Trabajos y Publicación de los alumnos del programa de

ensayos doctorado Cooperación, Integración y Conflicto en

la Sociedad Internacional Contemporánea
Número 2 (julio de 2005)

El papel de la OUA en el conflicto del Sáhara Occidental

y su influencia en el desarrollo político de la RASD

María López Belloso

INTRODUCCIÓN

A menudo, cuando se habla del problema saharaui, parece que dicho problema queda
fuera del contexto africano, y del proceso de descolonización del continente. Sin embargo, el
Sáhara forma parte del continente africano, y su organización regional, así lo ha entendido y
ha sido el mayor apoyo institucional en la lucha del pueblo saharaui por constituirse como
estado.
Desde la constitución de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en 1976 se
vivió un proceso legitimador de dicha constitución en el seno de la organización Africana,
que llegó a poner contra las cuerdas a un Estado miembro, Marruecos, que tras muchas
amenazas, finalmente tomó la determinación de abandonar la organización.
Además de este apoyo institucional, la causa saharaui ha tenido un papel fundamental
en la evolución de la propia organización africana, por lo que en mi opinión ambas han
experimentado un proceso de retroalimentación que las ha fortalecido y se han conseguido
unificar posiciones y eliminar polarizaciones.
En las páginas siguientes vamos a analizar la evolución de ambas organizaciones, La
organización de la Unidad Africana (OUA), hoy Unión Africana (UA), y RASD, así como el
proceso de fortalecimiento mutuo de las mismas a lo largo de su historia.

LA ORGANIZACIÓN DE LA UNIÓN AFRICANA, PROPÓSITOS Y PRINCIPIOS

BÁSICOS Y SU APLICAIÓN AL CASO DEL SAHARA OCCIDENTAL

La organización de la Unidad Africana fue creada en 1963 tras la descolonización de la

mayor parte del continente. Su instrumento principal es la Carta de Addis-Abeba de 25 de

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mayo de 1963 , cuyo preámbulo revela la convicción de los Jefes de Estado y de Gobierno
participantes de estar asumiendo la responsabilidad del destino del Continente.
Dicha Carta , en su artículo segundo, enumera los propósitos de la Organización:
• Reforzamiento de la solidaridad y unidad africana y malgache
• Coordinación e intensificación de la cooperación para elevar el nivel de vida de los
pueblos.
• Defensa de la soberanía, integridad territorial e independencia.
• Eliminación de todas las formas del colonialismo.
• Favorecimiento de la Cooperación internacional teniendo en cuenta la Carta de las
Naciones Unidas y Declaración Universal de Derechos Humanos.
• En el artículo tercero se enumeran los principios básicos de esta organización:1
• Igualdad soberana de los Estados miembros
• No intervención en los asuntos internos o externos de los Estados.
• Respeto a la soberanía e integridad territorial y al derecho inalienable de los Estados
a su existencia independiente.
• Solución Pacífica de controversias.
• Absoluta dedicación a la emancipación total de los Territorios Africanos todavía
dependientes.
• No alineamiento con ningún bloque.
Estos principios y propósitos de la Organización para la Unidad Africana serán de
crucial importancia en el posicionamiento de esta organización en el caso de la República
Árabe Saharaui Democrática, así como la condición indispensable para convertirse en
miembro de esta organización establecida en el artículo cuarto de la Carta: “Ser estado
africano soberano e independiente”entendiendo como estado africano aquellos situados en el
continente, más Madagascar y otras islas que rodean África.
Sin embargo esta organización no consiguió acabar con el subdesarrollo del continente
ni con los conflictos internos y por estos motivos en 1999, basada en el nuevo panafricanismo
de Sirte2 se sentaron las bases para una nueva organización, la Unión Africana, que surgiría de
las cenizas de la antigua Organización para la Unidad Africana.

