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ISEGORÍA.

Revista de Filosofía Moral y Política


N.º 41, julio-diciembre, 2009, 287-292
ISSN: 1130-2097

Multiculturalidad y derechos colectivos


en Joseph Raz *
Multiculturalism and Collective Rights in Joseph Raz
JUAN PABLO ZAMBRANO TIZNADO
Universidad Católica de Temuco, Chile

RESUMEN. En este trabajo me propongo mos- ABSTRACT. In this paper I intend to show the
trar las dificultades de sostener la argumenta- difficulties of sustaining Raz’s argument in
ción de Raz para fundamentar los derechos support of collective rights in the case of
colectivos en el caso de sociedades multicul- multicultural societies. This is in contrast to
turales. Para ello contrasto la argumentación the argument of this author with J. Griffin. I
de este autor con la de J. Griffin. Concluyo conclude that although there are communal
que si bien existen bienes comunales, en el property, in the case of multicultural societies
caso de las sociedades multiculturales la im- the possibility that these act as an agency
posibilidad de que estas actúen como unidad makes it very difficult to agree on them, and
de agencia hace muy difícil un acuerdo sobre in the event of this agreement, the result can
ellos y, en el caso de existir este acuerdo, el not be called «law» according to the theory of
resultado no puede llamarse «derecho» según law upheld by Joseph Raz.
la teoría del derecho defendida por Joseph
Raz.
Palabras clave: Derechos Colectivos, Multi- Key words: Collective Right, Multicultura-
culturalidad, Joseph Raz. lism, Joseph Raz.

1. Introducción Raz, no sólo tolera a grupos socia-


les viables cuyas formas de vida son in-
Leslie Green, publicó el año 2005 un ar- compatibles y que además cohabitan en
tículo titulado «Tres temas sobre Raz», la instituciones políticas comunes (2001,
tercera sección de dicho trabajo llevaba pp. 190 y ss.); su liberalismo multicultu-
por título: «Valor del pluralismo y plura- ral, en palabras de Gargarella (1999,
lismo cultural». En esa sección Green pp. 146 y ss.), le ofrece a estos grupos es-
muestra el debate entre el propio Raz y el pacios para florecer. Esto requiere, ade-
profesor Griffin sobre el fundamento de más, hacer de nuestras diversas institucio-
los derechos colectivos. nes políticas «lugares» hospitalarios para
Mi objetivo es mostrar algunos as- los distintos grupos que conviven en nues-
pectos del debate que Green soslaya y tras comunidades (Green, 2005, p. 516).
que muestran las dificultades de sostener El Derecho, ubicado dentro del siste-
la argumentación de Raz para el caso de ma político, permite que emerjan nuevas
sociedades multiculturales. instituciones tanto legislativas como ju-

