You are on page 1of 4

El texto que sigue está escrito en el mes de septiembre del año 2000.

Honestamente n
o recuerdo a qué congreso o seminario estaba dedicado. Lo hago público nuevamente po
r considerar que se ajusta fielmente a algunos usos de la semántica que, en estos
casos, no son inocuos.
Breve resumen del contenido: El artículo indaga sobre el uso irreflexivo del conce
pto "crisis" e intenta denotar su carácter políticamente instrumental en la Argentin
a de la última década. Su pregunta fundamental es: dado que la República Argentina se
percibe y es percibida bajo constantes y recurrentes "crisis" (económicas, políticas
, sociales, etc.) ¿cabría la posibilidad de considerar las supuestas "crisis" como p
arte de un patrón y por lo tanto parte de una "normalidad"? en este sentido, ¿qué es l
a "crisis" y dónde reside?.

Algunas reflexiones sobre el concepto de crisis y su aplicación al caso argentino


(1)
"Entro en materia sin demostrar la importancia de mi tema. Si se me preguntara s
i soy príncipe o legislador para escribir sobre política, contestaría que no, y que pr
ecisamente por no serlo lo hago: si lo fuera, no perdería mi tiempo en decir lo qu
e es necesario hacer; lo haría o guardaría silencio." (J.J. Rousseau, El Contrato So
cial)
Usualmente, en el devenir de la práctica de una disciplina cognitiva determinada,
suelen existir algunos interrogantes que ( dado cierto nivel de abstracción lograd
o en su desarrollo) plantean una brecha entre el marco teórico propio de esa disci
plina y el estudio efectivo del universo sobre el que la misma pretende predicar
. Así, el conjunto de indicadores, categorías, tipologías, etc... que son inferibles d
esde un marco teórico dado suelen tornarse obsoletos (y hasta en algunos casos inc
onsistentes) frente a una realidad que los "supera".
Sin embargo, este bien conocido desafío de "adecuación" entre estos elementos y el o
rigen y naturaleza que los vincula no constituye un interrogante tan escabroso y
punzante como ese "diálogo" entre el llamado conocimiento de sentido común y el ent
ramado de conceptos y categorías nacidos a la luz de la primera relación a la que hi
cimos mención recién. Es claro, las preguntas más sencillas y coloquiales remiten, las
más de las veces, a un esfuerzo considerable por parte de aquél que deba exponer la
s respuestas desde una óptica teórica propia de la disciplina que cultiva.
Pues bien, la ciencia política no se encuentra desvinculada de dicho problema. A e
stos efectos, convocamos a detenernos sobre un razonamiento simple y sencillo. D
urante décadas en la República Argentina, gobierno tras gobierno, régimen tras régimen e
xiste una constante que no se decide a abandonar la escena política nacional. Gest
ión tras gestión se alega recurrentemente al vocablo crisis para justificar una y mi
l (sino todas las) medidas de gobierno. Crisis de representación, crisis económica,
crisis del sistema partidario, crisis financiera, crisis... se cristalizan una y
otra vez en una polifonía de sentidos en los distintos medios de comunicación (2).
Sin dudas esta apelación a la dicotomía "es esta medida o el abismo" tiene antepasad
os teórico-políticos de larga data y es muy próxima a la tradición denominada realista.
Lo que el sentido común no logra vislumbrar es: "si llamo a este estado de situación
crisis, luego debe existir un estado tal que lo podamos denominar normalidad. A
hora, si el período de crisis se nos manifiesta como constante, ¿qué sentido tiene en
sí el concepto de crisis?"
Desde la teoría política el concepto de crisis viene tamizado por una generosa multi
plicidad de escuelas de pensamiento que van desde la sistémica norteamericana hast
a las escuelas ligadas al materialismo. En el primer caso, la crisis se entiende
como una anomalía temporaria en el sistema, con flujos y reflujos dentro del mism
o sistema o hacia otro sistema determinado, que ocasiona ciertas sobrecargas o e
scasez de dichos flujos y que finalmente conducen hacia otra situación de equilibr
io. Desde el segundo caso, el concepto de crisis parece centrarse en la esfera e
conómica determinando cierto período (usualmente cíclico) de estancamiento y que corre
sponde fielmente a la particular dinámica de acumulación capitalista. Dentro de esto
s polos, si es que es plausible objetivizarlos dentro de una determinada dimensión
, se enuncian infinidad de acepciones del concepto en cuestión.
