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La vida necesaria para la predicación del evangelio elevado

© 1995 Witness Lee CONTENIDO


Título Página
Prefacio 5
1 El hombre es el centro del universo 7
2 El significado de la vida humana es Cristo (1) 15
3 El significado de la vida humana es Cristo (2) 23
4 El significado de la vida humana es Cristo (3) 29
5 La iglesia es la expresión de Cristo 41
6 La vida de la iglesia es la verdadera vida comunal 53
7 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones 59

Primera edición: 2,000 ejemplares. Diciembre de 1995.


ISBN 0-87083-861-X
Traducido del inglés
Título original: The Life for the Preaching of the High Gospel
(Spanish Translation)
Publicado por Living Stream Ministry
1853 W. Ball Road, Anaheim, CA 92804 U.S.A.
P. O. Box 2121, Anaheim, CA 92814 U.S.A.
Impreso en los Estados Unidos de América

PREFACIO
Este libro se compone de los mensajes dados por el hermano Witness Lee en Los
Angeles, California en la primavera de 1971.

CAPITULO UNO
EL HOMBRE ES EL CENTRO DEL UNIVERSO Lectura bíblica: Gn. 1:26-28; Sal. 8:3-9; He.
2:5-9, 16
La carga de este libro se expresa en las siguientes afirmaciones:

El significado del universo es el hombre.


El significado de la vida humana es Cristo. La iglesia es la expresión de Cristo.
La vida de la iglesia es la verdadera vida comunal. Por tanto, id y haced discípulos a
todas las naciones.

EL HOMBRE: EL CENTRO DEL PROPOSITO ETERNO DE DIOS

La Biblia es la revelación divina. Nos revela no solamente a Dios sino también Su


propósito. En el cristianismo funda-mental la mayoría de los mensajes están
relacionados con la salvación personal del hombre. Es raro oír algo acerca del propósito
de Dios. Espero que todos podamos ver qué es el propósito de Dios.

Si queremos ver el propósito de Dios, tenemos que ir al libro divino, la santa Biblia. El
hombre es el centro del propósito eterno de Dios. Según la Biblia y los estudios
científicos, queda claro que el hombre es el centro del universo. El universo se compone
de los cielos, la tierra y millones de cosas creadas por Dios. El sol es el centro de nuestro
sistema solar, pero este sistema solar es sólo una pequeña parte de una galaxia, y
existen millones de galaxias en el universo. Tenemos que entender qué es el centro del
universo de Dios. La Palabra de Dios nos muestra que el hombre es el centro del
universo de Dios. Si no existiera la vida humana en esta tierra, el universo no tendría
sentido.
La Biblia dice en Génesis 1 que primero Dios creó los cielos y luego, la tierra. Después de
esto creó todos los seres vivientes. Comenzó al crear los seres del nivel más bajo de
vida, la vida inconsciente, que es la vida vegetal. Después, creó los animales. La vida
animal es más elevada que la vida vegetal, porque la vida animal es una vida
consciente. Finalmente, Dios creó la vida humana. Por lo tanto, tenemos la vida vegetal
que pertenece al nivel más bajo de vida, la vida animal que es una vida más elevada, y
la vida humana que es la vida más elevada de todos los seres creados.

Supongamos que no hubiera vida en este universo, que no hubiera plantas ni animales
ni vida humana. ¿Qué clase de universo sería éste? ¿Le gustaría a usted vivir en un sitio
que no tuviera vegetación ni animales? Seguramente a nadie le gustaría vivir en un sitio
así. El universo carecería de sentido si no tuviera vida. Dios, sin embargo, creó toda
clase de vida: la vida vegetal, la vida animal y la vida humana. Las diferentes clases de
la vida vegetal -los árboles, las flores y la hierba- sirven para embellecer. Nueva Zelandia
es verdaderamente una tierra hermosa porque está llena de verdor. Es hermosa debido
a la abundancia de vida.
Además de la vida vegetal, existen diferentes clases de vida animal. La vida vegetal
sirve para embellecer, y la vida animal sirve para satisfacer los intereses del hombre. Por
eso, a muchas personas les gusta tener un perrito o un gatito en su casa. Si no existiera
vida humana, no habría nadie que disfrutara la belleza de la vida vegetal y el estímulo
de la vida animal. El hombre administra y disfruta estas vidas creadas. Por eso, Dios no
creó al hombre primero. Primero creó la vida vegetal y luego la vida animal. Después
creó al hombre para que disfrutara y ejerciera dominio sobre todas las cosas. Con esto
vemos que el hombre es el centro del universo. Si no existiera el hombre, todo el
universo carecería de sentido. Si el hombre no es el centro, los cielos y la tierra, con la
vida vegetal y la vida animal, vienen a carecer de sentido.

EL HOMBRE ES LA EXPRESION DE DIOS Y SU REPRESENTANTE


El hombre es el centro y el significado del universo porque Dios le ha confiado Su
propósito. Dios no puso Su confianza en ninguno de los demás millones de seres que
creó. El la puso en el hombre y le confió Su propósito. Después que creó los cielos y la
tierra, con la vida vegetal y la vida animal, Dios tuvo una conferencia en Sí mismo con
las tres personas de la Deidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu. Génesis 1:26 dice:
"Entonces dijo Dios: Hagamos..." Nótese que el verbo hacer está en plural. Esto es muy
significativo. Hay un solo Dios, pero El dijo: "Hagamos". Esto indica que hubo una
conferencia en la Deidad. Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza". Dios tuvo esta clase de conferencia solamente para crear al
hombre. En esta conferencia, se tomó una decisión de crear al hombre a Su imagen y
conforme a Su semejanza.

La segunda mitad de Génesis 1:26 dice: "Y señoree en los peces del mar, en las aves de
los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la
tierra". Esto nos muestra que la decisión tomada en la conferencia de la Deidad no sólo
tenía como fin crear al hombre a la imagen de Dios, sino también darle la autoridad
divina, el dominio, el poder que gobierna, la autoridad que reina, sobre todo ser viviente.
Además, Dios le dio al hombre la autoridad de gobernar sobre la tierra y aun para
sojuzgar la tierra y conquistarla (Gn. 1:28).
Debemos declarar: "¡Aleluya! No soy cosa pequeña, porque fui creado según el consejo
de la Deidad. Fui creado a la imagen de Dios y se me encargó la autoridad para gobernar
sobre todas las cosas". Usted debe decirles a los animales que tiene autoridad sobre
ellos. Si hace esto, se verá desde el punto de vista de Dios. Esto no quiere decir que sea
orgulloso, sino que tendrá respeto para consigo mismo como una persona que fue
creada a la imagen de Dios para tener Su autoridad divina sobre todas las cosas.

Nosotros los seres humanos olvidamos quiénes somos. No nos consideramos como seres
más elevados que los animales, como los que tienen autoridad sobre los animales. Pero
debemos tener presente que somos seres más elevados que los animales. Podemos
decirles a todos los animales: "Yo soy un ser más elevado que ustedes. Ustedes no
tienen la imagen de Dios, pero yo sí. Ustedes no tienen la autoridad de Dios, pero yo la
tengo. No solamente eso, tengo la autoridad sobre ustedes. Ustedes me tienen que
escuchar". Debemos alabar al Señor por habernos creado a Su imagen y por habernos
confiado Su autoridad. ¡Qué maravilla!
El propósito de Dios es hacer al hombre primeramente Su expresión y luego Su
representante. Somos hechos a la imagen de Dios para expresar a Dios, y tenemos la
autoridad de Dios para poderle representar. Somos la expresión de Dios y también Sus
representantes en esta tierra. ¡Qué posición y comisión tenemos! Los jóvenes
especialmente tienen que afirmarse en esta posición y llevar a cabo la comisión que Dios
dio al hombre. Entonces sabrán que ellos siempre tienen que conducirse como expresión
de Dios y como Sus representantes. Somos la imagen de Dios y tenemos la autoridad
divina sobre todas las cosas. Esto nos muestra que el hombre es el centro del universo.
Necesitamos acudir al Señor y alabarle por Su propósito para con nosotros. Debemos
alabarle porque nos creó a Su imagen para que le expresáramos y porque nos confió Su
autoridad divina para que le representáramos.

¿Qué hace usted aquí en la tierra? Si sabe que fue creado a la imagen de Dios para
expresarle y que se le ha confiado Su autoridad para representarle, esto revolucionará
toda su vida. Su vida tendrá mucho más significado. Usted nunca será decepcionado. Por
supuesto, ser salvo es maravilloso, y debemos alabar al Señor por eso. Pero también
tenemos que alabar al Señor por el propósito de Dios. Dios lo salvó a usted con miras a
Su propósito. Así que, todos tenemos que decir: "¡Aleluya por el propósito del Señor!"

Al comienzo de este capítulo en la lectura bíblica mencionamos tres porciones de la


Palabra divina: Génesis 1, Salmos 8 y Hebreos 2. Génesis L dice que Dios tomó la
decisión de hacer al hombre a Su imagen y de confiarle Su autoridad. Pero sabemos que
después de Génesis 1, el hombre cayó y perdió esa posición. No obstante, después de la
caída del hombre vemos el salmo 8. El salmista dijo: "Cuando veo Tus cielos, obra de Tus
dedos, la luna y las estrellas que Tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas
de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?" (vs. 3-4; cfr. He. 2:6). Nótese
que el salmista no dijo: "¿Qué son los ángeles?" Al contrario, dijo: "¿Qué es el hombre?"
Mientras el salmista consideraba y miraba los cielos, vio la luna y las estrellas. El debió
de haber tenido un aprecio por los ángeles. Pero, en vez de apreciar a los ángeles, dijo:
"¿Qué es el hombre?" El miró los cielos, la luna y las estrellas, pero no apreció nada de
los cielos. Por el contrario, apreció al hombre de la tierra y se preguntó qué es el
hombre.

Hoy en día los científicos tienen mucho interés en la luna y las estrellas. Estados Unidos
invirtió mucho dinero y muchos esfuerzos para enviar al hombre a la luna. Aun el
salmista estaba considerando la luna y las estrellas, pero el Espíritu lo volvió al hombre
de la tierra. No debemos prestar atención a los cielos que contienen la luna y las
estrellas. En lugar de eso, debemos prestar atención a la tierra cuyo centro es el
hombre. "Oh, Jehová, Señor nuestro, cuán admirable es Tu nombre en toda la tierra"
(Sal. 8:1). Nótese que el salmista no dijo que el nombre de Jehová es admirable "en
todos los cielos", sino "en toda la tierra".

Tengo la carga de ayudar a los jóvenes a ver cuán precioso es el hombre a los ojos de
Dios, no solamente en el momento de la creación del hombre, sino también después de
su caída. Todo lo que está en esta tierra es un desastre. La tierra se ha convertido en
una tragedia por causa de la caída. Por eso, el hombre siempre mira los cielos. Si los
jóvenes pudieran volar lejos de la tierra, sin duda alguna lo harían. Pero Dios no nos dio
la capacidad de volar. El quiere que nos quedemos en esta tierra. Tal vez esto no
concuerda con nuestra preferencia, pero ciertamente es nuestro destino. Tenemos que
estar en esta tierra. Aun después de la caída, Dios todavía tiene Sus intereses en la
tierra. Cuando miramos los cielos, la luna y las estrellas, Dios vuelve nuestro espíritu
para que mire al hombre de la tierra. Tenemos que decir desde nuestro espíritu: "¿Qué
es el hombre?"

Para poder ver qué es el hombre, necesitamos los sesenta y seis libros de la Biblia. El
hombre es maravilloso y lleno de significado. La Biblia es un libro divino que nos revela
no solamente a Dios sino también al hombre. ¿Sabe usted quién es? Si usted quiere
saber quién es, necesita conocer la Biblia. Tiene que decir: "Yo soy la expresión de Dios
y Su representante.

Soy una persona creada a la imagen de Dios y se me ha confiado la autoridad divina".


Todos debemos saber esto. Esto no debe ser meramente un dicho, una doctrina o una
enseñanza. Esto debe ser nuestra práctica. Día tras día debemos comportarnos como los
que siempre llevan la imagen de Dios como expresión Suya y los que han sido confiados
la autoridad divina como representantes de Dios. Este es el propósito de Dios en cuanto
al hombre, y aun después de la caída del hombre, Dios no abandonó Su propósito.
Para cumplir Su propósito, Dios mismo se hizo hombre. Se identificó con el hombre. Se
hizo a Sí mismo uno con el hombre. El entró al hombre para ser un hombre. ¿Sabe lo que
significa ser salvo? Ser salvo, estrictamente hablando, significa que Dios es encarnado
en usted para ser uno con usted. Ser salvo no es solamente ser perdonado de sus
pecados. Ser salvo significa que Dios se identifica con usted, que Dios es encarnado en
usted, que Dios es uno con usted.

Mediante la encarnación Dios se introdujo en el hombre. Luego en la resurrección Dios


introdujo al hombre en Sí mismo. Ahora existe un hombre en los cielos quien es la
mezcla de lo divino con lo humano. El es un hombre que es completamente uno con
Dios. Ser salvo es recibir a este hombre. Ahora que usted es salvo, es una persona muy
importante. Es ciertamente una persona muy importante. En este capítulo tengo la carga
de elevarlos a ustedes. Tienen que ver cuán elevados son. Deben ver que son personas
en este nivel tan alto.
En tiempos antiguos, las personas hablaban con orgullo si pertenecían a una familia real.
Pero, ¿saben ustedes que hoy nosotros pertenecemos a una familia que es más elevada
que cualquiera de las así llamadas familias reales? Pertenecemos a la familia divina.
Somos personas maravillosas, los más importantes de esta tierra. Jesús no solamente es
nuestro Salvador, -sino -también un hombre divino, un Dios-hombre. El es Dios que fue
encarnado para hacerse uno con el hombre. Hoy Jesús está en nosotros. El está
mezclado con nosotros, y somos una parte de El. Esto nos hace personas muy
importantes en este universo.
Si se llevaran a todos los seres humanos de esta tierra, creo que aun Dios mismo se
sentiría miserable. Pero alabado sea el Señor, porque hay seres humanos en esta tierra.
Pero estos seres humanos están caídos. Miremos la situación actual del mundo. Si los
cristianos, los que sabemos que somos personas muy importantes, no existiéramos,
¿cuál sería la situación del mundo hoy? Si hay muchas personas muy importantes en una
ciudad, esa ciudad tendrá un gran cambio. Antes de empezar a reunirnos en el salón de
reunión Elden de Los Angeles, aquella área era verdaderamente oscura, moralmente
hablando. Pero, desde que la iglesia empezó a reunirse allí, aquella área ha mejorado
grandemente. Consideren qué clase de situación tendríamos si la iglesia tuviera un gran
aumento en número. Por consiguiente, tenemos que ir y hacer discípulos de las
naciones.

Tengo una profunda carga que algún día en Los Angeles y en muchas otras ciudades
grandes, hayan reuniones de cristianos no según la vieja religión, sino según el recobro
del Señor, que hayan reuniones en muchos lugares sin ningún formalismo religioso.
Espero en el Señor que algún día El lleve esto a cabo para ganar a la gente. El Señor
llevará esto a cabo a través de la generación joven. Esto no puede cumplirse con la vieja
religión. El Señor ha terminado con la vieja religión y con sus formalismos religiosos y
ordenanzas. El Señor va a hacer algo nuevo.

