You are on page 1of 115

L. J.

¿ilYrr\rLJr\t
\,
t,* TD
tl

Si has sentitlo alguna \,ez que tu felicidad dependía del compor


tarile[lo de otra pcrsona, dc ga[ar más dinero o de tener más
z SANARLAS
relaciones sexualcs, este libro va dirigido a ti. Si te has cansado
de huir de li rnisrno, si anhelas el alivio dc correr más rápid¿-
¡nente que la rulina o si te das cuellta de que más no significa
necesariamenle ,rá.t./¿ll:, esle libro va dirigido ¿ (i. Eres un adic
DICüOI.{ES
to au¡que lro lo sep¿s. Estc es el primcr libro que se publica sobrc
comportaorielrtos adictivos basado en el Curso de Milag¡rcs- L,r:s Q¡)
¿dicciones son co¡lportamicntos basaclos e¡ hábitos dc pcnsa
micnto quc no nos dejan vivir nuest¡as vidas de un moclo libre y z
complcto. [-as raíces (le la a¡licción sc hallan e¡ [uestra búsque-
Jr Jc lclicidid (n rlgo qrre r.tr ftrcr.r dc nn.orro. Ini,tno. U
l)Creo qu( todos.\om(t.\ u¿¡r'tr'.\ d crcen(ior o
U
sustancias. Este libro puede ser una guía cdpaz.
de conducirnos por el camino de la sqlud ,- de (,f)
f.otlo uqttello qu; iúensirtca Ia. vi¿h. ) )

Bernie S. Siegel (Autor dc Amot medlbú mikryrosa)

z
(t)

ililtttillttililtttltttlil
Cómo liberarse ú sí mítmo dc las pautas
y c omp ortamiento s adicüv oi

EDICIONES OBELISCO EDICIONES OBELISCO


LEE JAMPOLSKY PH.D.

Saxan
LAS ADICCIONES

/l
EDIC]ONES OBETISCO
Si este libro le h¡' intcresado y dcsea que le manlcn8smos ¡nfor-
mados de nuestras publi.¡ciones. escríb¡nos indicándonos quó te
mas son de su inlerés (Aslrologir. Aütoayuda, Cicncias Ocultas,
Artes Ma¡cial€s, Naturismo, Espifitualid¡d, l radición) y gustosa
mcnte le complaccremos.

Colección Nueva Consciencia

S¿nar las adicciones


Prefacio

2.¡ edición: junio de I996

Pofad¡ de Rica¡d Magrané


'fítul<t original: Healing the a.ldictive mind
Muchas dc la-s idcas de cste libro proceden de
Tradúcción de José M. Pomarcs U,¡
O l992lee Jampolsky (reservados todos los dcrechos) en tres volu-
Cu$o ¿e Milbgtos, un curso autoedl¡oativo
O by Ed¡cioncs Obelisco, S.f-_ 1994 (reservirdos todos los Áenes, nu¡lici¿o por la Fundación par¿ Ia Paz
lnteriot
dercchos p¡ra la lcngua ospañola) que en la segunda p¿fie'
i,^. t"".ion". diarias, aparecen
Edilai Edicion€s Obe¡isco con permiso del pro-
son citas clel C'rruo, impresas at¡ui
Ped'r' IV 7ll (Edif. Pedr,, IV) ¿'pl,rnl¿r 5 puerl¿ 2. fasr
l)liüJs Barccl¡,n¡r - Espáña Dietario del copyright, el editor.
quc nall
Te¡. (93) 309 85 25 - Fax (93) 309 u5 23 Aun<¡ue son muchas las enseñanzas y oscntos
Castill(',540 - ]bl. ,v Fax 774382 .i"rciJo'una inRuencia en mi vida, C¡rrs¿ ha sido el más
y
1414 Buenos Aires (Argenrina) iit'lLLvente: me ha ensgñado a cxaminar cómo pienso
El Curso nun-
cóm.r me percibo a mi mismo y al mundo
ISBN: 84-7720-484-5 que
Depósilo legal: B.26.115 - l996
ca lc pidJ¡l lector quc crca cn lo quc expone' stno
.¡s U'ien te pide quó practique los principios sobre una
basc diaria. Tc inv¡to a aproximarte a este lrbro con
ese

mrsnto espirilu. No Ic pldo quc crciis inmed¡dtamente


Impreso cn los tallercs dc Rom¿nyá,ryalls, S.A
to¿o uou"ilo qu" s" unoii-. pucs bucna pane de ello
le
de Capelladcs (Barcelona) los
nui.""ti simplcmcrlrc tc prdo quc Pmctiqucs
"''tru¡o
presles alención a los rcsultados'
N¡nguna patu de esra pubticación, inctuido et diseño de ta cubicr-
t¡ puedc se¡ reproducid¡r, almacen¿da, transmirida o urilizada cn
' t.. mi v.incera
nrrncioios
esperanla qL¡e 3l lccr y nmcllcar los
y
mancra alguna n¡ por ningún medio, ya sea eléctrico, quimico, Drincipios e{puestos en este libro. podrás idcntlficar
mccáni¡ro, óptico. de grab¿ción o electrográfico, sin e¡ previo con, climinar con .suavi¡la.l aquellos obstáculos que bloqucan
sentrm'ento por escrito del ed¡tor.
una concicncia dcl amor'
Tü ta¡ea no consiste en busc¿r amor,
sino sólo en buscar y encontr¿r
todas las barreras quc hay dentro de ti mismo
y que has erigido en contra del amoi

Un Curso de Mílagros
Prólogo

Hace diez años, la idca de esc¡ibir un libro sobre la


adicció[ habria sido realmente algo así como el puchero
tlic¡cnJole a la sa¡1én: "Apiirlate de mi qr.re me tiuna."
Si a eso se añadía la posibilidad de que compaÍier¿ algo
dc mi propia histo¡ia personal de una forma abieña y ho-
nesta, me habria sentido abrumado por scntimientos de
vergüenza tan profundos que, sin lugar a dudas, hubiera
intentado ocultanne en una de mis muchas adicciones.
Quizá habría etegido entonces la adicción más aceptable
que he llegado a dominar: (Conseguir demasiadas cosas
y n¡dre se dará cuenla dc mi incolnpetencis ) !ergiien-
zu>. O quizá me hubiera vuelto hacia los medicamentos
para aplacar mi dolot algo que habia hecho durante tan-
tos años que automedicarme pa¡a combatir el dolo¡ se
habia convertido para mí cn algo 1an (normab, como ras-
carme para aliviar el picor. Qüizá me hubiera dedicado a
encontrar otra telación ¡ornántica en la que desaparecer,
pcnsando que oba persona quizá pudiera rescatarme de
algún modo de mis propios fbrcejeos.
Hace apenas cinco años, mi mente sc habria llenado
de pensamientos como: (Menudo hipócrita estoy hecho
sus vidas colllri_
Aqui esloy, predicando todo estc material de "au$iryu- compartido tan aninosa c intinl¡mcnte
a inlbrnra
da". cuando ni siquicr'a soy capaz dc ayutiarme ¿ r¡i lltis- *,'. ir,'ru ¡tnt.''o|l.tl Lnnlo ncrsñlrahnrnlc T he
ir¡,n tn" lplnaJos sobre los (li(nlc' qtlr Incluidn
Du¡ante buena partc de m¡ vid¿ mc he dcdicado a c¡ et"n t¡¡ro ¡" t;¿o olrcrada paü ¿segura¡ la confidencia-
combatif contra scnlimienlos dc baja autocstima. Me ha ii,l¡d. se han cambiado lodos los ¡ombrcs' toda la infor-
Much¿s dc las
sido mücho más fácil condcnarDc que ¿ma¡nle. Mis es- ¡¡acjón iclcntificaclora y otros f'octores
Cual_
tados de ánimo se hallan sobrocargados por la deprcsión histo¡ias aqui prcsentadas son esbozos compuestos
y
de ticmpos pasados. cuando picnso cn los ¡riles de vcces quie. porciido que puedas encontmr entrc un ejcmplo
que ¡rc he encadenado al clolor con pensamieotos auto- iigui"'n o qul"n ionorcas no es más quc pur¿ coinciden-
críticos. lle a¡hclado muchas veces llcnar cl \,acio que cia.
percibia dentro dc mi, ai mismo tiempo que cstaba con-
vencido de que cse vacio jalrás podria llenarsc- Durante
dño'. hc bus(¿do el ali\ro mornenrárco que parecian
oficcernle mis adicciones.
Hoy, en cambio, cscribo este prólogo después de ha-
ber termin¿do el resto del libro. En cl libro comparlo mis
pcnsamicntos, mis sentimientos y mi p¡opia lucha por li-
bcrar¡ne dcl yugo de la adicción sobrc mi vida. Compar-
to contjgo ejemplos de mi propia vida y de las vidas de
muchas pcrsoüas con las que hc lenido la bucna fortuna
de lrabalar. Todavia Ío hc lerminado mi \ia1ct aún sigo
viajando. Todavía tropiezo y caigo, pcro también sigo
dcsplegando cl conocimiento sobre mí mismo- Si cada
¡llo que transcune puedo amar un poco más aquello que
soy, y estoy dispuesto a confia¡ alli donde antes echaba
mano dc I¿s adicciones, só que he efectuado algún pro-
grcso.
No tc ofrczco una panacea para la adicción, sino más
bicn un medio de conoccrte mcjor y aceptarte a ti mis-
mo. Estoy convencido dc que allí donde cxiste accpta-
ción y amor. no hay neccsidad alguna de adicción.
Al leer las páginas de este libro, me sicnlo profunda-
nentc agmdecido hacia todas aqucllas person¿s q!¡e han

l0
Introducción

La nrayoria dc nosohos caminamos a través de nucs-


tras vidas y sólo experimentamos momenlos liagmenta-
dos de paz mental. F,mpleamos nuestras vidas en pensa¡
que logro qucrcmos alcanzar a continuaci{,n, a t1ué rcla-
cron nos vamos a entrega! qué medicamento o droga o
Ll,\lrr no5 \a a proporciun¡r l¿ felictdad y la sli5ihcción
que tanto anhelamos. Acabamos como tiqres harnbrien-
los que lráran de Inordersc la cola, c,rrrieñdo en circulo;
y sintiéndonos cada vez más ftusirados y feroccs a cada
nucvo paso que oamos.
El objctivo dc este ¡ibro consiste en ayudartc a experi-
mentar lo que realmeote deseas: la paz mental.
Como psicólogo que trabaja con tcmas dc adicción.
asi como en mi propia vida, hc descubieno que er com-
portamiento adictivo no se limita a deDender del alcohol
o de otras drogas. Estoy convencido de que la adicción a
las sustancias químicas no es más que una mctáfora de
nucstra actual condición humana. Las raices dc la adic-
cron no se encuenf¡an en una bote¡la, un frasco o una ic-
nngrrlla. Las raices de Ia atjicción se cn.uenrr,rn cn
nuestra búsqueda de la felicidad en algo que esté fuera

l3
;l: :::T:I',,1H::T i.i,lill,li" g:r. ,¿. rc,acioncs ' indique que intentas encajar algo nuevo en un vicjo cs-
u"mos
""' "'
busq ra
quem¿, o que tc has quedado clavado en una cierta visión
il"Í l;¡il;:, J,ii:rl li' dcl ¡nundo. Clomo quie¡a que buena partc del matcrial
nr+Ji,r":
","':';'ii',, l,ll.i,:,Hiil:;rilffiI prcsentado cn cste lib¡o pucde ser nuevo para tu forma
dc pensar, cierlos tcmas se repiten cn formas difcrentcs.
Usa repeticióú asegum que tu mentc tenga la oportunidad
,l,: tuestinnar r iejar pautas negaliras rlc pensirmiento.
, .i:'.*"ill'il:Í:J;.ui".l:"ffi :'*,., cs'ña cucs- Para sacarle el mejor provecho a este libro, intenta en-

.:jJ"i:;.tr il: it f ; thiiil í""fH[itx: locar el matedal con una mirada nueva y una menlc
abierta. Habrá momcntos en que te invitaré a examinar
tus propios pensamientos y a cuestionar algunas de las
jii :;,fl :*ri".ii:i;.*i
I
.,

r:*::i1 l: h{u ltl crecnc¡as y suposiciones quc abrigas sobre ti mismo y

¿ nl*{#t*,rffi
sobre cl ¡¡lundo. A tmvés dc la autocxp¡oración, tend¡ás
;]"*:;i;fi:l;, l"Tffi :i;'-1".i:i:¿ la oportunidad de cambiar tu expe¡iencia, al examinar y
cambiar tus propias c¡cencias y suposiciones. El objctivo
dc este libro cs bicn simplc: ayudarte a reconocc¡ y csclt-
char la presencia del amor qlLe hay cn tooos nosoros.
i,T'l'1"'':::'::::l "t'"' í ;;;ili:lÉ; "i;f';.T:"H: Decidi escribir este libro después de habcr luchado
con mis propias adiccioncs y después de años de tmbajo
:;:1l"il*ru:ii: l$ -"'^¡x'ill;l'''#; con individuos y familias que lucharon con las suyas.
Crccí en una familia ¡lcohólica y todavia continúo traba-
Jando a través de muchos dc los temas que cso me plan-
.,*,*liii:l i,*:: J;,*"*ffi :j' i ] il,:""":i tcó- E¡r mi trabajo he descubierto que la mayoria dc las
lar¡ilias sc ven afecladas por una u otra forma de adic-
ción. Las pautas de comport¿u¡iento de los miembros dc
la familia afectados por la adicción son predeciblcs y trá-

nttr*rui*tr*-ffi
;."d ;;".r:i:;" : l';ty ltaLJo
especi I'ico a una siruacion
glcas a un trempo, tanto individual como colectivamente.
También he obscrvado que la rccupcración con respcclo
a Ia adicció¡ pucde ser el umbral a partir del cr¡al se des-
prcrta al amor. Desgmciadamente, tañbién he visto a
,d;,::JiJ".:ff [H:l'"fi muchas pe¡sonas, inciuido yo mismo, quc se han limita-
,,?i.:"¡.ix:,;".l;J"r,,l:; do a cambiar una adicción por otra, y que han conside¡a-
do cso como una recuperación, sin hace¡ ot¡a cosa que
)1

l5
La pnmera !c
¡il lihro sc halla divr¡llJo en dol f\afcs
enterrar el amor aún ñás profundamente en la oscuridad
Después de haber dejado de utilizar el alcohol y ohas
drogas, caí prcsa de la adicción al trabajo. He llegado a
creer quc aquello que detcrmina la diferencia entre ol
iü' {$**$**".T:rifii *+¡**l*
t; paz de una forma már con5rrtente
cn
despertar al amor y el cambiar de adicciones es la ampli- ;il,i,*.'" .ü*lt
lud con la que cxaminamos nucsras crcencias fundamen- tu ptopia vlda'
tales sobre nosotros mismo y sobre el mundo. Lee L JamPolskY' médico
Ha habido muchos usos de la palabra adl¿c¡ór, la ma- Carmel' California
yo a dc cllos cn relación con Ia dependcncia química. Ab¡il de 1990
Uro de nlis objctivos con este Libro consistc ptecisamcn-
te en lograr quc seas consciente de la amplitud que ticne
ci conccpto de adicción. Cuando veas la palabra adict:ión
en estc libro, pucdes sustituirla mentalmente pot la frasc
<penegu¡r la felicidad en las cosas (personas, lug¿res.
sustancias) cxlernas a mí mis¡to>. La coüunidad p¡ofo-
sional se halla cn proccso de cambiar la definición de lo
que cs la adicción, con objeto dc ampliarla. Por ejcmplo,
los principales cxpeitos médicos sob¡e la dependcncia
quiinica defüren ia adicción como (uso compulsivo y
continu¿do, a pesar de la.s consecucncias adversas)). Tcn-
go la sensación dc que esa definició¡ se pucde aplicar
igualmente a la adicción al dinero, las posesiones, los ali-
mentos, el trabajo, las relaciones, el scxo o cualquier otra
cosa.
Estoy convencido de que la mayoria de nosotros tene-
mos, hasta cie o punto, bolsas de adicción cn nuestras
vidas. La amplitud en la quc nos veanos sujctos a nucs-
lms pautas adictivas es Ia amplitud con la que inhibimos
nuest¡o potencial para el amor Si te has cansado dc in-
tentar encontrar lugares donde ocultarte del mundo, si
anhelas el alivio de corrcr miís rápidamentc que la rutina,
o si le d¡s cuenla de ql¡c más no significa necescri¡i¡cn-
te más feliz, entonces cste libro va dirigido a tr.
11
l6
1. La falacia de buscar la felicidad
fuera de nosotros mismos

,1d¡cció es uoa palabra familiar y, sin embargo, ¿qué


significa cxactanente'l Puede dccirse que ningún adiclo
se despierta una mañana y se dedica a ser tan adicto como
posiblemente pueda llegar a scr La adicción es algo más
cncubie¡to v astuto, y parece introducirse subrepticia-
mente en la vida de una penona como si errtrara en ella
por la puerta de atrás. La mayoría de las penonas no se
consideran adictas y, sin embargo, hc obselvado que el
cor¡portamiento adictivo es algo qu.3 prevalece en nues-
tra sociedad.
Cuando nos sentimos fiuslrados, coléricos y desgra-
ciados, probablemente no rcconocemos que lo que está
ocurriendo podría ser el proceso de la adicción. Y si no
reconocemos una adicción, 1o que hacemos es cxc¿var lln
aguJero mds profundo para nosotros mi\mos. cn un in-
tento por escapir de sentimientos que nos resultan incó-
modos. Ya es hora de dejar de huir coniendo de la adic-
ción y empczar a echar un vistazo más atento a lo que es
la adicción en realidad.