Finalmente, y casi como un paso obligado, podríamos citar lo que según la Real Acade
mia Española se define como:
crisis. (Del lat. crisis, y este del gr. κρίσις). f. Camb o b u co en el cu o de una enfe
edad, ya ea pa a mejo a e, ya pa a ag ava e el pac ente. || 2. Mutac ón mpo ta
nte en el de a ollo de ot o  p oce o , ya de o den fí  co, ya h tó  co  o e p  tu
ale . || 3. S tuac ón de un a unto o p oce o cuando e tá en duda la cont nuac ón, mod
f cac ón o ce e. || 4. Momento dec  vo de un negoc o g ave y de con ecuenc a  mp
o tante . || 5. Ju c o que e hace de algo de pué  de habe lo exam nado cu dado am
ente. || 6. E ca ez, ca e tía. || 7. S tuac ón d f culto a o compl cada. || ~ m n t
e  al. f. S tuac ón en que e encuent a un m n te  o de de el momento en que uno
o va  o  de u  nd v duo  han p e entado la d m  ón de u  ca go , ha ta aquel e
n que e nomb an la  pe ona  que han de u t tu lo .
Llegado  a e te punto e  de o p ende  la va  ab l dad y lax tud con que e uel
e nte p eta  y def n  e a palab a que a e ta altu a no  e  ya un poco ncómodo v
olve  a menc ona : c   .
S n emba go, ex te una nte e ante v nculac ón ent e e te ma emágnum de def n c one
 y un a pecto de la  m ma  que pa ece e ta  nd olublemente l gado y  n el c
ual e  mpo  ble u comp en  ón, egu amente como una cond c ón de po  b l dad pa a
la ex tenc a del concepto en í m mo: la d men  ón t empo. Ev dentemente, pa a up
one  la dupla c   -no mal dad e  mene te  conceb  e te pa o lóg co ante  o . Ah
o a í, af mamo  que ex te e ta dupla en tanto y en cuanto no  em t mo  a aquel
ju c o de ent do común que denotamo  ma  a  ba y que  gn f ca ab t ae  un todo
a t avé  de un tam z pa t cula  (nac do de la conjunc ón de cada una de la  def n c
one  menc onada  en elac ón a la d men  ón t empo) obten endo como e ultado do  p
a te  de e e m mo todo: la c    y la no mal dad.
En ot a  palab a , ten endo en mano la  d t nta  def n c one , apl camo  cada u
na de ella  a un todo a lado (un paí , un e  humano, un ó gano leg lat vo, un pe 
o, una emp e a, etc.) del cual, como e ultado,  emp e e obt enen do  e ulta
do  po  ble  de e e m mo todo en un lap o de t empo pa t cula : o el todo e en
cuent a en e tado de no mal dad ó (d yunt vo) en c   .
D cho e to pa emo  a ot o a pecto que pa ece ev denc a e en todo  lo  ca o  exp
ue to  (p e um mo  que en lo  no expue to  tamb én) y toma fundamental elevanc a
pa a el tema que no  convoca, nuevamente en elac ón con la d men  ón t empo: en tod
o  lo  ca o  la magn tud de t empo pe tenec ente al lap o def n do como no mal d
ad e   emp e mayo  a u cont apa te, la c    (3). Efect vamente, la  tuac ón e
pecíf ca que no  pe m te pe c b  un e tado c ít co e  f uto de u cont a tac ón con
un lap o de t empo nmed atamente ante  o  y a u vez mayo  en magn tud.
Hecha  e ta  alvedade  no  ap e tamo  a del nea  alguna  ot a  gene al dade  (n
o meno e ) que log an c uza  con mayo  o meno  e fue zo la ed de def n c one  p
e o que hacen exclu  va efe enc a a la c    en u ca ácte  polít co. Bá  camente e
pueden econoce  t e  elemento  ca acte í t co . El p  me o de ello  e  la " mpe 
onal dad" de la c    y em te a la e f cac ón ca  mplíc ta de e te agotam ento
del pe íodo de no mal dad en tanto y en cuanto afecta (pa a b en o mal) a toda  l
a  pa te  que confo man el todo del cual podemo  p ed ca  e encuent e en e tado
"no mal" ó "c ít co" (4).
