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AÑO III NÚMERO XXIX EDICIÓN DE OCTUBRE DEL 2010

REVISTA CINOSARGO 1

Editado en Arica- Chile 2010


Diseño: Daniel Rojas Pachas y Milvia Alata
Cinosargo
Contacto: carrollera@gmail.com
Web: www.cinosargo.cl.kz

Editorial Cinosargo by Daniel Rojas Pachas & Milvia Alata


Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras
derivadas 2.0 Chile
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Director:
Daniel Rojas Pachas
Editores.
Milvia Alata y Daniel Rojas.
Coordinadores.
• Daniel Rojas P.
• Wilfredo Carrizales
• Milvia Alata Tejedo
• Violeta Fernández
• Eduardo Ignacio

Colaboradores externos:
• Grupo MAL.

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EDITORIAL.
Estrenamos el número XXIX de Revista Cinosargo (edición de octubre) con una
noticia que nos llena de orgullo como grupo editorial y equipo de gestión cultural
dentro del norte y en específico en la XV región (frontera de Chile con Perú y
Bolivia).
Durante el transcurso de este mes hemos dado comienzo a "La Guillotina", librería y
centro cultural que viene a llenar un importante vacío y que busca cumplir un rol
fundamental dentro de la ciudad pues por primera vez se realizarán
simultáneamente numerosos talleres de poesía, ensayo, narrativa y comic.
Estos serán impartidos por artistas y académicos de reconocida experiencia a
jóvenes de la ciudad de forma gratuita. Asimismo los libros de nuestra editorial y de
gran cantidad de autores de la región y grupos editoriales independientes del
llamado corredor Sur, como también publicaciones amigas de centroamérica, por
ejemplo la revista "DesHonoris Causa" de nuestro colaborador Omar Elvir por
nombrar alguna, se darán cita en este espacio dedicado al arte.
En esa medida podemos asegurar que la gestación del proyecto se ha realizado del
mismo modo y con el mismo empuje, compromiso y pasión por la lectura y escritura
que en nuestro sitio y revista digital.
Esto para nada significa el fin de Cinosargo como lo conocemos, por el contrario es
una ampliación de este proyecto multimedia que ahora tiene un lugar fijo, un hogar
en el cual podrá seguir madurando, dando mordiscos al arte y contribuyendo al
incesante diálogo.

...Cinosargo tiene la palabra.


Daniel Rojas Pachas
Director de Revista Cinosargo
27/10/10
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Del libro Cazador de Instantes.


Por Christian González Díaz

La libertad está llena de instantes, en esos instantes, algunos hombres calculan la mirada de su
conciencia, apuntan sobre el objetivo y disparan su tridente, para cazar. No existen entonces
murallas que impidan abrir el infinito de los horizontes y no existen escusas para observar desde lo
lejos, hay que estar ahí presentes.

La textura del libro Cazador de Instantes de José María Memet, de las Editoriales Continental y
ChilePoesía, desde su portada hasta la imagen brillante que acuña su mirada, es una invitación al
uso permanente de la conciencia, un mar de aclaratorias respecto de lo importante y lo esencial,
una suma fastuosa de instantes que hicieron que los sueños, en el Chile del Bicentenario,
siguieran existiendo. Las palabras de José María son memoria permanente del universo, son
poesía escrita desde la noble función del escritor como testimonio de su tiempo. Como escribiera el
escritor francés Antoine Houdar de la Motte (1672-1731) “Mediante la lectura nos hacemos
contemporáneos de todos los hombres y ciudadanos de todos los países”. Eso es lo que sucede
cuando comenzamos las primeras hojas de este libro, nos volvemos habitantes universales,
gracias a la energía de las letras de éste Cazador de Instantes, que desde Chile da homenaje a los
luchadores de todos los tiempos, aquellos imprescindibles de la libertad, compañeros de viaje,
amigos entrañables del autor.

“Como si el sueño fuera escrito en estrofas regulares, cada nocturno despertar significa el
reacomodarse del cuerpo a su idea fija: que el enemigo monta guardia en él”, considera éste
cazador las palabras de Enrique Lihn, los Himnos, las marchas, el arte mayor, para dar inicio al
tránsito del lector, su letra aguda señala las direcciones de la humanidad, en La Gran Marcha con
lucidez señala: Nunca se es más libre que en un sueño. Los sueños no tienen moral, ni ética, son
sueños y las estrellas son hermosas. No son cálculos matemáticos, ni de conveniencia histórica los
que el autor utiliza para enviar su mensaje, los argumentos son de una belleza austera, que siente
la embestida de los accidentes, de la muerte y de la soledad que envuelve a la lucha en algunos
instantes: la poesía es un arte mayor para volvernos solitarios. Un arte milenario para miles de
años posteriores. Hasta el respirar y el paso del oxígeno está grabado en la nada.
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Repetir es nefasto si se trata del poder. Pensar, sigue siendo el camino. La poesía, la felicidad. Así, y
bajo ésta lógica, el poeta participa de la realidad junto a sus pares, con los soñadores comparte sus
sueños, con los guerreros espera la noche o el alba. A los enemigos les habla de frente y a los amigos
también. Como Don Pablo Neruda escribía: “En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin
los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para
siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta”. José María nos regala: Ser niño toda la vida
implica dejar crecer las alas en la espalda y no matar al que sonríe, menos envidiar a quién conoce el
fondo marino de la mente.