21
Qué es lu adícción y
ter supo quc se sentía solo separado de todo de
y todos
I-a cocaína no había sido para él sino un nturo de conten-
Llevaba unos tres meses vie¡rdo a peter en mi consLLlta
cjón, quc h¿bía retenido las aguas dc la soledad. El he-
cuando, du¡ilnte el transcurso de ulr¿ scsión, empczó a
cho d; haber dejado de consumirla había sido cl primcr
llorar incontrolablemente. Mc senti colrrovido por ia paso, y Peter se cnfrentaba ahora con su pcor tenor de
prolündidad de su llanto. Los sonidos quc surglan oe su
todos: su soledad.
boca parecían antiguos, como si hubieran permanecido
Iln lo más p¡ofluldo dc si mismo Petc¡ estaba conven-
cncadenados en un oscuro aislal¡iento durante siglos, pe_
oiclo- como la mayoría dc nosot¡os, dc que se enconhaba
ter hizo esfuerzos por hablar a través de las ligrúnas,
solo y aislado en un mundo cruel y mortificante A partir
como si la familiaridad de las palabras pudicra al,utiarle
de esta crecncia reprimida desde hacia mucbo ticnpo,
a salir del dolor que lc envolvía. pero las palabras no le
Petcr se dispuso a llcnar ese enorme vacío. Er¡pczó por
salian y la habitación parecia estar llena umcamentc por
buscar frLcra de sí mismo cosas que creyó erroncamente
la descsperación dc la nrás profunda solcdad. Luego, por que le harian scntirse completo. Al hacerlo asi inició el
un momento, Peter se dcsprendió dc las garras dei cloio¡
trayecto descendcnte en espiral qüe conducc a la ¿dic-
como si l¡atara de aspira¡ ¿ire cn un nar de profirndidad
ción. Fue en la scsión que acabo de describir donde Peter
dc\cl,noctda. y 5usunó entre lrs tágntnas ln. únlc¡r p¡lr_
cmpczó a darse cueDta de que ni 1as drogas ni el dinero
Dra\ que tue capJ,/ dc pronunci¿r: ,, ¡cngo tintu mieLlo^.
ni las relaciones podian llcnar ese vacío que sentía. Sólo
Peter habí¿ sido adicto a la cocaína desde hacía sietc ncdiante la climinación de los bloqlLeos al aúor exlstcn-
años. Antes de ve¡lo cn mi consulta llevaba un año sin tes en su propia rnente pudo empezar a cumrse y regrcsar
usar ntnguna slrstancla capaz de alterar la mente. Habia poco a poco a la iotalidad.
f\¡¡licifaJo cn un couocjdL, n¡L,gr¿tna dc r(cupet.ac¡on Llc En los meses quc siguiero¡ a csta sesión, Petcr empe-
lx Llta:. Pctcr t(niJ J2 rnus dc edJú cstaba c¡\ado, (ra zó a darse cLLenla dc que la adicción no tenia nada que
ubñ8ddn. rcnt¡ mucho dlncro. \ i\ ta en un hugar hermoso ver con l¿ debilidad o la fuerza de volLLnlad que su ¿djc-
y, sin embugo, sentia corno si le <faltara algo>. En el ción ¿ l¿ cocaína cra, simplemcnte, una partc de su bús-
mornenro en que cmpezó a vermc, lne dijo: (Todo me qucda adictiva de satisfacción y gr¿tificación en cosas
e5l;.a^Jtcndo bien y )i¡ no u\o drog¡s.
¡cr., sigo si ,<n extcrnas a sí mismo.
tLrme tell/, En nuesha sociodad, son muchos los que conslderan a
Perer rermtnó por Lleqcubrtr quc \.\e..rlgu.. que lc Ial l¿s perso¡as adictas al alcohol o a cualquier otra droga
,
raoc rra ta conctencju h crperrcncia del amor. I
¡ como débiles y moralmcnte i[fe¡iorcs. Fue el gran antro-
o quc
le n'untenia apadado dcl anor era su búsqucda constantc
¡ólngo Crcgury B.rl(\on cl qu( .ugrnó pur prinrcr¿ \e/
de lelicidad en cosas cxternas a sí mismo, combinado a algo diferente. Ofiecjó una imagen dcl adicto como una
su vez con profundos sentimientos dc vacio y soledad. persona que tenía sed espiritual, un sentido cle saber que
No fuc hasta la sesión quc acabo de describir cuancio pe_ habia algo más- El adjcio dcscübría quc el alcohol o

22 23
c!¡alquier otra droga aplacaba nomentánca y parcialmen_ La invitación al anor
te aqüelia se4 y enpezaba ¿si a scnti$e confundido.
Peler se cncontraba somido en el más profundo Peter empezó a darse cuenta de cómo la soledad y la
^ünquc
dolor, ernpezó a volvcr a conectar con su sen¡mlcnto de adicción se ¿limentaban mutlLamente Para evitar su sen-
que tenia que haber algo más. Al rcconocer este anhelo tido de la soledad buscaba la felicidad más allá de sí mis-
espilitlLal, empezó también a mirar dertro cle sí mismo. mo. y entraba así eD una pauta adictiva. Cüanto más lo
fn.pirado por el \ raie dc Pctcr. c.cribi lo siguiet)re: hacíá así, más solo se sentia, 1o que le inducia a aumen-
tar más la búsqueda e¡ un callejón sjn salida. Aquel dia,
El. sERENo t,Llc^R TNTERI(JR scntado freDte a mí en la co¡sulta, afrontó el vacio que
tanto babia intentado srlperar. Al haccrlo, dio el primer
Las e reNewdas raices de la atlicckin paso hacia la recuperación de la capacidad para que el
emp¡ezan e
mi mente ,rnor entrara en su v1ct4.
cuando creo qtrc el nunda En nuestra vida de adultos, muchos de nosotros nos
e\ n tugar de ?n netedores cuernos tle la feticitlad. hcmos alcjado de la espiritu¿lidad. Para algullos, las ex-
periencias negativas con la religión durante nuestra niñez
Me síenfo attupaclo en este mundo hicieron que ¡os alejáramos dc Dios Yo dcfi¡o la ¡ecu-
rarleado por el.faso de dguar prclunda"- peración de la adicción cor¡o el proceso dcl despertar al
I t¿nrbtútd., d. la ,ulcd.lJv t¿ dp.,.rfen.¡ón. ¿mo¡. Es la misma forma c la que deflniría cualquicr
tds ensoflii¡tdus ! espinosas ruíces rle la adicción viaje espiritual. Abr el co¡azón al amo¡ es la más cleva
,nvuehcn v a¡ritan nt ,oro jn.yuhtryan da expericncia humana, y de eso se trata, precisamcnte,
at rcLu¿rdo úet ¿mor cuando intentamos iibrarnos de la adicción.
a desvd ecerse en hloscurídad. Cuando busoamos la felicidad eir cuakluier otra parte
que l1o sea en nuesfas propias ]¡entes, negamos el amor'
Dejad que hq me dé cuent¡r No podemos ocultarnos en nuestra adicción y cxperimen-
ap 4uc ha.v un \p\n^ luRar J"nrn ¡j" ni tar anlor al n sr¡o tiempo. Se trata de un fenómeno real
u
lugar en el que me siento ¡1salro, mente interes¿nte, porque llues|ra adicción nos indio¿ lo
donde a itla el amor prategí.lo e íncólune. opucslo. Nuestra adicción juega a decir: (Si.-., enton-
ces...D. (Si me comporto de tal y tal forma, entonces me
M¡ ¡::on iencía actual ¿et amor briltd cofi luz sentiré amado-D (Si l¡e drogo y me animo, no me scntrrÉ
a traús de la oscurided de Id adiccíón. tan cnojado y entonces podré amar a mi esposa.t) Estos
La luz del amor es la que
la so!. inierminables condicionantcs par¿ obtener un resultado
tlo! me tomaré tíempo para permanecer quieto hacen que no sinlamos nunca el amot que siempre cstá
j escüchar h veftl1trl a.erca de quíén so¡ yo. presente en la quictud de nuestros coÉzones. Al empezar

25
a cahn¿tr le co¡tiuua cháchara de esos condicionantes, qrlé es Io qu,c constitLrye una en-
cuperamos le conciencia del ar¡or prcgúntale:
re- coolr'ovclsia acerca de
cor¡hrrstible en
cat]lbiaria estc instante mi conciencia de mí mismo y
¿icómo Ie¡r¡edad. No cstoy intcresado en añadir
que ya ¡rde por sí lnismo
mut do ii crnplc¡ra todr mi enersta (n dxr h bren!;nrJl
dcl este liblo al füego del debatc
al ¡nror en nti \id¡' ln lng". ¡:t" eso, es mi propósito ofiecer unayperspectiva
más irmplia acerca del origen' la
progresión la rccupe_
Petcr ¡ ¡o rerminamo: rquelh sc,ión ltrgrando conportnmientos adicti_
\ t\uctt/fri una pequeñJ ¡U,/ blanca cn rl centro
quc él ir"iór', otn .".pe.t.t a todos los
dc .u co_
razón. Lenlamcnte, permitió que es¿ luz blanca
llenara su observo la palabra ¿r¡Armeddd y \co qlLe describc cl
corazon iasta que ya no pudo contcner la luz por
eshdo actual de (no sentirse a güstot) de la
más gran mayori¿
Irempo. Luego, dejó que la luz blanca se difund'iera En este libro sugiero que la raíz de ese
por de seres htll¡anos.
todo su,L.uctpo. hasra q¡q ¡¡, linrite, rJe su ya no (no scnlirse a gusto) se encuentra cn nuestro sistema de
¡iel
lucrL,n lrmIes suliL.icnrcs J c:a lu,/ blanca. cálida
ipaci_ pensamienlo adictivo. Muchas pemonas han enfocado la
lrca empezó a envolve¡lo como en un capullo dc l;2.
Ob, ;dicción desde et cxterior: han descrito el comportamien-
servé su rostro, su¡cado por las lágrimai, dar paso
a una to v luego han intentado detenerlo Yo sugiero un enlo-
apcnas \i\ib¡e. Supe en cse momcnlo que qué irlu"iro, y vco la adicción dcsde el interior: identifi-
::il : i*."recunorjdo el amor y que
reler hab¡c se hablan planl¡d., car y ll¡cgo cambiar los pensamrentos y creenclas que
en (t l3s scntilla\ dc su propia cumción. Sus.enrimicnros
nos conduoen a la experiencia adictiva.
cc sotcdad no,sc des\anccieron. pero su
rrercencion de la Con la dependencia química tengo 1¿ sensación de
mr\m¿ cambro ¿ pa ir de ese dta. perer ha descubierro que cl concepto de enfermedad cumple un papel extre-
que h profundidad de su soleürj era superficial
en com_ madamente úiil, independientemente de la confirmación
narac¡on con las prolundidades ilimitadas del amor. o rcchazo futuos acerca de la validcz científica del mo-
Mienhas.yo le observaba rodearse de amo¡, rccordó
algo delo (enf¡rmedadt). Dicho de u¡a forma sencilla' en la
que Hugh P¡athor habi¿ escrito una vez: (Aprender
a recupención el concepto de enfermedad permite al indi-
arnarse a s1 mtsmo es la definición del cambio>.
viduo y a la familia desprenderse de algo de la culpa, la
condena, cl juicio y la culpabilidad. Si decir que una per-
\L'n¡ lrenc una enfcrmedad permilc a esa per5ona mifar
La controversia de la enfermed.atl dentro de si misma, en el momcnto actual, y decir:
<Ahora puedo elegir cómo vivir mi vidD), entonces estoy
Cuig1. que Inucha: de tas per:ona5 quc tcan
_c31n lendran a favor del empleo dc ese concepto. A la inversa, si decir
e5¡c.lrlrro furmad¿ un¡ opr¡¡ion accrca de si la de_ que una persona tienc una enfermedad si$ifica que la
pcnoencta qutmtca ly ¡a codcpendencia) (\ pe$o¡a ¡ehúyc la responsabilidad por su vida, entonces
o nu una en_
Icrm(rl¿CL c\,rmpuflantc dbordar estc
aSpC(to .runque \ea cstoy en col1tra. En resumen, si una persona dice <Tengo
Drevemcntc. tn lus úllimus años h¿ habido una enfermedadD, la siguiente afirmación que deberia
unr.,".,"n,"
26 21
hacer idealmente sería: (Y tengo la oportunidad de elegj¡
cómo vivir mi !ida)).
situacio¡es que surgían c¡ mi vida personal Mc scnfí
¡qrrd¡blc'ncnle \ornrcndido rl dcscubrir quc erperimen-
tj¡-a r,n ma¡or -(nlt,lu dc calma interlor Deicttbrt qrte
cuando compa ime¡taba, an¿lizaba y separaba a las per-
Tengo miedo de ti porque eres como yo
sonas, experimentaba más miedo y más aislamiento
Clr¿ndo veía aspcctos comunes y similitudes enhe yo
En mi investigación, así como en mi pc¡spcctiva gcnc-
mismo y ios demás, alr¡que algunas fueran a veces dolo-
ral sobre la vida, he intent¿do seguir un camino difcrentc
rosas, scntla mas amor y conexlon.
a aquel hacia el que solemos ser dirigiclos. A la mayoria
Esloy convencido de quc todos somos maestros y es_
de nosotros se nos asignan deberes en l¿ escuela, con ins-
tudiantes los unos de los otros, y que nunca termlnamos
trucciones como (Cor¡para y contnstD, o bien: <Ofrece
de funcionar en esos papeles. Hace algún tlcmpo. un
un a álisis crílico). Aunque esas habilidades tienen v¿' gran maesho acudió a vcrme disf¡azado dc paciente- Yo
lor, su uso rcvela sólo lrna imagen parcial y li¡itad¿.
eú un i¡terno en un ccntro comunal de ascsoramiento de
Cuando tratanlos de cor¡partimenlar a]go o a alguien,
bajo precio cuando Tom acudió a vermc como pacienle.
perdemos de vista la vcrdadcra naturalcza de aqüello
Las consdtas eran bastante pequeñas y cuando Tom en-
mlsmo qLLe observamos-
tró en la habitación el ambiente se llcnó a olol a orina.
Cuando afionlé mi tesis doctoral, pensé quc tcnia quc
Tom tenía el aspecto y olía como si üo se hubiera bañado
cxislir ün mejor método que compamt conhastar o anali-
en h€s mescs. Dur¡nte nuesha primera sesión hizo bicn
zar el tcma cxplorado. Descubri que la investigación tra- poc¡ cosa, cxcepto altemar miradas fijas y en blanco con
dicional conctía algunlos de los mismos eüores que todos risas históricas. Le faltaban la mayoría de los dicntes, y
cometemos: cuando cnfbcamos algo nuevo, a menuclo su boca ap¿fecía reseca y agriet¿da. El cabello, sucio
ralarnos de encajJr u|la rn:rl]¡ cL¡¡draJa en un agujerU re y enmarañado, le caía sobre el rostro sin af¿itar. Eso su-
dondo. Para que encajc, tcncmos que recortar las esciui- cedió á1 principio de mi carrera, y yo había tenido muy
nas. Me di mentalmentc instruccio¡es precedidas por fra- poca experiencia con pacientes que no sc parecieran de
ses como (Encuentra los aspcctos cor¡unes ent¡e), o algún modo a mí y a mi educación de clasc media alta.
(Busca las similitudcs y álcas de integlación). Me di
Tom había sido criado por un¡ madre que le castig¿ba hi-
cuent¿ de que este enfoquc dc la invesligación úe ofrecia ciem lo que hiciese. Jamás habia recibido un mensaje
una información mucho más rica, aL¡¡que a menlLdo era claro o cariñoso sobrc nada. La acumulación dc mensajes
también más dificil de acometer Después de años de ambiguos y negativos lo habia paralizado. Adcmás, el
cducación occidcntal, me resultaba mucho más fácil di padre de Tom se h¿bía marchado cuando él tenia cinco
seccionar, oncontrar diferenci¿rs y clescarlar que buscar años de edad- Su m¿dre le dijo que la marcha de su padre
sinilitudes. Al aplic¿r mis nuevas instruccioncs a la in- era culpa de1 niño. La mad¡e trabajaba como limpiadora
vesligación, también empecé a aplicar eslc cnfoquc a las y era despedida a menudo, por lo que tenian que hasla-

28 29
darse con ftccuencia de un hotcl transitorio a otro. Ella le lr¿\ nrrrda\ cc \'nconlrJron. ) nudc \cr mi pronio ¿i.la
decí¿ a menudo a Tom: <Si no te hubic¡a tenido, no ten mtcnro J dcs<'if\cllrlon en su\ ojos L\o era pre(l\amrn-
dria ninguno dc estos problemas). l< artlrillo Je lo aue realmenle hJbi¡ lcnido micdo Hflhi¡
Tom cm diferente a mi y tuve miedo de é1. No es que cnfo.c(l^ lJ arcncióq .obre lo difcrenl( que erl con re\-
pcnsara que pudrera oausarmc dajio; siDplementc, tcnía Dccl!¡ ¡ mr. pcru cn real;dcd h¡bia.rntido miedo de lo
mredo de \u difcrerrci¡. Ln aquclla pnrnerr sriión no \l nru,ho que 'c parccia r Inl Durantr l¡ mlJof parle de mi
similitud alguna cntre 1bm y yo misn, o. Aquella sema¡a vicla he reprimido mi prof'unda sensación de soledad
rnc entrevisté con mi supeNisor y otros colegas para re Aünquc pa¡a cualquier observ¿dor exterior- probablemcn-
cabar sus opiniones. Se r¡osharon dispucstos a ayudar te dov una imagen de <óxiÍ>r, casi siemprc experimen
pero, de algún modo, yo scguía sintiendo cl temor y me uba la sensación de cstar en el extc¡ior, mim¡do hacia
asustaba la idea de enconharme eü l¿ misma habitación dcn|ro.
con Tom. Tuve que ver a Tom tres veces a la sclnalta du- ED un momerrto, nuestras diaercncias se lundicron. Es-
ranlc tOdO el ¡<-.iguierrtc. | .rs Cosas nL, pJrcctcron nte- tábemos desnudos. tal como éramos. Durante la sesión, él
jorar y pensé que quizá debicra cnviarlo a algún otro p¡o- siguió ricndo de aquella forma ta¡ extraña, seguia oliendo
fesional. Sin embargo, sabía quc Tor¡ ya había rcbotado a orina, pero Ios sentimientos que había en la estancia ha-
coll frecuencia de uno a otro lado del sistema de salud bían cambiado. El enfoque sc habi¿ desplazado desde ser
me¡t¿1. Se le habia diagnosticado un dcsorden de perso- consciente dc nuestras dil-crcncias, a ser consciente de las
nalidad marginal y, cn consecuencia, sc le consideraba cosas que tcníamos en colnún. f)úantc las sesiones si
como un paciente poco cooperativo. Parecia que yo esta- guienles dcsapareció el temor y aparcció la compasión,
ba tcnicndo p¡oblemas. Asocié a Tom con cl olor a o na desaparcció el aoálisis crítico y aumentó la conflanza
rancia, lo crlal no era precisamente un buen fundanento mu¡ua.
para establecer lLüa relación tcrapéutica. Tom y yo pasamos juntos unas pocas horas a la sema-
En algún momento, durantc cl segrurdo mes de visit¿s na durante un ai1o. En ese tiempo me pudo cont¿r su do-
de Tom, ocurió un rnilagro. Dcfino un milagro como un loros¿ historia lamiliar y el aislamiento de su existe¡cia.
cambio en la percepción que pcnrite a una persona expe- Sris nlir¿das en blanco y sus risas histéricas dieron paso a
rimentar paz y acoplamiento allí donde antes sólo habí¿ l¡grir¡as de aleg¡ia y dolor a un tienpo. Pocas cosas
conflicto y separación. c¿mbiaron en su aspccto, pero sc produjo un cambio in-
En lugar de rcpasar las notas del caso y tratar de ilna- terior J¿más olvidaré nuestra última entrevista. Permane-
ginrr quc !ndaba.,rndl con lorn y cótno \c suponr¡ qu< cimos erl medio de la habitación, abrMados dumnte va-
yo dcbía (arreglarloD, mc senté tranquilamente, coD los rios minutos. Duranle cse tiempo no fui conscicnte de
ojos cerrados y solicitó una guía en mi trabajo con Tom. nada más que de mi compasión por Tom y de nuestro
Al ent¡ar en la sala de espeÉ y saludar a Tom, empecé a viajc juntos hacia el despedar al amor. Luego, él reiroce-
sentir soledad dcntro de mi. Cuando Tom se sentó. nucs- dió, ne sonrió con su boca sin dienles y dijo: (Ahora

