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LA GLOBALIZACIÓN DE LA CULTURA
"Es la hora de globalizar la cultura" asegura García Canclini que sugiere pasar página en la
discusión sobre las relaciones entre las naciones. La visibilidad y el respeto a las culturas
nacionales serían el contrapunto a la globalización económica.
Escritor, profesor e investigador, es un experto en globalización. Para él, resumir la
globalización al dominio americano sobre la cultura es una forma de homogeneizar el
pensamiento.
Canclini considera que hay que pasar la página de este discusión y valorar e incentivar la
llamada globalización cultural. Un proceso que, al contrario de lo que ocurre en el modelo
económico-financiero, reforzaría el papel de las dinámicas regionales y locales. "Las culturas
nacionales persisten" afirmó Canclini en su conferencia durante la 4ª Cúpula de Mídia.
"Necesitamos darles visibilidad". ¿Cual es el papel de la escuela en todo ello. Canclini
considera que la juventud de hoy en día no se interesan por la historia y se mantienen
indiferentes ante quien habla de futuro. Por otro lado, los gobierno no escuchan a los jóvenes.
El resultado es una pérdida del sentido social y de identidad. "La educación formal necesita la
televisión y los ordenadores para vincularse con la vida cotidiana de los estudiantes"
argumenta Canclini "Pero desde el control remoto y desde el ratón hay que organizar la
diversidad cultural donde se desarrollen opciones de vida inteligente". Esta función siempre
será del profesorado.
Canclini comentó que en Francia se incorporó el cine desde el año 2000 en el currículum de la
Enseñanza fundamental. "El arugumento principal es que el cine constituye un recurso
equivalente a las artes plásticas y a la literatura para el desarrollo cultural de un país." El
investigador planteó este ejemplo para criticar la tendencia de muchos profesores que ven los
media como enemigos de la escuela. En vez de rechazarlos, considera, hay que ofrecer un
conocimiento histórico y estético más amplio. Ello requiere que en las escuelas de igual modo
que tienen libros y discos.
***El problema que enfrentan las sociedades contemporáneas, señala el autor, es más de
“explosión y dispersión de las referencias culturales, que de homogeneización”. Ante este
complejo panorama de proliferaciones, el filósofo y antropólogo argentino elude dos de los
vicios del pensamiento posmoderno: la exaltación indiscriminada de la fragmentación y el
nomadismo; prefiere apuntalar nuevos horizontes teóricos desde una perspectiva
transdisciplinaria e intercultural. Lo experimenta y lo pone a prueba al analizar las culturas
juveniles, las sociedades del conocimiento y el cine latinoamericano.-
***Una buena parte de las culturas juveniles en la actualidad se mueve entre estos sentidos
oscilantes, entre conexión y desconexión. Pero hay que ver también qué pasa con los
desconectados estructurales
***–¿Cambiaron las formas de intervención juvenil en la esfera pública durante los ’90?
–Una socióloga mexicana, Rossana Reguillo, estudió la Encuesta Nacional de Juventud que se
hizo en México hace 4 años y observó que los jóvenes adhieren más a causas que a
organizaciones. Pareciera una característica internacional sospechar de los partidos, de las
burocracias y estar dispuestos, por lo menos un sector, a adherir a causas ecológicas,
indígenas o movimientos urbanos, pero son causas que interesan como gesto o presencia,
aunque sean transitorias. Cuando se burocratizan, cuando adquieren formas más
institucionales, se vuelven desconfiables.
***–¿En qué momento América latina tomó conciencia de la importancia de sus producciones
locales?
–A partir de mediados de los años 90 comienza a desvanecerse la hegemonía excluyente del
pensamiento único y nos damos cuenta de que el neoliberalismo no es la solución, que la
apertura irrestricta del mercado de bienes materiales y simbólicos no es la forma en que los
países se desarrollan, que las asimetrías y desigualdades se acentúan. Entonces, comienza a
pensarse en la necesidad de proteger la producción endógena, en crear espacios locales y
nacionales. En México, la Argentina y Brasil existen discrepancias entre el Ministerio de
Economía, que sigue propiciando la apertura indiscriminada para todos los bienes, y los
sectores culturales y educativos que defienden una diferenciación de los bienes culturales, la
mal llamada “excepción cultural”, que en realidad debe ser vista como una defensa de la
diversidad.
Transnacionalización: etapa iniciada en la 1° etapa del siglo XX, cuando gran parte de
la econom´´ía comenzó a depender de de empresas multinacionales, cada una con
actividades productivas y comerciales en varios países
Imaginarios urbanos.
Culturas híbridas.
Modernidad Líquida.
OTRO TERRITORIO
Puesto que la noción de espacio y tiempo han cambiado en forma sustancial, el concepto de
Estado-Nación requiere de un análisis que comporte procesos más complejos que los
conocidos hasta ahora. Ortiz se refiere en consecuencia a las identidades trasnacionales,
identidades regidas por las industrias culturales y los conglomerados mediáticos
transnacionales, en realidad creadores de un imaginario mundializador.
Al denunciar una velada inadecuación de los conceptos en relación con lo global se hace un
llamado de atención acerca de la necesidad de comprender rasgos relevantes de la sociedad
contemporánea. El texto nos ofrece, además, un estudio sistemático de la cultura y la identidad
cultural en el contexto universal, en particular dentro de América Latina, como paradigma de
una posmodernidad plural y sincrética.
Las relaciones entre cultura y globalización son por tanto el eje central de este libro, sin duda
una de las más completas y novedosas obras al respecto, dejando más que clara la necesidad
de revaluar el discurso de las ciencias sociales en una sociedad posindustrial enmarcada
dentro de una inédita posmodernidad y un poco sano neoliberalismo.
En resumen el libro de Ortiz consigue desarmar las nociones del sentido común, a la vez que
reconstruye las categorías de la tradición sociológica, un interesante abordaje acerca de la
sociedad actual a través de algunos temas claves como espacio, identidad, medios de
comunicación y consumo.