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TEMA PJU

LA PERSONA DE JESÚS

¿Qué es ser personas?

¿Quién es Jesús? ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? ¿quién dicen
ustedes que soy yo? ¿Cuál Jesús?

- Primero ¿quién es Jesús para ti? ¿para ustedes, para cada uno?

Respondamos.

Un texto de antropología filosófica1 nos ayuda a tener en cuenta las características del término
persona.

El concepto de persona decide y define lo más específico del hombre.

La persona como definición del hombre designa la cualidad propiamente humana del hombre:
ser un quién o alguien y no sólo un qué o un algo.

El concepto persona, define al hombre de manera global sin privilegiar uno u otra cualidad o
propiedad (como razón, alma, etc.).

El concepto de persona es un concepto nodal, porque en él se anudan, confluyen las estructuras


expuestas hasta ahora, como son la mundanidad, corporalidad, afectividad, lenguaje,
sociabilidad, espiritualidad.

¿Qué decimos cuando decimos que el hombre es persona?

1. Alguien que es sujeto de deberes y derechos.

2. Alguien que es responsable, de confianza, se puede uno fiar de él.

3. Alguien que es coherente en su acción y en sus diversos roles. No tiene dos o más caras.
Tiene interioridad de la que brota todo su comportamiento.

4. Alguien que es capaz de hablar y de acción, por tanto de comunicación personal y social.

5. Alguien que tiene dignidad y no precio, que es fin en sí mismo y nunca sólo medio.

Ahora reflexionemos en Jesús, pero preguntémonos ¿cuál Jesús?

Podríamos decir que hay muchos Jesús:

1
(Amengual. G. Antropología Filosófica. Sapientia Rerum 4. BAC. Madrid 2007)

1
- El Jesús del Evangelio o de cada uno de los cuatro Evangelios canónicos.

- El Jesús de los Evangelios Apócrifos.

- El Jesús de los Evangelios Gnósticos.

- El Jesús de las herejías de los primeros siglos.

- El Jesús de los diversos escritores: literatos, teólogos.

Partamos de la base: los Evangelios canónicos son el testimonio más cercano a Jesús
(histórico), ellos nos pueden ayudar a encontrarnos con Jesús; volveremos a ver a esto.

El Jesús que presentan otros textos fuera de los de la Biblia o las herejías (de los primeros
siglos y de los actuales) tiene otras características.

- El Jesús de los Evangelios apócrifos, es en parte un Jesús que desde niño es milagroso y
berrinchudo (Evangelio apócrifo de Tomás).

- El Jesús de los Evangelios Gnósticos es un Jesús maestro de cosas escondidas, un Jesús


enigmático.

- El Jesús de las herejías es un Jesús que para unos

* es sólo hombre (ebionitas s.II), para otros es Hijo del Dios bueno (del NT y no tiene que ver
con el AT, con la creación, tronco sin raíces, ni con la Iglesia, sin ramas, marcionismo).

* Para otros Jesús es sólo una epifanía, una manifestación divina, pero no una encarnación de
Dios;

* para otros Jesús fue una persona buena que Dios lo adoptó como Hijo suyo (adopcionismo).

Para los escritores, la figura que han presentado de Jesús es más un Jesús que ellos han creado
que el que se encuentra en los Evangelios de la Biblia.

Dice el Papa Benedicto XVI en el Prólogo a su obra Jesús de Nazaret2:

“ … En mis tiempos de juventud —años treinta y cuarenta— había toda una serie de obras fascinantes
sobre Jesús: las de Karl Adam, Romano Guardini, Franz Michel Willam, Giovanni Papini, Daniel-Rops,
por mencionar sólo algunas. En ellas se presentaba la figura de Jesús a partir de los Evangelios: cómo
vivió en la tierra y cómo —aun siendo verdaderamente hombre— llevó al mismo tiempo a los hombres
a Dios, con el cual era uno en cuanto Hijo. Así, Dios se hizo visible a través del hombre Jesús y, desde
Dios, se pudo ver la imagen del auténtico hombre.