30 3l
hueles como yo). Ambos nos echamos a reb porqüe sa- damentos para una discusión del sistema de pensamiento
bíamos que ninguno de los dos habia sido conscicntc del del ego. Veamos de nuevo la definición de adicción que
mismo olor que originalmentc mc habia hecho serltir el utilizamos. La adicción es una búsqueda compulsiva y
dcseo de ecbar a correr para alejarme de é1. De aLgú¡ corrirua dc l'elicidad luera de nosotros misml's. a fe.ar
modo, oler igual h¡e una forma adecuada de sepalamos. de que la satisfacción nos elude siempre.
Mi expcriencia con Tom me permitió encontrar unos Más precisamente, la adicción os una continuada bús-
pocos puntos ol¿le que ahora trato de recordar cn mi qucda compulsiva cxtcma, a pcsar de quc csa búsqucda
vida cotidiana: nos conducc siemprc al dolor y al conflicto. Esa es la
lonl.r d( ¡crudr del ego. Para tnrertir el componamienlo
GuiAs A SEGUTR p RA coNocERME A Mi MrsMo adictivo, tcnemos que empezar por desafiar los concep-
tos lunda¡rentales del ego! que son:
L Cuando me centro en las diferencias es a menudo por-
quc tengo miedo dc algo que h¿y en mr mrsmo. l. Culpabilidad. Es la c¡eencia de que he¡nos hecho algo
2. Recrearse en las dife¡encias crea distancia y aumenta mal, er¡óneo e impeldonable. La culpabilidad se basa
el temor en la creencia de qr¡e el pasado cs insoslayable y de-
3. Concentrarse en los aspectos conunes desarolla ternina cl futu¡o.
cornpasjón y comprensión, al mismo tiempo que au- 2. yergüenza. A mcdida quc aumcnta la culpabilidad, no
menta el amor. sólo crccmos que hemos hecho algo mal, sino que
cmpcz¿rmos a creer que somos malos.
4. Cuando juzgo a otra pcrsona cs una buena indicación
dc quc ha llcgado cl momcnto dc ver qué estoy negan- 3. Ic¿¡or Debido a la culpabilidad y a la vergüenza, y a
do de mi mismo. los sentimientos resultantes de haber hecho algo mal
5. Cuando me empeño en arreglar o cambiar a otra per-
y de quc somos algo malo, nos vemos atormentados
sona, entro en el mundo de la adicción, al ver mi feli-
por el temor ¿l castigo. Para aLgunos, eso se lraduce
cidad como dependiente del comportamiento de esa cn lemor de Dios, mienl¡as que para olros se r¡ani-
otra persona. ficsta en la creencia de que no se merecerl el amor.

La culpabilidad l¿ vergiienza y el temo¡ electúLan jün-


tos una especie rle danza de la guerÉ que nos deja con la
Quiénes somos versus quiénes nos dicen
ansledad y con sentimientos de vacío, con sensación de
nuestos egos que somos
scr i¡completos y sin esperanza. El ego nos impide exa-
tninar-nos clemasiado profundamente, al hacernos creer
La discusión anterior sobre las difcrentes experiencias
que la culpabilidad y la vergúcnza son tan fuertes y pe-
obtenidas al centra¡ la atención sobre las diferencias o
nelrantcs quc posiblemcnle no podcnos supcmrlos. De
sobre los aspectos comunes, empieza a colocar los fun-

32 33
bido al iemor, cvitamos mirar dentro de nosotros mls- impr(.io¡ Lle rro ¡(ncr altcr|l¡ti\J. dc que tenia quc ririr
mos, y empczamos a mirar a la genle, los lugares, las ac_ con clh porque mr padre m< habia ab¡ndonado. tn ¡rios
tividades y posesioncs para buscar cn ellos nLLestra felici_ rccicntes y duraÑe el proceso de sanacióü de nuestm re-
dad. Es en esta búsqueda extcma de paz mental donde el lación, mi p¿dre y yo hcmos hablado nunerosas veces de
ego nos empuja hacia nlLestros pdmeros pasos en direc- tquc. prriodl, de nucstras \ld¡s. t . h¡sl¡nlc 5cg1lro que
mc d'j,' qur 'i dcse¿ba ririr con ól nodr¡ h¿cerlo.
ción a la adicción. qun
Cuando yo tenía qui cc años, mi padre nos llevó a mi quc c\r,) \eeuro dc que. en eleclo. d¡o e.a. prlabras. el
herr¡ano y a mí a almorzar a un agradable restaurantc si men\a)e qdc ¡ercibi de él fu<: He terminado (on la fa-
tuado cerca de casa. Pareoía sentirse preocupado y un milia. Tengo que vivir mi vida. Tú te quedas en casa y
tanto nervioso. No tardiüía en dcscubrir por qué- Era el cuidas de tu madre. No me moiestes). Mi hermano, que
dia que había elegido para decimos que él y mi madre en aquel cntonces tenia diecisjete años, decidió trasladaa-
habían decidido divorcia¡se. se a lago Tahoe. Yo no compa i mis sentimientos con mi
Dado el estado de su nlatrimonio y la fiecuencia de madrc porque tuve Ia sensación de que se hallaba agobia-
sus discusiones, cualquier obscrvado¡ objetivo podría ha- da por ¡anto dolo¡ quc mis problemas habrian sido dcma-
ber pensado quc ese anuncio no constjtuiría ninguna so(- siado para ella. Al lraccr csa suposición. .jamás permití
presa. Sin cmbargo, fue una conmoción. Al oír las pala- que mi madrc conociera mi propio dolor intcrno. Retros-
bras quc surgían de la boca de mi padre sentí en el nccli\3mcnle. habria sido mucho más curarivo pam am-
estómago como si el mundo estuviera a pruto de acabar bos quc yo le hubiera podido comunicar cómo me estaba
Inmediatamente, me sentí responsable, culpabJe, avcr- ef¡ctando a mí aquella situación.
gonzado y temeroso. En aquel¡os momentos, probable- El rcsult¿do fue que me sentí v¿cío y solo. En aquellos
mente em más consciente de scntir miedo. No ¡ecuerdo ¡lomentos iba a u¡a escuela supe¡ior p¡ivada. El nivel de
que mostrara ninguno de esos sentimientos ante mi her- mis notas descendjó po¡que me ausenté a menudo de Ia
maÍo, mi padre o cualqurer otra peNona. Los mantuve escuela. Au¡que antes ya había experimeÍtado con dro-
bien ocultos. 8as, aumenté su consumo. Buscaba alguna fbrma de ali-
Mi foma de sentime en prcsencia de mi madre cam- viar el dolor que sentía. Poco después de la separación dc
bió. Siempre me había sentido cerca de ella, aunque a mis padrcs fui llar¡ado al despacho del jefe de estudios,
veces me veía como at¡apado cn una rcd. Ante ella me donde él y el director me düeron que aun cuando la es-
sentí como si la hubiera abandonado, como si, de algún cuela Dunca había expulsado hasta entonces a ¡ingún
modo, hubiera podido hacer algo par¿ impedir todo cstldiantc de form¿ perrü¿nente, h¿bian decidido que no
aquello. Mi cujpabilidad pareció igualar la protundidad existía espemnza algun¿ de que yo alcanz¿ra los niveles
de su dolor- mulmos de la escuela. Con el dudoso honor de haber sido
Si se me hubie¡a of¡ecido una altemativa, prob¿ble- el primer muchacho cn ser cxpulsado de mi escuela, mi
mcntc habria elegido vivir con mi madre. Pero tuve la culpabilidad y mi vc¡gücnza no hicicron sino aumcntar.

34 l5
de un objetivo a otro'
Pe¡o no se trataba sólo de que me sinticra culpablc y
para que puedas seguir csperando,
avergollzado, sino que también mc sentí aterrorizado ante
para que pueda ofrecerte algo.
cualquier aspecto de lo que experimentaba. Tcmi quc
fucra correcto lo que había comprendido del mcnsaje y especialmente la última, son, para mí,
Estas citas,
traDsmitido por el jefe de cstudios y el director: que yo
aquello a ¡o que se reficre la adiccjón. Cuando se-
no valía nada y quc estaba condenado al fmcaso. Mi cul- todo
pabilidad ve¡güenza y temor me caus¿ron scntimientos guimos cambiando de un objclivo a otro (ya sea relación,
de soled¿d. vacio, f¡acaso y profunda descsperanza. Pcro, irabajo. clroga), a pcsar de que nuestros objetivos nunca
sob¡e todo, no mc sentía digno de scr amado. Como re- nos dejan satisfechos, nos encontramos atrapados en cl
sultado dc ello, inicjé tLn ciclo adictivo en el quc buscaba oiclo de la adicción.
las drogas para encontmr alivio.
Las siguientes, son frases ext¡aídas de Acepla esle
'?' Sobrc la.felicidad
galo: sclac(iones de Lln curso en milugttts. dc Walsh y
Vaughn.
La búsqueda extema de la felicidad es algo omnipre-
sente en la sociedad contemporiínea. No sc puedon ver
Al¡or y culpabilidad no pücden coexistir,
más de quincc minutos seguidos de te¡evisión comercial
y aceptár uno cs ncgar al otm.
sin quc una scrie de anuncios te digan que necesitas al-
gúD produclo nuevo o l¡ejoúdo para ser más feliz. A una
ill fi¡¡al de la culpabilidad no llegará nunc¡
edad muy temprana, empiczas a formar cl núclco del sis-
mientr¿s estés coN€ncido de qoe ex¡stc un¿ mzón pam €lla'
tcma de pensamiento adictivo del ego: que cres funda-
nlentalmentc inadccuado tal como ercs, y que neccsitas
Debes aprender que la culpabil¡dad es siemprc totalmente
algo extcrior a ti mismo para scr completo.
insana,
Es crucial, por tanto, cuestionar cl sistema de creen-
y lo conocc razón alguna.
cias dcl cgo. El sistema de pensamiento adictivo es seria-
mente dcfectuoso y nunca nos ofrece u¡a paz mental du-
Só1o tu mente puede producir temor.
radera. En contraste coh éste, cl sistema de pensamiento
basado cn el amor, nos dice que nuestro estado mental
Debes habelc dado cuenta de una exlraordinaria natural cs de totalidad y de paz.
catacteristica
En mi trabajo con personas recientcmentc recupcra-
de cada fin que el ego ha aceptado corño proplo. das de su depcndencia o codependencia qurmrc¿! rnc cx-
Cuando lo has alc¿nzado, traña a menudo la fortaleza c ir¡acionalidad del sistema
no le ha dejdclo satis|¿eho clc pensamiento adictivo. Una nochc, durante una coÍf-e-
Por eso, el ego se vc tbrzado a cambiar inc€santementc

3',7
36
rcnoia, hablaba sobre la felicidad cuando empccé a dar- to virrculante en el que se diga: <Este nuevo ser queda
mc cuenl¡ dc que la g.nlc morrr l1 c¿b(/i] llcgali\amcn limitado a un 52,31 por ciento de lelicidad>. La verdad
tc o parecía enojada. Tod¿vía no he logrado superar del os quc:
todo mi ner'e.idad de agrcdar a lo' dcmás. a\i quc pen'e
que debí¡ preg1lnt qué pcnsaba la gente. Le pregunte a Las únicas limitaciones a tu felicidad son aquellas
que tú mismo te iñventas.
una mujer sentada en )a primera fila por t1ué sacudia nc-
gali\¿menlc la cabeza. Ve conlcsló que. cn \u uninión.
yo estaba loco porquc hablaba como si la gente pudiera Esto rcsulta dilicil de aceptar para r¡uchos de noso-
scr feliz siempre que lo deseara, y afirr¡ó qüe ciertas si- |ros. Es bastante más conveniente desviar la rcsponsabili-
tuaciones se hallan fuera de nuestro oontrol y quo, en ta- JeJ .l( lue'rra lclrcrdad haci¿ algo o ¿lguicn. ¿nlcs quc
les circunstancias, serí¿ <natural)) sentirsc enojado y des- aceptar personalmcntc la responsabilidad de nuestra pro
graciado. Empecó a darmc cüenta dc 1o absurdo del pia felioidad. Te invito a hacerte üna pregunta y reflexio-
sistema de pensamiento adictivo Argumentamos en fa- nar ün poco sobre ella: ¿Qué necesito, que no tenga ya,
vor de nuestra dcsgracia (y nueslras adicciones) como sl con objeto de alcanzar paz mental ahora mismo? Si para
fueran cosas que deseamos y ¡eccsit¡mos. Nos convcn- contestar esa pregunta empleamos el sistema de pe¡sa-
cemos a nosotros mismos de que es la situació¡, y no miento adictivo, el del ego, nos encontrarer¡os con una
nuestros pcnsamientos, lo que determina nuestra expe_ li.r¡ inrrrnrinable: qui/á ma. dinero. una parei¿ más
nencla. atractiva, un mejor lrabajo.
En lugar de continuar corl la conferencia tal como la QlLizá te hayas dado cuenta de quc cmplco la palabra
habia planeado, pasé a rcalizar una encuesta improvisada. lelitidud y el término /az m¿r?ld1 indistintamc¡te. Para
Pregunté cuántas personas crcian que era posible scr feliz mi, ]a pal^br^ f¿licidad no deDota un rostro constante-
en todo momento. Nadie levantó la mano. Seguí mi línea rnerlte sonricntc, pucs cicrtamente tenemos más de un
de inlerrogación y preguntó: <¿Qué os parece el ochenta sentimicnto y de una expresión. Sill embi go, es posible
por ciento del tiempo?)). Unas pocas pcrsonas levantaron pasar por situaciones traumáticas y, sin emba¡go, experi-
la mano. <¿,Y cl sesenta por ciento del tiempo? ¿Cuántas rnentar p¿rz mcntal y, en consecuenoi¿, una sensación de
pe$onas creen que es posible ser feliz simplemente el f¡licid¿d. Las lágrimas y la felicidacl no sor mutuamente
sescnta po¡ cicnto del tiempo?, Se levaniaron unas pocas exclusivas, si sc cmplca la palabra para denotar paz men-
manos más. Al continuar, el mayor g¡Llpo de personas le- tal. Entonccs, si la vcrdadera felicidad no es paz mental,
vantó las manos al llegar a la marca dcl cincuenta por ¿que esl
ciento. En dif'crentes rnor¡entos dc mi vida han surgido ante
Te voy a comunicar u¡ sccreto que el ego lntcnta mi situaciones que he percibido como claras limitaciones
a nli plopia felicidad. He aprendido que esas situacioncs
r¡antener oculto. Cuando llegas a este mundo, no exlste
se lúnitan sólo ¿ la amplitud con que las percibo. Una de
ningún sello, tatuaje, contrato o cualquier olfo dooumen_

