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1. INTRODUCCIÓN
2. REPRODUCCIÓN ASEXUAL
3. REPRODUCCIÓN SEXUAL
1. ESTRUCTURA DE LA FLOR
2. FORMACIÓN DE LOS GAMETOS
3. POLINIZACIÓN
4. FECUNDACIÓN
5. DESARROLLO EMBRIONARIO
6. FORMACIÓN DE LA SEMILLA
7. FORMACIÓN DEL FRUTO
8. GERMINACIÓN DE LA SEMILLA
INTRODUCCIÓN
Mediante el proceso reproductor, las plantas originan nuevas plantas para perpetuar
la especie, hecho importante ya que la mayoría de ellas tienen un ciclo de vida anual.
Las plantas tienen la capacidad de generar nuevos individuos a partir de fragmentos
de la planta madre, a veces simples ramas o bien mediante estructuras especializadas. Es
decir, que en ellas es frecuente la Reproducción Asexual.
Pero el proceso reproductor más importante en las plantas es, sin duda, aquel que
comporta la formación de gametos y su unión para generar nuevas plantas por un
desarrollo embrionario. Es decir, mediante Reproducción Sexual. Este proceso es más
complicado y lento, pero mediante él se producen individuos con variabilidad genética
que permite la evolución de las especies y una mayor capacidad de adaptación de las
plantas a las condiciones ambientales.
Las plantas presentan un ciclo de vida de tipo Diplohaplonte, en el que existen dos
fases diferenciadas: el esporofito y el gametofito. El primero es diploide y forma esporas
haploides por meiosis y el segundo es haploide y genera gametos haploides por mitosis.
En los grupos de plantas, el gametofito va perdiendo importancia con la evolución,
siendo microscópico en las angiospermas.
REPRODUCCIÓN ASEXUAL
La reproducción asexual es un proceso reproductivo muy extendido entre las
plantas. Se pueden distinguir dos tipos importantes: la esporulación y la
multiplicación vegetativa.
1. Esporulación. Consiste en la formación de esporas en órganos
especializados llamados esporangios. Estas esporas están protegidas por una
cubierta y cuando caen al suelo, si las condiciones son adecuadas, se
desarrollan para originar un nuevo individuo. Las esporas suelen ser haploides,
generadas por meiosis en el esporofito. Estas esporas originan el gametofito,
diferente del esporofito y serían una etapa del ciclo diplohaplonte de las
plantas. La ventaja es que a partir de un esporofito se forman muchas esporas
que dan lugar a numerosos gametofitos.
2. Multiplicación Vegetativa. Se produce gracias a la formación de
estructuras meristemáticas en zonas especializadas de la planta. Este proceso
puede ser por dos mecanismos: la gemación y la fragmentación.
a) Gemación. Este proceso consiste en la formación de unas estructuras
especializadas que se llaman Yemas, las cuales contienen células meristemáticas.
Estas yemas se denominan propágulos en las plantas inferiores. En las plantas
superiores, las yemas pueden estar en la superficie de la estructura reproductora,
como en el caso de los tubérculos o en el interior de dicha estructura como en los
bulbos.
b) Fragmentación. En este tipo de reproducción, el progenitor se divide de forma
espontánea o provocada y las células parenquimáticas se transforman en células
embrionarias capaces de desarrollar nuevos órganos (raíz, tallo u hojas) para la
nueva planta.
Si este proceso se produce en tallos subterráneos rastreros, se les llama Rizomas y
si se produce por tallos rastreros por encima del suelo se llama Estolón.
El hombre ha aprovechado esta capacidad de regeneración de las plantas para
reproducirlas de forma asexual, para ello utiliza trozos de una planta, generalmente
del tallo, llamados Esquejes, los cuales, bien enterrándolos o manteniéndolos un
tiempo en agua, producen una nueva planta al generar raíces. También se puede
implantar un trozo de una planta en otra mediante los Injertos.
PROPÁGULO TUBÉRCULO BULBO
Este esquema muestra el aspecto
del óvulo antes de madurar
(macrosporangio) y después de
madurar (gametofito femenino).