1
-Pastor Ridruejo, J.A, “Curso de Derecho Internacional Público y Organizaciones Internacionales”, Tecnos,
Madrid 1986, pp. 798.
2
En junio de 1999, en Argel, la Asamblea de Jefes de Estado y Gobierno aceptó por aclamación la invitación del
Coronel. Muhammar Ghadafi para celebrar la IV Cumbre Extraordinaria en Sirte en septiembre. El propósito de
la Cumbre Extraordinaria era hacer enmiendas a la Carta de la OUA con vistas a elevar la eficiencia y eficacia de
la organización. El tema central de la Cumbre de Sirte fue “Fortaleciendo la capacidad de la OUA para que

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Así en el año 2000 en Lomé se firmó el Acta constitutiva de la Unión Africana, y en

2001 en Lusaka se fundó la Unión Africana.
En el seno de esta organización, desde su nacimiento en 1963 se han producido dos
tipos de Conflictos: los conflictos que han contribuido a la acción común y unida, como el
caso del Apartheid, y los conflictos que han producido la controversia y la división como los
conflictos derivados de la forma de llevar acabo la descolonización del continente marcada
como propósito de la Organización. Es en este segundo grupo de conflictos donde se enmarca
el conflicto del Sahara Occidental.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA CUESTIÓN DE LAS RASD EN EL SENO DE DE LA

OUA

En el momento del surgimiento del conflicto en 19753 hubo consenso en la OUA sobre
la necesidad de descolonizar el territorio como ya se había hecho en gran parte del continente.
La OUA había sido la encargada de analizar la situación en el territorio pero lo que
daría un nuevo impulso a su papel como agente regional fue la decisión de las Naciones
Unidas de dar luz verde a la OUA para intervenir en el conflicto y colocar en el ámbito
regional el espacio apropiado para la búsqueda de una solución al conflicto.
Esto causó una gran satisfacción a Marruecos que había mantenido de forma continua la
petición a Naciones Unidas de que dejara en manos de la OUA la búsqueda de una salida al
problema saharaui, aunque posteriormente esto perjudicara claramente las pretensiones
marroquíes.
Sin embargo la OUA no había esperado la autorización de la ONU para participar en el
conflicto. Así , ya desde 1976 venía examinando el caso en sus cumbres anuales.
En cuanto a propuestas concretas sobre asuntos relativos al conflicto y relevantes en el
tema que nos ocupa, la primera acción digna de mención fue la propuesta, por parte del
Comité de liberación de la OUA en Maputo en enero de 1976 de reconocimiento del Frente

pueda hacer frente a los retos del nuevo milenio”. Esta Cumbre concluyó el 9 de septiembre de 1999 con la
Declaración de Sirte,
3
Ruiz Miguel, C, El Sahara Occidental y España: Historia, política y Derecho. Análisis crítico de la política
exterior española Ed. Dykinson, Madrid 1995

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Polisario como movimiento de liberación nacional y único representante legítimo del pueblo
saharaui.
Esta cuestión fue votada en la reunión del Consejo de Ministros de la OUA del 22 de
Febrero y obtuvo 17 votos a favor, 9 en contra y 21 abstenciones. Sin embargo, este
reconocimiento nunca llegó a buen término, ya que se vio eclipsado por la Proclamación de la
RASD el 27 de febrero del mismo año, de forma simultánea a la sesión del Consejo de
Ministros de la OUA , que estaba reunido en Addis Abeba y que en esa misma reunión afirmó
el Derecho del Pueblo Saharaui a la libre determinación.4
Este hecho de la proclamación de las RASD creó un gran malestar a Marruecos y
Mauritania que se sintieron amenazados ante un posible reconocimiento de la RASD por parte
de la OUA e incluso amenazaron con su retirada de la OUA y el apoyo a otros grupos
independentistas africanos tratando así de frenar los impulsos de reconocimiento que ya
habían manifestado algunos estados miembros.5
En la quinceava Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno, la OUA, creó un Comité
ad hoc formado por 5 jefes de estado y bajo la dirección del, en aquel entonces Presidente de
la OUA, Gaafar Mohamed Nimeiri, para buscar una solución al conflicto a la luz del Derecho
de Autodeterminación6, lo que molestó a Argelia y a la RASD al entender éstas que al ser un
problema de descolonización, quien debía entender de ello, era la ONU. Y sin embargo, la
creación de este comité fue aplaudido por Marruecos y Mauritania. Lo que resulta curioso es
que para la creación de este comité se utilizara como base jurídica el artículo19 de la Carta de
la OUA, que simplemente permite a la organización “crear tantas comisiones como considere
necesarias”, en vez de utilizar el artículo 20 de dicha Carta que capacitaba a la Asamblea de la
OUA para crear una comisión de Mediación, Conciliación y Arbitraje en caso de disputas
entre Estados miembros. Es de suponer que no se aplicó esta posibilidad porque la RASD
todavía no había sido reconocida como miembro de pleno derecho de la Organización.
Acto seguido de la creación de este comité se creó un subcomité con la misión de visitar
la región para establecer las medidas necesarias para establecer de nuevo la Paz y Seguridad