38 39
las más dificiles de esas situacioncs fue una incapacidad
fisica. r¡tejo¡a del oido at¡nque, tal co¡¡o sucede con la cscritum,
Cuando tenía veinticinco años empecé a darme cuenta neccsito un audífono cn cada orcja. Aunque los audifo_
nos mc permiten funcionar bastante bien, mi ego lo pasó
de que ¡o podía oir tan bien como antcs. Después de una
serie de pruebas el diag¡óstico scguia sin esta¡ claro y la
inicialmcote bastantc n1al anlc el hecho de que tuviera
quc llevar¡os. Estaba acostuotbrado a considerarmc (sano
prognosis cra ambigua. Tildos los médicos me dijcron
quc, muy probableme¡tc, mi oiclo no mejoraria, podía I norm¿].. y pen\é cntonces quc nadie qu.rria vcr c un
psicólogo sordo. Empccé a daflnc cuenta cntonces clc que
quedarse como estaba o, más probabler¡ente, ernpcoraria
la vc¡d¿dcra curación quc tenia que produci$e estaba cn
progresivamente. Mc scnti deprimido debido a la posibi-
n)i lnentc. Mi tarea consistia cn dcscubdr la lección en
lidad de quedarmc sordo, a pesar de quc todavía podia
todo lo quc eslaba ocurrie¡do. Neccsitaba llcgar a creer
oír bastante bicn. En aquellos momentos terminaba mis
qUc e¡a posiblc scr un psicólogo con cl oido defbctuoso y
estudios de graduado e inici¿ba un jntcrnado como psi-
scr f¿liz al misDo tiempo.
cólogo. Estaba convencido de quc ios oidos eran para mí
dc las cosas que hc cmpezado a aprendcr cs que
como las manos para un pianista. Tuve el temor de no se¡ .hayUnd
muchas lormas de oír difbrentes a hacerlo, simpie_
capaz de f¡ncionar en aquello para 10 que me habla for-
nrenle, a través de palabras que compfcndemos. Ahora,
r¡ado durante ta¡tto tiempo. Contemplé inclLrso la pcrs-
s(ry mucho t¡ás co¡lsciente dc oir con el <oído del cora_
pcctiva de perder cl oido como una limitación sobrc mi
zó|l)>. Presto más atcnción ¡ los <sonidos> del anror, el
feticidad.
dolor, la alcgría y la desesperación que se cncl¡enrrun por
Al obscrvar muy atentamente mi situación, decidi dcbajo y ¡nás allá del contenjdo dé las palabras. Hágo
concentrarmc cn desprenderme de ¡a imagcn negaliva de
perdcr mi oido y dirigir mi energia hacia pensamientos
¡rrás caso del que solia a la voz intema
de mi intuición. y
(sloy que aquello quc en otros liempos
sobre mi pérdida de oido qLLe fueran curativos. Me sentí ,descubricndo
cons¡dcrc üomo una limitación. sca posiblementc un
bastantc aliviado, e incluso o¡gulloso. al darme cuenta de d;n.
lndar ja confo cn recuperrr ml oirlo fis¡r:¡.¡. pero no qut_
quc la capacidad auditiva se habia cstabilizado y ya no srcm por ello tcner que abandonar los otros nivclcs
expcrime¡¡taba una pérdida continua. Continúe trabajan- dc
oldo quc he aprendido. Todavia hay momcntos en
do cn miprofesión y nunca sentí quc mi oido me limitara los que
nl( rr(nlo deprimido por mi oido por la posibiljdad dc
dc un modo siglificativo. )
qu€ la perdida conlinúe progresando. pcro
Sicte años más tarde experimentó una (recaída> y áhora soy más
capaz de oonfrolarme y comprender que
tuvc una rcpcntina pérdida de oido; ya no podia oir a mis las únicai limi-
tucrones que mi pérdida de oido me impone
pacientes, contestar el teléfono o lüncionar cn mi puesto son aque|as
que yo mismo invento. prefiero identificarmc
dc enseñanfc universitario, Tuve la impresión de quc cso coD las
lccclones a apaender, antes quc con ias limitacio¡es
conslituía realmentc una limitación a mi felicidad. Pcnsé: a in_
venta¡'
si no puedo oír, no pucdo sc¡ fcliz. No he abandonado mi

40
4l
se inició el sis¡cma de pensamiento adicti-
La Jalacia de <no ser ,tu/íciente, ¿,Cuándo
vo? hecisamente cn cl momento en que empez¿rmos a
El pensamicnto basado en el amor teconoce un hccho vcrnos ¿ DOSO1¡OS miSrnOS COmO algo distinto a Seres tO-
sencillo: ules y amorosos. Una dc las premisas de este libro es
oue la experiercia del amor no es algo que se alcanza,
No me falta nad¿ Para sef l¡liz 2hora r¡ismo sino algo que se rccucrda. Quiénes somos, amor, nunca
nos ha abandonado. sino que simpler¡ente se ha visto
Ello se debc a que no exisle cscasez dc amor En cubicrto por el sistema de pensamiento adictivo. No lle-
cuanto aceptamos el sistema de pensamiento adictivo y qanlos ¡ ser incompletos en algún momcnto de nuestlas
consideramos que nos falta algo y que somos lncomple_ i r,la'. -irr., quc .implemenle olvid¿mos qu¡énes somL,\. )
tos, inioiamos nuestra búsqueda adictiva Cu¿ndo nos cmpczamos a busc¿r la felicidad fücra de nosotros mls-
percibimos como separados y solos en un mundo donde
sólo hay una cantidad limitada, nos hacemos adicfos a L¿ paz mental no cs algo que se <alcanzao.
i¡atar de conseguir (suficienteD. Y, sin cmbargo, cl siste-
ma de pensamiento adictivo nos engaña- Nos coloca de- El rccuerdo del amor sólo está
lante una z¿nahoria que nos ptometc felicida4 pero en a un pensa¡niento de distancia.
secreto defiendc el lema; (Nunca hay suficientc). El amor sólo espera a que le dó la bienvenida.
Recientemente vi la pelícnla Lo pequeña tienda de los
horrores. Quizá de fo¡ma no intencionada, la película H¿ce poco tiempo, en mi consulta, cstaba viendo a
ofrece un ejemplo poderoso y cómico de nuestro sistema Dianne, una mujer de treinta y cinco años de ed¿d. Ella,
de pensamiento adictivo. Al iniciarse la histori4 un Joven como muchas otas de las personas a las que veo, se des-
eflcue¡tra una planta pequeña e insólita a la que empieza c¡ibió a sí misma como recuperándose de una codepcn-
a alimentar. Un día, el joven sc corta accidentalmente en dencia. Ese día, al ver que utilizaba repetidas veces la ex-
un dedo y descubre, extrañado, que la pequeña planta se prc\ion.'en mi recuperacion". eso me empe/ó a sonar
aliúenla con su sangre. Como desea que la planla crezca como l¿s uñas que arañan una pizarra. No estaba seguro
saludablemente, sigue alimentándola con sangre, pero la
de saber por qué me molestaba eso, pero después de
plaúta desea cada vez más y más. Cuanto más glande se nuestra sesión tomé unas pocas notas, y decidí ¡eflexio-
nar sobre elias en algún momento posteior del día. Unos
haoe, más desea. Nunca se siente satisfecha y a cada nue-
trcinta minutos clespués, cuando mc encontraba con mi
va toúa de alimenlo grita más y se bace más repugna te-
siguiente pacicnte (un <adiclo en recupcración>), y aun-
Finalmente, la planla se transfbrma en un monst¡uoso
qLLe ni siquiera pensaba en mi pacrente anterior, me oi a
objeto botánico c¡tLe exige <¡Aliméntamel ¡Aliménta-
mi rnismo decir: (No nos veo como "adictos en recupe-
mcl)). Eso es lo que hacc febrilmentc cl ego, con su sisle-
ración", sino con'lo "sercs humanos que ¡ecordamos">,
ma de pensamiento adiclivo.

12
Me di cuenla de que la palabra recuperaci)n situa mi to_ Tenemos.que realizar un esfuerzo conscien-
1¿s aclictivas.
t¿lidad en alguna parte del futuro La paTabra reconlar tes por a¡üar la negaclon-
lne hace pensar que eL amor nunca me ha abandonado'
La adicción nace de pensar que somos
sino qüe simpleüenle ha estado rccubiel1o con capas de
menos que el todo-
pensamiento adiclivo. Desde esc dia me complace rcfb-
rinlre a i mismo como un <scr hümano que recuerdD), Hoj no mc Quiero ver a mí mismo como linlii¡do
con lñ que nrc drgo a m, Ini'mo qtl( lo untco qtte ncccsi cn alguna forma. Hoy puedo dejar de ne¿ar el amor
to hacer es recordar que ahora mismo soy entelo y com_
plelo.
Ll plon del cgo; niógalo y de'aparecera

Negación: tl fitnd¿n¿nto de lr aJicc¡ú El plan original del ego para libera¡nos de la culpabi-
lidad conti(rre dn. clcmcntoc chvc: ncgacron ¡ pro¡ cc
La paTabra negación se emplca con f(ecucncia en los clón-
programas de depcndencia química. Una parte del pro- A principios dc la década de los años ochenta, yo vi-
blema de I¿ depcndencia quimica es la ncgación de que rrL cn un r¿ncho en el cond¿Jo tle M:utn, a uno. cin-
({tsla un problcnla. \1, conozco a ningune per:.rnr qui cuenta kilómetros al norte de San Fr¿rncisco. El único
micamente dependieDle quc no se haya dejado arrastrar servicio existente en el r¿ncho eú la luz eléctrica. El
por la negación. Desgraciadamenle, la negación rnantiene agua para la casa procedía de ü1a fuente. La basüra que
al adicto en una estructura menlal irracional, lo que le acumuláb¿mos necesitaba ser recjclada, llevada al basu-
pen¡ite continüar con su adicción. ¡ero. o dejada en un montón de abo¡o compuesto- Yo cs-
El proceso de la ncgación en la adioción no se limila taba a cargo de ese montón de abono compucsto. Elcgí
para cllo u¡ llLgar cercano a la casa, bastante cerca de
al ámbito de la dependencia cluimica. En cualquier adic-
donde me gústaba sentame a tomar cl soi y leer Aproxi-
ción, y para que el ego continue su búsqueda obsesiva de
madamcnte üna vez a la semana sacaba la basura y la de-
gratificación extema, se tiene que negar nuestra totalidad
subyacente. En otlas palabras, la adicción no puede exis- Jaba en cl r¡ontón de abono compucsto, dcscomponia di-
ligentemente los trozos r¡ás grandes y 1o mezclaba todo
tir alli donde se ¡econoce[ verdaderamente el amor y la
con la licrra. A medida que lranscurrió el ticmpo me fui
totalidad- Es la negación de nuestra tolalidad subyaceüte
hacicndo perezoso y me limitaba a ente¡rar algunos de
1() que constituye el fundamento de la adicción. Si nos
los t¡ozos más gúndes, sin tomanne el lier¡po pa¡a des-
experimentáramos a nosotros mismos como L¡n todo, la
componer el material y mezclarlo co¡ la tierra. UÍ dia,
adicción no se produciria porque nos seltrrialnos com_
nicnt¡as leia en mi lugar favorito, me di cuenta de que el
pletos, en y dc nosotros mismos. Desgraciadamente, a
lugar empezaba a olcr como un basurero. Mi peieza para
menuJo perrnlncccmos ciego' dnle nueslra: propias i\ru'

41
enterrar la basura habia lerminado por arrulnar ml capa- la película. Unos diez minutos después te das cuenla d{r
cidad para relajarme y disfrutar de aquel luga( pacifico. o"" )o "ao) tr¿steando el aparato y que pare/co \enlir-
Evidentemente, no soy buen campesino, perc si aprendi me incómodo- Me preguntas si estoy bien, y yo te digo
una regla sencilla: entetrar algo y olvidarlo no funciona. quj no me gu5l! la pcllcula lJe hecho. \erla me esld po-
Uno dc lo\ ¡'lccto5 dc la negrclon e\ crccr que 'i cn- nrcnJo m,r¡ incólnodo. Tú 5abe. quc yo so) una per5ona
tcrramos nuestra culpabilidad si la ap¿rlarnos de nuestra racional, por lo que te sorprcndes ante lo que hago a con-
concicncia, nos veremos libres de ella Dc un modo no ¡il1uación. Mc lev¿mto, me dirijo a la pantalla y escribo
muy diferente a 1o quc ocurió con mi perez¿ en cuanto al sobre ella, la muevo o incluso intento desgarrarla. No me
montón de abono compüesto, la negación no logra librar- gusta la película, así que intcnto cambiar la pantalla.
se de la culpabilidad. La negación sólo produce tcmor' Lo que stgiero es que cada uno de nosotros, a veces
de una forma colidiana, demostramos esa misma clase de
compo¡tamie¡to insano. Como sole os estar lodeados
Pr(ryeccíón por mucha gente, nadie cuestiona cl compoñamiento.
itermitcme empczar a explicarlo mediante el pla tea_
Cuando se nicga la culpabilidad y se la reprimc' em- miento de !¡na prcgunta. Si no le gusta la película, ¿cuá
pieza a recomcrte por dentro. El ego busca entonccs una lcs son tus opciones más cuerdas'? A pesar de quc hay
fonna de dcsembarazarse de la clrlpabilid¡d. Er1 la pro- vaias respucstas, probablemente la más racional supon-
yccción, cl ego crec que si proyectas inconsclentemenle dria apagar el proyecto¡ o cambiar de película. Esas res-
la culpabilidad tejos de ti y hacia alguicn, te verás mágÉ puestas rcflejan la comprcnsión de que la fucnte de Ia
camente liberado. En lugar de eso, lo que sucede en rea- imagcn no es la pa¡1alla, ya que la imagen cs proyectada
lidad es que aumentas tlrs sentimientos de culpabilida( sobre la pantalla.
temor c inadecuación. Para comprender cónlo funciona la proyeoción en tu
Es posible que sea un conceplo dificil de comprendcr vida cotidiana, imagina que el proyector cinematográflco
al principio, no potque sea complicado, sino más bicn c. ru prupi.r mcnre ) quc la pelicula sorl nrs pen.amicn
porquc quizá nos haya os acostumbrado a desviar la tos. Al ver la vida de este modo empczamos a reconocer
culpabilidad hacia ¿lguien más. Al hacerlo asi, creemos un hecho impo anie que tenemos quc asumü sl querc_
quJ estamos a salvo de nuestros temores más ocdtos. El nlos encontr¿r la paz mcntal:
problema es qüe este proccso de proyección nos impide
obseñar la fuenic del problcma: nuestra propia mente. Lo que ves cs tu propio estado nrental
La proyección, y el comportamiento que rcsulta dc ptoJe(lado l"a' a tl e\lerlor'
ella, qL¡eda mejor ilustrada con u1a metáfom. Imagina
que montamos un proyector cinematográfico para vet Debido a la proyección, pucdes creer que si cambias a
las otras personas para que satisfagan tus especificacio-
una película. Se apagan las luces y empieza a proyectarse
¡es, te se¡tirás leliz. Al dejafte llevar por esta creencia
l¡os a echar la culpa a los demás, tanto más creamos una
tus acciones son lo misúo que cuando yo me he acerca-
djvisión ent¡e nuestra imagen conscicnte de nosolros
do a la pantalla y he tratado de cambiarla. Cuando vemos
mismos como bucna y dc nuestra imagen inco¡sciente dc
cosas negativas en olras personas, las vemos a menudo nosotros mislllos como mala. Cuanto mayor sea la divi-
porqrLe hemos negado ese aspecto en nosot¡os mrsmos; ción entre cl oo¡scieDte y el inconscienle, tanto mayor
en nuesfo esfucüo por desembamzamos dc ellas, las he-
ss¡ií la neccsidad de ProYectar.
mos proyectado hacia otras personas. La proyección puede parccer compleja pero, en reali-
Aunquc comprendo lo que es la proyección a un nlvel dad cs muy scncilla. Hace unos pocos ¿ños adq!¡irí un
intelectual, hay veces en las quc me descubto acluando nüevo c¿cholro muy juguetón. Corría de una habitación
de una form¿ insa¡a: trato dc cambiar a los demás o vco a olra y jlLgaba con todo aquello que encontraba. Un día
en ellos mi propia parte oscura. Por ejemplo, hace algu- 1o oí lad¡ar y gruñú l-erozr¡ente, algo que no le había
nos años el presidente Rcagan prolunciaba un discurso y oído haccr con anterioridad- Cua¡do lo encontré, estaba
se ¡cfirió a Rusia como un (imperio maligno>. Rccuerdo en cl cuaúo de baño, la puerta se hallaba paroialmcntc
que me sentí pefiurbado porque tuve la imp¡csión de que cerrada y revel¿ba Lrlr espejo de cuc¡po enlero. El cacho-
esa ¿firmación no cra sino una proyección. Pocos días ¡ro sc eDcontraba allí, con las patas tirmer¡ente plantadas
más tarde, rnicntas ie contaba a ün amigo lo que pensa- sobre el suelo, el pelo del lomo levantado, gruñéndole a
ba al rcspccto, me di cuenta de que cstaba cometiendo el su propia imagen en el espejo. En ese momento me pare-
mismo error del que acusaba al presidente: conveñía a ció quc era una cstupidez por su parte no darsc cuenta de
Rcagan en mi (¡¡perio maligno). En su libro Rostr"rrr que ar¡enazaba con atacar a su propia imagen. Pero su-
clel enemígo, Sam Keen desc¡ibe con elocuencia esle pro- pongo que buena partc del tjempo yo soy ta¡ estupido
ceso de crear imágencs del enemigo a pa¡tit de nuestra como élr le gruño a otro. sin darme cuent¿ de que en ól
propia oscuridad reprimida. Lo que él dice sobre el con- nu \co \ino las partes rcprimrd:r. de rDr miimo.
flicto mundial también puede aplic¿rse al conflicto intcr-
personal. Según Kecn, <la sanación se inicia cuando dc-
jamos de participar en el juego de la acusación, cuando Las clos caras de Ia prqrecc¡ón
dejamos de asignar la responsabilidad de la guerra a a]-
guna mjsteriosa agencia extern¿ y nos at¡evemos a scr La proyección tiene dos fb¡mas fundamentales de pre-
conscientes de nucstras propias actitudes violentas)). sentarse: mediante relaciones de odio especial o de amor
Así pues, cuando ochamos a otra pe$ona la culpa de especial.
ruesffa infelicidad eso es una buena irdicación de que
tenemos que mirar dentro de nosotros mismos y aceptar
. ln una relación de odio especial crea.rnos ult cscena-
no en el que rcpreselllar nuestro juego de culpa. Toma-
la responsabiliclad de que teneños la capacidad para con- mos nucsho propio odio, remo¡dimiento, culpabilida4
figurar nuestra propia vida. Cuanto rnás nos acostumbre- verguenza y temor, y lo transferimos hacia oha persona.

