48 || Clarin || sociedad || DOMINGO 26 de diciembre de 2010
CULTURA
para comunicarse con la sección Ω cultura@clarin.com
Retrospectiva a color
Muestra del artista argentino-
brasileño Héctor Bernabó.
Se trata de un recorrido a lo largo de
toda su obra. De lunes a viernes, de 12
a 19, y sábados, de 11 a 16. Hasta el
31 de enero. En Espacio Cultural de la
Embajada de Brasil (Arroyo 1142).
asociacion de academias de lengua española
La nueva
ortografía
explica sus
razones
e Acaba de aparecer el
libro con todas las
novedades y sus
motivaciones lógicas.
Patricia Kolesnicov
pkolesnicov@clarin.com Y la unidad del español no es cues-
C
omo si nos tocaran algo ín-
timo –nos tocaban algo ínti-
mo– cuando la Asociación de
Academias de la Lengua Española
anunció cambios en la ortografía,
ardieron Troya, Buenos Aires,
México y algo de Madrid también,
hay que decirlo.
Y ardieron porque, en atención
a la unidad de la lengua española,
el nuevo trabajo de la Asociación
–formada por academias de 22 paí-
ses– modifica cuestiones arraiga-
das, como los nombres de algunas
letras (que la ve corta se llame uve,
como en España) o la acentuación
de algunas palabras (que guion no
lleve tilde, siguiendo una regla orto-
gráfica que coincide con la pronun-
ciación de gran parte de América).
¿Cómo se llegó a estas decisio-
nes? Primero hay que tener claro
que, aunque la Real Academia Es-
pañola es una especie de hermano
mayor (y, lo que no es poco, de Tío
Rico), hoy las decisiones sobre el
idioma las toman las academias en
conjunto. En 2007, encargaron a la
RAE que preparara una nueva Or-
tografía. Tras algunas discusiones,
el texto se aprobó en Guadalajara,
el 28 de noviembre. Y acaban de
llegar al país los primeros ejem-
plares de una edición de lujo, que
cuesta 219 pesos (el año que viene,
saldrá una Ortografía Básica a un
Solo
costo menor).
La ortografía, se explica en el pró-
logo, debe acompañar los cambios
de la lengua. Pero no es sólo eso: en
un idioma que se habla en un terri-
torio tan extenso como el del espa-
ñol, la palabra escrita es garantía de
unidad (o gatillo para la dispersión).
tión de amor a Cervantes sino de lo
económicamente valiosa que resul-
ta la posibilidad de publicar, de sub-
titular, de hacer doblajes y etiquetas
para 450 millones de personas. “La
ortografía –dicen aquí– representa
el pilar fundamental de la unidad
de la lengua.” Mientras que otros
elementos lingüísticos varían por
región, por clase social, por cuestio-
nes culturales, “la ortografía es un
código uniforme en el que todas las
variables se diluyen”.
¿Eso importa? Las Academias
dan un argumento directo al co-
razón: “Aunque su pronunciación
sea distinta, una misma represen-
tación gráfica unifica la voz literaria
de Gabriel García Márquez, Carlos
Fuentes, Mario Vargas Llosa o Mi-
guel Delibes”.
Detrás de este objetivo, la unidad,
se fijan criterios de escritura que se
despegan de variables locales. Y la
pronunciación es local. Así que esta
ortografía se presenta como un sis-
tema de representación gráfica que
“aun hallándose en relación estre-
cha con los sistemas de la lengua
oral”, tiene autonomía.
Producto de negociaciones, de
diferencias y de acuerdos, aquí las
reglas fresquitas del castellano.
Razonadas, dicen los académicos.
Pero ya se sabe; como el corazón, a
veces la lengua tiene razones que la
razón no comprende. w
Muchos días felices
Las miradas de artistas y escritores
contemporáneos sobre la dicha.
A partir del 1° de enero se podrá gozar
de obras sobre la dicha de artistas y
escritores -entre otros, Marta Minujín,
Rafael Spregelburd y Diana Bellesi- en
www.muchosdiasfelices.com
Casos y causas
Se puede escribir sin acento
en todos los casos
“La palabra solo tanto cuando es
adverbio (Solo trabaja de lunes a
viernes) como cuando es adjetivo
(Está solo en casa todo el día)
no debe llevar tilde según las
reglas generales de acentuación”,
explican. No obstante, dicen, “las
reglas ortográficas venían pres-
cribiendo el uso de la tilde en el
adverbio solo (...) para distinguirlo
del adjetivo solo cuando en un
Truhan 1o 2
Se deja de acentuar algunas
palabras, que antes se
consideraban bisílabas.