La edad ha cambiado de la religión a Cristo, de las doctrinas al Espíritu, de los


formalismos y rituales a la manera nueva y viviente. Los jóvenes son una generación
grandemente bendecida. El Señor hará algo nuevo con la generación joven. Olvídese del
pasado. Olvídese de lo que ha obtenido, lo que ha visto, y lo que ha recibido en el
pasado. Tiene que entender que hoy el Señor cumplirá Su propósito de una forma
maravillosa, de una manera que no se ha visto ni escuchado antes. ¡Que el Señor nos
bendiga a todos!
CAPITULO DOS
EL SIGNIFICADO DE LA VIDA HUMANA ES CRISTO (1)
Lectura bíblica: Gn. 1:26-28; Mt. 3:2; 5:3, 10, 48; 6:9-10, 31-33; Ro. 14:17; Ap. 11:15; 2
Ti. 2:12

En el capítulo anterior, vimos que el hombre es la expresión de Dios y Su representante


y que tiene Su autoridad. Dios, en Su obra creadora, hizo al hombre a Su imagen y le
confió Su dominio (Gn. 1:26-28). Tenemos estas dos palabras: imagen y dominio. La
imagen está relacionada con la vida, mientras que el dominio está relacionado con la
autoridad. Así que, tenemos la vida divina y la autoridad divina. Ya que el hombre fue
creado a la imagen de Dios, había de tener la vida de Dios. Y ya que Dios le confió Su
dominio, había de tener la autoridad de Dios. Si queremos expresar a Dios necesitamos
la vida divina. Si queremos representar a Dios necesitamos la autoridad divina.

Pero, el hombre cayó. Por tanto, Dios mismo vino a ser el hombre Jesús. Jesús fue un
hombre maravilloso, y hoy en Su resurrección sigue siendo un hombre. El es un hombre
y está en los cielos. Cuando Esteban estaba siendo apedreado como mártir, vio "los
cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios" (Hch. 7:56). Así que, hoy
Cristo, quien está en los cielos, sigue siendo un hombre. Pero debemos saber que eso no
es todo. Después que el Señor resucitó y ascendió a los cielos, descendió como Espíritu
vivificante (1 Co. 15:45) y como el Espíritu de poder (Hch. 1:8).

Este Espíritu, quien es Jesús mismo, espera a todos los seres humanos caídos para que le
reciban. Tan pronto como una persona le recibe, este maravilloso Jesús entra
inmediatamente en esa persona. Esto quiere decir que la persona es salva. Ser salvos
sencillamente significa que Cristo entra en nosotros.

ARREPENTIRSE POR CAUSA DEL REINO DE LOS CIELOS

Sabemos que no es insignificante recibir a Cristo. No obstante, hay algo más profundo
que esto. El mensaje introductorio del evangelio del reino es arrepentíos. Tenemos que
arrepentirnos por causa del reino de los cielos (Mt. 3:2) porque hemos caído del dominio
de Dios. Por tanto, tenemos que regresar. Necesitamos volver de la condición caída a la
condición original. Tenemos que abandonar la situación caída y volvernos al dominio de
Dios. Este dominio es sencillamente el reino de los cielos.

Hoy los cristianos hablan mucho de predicar el evangelio, pero ¿qué predicamos como
evangelio? Quizá digamos que predicamos a Cristo. Esto es correcto, pero es
inadecuado. El evangelio que se predicó al comienzo del Nuevo Testamento fue:
"Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado". Dios nos hizo a Su imagen, y
nos confió Su dominio. Pero caímos. Ahora debemos volver al dominio de Dios; entonces
tendremos Su imagen.

CUATRO CATEGORIAS DE PERSONAS

Quisiera expresar esto de una manera más sencilla y más práctica. Miren la situación de
la vida humana y la sociedad actual. Por todo el mundo las personas son materialistas.
Están muy ocupados trabajando para ganar cosas materiales a fin de vivir bien. Quieren
tener mejor comida, una casa mejor, un carro mejor y mejor ropa. Todo el tiempo buscan
algo mejor. Pero con el tiempo lo que buscan viene a ser amargo. Estados Unidos-hoy es
un país materialista. Las personas materialistas constituyen la primera categoría de
personas que vemos en la sociedad actual.

Otra categoría de personas se compone de los que tratan de ser buenos, morales.
Cuando una persona se hace materialista, no le importa mucho la moralidad. Por tanto,
generalmente hablando, las personas materialistas no son morales. Pero hoy en esta
tierra existen algunas personas que son extremadamente morales.

Luego tenemos una tercera categoría de personas: los religiosos. En el cristianismo, ser
religioso es verdaderamente maravilloso; significa ser formal y bíblico. Por consiguiente,
en un sentido general, las personas religiosas no sólo son mejores que los materialistas
sino también que las personas morales.
La cuarta categoría de personas, la categoría más elevada, se compone de las personas
espirituales. Ser espiritual significa estar en el espíritu. Por lo tanto, las personas
espirituales, comparado con las personas de las tres categorías anteriores, son
verdaderamente mucho mejor.

LA CLASE DE PERSONAS QUE DIOS QUIERE

Ahora preguntémonos qué clase de personas quiere Dios. Por supuesto, Dios no quiere
un grupo de personas materialistas. Tampoco quiere un grupo de personas morales o
religiosas. Además, estrictamente hablando, la intención de Dios no consiste en tener un
grupo de así llamados espirituales. Dios quiere un grupo de personas que vuelvan a Su
dominio.

BUSCAR PRIMERO EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA

En Mateo 6:31-33 el Señor dijo: "No os preocupéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos? o
¿qué beberemos? o ¿con qué nos vestiremos? Porque los gentiles buscan con afán todas
estas cosas. Vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mas buscad primeramente Su reino y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas".
Si usted siempre piensa en la comida, la bebida, y la ropa, usted es materialista. El Señor
nos pidió que nos olvidáramos de estas cosas materiales, las cuales los gentiles siempre
buscan. En lugar de eso, debemos buscar primero el reino de Dios y Su justicia.

Hemos visto que el reino de Dios es el dominio de Dios, pero ¿qué es la justicia de Dios?
Ser justo consiste en estar bien con Dios y estar bien conforme a lo que Dios es. Dios es
amor, pero, usted odia a otros. Esto es incorrecto. Ya que Dios es amor, usted también
debe amar a otros. Esto es correcto. Dios es fiel, pero usted es infiel. Esto es incorrecto.
Ya que Dios es fiel, usted también debe ser fiel. Entonces usted está bien. Dios es
honesto, pero, usted es deshonesto. Esto es incorrecto. Ser honesto consiste en estar
bien conforme a lo que Dios es. Por lo tanto, vemos que ser justos sencillamente
significa ser rectos conforme a Dios, no conforme a nuestro concepto. Ser rectos
conforme a Dios es estar completamente de acuerdo con Dios.

Los jóvenes deben considerar qué buscan hoy. Ellos deben buscar volver al dominio de
Dios, al gobierno de Dios. Día tras día usted debe someterse al gobierno de Dios.
Además, mientras busca el reino de Dios, también debe buscar Su justicia. Esto quiere
decir que tiene que volver al dominio de Dios y estar en completa conformidad con Dios.
Si queremos estar en conformidad con Dios, tenemos que nacer de Dios. Necesitamos
tener Su vida y ser Sus hijos.

Algunas personas hablan mucho acerca del llamado sermón del monte. Pero debemos
ver que si no somos hijos de Dios, no podemos poner en práctica el sermón del monte. El
Sermón del monte no está dirigido a la gente mundana, los incrédulos, sino a los hijos
del Padre. Vemos esto en Mateo 5:48, donde el Señor dijo: "Sed, pues, vosotros
perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto". Nosotros somos Sus hijos, y El es
nuestro Padre. Tenemos Su vida. Por lo tanto, podemos ser perfectos como El lo es. Ser
perfectos nosotros como el Padre es perfecto simplemente significa que tenemos la
imagen del Padre, o en otras palabras, que expresamos al Padre.

Sin embargo, todavía queda un punto crucial: ¿estamos en el dominio de Dios? Por eso,
el Señor Jesús nos pidió que buscáramos primero el reino de Dios y Su justicia. La justicia
no viene primero, sino el reino. Primero debemos buscar el reino, y luego
espontáneamente tendremos justicia. Como vimos anteriormente, justicia consiste en
estar bien conforme a Dios, estar de acuerdo con Dios. Esto es lo que significa ser
perfectos -como- Dios el Padre es perfecto.

Quisiera recalcar de nuevo que lo que Dios quiere no es un pueblo moral, religioso, ni un
pueblo así llamado espiritual. Dios quiere personas que permanezcan bajo Su dominio.
Mientras usted esté bajo el dominio de Dios, Su autoridad, todas las cosas estarán bajo
su dominio, su autoridad. Si usted quiere representar a Dios, necesita estar en el
dominio de Dios.

En la sociedad humana hay muchas cosas engañosas. Las cosas materiales son un
engaño. Así que, la gente está constantemente ansiosa, diciendo: "¿Qué comeremos?
¿Qué beberemos? ¿Con qué nos vestiremos?" Todas estas preguntas son engaños. El
Señor Jesús nos dijo que estas cosas las buscan los gentiles. Tenemos que olvidarnos de
estas cosas y buscar el reino de Dios y Su justicia.

Pero, ¿qué de nuestro vivir? En Mateo 6:32, el Señor Jesús dijo que nuestro "Padre
celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas", y en el versículo 33 profirió
una promesa: "Mas buscad primeramente Su reino y Su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas". ¿Verdaderamente usted cree que el Padre celestial cuidará de su vivir?
He creído en el cuidado del Padre celestial por muchos años. Tenemos que creer lo que
el Señor dice. Si buscamos el reino de Dios y Su justicia, El nos dará Su reino y Su
justicia. Además, nos dará todo lo que necesitamos.

Sé que no les es fácil a los jóvenes creer que el Padre cuidará de todas sus necesidades.
Muchos de ustedes están preocupados acerca de su futuro. Temo que muchos de
ustedes también estén ansiosos acerca de su matrimonio. Una hermana tal vez se
pregunte: "¿Qué clase de esposo debo tener?" Un hermano quizás considere: "¿Qué
clase de esposa es buena para mí?" Permítanme decirles honestamente que sin Dios, no
puede tener un buen esposo o una buena esposa. Por eso, hay muchos divorcios
actualmente. Aprendan a dejarle todo a Dios.

Cuando yo era joven en el ministerio del Señor, los jóvenes me consideraban un maestro
de la Palabra de Dios y también como alguien experimentado en cuanto al matrimonio,
ya que para ese tiempo estaba casado. Por lo tanto, ellos venían a mí pidiendo consejo
acerca del matrimonio. Yo les daba las mejores instrucciones que había acumulado, y
ellos trataban de aplicarlas. Pero con el tiempo, me di cuenta de que estas buenas
instrucciones no funcionaron.

Ahora cuando los jóvenes me preguntan acerca de con quién deberían casarse, yo les
contesto: "No sé. Sólo el Señor sabe". Solamente les puedo decir que si ellos sienten que
el ,Señor les guía a casarse con esa hermana o ese hermano, entonces ellos deben
seguir adelante y hacerlo. No puedo decir si ese hermano o hermana es bueno o no. Yo
no lo sé. Sólo cal Señor lo sabe. Hermanos y hermanas jóvenes, tienen que confiar en el
Padre celestial en cuanto a su futuro, incluyendo su matrimonio. Sólo El sabe. Su destino
no está en sus manos. Está en las manos de El. Déjenle todo a El. Sólo aprenda a decir:
"¡Aleluya! Mi Padre celestial me cuida en todos los aspectos".

Por lo tanto, no sean engañados más por las cosas materiales. Ciertamente usted
necesita estudiar para obtener Una educación o aprender un oficio. Pero no debe ser
engañado por estas cosas. No debemos preocuparnos por estas cosas. Nosotros no
buscamos estas cosas primero. Buscamos primero el reino, el dominio, de Dios. También
procuramos seguir Su justicia, estar bien con El, estar en conformidad con El. Deseamos
ser perfectos como El es perfecto. Deseamos llevar Su imagen y estar bajo Su autoridad
todo el tiempo. No testamos aquí para ser morales, religiosos ni espirituales. Sólo dos
importa una cosa, a saber, estar bajo Su autoridad y testar de acuerdo con El todo el
tiempo.

A nosotros solamente nos importa estar bajo la autoridad de Dios. Si Dios le da el


permiso de gritar en la reunión, usted debe hacerlo. Si usted dice: "Oh, tal vez no sea
bueno gritar muy alto. Debo tener cuidado por los demás", esto es ser religioso.
Solamente me interesa estar bajo el dominio del Señor. Solamente me interesa estar
bien con el Señor y estar c1 acuerdo con El. No debemos ser engañados por lo religioso,
que es aún más engañoso que lo material y la moralidad.

Incluso el deseo de ser-espiritual puede ser una clase de engaño. Por eso me siento
forzado por el Señor de decirles todo esto. El Señor no tiene la intención de ganar a un
grupo Ce personas que sean "espirituales". Más bien, Su intención es tener un grupo de
personas que estén bajo Su autoridad, que siempre estén en conformidad con El y de
acuerdo con El. Usted puede ser así solamente si lo toma a El como su persona. Tómelo
a El no solamente como su vida, sino como su persona. Entonces día tras día usted
puede declarar: "Ya no vivo yo, más vive Cristo en mí" (Gá. 2:20). Entonces tendrá la
verdadera justicia. Estará bien con el Señor y estará de acuerdo con El, porque usted
será Cristo mismo. No vivirá usted, sino Cristo, así que tendrá la justicia bajo la autoridad
de Dios.

No tengo la intención de aconsejarles para que hagan esto o no hagan lo otro. Mi carga
es ayudarles para que vean que el Señor ganará a algunas personas, mayormente de la
generación joven, quienes no tienen interés en lo material, lo moral, lo religioso, ni lo
espiritual. Por supuesto, tampoco tienen interés en lo inmoral, lo irreligioso, y lo que no
sea espiritual. Sólo se ocupan del dominio de Dios y la imagen de Dios. Hermanos y
hermanas, el Señor ganará un grupo de personas de la generación joven que realmente
busquen primero el reino de Dios y Su justicia. Con el tiempo, Dios les dará las cosas
materiales, y ellos serán las personas más morales y espirituales. Pero si usted
solamente busca lo espiritual, posiblemente se equivocará. Hoy no debe buscar la
religión ni lo espiritual. Usted necesita buscar el reino de Dios y Su justicia. Todos
necesitamos estar bajo Su dominio y llevar Su imagen continuamente.
Mateo 5:3 dice: "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de
los cielos". Y Mateo 5:10 dice: "Bienaventurados los que padecen persecución por causa
de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos". Primero, usted tiene que ser
pobre en su espíritu. No piense que usted sabe algo o que tiene algo. Usted tiene que
postrarse, arrodillarse, delante del Señor y decir: "Señor, no tengo nada y no sé nada. No
quiero retener ni aferrarme a algo viejo que está en mi espíritu. Quiero ser pobre en mi
espíritu". Si es así, el reino de los cielos le pertenecerá. Usted también tiene que estar
listo para sufrir, para ser perseguido, por causa de la justicia, esto es, por causa de estar
bien conforme a Dios, por estar de acuerdo con Dios.