48 49
El obietivo del iucgo consisle en hacer a otro responsable ,t. la cc.,ta ernpe/abrn l¿s temiJ¡s pregunua'. Ll rntcrro-
de nuestra propia miseria. En la relación de odio especial ll',,r o.'"mpre." rel(rrr ¡ Io que )n habic lrechu durrn-
r"c cl di¿ lo 'rcmpre
por el Je'caba habcr podrdo dccir alEo a'l
tar¡bién practlcamos el juego cle la patat¿ calie¡le
(Ilüeno! papá, dcspués de haber obtenido la nota
ou( toclo aqucllo que no tlescamos ver denlro de nosu¡ros como;
*1"rno., lo arrojamos' rapidrmenrc h¡cia el obieli\o rnás alta posible cn el eramen fiÍal de cálculo de esta
disponible nrañana, logré rcalizar un pase magnilico en cl
principal
más cerc¿no que esté
Drrtido Je la t.Lrde. y me iacaron del c¡mno a hombrus
-
Rn las rclaciones de amor especial tenemos el mlsmo
obietjvo que en las rclaciones de odio especial: descmba- ic mis cornn¿ñeros-. D(sgr¡ciad¿mcnlc. mr respueill
,oia-os d. la culpabilidad y la vergüenza Lo que suce- habitual cra: (Oh, nadD)
de er que el ego. scncillamente. dl'fiaz¿ la folm¡ de
un \o rcnr¿ la sensacion de quc mr padre me interrogarir
pen\¿mlcnlo ¿diclivo porque se sintieaa realmcntc intcresado, sino t¡ás bien
modo intcligen-te Ln el .i.lcma dc
oara comprobar si yo me merccía el amor que recibía cse
oe¡samos que somos incompletos y estamos necesnaoos'
ta"aao. qu" las carcnci¿s que percibimos en nosoiro\ dia. Durante la cena, nunca senti que mi padrc se intere-
sara realmente po¡ conocer mis ve¡daderos sentimientos.
mi.*o. ¡omi..e nodrán uurar o Ilenar deqde dcntro A'i'
a buscal fuela de nosohos mismos aquellas De hecho, 1enía la impresión de que no le hubicra gusta-
pcr.ona. o sustancia' quc ntrs permitan cenlimos com-
"lnparu-o, do qu{r los compartiera con é1. Si yo hubiem descrito
oleto' durcnte un pcriodo r-le liemno l ¿s relacioncs de fielnente mijornada cotidiana, probablemente hab a di-
cho: (Bucno, papá, me pasé la mayor parte del dia com-
lmor espccial son ;claciones de amor condicional: <Si lú
parándome con otras pelsonas. Me sentí cohibido e¡
satisfaces mjs necesidades, tal como closeo y espero qul-
cuanto a mi aspecto. Tuve la sensación de no pe¡tenecer
haeas. te amaré. Si no lo haces así, mi amor se enfiiará
en realidad a ninguna parte, como si me enconftara en el
rápldamente>. Creo que esta expectativa es la respo¡sa-
jos problemas qL¡c surgen en las re- exterio¡ mirando hacia el inteúor En la clase de gimna
bli de la mayoría de
sia me sentí inepto, y estuvc a punto de vomitar mientras
laciones v en las familias.
realizaba volte¡etas. Esta semana vamos a tener que pa-
Cuanáo yo estaba creciendo' mis padres me mostraron
sar un examen de matcmáticas, y creo que voy a fingir
su:l¡¡or más incondicional. Sabía que era importante quc mc pongo enfermo porque no entiendo ¡ada y temo
que
para ellos y recibía aprobación por aquellas cosas
'hacía 1i'acasar l)espués de la escuela, fumé un par de caladas
bien._En su mayor parte. sü alnor tuvo un efecto
co:r unos amigos>,
Do'iri\o .L,brc mi ¡ulncslim¡ Pero en dlgunos lspeclos Nunca llegué a comprendcr muy bien 1o que hacia o
tu u-o, cnndicional, y dcfe¡dia de que )o crllnpll(rd
"ro cót¡o se sentía mi padre. Sabia que era un psiquiatra,
con exDecl¿tivas especif icas pero no estaba seguro de saber quó significaba eso. A ni-
Por ejcmpjo, mi padrc solía llegar a casa a u1a hora
vel de los sentimientos, me daba cuenta de que mi padre
bas{ante'pretlecible, las 6.20 dc la tarde' tomaba un cóc- tenia dos modos de expresión: yo sabía distinguir cuándo
tel con mi mad¡e y luego llegaba la ce¡a Antc la mesa

51
50
adoptaba ün modo de aprobación, y cüá¡do cstab¡ enfa-
dado. Creía que mi tarca consistia e¡ buscar la aproba_
ción y evil¿r el enfado.
Ahola, mientras esc¡bo esto, nlc siento agradecido
Dor la sanación quc se ha prodücido entre mls padres y
yo mismo duranté mi vjda de adulto Ahora puedo haccr-
lcs sabe¡ cómo l¡e siento cn un momento dado, y sentir 2. La estructura del sistema
que ellos rne aceptaráu. Lleg¿r hasta estc ptlnto con ellos de oensamiento adictivo
ha exigido que todos coüamos cl riesgo de abrimos y ser
vulnerables. En realidad. ¿nles de eso no habiamos llega-
do a conocernos. Cad¿ uno de nosohos tuvo que eleglr
compadir su dolor para desemb¿raza¡[os de él y pasar al
perdón. Continuamos nL¡estro p¡oceso de conocernos los Quizá empieces a darte cuenta dc que son nucst¡os
unos a los ohos a niveles más profundos. pensamientos los que nos conducen al dolor y a la adic-
ción, y que so¡ nuestros pensamientos los que tenemos
Ho), permitetc a ii mismo reconocer que eres que sanar. Esto se afirma de una forma muy hermosa on
entero dentro de ti. Un Curso en Milagros:

Silenciosamente, encuentra en las Prolundidades


Son tus propios pcnsar¡ientos los únicos que te causan
de ti mismo todo aauello Que es perf€ctoJ completo.
dolor Nada extemo ¡ tu mente puedc hacefte daño o
Abrc tu corazón al amor mediante la liberacion herirtc de ningún modo. No hay ningr¡na causa, nás altá
de las expeciativas sobre t¡ mismo] los demás. de ti mismo, capaz dc lleg¿r hasta ti y caus¿r opresrón.
Todo lo que necesitas sabcr ho] es quc el amor No te vcs ¿fectado por nadie más que por ti mismo. No
ieluce ahora en ti hay nad¿ en el mundo que tenga el poder p¿ra hacerte
poner enfemo o t¡iste, débil o ftágil.

Ha habido inte¡minables discusiones acerca de si exis-


Ie algo que pueda conside¡arse como una personalidad
¿dictiva. Aunque algunos de nosolros podamos tener una
predrsposición genética hacia la adicción, estoy conven-
cldo de quc todos eslamos igualmenle rncltnados hacia
rornas de pensamiento que son aJicrira¡ y conflictivas. y
que nos conducen a pautas de comportamiento adictivas.

53
Todos a¡helamos por igual la totalidad y el amor, y dcbi- Sobre el temor
do a ello todos podemos comctcr el e¡ror de buscar la
paz y la felicidad füera dc nosotos mismos. Nunca he visto quc el comportamiento adictivo apa-
La sercnidad debe proceder de nuestro p¡opio inferior. rezca ¿llí do¡de el temor no sea la fucrza impulsora.
Crco quc sólo hay una emocióo que se opone al amor, y El tenor es el comburtihle que hdce.lúnciondr el s¡s-
es el tcmor El temor es algo que fábrican nuestros egos. End rk petlsamiento adic!¡ro.
y que se eocuentra en el núcleo del sistema de pensa- Tómalc un momento p: a rcflexioll¿Lr sobre esta afir-
niento adictivo. A partir del tcmor aparecen otms mu- mación, pues si quieres sanar tu mente adictiva, ticncs
chas creencia\ conflicti\Jc. Propongo que c¡.isten cualro que haccrte antes una idea de qué es lo que hay en el nú-
pa¡tes lu¡damentalcs dcl sistema de pensamienlo adicti- cleo de los pensamientos y del compoft¿miento adictivo.
vo, y son; el temor, vivir en el pasado o en el futuro, el Conter¡p¡a lo siguiente:
juicio y la crecncia en la escasez. El diagrama siguiente Cua¡do te encuentras considerando como indispensa-
ilustra los lündamentos del sistema de pensamicnto adic- ble para lu felicid¿d una d¡oga, un trabajo, un alimento,
tlvol poscsioncs materiales o una ¡elación, es porque tienes
miedo y has olvidado que cres amor.
EL stsILMA DL pENSAMtt:NTo ADI( Tfv() Cuando ercs como un niño y ves en la oscuridad imá-
gcnes qlre te atcrran, o sólo ves ataque y hostilidad a tü
alrecledor, tu mcnte ha olvidado qlre ercs amor y, a su
vcz, has empezado a tener miedo,
Cutu1do tienes un interminable resumen de logros y a
pcs¿r de cso no te sicntes bien con r.especto a ti mismo, y
e arnor no patece ccr¡r cn ningunt farle. cs porque lie.
nes nliedo.
PASADO Cuando no clescas más que senlir el amor de otro y
O FUTURO sin embargo te acorazadas continuamente en lus defen-
sas, es porque te encuentns en un dilema irónico. Tienes
miedo de aquello mismo que tanto aúhelas: amor.
La proyccción nos conduce a un mundo en el que el
lenor se ve relozado constantemente. Terminamos así
por tcner miedo dcl amor y do la libertad. En lugar de in-
vltar al amor a que ent¡e en nuesttos corazones! nos con-
u91t.o, anfitriones de la culpabilidad. Sonos como
"n
paJaros cautivos que nunca aprenden a volar, y quc per-

55
manecemos cn jaülas, rodeados por los barrotes del te_ drfieul¡¿dcs par:r rbrir.c, cnte Ini., lJuranle el lranscur\o
mor, forjados por nuestro propio pcnsamrcnfo de nucstru IraDajo Inlclal. emerSlo como üna muJcr quc
Mirand¿ acLldió a verme después de haberse separado oL¡nc¿ se habia seotido verd¿deramente qucrida. De he-
de su ma do, co¡ quien había convivido durante once cho, nadie le habia dicho nunca esas dos sencillas paLa-
¡ños. Miranda se habia casado después de haberse que- blas: te amo. Dc niña, se había sentido temerosa y rccc-
dado embaraz¿da a la edad cle diccisiete años. Cuando losa y en su vida adulta no había conocido ninguna otra
era niña, su padrc había ab sado sexualmente dc ella. fona dc ser
Más tardc, admitió que habia considerado el embarazo y A medida que se desarrolló nucstro trabajo quedó
el mal¡imonio como su única lorma de escapar dc un ho- cada vcz más claro que habia una parte dc clla que se
gar en cl que sc la úaltrataba Aunque sll mádre mrnca la sentia clrlpable por lo que habi¿ ocurrido con su padre.
malflató, Mi¡anda expcrimenlaba una tremenda cólera y Irracion¡lmente, se pregu¡tab¿ si no hab¡ia hecho algo
resentimiento contra ella por no habcr intervcnido ante qüe provoc¿¡ra el compo¡tamiento de su padre. También
su pcdrc y por no hrb. rle proporrionrdo un amblcnle sc- se se¡tii! culpablc porque üna pafte de ella habia experi-
guro. f\l¡bi con\encida de quc su madl( tu\o que h¡bcr mcnlado ag¡adecimicnto por el hecho de haber recibido,
iabirlo lo quc suoedía, a pesar de lo cual guardó silencio- al menos, un poco dc atcnción. La culpabilidad hacía que
De niña, Miranda aprendió que ¡o era seguro hablar de tuviera numerosas creencias falsas y negalivas sobte sí
los sentimientos en su familia, por lo que también guardó misma. Miranda estaba convencida de ser sexüalmente
srlencio, a sulas con \u\ propio\ lclnorr\' (sucia), de no merecer una ¡elación amorosa con un
Miranda pasó por su vid¿ de mujer adulta úantcnien- homble. Anhelaba el amor, pero su temor, culpabilidad y
do los sentimientos silcnciosos y ocultos, tal como los autoimagen negativa hacían que se aferrara a un ciclo de
había expertmentado durante su niñez Siempre tenía la ponerse a la defensjva o de aislarse de los demás.
\en\¡crón cle enconlfcr\e rn un lugal in.eguro. ¡ era in- Quizá te pregu¡tes qué tiene que ver 1¿ historia de Mi-
(apa/ de conflar o li¡r.c rle n¿dre. l¡nra po(o' ¿lnigos ) randa con el tema de la adicción. He elegido presentar su
la malor parte dc 5us compañcros dc lrabajo la \eian caso porque ilustra bien cuáles son las semillas de la
como una pe$ona distante, altiva y sjempre a la defensi- adicción. Otra persona pod¡ía haber empezado con una
va. Aunque dcseaba establecer intimidad con su esposo, historia similar y haber teminado consumiendo drogas
te¡ia la sensación de no poder confiar realmente cn él ni como una fo¡ma de aislarse a sí misma. Otra podria ha-
en ninguna otra persona. Eso, combinado con su lncapa- ber caído en la adicción sexual, es dec¡, tenel numerosas
cidad para exprcsar sus sentimicntos, la mantuvo en un ¡elaciones sexuales y busca¡ afecto de la única fonna que
estado constant€ de soledad y 1emor. le resultara familjar. En el caso de Miranda, ella continuó
Mjranda acudió a veÍne ante la indicación de su p¿- sintiérldose culpable y temercsa! lo que la condujo al ais-
trono, porqüe faltaba con rcgularidad al trabajo y pa¡ecia lamlento y a un comportamiento defensivo, a pesar de
visiblemente alterada. Debido a su historial familiar, tuvo qlre estos comportamientos le producían a su vez una

56 57
continua infelicid¡d. A un nivel dc comportamienfo y de poco a poco, Mir¿nda pudo conflar cn mi y empezó a
sentimiento, eso cm una adicción en cl sentido de quc se- hablar en profundidad de sus sentimientos, tanto durantc
guia actuando y pensando de la misna lorma, a pesar de su niñoz como dura¡tc su vida de adu¡ta. Nccesitó un va-
las consccuencias adversas que eso le producí¿. El dia- lor lrcurc¡do para pe¡miti¡se a sí mism¿ romper la regla
grsma siguienle ilush¡ cste ciclo adictivo. de "nn ll¡blar, de su l¿milia Dcspués. se unió a un gru-
po de rnujeres que habían sido maltatadas sexualmente y
empezó a darse clrenta de quc ¡o estaba sola en cuanto a
Temor y culpabilidad trasa&'s süs sentimicntos de culpabilidad y de baja autoestima.
e¡ er pasaoo
Eso Ic permitió abrirsc a ot.as personas, a nivel de senti-
mie¡tos. Al dejarse ar¡astrar menos por la culpabilidad y
el tcmor empezó a esta¡ menos a la dcfensiva y consi-
guió romper co¡ su prolongada historia de aislamiento.
Miranda empezó a experimentar amor en su vida. Nunca
habia sido capaz de creer en Dios o en un fDder superiot
porquc siempre había tenido la sensación de quc seria
castigada. Al confiar más pudo desaúollar su aspecto es-
piritual. Su corazón pasó de se¡tirse apl¿stado, frío y ais-
¡ado, a sentirse lleno, abic¡to y predispuesto. Hay vados
factorcs clave en la recuperación de Mi¡anda que son co-
Para Miranda, este ciclo t€¡ia el aspecto siguiente: muncs en el proceso de romper el ciclo del temor

CóMo RoMtER ut- crclo DttL TEMoR

l. Enpiezapr hablar de tus sentimíentos


Eso cxige a menudo da¡ un salto de fe, porque mu-
cnos dc rlosotros p€nsamos que nuestros sent¡mlentos
No soy una buena persona y no son estúpidos, no valen la De¡a ser escuchados o harán
puedo hacer nada al respecto
daño a otras personas. Otros están convencidos de que en
lo más profundo de si mismos está todo tan oscuro y da
lanto miedo que si abriéramos un poco la puerta a su
exlstencia, nos se¡ti¡íamos ¿brumados. Este último pcn-
samienlo irmcional es bastante cor¡ún. De hecho, rnu-
Cornponamienlo delensivo y de a¡slampnlo
chos cligen el alcohol o cualquier otra oroga como un

58 59
medio de mantener bien cerrada la puerta que da a la os- mentos un absurdos se basan. Cada pensamiento irmcio-
curidad de las mazt¡orras. nal crea una rmagen osclfa y temcrosa dc ti mismo y
Si al principio no te sientcs cómodo al hablar con otra oiera a cal y canto la pue¡ta del amor
persona! empiez¿ por llevar un diario dondc escribir tus
scntimientos, incluidos tus temores. Si licnes la sens¡- 3. E píe.a.r wr que no hay nada que desees ocubar,
ción de no cortar con nadic con quien puedas hablar,
vuelve a buscar. Realmcnte. la mayoÍia dc la gcnte cucn- La mayona de nosotros pasamos po¡ la vida convcnci-
ta siemprc con algLrien, siempre y cuando eltamos bus- dos de qüc hay ciertas cosas que tencmos quc ocultar si
oar a esa persona. Adicionalmentc, lü tcrapia y los gru- deseamos ser queridos. Te¡cmos quc hacer surgir nucs-
pos de autoayuda son ü¡ buen medio pa¡a cmpezar el lros tcmores y pensamientos oscuros á nucstra plena oon-
proceso dc hablar y de confiar. ciencia par¿ ver quc, cn realidad no se basan en nada.
S(ilo entonces podremos dcsprendernos de ellos. Es en el
2. Enpieza por idenl¡licur lus creencias !- pensañíentos acto de libc¡arnos de nuestros temo¡es como nos clrra-
iúaciondlcs, dsi como hts cottviccioncs neg¡tlivas mos, no en cl de mantenerlos ocultos,
La única ) \erdadera afirma(ión sobre ti mismo cs
quc eres un ser humano completo, amorcso y plenamcnte El cscapar de la oscuridad implica dos fases: primero, el
valioso. Cualqurer afirmación sobrc ti mismo que no re- rcconoc¡miento dc quc la oscuridad no puede ocultar
flcje esta $imple ve¡dad es una creencia irracional sobre Habitu¿lmente, esc paso ¡mplica temor. Segundo, el
ti mismo. Cualquier otra afirnlación 1e aparta del amor y reconocinicnlo dc que no hay nada que desees ocultar,
termina por colvertirse como un peso atado a tu tobillo. ¡unquc pudicras. Este paso aporta escape con respecto del
lcmor Cuando cstés dispuesto a no ocultar nadar
No hay nada que hgras hecho cn el pasado comprcndcnás la paz y la alegria. Un Curso de Mílagros.
quc te haga ¡ndiSno del amor
No ncc€sitas hac€r nada para ser ditno de ser amado.
En estc mismo instante no sólo eres diEno de scr amado,
Sobre vivir en el pasado o en el futuro
sino quc tú m¡smo ercs amor
. Aquello par¿ lo que creemos quc sirvc el tiempo y
Probablemente, aho¡a mismo abrigas numeros¿s cre- como lo utilizamos detemina buena parte de 10 quc ex-
encias irmcio¡ales sobre ti mismo que te impiden experi- pclmcntamos. En el sistema de pensamjento adictivo
úentar la paz mcntal. Cualquier pensamie¡to condenato- creemos que el pasado es nuestra reserva ds mu¡ición
rio o implacable que abrigues sobre ti mismo excluye cl para condenamos a nosotros mismos y a los
demás. pcn-
amor Empicza hoy mismo a tomar nota de tus creencias samos constantemente en cosas que tanto nosotros como
ir¡acionales sobre ti mismo y observa sobre qué funda- otros hemos hecho <mal> en el pasado, y prepar¿mos