En los años cincuenta comenzó a cambiar la situación. La grieta entre el «Jesús histórico» y el «Cristo
de la fe» se hizo cada vez más profunda; a ojos vistas se alejaban uno de otro. Pero, ¿qué puede
significar la fe en Jesús el Cristo, en Jesús Hijo del Dios vivo, si resulta que el hombre Jesús era tan
2
Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, Planeta. México 2007.

2
diferente de como lo presentan los evangelistas y como, partiendo de los Evangelios, lo anuncia la
Iglesia?

Los avances de la investigación histórico-crítica llevaron a distinciones cada vez más sutiles entre los
diversos estratos de la tradición. Detrás de éstos la figura de Jesús, en la que se basa la fe, era cada
vez más nebulosa, iba perdiendo su perfil. Al mismo tiempo, las reconstrucciones de este Jesús, que
había que buscar a partir de las tradiciones de los evangelistas y sus fuentes, se hicieron cada vez
más contrastantes: desde el revolucionario antirromano que luchaba por derrocar a los poderes
establecidos y, naturalmente, fracasa, hasta el moralista benigno que todo lo aprueba y que,
incomprensiblemente, termina por causar su propia ruina. Quien lee una tras otra algunas de estas
reconstrucciones puede comprobar enseguida que son más una fotografía de sus autores y de
sus propios ideales que un poner al descubierto un icono que se había desdibujado. Por eso ha
ido aumentando entretanto la desconfianza ante estas imágenes de Jesús; pero también la figura
misma de Jesús se ha alejado todavía más de nosotros.

Como resultado común de todas estas tentativas, ha quedado la impresión de que, en cualquier caso,
sabemos pocas cosas ciertas sobre Jesús, y que ha sido sólo la fe en su divinidad la que ha plasmado
posteriormente su imagen. Entretanto, esta impresión ha calado hondamente en la conciencia general
de la cristiandad. Semejante situación es dramática para la fe, pues deja incierto su auténtico punto de
referencia: la íntima amistad con Jesús, de la que todo depende, corre el riesgo de moverse en el
vacío.

“Sin su enraizamiento en Dios, la persona de Jesús resulta vaga, irreal e inexplicable”

Para la fe bíblica es fundamental referirse a hechos históricos reales. Ella no cuenta leyendas … sino
que se basa en la historia ocurrida sobre la faz de esta tierra …

Si dejamos de lado esta historia, la fe cristiana como tal queda eliminada y transformada en otra
religión …

… Pienso que … este Jesús – el de los Evangelios – es una figura históricamente sensata y
convincente”.

Este Jesús de los Evangelios es el que queremos presentar.

Dice un documento de Vaticano II3:

“Cristo, el Hombre nuevo

En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado. Porque
Adán, el primer hombre, era figura del que había de venir, es decir, Cristo nuestro Señor, Cristo, el
nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el
hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación. Nada extraño, pues, que
todas las verdades hasta aquí expuestas encuentren en Cristo su fuente y su corona.

El que es imagen de Dios invisible (Col 1,15) …ha devuelto a la descendencia de Adán la semejanza
divina, deformada por el primer pecado. En él, la naturaleza humana asumida … ha sido elevada
también en nosotros a dignidad sin igual. El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto
modo, con todo hombre.

3
GS 22

3
… con la entrega libérrima de su sangre nos mereció la vida. …En El Dios nos reconcilió consigo y con
nosotros y nos liberó de la esclavitud del pecado, …Padeciendo por nosotros, nos dio ejemplo para
seguir sus pasos y, además abrió el camino, con cuyo seguimiento la vida y la muerte se santifican y
adquieren nuevo sentido.”

Para encontrarnos con Jesús hemos de tener el deseo de buscarlo, de querer encontrarnos con
Él, como nos presenta san Juan en su Evangelio sobre unos griegos:

“Entre los que había llegado a Jerusalén para dar culto a Dios con ocasión de la fiesta, había unos
griegos. Estos se acercaron a Felipe … y le dijeron:

- Señor, queremos ver a Jesús” (Jn 12,20-21).

Una primera actitud pues es el deseo de querer encontrarnos con Jesús, y es necesario ponernos
en camino para encontrarlo; es un camino fatigoso, que implica esfuerzo personal; pues estar
en búsqueda pide una colaboración activa.