De Nicanor Parra nos presenta un instante, de esos cazados en el pulso del ADN del decir. Bitácora de
éste cazador de instantes, en su largo viaje por los sitios primordiales del universo, en las batallas de
las letras que vuelan y la sangre que se derrama en la tierra. Es su conciencia la que habla, la que le
dicta los versos y deposita la tinta que conoce bien sobre los instantes de la vida y de la muerte.

Los deseos de libertad y de conciencia, como alma de este libro, recorren sus páginas entregándonos
la carga de letras honestas frente al paso de la historia.

Sus recuerdos vencen la muerte y hacen presente en el escenario a sus amigos. Siempre hay luz
cuando un amigo regresa. Así justifican los versos la necesidad del poeta de continuar soñando, es la
vida de José María Memet un constante cuestionamiento a las atrocidades de nuestros tiempos, una
voz instigadora de acciones, de pensamientos y de esperanzas. Una praxis que completa las
respuestas de los amantes en el universo. La transparencia es la materia del amor. Se reflejan en los
fragmentos y la vida que está en ellos.

Es el paisaje de la vida que muestran sus letras una buena manera de sonreír, pues es habido
conocedor de que la manera de educarnos está en el conocimiento de que las sonrisas despiertan los
ojos en la oscuridad. Abriendo el cielo para habitarlo después del gran día, después de la gran noche.
…Vivir como un ganso silvestre, volando, migrando cada año. Llegando a casa y yéndose de casa.
Eso es la vida, volar hasta caer sobre el cielo.

De hermano a hermano, zigzaguea entre anécdotas, sueños y verdades, instala un discurso testaferro
ante el sistema perverso para que puedan leerlo en los callejones de la población, ahí junto al pueblo
que es quien primero se suma a la lucha. Aparecen los lugares y se manifiesta la experiencia respecto
del orden que busca la justicia. El olvido no asiste a este encuentro, pues son los accidentes de la
indolencia humana los que nos dicen que los caminos se acaban y que la muerte nos espera.

El merecimiento no supone la entrega de los resultados que buscamos, es la insistencia la que


finalmente transforma la realidad y la adecua a nuestros requerimientos. Es por ello que, el recuerdo
de los asesinos, la constatación de la negligencia política y la importancia del amor y los amigos,
navegan en esta cacería conducida por José María Memet, un permanente cazador en el universo de
los instantes, que nos libera de la esclavitud.
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La escuela es una cárcel, tu vida es una cárcel, el hospital es una cárcel, la política fabrica los
barrotes. Sabe este poeta contemporáneo de la guerra permanente, que la poesía gana espacios
como el paisaje al vacio, como la vida a la soledad, como las aves ganan al espacio los caminos.

Numerosas son las referencias de este libro. La menos inteligente, la menos informada y la burda, la
realizó para la Revista de Libros del Mercurio, Ignacio Rodríguez. Nada nuevo para un obtuso
residente de la mediocridad periodística. Afortunadamente sus pares escritores han opinado también
de éste libro, mención especial merece la epístola del Poeta Mapuche Elicura Chihauilaf al Mercurio,
que brota de la amistad y las letras, esas originales, ancestrales y perennes. Los lectores de este
libro tendrán la posibilidad de cazar junto a Memet los instantes y sentir de ellos lo esencial y lo
necesario.

Luego de la lectura estaremos alentados a dar juicio a la historia que no se pierde en la nada, esa
que se recuerda, esa que no se perderá en un asado cualquiera y que permanecerá intacta, pues
contiene la fuerza del libro que es testigo y guerrero, de los tiempos.

* Christian González Díaz. Poeta, Narrador y activista. Nace en Santiago de Chile, en 1974.
Especialista en plataformas para el desarrollo de iniciativas Sociales, económicas y Vitales. Su
Literatura da testimonio de su trabajo político y la búsqueda de transformaciones sociales que
generen armonía para todos. Ha publicado desde 1997, Textos de formación y liderazgo, poesía y
referencia critica. Sus textos han sido traducidos al alemán y al francés. Actualmente trabaja en
“Maleta Uno” recopilación de parte de su obra y señala su relación con el Chile Cultural
Contemporáneo.
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Shhh de MAURO GATICA: REHACER LA POESIA VISUAL


por Eduardo Eduardo Jeraldo Farías Alderete

La poesía visual siempre necesitará de una introducción antes de cualquier critica o análisis de alguno
de sus cultores. Es un arte más antiguo del que parece y no se origina con las vanguardias del siglo
XX como podría creerse, por los lazos y similitudes que se tiene con la poesía concreta, el arte
correísmo y el collage, pero data de antes de Cristo.

La poesía Visual podríamos definirla como una poesía para ser vista y comprendida por cada uno en
su propia interpretación, gráfica e intelectivamente.

En Chile desde Huidobro, Juan Luis Martínez, Eugenio Dittborn, Guillermo Deisler, entre otros han
incursionado en esta interesante rama de la poesía.