60 6l
(bombas de culpabilidaó) que arrojarnos repetidamente, Consideremos cl pasado y el futuro por lo quc son en
tanto de nosofos como a nuesho al¡edcdor' Adicional_ realidad. | \nresadu r.le la forma má. scncilla. el pasado
mente, nos aferramos a agravios pasados con otras perso_ .ólo c. eso: pa5ado: ya hil lranscurrido. )a no elá aqui.
nas y terrúinamos por pen¡itir que la cólera y el resenti- va no existe. Por otro lado, el ñrturo todavía no ha llega-
miento nos recoman por dentro. Habitualmente, oi ío, sólo existe cn tu mente. Por lo tanto, toda tu preocL¡-
siquiera la gente con la que intimamos. escapa a mresüa parion no.rrve de nada: el único propósilo dcl c8o al
cóiera. Llevamos con nosotros resentimientos pasddos inlpL¡l.ane a preocupafc e\ relor/ar el lemor cn tu men-
que se hansforman en sacos de arena que impiden el flu_ rc. Dc hecho. la preocupa(ión puede crcar ¡rccisunente
io del amor a partir de nueshas relaciones Esta costum_ aqüello mismo por lo que tanto te preocupas. A este fe-
Le de volver constantemente la mirada hacia el pasado nómeno sc le denomina profecia auiocumplida.
nos impide saber quiénes somos. Mi abüela, qrLe mudó en 1988 a la edad de noventa y
seis aios, estaba convencida de que no se podía confiar
Hasta que no dirija mi mente luera del Pasado, del todo e¡ la gente- Crcia que si no vigilaba a los de-
no me conoceré realmente a mí mismo más, podria ser engañada, ignorada o tntada pob¡emente
y el amor seguirá escapando a mi conciencia. de alguna fbrma. Durante muchos años co¡sideré su
comportamiento como moderadamente paranoide. Sabia
¿Y cómo ve el futuro el sistema de pensamiento
adic- quc mi abucla me quería mucho, y yo a ella, así que sa-
tivo? El futuro es como un agujero negro lleno de preocu- tisfacía sus exigencias, sabiendo que serviría de muy
pación. ¿Qué mejor forma puede tener el ego de distraer- poco discutir con ell¿.
nos que crear imáge¡es de posibilidades catastróficas que Durante sus últimos años vivió en una agradable resi-
nos aguardan en el futuro? dencia de ancianos. Cada vez que la visitaba me decía
Yo diria que el adulto medio se pasa hasta el cincuen_ que era tratada peor que a cua¡quier otro de los ¡eside¡-
ta por ciento de su tiempo preocupado por algo que situa tes, que se la ignoraba y que temía que en cualquie¡ mo-
en el futu¡o. Nueshas mentes se encuentran llenas de mento ya no recibiría ningún servicio- Lógicamente, su-
prcguntas: ¿tondré dinero suficieite para pagar las factu- puse que e5u no era asi. J quc eso no era más que
ias? ¿Y si fracaso? ¿Me aceptará y gustará a tal o cual paranoia por pañe de mi abuela.
persona? La lista es interminable Recuerdal Una soleada tarde me enco¡traba en la terraza de mi
casa, situada junto a un festar¡rante con mesas exte otes.
Cada v€z eue nos preocupamos Por ei futuro, Me dedicaba a regar unas plantas cuando una mujer algo
caeamos un obstáculo Para el anor embriagada que cenaba en el restau¡alte intcntó entablar
conversación conmigo. Al prillcipio, tlaté de scguir re-
El amor v¡ve en el momento Presente, ausenle
gando mis plantas, pero la mujer se mosfó insistente.
del Pasado o del futuro.
Me preguntó mi nombre, y sc 1o dije, al tiempo que se-

62 63
guía con mi tarea. Al oir mi apellido, lampolsky, me d¡o DOI OR, TIENIPO
Y R1:NDIMIINTO
inmcdi¿tan, cnte: (Ah. pues resulta que yo me ocupo de
cuidar a su abuelat). En c1'ecto, cra LLna empleada en la Er y por sí mismo, no hay nada el1 une situación o
rcsidencia de ancianos donde estaba mi ¡buela- ach¿quc cspccifico que nos hega cxpcrimclllar dolor
(Si, conozco a su abuela siguió diciendo . Es la crn,..Inn¡l n li.i(u. 5on n.rc'lrrs ncrccpcionc:. crccrr lir.
qlLe causa más problcmas en tod¿ le residencia Flchamos
1, cxpcriencias ¡asallas las quc dete¡minar el que vaya-
o ru".t", po.u áecidir quién se ocupará cada día dc ella mos a scnllr doloa
Sicmp¡e sc mlLestra leccLosa, y plensa constantcmente .ll1: oh'cr.rdo al;unr !É/ a un niño pcqLreño iugar
que si le roba algo. Todos esperamos quc ¡nejore, pero la cu¿ndo cstá ccrca su madre o su paóeJ Si el niño sufic
vcrclad cs que no hace sino empeoff No pucdo cleer un¡ Tr'qlrjnJ r¡iJJ. Inlr¿ intne,li¡talnerlc il \u Progcnilor
que esa señora tenga un p:rientc que sca norl¡al D ndr¿ L.lcuTlr¡r en rl un¡ tl¡re en
cuinlo a como cr¡cri
Mientras ella hablaba. empccé a darme cuenta de que nteni¿r esla situación. Si el pr'ogenilor'lo ir¿ alarmado y
no se trataba simpleñcnte de paranoia por parte cle ml cLlüe hacia el niño, ésle en'lpieza a llorar. Alierna¡iva_
abuela, sino que, en cfecto, cstaba rccibiendo un trata- m.3¡tc, si clr¿ido el niño se cac cl progcnltor actüa como
mjento de segunda, y yo tuve muy claro el por qué. si cl hccho de caersc firrmara pafte de la actividad el
Mi abuela había crcado para sí misma aqucllo quc más niño continúa jugando ta tranqujlo.
temia. Se scntia lan preocupada dc que la tmtatan mal 'fcngo una tcoía info¡rnal ¡cerca de cómo alivian el
que se mostraba irritable y recelosa con todos- La gcnte, a dolor los narcóticos. Cuanclo uno se e¡cuenlra bajo la in-
su vez, la evitaba, 1o quc fonraba parle del pobre tra- fluencifi dc los narcóticos, se tiene una sensación distor
tamiento que ella más tcmía. Cuando se la tralaba mal, sjorada dcl tiempo. Los mi¡utos, las horas, e inciuso los
enconhaba la <pruebo de que tcnia razon y' por tanto, dias en el caso de un consumo proJongado, parecen con-
necesitaba quejarse más. ftrndirse. El dolor dismjnuye cuando sc altera esta sensa-
Mi abueia, que Dios la bendiga, mc erueñó mucho ción de tiempo lineal.
aiercir de cótno una pcrsona puc.le ljle¡r \u pronio mun Un l'enómeno similar se obscrva en muchos atletas;
do. Si proyectamos un futuro ncgativo, basado en un pa- son capaces de soporlar incomodidades prolongadas y,
sado ncgativo, lo más probable cs que suceda )o que más sin emb¿rgo, seguir sobresalicndo en sus rendimientos.
tememos. Cluanlo más nos cenhcmos en cl presente, tan_ Quizá eso se deba, al menos parcialmcnte, a la liberación
to más libres nos sentiremos. dc cndorfinas, una suslancia opiácca que segrega el cuer-
po du¡ante un ejercicio inlenso. Muchos atletas inform¿n
Aqui, en el presente, cl mundo es librc' Pues en cuanto que, durante el transcurso de sus rendimicntos, el tiempo
dei¿s atús cl pasado y libems cl futufo dc tus al1tlguos adquiere una dimensión dife¡ente. E! morncnto presente
temorcs, encucntras escape y lo ofteces al mundo. parece 5er- todo lo que existe. Dos ejemplos acudcn inme
Un Curto de Milagtos dlatamcnte a mi mcnte.

65
Fln Ias olimpiedasde 198E. el saltador de trampolín
Creg Lolrg¿nis ef¡cluó rcpelidaorcn¡e salios pelfectos,
incluso despuós de haberse golpcado la c¿beze con el lt,¡rnrrc u|l'nund,' <r' .l quc nnLlrc (rniri(rJ J tclns
tmmpolin dlLrante un salto, al principio dc l¿ competi_ negativos. iQlLé sc¡sacitin de liberación y dc paz total
ción. La hedda que sc produjo exjgió ponerle rrnos pun- surgirí¡ dcl hccho dc cncontÍañe con los clemás. sin un
tos de sutura. pero "olvió a saltar al dia siglLicntc Micn_ solo iuiclo ncgatlvol
fras se encontraba cn el exttcmo dcl trampolin, prcpa_
rándosc para el salto, c¿si sc podia peroibir la intensidad Mientras juzgas, no pucdcs amar.
de su pensarnicnto totahncntc centrado. Ilstoy seguro de l\4ientras rmas, no puedes juzgar
quc no se concenfaba cn 1() ocu¡rido el día ¡nteior, ni se
preocupaba por la posibilidad de golpearsc de nücvo la Picrsa en tlr propia vida y en todas las ocasioncs cn
cabeza, sino que cstab¿ plenamenle en cl presentc con qüe te has jMgado a li mismo y a los demás. ¿Has cxpc-
objeto dc obtencr cl máxirno rendimicnfo- Continuó de rimentado alguna vez amor y jrLicio al mismo tiempo?
É\e Inodo h r'rr ganar olrr mrJall¡ de oro ( onskle¡a cl juicio por lo que es y por lo que crea. El
Vi a Roberto Salazar, un corredor de maratón, en Lrna juicio 1e scntcncia a la culpabilidad la bai¿ autoestima y
imagen publicada en un periódico haoe varios años, a la ¡ senlinicntos de inadccuación. Si le comp¿ras constan-
cabcza del pclotón en el kilómelro treinta y cinco Tenía tementc con otros, nunca podrás permilir que e[ amor te
los ojos nlcdio ce¡rados y su respiración parccía normal. libcre.
Evide¡temcnte, toda su atención se enfocaba hacia aden-
tro. No sc enconhaba en un estado de agotamrento, slno El, JUlcto Y sus coNsE( uENct^s
más bicn en el de un ligero trance- Robcrto p¿recia cstar
orientado hacia su interior, lcjos de las limitacjones line- Seni rnienlos de lnadeclaclón

ales del tiempo. Cruziü la mcta en primcr lugar fue, sen- I


cillamcnte, el rcsultado de su cap¿cidad para eslar cn el I

p¡esente.
Culpabitidad <-- Ju c¡o Comparación
Existe una vinculación directa enftc cl rendimicnto y
la perccpción dcl tiempo. Si te pleocupas por los liaca-
f I

sos dcl pas¿do, hay pocas posibiljdades dc que destaques


Baja a!ioeslima -->
eD lo quc estás hxcicndo ahora. Eso es clcrto tanto sl cres
un ¿tleta. un hombrc de negocios o un adicto en l¡sc de Si consideras el juicio cuidadosamcntc vc¡ás quc cada
rerjq)eración. IhmbiÓn es cierto en cua¡lo a las relaclo- vcz clue cmites un juicio negativo cstás cligicndo expe¡i-
nes. Si nos aferralnos ¡l pas¿dojamás lendrcmos L¿ Lela- mellhr conl'licto. antcs quc paz. Para comprender r¡ejor
cióIl que nos glrst¿rí¡ tc¡cr. co¡¡o afecl¿ cljuicio a tu vida. inlagina que cada vez que

66 61
e¡lrtcs un.juicio cs c{n¡o si ¡c pusicras unxs g¡l¡s dc sol dr's¡rb¡ scr. Lso sólo cooduci¡ a una nlny()r seosect(rn dc
quc lillraran el oror.
cLrlp¡ ¡r1)pie. Esa cr¡ln¡ conduio rápidamcntc ¡ la criler¡
A l¡uc'hos dc nosotl-os sc nos h.l onseñado quc el .jui- dirigidlr eontra los (los. llste cielo dc (an¡lizar, comp¡mr.
cjo y (-l análisis \on l¡\ citrecicristic¡s del cr¡¡oci tiento rulprr !c¡1rr cóler¡) sólo c{nxhrio a una crccienic dcpre
v l¿ $bidüria. I:l juici,r ¡ cl :rr,álisis sr¡r. dc hccho, hcrra- siirn ) conlliclo interno. Tcrn1i¡¿ por clccr qtlc Ia deeisl(in
r¡io¡rtas útilcs en Ios cxl'ro|irnenros cicntíficos. pero la (lf nr c\ csposa de (lUe el ¡talrinronio no podia continLl¡r
vidu no cs ur cxpc¡imc¡l{) científico. Y cn fcalidad, has- llsí cr¡ rnir prucb¡ (lc clue vo Do cra digno dL- scr ¡n)¡do.
t¡ l()s clcntil icos hrn Jescubierto qLrc c1 rccluccioDisrrro Prfcri \¡cil¡r cDlrc juzrrarll ¡ ell¿ v iuzga¡nc ir rrli
con(lLrcc a unl lisrón Lnritada _v disronionad¡ dc 1¡ reali- llr¡ir¡o l)Ur¡nte un hrcve peri(xlo de lienrpo ¡ne ¡fen.¿ ¡l
deLl lln nueslf¡s r,ide pcrsonxles. cl juicio dilicilmentc Inodo dc iuzgarl¡ i¡ clla. l-lra conto si cfcycra quc ¡l en-
pucdc scr ocrrsi.lcledo cono s¡biduriit. l)e hccho, nos co¡1raf lirlllts en cllll nrc aiiviillia dc n¡is scrrUmlcnros oe
irnpi(ie e\perinrcnlar aorof. I-¿r \c¡d.rdrfa sitbitir¡¡i¡ radica c lp¡bjli(iir(I. Juzgarl¡ ¡l ella et¡ como cchar sal sobfc Ílli
e¡r la aenüncla irl Juicrc neg¡li\'o. oo rn el r¡Jlina¡nirtlto hcrrir dc culpabilidad- lo cllrc no hacia \ino ¡umcnt¡r cl
de I¿s capacid¿rdos analiti¡iits.
'lcDicndo cn cuentlr cl rlto indicc (lc divorcios. cs do- (rn irvud.t de un lcrapcullt pLtde cn)pczirr a dir¡mc
lo¡os¡nrctte e\idente quc nn¡chos dc nosolro\ tcncmos ilri¡l¡ l¡nl¡ntenle dc quc h¡biil (lesar.R ado un¡ pr¡r¡ta
un probl€¡ra cu¿rdo ia gnr ra inlplilc¿blc dcl juicio cxpri- por l¡ alLlc saboleaba las rclecl0ncs y luc[io orc ¡¡oslr¿bx
me Lr alegri¿ rlcl amor y l¡ aleii¡ dc nucstras rolaciolles. rLrtucfiiruo. Sabotc¿'mi matfjnronio y lr¡cgo utilicó los fc-
Yo urismo hc ¡rasado por Lrn divorcio; ósc f'uc Ltno de 1os \lrliiidos conto prucba (le quc yo cra (ln¡lo, y no tcníll l¡
period¡)s nrás diliciles tle nri rida. Arrnque clificil. mi di-
¡osibilirl¡rl dc cnt¡blirr uD¡ r.cl¡ció¡ intinla dur¡dcra.
\L'r(i , rJmhicll r¡rc e¡ls(rl.' 1,,: . t.cr.Á ,tcljUlr:t,, n(-alr\LJ. r:Por qrré h¡ria un¡ c()sa conto s¡botear t|n¡ bucn¡ rcla_
cspecr¡h'üclrtc con respock) x t¡i misnto. uiónl PoRllro tcoli¡ cl ¡mor y l¡ intinlicla(1.
¡)rfJrtc r.i -.|rrr¡ri,'1,. rtr n,cll. "¡recirr .,,nt,, \r L5-
tu\ rcra cntrcicjid¡ en lclirraias dc- .ir¡icio- 1allto hacia i
. ,\ l)csiI dc quc muchos doscanos lu intimida(i. lo
rrcr to c\ qlre tambian sonrr:rs mLrchos los quc l¿l temcntos.
pdreja como h¡ci¡ ¡rí nrislno. i\'lc cLrlpaba pof el divor- ctir]lo lltc sr¡ccdió ¡ nli. Coriinri(r tr¿brj¡tn () en /a ¡tk)a
cio. l)cnsaba quc habi¿ hccho cosas iurpelclonables. Al lopl¿cion y cada vcr/ le tenlto llrcnos lnic(lo a lit inlimi_
ürisrro licmpo. clrlp¿b¡ ¡ nli cx cspos¡ por no hirLrer sido (lfld Al p|i¡cticar Lrs principios cxpucslos
cr estc trb¡.o.
c¡pa/ dc pcrLlon¡rn1e !, ci'n\rrollL'lclse cLütI|li!:o en lil rl. Jltlxrlo a dar la bicn\enid¡ ¡ l¿ inlimldt¡(l de un¡ lor_
s¡lvircrúi dci r|ittrimonio. f rstn doblc Vinculaei()n cleljui- l¡il a¿dlr \.cz más consistentc. cn lüg¡r de echar a d)frcr
cio nr¡nllrvo nri dolor ¿l Inismo tic rpo quc cstilDLlLab¿ ¿ ilnlc ell¡. Los dos aprcn<lirnos y m¡dur¡nt()s a travós
de
rr'r'r'\'Il(.t i||r,rli,/,rr(o Lr,Irl(trtcI ( l:r \ rL,,t rll cxpcl-tcDcta del di\()fcio. NUcsln ¿ntisl¡rl
cs nuy im-
i)cscubri qLrc cuanlo r¡¿is ¿neli/¡ba la slui¡cton tanto I r '. t- ¡r.¡¡ Jr '. \ (tc^ ,,'tL l,,r tt.rr . . n rc rl r I c n u .
, ¡ I
,
I I

nrars nrc comprf¡ba a nri ntisnto con el espo\o idcal quc \lcnDre lr intportancia dc m¿lntonerla. '

6li
69
La cara opuesta del juicio negativo es la aceptación y ümcnte lo mismo que tú: amabilidad y compasión. Ima-
el pcrdón. Allí donde los juicios constuycn un muro gi¡a a es¿ persona rodeada de un b¡illo suave dc luz
y mantienen lejos el amor, el perdón envía una invitación blanca. Rodéala con ¿rmo¡. Si en lu mente surgieü un
al ¿mor- pcnsamicnto de juicio, imagina quc es quetnado por la
jnte sidad dc la luz amo¡osa que rodca a la persona.
Cu¿ndo mc hc pcrdonado a mi mismo y recuerdo ¿jcómo te sientcs al exte¡der tu ¿rmo¡ hacia el exterior'¡
quión soy, bcndcciró a todo y a todos los que veo. Süpongo que expcrimenlarás Lma sensación de liberación
Un Curso de Milugros. y de paz.