4
Hoover, John Damis, “Conflict in Northwest Africa: The Western Sahara Dispute”, Institution Press, Stanford
University, Stanford, Cal., 1983.
5
Hodges , T, “Western Sahara, the Roots of a DesertWa ”Ed Lawrence Hill & Company, EEUU, 1983
6
Soroeta Liceras, J, El Conflicto del Sahara Occidental, reflejo de las contradicciones y carencias del Derecho
Internacional, Servicio Ed. UPV-EHU, Bilbao, 2001, pp. 88

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internacionales. Conjuntamente solicitó a las partes un Alto el Fuego para que dicho comité
pudiese realizar sus funciones.
El comité realizó la visita a la región y sus recomendaciones tras ella se recogieron en
un informe aprobado el Monrovia, en la dieciseisava Conferencia de Jefes de Estado y de
Gobierno, y en la que se adoptó la decisión AHG/Dec.114(XVI) que abogaba por dos
aspectos importantes: un alto el Fuego y un referéndum de autodeterminación para e Sahara
Occidental.
En la siguiente Conferencia de Jefes de Estados (17ª) celebrada en Freetown en 1980, se
originaría la primera gran crisis en la OUA, y una de las mayores de las que ha atravesado,
provocada por el Conflicto del Sahara Occidental.
En 1979, en agosto, casi un año antes de la citada Conferencia se había celebrado el
tratado de Paz saharaui-mauritano, lo que suponía el reconocimiento implícito de la RASD
por parte de Mauritania, dejando así como únicas partes en conflicto a Marruecos y al Frente
Polisario.7
En esta tesitura, en Julio de 1980, en la Conferencia de Freetown se propuso
expresamente la admisión de la RASD como miembro de pleno derecho de la OUA. Ante
esto, Marruecos negó que la RASD reuniese las condiciones exigidas para la creación de un
nuevo estado8, y solicitó una interpretación de los artículos 4, 27 y 28 de la Carta (de aquí la
importancia del artículo cuarto por lo que ha sido citado anteriormente).El artículo 27 de la
Carta establece que cualquier decisión relativa a la interpretación de la Carta deberá ser
adoptada por una mayoría de dos tercios de la Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno.
Según Marruecos, al atribuir a la RASD la consideración de un “Estado africano soberano e
independiente” se estaba interpretando el citado artículo 4, por lo que era necesario aplicar la
mayoría de dos tercios. En el momento de la celebración de la cumbre, la RASD ya había sido
reconocida por veintiséis estados de los cincuenta que componían la OUA en ese momento,
por lo que ni la RASD ni Marruecos disponían de la mayoría de dos tercios.
Esta coyuntura hizo que la situación se pospusiese hasta que el Comité ad hoc hubiera
cumplido su misión, triunfando momentáneamente la voluntad marroquí.
La siguiente Conferencia se celebró en junio de 1981 en Nairobi, y en ella parecía ya
inevitable la admisión de la RASD. En esta cumbre, la admisión de la RASD fue propuesta

7
-Diego Aguirre, J. R, “La Guerra del Sahara”. Historia 16, nº16, 1991. pp.188.
8
Quel López, F.J, “La práctica reciente en materia de reconocimiento de Estados: problemas en presencia”
Cursos de Derecho Internacional de Vitoria-Gasteiz, Servicio editorial UPV, Bilbao 1992.

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por el Secretario General, que la consideró de su incumbencia , tratando la cuestión como un