En Shhh de Mauro Gatica o Gathi-k se muestran esas raíces clásicas de la poesía visual contenidas
en maestros de la talla de Deisler, pero incluyendo una frescura contemporánea en que los
componentes Icónicos y verbales germinan en conclusiones diversas en los “lectores” de esta obra,
me explico, el uso de los espacios y el uso figurativo de las letras nos entregan planos y sentidos
diversos, en que, encontramos el del autor al cual contraponemos el nuestro o hallamos una segunda
lectura.

A saber:
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Gatica se atreve a incluir en la placa del poema visual el título, a modo de una inducción en nuestro
modo de ver este cuadro , el espacio y la línea quebrada da la impresión de un abismo y como
elementos del colectivo van provocando un debacle general paso a paso , el punto de la i y de la j
están fuera de lugar demostrando el uso de la fuerza que no se denota a primera vista pero al ver la
posición de la g encontramos el indicio de esta.

La personalidad de la masa fuerza a los individuos a seguir una corriente de pensamiento y acción, a
veces nocivas y trágicas.

Dentro de este libro encontramos la ironía gráfica en que se exige un nivel de inteligencia al “lector “
de la misma, el aprovechar la estructura de la letra misma se encuentra a través de las placas de
este libro, enriqueciendo el sentido de la composición. La utilización de esas estructuras en un
número y forma determinados crea ciertos “retratos” de la realidad, embarcándonos en la fantasía
figurativa, basada primordialmente en la disposición del espacio y el arte de la síntesis.

Este es el ejemplo de lo expuesto en el párrafo anterior. Además de crear un bosque de letras,


nótese el título un juego de términos en la palabra misma bosquejo – bosque-bosquejo.

En hilera encontramos el juego de sentido al ser la hilera una fila de haches , ausente una de ellas
en la palabra que la porta.

Shhh es un libro de poesía visual que tiene alrededor de 80 placas, que vienen a refrescar el ámbito
de este arte que algunos consideran parte del diseño gráfico, lo cierto es que siempre formará parte
de la poesía al ser un punto de inflexión entre lo icónico y lo poético, así como las letras son parte de
la matemática en varias de sus ramas , es natural que las mismas sean parte de la esencia visual de
lo pictórico, recordemos que el linde entre el collage como poesía visual, es tenue con respecto al
arte pictórico.

Excelente iniciativa de Mauro Gatica de editar este revivir de la Poesía visual.

Fuente: http://gatopistola.blogspot.com/
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BIENVENIDOS A CINOSARGO MULTIMEDIA, ESTE ESPACIO ESTÁ DESTINADO A
COMPLEMENTAR, LA LABOR QUE REALIZAMOS CON LA REVISTA Y DE UNA FORMA
MÁS EXPEDITA, DAR CUENTA Y MUESTRA A NUESTRO PÚBLICO DE LOS DISTINTOS
ARCHIVOS EN MÚLTIPLES FORMATOS Y SITIOS DE ALOJAMIENTO COMO YOU TUBE,
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COMO PROYECTO LITERARIO VINCULADO A LOS MEDIOS DIGITALES Y SU ENORME
P O S IB IL ID A D D E P R O Y E C C IÓ N .

CINOSARGO TIENE LA PALABRA... EL SONIDO Y LA IMAGEN...


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La buena vejez
por Rolo Martinez

Hace una semana, Cristian me pidió que lo ayudase a instalar una repisa para su casa, por cierto,
recién comprada. Luego del trabajo, acomodamos varias cajas con loza y otras chucherías y entre los
objetos y libros que comenzamos a ordenar, me llamó la atención un ejemplar antiguo de País de
sombras largas de Hans Ruesch que guardaba, un tanto desprolijo, al fondo de la caja. Ruesch es
autor de uno de los libros que –pensando en mi propia experiencia- se deben leer en la juventud. Si
bien su narrativa corresponde a un modelo menor de Best Seller, me parece tan importante como la
lectura de Cien años de soledad, El amante bilingüe, o uno de mis libros favoritos, Las Ninfas.

Acto seguido, acomodamos la interminable –e incompleta- colección de la Revista Ercilla, y algunos


tomos de Larousse. Destapamos una cerveza bien fría, y comentamos, ligeramente, la relativa
elegancia de su repisa. Hablamos del color, de la madera y de una jubilosa máscara Guatemalteca
que dispuso sobre la terraza superior. Luego de Ruesch, fui hacia un libro amarillento y
proporcionalmente más grande que los delgados tomos de Espasa Calpe, y al indagar en sus
páginas, descubrí Pasé por México un día de Manuel Rojas. Relato bien distante de los frecuentes
escenarios porteños, donde es posible encontrar a un autor que describe con precisión, y bastante
lejos de la impostura, un territorio, una cultura, y, en algunos tramos, hasta la prehistoria del país del
águila. Sin ser una novela, se lee como una novela, y sin ser un diario de viajes, es capaz de pasar,
muchas veces, de un asunto a otro.

Hice pues algunos comentarios relativos a estos libros, y percibí, raudamente, que Cristian como
Ximena -su madre- desconocían. No he leído todo lo que se ha escrito, sin embargo me seguí
topando con obras familiares a los años de liceo y de universidad. A mí ya decidido intento por
recuperar dichos textos, sumé Eloy de Carlos Droguett y una moderna edición de Otra vuelta de
tuerca de Henry James. Me sentí a ratos, como Peré Gimferrer o Borges, aunque, considerando el
poco interés lector de mi anfitrión, bien podría estar cercano a representar un avezado conocedor de
libros.

