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BREGANDO CON LA CULTURA

Las expresiones culturales emanan de los intersticios más recónditos de las sociedades. Néstor
García Canclini nos recuerda que la cultura se aposta en todo un conjunto de dinámicas y
procesos por el cual se reproducen las significaciones de la estructuras sociales y se les
transforma mediante operaciones simbólicas. La cultura se ancla a un andamiaje semiótico
compartido, mediado, sin embargo, por un enramado de prácticas sociales que inciden en la
reconfiguración y regeneración de la misma. En este sentido la cultura es poli-semántica,
heterogénea, contextual y sobre todo, sujeta a continuos e inesperados cambios.
En el Informe sobre las instituciones culturales en Puerto Rico: Organización y funcionamiento
de las instituciones públicas de la cultura en Puerto Rico (2005) de la Comisión de Educación,
Ciencia y Cultura del Senado de Puerto Rico, se presenta la importancia de “potenciar la cultura
como aliada de un nuevo tipo de desarrollo social que pueda conjugar el crecimiento económico
con la equidad, la solidaridad, la erradicación de la pobreza, la construcción de ciudadanía y el
respeto a los derechos humanos ”. En este sentido, la cultura ofrece un enriquecimiento
intangible a la vida, da sentido de coherencia y pertinencia social y abre caminos de
comunicación entre los distintos miembros de la comunidad.
El gestor cultural interviene, entonces, en un campo escurridizo en donde prima la
heterogeneidad creativa y la liberta crítica. Un campo el cual se reconfigura y transforma en
contacto con el contexto socio-histórico en el cual se encuentra inextricablemente atado. En la
gestión cultural se apela, entonces, a un profesional que a través de su mediación utiliza las
estrategias necesarias para la organización, manejo y adecuación de recursos artísticos y
económicos en organizaciones, fundaciones, programas y actividades relacionadas a la cultura en
un espacio y tiempo determinado.
Muy bien se argumenta que los gestores culturales han existido desde antaño. Los vemos en los
artistas plásticos que intentan colocar sus obras en galerías establecidas con el fin de llegar a un
público interesado o en los músicos que venden sus producciones mochila en mano. La misión
del gestor cultural, como nos indica el profesor Bernárdez López, “no es modificar o hacer más
comercial la obra (como a menudo se acusa) sino encontrar el mercado adecuado para la misma
combinando adecuadamente el resto de las variables de la gestión (precio, canal de venta,
promoción) de forma que se maximice el beneficio derivado del intercambio entre el artista y el
cliente”. Por lo que al gestor cultural le será imprescindible conocer a fondo el tejido social y
económico en donde conceptualizará y organizará sus actividades y proyectos. De igual
importancia será el posibilitar la mayor tasa de participación ciudadana impulsando el desarrollo
de expresiones culturales innovadoras y creativas que contravengan los cánones culturales
tradicionales. La formación profesional del gestor cultural cobra mayor importancia ante los
retos que presenta un capitalismo agresivo, maleable y camaleónico.
La profesionalización de la Gestión Cultural, según el informe Formación en Gestión Cultural y
Políticas Culturales: Directorio Iberoamericano de centros de información, se da como fruto de
la creciente complejidad histórica social, “la progresiva importancia que asumen los sectores de
la cultura, así como los procesos económicos, políticos y sociales que el desarrollo cultural
implica, [en donde se] reclaman recursos humanos adecuadamente capacitados y preparados para
aprovechar todas sus potencialidades”. Ante tal panorama, en Puerto Rico se constata la
necesidad de formar profesionales en gestión cultural que comprendan las divergencias y las
peculiaridades culturales, sociales y económicas en el cual desarrollen sus competencias. El rol
del gestor cultural no se limita entonces a la promoción del arte o la cultura de unos pocos sino
que se inserta como parte del desarrollo social y económico de un país.

Hugo René Viera Vargas, PhD


El autor es Catedrático Auxiliar del Departamento de Humanidades
de la Universidad Metropolitana

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