POLINIZACIÓN
La Polinización es el proceso mediante el cual los granos de polen maduros pasan desde
los estambres de una flor al ovario de otra. Normalmente, en una flor, primero maduran
los estambres y luego los óvulos, por lo que así se asegura que se produzca una fecundación
cruzada, aunque a veces también se puede dar una autofecundación en una flor.
El paso de los granos de polen a otra flor se produce mediante tres mecanismos:
1. Polinización Aerógama. El transporte de los granos de polen se realiza por el viento,
que los toma cuando se abren las anteras y los dispersa hasta que éstos caen sobre otra
flor. Este proceso es poco efectivo y las plantas tienen que producir grandes cantidades de
polen para asegurar que alguno llega a otra flor.
2. Polinización por el Agua. En este caso, es el agua el que recoge los granos de polen y
los lleva a otra flor. Este proceso es muy poco común y es propio de plantas acuáticas.
3. Polinización Entomógama. Es el proceso más común, el cual se produce por la
participación de los insectos (abejas, mariposas, etc.). El insecto llega a la flor atraído por
el perfume y el color para recoger el néctar. Al entrar, rompe las anteras y los granos de
polen se adhieren a sus pelos y patas. Cuando visitan otra flor, depositan sobre ella los
granos de polen. Es, por tanto, un proceso muy efectivo, ya que se garantiza la llegada de
los granos de polen a otra flor.
POLINIZACIÓN AERÓGAMA POLINIZACIÓN ENTOMÓGAMA
FECUNDACIÓN
Mediante la fecundación se produce la fusión de los núcleos espermáticos del
grano de polen y la oosfera, con lo que se forma un cigoto diploide, el cual, tras un
desarrollo embrionario dará origen a la semilla.
Cuando los granos de polen llegan al estigma de otra flor se pegan a él por una
sustancia viscosa y azucarada que produce el estigma. Entonces se rompe la exina
del grano de polen y la intina se alarga, formando una especie de dedo, el Tubo
Polínico, que se alarga y avanza por el estilo hasta llegar al ovario. En el extremo
del tubo polínico se localizan los dos núcleos espermáticos.
Al contactar con un saco embrionario, el tubo polínico penetra por el micrópilo y
se produce una doble fecundación. Uno de los núcleos espermáticos se fusiona con
la oosfera, originando así un Cigoto diploide el cual, al desarrollarse, formará el
embrión de la futura planta. El otro núcleo espermático se fusiona con el núcleo
secundario del saco embrionario y se forma así una célula triploide. Esta célula
sufrirá múltiples divisiones mitóticas para formar el Endospermo o Albumen de la
semilla. En el albumen, la semilla acumula las sustancias de reserva que necesita
para su germinación posterior.
ESQUEMA DEL PROCESO DE FECUNDACIÓN DOBLE
FORMACIÓN DE LA SEMILLA
El cigoto sufre una serie de mitosis sucesivas que origina, en primer lugar, dos
células, una de las cuales formará el Embrión. La otra dará lugar al Suspensor, el
cual está formado por una hilera de células. Éste se une al embrión por una célula
intermedia y sirve para situar al embrión dentro del endospermo. Posteriormente, el
suspensor constituirá el ápice de la raíz.
La otra célula sufre numerosas divisiones mitóticas hasta que forma una masa
con forma de Y. A partir de ese momento comienza la diferenciación celular dentro
del embrión. El Suspensor origina la Radícula o primordio de la raíz. A
continuación, en la rama inferior de la Y, se forma el Hipocotilo, que se continúa
con el Epicotilo, situado entre las dos zonas laterales. Ambos constituyen el tallo
embrionario. En el extremo del Epicotilo se sitúa la Gémula que es la yema apical,
la cual originará el tallo de la planta y las hojas. Las dos zonas laterales, más
grandes, se transforman en los Cotiledones que serán las primeras hojas de la
planta cuando germine. Éstas hojas suelen ser diferentes de las que tiene la planta
adulta y en cuanto la planta forma nuevas hojas, los cotiledones caen.
Aquellas plantas que tienen dos cotiledones en su embrión se llaman
Dicotiledóneas y las que tienen un sólo cotiledón se llaman Monocotiledóneas.
