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Introducción
El presente trabajo busca aportar elementos para una discusión comparada sobre
políticas, industrias culturales y educación, a partir del caso de Chile. De carácter
exploratorio, presenta una descripción del desarrollo histórico de la industria cultural en
Chile, a partir de los primeros años de la República, hasta llegar a las políticas que
actualmente regulan la actividad cultural al interior del país y con países vecinos del
Cono Sur.
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Profesor, PHD © Ciencias de la Educación, Pontificia Universidad Católica de Chile.
I. Antecedentes
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Descrita en la página 46 de su libro Recuerdos de 30 años, aparece la visita de la
compañía de ópera Pantanelli, que es la que difunde el repertorio de ópera italiana
en el país, a la postre con gran importancia para el desarrollo del género operático
en el país.
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El mismo Semanario Musical del 17 de abril de 1852, informa en su página 4 sobre
“Rosario Guzmán, profesora de piano, tiene el honor de avisar al público que,
habiendo resuelto establecerse en esta Capital, dará lecciones tanto en casas
particulares como en los colejios” (sic); y, a continuación, se informa a los lectores
de la llegada al almacén de los S.S. Germain hermanos, del “más variado surtido de
música que haya venido hasta ahora a Santiago, cuya música se quiere realizar i
por esto se dará tan barata, que es imposible que en ninguna parte se encuentre a
ménos precio”, indicando que el precio será “desde un real en adelante”.
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Dentro de éstas, las más importantes iniciativas son el concurso de 1876,
destinado para proveer de un método para la enseñanza musical a profesores de la
Escuela Normal, y el certamen de 1893, convocado con el fin de proveer de
métodos de estudio renovados para la enseñanza escolar.
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para la formación docente en las escuelas Normales y el Conservatorio Nacional de
música, contribuye a impulsar el establecimiento de una industria editorial en el país.
Todo lo anterior constituye los pilares sobre los cuales se construye la industria cultural
en Chile desarrollada durante el s. XX.
Sobre las bases establecidas por el nacimiento del campo artístico en Chile
durante el siglo XIX, y el surgimiento de agentes y agencias ligadas a él, comienza a
desarrollarse desde finales del siglo XIX una incipiente industria cultural, la cual,
además de la producción de literatura y crítica especializada, comienza a expandir su
radio de acción incorporando a los medios de difusión y entretención de masas (primero
las revistas y periódicos, posteriormente la radio), como plataforma de difusión para las
actividades formativas y de entretención desarrolladas al interior del campo.
Los cambios en las condiciones sociopolíticas del contexto del país limitan la
oferta cultural con posterioridad a 1973: un contexto socialmente intimidado, una escasa
actividad de producción cultural y un cambio sustancial en las reglas que operan sobre
el campo cultural y educativo generan cambios sustantivos sobre la industria cultural,
caracterizada por la prohibición de realizar actos masivos y espectáculos públicos, la
instauración del toque de queda, y el desmembramiento de las instituciones de difusión
cultural, así como el silenciamiento y proscripción de algunos artistas y repertorios.
La década del ’80 trae consigo fuertes cambios en la economía, los cuales, por
un lado, profundizan la crisis de la industria cultural: a la crisis económica propiciada
por las nuevas reformas económicas implantadas en el país, le sigue el cierre, quiebra o
clausura de otras instituciones ligadas a la producción cultural en Chile (disqueras,
editoriales, revistas); por otro lado, trae aparejada un desarrollo del consumo televisivo,
y a la vez el desarrollo de una oferta cultural que antepone principios comerciales en
desmedro de profundidad del contenido; junto con esto, y fruto de la naturaleza opresiva
del régimen imperante, se produce una aislación del contexto cultural internacional,
específicamente, en lo referente a producción académica y de vanguardia en el ámbito
artístico.
En las últimas dos décadas del presente siglo, es creada una nueva
institucionalidad cultural impulsada por el Estado, comenzando con la discusión y
aprobación de un cuerpo legal para donaciones con fines culturales, y posteriormente, la
creación de fondos para desarrollo cultural, los cuales dan pie a la fundación de una
nuevo capítulo en el desarrollo de políticas culturales en el país, de la mano del Consejo
de la Cultura y las Artes (CNCA) y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos,
DIBAM.
Entre sus atribuciones está el desarrollo de una política cultural de carácter nacional,
con especial atención sobre el medio regional; el levantamiento de información sobre
cultura, la formulación de bases y llamado a concurso para los Fondos de Cultura y para
las escuelas artísticas del país.
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Sectorialmente, son dependientes del CNCA los tres consejos de las artes que
constituyen industria: el Consejo Nacional del Libro y la Lectura, el Consejo de
Fomento de la Música Nacional, y el Consejo del Arte y la Industria Audiovisual.
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4. Infraestructura: dentro de este punto, se ha proyectado en los últimos 3 años el
levantamiento de Centros Culturales en ciudades sobre 50.000 habitantes, así
como también el levantamiento de una red de teatros nacionales.
Los desafíos de las políticas para el fortalecimiento de las industrias culturales en Chile
apuntan básicamente al desarrollo de 4 puntos, entre ellos:
• Reunir en una sola institución los organismos que trabajan en el ámbito de las
políticas públicas culturales, integrando en un solo organismo al Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y
Museos de Chile (DIBAM)
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Los presentes datos fueron consignados a partir del informe elaborado con
posterioridad a la reunión de Caracas de mayo de 2006, y publicados en el libro
“Cuenta satélite de cultura: primeros pasos hacia su construcción en el Mercosur”,
Calcagno, Natalia, Pérez, Verónica (eds.).
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• Generar una mayor articulación entre las políticas de desarrollo cultural
implementadas por el CNCA y las políticas desarrolladas por los Ministerios de
Hacienda, Educación y Trabajo, con el fin de mejorar y profundizar las
iniciativas planteadas a nivel nacional.
Todo lo anterior, en sintonía con los esfuerzos que realiza el país en materia
económica, educativa y social, puntales fundamentales para el desarrollo de una
industria cultural armónica e integrada al desarrollo de la nación, capaz de ver en el
desarrollo de la actividad artística una profundización de las relaciones entre artes,
sociedad, cultura y ciudadanía.
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Hasta ahora, el CNCA realiza estudios censales sobre consumo cultural en el país,
los cuales, junto con el trabajo realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas,
constituyen prácticamente las únicas fuentes disponibles para el estudio de las
actividades de la industria cultural en Chile.
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Referencias bibliográficas
Calcagno, N., Pérez, V. (eds.): “Cuenta satélite de cultura: primeros pasos hacia su
construcción en el Mercosur”. Consultado el 30 de junio de 2010, desde el sitio
http://www.cceproyectos.cl/uvic/?page_id=44
López, L., Poblete, P. (2004): Indicadores para el sector cultural en Chile. Portal
Iberoamericano de Gestión Cultural, Boletín GC: Gestión Cultural Nº7: Indicadores y
estadísticas Culturales, abril de 2004. ISSN: 1697-073X.
Documentos
Encuesta de consumo cultural 2004 – 2005. Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.