refinerías, para el proyecto de reconfiguración de la refinería de Minatitlán o para
mejorar la calidad de los combustibles.

Por el momento, en el Senado, como cámara revisora, han frenado la definición de este importante inicio de
la REFORMA ENERGÉTICA. El presidente de la comisión de Hacienda y el de Energía del Senado han
ofrecido votarla esta semana y esperamos que sea aprobada, aunque sea con la condición de que se logre
votar a favor de la autonomía de gestión de PEMEX.

No cabe duda que esto mandaría señales positivas a los mexicanos. Que sientan que sus legisladores
sabemos anteponer los intereses de México a los de los partidos, como lo hemos hecho con las otras leyes
aprobadas y que sea el inicio del fin de la “caja chica” del gobierno central para transformar a PEMEX en
una sólida empresa, detonadora del desarrollo económico de México. Esto, es apenas el comienzo.

*Juan Fernando Perdomo es egresado del Tec de Monterrey.


Servidor Público, Empresario y Político ( jperdomo@infosel.net.mx )

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