trámite meramente administrativo ya que la mayoría simple de los estados habían sido
favorables a dicha admisión. Ante esto Hassan II decidió asistir él mismo en persona y agotó
su último cartucho: aceptar por primera vez la organización de un referéndum, y, no sólo eso,
sino plantearlo incluso en cuatro o cinco meses. Esta conferencia se saldó con la adopción de
dos decisiones y una resolución que recogían la organización y coordinación de un
referéndum en el Sahara Occidental y la creación de una administración interina que
asegurase la imparcialidad del mismo, la instauración de un alto el fuego y el respeto del
mismo. La Resolución adoptada en dicha conferencia, la Resolución 103 (XVIII), se
felicitaba del solemne compromiso de Hassan II y creó el “Comité de Ejecución que se
encargaría de la organización del Referéndum y del Alto el Fuego. Sin embargo la utilidad de
este comité era dudosa desde su creación dad la negativa marroquí de negociar con el
Polisario y de retirar sus tropas durante la celebración del mismo. Sin embargo este comité
supuso el primer intenso serio de abordar el referéndum y supondría la base del futuro Plan de
Paz de 1988.
La aportación de la OUA fue muy importante en esta parte del proceso pese a que sus
resultados no se viesen hasta años más tarde. Entre estas importantes aportaciones está el
hecho de que la ONU en su Resolución de la Asamblea General 39/40 asumiese todo el
contenido de la Resolución 104 de la OUA.
En 1982, con un reconocimiento de la RASD por parte de 26 estados, y a pesar de que
EE UU trató de utilizar su influencia para evitarlo, el Secretario General comunicó a la
RASD, como país independiente y soberano, su admisión en el seno de la OUA e invitándole
a la siguiente Conferencia en Addis Abeba en febrero de 1982.9Este hecho provocó la mayor
crisis de la historia de la OUA provocando la retirada del consejo de Marruecos y de
diecisiete estados afines a su postura paralizando la actividad de la organización durante
varios meses, aunque todavía no llevó a la retirada total de Marruecos de la organización, ya
que todavía creía que podría controlar más el asunto desde dentro de la organización.
Esta gran crisis de la OUA se hizo todavía más evidente en la Conferencia que debía
celebrarse en Dakar en marzo en 1982, en la que se debía de haber puesto en marcha la
PANA, (Agencia Panafricana de Información).

9
Ruiz Miguel, C, “Recientes desarrollos del Conflicto del Sahara Occidental: Autodeterminación y estatalidad”
Anuario Mexicano de Derecho internacional, nº1, México 2001, pp. 343

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En esta fallida Conferencia, Senegal, histórico aliado de Marruecos,10 y que debía ser el
anfitrión de dicha conferencia, negó la entrada a los representantes del Polisario. Ante esto, la
delegación argelina se retiró de inmediato, acompañada por otras trece delegaciones, y la
conferencia no pudo celebrarse por falta de quórum. Esta situación de bloqueo del
funcionamiento de la Organización se repitió en varias ocasiones, provocando que cuando la
delegación de la RASD era admitida, fuesen las delegaciones de Marruecos y sus aliados las
que se retirasen, como sucedió en el consejo de Ministros de Salisbury en abril de 1982.
El momento álgido de confrontación en el seno de la OUA se vivió en la también fallida
Conferencia de Trípoli, en la que , al problema de la retirada de los países contrarios a la
admisión de la RASD se añadió el problema de la representación de Chad, ya que no había
consenso en cual de las dos delegaciones debía representar al país.
Ante este clima de crispación la RASD decidió “abstenerse provisional y
voluntariamente” de participar en las cumbres lo que permitió a la OUA restablecer su
funcionamiento.
Gracias a esta actitud de los saharauis fue posible la celebración de la decimonovena
conferencia en Addis Abeba en junio de 1983.Esta conferencia fue de especial importancia,
ya no solo porque fue posible su celebración, sino porque en su transcurso se aprobó la
Resolución AHG/Res.104 (XIX) en la que se recordaba a Hassan II su compromiso de aceptar
la celebración de un Referéndum y se acogía con beneplácito la actitud constructiva de los
dirigentes de la RASD, y en ella se aludió por primera vez al POLISARIO en una resolución
de la OUA, como una de las partes del conflicto11.
La siguiente conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada al año siguiente,
también en Addis Abeba, la RASD ocupó por primera vez su escaño en la OUA desde su
reconocimiento como miembro en 1982, cumpliéndose así el trámite necesario de ratificación
por parte de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno.
Esto llevó a Marruecos a abandonar de forma definitiva la OUA, y generó una nueva
crisis en la organización de la OUA, con actitudes como la de Zaire (actualmente República
Democrática del Congo) que decidió suspender su participación en las actividades de la
organización.

10
Boukhari Ahmed, “Las dimensiones internacionales del conflicto del Sahara Occidental y sus repercusiones
para una alternativa marroquí”. Boletín del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos , 19-
4-2004, www.realinstitutoelcano.org
11
Pazzanita G Anthony, Morocco versus Polisario: a Political Interpretation., The Journal of Modern African
Studies, 32, 2, 1994, p. 265-278.