Si quiere estar bien conforme a Dios, será perseguido, porque el mundo entero, que yace
en poder del maligno (1 Jn. 5:19) y está lleno de injusticia, se levantará en contra de
usted.
En cierto sentido, si usted busca ser religioso, muchas personas lo admirarán y le
recibirán con bien. También, en cierto sentido, si busca ser espiritual, muchas personas
lo apreciarán y hablarán bien de usted. Pero si busca estar bien con el Señor, estar bien
conforme a Dios, prepárese para que se le opongan y lo persigan. Pero alabado sea el
Señor, porque el reino de los cielos le pertenece a usted. Usted está en el reino de los
cielos y está bajo el dominio de Dios donde está la justicia de Dios.

Actualmente el Señor está ganando a un grupo de personas como preparación para Su


regreso, en el cual poseerá la tierra. Luego Apocalipsis 11:15 será totalmente cumplido:
"El reinado sobre el mundo ha pasado a nuestro Señor y a Su Cristo; y El reinará por los
siglos de los siglos". Nosotros también reinaremos con El (2 Ti. 2:12).
CAPITULO TRES
EL SIGNIFICADO DE LA VIDA HUMANA ES CRISTO (2)
Lectura bíblica: Jn. 6:57; 14:19, 20, 23; 15:4-5; Gá. 2:20a; Ef. 3:16-17; Fil. 1:20b-21

Quisiera impresionarlos una vez más con las cinco mara-villosas afirmaciones
mencionadas en el primer capítulo, las cuales expresan explícitamente la carga de este
libro. Prime¬ro, el significado del universo es el hombre. Segundo, el significado de la
vida humana es Cristo. Tercero, la iglesia es la expresión de Cristo. Cuarto, la vida de la
iglesia es la verdadera vida comunal. Quinto, por tanto id, y haced discípulos a todas las
naciones.

DIOS NOS NECESITA A NOSOTROS Y NOSOTROS NECESITAMOS A CRISTO

En este capítulo tengo la carga de compartir con ustedes que Dios nos necesita. Dios
necesita al hombre, y el hombre necesita a Cristo. Dios no puede cumplir Su propósito
sin el hombre. Dios no puede hacer nada sin el hombre. Por otro lado, nosotros tenemos
que decir: "Sin Cristo, nada puedo hacer". Dios no puede hacer nada sin nosotros, y
nosotros no podemos hacer nada sin Cristo. Dios nos necesita, y nosotros necesitamos a
Cristo. Nosotros satisfacemos a Dios, y Cristo nos satisface a nosotros.

Si no estuviéramos destinados a Dios y si no tuviéramos el favor de Cristo, seríamos


miserables y llenos de lástima. Desafortunadamente, ésta es la situación actual del
mundo. Las personas del mundo no tienen interés en Dios y no tienen el favor de Cristo.
Ellos se dirigen a sí mismos y confían en sí mismos. Pero nosotros los cristianos somos
diferentes porque estamos destinados a Dios y tenemos el favor de Cristo. ¿Sabe que
usted está destinado a Dios y que tiene el favor de Cristo? Si lo sabe, usted estará
ardiente, e irá a la gente a decirle esto.

TOMAR A CRISTO COMO NUESTRA VIDA

En los capítulos anteriores dijimos que Dios tiene un propósito. El propósito de Dios
consiste en expresarse a Sí mismo y en acabar con Su enemigo. Para llevar a cabo Su
propósito doble, Dios necesita al hombre para que sea Su expresión y para que sojuzgue
a Su enemigo. Pero, ¿cómo puede el hombre hacer esto? Humanamente hablando, quizá
seamos incapaces de hacer muchas cosas, pero todos podemos respirar, beber y comer.
Aun los bebés saben hacer esto. No hay necesidad de que alguien les enseñe. De la
misma forma, no somos capaces en la esfera espiritual, pero podemos respirar a Cristo
(Jn. 20:22), beber a Cristo (4:14; 7:37), e ingerir a Cristo como nuestro alimento (6:35,
51, 57). Cristo es el aire, el aliento; Cristo es el agua, la bebida; y Cristo es el pan, el
alimento. Por lo tanto, todos podemos ingerir a Cristo. Dios no tiene la menor intención
de que nosotros le expresemos a El por nosotros mismos ni que hagamos algo para El
por nosotros mismos. Dios tiene la intención de que le expresemos a El y de que
hagamos cosas para El tomando a Cristo como nuestra vida (Col. 3:4; Jn. 6:57; 14:19).

Existen dos grandes errores: uno cometido por la gente del mundo y el otro cometido
por los cristianos. El gran error de la gente del mundo es que ellos no hacen nada para
Dios. Los cristianos, por otro lado, tratan de hacer algo para Dios por ellos mismos. Esto
también es un gran error. Podemos hacer algo para Dios no por nosotros sino al tomar a
Cristo como nuestra vida. El Señor Jesús dijo: "Separados de Mí, nada podéis hacer" (Jn.
15:5b). Pero el apóstol Pablo dijo: "Todo lo puedo en Aquel que me reviste de poder" (Fil.
4:13). Sin Cristo, no podemos hacer nada. Pero con Cristo y en Cristo, todo lo podemos.
En Juan 14:20 el Señor les dijo a los discípulos: "En aquel día vosotros conoceréis que Yo
estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí, y Yo en vosotros". Por consiguiente, no estamos sin
Cristo. Tenemos a Cristo y estamos en Cristo.

En la sociedad actual, sólo existe la vanidad y la miseria debido a que la gente está en el
camino equivocado. No tienen nada que ver con Dios. No obstante, los cristianos tratan
de hacer algo para Dios por ellos mismos. Ahora, al final de esta edad, el Señor
recobrará algo principalmente por medio de la generación joven. Por lo tanto, todos
ustedes los jóvenes tienen que aprender a dedicarse a Dios tomando a Cristo como su
vida. Si yo les pregunto qué hacen aquí, no deben decir que están aquí estudiando o
trabajando. Más bien, deben decir: "¡Yo estoy en el sur de California dedicado a Dios!"
¿Qué hacen los jóvenes aquí? ¡Ellos están aquí dedicados a Dios! ¿De cuál manera?
¡Tomando a Cristo como su vida! Esto significa que respiran a Cristo, beben a Cristo, y
comen a Cristo.

Dios no puede hacer nada sin nosotros, y nosotros no podemos hacer nada sin Cristo.
Somos vasos para Dios que necesitan tomar a Cristo como su vida. ¡Qué maravilloso que
estamos destinados a tomar a Cristo como nuestra vida! Los animales no fueron creados
para tomar a Cristo, pero nosotros sí. Todos estamos calificados para tomar a Cristo. Si
ustedes verdaderamente entienden esto, irán a decirles a los demás que están
destinados a tomar a Cristo y que están calificados para hacerlo. Cristo es nuestra vida
(Col. 3:4), y la vida eterna es exclusivamente Cristo mismo (Jn. 3:15-16, 36; 14:6a).

TOMAR A CRISTO COMO NUESTRA PERSONA

En los últimos años hemos recalcado que Cristo es nuestra vida, pero en días recientes
el Señor nos mostró que El también es una persona. En Juan 15:4a El dice: "Permaneced
en Mí, y Yo en vosotros". Usted como una persona permanece en Cristo, y El como una
persona permanece en usted. Cristo es una persona. El no es meramente poder,
fortaleza, fuerza o vida, sino una persona. Un árbol tiene vida, pero no es una persona.
Un motor tiene poder, pero no es una persona. Pero el hombre tiene vida y poder, y
además, es una persona. Para nosotros Cristo no sólo es vida y poder, sino también una
persona que permanece en nosotros (Jn. 15:4a, 5a; 14:23).

Efesios 3:17a dice: "Para que Cristo haga Su hogar en vuestros corazones". Una persona
necesita un hogar. Cristo desea hacer Su hogar en nuestros corazones. Esto significa que
este Cristo que está haciendo Su hogar en nuestros corazones es una persona. Dios
tiene la intención de que nosotros los seres humanos tomemos a Cristo como nuestra
persona. Esto significa que tenemos que vivir no por nosotros, sino por Cristo como
nuestra persona (Gá. 2:20a; Fil. 1:20b-21; Jn. 6:57; 14:19).

Supongamos que un hombre joven y una mujer joven se van a casar. Ellos son dos seres
con dos personas. ¿Cómo pueden los dos llegar a ser uno? En muchas bodas, la cabeza
de la novia está cubierta. Esto significa que las dos personas llegan a ser una persona,
ya que la esposa está dispuesta a tener su cabeza cubierta. Como esposa, usted debe
entender que, conforme a la economía de Dios, su cabeza tiene que estar cubierta. Esto
no significa que el hombre como la cabeza tiene autoridad y que la esposa es miserable
y pierde todos sus derechos. Al contrario, es un asunto de amor. Significa que la esposa
ama a su marido a tal grado que ella está dispuesta a negarse. Ella está dispuesta a
negarse a su persona y a tomar a su marido como su persona. Como un ser vivo, ella no
vive por su propia persona; vive por la persona de su marido. Esto es el verdadero amor.

Igualmente, nosotros necesitamos negarnos a nuestra persona y tomar a Cristo como


nuestra persona. Cuando estemos dispuestos a olvidarnos de nosotros mismos y a tomar
a Cristo como nuestra persona, seremos arraigados y cimentados en amor (Ef. 3:17b). Le
diremos al Señor: "¡Oh Señor Jesús, te amo! Tú eres tan maravilloso, bueno, agradable,
capaz y calificado. Oh, Señor, Tú eres tan dulce y tierno. ¡Quiero olvidarme de mí mismo
y tomarte a Ti como mi persona!"

Entre los santos, los maridos no deben decirles a sus esposas: "¿Escuchaste el mensaje
en la reunión de esta noche? ¿Quién es la cabeza?" La esposa podría decir: "Sí, lo
escuché. Sin duda, tú eres el esposo, así que eres la cabeza. Pero es tan lamentable que
yo soy la mujer. Ya que soy tu esposa, lo único que puedo hacer es cubrirme la cabeza".
Esta clase de mal entendido con respecto a la condición del esposo como cabeza, la
persona, de la esposa, los llevará a la separación o al divorcio. Debemos saber que la
mujer toma a su marido como su persona por amor. Cuando tomamos a Cristo como
nuestra persona, muestra que lo amamos. Le decimos: "Oh Señor Jesús, Tú eres tan
dulce y tan capaz. Por lo tanto, Señor, me olvido de mí mismo y te tomo a Ti como mi
persona". Si le pregunto a una hermana por qué se pone cierto traje, tal vez ella
conteste: "Porque me gusta". Esto sería un fracaso. Como esposa, usted debería ser
capaz de contestar: "Yo me pongo este traje porque a mi esposo le gusta". Supongamos
que le pregunto a un hermano: "¿Por qué se peina de esa manera?" Su contestación
debe ser: "Porque a mi Marido, el Señor que vive en mí, le gusta". Esto es lo que significa
tomar a Cristo como nuestra persona.

Permítanme compartirles un testimonio vivo. Después de dar algunos mensajes acerca


de tomar a Cristo como nuestra persona, una hermana testificó que en el pasado le era
difícil dormirse por las noches. Ella oraba desesperadamente, pidiéndole al Señor que le
ayudara a dormirse. Pero cuando ella entendió el verdadero significado de tomar a Cristo
como su persona, comenzó a cambiar su manera de orar. Ella oró sencillamente
diciendo: "Señor, ¿Tú quieres dormir o no? Si Tú quieres dormir, entonces yo duermo. Si
no quieres dormir, entonces no duermo". Ella nos dijo que después de orar de esta
manera, inmediatamente se durmió. Esto es un buen ejemplo de lo que significa tomar a
Cristo como nuestra persona.

Recientemente, hablé con uno de los jóvenes estudiantes y le dije: "Hermano Fulano,
después de la reunión de esta noche, usted tomará el autobús. ¿De qué manera debería
orar?" El respondió: "Yo oraría así: `Señor, ¿cuál autobús debo tomar?'" Le dije que su
oración era religiosa y que era incorrecto orar así. Entonces le dije: "Cuando usted sale
del salón de reunión, necesita tener una pequeña conversación con el Señor, diciendo:
`Señor, ¿cuál autobús vas a tomar? Si tomas el número uno, yo lo tomo también. Si
tomas el número dos, yo también tomo el mismo—. Es tan sencillo tomar a Cristo como
nuestra persona.

No trate de ser santo, espiritual o victorioso. Olvídese de todo eso. Tome siempre a
Cristo como su persona. Dígale a El y a todo el universo que ahora usted no vive por
usted mismo. Vive por Cristo no solamente como su vida sino también como su persona.
Es tan sencillo. Les animo a todos ustedes, a los jóvenes y a los más viejos, a hacerlo.
Necesitamos ser simplificados. Somos complicados debido a las enseñanzas cristianas.
Nos han enseñado que debemos ser santos, pero tenemos que olvidarnos de eso. En
lugar de eso, sea sencillo y acuda al Señor. Sólo dígale: "Oh Señor, Tú eres no solamente
mi vida, sino también mi persona. Estoy destinado a tomarte a Ti como mi persona y
estoy calificado para hacerlo".

No importa dónde esté, qué haga, ni qué diga, sencillamente debe tomar a Cristo como
su persona. Supongamos que usted planea ir mañana a la playa. Tiene que poner esto
en práctica y decir: "Señor, ¿vas a la playa mañana? Señor, si Tú vas, yo voy. Si Tú no
vas, yo tampoco voy. Tú eres mi persona". Es tan sencillo. Si todos tomamos a Cristo
como nuestra persona, espontáneamente expresaremos a Dios, y también sojuzgaremos
al enemigo. Derrotaremos a todos los enemigos, y tendremos una vida conquistadora en
vez de una vida derrotada.

Sea sencillo. Aprenda a andar diariamente tomando a Cristo como su persona en todo.
Aprenda a tomar a Cristo como su persona en todo. No adopte esto como una doctrina.
Reciba esto y póngalo en práctica en su diario vivir. Entonces verá cuán prevaleciente
es. Si usted toma a Cristo como su persona, espontáneamente expresará a Dios y lo
representará. Todo el día el enemigo estará bajo sus pies. Usted tendrá una vida que
subyuga en lugar de una vida que es sojuzgada. Esto significa que usted tendrá la
victoria.
CAPITULO CUATRO
EL SIGNIFICADO DE LA VIDA HUMANA ES CRISTO (3)
Lectura bíblica: Gn. 2:9; Jn. 1:4; 10:10b; 7:37-39; 6:63; 1 Jn. 1:2; 5:11-12; Col. 3:4; 1 Co.
15:45; Ap. 21:6c; 22:1-2, 17; 7:17

BUSCAR PRIMERO SU REINO Y SU JUSTICIA

Antes de continuar nuestra comunión con respecto a Cristo como el significado de la


vida humana, repasemos algunos puntos mencionados en los capítulos anteriores.
Hemos visto que el hombre, el significado del universo, es la expresión de Dios y Su
representante. En cuanto a estos dos puntos, tenemos dos palabras maravillosas. La
primera palabra es imagen. Tenemos la imagen de Dios. La otra palabra es dominio.
Tenemos el dominio de Dios.