Exige también la capacidad de dejarse sorprender tanto por Jesús como por lo que él enseña
como lo por lo que pide para el que se encuentra con Él.

Como con el joven rico que se acercó pidiendo qué era necesario para alcanzar la vida eterna, y
cuando Jesús le pide que no sólo hay que cumplir los mandamientos, sino vender las
posesiones; ahí el joven se entristeció, no aceptó las exigencias que se le presentaban; en
cambio dos discípulos de Juan el Bautista, cuando les fue presentado Jesús, lo siguieron “Se
fueron con él, vieron dónde vivía y pasaron aquel día con él” (Jn 1,37-39).

Pide también la actitud, si se le quiere seguir, de estar dispuesto a cumplir sus exigencias,
que parecen difíciles pero que hace de la persona que lo sigue alguien como él mismo maestro:
(el discípulo no puede ser mayor que su maestro, pero cuando termine su enseñanza será como
su maestro).

Es una invitación gratuita, libre, pero exigente:

“Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” (Lc 9,23).

Pero que tiene su recompensa:

“Pedro tomó la palabra y le dijo:


- Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos espera?

Jesús le contestó:

- Les aseguro que ustedes, los que me han seguido, cuando todo se haga nuevo y el Hijo del
hombre se siente en su trono de gloria, se sentarán también en doce tronos … Y todo el que
haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras por mi causa, recibirá
cien veces más y heredará la vida eterna” (Mt 1927-29).

¿Qué Jesús nos presentan los Evangelios?

4
Jesús salió con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo y por el camino les preguntó:

- Quién dice la gente que soy yo?

Ellos le contestaron:

- Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que uno de los profetas.

Él siguió preguntándoles:

- Y según ustedes, ¿quién soy yo?

Pedro le respondió:

- Tú eres el Mesías. (Mc 8,27-29).

Cada Evangelio o evangelista destaca algunos de los rasgos de Jesús.

San Mateo nos presenta a Jesús como el nuevo Moisés. Si Moisés es el gran guía y legislador
del pueblo de Israel; Jesús es pues el nuevo Moisés que guía al nuevo pueblo.

Así Jesús en el Evangelio de san Mateo está plenamente insertado en la historia de Israel:

- Jesús, Mesías, Hijo de David, e Hijo de Abrahán (Mt 1,1).

- En él se cumplen las profecías del AT.

- Como nuevo guía del pueblo, sube a una montaña y presenta las nuevas exigencias del nuevo
pueblo, las Bienaventuranzas (Mt 5,1-10), y él mismo hace vida esas bienaventuranzas.

En san Marcos encontramos a un Jesús que es Mesías, Ungido de Dios, y su actuar manifiesta
esa relación con Dios.

Los estudiosos de este evangelio hablan del secreto Mesiánico, Jesús pide a los demonios y a
quienes cura que no digan quién es Él, para que las personas no lo busquen sólo por los
milagros que hace, sino que se encuentren con Él, que vayan conociéndolo, y acepten seguirlo
no por los maravilloso de sus curaciones, sino por las enseñanzas que presenta.

San Lucas destaca la compasión y la misericordia que tiene Jesús para con los pecadores y los
extranjeros, desde antes de nacer hasta su muerte.

- Dios se fija en los pobres y humildes, en María, en Isabel.

- Cuando nace Jesús, los primeros en recibir la noticia son los pobres pastores.

- Son Simeón y Ana, dos ancianitos justos, los que en el Templo de Jerusalén reconocen que el
niño pequeño es el Salvador.

5
- Solo en Lc encontramos unas parábolas que nos muestran al Dios misericordioso, el buen
samaritano, el hijo pródigo, el rico y Lázaro, el juez y la viuda.

San Juan nos presenta (de una manera profunda) que Jesús:

- Es la Palabra de Dios que se hizo carne, y puso su casa entre nosotros. Si hizo igual a
nosotros (Jn 1,14).

- El Jesús que invita a Nicodemo a renacer del agua y del Espíritu (Jn 3).