El egundo (en e t echa elac ón con el ante  o ) e  la "pe onal dad" del ujeto,
ente, ub  tema, acto  polít co o n t tuc onal, cla e, etc., etc. con lo  at  b
uto  tale  como pa a ge t ona  el p oce o de c    hac a un nuevo pe íodo de no m
al dad en tanto y en cuanto e  dent f cable y de él e  de qu en e p e ume p oven
d á la e pue ta a e te uce o fue a del pe íodo no mal en el cual e encuent a en e
nt ed cho, de fo ma nmed ata o latente, u p op a ub  tenc a o el o den en el
cual e ba a. F nalmente y como conjunc ón del p  me o y egundo obtenemo  el te 
ce o: el elemento " mp ev  b l dad" de la c   , de mane a que el ujeto enca 
gado de eg  el pe íodo de no mal dad p e c nde de la  cond c one  pa a p eve  lo
que, de habe   do po  ble, hub e e ntentado ev ta  con éx to.
E to  on lo  elemento  que qu zá  no  pe m tan ev denc a  alguna  pauta  que pued
en lu t a  la  tuac ón que t p f ca el actual e tado de co a  en la e cena polít c
a nac onal. Ent énda e, no e p etende aquí e pec f ca  qué ca acte í t ca  a ume la c 
  en el pat ón de acumulac ón po t- ndu t  al y global zado en el cono u , n tam
poco de c  b  metód camente la  ca acte í t ca  e pecíf ca  de c e to  cont at empo 
de la  democ ac a  lat noame  cana ,  mplemente no  p oponemo  echa  luz y deja
 fo mulada  alguna  p egunta  ace ca de una  tuac ón que a p  o  no no  at fa
ce. Y epet mo : "  llamo a e te e tado de  tuac ón c   , luego debe ex t  u
n e tado tal que lo podamo  denom na  no mal dad. Aho a,  el pe íodo de c    
e no  man f e ta como con tante, e go, ¿qué ent do t ene en í el concepto de c   ?
".
D cho de ot o modo, no  e  p oblemát co acepta  eflex vamente a la Repúbl ca A ge
nt na um da década t a  década en e ta upue ta con tante (decantada no ólo a n vel
med át co  no tamb én con un c ec ente e paldo, a de cu do, en el ámb to académ co).
S b en e p e uponen c e to  momento  de co te en la h to  a ec ente de nue t
o paí , qu zá  convenga comenta  alguno  p oce o  que no pa ecen adecua e cabalmen
te a e ta lóg ca. En e te ent do, el avance de polít ca  económ ca  o todoxa  (5) e
no  mue t an como un de a ollo ca  un d ecc onal y cont nuo que llega ha ta n
ue t o  día , "c   " med ante. Efect vamente, ex te un fue te con en o académ co
en to no a con  de a  que lo  camb o  ope ado  en la elac ón t abajo-cap tal no h
an uf  do va  ac one  que la apa ten de una tendenc a ma cada hac a el benef c
o de e te últ mo (6). Du ante la egunda m tad de la década del etenta com enza a g
e ta e una pléyade de uce o  que tend án como con ecuenc a el adven m ento de un 
ecto  oc oeconóm co ca acte  zado po  una fue te concent ac ón del ng e o y la  q
ueza y una ngente capac dad de nfluenc a en la toma de dec  ón e tatal.
Ya du ante lo  año  ochenta e ta tendenc a no e á pue ta en ent ed cho  n uf   l
a  con ecuenc a  que e te ecto  act va e hac endo u o de u  p op a  capac dade
 de p e  ón. C    de la Deuda Exte na, H pe  nflac ón, etc. on uce o  que conf
e en, pa a un ob e vado  en et o pect va, la nít da epet c ón de un elenco que dej
a de enca ama e como novedo o y con ol da u po  c ón de ca a a la década de lo  no
venta. Co nc dentemente con la caída del ant guo o den b pola , la Repúbl ca A gent
na e omete a un p oce o de p  vat zac ón co po  zado en do  fa e  y con un ma ca
do e go ol go-monopól co p e um blemente como con ecuenc a de acto  de co upc ón o
g ac a  a ga antía  de entab l dad pa a la at acc ón de cap tale  de ecto e  no 
e  dente  en el paí  (7).