[Recibido: Jun. 09 / Aceptado: Jun. 09] 287


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diciales en el contexto de las propias ne- algunos bienes colectivos como la toleran-
cesidades sociales de la comunidad en cia, en determinados casos pueden justifi-
que surgen (Raz, 2001, p. 221). Así, las car deberes y derechos por el bien del
prácticas culturales de grupos minorita- grupo en cuanto tal. Para Griffin esto es
rios se muestran como emergencias que contraintuitivo.
requieren el pronunciamiento de la co- Un problema secundario es que Grif-
munidad multicultural. fin entiende que un deber colectivo de to-
Entre dichas emergencias se encuen- lerancia implica que cada uno de noso-
tra por ejemplo el deber —y su correlati- tros tendría que realizar acciones toleran-
vo derecho— de tolerar ciertas prácticas tes hacia otros, pero él se olvida que
culturales de grupos minoritarios en la se discute sobre derechos colectivos y
comunidad multicultural. entonces no se puede esperar que cada
miembro individualmente considerado
2. El Fundamento de los derechos actue en conformidad con este deber,
Colectivos: Griffin vs. Raz pues lo esperable es que el Derecho cree
condiciones para la realización de la to-
La realidad de que ciertos derechos co- lerancia, esto es, que cree las condicio-
lectivos se encuentren reconocidos en di- nes de posibilidad para ella (Raz, 1986,
versos sistemas jurídicos no elude la p. 161; Bardazano, 2007, p. 180); en este
cuestión de si la naturaleza de los dere- punto Green tiene razón.
chos subjetivos permite la existencia de Para Raz (2001, pp. 57 y ss.), alguien
derechos con este carácter, máxime si tiene derecho sólo si un aspecto de su bie-
algunos de ellos incluso parecen tener nestar es una razón para la existencia del
el carácter de «derechos humanos colec- deber. No es necesario que el interés jus-
tivos». tifique cada deber en particular (Green,
Para Griffin (2003, pp. 160 y ss.; 2005, p. 517), pero, replica Griffin (2003,
Green, 2005, p. 516), los derechos huma- pp. 160 y ss.), esto no muestra que el va-
nos son apoyos mínimos austeros para la lor del bien no este individualizado y por
agencia y personería que cumplen la fun- tanto este argumento no sirve como fun-
ción de limitar la vigencia y aplicación de damento para reconocer la existencia de
ciertas prácticas. Esta unidad de agencia derechos colectivos.
es individual, y su carácter institucional El problema esta entonces, en a) la
—y por tanto colectivo— esta dado por la forma de entender la existencia de bienes
suma de las individualidades que acuer- compartidos, y b) la relación entre el in-
dan limitar ciertas prácticas, en razón de dividuo y su comunidad.
reconocer ciertos derechos. El carácter in-
dividual de la unidad de agencia le hace 3. Los Bienes Compartidos
sostener que no hay razón que justifique la
categoría de derechos colectivos y, aunque Raz (1986, p. 272; Green, 2005, p. 518),
pueda ser discutible si responden o no, expresa que los miembros de la comuni-
estos derechos a la etiqueta de derechos dad no ven una relación causal entre el
humanos, Griffin (2003, pp. 160 y ss.), carácter colectivo y el valor individual,
no discute que la unidad de agencia es sino una relación constitutiva. Lo que le
siempre individual pues no hay razón para da el valor a la tolerancia como bien co-
pensar que del hecho de que ciertos bie- lectivo, es el carácter esencialmente com-
nes son compartidos se siga que existan partido del bien; sin embargo no hay
derechos y deberes colectivos. Para Raz derecho sin alteridad y de todo derecho,
(1986, p. 208; Green, 2005, pp. 516 y ss.), individual o no, podemos predicar su ca-

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Multiculturalidad y derechos colectivos en Joseph Raz

rácter compartido o, en palabras de Grif- ción la existencia de bienes comunales


fin su carácter relacional. Sin embargo, que justifiquen derechos y deberes.
no predicamos de todo derecho su carác- En síntesis, intenta responder a la
ter colectivo, entonces aún es posible pregunta, de si una comunidad multicul-
sostener que sea el valor individual la tural, como Chile, puede actuar como una
causa del reconocimiento de derechos y unidad de agencia respecto por ej. de la
deberes colectivos. decisión de tolerar o no, prácticas cultu-
Raz (1986, p. 272), además oscurece rales que pudieran ser opresivas.
su argumentación, al afirmar que son los
miembros (y no la comunidad) los que 4. El Enfoque de la Integración
ven de una u otra manera la relación entre
el valor individual y el carácter colectivo Lo que ni Green ni Raz expresan, es
del bien. que respecto de la relación entre indivi-
duo y comunidad asumen lo que Dwor-
El problema es que ambos autores se
kin (1992, pp. 205-223) llama el enfoque
refieren tanto al carácter colectivo, rela-
de la integración.
cional y compartido de los bienes.
La forma de entender la relación in-
El derecho es siempre relacional en dividuo-comunidad supone que la unidad
la medida que impone derechos y deberes de agencia apropiada para algunas accio-
entre personas. Ello puede implicar o no nes que afectan al individuo no es éste
derechos colectivos. Si damos por hecho sino la comunidad a la cuál pertenece, y
la existencia de bienes colectivos lo que esto explica que decisiones comunales
hay que aclarar es si la relación entre el sobre la libertad, afectan la vida y carác-
bien colectivo y el valor individual es ter de esa comunidad y al mismo tiempo
causal o constitutiva. afecten a sus miembros por cuanto sus vi-
La titularidad del derecho es siempre das se ven disminuidas al vivir en una co-
individual y lo que justifica en algunos munidad injusta (Dworkin, 1992, p. 223).
casos la ficción de acciones colectivas o El problema que sigue en pie, es que Raz
de grupos titulares de derechos es que el supone algo que es difícil de suponer.
disfrute del bien es compartido, pero del La propia idea de unidad de agencia
hecho de que todos compartamos algo no se ve dificultada por la realidad de la
se sigue que aquello sea de todos. Lo que multiculturalidad ¿Puede Chile, actuar
compartimos en realidad son tres cosas: como unidad de agencia a la hora de deci-
a) la necesidad personal de realizar nues- dir que prácticas culturales tolerar? Y me
tros planes de vida b) el hecho que dichos refiero a prácticas tales como aquélla se-
planes de vida se realizan en un espacio y gún la cual las mujeres mapuche están se-
tiempo determinado c) que en dicho es- xualmente disponibles a los hombres de
pacio común existen otros que también la comunidad desde la primera menstrua-
buscan realizar sus planes de vida. Esto ción independientemente de la edad (cau-
nos obliga, por una cuestión fáctica a lle- sa rit 101-2005), o aquélla según la cual
gar a acuerdo y a compartir bienes. Pero, un miembro de una familia mapuche a
siendo constitutivamente así, estos bienes quien han matado ilegítimamente uno de
siguen siendo un medio y por tanto están sus integrantes tiene el derecho de matar
en relación al fin de lograr ciudadanos al agresor (causa rit 049-2006).
plenamente desarrollados. La argumentación raziana responde
El otro argumento raziano pretende bien a comunidades diversas pero no a
explicar la relación entre el individuo y comunidades multiculturales. En ellas se
su comunidad y fundamentar en esa rela- discute sobre los derechos que se deben