El juicio impone siempre condiciones al amor Dicel Cuando extiendcs tu amor, recibe5 anror
lc amaré \i encajas en mis (xpecl¿li!¿s ) sr \ufcra\ nl|s
evaluaciones. Una rnente inclinada a emitir juicios hace Sier¡pre estamos eligicndo entre juicio y aceptación.
listas, a mcnudo inconscientemente, sobre oriterios qulr CoÍ la práctica, podemos elcgir llenar nuestras menfes
hay que pasar para ¡ccibir amor lln contr¿ste con ello, el
con pcnsamie¡tos basados en cl amor, del mismo modo
perdón no establece condiciones. El perdón simplemente quc podcmos llena¡las con la condena y el juicio del sis-
pc¡mite que eL amor sea él mismo. tcma dc pensamiento adictivo-
Tc invito a realizar un ejercicio pa¡a contrastár las di-
ferentes cxporiencias que se obtienen a partir del juicio y
de extender cl amor hacia el exterior Con los ojos ceüa- Sobre la escasez
dos, imaginate a alguien que se encuentra delante de ti y
con quien actualme¡te experimentas un conflicto. Puede El sistema dc pensamiento adictivo nos dice constan-
tr¿ta¡se de un progenilor! una esposa, un col¡pañero de temente que tencmos escasez de algo, No tenemos dinero
trabajo o incluso alguien con quien has decidido termi- suficiente. No hay suficientes posesiones agradables. No
nat Imagina a esa persona que actúa y dcja que tL¡ mente recibimos amor suficicntc- La filosoña adictiva del (no
juzgue. Suelta todos tusjlricios. Piensa en todas las cosas suficiente) proccde de una creencia fuodamental: l¿ es-
negativas que puedas sobre esa persona. ¿,Cómo te sien- casez. La escascz es la noción de que siempre nos falta
tes al hacerlo? Lo más probable es que te sientas angus- algo. Dcbido a esa c¡eencia nos encontr¿mos atrupados
tiado, conflictivo y distante. cn una búsqueda incesante para llenar ese vacío percibi-
do- Creer¡os que nuestús búsquedas son válidas y, sin
No puedes juzEary tener paz mental al mjsmo tiempo- embargo, lo que sucede en realidad es lo siguiente:

Ahora imagina que sufres una amnesia temporal. En l. Buena p¿ 1e de nucst¡o dolor emocional procede de
Iugar de juzgar a esa pc¡sona, considem que desea exac- pensar quc somos incor¡pletos, antes que completos.

70 71
2. El ego nos dicc que debemos buscar cosas o relacio- dc pensamrento adiclivo compucsto por los tIes pasos si-
nes que nos hagan experir¡entar la sens¡ción de sc¡ guientes:
completos.
3. Nos cmb¡rcamos cn una bilsqüeda de aquello quc cree- I No esto) birn lal LL,mo (rlo). H.r) trn v¡cio cn mi que
mos efióneamente que llcnará el mcío. necesita ser rellenado.
,+. nos seguinros sintiendo incompletos- Y al no
Al final, 2- Hay algo o alguierl extcrno a mí mismo que llentá
conocer ninguna otra forma de ser, iniciarnos el pro- ese vacío,
I. Mi lclicidad .lcp. ndL dc cncontrar c\a cu\tancia. pL,-
seslÓn o persona.
La cteencia en la escasez cs tan omnlpresente cn
nuestra sociedad que apenas si podemos pasar Lrn solo En si misnra, csta lb.ma dc pcnsa¡ püede p¿recet que
día sin quc se nos diga de una u otr¿ foma que no esta tiene bastantc buen sentido. El problem¿ con el proceso
mos bien tal como esfamos. Los anlrncios de la teLevisión adrclr\o cs doblc. I n primer lugar * br.¡ en un¡ frrcmi
nos dicen que un coche especifico, una cierta clasc de sa quc, scncillamente, no es cierta. La vcrdad l3s qüe tu
café o una colonia determinada nos harán sentimos realF eres completo y que no te falta nada para s(rr feliz ahora
zados y coltentos. Condr.¡cimos poi la autopista, liustra- misnro. En seguldo lugar, la sed del cgo jamás se aplaca.
dos por unos trabajos qLle consideralnos degradantcs. y Dcspués de haber comp¡ado el telcvisor perfecto, necesi-
vemos c¿rrteles de gente fitiz y opu'cnta que lurna ciga- tas comprar el coche perfecto, y luego encoltrar a la pa-
rrillos o se relaja tomando una copa de licor' Al escuchar reja perfecta, y así sucesrvarnentc-
las noticias, dcscubro quc una buena parte de ellas se te- Result¿ interesante observar que, tal como se dijo en
fieren a personas que sc sintieron como sj no tuvier¿n el capítulo p me¡o, la sensación de anhelar algo más no
<suficiente> y cometieron crímenes impulsadas por una es más que un anhelo espiritual mal dirigido. Somos
scnsación de desesperación e impotcncia. oomo un niño que se ha alcjado de casa y se ha perdido.
Clon esa clase de estímulos externos no es nada extra- L,o único que hay en la mcnte del niño es rcgrcsar a casa,
ño que sigamos aferrándonos a Ja cnioquecedora ilusión pero si permanece ale.jado durante el liempo suficiente,
de pensar que debe haber algo fuera de nosotros capaz de puede olriJar lo' rorlro. dc su. patLc' ¡ cómo rc8rcs¿r
apofiarnos libeftad y poclet Pero creer que nueshos sen- con seguridad al hoga¡.
timientos de no ser o tcner sulicientc son culpa de la in_ Nos hemos alejado del amor y del se¡tirnos comple
dustria publicitaria seía ingenuo. Lo que vemos en los tos- Y, cn el transcurso de ese proceso, hemos olvidado
medios de comunicación es un refleio dc nuestro propio quiónes somos y nos heúos perdido. C anto úás hernos
estado nental colectivo. Si miramos dent¡o de nuesltas buscado luera dc nosohos mismos, más nos hemos per-
mentes vcremos las raíces de la adicción Propongo que .|dL'. 5ólo podernos llcgdr a ,iL,no(emo< ¿ no\olro\ mi\-
el comportamiento más adictivo procede de un procesos mos en la quietud de nucstras mentes.

'72 73
Trabajé con Alan, un adiclo a la coca¡na. cuanclo yo
dirigía un programa de tmtaniento paru la dependencia
químic¿ en pacientcs externos al hosPilal. Después dl]
haber ternrinado cl programa. .Alan volvió fl haccrme una
visita al cabo de un año. Supc que todo lc iba bien cuan-
do me dijo: (Aprecio realmentc todo lo que ustedes me
dijeron. Pcfo, i,sabe'¡, ni todo lo quc r¡c d¡cron hab a 3. Las creencias fundamentales
bastado para mantencrme limpio. Incluso después dc ha- del sistema de oensamientrr
bcr dejado dc consumir drogirs. loüvia me siento como
si me faltara algo. No estaba scguro de saber de qué se adictivo
tralaba. Un dia, mc senté en l¡ cama. cerré los ojos y
pregunté qr¡é era lo quc me faltaba- Si en ese momento
me hubiera mimdo en cl espcjo, habria dicho que me ha- El sistema de pensamicnlo adiclivo se construyc sobre
bia \uelto loco. Nunca habia rezado, ni meditado, ni el temor, la orientación hacia el pasado o hacia cl futuro,
nada de eso. No escuché ninguna palabia que respondie- eljuicio y la creencia en la escasez. La menle adictiva se
m a mi pregunta, pero en esc momento sc apodcró de mi encuentra amaryamenfe atrincherada en este sistema de
una abrumadora sensación dc paz y de calma. PoÍ lo que creencias que nos deja privados dc amo¡ o de serenidad.
recuerdo, fue la primera vez que me senti perfcctamente
cn paz conmigo ñisño. Fue una sensación nueva p¿lra CRltNclA ADlcrrv NúMERo uNo:
mí y, sin embargo, la percibi al mismo tiempo como algo Estoy solo en un mundo cruel, duro e iñplacable. Esby
antiguo- En definitiva, lo que intento deci¡le es sencilla- separado de todos los demás.
mentc: gracias. Lo que me dijcron lue importantc pa¡a
conseguir que me mirara a mi misño y a lo que cstaba Si lc despiertas por la mañana 1 cl dia que tc e.pera
haciendo. Pcro fue en Ia quietud más allá de las pala- es algo menos que gozoso y alegre, probablemente abri-
bras, donde empecé a encontra¡me a mi mjsmo)). Yo sa- gas esta creencia, al menos hasta cierto punto. El siste-
bia quc Alan había empezado a encontrar lo que habia úa de pcnsamiento adictivo nos hacc creer quc cl mun-
anhelado durante tanto tiempo: cl amor por si mismo y la do es un lugar lleno de juicio y separación, privado de
autoaccptacron. perdón y de unión. Cuando tencmos esla crcencia de se-
paración, nos vemos a nosot¡os mismos enfrcntados con
todo lo que sc nos ponc po¡ delante. Si funcionas de
acucrdo con csta crcencia, es baslante lógico que cons-
trLryas muros y dcfensas Ías los quc protegertc. El único
problema es quc csa creercia, en si nrisma, es f'alsa. En

'74
ella radisa la lógica irracional d(rl sislema de pensamicn- fuerzas combinadas para hacerme pasar las dos pcores
lo adictivo: reaccio¡a (lógicame¡te)) a la crecncia que scmanas quc pudicra imaginar un niño de ocho años.
no c5 cierro. pero no dc.ea crrr\lionar nunca c(J mi5m! Una tiude, después del almucrzo, r¡is intestinos me
crccncia. pl¡nte¿ton un¿ necesidad urgente. Mc cscaqucé de la cla
Cuando llegamos a cstc mundo, eslamos totalncrtc se de tiro con arco y coffi haci¿ los <(servicios al aire li-
abicrtos, confiados y sin separación. A menLrdo, la cxpe bre). Desgraciadamente, no corrí lo suficiente y me cn-
¡iencias de la niñez nos conduccn a ponemos en guardia sució cn los pantalones. Al no saber qué hacer en tal
y r¡ost¡arnos desoo¡liados. Empezamos a desaÍollar la .irrirción. Inc cambió r¡piddmen¡c lc ropa interior y rrro.
c¡ccncia de que estarnos solos y de que el mundo es jó la sucia cn cl cubo de la basura. Lo que no tuve cn
cruel. Revisando mi propia niñez, he descubicrto much¿s cuenta, sin cmbargo, fue, primero, la mentaliclad de algu
de estas experiencias. Al mir: atrás, algunas mc parccen nos de mis compañeros de campamento y. segundo, el
ahora bumoristicas, aunque en aqlLellos momcntos fueton hecho de que mi accióÍ sería detectada. Uno de los mu-
oolotosas. chiichos, un tipo g¡andc, dcscubrió r¡is calzoncillos su-
Una dc csas experiencias lragicómicas se produjo cios y con mi nombre en la etiqucta, y se sintió en la
cuando tcnia ocho años y estaba en un campamento de obligación de mostrarlos al resto de la población del
vacacioncs. Mi hermaDo y yo nos mostIamos un poco rc- campamento. Las bromas que me gastaron durantc cl rcs-
acios a asistir a ese campamento, pcro también nos senti- to de mi estanci¿ fueron implacables. P¡ra añadir un ma-
os muy excitados por las actividades que se iban a dc- yol i¡sulto a la herida, fui golpeado accidentalmente en
sarrollar, y estuvjmos dispucstos a intentarlo. Mi primcra la cabeza con un palo de golf mientras jugaba en ull mi-
impresión de lo qLre vcndria después fue el cambio es- nigoll La berida exigió que el médico me aleitara p¿ü1e
pectacul¿r que se produjo en la actitud de mrs profcsorcs de la cabeza pa¡a darrne LLnos puritos. El hecho de que
en cuanto mis padrcs sc march¿uon con el coche. Atbrtu me huhieran ranado Ia cche,,a ¡ de qrre ,e me conocicr¡
nadamente, mi hermano, dos años mayo¡ que yo. sc con cor¡o el chico que se había cnsuciado cn los pnntalones
virtió en mi protecto. Pero ni siquiera él púdo protcgcr no contriboyó p¡ecisamcntc a convcrtirnc cn cl mucha-
me del todo de las crucldades de mi nuevo nlundo. Antes cho más popular del campamcnto. Cada vcz quc mis pa-
de continlLar, permitcmc que te ofrezca dlguna infbnna dres llamaban por teléfono para hablar con nri hermano y
ción útil. conmigo, el profesor estaba junlo al teléfooo, dándonos
Primer hecho: mi madre, atenla con Las reglas dcl instrucciones de que dijéramos que lo pasábamos muy
campamento, había cosido cn cacla pieza de ropa etique- bien. AquelLas dos semanas ¡o fueron e¡ rnodo alguno lo
tas con mi nombre. Hecho dos: mi estómago no se adap- que e1 folleto de propaganda del oampamento había pro-
tó bicn a la cocina del campamcnto- Hecho fles: no pa- metido.
rccí cacrlc bicn a ninguno de mis compaffcros. Estos tres Esta cxpcricncia. combinada con muchas otras. me hi-
¡spccro. dc I rida de camp:Lmrnro \e con\irlierún Én cieron construir un sisterna dc croencias que mc conven-

76 77
y del pasado para obtcner información, en lugar de ba-
ció de que, en último análisis. me encontraba solo
des_
sa e en tus experiencias del presente-
Drotegido en el mundo.
' Ficomponamientn adlctiro nace a parll¡ dc esla
cre- b. UtiLjzas 1u análisis parajuzgar, categorizar y etiquetar
qu< bllena dcl com- a cada personay siluació¡ en fu vida.
cncia. He iermina.l,' por ctecr narlc
Obtiencs todo lo que puedes y con la mayor rapjdez
tomp,-rl.ito e\ un inlcnlo not c!itar 'cnli' que pucdcs, porque tc parecc quc no hay suficicnte de
1"i""i"" ¿. ai.la;icnlo ) !ergüen/a l n lLrgar de cue'a
"anuai.",a
nada.
iio"u. iu errónca' quitá te sientas inclinado
".".n"iu d. Atacas cualquier cosa que pueda amenazafc.
¡,,iiá" lo" tentlt¡i"ntos qur: ésta oausa Al invertir el srs-
lcmorcs
tcma Je pentamicnto aLlicll!o. debc' aliontal los
reconocer la rcr- ¿Te das cuenta dc cón,)o tu vida se ve limitada por
ilu..l"á"¡. sólo h¡ciendolo asr podras tcrminu' todo lo precedente? Cada vez que analizas, juzgas, catc-
áuJ, uu"'o¿o" c\lamos lunto\ y que en últirno gorizas o te defiendes, lo más probable es que no estés
lormamo, una nane Llel munLlo en lugar clc e'l¿r
qui crpericncia ran drfe- expetlmen¡anoo amor.
.l< csre Picn.a en
"a"""^¿r.
reiLe habri¡s renido si ¡ubier¡s rabido quc la meior lorma
CIIEENCIA ADICTIvA NÚMERo TRES:
,1" ,lurt d" q.t" no estabas solo fucra extendet una
"u.ntu a ;t¡o set hunano Ya nu¡ca volverias a Vi lorna e. 1¿ iúrrL\ ta. Vii "^r^t'iion(i rún.ii,nprr
mano comDasiva
corrccta,\ y se atíenen a k¡s hechos. Con objeto ¿e
."n¡a" uuiio ¿. u-oa Piensa en todas las formas y en la se tirme bíe con respecb a uí mismo, necesib ser
multitud de vcces que has erigido muros y defensas cuan- per.f¿cto todo el tiempo.
do to único que neccsitabas hacer e¡a tener un
pcnsa-

miento amoroio u of¡ccer una ca cia protectora


Al d:r¡tc
elegir enlre erigir defen_ Si tuviera un centavo por cada vez que me he aferrado
a" qu" ai"-pr" tienes que
"u"ntu más a tenq razón quc a ser feliz, sería rico.
sas y exteoder el amor, se úlcla tu culacloll
Con esta crccncia, que quizá nos sea muy dificil de
admitir, e] individuo se hace adicto a tener.azón. No te-
CREENCIA NÚMrRo Dos:
^DlcrlvA y paz ñenlal, tengo que ¡uzgttt a los ner razón produce sentimientos de vergüenza. Toda la
,i ii""u t"grrirha ¡uloestimc se basa rrrac¡onalmenle en lener razón siem-
demás 1 defenderme
pre. Se¡ algo menos que perfecto parece inconcebible.
Un g¡an po aaviooes estaba on alta mar. El coman-
En el sistema de pensamicnto ¡dictivo una persona
dante del barco, un almi¡ante, era bien conocido por to-
cree que la paz menlal ptocedc de adberirse al siguicnte
dos sus logrcs. Una noche, mientras el almirantc dormía
sistema de insensatez:
en sus alojamientos, el oficial de guardia observó una luz
a muchos kilómetros de dist¿tncia. Envió rutinadamente
a. A¡alizas a cada persona y sjtuación con cfectividad' una señal luminosa cn código morse, diciendo: (Nave en
eficiencia y exactitud basándote cn tus expe enclas