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Esto no hizo mella en el apoyo que la organización ofrecía a la RASD, y este apoyo se
vio reforzado, incluso tras la salida definitiva de Marruecos en la vigésima Conferencia de la
OUA, también en Addis Abeba, en la que se eligió al presidente de la RASD, Mohamed
Abdelaziz como vicepresidente de la organización, suponiendo el mayor triunfo diplomático
de la RASD.
En el vigésimo quinto aniversario de la organización, en 1988,la OUA siguió esta línea
de apoyo a la RASD con una declaración de la Asamblea de Jefes de Estado en la que se
recordaba que el pueblo saharaui no había podido todavía ejercer su legítimo derecho a la
autodeterminación y pedía a las partes que negociaran para encontrar una solución rápida y
satisfactoria.
La OUA siguió con satisfacción las negociaciones iniciadas entre ambas partes en 1989
que culminaron en el Plan de Arreglo, y a partir del cual el conflicto se llevó en el seno de la
OUA y Naciones Unidas, que han mantenido un régimen de colaboración en el seguimiento
del mismo.
A partir de este momento el conflicto saharaui dejó de ser objeto especial de la OUA,
salvo por la decisión tomada en la Trigésima Conferencia, celebrada en Túnez en 1993, y en
la que se decidió disolver el Comité de Liberación por considerar que con el fin del
Apartheid, se había puesto fin al proceso de descolonización.
Esta decisión ha sido instrumentalizada por ambas partes. Para la RASD, la decisión de
la OUA se debe a que al haber sido ya admitida como estado miembro de la organización, el
conflicto ha dejado de ser un problema de descolonización, para pasar a ser un problema
internacional entre dos estados independientes por la ocupación ilegal de uno sobre otro.
Sin embargo, Marruecos la ha interpretado en el sentido de que al no considerar la
cuestión saharaui como una cuestión de descolonización, la OUA estaba dando a la cuestión
la consideración de un problema interno.
Dada la trayectoria de apoyo a la RASD por parte de la OUA es lógico pensar que la
intención de la organización coincide con la interpretación de la RASD, y que para dicha
organización el problema ha pasado a ser un conflicto internacional entre dos estados.

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CONCLUSIONES

Como hemos podido comprobar en esta breve exposición sobre el seguimiento que ha
hecho la OUA (hoy UA) del Problema Saharaui, desde el inicio del mismo la relación de la
RASD y la institución regional africana, han seguido una evolución paralela en la que los
puntos álgidos de confrontación del conflicto han coincidido con los grandes bloqueos de
funcionamiento de la organización africana.
En todo este proceso si hay algo que ha quedado de manifiesto es la buena voluntad que
ha mostrado siempre la RASD, tanto para llegar a soluciones, como para evitar el colapso de
la organización.
También ha quedado claro en esta exposición que tanto Marruecos, como la RASD
cuentan con grandes aliados, tanto a nivel de Naciones Unidas, como a nivel regional. En mi
opinión este hecho esta directamente relacionado con la falta de democracia existente en el
continente africano, el conocido como Club de Dictadores, en el que Hassan II obtuvo el
apoyo de países que en aquel momento también estaban dominados por grandes dictadores,
como el caso de Zaire, actual república Democrática del Congo.
Tras un último periodo de democratización del continente, Marruecos ha perdido parte
de sus apoyos, el más destacado de ellos el de Sudáfrica, que recientemente ha reconocido la
estabilidad de la RASD, al quedarse anclado en un régimen feudal, y ha perdido el tren de la
organización africana.
Los países africanos deberían seguir manteniendo, en el seno de la organización
regional, su papel de legitimadores del proceso de Paz, y presionar al Régimen Alahuí para
que cese en su dilatación del proceso de Paz.
En este momento, en el que el continente africano vive un momento de refuerzo de la
unidad y la integración tras el cambio en la organización a la Unión Africana, y los esfuerzos
de algunos líderes africanos por reclamar el protagonismo que este continente merece, incluso
dentro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, deberían verse reflejados en una
presión regional africana a Marruecos para que cese en su ocupación.

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BIBLIOGRAFÍA

BOUKHARI AHMED, “Las dimensiones internacionales del conflicto del Sahara Occidental
y sus repercusiones para una alternativa marroquí”, Boletín del Real Instituto
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crítico de la política exterior española” Ed. Dykinson, Madrid 1995
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y carencias del Derecho Internacional ,Servicio Ed. UPV-EHU, Bilbao, 2001

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