Me preguntaba, mientras en casa comenzaba a releer a James, cuáles otros textos esperarían la
casualidad de ser descubiertos, o qué situaciones se sucedieron, para que Ruesch, Rojas, Droguett y
James volvieran a estar, olorosos, en mis lecturas personales.
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No sentí, por cierto, esa voracidad juvenil que a ratos sopesaba, sin embargo, hacía memoria de
algunos párrafos de la obra de Umbral sobre lo perenne de las lecturas adolescentes. <… sólo muchos
años más tarde he vuelto a saber que, efectivamente… lo que uno lee después de la adolescencia es
ya siempre repetición de lo leído (se lee siempre el mismo libro, como se escribe el mismo libro; el que
uno quiere leer y escribir, nuestro libro) y porque no hay manera de que un libro leído más tarde puede
poseernos como nos poseyó aquél, como nos poseyeron aquéllos”>. Eliminar el “rótulo decorativo” de
aquellos libros –los condenados a la repisa de Cristian- despertó un interés por otras lecturas, que si
bien no volví a frecuentar con vehemencia, recordaba –o citaba- constantemente. Ahí estaban en mi
propia repisa, El coronel no tiene quien le escriba, de García Márquez, Los paraísos artificiales de
Baudelaire, Diario de un cazador, de Miguel Delibes, Pan, de Hamsun y algunos otros, para solventar
quizás, mi más cercano solipsismo. La sordina que precedió a estos libros, habló en la voz de Cristian y
su ya, instalada, repisa de Pino Oregón.

Mientras algunas obras permanezcan a la espera de otras casualidades, o mientras los textos posean
una “buena vejez”, podrán naufragar seguros en cajas plataneras, bolsas de embalaje y repisas
desprovistas del cuidado y atención que se merecen, porque lo importante es, en algún momento, el
llamado a su encuentro con el lector-adolescente, el lector-nostálgico, el lector-arqueólogo, o
simplemente, el lector-lector.

Más del autor en: http://cuatroviajes.blogspot.com


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Presentamos el prólogo de Necrospectiva Vol.1: La nueva publicación impresa de


Cinosargo.

por Daniel Rojas Pachas

Ediciones Cinosargo se complace en anunciar el lanzamiento de "Necrospectiva Vol.1" de Pablo


Espinoza Bardi a realizarse este 14 de octubre como primicia en la Segunda muestra del libro
Ariqueño.

La colección de cuentos pasará a añadir un segundo título a nuestra serie narrativa y es el sexto
libro impreso de Cinosargo Ediciones.

Los dejamos como avance con el prólogo del libro.

Voces previas a la lectura.

"Toda comunicación participa del suicidio y del crimen”


(Georges Bataille)

Si pensar en narrativa dentro del Norte Grande nos sitúa de modo casi directo en el desierto y sin
ánimo de exagerar... literalmente desnudos en la precariedad. El pensar al arbitrio de dichas
latitudes en el género de terror y fantasía y no cualquier horror con finales sorpresivos al uso,
sobrexplotación de lo sobrenatural o místicas e incomprensibles geometrías en juego, sino un
terror de corte psicológico, intencionalmente esquizofrénico e intuitivamente delirante, sin asco
podemos afirmar que “Necrospectiva Vol. 1” nos ubica en las antípodas de lo razonable.

Como libro la colección de cuentos de Espinoza Bardi genera, a la luz del canon de provincia
norte y sus códigos de belleza e interpretación de la realidad, una apuesta al vacío...

Apuesta que Cinosargo Ediciones abraza pues precisamente en aquel riesgo y desacato, en esa
escatología desatada y violencia reflexiva y firme como bisturí en mano de un profesional de la
tortura, bulle el encanto del trabajo literario de este autor y las diversas formas y rostros que el
contenido adopta en sus relatos.
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Por ello vale la pena señalar que el libro que en este momento tiene en sus manos
“Necrospectiva Vol. 1“, colección de cuentos que constituye la pieza inaugural de la carrera como
escritor de Pablo Espinoza Bardi, es una invitación vertiginosa y experiencia nunca antes
asumida a cabalidad, vivenciada y transmitida con tanta soltura y oscura confianza por autor
alguno avecindado en el norte y me atrevería a decir... sólo por unos pocos en el resto del país.

En este sentido me gustaría enfocar la presente lectura de Necrospectiva Vol.1 recalcando la


actitud que el texto asume al momento de empaparnos estéticamente con otras coordenadas de
lo real.

Bolaño en torno a la novela de Vila-Matas “La asesina ilustrada” dijo: Hay libros que inspiran
miedo. Miedo de verdad. […] leía entonces una novela breve en una de cuyas páginas se
advertía al lector que a partir de ese momento podía morirse. Es decir que se podía morir
literalmente, caerse al suelo y no levantarse. La novela era La asesina ilustrada, de Enrique Vila-
Matas, y que yo sepa ninguno de sus lectores se murió aunque muchos salimos transformados
después de su lectura, con la certeza de que algo había cambiado para siempre en nuestra
relación con la lectura...