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reconocer a personas que, aunque actúan por su carácter colectivo y que además
como grupo al momento de alegar los de- este acuerdo sea expresado en las instan-
rechos sobre los que buscan reconoci- cias que la comunidad ha definido.
miento, no son propiamente una comuni- Esta explicación de los derechos co-
dad que exija derechos colectivos en ra- lectivos siendo lógicamente posible re-
zón de la necesidad que tienen de vivir en quiere una participación y un nivel de
una cultura floreciente. acuerdo difícil de alcanzar para una co-
No es lo mismo, la exigencia de de- munidad multicultural. El caso de la tole-
rechos de los homosexuales aunque pre- rancia muestra esta dificultad.
tendan actuar como colectivo, que la exi- Raz no distingue entre tolerantes
gencia de derechos del «pueblo mapu- sensatos e insensatos. La única razón que
che»; en un caso los derechos al fin y al justifica la tolerancia es el mayor valor de
cabo son ejercidos en forma individual, y la autonomía sobre los demás valores en
quienes los ejercen buscan pertenecer juego; que una sociedad se ponga de
como iguales a la comunidad mayorita- acuerdo en permitir ciertas prácticas en
ria, en el segundo, se busca el reconoci- razón, de los numerosos que son los gru-
miento en base a categorías colectivas pos que requieren el reconocimiento de
como pueblo y cultura, y por esta razón un determinado derecho o por la necesi-
estos no buscan formar parte de la comu- dad de estabilidad política, no son casos
nidad mayoritaria sino que ésta cree las de tolerancia. Entonces, la sociedad mul-
condiciones para que su cultura florezca ticultural debe a la hora de ponderar los
y con ello logren sus miembros un pleno valores en juego privilegiar la autonomía
desarrollo. sobre los demás valores. Esto supone la
Una comunidad multicultural es existencia de una moral positiva común
aquella en que existen diversas comu- entre los diversos grupos culturales, o en
nidades culturales estables que tienen todo caso, la posibilidad de acuerdo so-
voluntad y capacidad para perpetuarse bre ellos, pero cuando el anclaje de estos,
(Raz, 2001, pp. 188 y ss.). se encuentra en cosmovisiones diversas,
la posibilidad de acuerdo se vuelve más
Son esas diversas comunidades las compleja.
que deben reconocer el carácter colectivo Esto hace que el reconocimiento de
de un bien y establecer los límites en que derechos colectivos mediante un acuerdo
los derechos y deberes colectivos deben en la etapa de deliberación que se plasme
ejercerse. Lo difícil es suponer que estos en una determinada consideración positi-
grupos puedan dejar de actuar como tales va autoritativa se vuelva en la práctica di-
y estén dispuestos en la etapa deliberativa ficultoso. La otra opción es que sea el
por ejemplo, a ceder en la extensión de juez quien tenga la posibilidad de recono-
los derechos que ellos creen tener y que cer derechos colectivos mediante el ejer-
los demás grupos no están dispuestos a cicio de la discrecionalidad.
reconocer.
Si Griffin no destaca suficientemente 5. Conclusión
el papel de la cultura como espacio de
ejercicio de las libertades, en Raz el entu- Los bienes compartidos lo son constitu-
siasmo es excesivo; la existencia de dere- tivamente, pero esto no niega que ellos
chos colectivos depende de la posibilidad tengan una finalidad individual. Admi-
de que la comunidad multicultural pueda tiendo que ciertos bienes requieren para
actuar como cuerpo, que todos los grupos su logro de la colectividad, las personas
culturales, valoren un determinado bien aceptan realizarlo y ponen su logro en