En el Evangelio de Mateo, que es el libro del reino, tenemos la palabra reino: el reino de
los cielos. El reino de los cielos sencillamente equivale al dominio de Dios. Por
consiguiente, reino y dominio se refieren a la misma cosa. Cuando el hombre cayó, cayó
del dominio, el reino, de Dios, no de los cielos. Así que, el hombre debe volver al dominio
de Dios, no a los cielos.

Dominio es una palabra del Antiguo Testamento que se usó en el primer libro del Antiguo
Testamento. Pero en el primer libro del Nuevo Testamento se usó la palabra reino.
"Arrepentíos, porque el reino ... se ha acercado" (Mt. 3:2). Usted tiene que darse cuenta
de que cayó del dominio, del reino. Ahora debe volverse al dominio, al reino. No piense
tanto en los cielos. Desafortunadamente, el cristianismo predica mucho acerca de los
cielos. Pero Juan el Bautista no dijo: "Arrepentíos, porque los cielos se han acercado.
Vuelvan al cielo su hogar". Al contrario, le exhortó al pueblo a arrepentirse por el reino.
El reino es el dominio del cual usted cayó. Ahora necesita volver a la esfera de la cual
cayó, a saber, el reino, el dominio.

Luego en el libro de Mateo también tenemos la frase la justicia de Dios, la cual equivale
a la imagen de Dios mencionada en Génesis 1. Tener la justicia de Dios no significa
meramente estar bien con Dios, sino estar bien conforme a lo que Dios es. Estar bien
con Dios es algo, pero estar bien conforme a Dios es otra cosa. Las personas religiosas
dan mucho énfasis al asunto de estar bien con Dios, pero muchas veces ignoran el
asunto de estar bien conforme a lo que Dios es. Así que, ¿cuál es la diferencia entre
estas dos cosas?

Les daré un pequeño ejemplo. Pedro recibió la revelación de Cristo como Hijo del Dios
viviente (Mt. 16:16-17). También recibió la visión del Jesús transfigurado y glorificado
(17:1-5) y aun experimentó el derramamiento del Espíritu el día de Pentecostés (Hch.
2:1-41). Pero, en Hechos 10 Pedro fue muy religioso. El se subió a una azotea para tener
su tiempo de oración. Mientras oraba, le sobrevino un éxtasis (vs. 9-10). En su éxtasis,
recibió una visión: "Descendía un objeto semejante a un gran lienzo, que atado de las
cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos y reptiles
de la tierra y aves del cielo" (vs. 11-12). Estos animales o bestias eran considerados por
los judíos como comunes e inmundos según las ordenanzas del Antiguo Testamento.
Pero le vino una voz a Pedro, diciendo: "Levántate, Pedro, mata y come" (v. 13). Pero,
¿qué dijo Pedro? El dijo: "Señor, de ninguna manera".
Dijo de ninguna manera según su concepto religioso. Pedro no se condujo de la manera
que correspondiera con Dios. En lugar de eso, se comportó Conforme al concepto
religioso que se pasaba para adelante desde el tiempo de sus antepasados por muchas
generaciones. Pero el Señor le dijo: "¡Come!" Parece que el Señor estaba diciendo:
"Pedro, tú no debes ser recto conforme a tu religión. Debes ser recto conforme a Mí. Hoy
es el día de Cristo, no de la religión".

No es fácil salir de nuestros conceptos religiosos. Pedro le dijo que no al Señor tres veces
(vs. 14-16). El era religioso, pero no estaba en el dominio del Señor. Estaba en su propio
dominio. No atendió a lo que el Señor dijo. Fue el Señor quien le habló. No fue una voz
del infierno; fue la voz del cielo. ¿Pueden creer que Pedro se atrevió a decirle que no a la
voz del cielo? Si hubiese sido una voz proveniente de abajo, del sótano, a la azotea,
hubiese estado bien que Pedro dijera que no. Pero fue una voz del cielo, y Pedro
desobedeció.
Hermanos y hermanas, deben ver que la religión es engañosa. Ustedes no saben cuánto
han sido engañados por sus viejos conceptos religiosos, ni tampoco se han dado cuenta
de lo mucho que están absortos con la religión que heredaron de sus antepasados. Las
cosas materiales y morales son engañosas, pero más aún las cosas religiosas. Yo diría
que las cosas espirituales son las más engañosas.

Es fácil ver que son engañados por cosas materiales. Pero no le es tan fácil a usted ver
que puede ser engañado por las cosas religiosas y aun las espirituales. Satanás utiliza
todas las cosas, ya sean materiales, morales, religiosas o espirituales, para apartarlo del
dominio de Dios. A Satanás no le importa si usted es materialista, moral, religioso o
espiritual. Sólo quiere que usted sea apartado del dominio de Dios. Mientras usted no
esté en el dominio de Dios, todo lo que sea y todo lo que haga está bien con Satanás.
Oh, ¡cuán sutil es el enemigo! Actualmente, el enemigo no solamente utiliza las cosas
materiales sino también la religión y la así llamada espiritualidad para engañarlo. El hace
que usted sólo se preocupe por ser religioso, piadoso y ser espiritual, pero que no se
preocupe por la autoridad de Dios.

El Señor le dijo a Pedro que "matara y comiera". Pero Pedro dijo: "Señor, de ninguna
manera; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás". Sin duda, Pedro
estaba equivocado, y no habría habido rescate para él si se hubiera equivocado
intencionalmente. Pero debido a que estaba mal sin ninguna intención, hubo rescate
para él. Después, vio que la edad había cambiado. Se dio cuenta de que ya no debía
guardar sus conceptos religiosos. Sólo debe atender a lo que dice el Espíritu. Finalmente,
salió a comer las cosas inmundas. Esto significa que fue a visitar a la familia de Cornelio
(Hch. 10:17-33). Comer es asociarse con la gente (vs. 13, 28). Los judíos consideraban
inmundos a Cornelio y sus familiares e íntimos amigos porque eran gentiles. Pero Pedro
salió a "comérselos", a asociarse con ellos, a predicarles la palabra de Dios.

Cuando Pedro volvió a Jerusalén, disputaban con él los que eran de la circuncisión,
preguntándole por qué comía con los incircuncisos (Hch. 11:2-3). Pedro se condujo
sabiamente cuando fue a la casa de Cornelio. Seis hermanos de Jope lo acompañaron
(10:23; 11:12), así que fueron un total de siete personas. Por lo tanto, al tener a los seis
hermanos como testigos de su palabra, Pedro les contó toda la historia a los hermanos
de Jerusalén y fue vindicado (vs. -4-18). Este ejemplo nos muestra que es posible ser
religiosos y estar fuera del dominio de Dios. Tenemos que ser rectos día y noche
conforme a lo que Dios es y conforme a lo que dice, no según nuestro concepto u
opinión religiosa.
En Mateo tenemos e reino que equivale al dominio de Dios y la justicia que equivale a la
imagen de Dios. Además, en Mateo, en el así llamado Sermón del monte, el Señor Jesús
dijo: "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto" (5:48). El
Señor no dijo que debemos ser perfectos conforme a lo que la ley de Moisés nos enseña.
Ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto significa que debemos ser la
expresión del Padre. Somos los hijos del Padre, así que tenemos que ser iguales al Padre.
Ser iguales al Padre tiene como fin expresar al Padre. Esta es la expresión, la imagen.
Ahora usted puede entender lo que el Señor quería decir cuando dijo: "Mas buscad
primeramente Su reino y Su justicia" (6:33). Esto sencillamente quiere decir que necesita
buscar el dominio de Dios y la imagen de Dios. Esto es volver al principio mismo de la
Biblia. Usted cayó de Génesis 1, así que tiene que volver allí. Usted cayó del dominio y
de la imagen de Dios, así que debe volver al dominio y la expresión de Dios.

El evangelio de Dios no se trata de arrepentirse para ir al cielo o para ser perdonados de


nuestros pecados. El evangelio de Dios tiene la intención de que volvamos a la condición
original de la cual caímos. Mateo, el primer libro del Nuevo Testamento, nos lleva a
Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento. Todos tenemos que volver a Génesis

¿Qué significa esto? Significa que debemos volver al propósito original de Dios. El
propósito original de Dios era que el hombre le expresara y fuera Su representante. Pero
de estos dos puntos principales el hombre cayó. Ahora necesita regresar a estos dos
puntos. Por muchos siglos, el cristianismo ha estado escaso de esto. Pero yo tengo la
seguridad y una profunda convicción que el Señor hoy va a recobrar estos dos puntos
principales.

EL SEÑOR NECESITA JOVENES PARA SU NUEVO MOVER

Cuando el Señor Jesús vino por primera vez, había una religión muy fuerte. Aquella
religión tenía, primeramente, la tierra santa. Luego, dentro de la tierra santa, estaba la
ciudad santa. Además de esto, dentro de la ciudad santa, estaba el templo santo, en el
cual estaba la Santa Biblia. Las personas que estaban allí adoraban y servían a Dios
conforme a las santas Escrituras en tres cosas santas: en el templo santo, en la ciudad
santa, y en la tierra santa. Aquella situación santa prevalecía cuando vino el Señor Jesús.
¿Se ha dado cuenta que cuando el Señor Jesús vino, no hizo nada conforme a estas
cosas santas? El no llevó a la gente a la ciudad santa ni al templo santo. Por el contrario,
Mateo nos dice que cuando el Señor comenzó Su ministerio, El fue a "Galilea de los
gentiles" (Mt. 4:12, 15). No entró al templo a llamar a algunos de los sacerdotes que
oraban para que lo siguieran. Al contrario, fue al mar de Galilea. Allí vio a unos
pescadores, y entre ellos se encontraban Pedro y Andrés. Además, vio a Jacobo y a Juan,
quienes remendaban sus redes. Así que, el Señor llamó a los pescadores y a los que
remendaban sus redes, para que lo siguieran (4:18-22). Pero no los llevó al templo santo
a adorar a Dios. En lugar de eso, algunas veces los llevaba a la montaña y otras veces
los traía a la orilla del mar. Una vez le dio a Pedro una lección de fe haciéndole brincar a
las aguas y caminar sobre ellas (14:28-29). Jesús hizo muchas cosas que parecían
extrañas fuera de la religión y en contra de la misma.
La Biblia nos da un registro claro, un cuadro, que nos muestra cómo las personas
religiosas eran fervientes para con Dios. No obstante, ellos estaban anticuados. Según
Lucas había una hermana de edad muy avanzada, una profetisa, llamada Ana. Ella no se
apartaba del templo y servía a Dios de noche y de día con ayunos y oraciones (Le. 2:36-
37). Ella estaba absolutamente dedicada a Dios. Para llevar a cabo el mover actual del
Señor en la tierra, el Señor tuvo que acudir a Pedro, un hombre joven que estaba
pescando en el mar, no orando en el templo.

Había otro, un hombre de edad en Jerusalén llamado Simeón, quien era "justo y piadoso,
esperaba la consolación de Israel" (Le. 2:25). Tanto Ana como Simeón estaban
absolutamente dedicados al Señor, pero El no los llamó para que lo siguieran. En lugar
de eso, fue al mar de Galilea a llamar a Pedro, Andrés, Jacobo y Juan, quienes eran
jóvenes. Ellos no eran como la santa Ana, quien oraba en el templo todo el día, ni
tampoco como Simeón, quien enseñaba al pueblo conforme a las profecías de la Biblia.
Pero el Señor llamó a estos pescadores galileos para que lo siguieran. La gente santa y
de edad avanzada, que guardaba las santas Escrituras, adoraban y servían en el santo
templo, en la santa ciudad y en la tierra santa. Pero el Señor fue a la orilla de Galilea de
los gentiles y llamó a dos pescadores y a dos remendadores.
Hermanos y hermanas, la situación actual es exactamente la misma que la de aquel día.
En el cristianismo de hoy hay muchas cosas santas: catedrales, servicios y días santos.
Estoy convencido de que ésta es la razón por la cual el Señor va a las playas, los
parques, a las esquinas de las calles, a los aparcamientos, etc., para ganar a los jóvenes.
Ustedes tal vez digan que estos jóvenes son jipis y que no son santos, pero el Señor
dice: "Ellos me siguen a Mí. No los siguen a ustedes los religiosos. Pero ellos sí me siguen
a Mí. Yo nunca los llevaré a su religión. Pero los haré volver al dominio de Dios. No me
importa si tienen el pelo largo o corto, si se rasuran o no, si están descalzos o tienen
zapatos. A Mí me interesa sólo una cosa, es decir, si están en el dominio de Dios o no".

Yo creo que el Señor se va a mover rápido. Cuando vino el día de Pentecostés, en ese
mismo día fueron salvos tres mil (Hch. 2:41). Otro día cinco mil fueron salvos (4:4). Si
algún día en el sur de California, diez mil personas, especialmente los jóvenes se
volvieran al dominio del Señor, eso no me sorprendería. En este país actualmente un
gran número de jóvenes son rebeldes en contra de la vieja manera de vivir. Por
supuesto, esto no es bueno para las familias, la sociedad, ni para el país. Pero el Señor
es soberano. Bajo El están todas las naciones. Estados Unidos era una nación cristiana y
todavía lo es. Pero miren la situación actual. Si los jóvenes de esta generación insistieran
en guardar la vieja manera de vivir, sería mucho más difícil para ellos ser salvos.
Pero hoy miles de jóvenes, muchos de los cuales son hippis, han sido salvos. Ellos se
olvidaron del mundo y dejaron su vieja manera de vivir. Creemos que el Señor hará
volver a un gran número de hippis. ¿Cómo usted puede traerlos? ¿Los lleva a las
catedrales, a los así llamados edificios de la iglesia? ¡No! Vaya y reúnase con ellos en la
playa. Si algunos doscientos o trescientos santos jóvenes tienen la inclinación y la carga
de ir a la playa y reunirse, deben hacerlo. Puede llevar consigo un amplificador y
trasmitir las buenas nuevas a todos, invitándoles para que vengan y se unan a ustedes
en la iglesia en Los Angeles.

No podemos limitar al Señor Jesús. La situación del cristianismo actual es exactamente


la misma que la de los tiempos antiguos en el judaísmo. La carga que tengo consiste en
compartirles que hoy el Señor Jesús va a hacer algo nuevo con una nueva generación.
Aparentemente, Ana y Simeón no estaban en ese mover, pero ellos estaban
absolutamente dedicados a ese mover y oraban mucho por eso. Yo creo que muchos
ancianos que están dedicados al Señor están en la misma posición de Ana y Simeón.
Tienen que orar día y noche por el nuevo mover del Señor. Sin embargo, para el mover
en sí, el Señor mayormente usará a los jóvenes.