El libro de Espinoza Bardi sin duda comparte dicha actitud, los cuentos claro está... no te dicen
literalmente “en este punto usted se va a morir”, más bien persiguen matar de forma directa al
destinatario ingenuo, acostumbrado, facilista... y para ello operan manipulando los límites de su
comprensión y pasividad golpeándolo con cuotas que se introyectan a un género, a un estilo, a
una escuela de creación crepuscular y manida y la reinventan desde sus viejas entrañas
hibridando lo clásico y mejor de Lovecraft y en nuestra lengua Quiroga, Lautreamont o Wilcock
agregando su cuota de gore, slasher, cyberpunk y continente de serial killer´s mind.

Bardi tiene la capacidad de tomar un agotado axioma como el de Huidobro “el pequeño dios de
la escritura” y sumergirlo en lejía para terminar cosiéndolo por la médula al demiurgo de
Descartes, aquél engañoso genio maligno lo cual otorga como resultado un híbrido freak que en
manos de nuestro autor sería una especie de Imbunche cargado con la ambigua personalidad de
Gollum, dispuesto a jugar y manipular las piezas, los narradores, aquellos contradictorios
personajes y atmósferas y de más está nombrar el lenguaje y su affaire con otros códigos.
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La suma de elementos y la disposición nos ubica a veces como cómplices, en otras como
testigos... alternativamente ante el rol de torturador y víctima de un tercero o presa de la
propia mente en un intento por deshilvanar y edificar las profundidades y fronteras que
constituyen el principio de una mente asesina y sus continuas necesidades por acceder a un
segundo de paz o silencio, una enajenación de las palabras y las cifras gracias al placer de
escribir a machetazos sobre el cuerpo de su creación. Sin embargo, no todo acaba allí. Todo
principio rayano a la idea de precipicio, promueve en la obra de Espinoza Bardi vasos
comunicantes entre génesis y apocalipsis estrechando lazos con el abismo de amor, locura y
muerte de Sade, las pesadillas y el hacha de Raskolnikov, la maquinaria de Orwell, Hitchcock
y sus musas sacrificables... y una cohorte extensa de consciencias que se atreven a cruzar
los límites de la introspección en busca del golpe que quiebre nuestra discontinuidad. Como
dijese Bataille en “Sobre Nietzsche”: "Toda comunicación participa del suicidio y del crimen”.
Percepción que apreciamos sin ir más lejos desde el primer relato de Necrospectiva Vol.1
“0248084799” y transversalmente en sus hermanos que otean juntos hacia lo más profundo,
sin miedo a la mirada que retorna.

Finalmente vale la pena referirse al hombre detrás de las historias... como dijera Rodrigo
Fresán: “Siempre digo que a los escritores se los puede describir mediante dos grandes
grupos: están los escritores que leen –que para mí son estos escritores modelos, tipo
Saramago, Sábato, un poco “pontificantes”- y demasiado compenetrados, para mí, con el
mundo de la no ficción, en el sentido de su relación con la realidad; para mí es un poco
“higiénica”; a mí me gusta la idea del escritor un poco más apartado de la realidad, no tan
enrollado ni tan combativo, ni tan militante con cuestiones sociales. No me parece que esta
sea la verdadera misión del escritor. (…) Y del otro lado, están los lectores que escriben. Yo
me siento más un lector que escribe en ese sentido. (…) Básicamente, uno empieza a escribir
porque le gusta estar solo. Uno empieza leyendo a solas, entonces quiere escribir a solas”

El caso de Espinoza Bardi si lo superponemos a estas palabras del argentino resulta peculiar
pues bien podemos observar su mente creativa como parte del segundo grupo, sin mucho
interés en la coyuntura, crisis, esplendor y progreso de su entorno inmediato, en este caso
San Marcos de Arica. Enajenado por la ficción, estamos ante un lector solitario que escribe...
pero este autor va más allá... pues la ficción y las lecturas no se resumen en el libro como
objeto poluto y sagrado. Aparece entonces la figura de un cinéfilo que escribe, la de un
melómano que escribe, la de un fanático que escribe... de modo que el sistema de signos del
cine, el cómic y la música son parte crucial de la atmósfera que busca lograr y no sólo una cita
o caprichosa referencia intertextual.
REVISTA CINOSARGO 16

De sobra está decir que su prosa no limita en lo absoluto con el ripio de Humberstone o la
nostálgica gloria del guano. Su universalidad reposa en lo cotidiano de la fantasía y no a la
manera de Julio Verne sino con la asfixia de Kafka... pero una asfixia filtrada por los ochenta, al
compás del jadeo de Frank Booth. Una mente provista y moldeada bajo el alero de cartoons
como el Super Agente Cobra capaz de educar la sensibilidad de una mente en (de) formación y
en ese sentido como obviar una tarde de arriendos en el video-club de la esquina con esas
sugerentes tapas del hit del momento, sin embargo, es el rincón de las cintas clases B... (El
descubrir Bad Taste de Peter Jackson o Nekromantik de Buttgereit) el reducto elegido para
continuar con la tarea iniciada por ese escurridizo anime que uno se pregunta... cómo pasó la
censura de televisión nacional. Una vez ajustado el tracking... sólo basta con subir el volumen y
deleitarse con esos gritos ahogados que saturan y rompen la hoja.