La combinación de una vocal
cerrada no acentuada y una abierta
–”cielo”— o la combinación de dos
vocales cerradas –”ciudad”– for-
man diptongo. Siempre: se deja
Un buen cáterin
Cuando se toma del inglés una palabra terminada en “ing”, se
recomienda suprimir la “g”
Los hablantes, dicen la Academias, no pronuncian esa g y hay que seguir-
los en la escritura. Proponen, entonces, campin (por “camping”), castin
(pero mejor, “audición”), márquetin, cáterin y pirsin.
MAMBA para todos
Con el imaginario de Ignacio Pirovano
hoy abre sus puertas el museo.
Más de 6.000 obras vanguardistas e
innovadoras de los siglos XX y XXI,
de vuelta al alcance del público en el
modernizado edificio. De 13 a 20. En
MAMBA, (San Juan 350).
mismo enunciado eran posibles
ambas interpretaciones”. Ejemplo
de confusiones que se podían dar:
“Trabaja sólo los domingos” (sola-
mente los domingos) o “Trabaja
solo los domingos” (sin compa-
ñía).
Esa tilde, dice la nueva Ortografía,
no opone formas tónicas (acen-
tuadas) a otras átonas (no acen-
tuadas), por lo que no se justifica el
uso de la tilde. ¿Y las confusiones?
El contexto, dicen las Academias,
resolverá la ambigüedad. ¿Siem-
de tener en cuenta que en algunas
regiones se pronuncian palabras
como truhan y guion como si
tuvieran dos sílabas, (separando
tru-hán y gui-ón) y pasan a ser
monosílabos. Y los monosílabos,
en español, no llevan tilde. Se dejan
de acentuar, entre otros: guion, tru-
han, frio (frió), rio (de reír), Sion.
CULTURA
pre? Los casos reales en los que no
lo hace, dicen, “son raros y rebus-
cados y siempre pueden resolverse
por otros medios, como el empleo
de sinónimos (solamente o única-
mente), una puntuación adecuada,
la inclusión de algún elemento que
impida el doble sentido o un cam-
bio en el orden de las palabras”.
Por si alguien, chilla, muestran que
estas ambigüedades existieron
siempre. Y dan un ejemplo: “Pedro
trabaja seguro”. Ahí “seguro” ¿sig-
nifica “sin peligro” o “seguramente”?
Cuando la o separa dos
números, ya no lleva tilde
Se hacía para evitar confusiones
con el número 0. Así, 3 ó 4 se
diferenciaba de 304. Esta razón,
dicen las Academias, es gráfica
y no es suficiente “ni en la escri-
tura mecánica, hoy en general
gracias al empleo de computa-
doras, ni en la manual, ya que
tanto los espacios en blanco que
flanquean la conjunción como
su diferente forma y menor
altura que el cero hacen prác-
ticamente imposible su confu-
sión real”. Así que “desde este
momento, la conjunción o se
escribirá siempre sin tilde, como
corresponde a su condición de
palabra monosílaba átona”.
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Tres millones de euros por el archivo de Balcells
Carmen Balcells lo vendió al
Ministerio de Cultura Español.
La agente literaria más importante
de las letras en castellano, se ha
deshecho de su archivo, más de
2.500 metros de documentos y
centenares de imágenes, que ahora
exmujer
Ahora el ex se escribe pegado
a la palabra
Los prefijos -y el ex lo es- no son
palabras sino elementos que se
unen a una base y le aportan signi-
ficado, formando nuevas palabras.
Hasta ahora se indicaba escribir el
ex separado cuando iba con sus-
tantivos que señalan ocupaciones,
cargos, relaciones o parentescos
alterables. Ahora se escribe junto
a su base, como los demás prefijos,
“en aras de una mayor coheren-
cia del sistema ortográfico”. Así,
exnovio, expresidente. Pero ex sigue
separado cuando la base está for-
mada por más de una palabra: ex
primer ministro, ex teniente coronel.
Un judas
Palabras surgidas de
nombres propios, que no
llevan mayúscula
Cuando un nombre toma signifi-
cado y pasa a señalar a seres que
comparten ciertas propiedades, se
transforma en un nombre común.
Por ejemplo, ser un judas, un casa-
nova, un quijote
formarán parte del patrimonio
público. Los documentos incluyen
toda la historia de la agencia,
desde 1954, manuscritos, fotos y
correspondencia de autores como
Pablo Neruda, Vicente Aleixandre,
García Márquez y otros muchos.
monseñor
presidente
reina
Son nombres comunes y
entonces se escriben en
minúscula
Por respeto, se los solía poner en
mayúscula, pero, indica la Acade-
mia, “no hay razón lingüística” para
hacerlo. Sucede que la mayúscula,
explican, “está revestida de cierto
valor sacralizador y dignificador”.