Cuando el Señor estaba en la tierra, usó a los pescadores y a los remendadores, los
galileos. El usó aquellos que no estaban en el templo, sino en los botes en el mar, y usó
aquellos que estaban dispuestos a brincar al agua. El Señor Jesús vino a los discípulos,
andando en el mar, y le dijo a Pedro: "Ven". Esto significa que Pedro tenía que brincar al
agua, y Pedro así hizo. Supongamos que Pedro le hubiera dicho: "No, Señor, no voy a
brincar al agua. ¿Por qué no puedo quedarme en el bote? Quedarme en el bote es
seguro. Es lo más lógico. Tarde o temprano, yo iré a Ti. Sólo espera un poco". Entonces
hubiera sido una persona materialista, que era tan racional, lógico y sano que no habría
brincado al agua sino que se quedaría en el bote e iría al Señor gradualmente. El Señor
Jesús entrenó mucho a Pedro para sacarlo del concepto religioso y material y traerlo al
dominio de Dios.

Usted debe aprender una lección de la experiencia de Pedro. Todo lo que diga el Señor,
lo debe hacer. Todo lo que diga el Señor, lo debe aceptar. No importa lo que diga el
Señor, afírmese en eso. No tiene que ejercitar sus razonamientos. No necesita ser
religioso ni espiritual. Necesita estar bajo el dominio de Dios.

NECESITAMOS QUE CRISTO SEA NUESTRA VIDA

En Génesis 1 vemos que el hombre tiene la imagen y el dominio de Dios. Luego en


Génesis 2 vemos el árbol de la vida (v. 9). Al leer a través de la Biblia sabemos que el
árbol de la vida es un símbolo de Cristo. Cristo es el árbol de la vida. Juan 1:4a dice: "En
El estaba la vida", y 10:10b dice: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia". En Juan 14:6a el Señor dijo: "Yo soy ... la vida". También en Juan
15 dijo que El es la vid. Cristo es el árbol y la vida. Por tanto, Cristo es el árbol de la vida.

Entonces, aparte de las dos palabras imagen y dominio, tenemos otra palabra crucial:
vida. Para poder hacer algo, se necesita la vida apropiada. El perro ladra porque tiene la
vida del perro, la cual es una vida que ladra. El gato es capaz de atrapar ratones debido
a la capacidad de la vida del gato, pero nosotros no tenemos esa capacidad. Del mismo
modo, si queremos expresar a Dios y ejercer Su autoridad, necesitamos la vida
apropiada. La vida humana no sirve para expresar a Dios ni para ejercer Su autoridad.
Pero la vida humana puede recibir otra vida que es capaz de expresar a Dios y de
representar a Dios. La vida de todos los animales, como por ejemplo la vida del perro, la
del gato, o la de un pájaro, no puede recibir otra vida. Dios no los creó así. Pero Dios sí
nos creó a nosotros de una forma que podemos recibir otra vida. Esta vida es la vida
eterna de Dios mismo, que es Cristo.

Dios nos creó con un espíritu humano que como órgano receptor recibe a Dios mismo
para que sea nuestra vida. La vida humana no es capaz de expresar a Dios ni puede
ejercer la autoridad de Dios. Pero la vida humana sí puede hacer una cosa, a saber,
recibir la vida que es capaz, la vida eterna (1 Jn. 1:2). "El que tiene al Hijo, tiene la vida;
el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida" (5:12). Esta es la única vida representada
por el árbol de la vida.

Cristo vino y se presentó a Sus discípulos como vida. El le dijo al pueblo que había
venido para que ellos tuvieran vida y para que la tuvieran en abundancia (Jn. 10:10b). En
Mateo el mensaje fue: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado" (3:2).
Pero en Juan el mensaje fue: "El que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios"
(3:3). Tanto Mateo como Juan hablan del reino. Mateo trae el aspecto del reino como
algo exigido o requerido de nosotros. Si queremos tener el reino de los cielos, tenemos
que satisfacer sus requisitos. Cuando leemos Mateo 5-7, tal vez queramos darnos por
vencidos, porque nuestra vida humana no puede llevar a cabo lo que el Señor dice aquí.
Cuando alguien le abofetee en su mejilla, ¿está dispuesto usted a volverle la otra mejilla
(Mt. 5:39)? Temo que usted se pondría a pelear inmediatamente. Esto significa que no
está en Mateo sino en la ley de Moisés (v. 38).

Después de Mateo debemos ir al Evangelio de Juan. Juan también trae el asunto del
reino, no con sus requisitos sino con el cumplimiento de esos requisitos. El cumplimiento
del requisito del reino es Cristo como vida. Usted no puede lograrlo, pero cuando Cristo
entra en usted, El lo puede lograr. Mateo da requisitos y exigencias, mientras que Juan
proporciona y suministra. Si no sabe cuánto requiere Mateo de usted para poder obtener
el reino, nunca apreciará cuánto Juan le proporciona para que pueda satisfacer el
requisito del reino. Primero tenemos Mateo y luego, Juan. Mateo requiere demasiado de
nosotros, y hace que nos desilusionemos. Pero Juan nos dice: "No te desilusiones. Yo
estoy aquí. Yo puedo darte el suministro para satisfacer la exigencia que Mateo pone
sobre ti. Cualquier cosa que Mateo requiera de ti, Yo lo puedo hacer por ti".

¿Usted piensa que puede expresar a Dios? ¿Piensa que puede ejercer la autoridad de
Dios? Necesita una vida alta, aun la vida más elevada. Necesita a Cristo. Cristo es la vida
(Jn. 14:6; Col. 3:4), no la enseñanza. Ninguna enseñanza puede hacer que usted le
vuelva la otra mejilla a quien lo golpea. Pero hay uno quien es la vida y que tiene la
capacidad de hacerlo en usted. El es Cristo. "El que no nace de nuevo, no puede ver el
reino de Dios" (Jn. 3:3). Una vez que nacimos de nuevo y tenemos a Cristo como vida,
vemos el reino, el dominio, la autoridad, de Dios. Espontáneamente, lo que somos,
hacemos y decimos, expresa a Dios.

Por tanto, sin Cristo todo es vacío. Sin Cristo todo es vanidad. El significado del universo
es el hombre, y el significado de la vida humana es Cristo. A pesar de que el significado
del universo es el hombre, sin Cristo él no tiene contenido ni realidad. Sin Cristo, el
hombre es meramente un recipiente vacío. El hombre como recipiente vacío necesita
que Cristo sea su contenido. Por eso, tenemos que abrirnos a Cristo y recibirlo como
nuestra vida. Alabado sea el Señor porque ya muchos de nosotros hemos hecho esto.
Pero el problema es éste: después de recibir a Cristo, no vivimos por El. Todavía vivimos
por nosotros mismos. Supongamos que usted va a la playa y es rechazado y perseguido
por alguien. Si usted razona en su mente, irá a la ley de Moisés. En lugar de razonar en
su mente, necesita decir: "Oh Señor". Cuando invoca el nombre del Señor, entra en el
Evangelio de Juan.

El mismo Cristo quien es su vida llegará a ser vital para usted. Por consiguiente, todos
tenemos que practicar una cosa, esto es, no vivir por nosotros mismos, sino siempre
vivir por Cristo. Para vivir por Cristo es necesario olvidarse de ser religioso y espiritual.
.Usted tiene que abrir su ser todo el tiempo e invocar Su nombre. No guarde nada
religioso ni espiritual en su mente. Entonces usted verá que El es el Cristo inmediato,
presente, al día, y de momento a momento. El es Cristo ahora mismo. En el momento en
que la gente lo rechace y lo persiga a usted, El es el Cristo. No guarde tantas doctrinas
en su mente. Las doctrinas no funcionan. Sólo Cristo funciona. Este Cristo es el Cristo
vivo. El no es el Cristo doctrinal ni el Cristo de enseñanzas, sino el Cristo que es tan
presente, verdadero y práctico como el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). Sencillamente
invoque Su nombre.

En conclusión, debemos tener en mente que si queremos expresar a Dios y ejercer Su


autoridad, necesitamos que Cristo sea nuestra vida. También tenemos que darnos
cuenta que Cristo actualmente es el Espíritu vivificante. El es el Espíritu viviente que
está con nosotros todo el tiempo. El es presente, prevaleciente, disponible e inmediato.
No importa dónde usted esté, en cuál situación esté, sea que usted está hablando con
alguien o que alguien está hablando con usted, olvídese de sí mismo y de sus
razonamientos; sencillamente ábrase a El y diga: "Oh Señor Jesús". Sólo disfrútelo. El es
su vida y su contenido. El es el significado de su vida humana.
CAPITULO CINCO
LA IGLESIA ES LA EXPRESION DE CRISTO
Lectura bíblica: Ef. 1:22-23; 5:25-27; 2:15-16, 21-22; 4:11-12; 3:21; 1 Co. 12:12; Ap.
1:11; Ef. 3:10-11

La primera figura principal revelada en la Biblia es Dios. Cristo es la segunda figura


principal. En este capítulo venimos a las últimas dos figuras principales de la Biblia: la
iglesia y las iglesias.

EL PROPOSITO DE DIOS: TENER LA IGLESIA

Conforme a la revelación divina de la Biblia, la iglesia está relacionada con el propósito


eterno de Dios. Dios no hace nada sin un propósito. El no obra de manera insensata. El
no es un Dios que no tiene significado. Considérese usted mismo. Usted fue hecho a la
imagen de Dios, y no hace nada sin un propósito. Somos así porque fuimos hechos
conforme a Dios, quien no hace nada sin un propósito.

El propósito principal de Dios es tener una iglesia. Dios creó los cielos, la tierra y billones
de otras cosas, y luego creó al hombre. Dios creó todas las cosas para el hombre, y
luego creó al hombre para la iglesia. Así que, el centro del universo es la iglesia. En el
primer capítulo dije que el centro del universo es el hombre. Eso es correcto. No
obstante, el hombre, el hombre corporativo, como centro del universo está destinado a
la iglesia debido a que finalmente la iglesia llega a existir por medio del hombre. Por
consiguiente, el centro final del universo es la iglesia. Esto concuerda con el propósito
eterno de Dios, el cual hizo en Cristo (Ef. 3:10-11). La iglesia está relacionada con el
propósito de Dios, y el propósito de Dios está dirigido a la iglesia.

CRISTO MURIO POR LA IGLESIA

En el cristianismo hemos oído un sinnúmero de veces que Cristo nos amó y murió en la
cruz por nosotros. Pero la mayoría de nosotros nunca oyó un mensaje que nos dijera que
Cristo amó a la iglesia y murió por ella. Efesios 5:25 dice: "Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a Sí mismo por ella". Cristo amó a la iglesia, no sólo a los individuos, sino al
Cuerpo corporativo, y se entregó a Sí mismo por ella. Cristo murió por la iglesia.

LO QUE CRISTO LOGRO Y CUMPLIO ESTA DESTINADO A LA IGLESIA

Efesios 1 dice que Cristo resucitó de la muerte y se sentó en los lugares celestiales (v.
20). Todas las cosas fueron sometidas bajo Sus pies, y El fue dado por Cabeza sobre
todas las cosas a la iglesia (v. 22). La resurrección de Cristo, Su ascensión, Su
entronización, y Su glorificación están destinadas a la iglesia. Todos los aspectos
principales de los logros y cumplimientos de Cristo -Su muerte, resurrección, ascensión,
entronización, y glorificación- están destinados a la iglesia.

TODAS LAS PERSONAS DOTADAS TIENEN COMO FIN LA EDIFICACION DE LA IGLESIA

Nosotros somos muy centrados en nosotros mismos. Siempre nos preocupamos por
nuestra salvación personal. Pero tenemos que darnos cuenta de que nuestra salvación
personal tiene como fin la iglesia corporativa. Efesios 4 dice que cuando Cristo subió a lo
alto, llevó cautivos a los que estaban bajo cautiverio, y dio dones a los hombres (v. 8). A
todos los que estaban bajo cautiverio los hizo dones. El apóstol Pablo fue uno de estos
cautivos. Cuando él era Saulo de Tarso, era un verdadero oponente de Cristo (Hch. 8:1,
3). Pero Cristo lo cautivó y lo hizo cautivo, Saulo de Tarso, el don más grande. Cristo dio
al don más grande, el apóstol Pablo, a la iglesia para que fuera edificado el Cuerpo de
Cristo. Todos los dones, las personas dotadas, tales como los apóstoles, los profetas, los
evangelistas, los pastores y maestros, tienen como fin edificar el Cuerpo de Cristo (Ef.
4:11-12).

DIOS AVERGÜENZA A SATANAS POR MEDIO DE LA IGLESIA

Efesios 3:10 dice: "A fin de que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a
conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales".
Esto quiere decir que Dios avergüenza a Satanás, con todo su poder de tinieblas,
mediante la iglesia. Dios le diría a Satanás: "Satanás, mira la iglesia. Tú me diste muchos
problemas, pero como resultado de todos los problemas, Yo obtuve la iglesia. Todos los
problemas que tú me diste llegaron a ser una ayuda para Mí. Así que soy más sabio que
tú. Satanás, ¿has visto Mi sabiduría?" Satanás causó que muchos jóvenes se convirtieran
en jipis. Pero de entre los jipis, Dios ha salvado a muchos santos. Dios es más sabio que
Satanás. Por medio de la iglesia la multiforme sabiduría de Dios es dada a conocer. Por
tanto, debemos tener el denuedo de decir que aun Satanás quiere tener la iglesia.
Satanás siempre ha hecho lo posible por causar daño a la iglesia y sigue haciéndolo.
Pero Dios en Su sabiduría usa todo el daño causado por Satanás para edificar la iglesia.
Dios utiliza a Satanás como utensilio para obtener la iglesia. Si Satanás no hubiera
existido, todo en el universo sería maravilloso. No habría nada maligno. Como resultado,
no habría lágrimas, dolor ni sufrimiento. Tenemos que darnos cuenta de que Dios, en Su
admirable sabiduría, permite que ocurran las cosas negativas con este propósito, es
decir, para producir algo maravilloso: la iglesia. Necesitaremos la eternidad para
comprender cuánto bien nos ha hecho las tinieblas, los sufrimientos, el dolor y las
lágrimas. Aun las cosas oscuras y negativas son usadas por Dios para el bien de la
iglesia.

LA GLORIA DEL SEÑOR ES PARA LA IGLESIA

Efesios 3:21 dice: "A El sea gloria en la iglesia". La gloria de Dios no sólo está en la
iglesia, sino que también se dirige a ella. Así que, vemos que el propósito de Dios se
dirige a la iglesia. La muerte de Cristo se dirige a la iglesia. La resurrección de Cristo, Su
ascensión, Su entronización, y Su glorificación se dirigen a la iglesia. En otras palabras,
todos los logros principales de Cristo se dirigen a la iglesia. Además, los dones se dirigen
a la iglesia. Entonces Satanás, con todas las cosas negativas, quiere la iglesia.
Finalmente, la gloria de Dios se dirige a la iglesia.

LA IGLESIA ES CRISTO

La carga principal que tengo en este capítulo es tener comunión con ustedes en cuanto
al hecho de que la iglesia es Cristo. En 1 Corintios 12:12 es revelado en forma completa,
clara y definitiva que la iglesia es Cristo. Este versículo dice: "Porque así como el cuerpo
es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos,
son un solo cuerpo, así también el Cristo".