Por Daniel Rojas Pachas


San Marcos de Arica – 2010
REVISTA CINOSARGO 17

El royalty es una traición de la clase política a los


trabajadores.

por Rodrigo Ramos Bañados


La movilización pendiente

¿Hasta que punto la clase política está comprometida con las multinacionales de la minería?

Ningún diputado o senador serían tan imbécil para reconocer públicamente que una empresa minera
le apoyó o financió parte de su campaña. Eso se maneja en la intimidad o en círculos cerrados,
aunque los favores y compromisos se pagan en el Congreso. Ejemplo de esto, el royalty. Dada la
circunstancia es evidente pensar que en el Congreso están representados los intereses
empresariales en un proporción de 4 a 1 a los intereses de la ciudadanía. Darle vuelta a esto solo
profundiza el desafecto hacia la clase política en general.

Es asunto de sentido común comprobar que la gente está en busca de transparencia y honestidad
para los cargos públicos, receta que ha sabido aprovechar la derecha apelando a la maquinaria
mediática o “el periodismo de cáscara” que en porcentaje mayoritario pertenece al sector. Por esto la
gente terminó por endiosar al nuevo ministro de minería –un tipo que llora y ría como cualquiera– ¿O
somos ingenuos y nos comemos el plátano con cáscara, o queremos pelar el plátano?

Hay un sabido show en la mina San José y un manoseo a la vida de los 33 mineros.

El problema que tras el espumante rescate y su resaca de un año por lo menos –con películas, libros
oportunistas y otros cachivaches–, las cosas para los trabajadores de la minería seguirán igual que
siempre. La Federación Minera de Chile (FMC) que agrupa a alrededor de 10 mil trabajadores está
conciente de esto y por esto prepara una serie de movilizaciones que en el peor escenario para el
gobierno, desembocará en una paralización del sector.

Dijeron que se sumarán a los 50 mil trabajadores a nivel nacional con el fin de formar un gran bloque
y revisar las grandes reivindicaciones de los trabajadores del sector. El resultado de esto se verá en
febrero o marzo del próximo año. Por ahora el gobierno no los ha querido escuchar.

¿Ministro superstar?

No le creen nada al ministro de minería, Laurence Nelson Golborne Riveros.


Agustín Latorre, presidente de la FMC, despeja el panorama. “Hoy Goldborne aparece como el gran
héroe del rescate minero. Nosotros como FMC estuvimos desde el primer día instalados en Copiapó.
El tercer día, el sábado, cuando se derrumba la entrada y estaban avanzando por rescatar a los
compañeros aparece el ministro llorando y diciendo que no había nada más qué hacer y que había
que darlos por muertos e irse para la casa”.
REVISTA CINOSARGO 18

“Por lo tanto en nuestra opinión no es el gran héroe que dice. A nuestra opinión el gran héroe son los
familiares de los trabajadores. En ese minuto cuando el ministro se quiebra, ellos le encararon de que
debían asumir su responsabilidad como hombre y ministro y que se debía hacer todo lo posible para
rescatar a los trabajadores mineros. Gracias al sindicato de la mina el ministro tuvo que seguir viendo
las labores de rescate. Ahí se sumó un hombre importante, Miguel Fort, ingeniero en minas, que es el
verdadero hombre a cargo del rescate. El ministro es la cara pública, pero quien ha coordinado el
tema es Miguel Fort. El ministro de héroe no tiene nada. Si hubieran sido otros los actores el ministro
hubiera dejado su pega botada”.

A juicio de Latorre, “el ministro es uno más de los villanos que ha habido en esta situación de los
mineros pues el sindicato de la minera San Esteban –que es la dueña de la minera San José– se
reunió un mes con este ministro y le planteó lo grave que era abrir la mina en las condiciones que
estaba y lo riesgoso que era para los trabajadores ingresar a esa mina. El ministro no les dio ninguna
solución, sino que respaldó a Sernageomín y la reapertura de la mina. Es más, cuando la situación se
siguió agravando y hubo más desprendimiento que no afectaron a los trabajadores, el sindicato intentó
reunirse con el ministerio, sin embargo se le negó la entrevista. No se quisieron juntar con ellos”.

“Por lo tanto lo que está haciendo el gobierno de sacar a esos trabajadores de ahí, es lo menos que
debía hacer porque es responsabilidad de este gobierno y los anteriores, que esos trabajadores están
atrapados en esa mina. Es consecuencia de una inexistente política de seguridad y por no escuchar a
los trabajadores. Los viejos llevan 7 años peleando para que halla seguridad en esa mina”.

Reality minero

¿Cuánto vale el show? Lamentablemente es un show frente a una tragedia de tener 33 mineros
atrapados, padres de familias, hijos, compañeros y hermanos. “Hay un gobierno que levantó un show
de esto con el fin de sacar dividendos políticos. Esto nos parece lamentable al igual que las encuestas
que han salido en el último tiempo”.

La ecuación es: precio del cobre alto = menor seguridad = muertos.

