Causa °N 659/10 “S., G. D. s/procesamiento” Int. Sala IV C. 2/59 (16.
815/2010)
///nos Aires, 28 de mayo de 2010.
AUTOS Y VISTOS: Convoca la atención del tribunal el recurso introducido a fs. 84/87 vta. por la defensa de G. D. S., contra el punto I del auto de fs. 79/83, mediante el que se dispuso su procesamiento como autor del delito de lesiones culposas. Al celebrarse la audiencia prevista por el artículo 454 del Código Procesal Penal de la Nación, concurrió la Sra. Defensora Oficial ad hoc de la Defensoría General de la Nación, Dra. Natalia Ferrari, quién expuso sobre los motivos de agravio introducidos al momento de apelar. Finalizada la exposición, el Tribunal deliberó en los términos establecidos en el artículo 455 del ordenamiento citado. Y CONSIDERANDO: Al analizar la relevancia de la conducta reprochada a S., entendemos que si bien la conducción vial implica un elevado nivel de riesgo, al momento del suceso el nombrado no rebasó el permitido para esa actividad pues su actuar no contrarió los reglamentos y normas viales cuyo cumplimiento le resultaban exigibles. En tal sentido, no puede soslayarse lo expresado por B. P. en cuanto a que “al llegar a la intersección con la calle R. se… a descender del cordón apoyando el pie izquierdo en la cinta asfáltica no llegando a apoyar el otro pie ya que dobló la camioneta desde su derecha, haciéndolo muy cerrado ya que aparentemente quería “ganar el semáforo” que pasaba de verde a rojo. Que al verse venir la camioneta encima el dicente giró en dirección hacia la misma instintivamente e intentó subir el pie nuevamente a la vereda, momento en que la camioneta lo impactó”. Cabe destacar asimismo, que al serle preguntado por el Sr. Fiscal “si había semáforo peatonal” respondió “que cree que no” y en cuanto a “si se disponía a cruzar Rafaela pese a que el semáforo de dicha arteria habilitaba el tránsito vehicular” contestó: “en realidad era el momento del cambio de semáforos, por lo que los vehículos aún no habían empezado a circular” (cfr. fs. 38/39). Se deduce de tales manifestaciones que S. se encontraba habilitado por el semáforo al momento de dar inicio a la maniobra de giro y que la señal para peatones -cuya existencia, si bien no advertida por el damnificado, fue verificada en el lugar del hecho por el Sargento 1° W. Y. (ver fs. 1/1 vta.)- no le permitía al peatón el cruce de la calle Rafaela y por tanto carecía de prioridad de paso (art. 44 inc. “b” 1 y “c” de la Ley de Tránsito n° 24.449). Ahora bien, sentado que S. emprendió una maniobra de giro reglamentariamente habilitado, debe analizarse si aún puede considerarse culpable su actuar por no haber advertido la presencia del peatón sobre la calzada y evitar en consecuencia la colisión. Analizadas las constancias de autos es posible afirmar que a G. D. S. le resultó imposible realizar el juicio de previsibilidad necesario a efectos de evitar el acaecimiento del resultado lesivo. Ello así, pues el damnificado descendió a la cinta asfáltica en un momento en que el rodado ya se dirigía a la posición que repentinamente ocupó la persona, sin que ésta tuviese el tiempo suficiente de volver sobre sus pasos y aquél evitarlo. De ello se deduce la imposibilidad de S. de prever lo que ocurriría, de dominar el curso de los hechos y, finalmente, de evitar el desenlace lesivo. Debe subrayarse la clara autopuesta en peligro de la víctima, que fue imprevisible para el conductor, quien, en virtud del llamado principio de confianza, tuvo derecho a esperar que aquella ajustara su conducta a las normas reglamentarias y permaneciera detenida en el borde de la calzada a la espera que el semáforo peatonal la habilite a cruzar. Frente a este panorama, en donde no se pudo acreditar siquiera con el grado requerido por esta etapa, una violación al deber objetivo de cuidado por parte de G. D. S., entendemos que debe desvinculárselo definitivamente de las presentes actuaciones. En este contexto, el tribunal RESUELVE: REVOCAR el punto I del auto de fs. 79/83 y disponer el sobreseimiento de G. D. S. en orden al hecho por el cual fuera formalmente indagado, dejando constancia de que la formación de la presente causa no afecta el buen nombre y honor del que gozaba (art. 336 inc. 3 del C.P.P.N.). Devuélvase al Juzgado de origen donde deberán practicarse las notificaciones correspondientes y sirva lo proveído de muy atenta nota de envío. Se deja constancia que el Dr. Julio Marcelo Lucini integra el tribunal por disposición de la Presidencia de esta Cámara del 17 de abril de 2008.-