Cuando decimos que la iglesia es Cristo, este Cristo no es un Cristo individual, sino un
Cristo corporativo. Este Cristo corporativo, quien es la iglesia, es la expresión del Cristo
individual. En los cuatro evangelios se encuentra el Cristo individual. Pero en Hechos y
en las epístolas encontramos al Cristo corporativo, la iglesia.
¿Qué significa la frase "el Cristo corporativo es la iglesia"? Les doy un ejemplo. Todos
somos miembros del Cuerpo de Cristo. Supongamos que nos juntamos para tener una
reunión. Usted va consigo mismo, otro hermano va consigo mismo, y yo voy conmigo
mismo. Todos vamos con nosotros mismos. Así que, somos un grupo de "seres"
reunidos. Pero si usted va con Cristo, yo voy con Cristo y él va con Cristo, somos Cristo,
no el Cristo individual, sino el Cristo corporativo. Personas de toda tribu, lengua, pueblo,
y nación son reunidas (Ap. 5:9) como la iglesia. Si ellos viven por Cristo, entonces
cuando se juntan, ellos son la iglesia.

Todos debemos ver qué es la iglesia. La iglesia es el Cuerpo corporativo, el cual es Cristo
mismo. La iglesia es la totalidad de todos los santos mezclados con Cristo. La iglesia no
es un edificio. Cristo y Su iglesia han estado confinados por el llamado edificio de la
iglesia por muchos siglos. Pero El es liberado del aprisionamiento del llamado edificio de
la iglesia.

Además, la iglesia no es una organización de muchos así llamados cristianos. La iglesia


es Cristo mismo. Si queremos tener la iglesia en realidad, necesitamos vivir por Cristo.

Vimos en el capítulo tres que tenemos que tomar a Cristo no sólo como nuestra vida sino
también como nuestra persona. Si cada uno de nosotros toma a Cristo como su persona,
y no vive por sí mismo sino por Cristo, entonces cada uno es Cristo. Así que, cada vez
que nos juntamos, lo hacemos no con nosotros mismos, sino con Cristo. Usted va con
Cristo y yo voy con Cristo. Todos vamos con Cristo. Por tanto, la iglesia es Cristo.

NO HAY ORDENANZAS EN LA IGLESIA

También tengo la carga de compartir con ustedes que en la iglesia no hay ordenanzas.
Hemos visto que todos somos Cristo, así que todos somos un Cuerpo (Ef. 2:16), el cual
es Cristo (1 Co. 12:12). Pero consideremos la situación actual del cristianismo. Vemos
divisiones, no el Cuerpo. Nosotros los cristianos hemos estado divididos y seguimos así.
Efesios 2:15-16 nos dice que cuando Cristo en Su carne moría en la cruz, dio muerte a la
enemistad.

La mayoría de nosotros ha oído que en la cruz Cristo quitó nuestros pecados, y


probablemente algunos también han oído que en la cruz Cristo crucificó nuestro viejo
hombre y derrotó a Satanás. Pero aquí en Efesios 2:15-16 se nos dice que en la cruz
Cristo dio muerte a la enemistad. La enemistad aquí es causada por las ordenanzas. El
versículo 15 habla de la ley de los mandamientos en ordenanzas, los cuales crean
enemistad. Luego el versículo 16 dice que Cristo dio muerte a la enemistad. Esto quiere
decir que dio muerte a todas las ordenanzas.

En Efesios 2:15 las ordenanzas consistían de las costumbres y la religión. Los religiosos
siempre tienen sus costumbres conforme a su religión. En tiempos antiguos los judíos
tenían muchas ordenanzas. Ellos tenían que ser circuncidados al octavo día, tenían que
guardar el sábado cada semana y tenían que observar las regulaciones de su dieta tres
veces al día. Estas eran las ordenanzas principales de los judíos en tiempos antiguos.
Debido a estas ordenanzas, ningún judío se podía asociar con un gentil. Por otro lado, los
gentiles también tenían sus costumbres. Por tanto, todas las diferentes ordenanzas
crearon enemistad entre los judíos y los gentiles.

Sin embargo, Cristo creó un Cuerpo, un nuevo hombre, de muchas personas diferentes,
no sólo de los judíos, sino también de los gentiles. El nuevo hombre, la iglesia, el Cuerpo
de Cristo, fue creado con toda clase de personas, quienes tienen sus costumbres
particulares. Los americanos tienen sus costumbres americanas, los ingleses tienen sus
costumbres inglesas, los chinos tienen sus costumbres chinas, y los japoneses tienen sus
costumbres japonesas. Aun entre los americanos, los del norte tienen sus costumbres y
los tejanos tienen las suyas. Todos tienen diferentes costumbres, diferentes ordenanzas.

Me temo que la mayoría de ustedes tienen sus propias ordenanzas, ordenanzas no


hechas por Moisés sino por ustedes mismos. Tienen sus propias ordenanzas. Además,
hay ordenanzas hechas localmente entre las iglesias locales, tales como una ordenanza
de Los Angeles, una ordenanza de Houston, una ordenanza de San Francisco, o una
ordenanza de Chicago. Una vez en cierta reunión, mientras unos de los asistentes
estaban muy entusiasmados, otros se fueron. Sin duda, ellos no estaban de acuerdo con
lo que estaba pasando en la reunión. Tenemos que ser flexibles. Si no somos flexibles,
cualquier cosa que tengamos en nuestra reunión puede llegar a ser una ordenanza. Si
los contenciosos que se fueron insisten en no reunirse de cierta manera, esto significa
que ellos tienen una ordenanza muy firme. Si los que se quedaron insisten en reunirse
de cierta manera, ellos también llegan a tener una ordenanza firme.

El problema hoy es que nosotros los cristianos siempre nos centramos en nosotros
mismos y nos preocupamos por nosotros mismos. No vemos el Cuerpo ni nos damos
cuenta de que el Cuerpo es todo-inclusivo. En la situación actual cada uno tiene su
propia elección conforme a su propio gusto. Quizá a un hermano le guste que todo sea
exacto, tranquilo y en buen orden en la reunión. Tal vez quiera que todos los hombres
usen corbatas y que las damas se vistan modestamente. El quiere que todos lleguen a la
reunión y se sienten uno por uno de forma ordenada. Esto es el gusto de este hermano,
así que él trata de encontrar tal reunión. Así que, ésta llega a ser su elección de acuerdo
a su gusto. Por otro lado, existe otro hermano que también tiene su propio gusto. A él le
gustan las reuniones que no sean restringidas y que sean ruidosas. Así que, viajará hasta
encontrar una reunión donde todo el mundo sea libre para vestirse de la manera que
quiera y que griten y estén entusiasmados. Finalmente, irá a una reunión de su elección
conforme a su gusto. Esta es la situación actual.

Todos estos gustos diferentes causan problemas, y todas las elecciones diferentes
causan divisiones. Quizá nos guste cierto tipo de reunión, pero no debemos de hacer de
esto una elección para nosotros mismos. Hermanos y hermanas, la vida de la iglesia no
depende de nuestra elección. La iglesia es nuestro destino. Consideremos a dos
hermanos que nacieron en la misma familia y tienen el mismo apellido. El apellido no es
un asunto de elección, sino un asunto de destino. Todos necesitamos ver que la iglesia
no es una elección, sino un destino. Si vemos esto, muchos problemas se resolverán
espontáneamente.

Además, sea que estos hermanos se gusten o no, siguen siendo hermanos. La
hermandad no depende de su elección. Es también un asunto de destino. Si el primero
no ama al segundo, no puede culpar al segundo, sino solamente a sus padres. Si a usted
no le gusta un hermano, no le eche la culpa a él. Usted tiene que ir al cielo a culpar al
Padre. Ese es su destino. El es un hermano de usted en su destino. No importa cómo se
siente, tiene que amarlo. La amistad es un asunto de elección, pero la hermandad no lo
es. La hermandad es un asunto de destino.

En la iglesia tenemos hermandad, no amistad. Supongamos que usted es un hermano de


Atlanta. Tal vez algún día unos hermanos de Atlanta lo maltraten. Si usted decide
apartarse de ellos, esto prueba que no sabe lo que es la iglesia. La iglesia es un asunto
de destino, y también lo es la hermandad. Si usted ve esto, se dará cuenta de que en el
Cuerpo de Cristo no debe haber ninguna ordenanza. Quizá me guste estar tranquilo,
pero esto no debe ser mi ordenanza. Tal vez me guste ser ruidoso, pero esto no debe ser
mi elección. Todos necesitamos aprender a ser generales y darnos cuenta de que la vida
de la iglesia es nuestro destino.

El Señor Jesús abolió todas las ordenanzas y dio muerte a la enemistad. Así que, El nos
puede hacer uno. Miren la situación cuando nos reunimos todos. Tenemos muchas
diferentes clases de personas, sin embargo todos podemos reunirnos como uno. Esta es
la iglesia. No hay tal cosa como la iglesia puertorri¬queña, la iglesia mexicana, la iglesia
japonesa, la iglesia china, la iglesia de los tejanos, la iglesia de los californianos o la
iglesia anglicana. Existe solamente una iglesia, la cual es el único Cuerpo de Cristo. El
Señor va a recobrar esto. Si esto no se recobra, le será muy difícil regresar. Todos
necesitamos ver que la iglesia es Cristo, y este Cristo corporativo incluye toda clase de
verdaderos cristianos.

No exija nada de otros. Si alguien es un querido hermano en el Señor, eso es suficiente.


No importa qué hace en la reunión, usted tiene que amarlo porque es un hermano en
Cristo. Recuerde que no tiene elección. Si ha visto la iglesia, perderá toda elección. No
piensen que soy una persona fácil de tratar. Pero por Su misericordia y Su gracia, puedo
decir que estoy feliz con todos los hermanos. Mientras alguien sea un hermano, todos
tenemos que estar felices con él. ¿Está listo para desistir de sus elecciones? Quizá
algunos de ustedes siempre sean buenos y tranquilos. Pero el Señor traerá muchas
personas que sean ruidosas y que les guste brincar y gritar: "¡Oh Señor! ¡Amén!
¡Aleluya!" Si usted decide dejar la iglesia porque no le gustan los ruidosos, esto quiere
decir que está guardando su elección y desistiendo a su destino.

Lo que estoy compartiendo con ustedes no es algo pequeño. Por Su gracia y


misericordia, tenemos que estar contentos con todos los cristianos genuinos. Ya que
ellos son hermanos y hermanas en el Señor, tenemos que decir: "¡Aleluya!" Si a alguien
le gusta gritar, debemos gritar con él. Pero si nos gusta estar tranquilos, a los que les
gusta gritar deben estar dispuestos a estar tranquilos con nosotros. No debe insistir en
que yo grite con usted y sin embargo rehusar a ser tranquilo conmigo. Ni yo debo insistir
en que usted sea tranquilo conmigo ni tampoco debo rehusar gritar con usted.

Debemos ser justos. Con el tiempo, todos diremos: "No nos interesa gritar o estar
tranquilos; sólo nos interesa a Cristo". Esta es la manera de tener la vida de la iglesia.
Nadie insiste en nada. Todos los ancianos y todos los líderes de los diferentes grupos
aquí en Los Angeles pueden testificar que a través de los años ninguno de nosotros ha
insistido en nada. Siempre hemos estado abiertos los unos a los otros en el Señor. No
tenemos regulaciones. Por eso cambiamos con los años. Alguien dijo: "Oh, la iglesia en
Los Angeles está cambiando muy rápido. Si usted se va por dos meses y regresa, será
totalmente diferente". Tiene razón. Debido a que no tenemos regulaciones, seguimos
cambiando, o mejor dicho, estamos siempre mejorando.

No tenemos regulaciones, ni rituales, ni formalismos, y por lo tanto, no tenemos


ordenanzas. Algunas veces he oído a hermanos decir: "Yo creo que a los chinos no les va
a gustar esto". Inmediatamente los aconsejé a no decir eso. Si dice eso, quiere decir que
está guardando cierto tipo de ordenanza china. En la iglesia no tenemos ordenanza. Sólo
tenemos a Cristo. Ya que este es el caso, podemos fácilmente tener la unidad. Por eso
muchos que nos visitaron en los años pasados fueron muy impresionados con la unidad
de la iglesia en Los Angeles. Por Su misericordia, no hay ordenanzas en la iglesia aquí.
Este es el punto principal del recobro del Señor. El Señor está recobrando la vida
apropiada de iglesia, no sólo en Los Angeles, sino también por todo el mundo. Para esto
todos necesitamos tener una comprensión completa de que no debe haber ninguna
clase de ordenanza.

LAS IGLESIAS LOCALES

Hemos visto que la iglesia es el Cuerpo de Cristo y la expresión de Cristo. Ahora


debemos saber que esta iglesia, como Cuerpo de Cristo, necesita las iglesias locales. La
iglesia es la expresión de Cristo, y las iglesias locales son la expresión de la iglesia. Sin
las iglesias locales no se puede tocar la iglesia. La iglesia está corporificada en las
iglesias locales. La iglesia también se comprende y se experimenta en las iglesias
locales. Así que, a fin de tener la vida práctica de la iglesia, necesitamos las iglesias
locales. Las iglesias locales son también un punto principal en el recobro del Señor.

La iglesia como Cuerpo de Cristo ha sido, sin duda alguna, revelada completamente en
el Nuevo Testamento. Pero, si lee Hechos y las epístolas hasta el último libro del Nuevo
Testamento, Apocalipsis, verá que la iglesia se expresa en su totalidad en las iglesias
locales. En el último libro de la Biblia, se ve las iglesias locales, no la iglesia. En
Apocalipsis 1:11 el apóstol Juan oyó una voz que le decía: "Escribe en un libro lo que ves,
y envíalo a las siete iglesias: a Efeso, Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia
y a Laodicea". Aquí vemos siete iglesias en siete ciudades: una iglesia por cada ciudad y
una ciudad con una sola iglesia. Estas son las iglesias locales. Actualmente, el Señor está
recobrando las iglesias locales. Adondequiera que vayamos, somos la iglesia local allí. Si
vamos a Houston, somos la iglesia local en Houston. Si vamos a Anaheim, somos la
iglesia local en Anaheim. Lo mismo ocurre si vamos a San Francisco, Seattle, o donde
sea.

SER EDIFICADOS EN LAS IGLESIAS LOCALES

Al ser guardados y preservados en las iglesias locales, somos edificados. En las iglesias
locales podemos ser edifica-dos. Si tiene su propia elección, no está guardando su
destino. Cuando le gusta este grupo de cristianos, se queda con ellos. Cuando no está
contento con ellos, les dice adiós y se marcha a otro sitio. Si éste es el caso, ¿cómo
puede usted ser edificado? Todos sabemos lo que significa ser edificado. Miren cualquier
edificio. Muchos pedazos de material están puestos juntos. Eso es un edificio. Efesios
2:21-22 dice: "En quien (Cristo Jesús) todo el edificio, bien acoplado, va creciendo para
ser un templo santo en el Señor, en quien vosotros también sois juntamente edificados
para morada de Dios en el espíritu". En quien vosotros también significa que nosotros los
santos locales también somos edificados juntos. Adondequiera que vayamos,
dondequiera que estemos, tenemos que ser una sola iglesia local en esa localidad.
Luego, al ser preservados así, seguramente aprenderemos la lección y espontáneamente
seremos edificados juntos.