- El Jesús que invita a la samaritana a tener sed de Él, a pedirle de beber a Él y tomar de su
agua para que brote de su interior un manantial que conduce a la vida eterna (Jn 4).

- Es el Jesús que se da como pan y bebida de vida: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que
coma de este pan, vivirá para siempre. ..s si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben
su sangre, no tendrán vida en ustedes” (Jn 6,51).

- El Jesús que es luz: “Jesús dijo: Yo soy la luz del mundo. El que me siga no caminará a
oscuras, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12).

- El Jesús que se presenta como el Buen Pastor: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la
vida por las ovejas… Yo conozco a mis ovejas” (Jn 10,11).

- El Jesús que es la vida: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya
muerto vivirá” (Jn 11,25).

- El Jesús que dice “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6), y él mismo afirma : “La
verdad los hará libres” (Jn 8,32).

- El Jesús que dice y hace: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus
amigos” (Jn 15,13).

- El Jesús que es la vida de la que uno se puede nutrir: “Yo soy la vid verdadera … Ninguna
rama puede producir fruto por sí misma, sin permanecer unida a la vid, y lo mismo les ocurrirá
a ustedes si no están unidos a mí”. (Jn 15,1.3).

- El Jesús que pide que los que creen en Él vivan unidos: “Padre… te pido que todos sean unoo
lo mismo que lo somos tú y yo” (Jn17,21).

- El Jesús que es testigo de la verdad: “(ante Pilato) Mi misión consiste en dar testimonio de la
verdad” (Jn 18, 37).

Es un Jesús que está en profunda comunión con su Padre Dios y con el querer de Dios: “Yo no
puedo hacer nada por mi cuenta. Juzgo según lo que Dios me dice, y mi juicio es justo, porque
no pretendo actuar según mi voluntad, sino que cumplo la voluntad del que me envío” (Jn
5,30).

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San Pablo también nos presenta unos rasgos my valiosos de Jesús/Cristo:

Cristo Jesús.

El cual, siendo de condición divina,


no consideró codiciable
el ser igual a Dios.
Al contrario, se despojó de su grandeza,
tomó la condición de esclavo
y se hizo semejante a los hombres.
Y en su condición de hombre,
se humilló a sí mismo
haciéndose obediente hasta la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo exaltó


y le dio el nombre
que está por encima de todo nombre.
(Flp 2,5-9)

Jesús enseña con su vida el abajamiento; cuanto más grande se es, más pequeño debe ser uno.

Lo presenta san Juan cuando en la última cena, Jesús se quita el manto, se ciñe una toalla y
lava los pies a los discípulos. El servicio.

Jesús en la historia de la humanidad

Ha suscitado simpatías, muchos lo han seguido. Podríamos aplicar lo que el mismo Jesús dijo:
“Por sus frutos lo conocerán” (Mt 7,16). Los frutos que ha producido el seguimiento de Jesús
han sido valiosos:

- Un san Agustín en búsqueda de la verdad, y se encontró con Dios y con Cristo.

- Un san Ignacio de Loyola, miembro del ejército, al servicio de varios hombres ricos; después
de n período de convalecencia, leyendo vidas de santos y de Cristo, decide seguirlo.

- Charles de Foucauld, francés, joven indisciplinado aún en el ejército, decide servir a Cristo
como sacerdote, en el desierto.

- Francisco de Asís.

- Tesesa de Calcuta.

Para otros despierta rechazo.

Nietzche (1844-1900 hablando del cristianismo:

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¿Hay algo más perjudicial que cualquier vicio? Sí, la compasión que experimenta el hombre de
acción hacia los débiles y los idiotas: el cristianismo.

El cristianismo se ha puesto del lado de todo lo débil, de todo lo bajo, de todo lo fracasado,
formando un ideal que se opone a los instintos de conservación de la vida fuerte, y que ha
echado a perder la razón de las naturalezas más fuertes intelectualmente.

¿Quién es Jesús para mí?

Una persona que fascina, que ayuda a conocerme mejor como persona, que exige sacar de mí
lo mejor que Dios ha puesto en mí:

Es alguien que exige. Alguien a veces difícil y algo incomprensible.

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