Su uso, señalan, tiene una faceta
social en la que aparece la conside-
ración que se otorga al referente de
ciertos términos (el rey, el minis-
tro). Y tiene, también, una faceta
subjetiva, “en la que el que escribe
aplica la mayúscula a aquellos
términos cuyos referentes consi-
dera sagrados o dignos de especial
veneración por razones religiosas
o ideológicas”. Así, en textos reli-
giosos, políticos o militares suelen
BV
No hay ninguna diferencia en
la pronunciación.
“Las dos representan hoy el sonido
bilabial sonoro /b/”, explican los
académicos. “La articulación de
la v como labiodental no es propia
del español y solo se da de forma
espontánea en hablantes valen-
cianos o mallorquines, en algunas
zonas del sur de Cataluña” y en
algunos puntos de América. “En el
resto de los casos es un error que
cometen algunas personas por un
aparecen con mayúscula términos
como sacramento, misa, nación o
patria. La Academia aconseja evitar
estas mayúsculas. Y dicta: “Deben
hoy escribirse con minúscula inicial
todos los tratamientos”. Ejemplos:
don, fray, sor, licenciado, excelencia,
señoría, reverendo. Lo mismo ocurre
con títulos nobiliarios, dignidades y
cargos, como rey, papa, presidente,
ministra, general, arzobispo. Pero
“para aquellas formas honoríficas
correspondientes a las más altas
dignidades (su santidad, su majes-
tad, su excelencia), la mayúscula
inicial es admisible -no obligada-
solo si el tratamiento no va seguido
del nombre propio de la persona
a la que se refiere”. Ejemplos: “La
recepción a Su Santidad será en el
palacio”. Y: “Esperamos la visita de
su santidad Benedicto XVI”.
equivocado prurito de corrección
basado en recomendaciones del
pasado pues, aunque ya en el
primer diccionario académico,
el Diccionario de autoridades
(1726-1739) se reconoce que “los
españoles no hacemos distinción
en la pronunciación de estas dos
letras”, varias ediciones de la
Ortografía y de la Gramática de los
siglos XVIII, XIX y principios del
XX describieron, e incluso reco-
mendaron, la pronunciación de la v
como labiodental”.
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Luto en el mundo del arte
Muere, a los 107 años, el coleccionista
de arte Roy R. Neuberguer.
El también financiero de Wall Street,
y creador del Neuberguer Museum of
Art, murió el viernes en la ciudad de
g
Nueva York. Su colección puede verse
en más de 24 estados.
Si la g y la j, no suenan j, no es
una palabra del español
Se trata, claro, de la g antes de e o i.
Cuando usamos palabras tomadas
de otro idioma en la que la g suena
ye, hay que escribirlas diferencian-
do la tipografía, para destacar que
se está usando una palabra extran-
jera. ¿Ejemplos? Gigoló, ginseng,
manager, jazz.
www
.com
Direcciones electrónicas,
siempre en minúscula
Aunque sean la primera palabra
de una oración, las direcciones
electrónicas no se pueden poner
en mayúscula. Se aconseja, enton-
ces, evitar que aparezcan en esta
posición “anteponiéndole algún
otro elemento”. Si se prescinde
de www, se sugiere escribirlo
“como aparece en la dirección de
búsqueda, es decir todo junto en
minúsculas y sin acentos, como en
revistaenie.clarin.com
Opinión
Federico
Jeanmaire
ESCRITOR
Cuando no es
cuestión de
lógica sino de
pura política
Nadie se muere porque cam-
bie un poco la ortografía de su
lengua.
Sin embargo, se me ocurre
que el problema es otro. Que
no existan más los dígrafos, en
la práctica, no implica absolu-
tamente nada: siempre se trató
de fonemas y no de letras; la
corrección, por lo tanto, parece
bastante lógica y todo lo que
tenga que ver con la lógica le
hace bien a la lengua. Y casi lo
“Las academias tendrán
que aceptarnos así
como somos, poco
apegados a las normas”
mismo se puede afirmar de al-
gunas tildes excepcionales.
El problema original, y que
dio tanto que hablar cuando
trascendieron los posibles
cambios que se introducirían,
era una nueva normativa que
no respetaba ciertos usos y
costumbres no peninsulares.
El aparente dilema entre i grie-
ga y ye o entre ve corta y uve,
por ejemplo. En esas cuestio-
nes, de ningún modo entraba
la lógica. Lo que entraba era,
quizás, el deseo de imponer
usos centrales por sobre usos
periféricos. Política. Pura po-
lítica.
Y está muy bien que esas
modificaciones no hayan sido
aprobadas. Lamentablemente,
otras sí lo fueron: las grafías
hispánicas de algunas pala-
bras provenientes de otros
idiomas. De todos modos,
pensando este último asunto
desde acá, desde la periferia
sur del castellano, sospecho
que no tendrán mucho éxito y
que, con el tiempo, las acade-
mias tendrán que aceptarnos
así como somos, muy poco
apegados a las normas.