Ya que vivo en Los Angeles, tengo que ser un hermano en la iglesia en Los Angeles. Sea
que usted me guste o no, no tengo escapatoria. Tengo que quedarme con usted. Este es
mi destino. Por tanto, tengo que aprender la lección. El Señor necesita obrar en mí. Aun
tengo que ser quebrantado. Tengo que ser transformado a fin de ser edificado con usted.
Si todos somos así, todos seremos edificados en las iglesias locales.

Olvídese de ser religioso o "espiritual". Sólo preocúpese por una cosa: estar en una
iglesia local y ser edificado con otros. Sea que usted es religioso o no, sea espiritual o no,
eso no significa nada para el Señor. Lo que a El le interesa es si usted está en una iglesia
local siendo edificado con otros o no. Esto es lo único que el Señor quiere actualmente.

En resumen, ¿cuáles son los cuatro puntos que queremos recalcar en este capítulo?
Primero, la iglesia es Cristo. Segundo, no hay ordenanzas en la iglesia. Tercero, las
iglesias locales son la expresión de la iglesia: una iglesia, una ciudad. Esta es la única
manera y base sobre la cual podemos guardar la unidad y tener la vida de iglesia
adecuada. Cuarto, necesitamos ser edificados en la iglesia local. Mientras estemos
siendo edificados en la iglesia local, estamos en la voluntad del Señor, estamos en el
recobro del Señor, y somos preparados para Su regreso.
CAPITULO SEIS
LA VIDA DE LA IGLESIA ES LA VERDADERA VIDA COMUNAL
Lectura bíblica: Ro. 12:10; Jn. 13:34-35; 15:16-17

En los capítulos anteriores vimos tres cosas: primero, que el significado del universo es
el hombre; segundo, que el significado de la vida humana es Cristo; tercero, que la
iglesia es la expresión de Cristo. En este capítulo tenemos la carga de que veamos la
verdadera vida comunal.

EL DESEO DE TENER UNA VIDA COMUNAL VIENE DE DIOS

Hoy en día no sólo en los Estados Unidos sino también en muchos otros países de esta
tierra, los jóvenes desean tener algún tipo de vida comunal. Este deseo viene de nuestra
constitución natural. En nuestra constitución, nuestra vida natural, existe cierto deseo de
tener una comunidad en la cual podamos vivir con otros.

Supongamos que usted lo tiene todo. Tiene educación, dinero, la mejor casa y el mejor
carro. Obtuvo lo mejor de todo. Pero si le dijeran que fuera a la cima de una montaña y
viviera por sí mismo, ¿lo haría usted? Ninguno de nosotros lo haría, porque aun si
tuviéramos lo mejor de todo, nos encontraríamos muy solos. Nosotros los seres humanos
necesitamos estar en una comunidad. Por consiguiente, este deseo de tener una vida
comunal es parte de nuestra naturaleza. Dios nos creó de esta manera.

En Génesis 1:26, Dios dijo primero: "Hagamos al hombre", y luego dijo: "Y señoree". En
el hebreo hombre es singular, pero el verbo de la segunda frase es plural. ¿Creó Dios a
un hombre o a muchos hombres? Algunas personas creen que es fácil entender la Biblia.
Por un lado la Biblia sí es sencilla, pero por otro, es bien difícil de entender. ¿Por qué Dios
usó el sustantivo singular hombre y luego un verbo plural? ¿Creó a un hombre o a
muchos hombres? La respuesta es lo siguiente: Dios creó a muchos hombres en uno
solo. O se puede decir que Dios creó a un hombre con muchos hombres. Esto quiere
decir que según la intención de Dios, el hombre es corporativo. Dios no creó a Adán,
luego a Abraham, luego a David, etc. Dios creó a un hombre corporativo: un hombre con
todos los hombres. Lo que Dios hizo según Su intención fue algo corporativo. Así que,
todos tenemos que darnos cuenta de que nuestro deseo de tener una vida comunal fue
algo creado en la naturaleza humana por Dios.

Cada ser humano en su naturaleza tiene el deseo de vivir con otros. Consideren los niños
de su vecindario. Si uno trata de encerrar a cada uno de ellos en sus casas, esto les hará
sufrir mucho. A ellos les gusta salir para hacer amigos. Les gusta estar en una
comunidad. Dios creó al hombre con una naturaleza y con el deseo de tener una vida
comunal como preparación para la vida de iglesia. La vida de iglesia es una vida
comunal, una vida corporativa. La vida de iglesia es la vida de la comunidad adecuada.

Veamos un ejemplo. Muchas veces usted tiene sed. ¿Qué significa tener sed? La sed es
el sentir causado por el deseo de beber algo. Supongamos que usted no tiene deseos de
tomarse nada, pero yo le pido que tome algo; eso sería como un castigo para usted.
Usted sufriría mucho. Pero, ya que Dios creó en usted un deseo de beber y por eso a
usted le da sed, está dispuesto a beber sin que nadie lo obligue.
Del mismo modo, en la obra creadora de Dios, El nos creó con el deseo de una vida
comunal. Pero, debido a la caída, esta vida comunal fue arruinada y dañada cuando
llegaron los tiempos de Babel (Gn. 11:1-9). Babel significa confusión. En Babel, muchas
lenguas diferentes llegaron a existir, y suscitaron divisiones entre la raza humana. Como
consecuencia de esto,, se introdujeron el odio y la enemistad entre los pueblos distintos
con sus lenguas diferentes.

El Señor Jesús cumplió la redención en el Nuevo Testamento para que la gente pudiera
volver al propósito original de Dios. En Hechos 2 vemos que en el día de Pentecostés
todas las personas y todas las lenguas distintas llegaron a ser uno (vs. 5-11). Ellos fueron
devueltos a la condición original de la unidad. Esto no sólo fue un recobro, sino otra
creación. Efesios 2:15-16 nos dice que en la cruz Cristo abolió todas las ordenanzas y dio
muerte a la enemistad que hubo en el pueblo con el propósito de crear un nuevo
hombre.

La Biblia nos dice que primero Dios creó a un hombre, y que luego Cristo creó a un
nuevo hombre. En la Biblia hay dos creaciones: la vieja creación de Dios y la nueva
creación de Cristo. Dios, en Su vieja creación, creó a un hombre; Cristo, en Su nueva
creación, creó un nuevo hombre.

Hermanos y hermanas, tenemos que darnos cuenta de que en el nuevo hombre creado
por Cristo tenemos algo en común. Primero, en el nuevo hombre tenemos una vida en
común. En Cristo todos tenemos la misma vida, y con esta vida en común tenemos una
naturaleza y un deseo en común. Inmediatamente después de ser salvos, dentro de
nosotros percibimos el deseo de contactar a otros cristianos auténticos para tener
comunión con ellos. Este es el deseo por una comunidad, una vida comunal. La vida de
iglesia es la verdadera vida comunal.

CRISTO ES NUESTRO ELEMENTO COMUN, VIDA Y PERSONA POR LO CUAL PODEMOS


AMARNOS LOS UNOS A LOS OTROS

Debemos saber que si queremos tener cierto vivir, necesitamos cierta clase de vida. Dios
creó al hombre con una vida que desea estar en una comunidad, pero esa vida fue
dañada y envenenada. Consideren ustedes la situación de la sociedad actual. Por un
lado, a los seres humanos les gusta vivir juntos. Pero por otro, han llegado a ser muy
egoístas. Uno quiere vivir en una comunidad, pero siempre tiene problemas con sus
vecinos. Uno quiere tener compañeros de escuela, de clases, de cuarto, y de trabajo,
pero con el tiempo uno pelea con ellos. Incluso con nuestros propios hermanos y
hermanas peleamos. Así que, por la naturaleza con la cual Dios nos creó, tenemos el
deseo de vivir con otros, pero ya que nuestra vida humana fue dañada y arruinada por
Satanás, en nuestra naturaleza caída no tenemos la vida adecuada para el vivir
comunal.

Pero ahora tenemos a Cristo. El es maravilloso. El es el factor común, el elemento


común, por lo cual podemos ser uno en la vida comunal con amor los unos para con los
otros (Ro. 12:10). Quizá no sepa los nombres de todos los hermanos, pero de todas
maneras los amo mucho sencillamente porque son hermanos en el Señor. Existe un
elemento común entre todos los hermanos, y ese elemento es Cristo. Cristo es el
elemento que causa que nos amemos los unos a los otros. También, Cristo en nosotros
es la vida con la cual podemos amarnos los unos a los otros.
¿Creen ustedes que hoy en día los seres humanos puedan amarse de verdad? Es
imposible. Si juntamos a muchas personas por un corto período de tiempo, allí habrá
pelea y discusión. Pero cuando nosotros los cristianos nos reunimos y nos damos cuenta
de que Cristo vive en nosotros, inmediatamente tenemos amor los unos por los otros.
Para los cristianos amar es fácil, pero odiar es difícil. Generalmente hablando, los
jóvenes siempre se disgustan con las personas mayores. Pero le es muy difícil a un joven
cristiano odiar a un hermano mayor en Cristo. Como hermano mayor, amo mucho a los
hermanos y hermanas jóvenes. Esto se debe a que todos tenemos a Cristo. Hay algo en
común entre nosotros. Cada vez que conozco a alguien y me doy cuenta que es un
hermano, algo dentro de mí salta porque tenemos un elemento común, un factor común.
Somos capaces y calificados para tener la vida comunal.

No obstante, Satanás no sólo dañó al viejo hombre en la vieja creación que Dios cumplió;
también trató de dañar al nuevo hombre en Cristo y sigue tratando de hacerlo. Aun
hasta cierto punto, ha tenido éxito. Muchos cristianos han sido dañados y divididos por
ordenanzas. Por eso, el Señor nos trajo a Su recobro, donde estamos abiertos a El y los
unos a los otros. Estoy convencido de que el Señor recobrará la vida de iglesia
adecuadas a fin de satisfacer la necesidad de muchas personas. Debemos decirles a los
incrédulos que para tener la vida comunal adecuada es necesario recibir a Cristo y
entrar en la iglesia.

En cierto sentido, nosotros los hermanos y hermanas aquí en Los Angeles, somos
comunales, pero en otro sentido, todavía estamos escasos de la vida comunal. Por
consiguiente, el Señor tiene que obrar más profundamente en nosotros a fin de que
tengamos más amor los unos por los otros. En Juan 13:34-35 el Señor les dijo a los
discípulos: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como Yo os he
amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois Mis
discípulos, si tenéis amor los unos con los otros". ¿Cuál es la señal que muestra que
somos cristianos, que somos discípulos de Cristo? La señal es el amor fraternal, el amor
entre los hermanos. Tenemos que amarnos los unos a los otros.

Además, en Juan 15:16-17 el Señor Jesús dijo: "No me elegisteis vosotros a Mí, sino que
Yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto ... Estas cosas os
mando para que os améis unos a otros". El Señor nos escogió y nos mandó a llevar fruto
al amarnos. Si nos amamos los unos a los otros, muchas personas vendrán. Si los
jóvenes entre nosotros se aman en Cristo y con Cristo, muchos jóvenes vendrán. La
mejor manera de alcanzar a los demás con el evangelio es amándonos los unos a los
otros. La mejor manera de llevar fruto es amarse los unos a los otros. La mejor manera
de ganar a las personas es amarnos los unos a los otros.
Pero, ¿cómo podemos amarnos los unos a los otros? Sólo podemos amarnos los unos a
los otros tomando a Cristo como nuestra persona y nuestra vida. Decir esto es sencillo,
pero practicarlo no es tan sencillo. Si cuatro hermanos se juntan para vivir en la misma
casa, necesitan tomar a Cristo como su persona. Si uno de ellos no toma a Cristo como
su persona, él será el problema más grande para los otros hermanos. Si usted toma a
Cristo como su persona, será adorable. Entonces no habrá problemas. No exija de otros.
Exija de sí mismo y tome a Cristo como su persona y su vida.

Hermanos y hermanas, de ahora en adelante el Señor hará algo nuevo para liberarse del
encarcelamiento del cristianismo caído y para liberar Su iglesia de toda clase de
ordenanzas. Además, también hará algo nuevo que cause que nos amemos los unos a
los otros a tal punto que seamos uno en nuestro vivir. Entonces la gente dirá: "Estos son
los discípulos de Cristo. Esto es lo que he estado buscando". Esto es lo que Dios quiere y
también lo que los seres humanos queremos. Esta es la vida de iglesia, la verdadera vida
comunal.
CAPITULO SIETE
POR TANTO, ID, Y HACED DISCIPULOS A TODAS LAS NACIONES
Lectura bíblica: Mt. 28:16-20; Hch. 1:8; 13:1-3; 14:23, 26-27

En este capítulo llegamos al último punto de la carga de este libro. Este punto es: "Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones" (Mt. 28:19a). La palabra griega
traducida naciones también puede traducirse gentiles. Mientras nos vamos preparando
para ir y hacer discípulos a las naciones, necesitamos ciertas capacidades. Necesitamos
estar calificados en ciertos aspectos.

IR A LA TIERRA DE LOS GENTILES

El Señor no les encargó a Sus discípulos a que fueran a hacer discípulos a las naciones
en el templo. Les dijo que fuesen a Galilea. En Mateo 4 se nos dice que Galilea era la
tierra de los gentiles; era llamada "Galilea de los gentiles" (v. 15). El Señor mandó a los
discípulos a salir de la llamada tierra santa y a ir a la tierra de los gentiles.

ES NECESARIO TRASCENDER SOBRE TODAS LAS COSAS

Más aún, el Señor exhortó a Sus discípulos en una montaña (Mt. 28:16). Esto es muy
significativo. Para estar fuera del templo, fuera de las sinagogas, fuera de los centros
religiosos y estar en la cima de una montaña uno tiene que estar en terreno elevado.
Tiene que trascender sobre todas las cosas. Tiene que estar en la cima de la alta
montaña para ver las naciones.

Hermanos y hermanas jóvenes, si ustedes tienen la intención de ir y hacer discípulos a


los incrédulos, tienen que estar elevados. Tienen que estar en la cima de la alta montaña
para mirar la situación lastimosa y miserable. Cuando el Señor Jesús estuvo en esta
tierra, sin duda, muchas veces estaba en la orilla del mar. Pero cuando mandó a los
discípulos a ir a hacer discípulos a otros, no lo hizo en la playa. Lo hizo en la cima de una
montaña alta. Si queremos hacer discípulos a otros, primero tenemos que estar
elevados. Si estamos en el mismo nivel que los estadounidenses, estamos terminados.
Tenemos que estar elevados para hacer discípulos a otros.