“Cuando el precio del cobre sube la producción se acelera y los muertos aumentan” afirmó Latorre.
Ejemplos: -Jaime Eduardo Gutierrez Zapata, 44 años, trabajador de una empresa subcontratista de la
empresa Enaex, que presta servicios a Codelco, falleció aplastado en faena el miércoles 6 de octubre.
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-El lunes 4 de octubre falleció el minero Carlos Cárdenos Pillampel, 36 años, murió aplastado por una
roca de casi una tonelada y medio al interior de la mina Carlota 1, en la comuna de La Legua.

“A estos se suman los seis muertos del accidentes de la explosión en SQM. Los accidentes en
trayectos. Si sumamos el promedio entrega un muerto por día. Por lo tanto el show que se hace en la
televisión no es real en la vida de los trabajadores mineros. La inseguridad sigue a diario. Los muertos
suman y siguen. El cobre chileno se mancha más de sangre.

Con el alma en un hilo

El riesgo tiene recompensa en los sueldos abultados de los mineros. La mayoría supera el millón de
pesos mensuales.

Al respecto, Cristian Arancibia presidente de la FMC, aclaró que mantienen una renta muy diferente al
resto de los trabajadores del país. “Creo que Chile se ha dado cuenta que nosotros lidiamos a diario
con la muerte”.

“Si a la ciudadanía le alarma el sueldo que tenemos nosotros, con mayor razón deben alarmarse con
las utilidades de las grandes mineras. Hasta fin tendrán utilidades por 30 mil millones de dólares.
Ganará un poco más que le presupuesto de la nación ¿En qué país del mundo un presidente va
aguantar que un empresario o una empresa tenga un ingreso mayor al que tiene el país? Creemos que
eso se está dando hoy, y creemos que la ciudadanía debe entender que los sueldos tiene el sector
minero –con todo el drama familiar que conlleva por los sistemas de turno- no llega ni siquiera al 4% de
las utilidades de las empresas”.

“Ahora bien, de quienes estamos preocupados es de nuestros compañeros de contratistas pues ahí
está el abuso. Ya hubo una movilización en la Primera Región por el abuso de una trasnacional por sus
trabajadores contratistas”.

Latorre, en tanto, agregó que el sector mantiene una alta tasa de enfermedades profesionales. “La
silicosis todavía existe y no son reales las cifras que se dan. Los operadores de maquinaria tienen
problemas de rodilla y hombros. Ningún viejo de esos llega a los 65 años. Los problemas con las
enfermedades de altura y la hipertensión arterial. Uno necesita por lo menos 5 días para acomodarse a
la altura y los viejos trabajan en turnos 4x4. Esto genera una permanente descompensación del cuerpo
que pasa la cuenta y se producen las enfermedades”.

“Son muy grandes los costos que tienen los trabajadores mineros para que se hable de privilegiados”.
REVISTA CINOSARGO 20

El Royalty es una traición de la clase política chilena con su pueblo y con los trabajadores

Cristian Arancibia, presidente, dijo que están llevando a cabo un proceso informativo en las bases en
cuanto sus reivindicaciones y sobre el royalty. “Queremos que los trabajadores conozcan lo que
aprobaron los legisladores: El regalo del royalty. La Concertación no entendió que perdió el poder
porque no hizo nada para los trabajadores y sigue cometiendo los errores de hace 20 años atrás.
Esto lo informaremos a la bases. Iremos al Congreso a exponer a las comisiones de Salud, Minería
y Trabajo. Es un compromiso que tenemos desde el punto de vista del diálogo, pero creo que no
tendremos muchas respuestas. Es algo que debemos hacer nosotros”.

“Terminados esos procesos vendrán decisiones de nosotros y van a tener sorpresas de parte del
sector en general en cuanto movilizaciones”.

Sobre el royalty, Agustín Latorre redondeó: “La aprobación es una traición de la clase política chilena
con su pueblo y con los trabajadores. Aquí se la entrega una invariabilidad tributaria prácticamente
gratis a las empresas. Usan como subterfugio la reconstrucción del terremoto, siendo que Chile tiene
excedentes del cobre en los períodos pasados que están apozados en bancos extranjeros. Estos
perfectamente podrían usarse. La excusa que estos fondos afectarían al sector importador y
productor de Chile ¿Interesan más los empresarios que la gente en este país?”.

“Al año se otorgan 8 mil millones de dólares de franquicias tributarias, o sea de regalos que el
Estado les hace a las empresas trasnacionales para que no tributen. Para que eludan por A, B y C
pago de los impuestos. Todo lo que hacen por la comunidad tienen franquicia tributaria. Y se
terminaron con eso, pagaríamos toda la reconstrucción del terremoto”, concluyó el dirigente.
REVISTA CINOSARGO 21

La Ferri en el bolsillo de mi paletó. [por Carlos Amador Marchant]

Curiosamente esta mujer entró en nosotros, en muchos de nosotros, tras esa década del 70 que
siempre está iluminada en la ventana, y no se fue nunca. Nunca.

¿Por qué me encapricho escribiendo sobre una cantante que interpretó unos cuantos temas que se
hicieron populares, que enamoró, por cierto, a millones de colegiales y que al mismo tiempo era una
rubia hermosa y espectacular?. La respuesta salta de inmediato desde este sagitario que llevo y me
lanzo al abordaje.

