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Eje: Escritura.

Contenido: Escritura asidua de diversos textos.


Objetivo: que el alumno y la alumna escriban textos significativos reflexionando sobre las palabras y las
formas de combinarlas.
La palabra juega
Presentar a la clase el siguiente texto y proceder a comentar sobre que pueden arriesgar a modo de anticipación sobre el
argumento de acuerdo al título siguiente:
Sí que puedo
Realizar las anotaciones pertinentes sobre las anticipaciones en la pizarra con la ayuda de colaboradores.
Proceder a la lectura del texto
Sí que puedo
Nunca jamás podrás
morderte una oreja,
ni cantar por el ojo,
ni mirar por la nariz.
Nunca podrás secarte
el pelo dentro del agua,
ni peinarte el flequillo
con una empanada.
Nunca podrás sacarle
jugo a un ladrillo,
ni reírte por el ombligo,
ni escapar de tu sombra.
Nunca apagarás un
incendio
con tus pestañas,
ni podrás cabalgar montado
sobre una cucaracha.
Nunca podrás hacerle upa a un elefante africano
y jamás de los jamases verás a un loro con minifalda
esperando un taxi en la esquina de tu casa.
Mirta G. Fernández, en: Aguante el imaginario, Buenos Aires, Novelibro, 2002

La pregunta disparadora: “¿qué les llama la atención de este texto?”


Puede generar múltiples respuestas. Puede ser interesante llevar a los chicos a la reflexión acerca de lo que les
inspiraron las palabras “siempre” y “nunca” o preguntarles por qué no se puede apagar el incendio con las pestañas,
ni cabalgar en cucaracha, ni hacerle upa a un elefante.
También se puede conversar acerca de la relación que hay entre el título y el poema.
Volver a leer las anticipaciones que se habían vertido para cotejar si alguna de ellas fue la acertada.
Luego, se propone una consigna oral sobre los “nunca” que circularon en el aula.
Seguidamente se irá haciendo las anotaciones en la pizarra de los nunca que mencionan.
Finalmente cada uno hace una selección de los que se mencionaron y los escribe en los cuadernos.

Correo escolar: el amigo invisible (tiempo estimado de duración: una semana)

Una actividad para escribir cartas en el aula es jugar al amigo invisible.


Los alumnos discutirán y acordarán algunas pautas mínimas en torno de su desarrollo, por ejemplo, las que siguen:
• Cuántas cartas serán enviadas y qué días. Acordar esto permite que cada chico tenga el tiempo necesario para
preparar su texto y consultar al docente si lo necesita. Por otra parte, es una manera de evitar que alguien se quede sin
carta el día fijado (además de la frustración natural, el juego corre peligro de desbaratarse).
• Se pueden definir previamente temas para cada una de las cartas. Por ejemplo: que la primera incluya una
presentación del que escribe a través de pistas (se puede permitir y acordar que alguna de ellas, incluso, sea falsa, para
desorientar al destinatario); que en la segunda el remitente describa su hobbie y su juego preferido, o dé cuenta de la
película que más le gustó; en la tercera, incluir la descripción de algún rasgo físico (uno o dos), etcétera.
• Decidir si llevará una firma obligatoria y común para todos (TAI: “Tu amigo invisible”) o si cada uno inventa la suya
a través de un seudónimo extraño (“La Pescadora de Colores”, “El Desinflador de Globos”, “La Número 3”, etc.).
Las variantes que pueden introducirse al juego son múltiples (pistas que rimen, incluir una canción, un dibujo, etc.). En
cualquier caso, se trata de una actividad que los chicos disfrutan, al tiempo que se inician en la escritura de cartas.
Luego de develado el enigma sobre el remitente, los chicos explicarán cómo lograron averiguarlo, qué pistas les
sirvieron o cuáles los desorientaron, qué les gustó haber recibido, qué carta les pareció linda, etc. Haciendo esto,
explican cómo leyeron esos textos, qué datos les resultaron útiles, cuáles los desafiaron.
Esta escena de cierre significa toda una actividad de lectura, ya que en ella los chicos necesitan dar cuenta de los
indicios que les permitieron (o no) construir hipótesis.
En los cuadernos se pegarán algunas cartas y al finalizar se comentará que cartas resultaron más llamativas y el
porqué.

Contenido: Reflexión sobre la lengua (sistema, norma, uso) y los textos.


Objetivo: la ampliación del vocabulario, a través de múltiples actividades que hagan foco en las palabras y en sus
relaciones.
Actividades: Dialogar con respecto a los animales que conocen y los elementos que son propios, de limpieza, comida,
correas para paseo, etc.
Registrar en la pizarra el nombre de un animal y establecer relaciones que se puedan desencadenar.
Proponer actividades a través de los siguientes juegos:
Constelaciones. Se trata de “lanzar” una palabra para que los chicos digan todas aquellas que crean que “tienen que
ver” con esa.
Sin repetir y sin soplar”, cada chico diga una palabra.
Que los niños pasen al pizarrón a escribir las palabras que se les ocurran, para luego destinar un momento a releerlas y
a pensar juntos por qué las pusieron (consultando primero en cada caso al que la escribió).
También puede realizarse en grupos.
Cada chico escribe una palabra en un papelito.
Las palabras se guardan en una bolsa.
Se forman grupos y cada grupo toma al azar una palabra de la bolsa.
La tarea consiste en escribir grupalmente todas las palabras asociadas a la que sacaron de la bolsa.
Después, por supuesto, habrá que leer la resolución y explicar por qué asociaron esa palabra con las demás.
Se solicitará que los niños traten de elegir una palabra y escribir otras que tengan relación con esta, quedando asentado
como deber del día.

Conversar sobre las palabras


Preparar una constelación alrededor de una palabra, con otras que se asocien con ella
de distintas maneras.
Copiar la palabra central de la constelación y, a su alrededor, las otras.
La tarea consiste en encerrar con distintos colores las palabras asociadas, de acuerdo con el tipo de relación que tengan
con la palabra central: por ejemplo, las que “nombran partes”, las que “suenan parecido”, las que “significan lo
contrario”, las que “tienen que ver con lugares”, las que “significan lo mismo”, etc.

Connotaciones.
Si bien en todas las propuestas anteriores se trabajan las distintas relaciones de sentido, las siguientes ideas apuntan
con exclusividad a la connotación. Se trata de completar las oraciones y pensar asociaciones entre palabras.
Presentar los siguientes ejemplos:
Digo “sol” y la palabra brilla.
Digo “fuego” y la palabra quema.
Digo “agua” y la palabra...
Digo “gato” y la palabra...
Digo “escalera” y la palabra...

Las familias de palabras en la lectura


Después de la lectura de algún texto, proponer a los chicos detenerse a reflexionar juntos sobre alguna palabra que
resulte interesante para ser analizada en términos de familias de palabras, sobre todo, cuando la palabra en cuestión
presente algún problema para la comprensión.
introducir el concepto “familia de palabras”.
Se trata de explicitar que una familia de palabras es un conjunto de palabras que presentan una misma raíz (o, en
términos más comprensibles para los chicos, tienen algo que permanece igual de una a otra).Por ejemplo: cabeza,
cabezal, descabezado, cabezón, cabecear, etcétera.
Solicitar otros ejemplos y realizar abundante ejercitación con palabras de gran significación para el grupo e
institucionalizar a través de la escritura en papel afiche para su consulta.

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