EL SEÑOR TIENE TODA POTESTAD EN EL CIELO Y EN LA TIERRA

Luego, en Mateo 28:18 el Señor Jesús dijo: "Toda potestad me ha sido dada en el cielo y
en la tierra". Algunas versiones usan la palabra poder en vez de potestad, pero esta
palabra griega significa potestad. Potestad es mayor que poder. Veamos un ejemplo. En
la calle, hay policías y hay carros. Un carro grande en la calle tiene poder, mientras que
un pequeño policía tiene potestad. No importa cuán poderoso sea su carro, usted tiene
que someterse a la potestad del policía. Por consiguiente, la potestad está por encima
del poder. Jesús no sólo tiene poder, sino también potestad. En el cielo y en la tierra la
potestad pertenece a Jesús.

Jesús tiene potestad sobre los Estados Unidos, sobre el Oriente Medio, y sobre toda la
tierra. Jesús tiene la potestad, no el gobierno de los Estados Unidos, el de Rusia ni el de
China. Jesús está por encima de toda nación (Ap. 1:5). Debemos ver que a Jesús le ha
sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra. Luego cuando nosotros vamos, vamos
con la potestad del Jesús ascendido, entronado y glorificado.

ESTAR EN EL DIOS TRIUNO PARA INTRODUCIR A OTROS EN EL DIOS TRIUNO


Mateo 28:19 también. nos muestra que cuando vamos a hacer discípulos a otros
debemos tener presente que estamos en el Dios Triuno. No sólo tenemos la potestad de
Jesús, sino que también somos uno con Jesús. Estamos en el Dios Triuno. No vamos a
enseñar religión a los demás. Vamos a bautizarlos en el Dios Triuno.
Según la construcción gramatical de Mateo 28:19, hacer discípulos a las naciones
consiste en bautizarlos. Tienen que bautizarlos en algo. Bautizar es sumergir. Si yo
bautizo mis espejuelos, esto quiere decir que los sumerjo en algo. Del mismo modo, si
bautizo a alguien, esto significa que lo pongo en algo. Cuando bautizamos a otros, los
introducimos en el Dios Triuno. Hacer discípulos a las naciones es bautizarlos en Dios,
introducirlos en Dios.

Si uno quiere introducir a alguien en Dios, seguramente necesita estar en Dios primero.
Entonces puede decirles a los demás que usted está en el Dios Triuno y que los quiere
introducir a ellos también en el Dios Triuno. Podría decir lo siguiente: "No tengo ninguna
intención de introducirlos en el cristianismo. No tengo intención de introducirlos en
ninguna denominación, ninguna secta o grupo. Mi intención es introducirlo a usted en el
Dios Triuno, en quien yo estoy. Estoy en el Dios Triuno, y lo voy a introducir a usted en el
Dios Triuno, en quien yo estoy". Esto es diferente del evangelio que se predica de una
forma muy baja. Usted tiene que entender y estar seguro de que está introduciendo a
los demás en Dios, porque usted está en Dios.

TENER PODER PARA PREDICAR EL EVANGELIO ELEVADO

Necesitamos poder para predicar el evangelio elevado. En Lucas 24:49 el Señor les dijo a
los discípulos: "Quedaos vosotros en la ciudad, hasta que seáis investidos de poder
desde lo alto". Y en Hechos 1:8 dijo: "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre
vosotros el Espíritu Santo". Cuando venga el poder de lo alto sobre nosotros, seremos
capacitados y equipados para ser testigos hasta lo último de la tierra. Si usted está en
serio con el Señor, y si hoy está elevado en la cima de una montaña y sabe que toda
potestad es de El y que usted verdaderamente está en el Dios Triuno, entonces ya tiene
el poder. Sólo tiene que reclamarlo. Cuando vaya a los jóvenes, debe declararle al
universo: "¡Yo tengo el poder!" Debe tener esta clase de fe. No tome en cuenta sus
sentimientos ni sus experiencias. Sólo tome en cuenta la Palabra de Dios. Cuando vaya a
hacer discípulos a los incrédulos, necesita creer que tiene el poder.

ES NECESARIO SER EDIFICADOS CON OTROS

Quisiera también tener comunión con ustedes en cuanto a su necesidad de ser


edificados con otros. El Señor Jesús no dijo que fuéramos a las naciones como individuos.
Su mandato fue corporativo. Los que van son, en sentido corporativo, la iglesia. Esto
quiere decir que necesitamos ser completamente edificados con otros en práctica en la
iglesia. Si ustedes los hermanos jóvenes no están edificados juntos, eso significa que
están completamente derrotados. Si no están edificados, no están elevados, no están en
la cima de la montaña. En lugar de eso, están en el lugar más bajo, en el valle de Jericó.
Mientras no están edificados con otros, están bajos, terminados en cuanto a la potestad
de Cristo, están fuera del Dios Triuno, y no tienen la fe para reclamar el poder. Muchos
cristianos hacen lo mejor por predicar el evangelio, pero en su predicación falta el poder
porque no están edificados con otros.
Antes del día de Pentecostés, había cerca de ciento veinte personas reunidas allí (Hch.
1:15). Ellos estaban edificados como un hombre. Entonces en el día de Pentecostés,
cuando Pedro se puso de pie, se pusieron de pie con él otros once (2:14). Todos se
levantaron juntos. Pedro era sólo el portavoz del Cuerpo. Supongamos que cinco de los
hermanos jóvenes vayan a la playa a hacer discípulos a los incrédulos. Ustedes tienen
que darse cuenta de que no van solos, sino que toda la iglesia va con ustedes. Deben
tener la seguridad de que son miembros del Cuerpo activo, la iglesia que "va". Cuando
ustedes van, toda la iglesia va con ustedes. Por eso necesitan ser edificados juntos.

Cuando el Señor Jesús estaba en la tierra, antes de ser crucificado, se levantó una
disputa entre los discípulos sobre quién de ellos sería el mayor (Lc. 22:24). Temo que
algunos de ustedes quieren ser -el líder, el mayor. Si tenemos este pensamiento, no
podemos ser edificados con otros. ¿Han sido ustedes edificados como uno? Otros quizá
no sepan dónde usted está, -perú todos los demonios sí lo saben. El diablo sabe y le
diría: "No me engañes, yo sé dónde tú estás. Tú no eres uno. Nunca has sido edificado
con los demás. Puedes engañar a otros, pero no a mí". Ustedes deben entender que el
significado del universo es el hombre y el significado de nuestra vida humana es Cristo.

Además, la iglesia es la expresión verdadera de Cristo, y la vida de iglesia es la


verdadera vida comunal. Esta vida comunal es una vida en la cual un grupo de creyentes
son edificados juntos en Cristo y con Cristo. ¿Puede decirle al enemigo con una
conciencia pura que usted verdaderamente ha sido edificado en Cristo y con Cristo? Si
pierde esto, lo pierde todo. Cuando somos edificados, tenemos el poder y la potestad.
Hechos 13 dice que en la iglesia en Antioquía había profetas y maestros (v. 1). En aquel
momento había una verdadera edificación en la iglesia en Antioquía. No se debió a que
Pablo y Bernabé estaban orando en sus casas, y que en su vigilia matutina recibieron la
dirección y la inspiración del Señor. Hechos 13 nos dice primero que Pablo y Bernabé
estaban en la iglesia. Quizá algunos hablen de la iglesia, pero sus palabras están en el
aire. Pablo y Bernabé estaban en la iglesia de una localidad definida, a saber, Antioquía.
Si usted quiere tener una obra prevaleciente para la predicación del evangelio, tiene que
ser edificado en una iglesia local, en una iglesia que es práctica y definida.

En la iglesia que estaba en Antioquía, había cinco profetas y maestros que estaban
edificados en la iglesia. La dirección del Espíritu Santo vino a ellos quienes eran
representantes de la iglesia (Hch. 13:2). El versículo 3 dice que tres de ellos enviaron a
Bernabé y a Saúl, pero el versículo 4 dice que ellos fueron enviados por el Espíritu Santo.
Esto comprueba que los tres eran uno con el Espíritu en el mover del Señor, y que el
Espíritu honró el hecho de que los enviaron, considerándolo Su propia acción. Ellos eran
uno con el Espíritu y éste los guió porque estaban edificados en la iglesia.

Ustedes necesitan ser edificados en la iglesia. Luego en la iglesia recibirán la dirección y


desde la iglesia usted saldrá, no meramente para predicar, sino para producir y
establecer las iglesias locales. Los dos que fueron enviados, Pablo y Bernabé, salieron a
predicar el evangelio, pero su predicación tenía como fin producir y establecer las
iglesias locales. Adondequiera que fueron, predicaron. Dondequiera que predicaron se
estableció una iglesia local en esa localidad. Así que la Biblia nos dice que Pablo y
Bernabé, en su viaje de regreso, constituyeron ancianos en cada iglesia (Hch. 14:23).
Ellos procedieron de la iglesia, la obra que hicieron se dirigió a la iglesia, y finalmente
ellos regresaron a la iglesia en Antioquía (v. 26). Recuerden que la obra de ellos provino
"de la iglesia, se dirigió a la iglesia, y regresó a la iglesia". Todo lo que hicieron se dirigió
a la iglesia. Su obra no era separada, independiente, o aislada de la iglesia. En Hechos
13 y 14 iglesia siempre se refiere a la iglesia local. Hechos 13:1 dice que los profetas y
los maestros estaban "en Antioquía, en la iglesia local", y en el 14:23 habla de "cada
iglesia", a saber, cada iglesia local.

Los predicadores cristianos hoy en día tal vez hablen muchísimo acerca de la iglesia,
pero no tienen una iglesia local. No hablen de la iglesia sólo en teoría. Tiene que estar en
una iglesia práctica y definida. Quizá haya mucha discusión en cuanto a la iglesia, la vida
del Cuerpo, el ministerio del Cuerpo, la iglesia neotestamentaria, pero, ¿dónde está?
Necesitamos orar diciendo: "Señor, ayúdanos a tener la vida de iglesia adecuada y a ser
definidos y prácticos en la vida de iglesia".

Si no tenemos la vida de la iglesia estamos terminados. Mientras los miembros de


nuestro cuerpo físico permanezcan en nuestro cuerpo, son hermosos y útiles; pero
cuando están aislados, llegan a ser espantosos e inútiles. Mis dos ojos son hermosos
mientras permanecen en mi cuerpo. Pero si estuvieran aislados de mi cuerpo, serían
feos y espantosos. Cuando nos damos la mano, usted se siente bien en cuanto a mi
mano. Pero supongamos que mi mano estuviera aislada de mi cuerpo y se le presenta a
usted. Sin importar cuán fuerte sea usted, se aterrorizará. Aun la nariz que usamos para
respirar llega a ser inútil y espantosa-si es separada del cuerpo. Muchos queridos
cristianos actualmente podrían ser miembros útiles, pero son "espantosos" porque están
separados del Cuerpo. Muchos queridos cristianos piensan que son admirables y
maravillosos, pero no se dan cuenta de que son espantosos debido a su aislamiento.

A través de los años he escuchado muchos testimonios de diferentes personas que dicen
que lo que vieron que más les inspiró y la profunda impresión que recibieron de la iglesia
en Los Angeles fue la unidad. Solamente la unidad puede convencer a las personas que
la iglesia es real. Cuanto agradecemos al Señor porque tantos jóvenes han sido
captu¬rados por el Señor en esta era maligna. Aman al Señor y tienen la intención de
ser usados por el Señor. Esto es verdaderamente bueno. Pero antes de que vayan a
discipular a otros, necesitan ser edificados juntos.

Olvídense de tratar de ser un líder. Pablo dijo que él era "menos que el más pequeño de
todos los santos" (Ef. 3:8). El se consideró más pequeño que el más pequeño.
Necesitamos ser como él. Algunos luchan por poder, por posición, en la iglesia entre los
cristianos. Esto es una vergüenza. Querer ser un líder no es una gloria; es una
vergüenza. En el mundo gentil, estar en poder es algo sobresaliente. Pero en la iglesia,
luchar para estar en el poder es una vergüenza.

Conozco la historia. Soy un ser humano igual que ustedes. Además, he pasado por su
edad. Hoy, a los jóvenes les gusta ser el líder. Ustedes no deben tener la siguiente
actitud: "Si soy un líder en esto, me doy para ello. Si no, no me doy". Si alguno de
ustedes es así, está terminado. No trate de ser un líder. Por el contrario, por Su
misericordia y gracia, sea simplemente un miembro edificado con otros en la iglesia.
Todos necesitan ser edificados juntos.

Las personas mundanas de hoy dicen que la unión es poder. Pero nosotros decimos que
la edificación es poder. Si usted es edificado con otros, cualquier cosa que haga servirá
para producir la vida de iglesia. Si no, cualquier cosa que haga separará y dividirá el
Cuerpo. Lo que el Señor necesita hoy es una iglesia edificada. Necesita un grupo de
miembros que estén edificados juntos para que no sólo puedan predicar el evangelio
sino también producir la vida de iglesia edificada.

La verdadera vida comunal es una vida edificada, una vida en la cual son edificados
como uno. Es aquí donde tenemos el poder. Este poder no solamente convence a otros o
los trae a Cristo, sino que produce las iglesias locales. En nuestro trabajo no debe haber
nada personal ni individualista. En todo momento nuestro trabajo proviene de la iglesia,
se dirige a la iglesia y regresa a la iglesia.

No trate de hacer un trabajo ligero. Cuanto más rápido trate de ser, más será retrasado.
Por Su gracia y misericordia, simplemente sea edificado con otros. Necesitamos orar
diciendo: "Oh Señor, solamente necesito la edificación. Concédeme el ser edificado con
otros, Señor. Oh Señor, necesito la edificación. Necesito la unidad". Necesitamos
entender que somos uno y tomar acción e ir y hacer discípulos a las naciones.

Hemos visto que el significado del universo es el hombre, que el significado de la vida
humana es Cristo, que la iglesia es la expresión de Cristo y que la verdadera vida
comunal es la vida de iglesia. Cuando tenemos la vida comunal en realidad, la
edificación de la iglesia, estamos calificados para ir. Usted necesita ser edificado,
entonces puede ir. Adondequiera que vaya, una iglesia será producida y establecida.
Salga de la iglesia y regrese a la iglesia. A través de todos los lugares donde viaje se
establecerán iglesias. Este es el propósito del Señor.

El siguiente himno (Hymns, #1293) incorpora la carga de este libro:

1 Un hombre soy
Lo vital del universo yo; Sí, hombre soy
Lo vital del universo yo.
Dios me hizo tal,
Soy sin igual;
Soy el centro y lo vital del universo yo.

2 Es Cristo en mí
Lo vital en todo mi vivir;
Es Cristo en mí
Lo vital en todo mi vivir.
El vive así,
Dentro de mí.
Es la realidad vital en todo mi vivir.

3 La iglesia es
Cristo mismo en toda Su expresión; La iglesia es
Cristo mismo en toda Su expresión.
Ella es crucial
Para Su plan,
Es el hombre colectivo que hoy debe reinar.

4 Familia real
Es la iglesia en la localidad; Familia real
Es la iglesia en la localidad.
Cristo al comer,
Cristo al beber,
Edificar la iglesia en cada localidad.

5 ¿Qué haremos, pues?


¡Ir al mundo a darlo a conocer!
¿Qué haremos, pues?
¡Ir al mundo a darlo a conocer!
Salgamos ya
A proclamar.
¡Estas buenas nuevas por la tierra hay que llevar!

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