Gabriela Ferri, debo decirlo con franqueza, encandiló mis pasos en la etapa de los 15 años. No sólo
la recuerdo a ella, sino sus melodías frente a las costaneras de diferentes ciudades.

Con esa voz ronquita, con la sensualidad que emanaba desde la televisión en blanco y negro que
nos llegaba de Italia y, por supuesto, con esos versos que siguen retumbando los oídos: “Se acaba
ya la tarde, la última que queda….y nuestros ojos que están callados, lloran de pena…”.

Recuerdo y concuerdo ser partícipe de esta voz que me perturba, y haber paseado por puentes de
legendarias ciudades chilenas acompañado por una tropa de jóvenes, mientras el aire de la costa
golpeaba rostros y las salpicaduras del mar humedecían ropajes. Eran momentos en que junto a
estas canciones observábamos tímidamente a una chica, la chica de caminar gracioso, la que
gesticulaba, la que reía, a la que encontrábamos electrizantemente hermosa.

Y es precisamente por esto, es por esta razón que la voz de Gabriela Ferri me acompañó en noches
desesperantes de la pubertad, con esos deseos locos de salir a buscar a la muchacha que había
visto tras los puentes, de olerla, de palparla sin importar si eran las tres o cuatro de la mañana, de
respirar junto a ella, de hurguetearla, de rasguñar la vida sin saber lo que era, precisamente, la vida,
es que a esta Ferri la llevo guardada en el bolsillo de un paletó arrugado que no uso (o tal vez sigo
usando) desde esa época.
REVISTA CINOSARGO 22

Los años, en cambio, fueron pasando como pasan los cardúmenes en las noches australes. Junto a
éstos zapatearon otras generaciones. Y llegaron, pues, otros ritmos, y llegaron otras ideas, y vinieron
y se establecieron movimientos libertarios, cabellos larguísimos, la palabra paz, la palabra flor. Y
como si algo o alguien remecieran mi arquitectura, sin darme cuenta un día cualquiera, me fui
apartando de Gabriela Ferri. Los tiempos actuales nos jugaron una mala pasada. El aceleramiento
por buscar y encontrar cosas, el constante e inconstante tráfago, nos puso, de la noche a la mañana,
una especie de pizarrón blanco.

Sin embargo, y curiosamente, con la Ferri me ocurre algo distinto, algo a lo que podría llamar
“extraño”: cada cinco o diez años me la vuelvo a encontrar. Parece que me esperara, con los brazos
cruzados como reclamándome. Aún estando viva, volvía a ella sin saber siquiera si seguía cantando
o si se había retirado ya de los grandes escenarios italianos. Ad porta de los veinte años, comencé a
leer con cautela, para ganar tiempo al tiempo, para ordenar ímpetus por la escritura, a los poetas
malditos franceses. Más tarde, y en forma desordenada, entran a mi casa Víctor Hugo, Pushkin,
Gógol, Byron, Zolá, France, Bretón, Carpentier, Nobokow, hasta reencontrarme con la literatura de la
segunda mitad del siglo veinte. Y en cambio, y en cambio, cada cierto tiempo retrotraía
acontecimientos y volvía a la etapa de los treinta lustros con ése: “Se acaba ya la tarde….la última
que queda…”

Por esta razón, pasado el siglo 21, con la tecnología aferrada a nuestras manos, con las
comunicaciones instantáneas, con esto de “lanzar un silbido y ser escuchado en un segundo en
Francia, en Rusia, en España”, se me ocurre revisar videos de Gabriela Ferri. Es en este momento
que me encuentro con el pasado de nuevo. La veo cantar con su belleza de antaño, mostrando esos
ojos vivos, llameantes, unidos a la voz sensual que me electrizó en la pubertad.
Revisé todos.

Lo hice sin vacilar ni un segundo, sin temor, sin esconder esa pena eterna del pasado. Veo, ahora,
con estupor, el paso de los años en ella.

Ya tenía más de sesenta años y la observo hinchada, con una voz extraviada seguramente desde
mucho tiempo atrás. Veo, en este último video, al público italiano, a los generosos italianos
aplaudiendo a su diva, aquélla que quiere cantar como en sus buenos tiempos.
REVISTA CINOSARGO 23

Al verla con esa imagen de sus últimos días, sin haber tenido noticias de ella por varias décadas (sin
olvidarla) y al mismo tiempo trayendo siempre a mis días la etapa de los quince años, persiguiendo a
esas muchachitas hermosas en los puentes costaneros de mi norte, quise comprender por qué un día
del 2004 se lanzó al vacío desde su departamento.

Gabriela Ferri tuvo algo que ni ella misma entendió: una voz melancólica, una voz que busca
respuestas en la vida y no las encuentra.

Enamorado eterno de Gabriela, de esa voz que me perseguirá debajo y encima de los ríos, traigo al
presente mi corazón latiendo acelerado cuando escucho Radio Cooperativa del 2004: “La cantante
italiana Gabriela Ferri, de 63 años, se suicidó el sábado cuando se arrojó desde el balcón de su
departamento -ubicado a siete metros de altura- en la localidad italiana de Viterbo.

Según información divulgada en la prensa peninsular, la artista sufría de una severa depresión que la
aquejó en los últimos años”.
REVISTA CINOSARGO 24
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