Al mismo tiempo que ocurre todo esto, también se produce la multiplicación de la
célula triploide, la cual origina una masa de células que aumenta de tamaño y ocupa
casi todo el interior de la semilla. En sus células se acumulan sustancias de reserva
para nutrir al embrión durante la germinación de la semilla. Esta masa se denomina
Endospermo o Albumen.
Mientras ocurren estas transformaciones en el interior del saco embrionario,
suceden otros cambios en su zona externa. Así, la primina y la secundina se
transforman, por engrosamiento y endurecimiento, en las cubiertas de la semilla. La
capa externa forma la Testa que es más dura y leñosa, mientras que la capa interna es
el Tegmen, más delgada y coriácea.
Por tanto, tras este periodo de desarrollo embrionario, se forman, dentro del
ovario, varias semillas (una por cada saco embrionario). En la estructura final de una
semilla podemos diferenciar tres partes:
Las cubiertas (Testa y Tegmen) que protegen a la semilla de las condiciones
ambientales adversas como sequedad, calor o frío.
El Embrión que suele ocupar la punta saliente de la semilla y que es una planta
en miniatura que contiene las futuros órganos: raíz, tallo y hojas.
El Endospermo o tejido de reserva que acumula los nutrientes que el embrión
necesita para llevar a cabo la germinación.
DESARROLLO EMBRIONARIO ESTRUCTURA DE LA SEMILLA
FORMACIÓN DEL FRUTO
Mientras en el interior del ovario se van formando las semillas, el propio ovario
de la flor también sufre transformaciones. Sus paredes se engrosan en mayor o
menor medida y en muchos casos acumulan gran cantidad de sustancias
azucaradas (fructosa). Se origina así el Fruto.
En un fruto se diferencian tres partes:
El Exocarpio, que es la capa más externa y endurecida. Suele estar recubierta
de ceras y presenta pigmentos.
El Mesocarpio o capa intermedia, que acumula muchos nutrientes. Es la capa
más gruesa y nutritiva.
El Endocarpio, que es una capa interna de aspecto leñoso o coriáceo y que
rodea a la semilla.
Cuando los frutos presentan esta estructura y son jugosos y con un mesocarpio
abundante, se denominan Frutos Carnosos, como el tomate, melocotón, cereza,
etc. Pero, en muchas ocasiones, el fruto pierde agua y se vuelve coriáceo, delgado
y duro, formándose así los Frutos Secos. Si el fruto seco se abre espontáneamente
para dispersar las semillas, hablamos de Frutos Dehiscentes, como las legumbres,
pero si no se abren por sí solos, se llaman Frutos Indehiscentes.
PARTES DE UN FRUTO FRUTOS CARNOSOS
FRUTOS DEHISCENTES FRUTOS INDEHISCENTES
GERMINACIÓN DE LA SEMILLA
Cuando las condiciones de humedad, temperatura, luz y oxígeno son las
adecuadas, se produce la germinación de la semilla, mediante la cual se produce la
transformación del embrión en una plántula o plantita inicial que, al
desarrollarse, dará lugar a la planta adulta.
La germinación comienza con la absorción de agua por la semilla, con lo cual
aumenta de tamaño el albumen y en su interior se activa el metabolismo. Al crecer
el albumen se rompen las cubiertas de la semilla.
En primer lugar se desarrolla la radícula, originando una raíz que crece hacia
abajo y que comienza a actuar absorbiendo agua y sales minerales en cuanto
desarrolla los pelos radicales.
Luego se desarrollan los cotiledones, que crecen hacia arriba y roturan la tierra
para emerger. Al principio son blanquecinos y en su crecimiento se alimentan de
las reservas del albumen. Al darles la luz, sintetizan clorofila y se vuelven verdes,
con capacidad para producir la fotosíntesis.
Por último, comienza a actuar la gémula que origina un tallo que crece entre los
cotiledones. Su actuación forma un tallito y el desarrollo de las primeras hojas
verdaderas de la planta, momento en el cual los cotiledones mueren y caen.
PROCESO DE GERMINACIÓN DE LA SEMILLA