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común porque consideran a un determi- Dworkin, R. (1992): «Liberal Comunity»,


nado bien valioso para su propio desa- en S. Avineri y A. de Shalit (Eds.). Co-
rrollo. munitarianism and Individualism,
En el caso de la relación individuo- pp. 205-223, New York, EE.UU.
comunidad la única forma de que existan Gargarella, R. (1999): «El embate comu-
consideraciones positivas autoritativas nitarista», en Las Teorías de la justi-
que reconozcan derechos colectivos es cia después de Rawls (pp. 125-159),
que los diversos grupos se pongan de Barcelona, España: Ediciones Paidós
acuerdo en la etapa deliberativa, sin em- Ibérica S.A.
bargo el fundamento de los derechos co- Green, L. (2005): «Three Themes fron
lectivos sigue débilmente desarrollado Raz», Oxford Journal of Legal Stu-
por Raz. dies, 25, (3), pp. 503-525. Oxford,
Finalmente la posibilidad de que sea Reino Unido.
el juez quien cree los derechos colectivos Griffin, J. (2004): «Group Rights», en L.
tiene implicancias en la teoría del dere- Meyer, S. Paulson y T. Pogge (eds.).
cho defendida por este autor. Rights, Culture, and the Law. Themes
El juez al resolver considerando «to- from the legal and political philosop-
dos los factores en juego», debería tolerar hi of Joseph Raz (pp. 161-182).
una determinada práctica. No bastaría el Oxford, Reino Unido: Oxford Uni-
ejercicio de una discrecionalidad fáctica. versity Press.
El derecho debería reconocerle una dis- Raz, J. (1986): The Morality of Freedom,
crecionalidad que le permita acudir a Oxford, Reino Unido: Oxford Uni-
consideraciones morales para resolver el versity Press.
asunto 1. Ya he dicho que considero poco — (1999): «Autonomía, tolerancia y el
viable la posibilidad de un acuerdo como principio del daño», en R. Correa
este, pero suponiendo que sea posible, 1) (Trad.). Revista de Estudios Públicos,
Raz no llamaría derecho a una resolución (76), pp. 91-113. Santiago, Chile.
que acude a consideraciones morales; 2) (Trabajo original publicado en 1987).
se requerirían resoluciones reiteradas de — (2001): La Ética en el Ámbito Públi-
diversos jueces para predicar que una co. (M. L. Melón Trad.). Barcelona,
práctica Y es tolerada por el sistema X y, España: Gedisa. (Trabajo original pu-
finalmente, esto demostraría que las so- blicado en 1994).
ciedades multiculturales no actúan como Sentencia del 23 de noviembre de 2005,
unidades de agencia tal como lo entiende dictada por la primera sala del Tribu-
Joseph Raz. nal Oral en lo Penal de Temuco, Chi-
le. Dictada por los jueces Aner Padi-
lla, Oscar Viñuela y Jorge Gonzáles,
BIBLIOGRAFÍA RIT 101-2005, RUC 0400415571-3.
Sentencia del 31 de mayo de 2006, dic-
Bardazano, G. (2007): «Liberalismos: tada por la primera sala del Tribu-
Algunas consideraciones sobre el plu- nal Oral en lo Penal de Temuco, Chi-
ralismo de valores y los fines de la le. Dictada por los jueces Oscar
vida en Berlin y Raz», Revista Actio, Viñuela, Ester Valencia y Héctor Hi-
N.ª 9. Recuperado el 15 de marzo de nojosa, RIT 049-2006, RUC 05 00
2009. 02 89 57 - 6.
En http://www.fhuce.edu.uy/public/ac- Zambrano, J. y Agüero, C. (2009):
tio/Textos/9/Bardazano9.pdf «Multiculturalidad y discrecionalidad

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Juan Pablo Zambrano Tiznado

judicial en una sentencia penal: Aná- pp. 327-343. Valparaíso, Chile. Recu-
lisis desde Joseph Raz», Revista de perado el 15 de marzo de 2009.
Derecho de la Pontificia Universidad En http://www.scielo.cl/pdf/rdpucv/n32/
Católica de Valparaíso, 32, (1), a09.pdf

NOTAS

* Agradezco los comentarios del grupo de investi- 1 En otro trabajo he llamado a esta forma de dis-

gación y estudios sobre Teoría del Derecho coordinado crecionalidad D1 para diferenciarla de las otras formas
por el profesor Claudio Agüero San Juan de la Escuela de discrecionalidad que desarrolla Raz (Zambrano y
de Derecho de la Universidad Católica de Temuco. Agüero, 2009, p. 333).

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