A í, todo el andam aje de emp e a  y demá  ent dade  ot o a l gada  al E tado van qu
edando en po e  ón de ecto e  p  vado  nac onale  y t an nac onale  m ent a  el m
onto pe tenec ente a la deuda exte na públ ca man f e ta una nequívoca tendenc a a 
cendente. E te e  el e cena  o que la actual ge t ón ecoge hac a f ne  del  glo
XX. Cot zac ón del dóla , índ ce  de nflac ón, índ ce me val,  e go paí , etc. e han con
t tu do a t avé  de má  de do  década  como nd cado e  mplíc to  del b ene ta  o la de
d cha del todo oc al. Uno t a  ot o van colap ando dejando luga  al  gu ente,
"c   " med ante.
F nalmente, e  ho a de volve  a aquello  elemento  que denotamo  má  a  ba y (com
o contempo áneo  a una  tuac ón compleja ca acte  zada po  la falta de c éd to al ec
to  públ co) fo mula no  alguna  p egunta : ¿E  del todo ace tado conceb  al actual
e tado de co a  como un e tado c ít co? Sob e la pé d da de c éd to: ¿Con t tuye un fac
to  del cual e pueda ve a  uno de lo  elemento  ca acte í t co  de la  c    ,
e  dec , u mp ev  b l dad? ¿Qu én e  y que ca acte í t ca  a ume aquel que e con 
t tuya como ge to  del upue to pe íodo de c   ? En e umen, ¿Podemo  con  de a  e
ta uce  ón de upue ta  c    como pa te de un pat ón y po  tanto objet v za la c
omo no mal dad ub um endo el u o del concepto c    como un elemento pu amente
polít co- n t umental?.
Lo  nte ogante  que no  p eceden e ían, a nue t o pa ece , mate  a mpo tante p
a a una nve t gac ón má  po meno  zada. De aquí en má  e  nece a  a una nve t gac ón que
pueda d luc da  de mane a fehac ente la  e pue ta  a d cho  nte ogante . A í,
y ante la  uce  va  "c   " que upue tamente toman cue po en la d nám ca oc al
, polít ca y económ ca a gent na e  mene te  dent f ca  en qué med da e co e ponden
con lo d cho y qué con ecuenc a  plantea la adecuac ón o u de apego, en clave de
dent f ca  pauta  que puedan e v  de punto de pa t da pa a una co ecta evalua
c ón de c cun tanc a y, po  ello, ean componente  pa a polít ca  ven de a  que ten
gan como ho  zonte el de a ollo equ tat vo y del b en común.
Nota :
(1) E te pequeño a tículo no p etende e  má  que un p ólogo de una nve t gac ón ven de a
y po  lo tanto (ma  que efuta  o avala  h póte  ) u f nal dad nt ín eca e  la d
e deja  fo mulada  alguna  p egunta  que, a p  o  , no  pa ece mate  a elevante
pa a un anál   po te  o .
(2) Po  c ta  un ca o de de el 1/1/97 al p e ente el d a  o La Nac ón po ee 18.318
a tículo  conten endo la palab a c   .
(3) Llegado  a e te punto algu en pod ía objeta no  que e tamo  hac endo efe enc
a a algo que e  dema  ado obv o como pa a mole ta e en def n lo,  n emba go,
y a la luz del u o cont nuo e n nte ump do que e ha hecho de la palab a c  
 nunca no  pa ece á dema  ado volve  a ecae  en él.
(4) De hecho  ólo afecta e una pa te de e e todo no d íamo  que e  una c    de
él m mo  no ólo - en el mejo  de lo  ca o - de una de u  pa te 
(5) Con o  gen efect vo en el P oce o de Reo gan zac ón Nac onal (aunque a t eabl
e  aun ma  at á ).
(6) En pa t cula , de una acepc ón e pecíf ca del m mo : el cap tal f nanc e o.
(7) Convend ía evalua   d cha  ga antía  a umen un ca ácte  de excepc onal dad o que
dan c  tal zada  como egla.
(8) Du ante el t an cu o de e to  d ez año  e  notable como la co upc ón e  t an f
o mada med át camente en uce o e t  dente y, po  ot o lado, la con tanc a y p eme
d tac ón de lo  ecto e  que la gene an  mplemente e ve e e vado a  lenc o.
---
L c. Juan Manuel Ma zullo
Un ve  dad de Bueno  A e .
jma zullo@cnba.uba.a 
L cenc ado en C enc a Polít ca po  la Un ve  dad de Bueno  A e , docente un ve 
ta  o e nve t gado .
Coleg o Nac onal de Bueno  A e , Un ve  dad de Bueno  A e . Ca e a de C enc
a Polít ca, Facultad de C enc a  Soc ale , Un ve  dad de Bueno  A e 
Lukán ko 

You might also like