79
78
z*ztTTztrt=A**1t+¡z*r¡

t=rzt1z1zi11i¿¡1í1*+'if{#_

!ii+11:;1:721, i¡;
ili:it;=+i i=

1,1't',iitzilltit=z?¡zle{atz¿z
'ZaiZtrZTl,lZZii.1i:aliiÉii'

" 7;ztit;ilEc::
:' flV\?¿trl
'i
CREINCIA ADICIT\TA NÚMI]RO S]]iS: confiar más en mi, me dijo algo que se habí¿ guardado
La crlpab¡li..lad es inevitable, porqLrc el Pasado es real para sj mismo dLLrante doce años. Una nublada mañana
de diciembre, mientras se encont¡aba sentado cn el sillón
Esta creencia es una extensión de la precede¡te, pero ile l¿ consulta, Bill empczó a sollozar intensamcnte. Se
tambié¡ ftmciona dc forma independiente Buena pañe cubrió el rostro con las manos, intentando ocultar la pro-
de aquello que nos impide cambiar nuestms vidas es la lundid¿d dc su ve¡giienza ante los dos. Lucgo, lentamen-
creencla de que hemos llevado a cabo alguos actos en el ic, empezó a hablar Düo que hacía doce años su adic-
pasado que son tan malos que te¡emos qrre sentimos cul- ción le estaba costando mucho más dinero del que te¡ía.
pables. Esa crcencia nos mantigne empantanados en la Dúo que lamhien hccho algurra. mala. inrersionc, por_
vergüenza e impone un techo muy bajo a nuesha autoes- que sujuicio no era todo lo bueno que debiera u.uusi cle
tima, Nos sentimos sln espelanza- la adicción. Entonces, y a través dc las lágrimas, mc dijo
Veo funcionar esta creencia en muchos de los pacien- que había malversado algiln dinero de su jefe, que era
tes dependientes químicamente en l'ase de recuperación también su mejor amigo, con objeto dc paga¡ sus deudas
(recuerdo). Uno de ellos, Bill, es un alcohólico que se y co¡trnuar su drogadicción. La canlidad de dinero no
mantiene sobrio desde hace siete años Durante ese tiem- era muy grande, pero la culpabilidad que le habia produ,
po, Bill ha tenido cuatro trabajos de ventas. En cada uno cido ese acto le había afectado mucho durante doce años.
de ellos ha sido nápidamente ascendido, y sus patronos se Desde su punto de vista, había hecho algo imperdonable
sentían complacidos con su rendimiento A pesar de sus y, en consecuencia, la culpabilidad e¡a pe¡manente. En
iritos nunca:e.intió lo basta¡te bien consigo mi\mo ) rcalida4 abandorar aquel trabajo no habia tenido nada
continuó confiando en que el siguiente trabajo seria más que ver con e¡ deseo de enco¡tr¿r un mayor desafio. Fue
satisfactorio. Dunnte el tlanscurso de la terapia, Bill ha- la culpabilidad lo que le hizo abandonarlo. y algo que
bló de su carrera antes de que se hiciera sobrio. Al prin- había hecho hacía doce años le i¡npedía ahora encontrar
cipio, dijo que había trabajado para rma empresa dur¡nte satisfacción en el presente.
oÍce años, y que su consrüno de alcohol y de otras dro- A medida que fue p¡ogresando nuestro trabajo, Bill
gas nunca habia afectado demasiado a sü rendimiento. pudo perdona¡se a si mismo. Con el transcurso de los
Sus ciftas de ventas siempre superaban la media y nunca años, él y su antiguo jefe se distanci¿ron, y sólo se veían
se había visto sometido a período de prueba. De hecho, en ra¡as ocasiones. Bill se puso en contacto con su viejo
Bill describió a su ¿ntiguo jefe como uno de sus mejores anigo y lc contó 1() que había hecho. diciéndole que dc-
amigos. Afirmó que se habian criado juntn' que sicm-
] seaba devolverle el dine¡o. Ante el asombro de Bill, su
pr" fueron hermanos. Dijo que en cuanto logró ¿migo le düo que habia descubierto la malversación un
;antenenc "omo
sobrio, decidió dcjar la empresa porque creyó año después de la marcha de Bill, y que sc había sentido
que necesitaba un desafio mayor muy desilusionado en aquel momento, pcro que, a pesa¡
A medida que progresó la ierapia y Bill empezó a de todo, habia ech¿do mucho de menos a su amigo dr¡-

82 8-l
cn el sistema de pensamicnto adictivo puede ser como
rante todos aquellos años Ahora' Bill
y su amigo vuel_
despertar a la f¡cscu¡a de un nuevo día llcno dc sol des-
desprenclerse
ven a trabalar juntos, y Bill ha conscguido pués dc una larga y oscula tomlenta invernal.
por fin dc su culPabitidad.
CREENCIA ADtcrtv NIJMERo octto,
( r\r 'q aDlr l \d \l v dn\'l lt
Pl EI te]nor es real, No lo cuesf¡ones.
Los errorcs exigen.iui(io y castígo' no
correc'Ion y
El sistema de pcnsamiento adictivo sc sostiene a sí
tienr mismo co¡ esta crccncia. MienÍas no cucstlonemos el
El sistema de pensamiento adictivo es' al mismo jtrT lemor, el ego permanccc intacto- El ego crea el cstado de
o.,.1r", i f.t*fi'r. ( uJn(lo .:rccmos que debcmo' temor en nosotros y nos impide cuestiona¡ el fundamento
pemllllmo' muy
o¡rnu. r a"r"grntot ¡.rr cada rrror' noq iluso¡io sobrc cl quc se yergue. Si deseas sanar lu mente
con lr
io.o ¡'"rr.|-".(r' l-\lJ (rcencia cumbinaJa adictiva, recucrda sólo tres palabras: cucstiona el temo¡.
"-u.in
clc q.rc . lni fonn¡ c' ll correcta'
collllAtlran unl \llua-
En el transcurso de mi t¡abejo observo algunas ansje-
inlerno Cuandu
iti "n fu qr" es incr ir¡ble Él corriliclopor pequeño que sea' dades comüncs que surge¡ del cucstionamiento de los tc-
t"n"-u, orceDcia, todo efior! rnorcs. Irónicamente, el temor aument¿ co¡ kecucncia
tiene como "riuresultado juzga¡nos y casligamos ¡osotros
a
(ucndo cnlpc/¡mu- a bu5carlo. t\islc la.entJcion co
gn poco sobre el amor
-ia-or.
--^^
"on.."u"niiafaprendemos Car¡y' se aferró úur1 dc que si la puerla pcrmanece ¿bierta a nucstros
Unto un" epo"u la que rni esposa'
"n Ca<la vez
sótanos ocultos de temor. nos se[tiremos abrumados.
a una pauta ale consideftrsc como üna
estúpida
Aunquc es posible qLLe el tcmor aumente al principio, al
ouc cometia un cÍor. aunquc luer¡ pcqtlcño'
-
decia:
cL¡estionar el sistema de pcnsamiento adiclivo, luego re-
tolo con-
::i h" Dodiclo 5er lan c'tupidal " Cort eto r¡ite al rcconocer sus fundamentos i¡establcs. De hecho,
,án*u";; t"n'iit" mal y con un bxlu ni\el Je autoesliml al examinar nuestros temores es müy probable que expe-
l,io"r¿. ¿uo. cu.nta clc lo que hacíd y (on elbJs( Iiempo'
rir¡entcmos un¿ abrumadora sensación de alivio. Al ha-
f""'aa*, ¿" ¿firmar'e a 'i misma 'obrc podido s(rmás
una
l¿n blar sobrc nuestros temores oscuros y ocuitos, solemos
\ nudo -u'tituir el ";( ómo tndu'
hc
rrrojrr luz 1 reiunocimicnlo Jierca de qLllinc\ solno5 re-
.r,¡o¡¿o" pni, 50) un ser lrumano I
"ontiai.n'", cl'metemu5
alnlente. En comparación con la desesperación suby¿cen-
pn.i -í una oportulidad para aprcnden)'
"tto "" Eso le te que surgc de manteüer las cosas ce¡radas con llave y
"i.oi"";
;iil;ti; asi. .su nivel tle autocstima aumentó las ocultas, afrontar los temores es un cambio satisf-actorio.
que
ne¡mitió a su vez empezar a haccr las oosas ante En la actualidad me dedico a dar confetencias públi-
;ntes habia vacilado, como regresar a la escüela cas. Disfruto al conparfir y reir con Srupos, tanto gran_
IJna creen¡rja negativa puedc tencr ef-ectos penefantes
-Una des como pequeno.. 5in embd,go. lr. cosas nu siernprc
liobi" tod" tu vida crecncja asi puede impedirlc ha-
Jueron asi-
cer aqucll¿s cosas que deseas hacer' Inlertil una creenola

85
84
Durantc el tlanscurso dc mis cstudios' había suficien- Finalmente, pLLde estar mcnos ¿islado, pcro persjstjó
te genlc cn las clases colno para mczclarne con el resto el temor a pcrmitir que los demás se dier¿n cucnta dc
delos estutliantes y no tencr quc habla¡ con demasiada quién era yo, asi como r¡i consumo pe¡iódico de drogas.
frccuencia dcla¡te de los demás Pero' c¿da vez quc lo El iemor a ser conocido fue reaimentc lo que alimentó
hacir, el corazón m( ldlla con Ial lucl/a qu( parcci! r¡i te¡ror a hablar delantc dc los demás.
como si sc quisicra sa]ir del pecho- Temía h^bl¿r delantc Dcspués de algún tiempo me instalé en Seaftle, doncle
dc un grupo y eso era algo que evitaba a tocia costa ¡nás tarde ¡einicié mis estudios. Bstaba decidido a cmpe-
En mi primcr semestre de licenciatura seguí un curso zar a trabajar para supera mi temor Elegí a un profesor
sobre étio¿ cn el quc sólo había doce estudiantcs, todos muy compasivo con quien compaltir t¡i lucha interna. Al
los cuales parecían ser b¿stante at'ables. El profesor era hacer cso, di el primer paso hacia mi propia curación. Fi-
un hombrc amable, que hablaba con suaviclad. Esos hc n¡lmenlc, volví a la antigua escuela, donde pasé varios
chos no doblegaron mi tcmor irracio¡al a hablar delante años, crccicndo. Deiar atrás mi tet¡or no lue rápido ni
dc los demás. En esa clase no me podía mezclar con los sencillo, pcro tomar Ia tlecisión de afiontarlo, en lugar dc
otros y pasar dcsapercibido, y mc senlia muy incóÚodo echar a corrcr rntc él lue (l rnumenlo dccr,no para mi.
A mitad del cLtrso, cada estudianle tenia que ofrecer una Todavia sicnto algunos cosquilleos en el estónago al te-
breve presenlación. Mi ansiedad aumontó a mcdida que ner que hablar antc los demás, pero he descubicrto que
se acercó ese dia. Avcrgonzado por cl hecho de tener deju que los demás vean quién soy, es la mejor fonna de
mieclo, mantllve ocullo mi propio miedo Llegó el dia en conocerme a mi mismo, Ocultar mis temores no hace
que luve que ofrecer n]i prescntación. Me senti hoÍible sino hacerlos crecer. po¡que eltonces empiezan a alimcn-
Ju¡rntc el dra y aqucllo- cinco minulos mc p lecicron ta$e por si mrsmos.
corno crnco hora., I-uc, verd:rderamenle. un¡ c\pelicncia
aterradom. Mi ansicdad aunrcntó antc el pensamiento de CRL,!,NclA A¡lcrtvA NúMERo NUEVE:
que qui./ó ru\icrJ quc pr¡$r Por e'¿ mismc c\p(iicncia Otras personas son rcsponsables por cómo ue siento.
otao, sin atrcverme a cspecular acetca de La situac¡ón es lo que dektrni d mi e\perwncu.
"n ",,aao,,
cuántas veces sucedcria eso. Finalmente, el temor se hizo
tan grande que abandoné la cscuela, cn lugar de verme He aqui el núcleo del jucgo de culpa del ego. Esta
obligado a hacer otra presentaclon. creencia producc un mundo en el que se cree que la paz
después de abrrdonar la escuela, ni ya bajo nivel dc mental sc alcanza por suerte, no pol elección conscientc.
autoestima descendió todavía más. Plonto me cnconlté Si tc encuentras en una sitLLació¡ f¿vorable, crees quc has
viviendo a solas cn una pequeña ciud¿d ¡emota' y aceleré tenido suede y te sientes feliz. Si nos encontran'ros en
mi consumo de drogas. Mc converti en un retraído, re- una (mala)) situ¿ción, creemos que no tcncmos otla al-
cluido de¡tro de mí misúo. Jamás me habia sentido tan lernativa que sentirnos desgraciados. En cualquier oca-
solo. sión que digas: (Si tal y tal cosa fuera diferente, seria fe-

86 87
li¿), estás funcionaído a partü de esta creencia adictiva. qurer caso- pcrdemos. porque pasamos por alto cualquier
Da¡te cuenta de ello fe permjte empezar a lnvertf este sensac¡ón de unión. de coÍextón o de estar ¡unlo con
comportamiento adictivo. otros. Piensa en el alto ejccltlivo de <éxito, o-ue oa¡ecc
tenerlo todo y. sin cmbargo. se siente solo sin amor
Tú r ismo cres la única p€rsona resPonsable )
Aurque hay ciertamente muchos ejecutivos que se sien-
de cómo le sientes. ten sat¡sfechos consigo mismos, también hay otros mu-
chos adictos al trabajo y/o alcohólicos- A veces. Ia sole-
En el sisl€ma de pensamiento adictivo se tiende a dad y la desespe¡ación son tan fuertes que la ú¡ica
echar la culpa a ot¡os y a las circunstancias por el dolor y opc:on que ven es el suicidio.
la desgmcia que se percibe. Esta pauta puede llegar a ser Afortunadamente. cada vez sc crean más cmDresas
compulsiva. Muchas personas químicamente dependien- que se basan en la cooperación mutua y el reforzamiento
tes me han dicho en numerosas ocasiones: (Si mi matri- del sentido del autovalor dcl empleado, independiente-
monio (trabajo, coche, relación con los padres, etc.) fue- mentc de su habajo conc¡eto. Eslas empresas fu¡cionan
ran mejo¡es, no tomaría drogas). Y los codependientes sobre el principio de ganar/g&ra¡, en luga¡ de hacerlo so-
me han dicho con frecuencia: (Si mi esposa cambiar4 bre el de ganar/perder. Su objetivo consiste en crear am-
podría se¡ feiiD. bientes en los que todo el mu[do sea tratado con respeto
Para cu¡a¡ la mente adictiva tiencs que acept¿r 9l he- y dignidad.
cho de que no es la situación lo que determina tu expe- La unión, la conexión y el estar juntos con los demás
riencia. En tu vida siempre se presentan alternativas, pero son conceptos extaños para el sistema de pensamiento
tenemos que aprend€r a recoriocerlas. Cada uno de noso- adicrivo. En lugar de eso. la mente adicliva se encuentra
t¡os determinarnos qué c¡eencias deseamos abrigar en en r¡na batalla consta[te con su ambiente, y nunca se
n¡¡est¡a úente. Y es a partir de esas c¡eencias de donde siente en paz, en ningún momento. El sistema de pensa-
sü¡ge tu experiencia. miento adictivo define el éxito en téminos de los cuer-
pos que se dejan en la cuneta del camino hacia la cum-
CREENCTA ADTCTIVA NúMERo DrEz: bre, y en cómo se compam uno con los demás.
Pam alcanzor ¿xito en este mundo lengo que
e lrcütarñe con los demát La p¿rditla de otro CÍLEENCIA ADICT¡VA NúMERo oNcE:
constituye mi ganancia- Necesito algo o a alguien fuera de mi mísmo para
scr completo yfeliz.
Cor esta creencia, la autoestima procede de la compa-
racióí que establecemos con otros. Cuando nos vemos Incluso cuando estamos en el sistema de persamiento
atrapados en el ciclo dc las compa¡aciones, siempre nos adictivo tenemos la débil sensación subyacent€ de oue
seniimos superiores o inferiores a los demás. En cual- nos falra algo. de que liene que haber algó más en la vida

88
89
que dejarnos arrastrar de un lado a otro por nuestns droga. En la brísqueda compulsiva de complacer a los de-
adicciones. Adecuadamente percibida, estoy convencido más podemos llegar a abandonar lo que somos, perder un
de que esta sensación es una sed espiritual, un conoci- sentido de nosotros mismos, un sentido de identida4
miento inteno y profundo de que hay algo más grande apaÍe de complacer a la otra persona. Esta creencia for-
que nosotros mismos. En el sistema de pe¡samiento ma parte do la codependencia.
adictivo se reprime esta sed espiritual Al haceilo así, en- Puede dar lugar a coofirsiones: ¿qué significa compla-
tramos cn una interminable búsqueda adictiva de la feli- cer a los demás y qué es ün acto de amabilidad? La res-
cidad fuem de nosotros mismos. puesta depende de tus jntenciones y expectativas. Si ile-
Mientms tengamos la croencia de que necesitamos de vas a cabo un acto de compasión con un sentido de tu
algo o de alguien para ser completos, no podemos expe- p¡opia totalidaq es un acto de amabilidad en el sentido
rimentar una verdadera intimidad. Somos capaces de inti- de un servicio. A la inversa, si ¡ealizas el acto porque
midad cuando podemos ent¿blar rclaciones sabiendo que complacer al otro es la única foma que conoces de se¡-
somos completos y deseando compartir abierta y hones- tirte bien contigo mismo, su actitud te conducúá a la
tamente 10 que somos. Eso no puede sucede¡ cuando adicción y la desesperación. En resume¡, no es necesa-
nuestro propósito fundamental en una telación consiste riame¡te el acto lo que determina si una persona se com-
en llenar las catencias y satisfacer las necesidades perci- porta de una forma codependiente, sino la motivació¡ y
bidas que creemos tenet la creencia que hay t¡as el acto.
Del mismo modo, no podemos expe¡imentat nuestros
propios ienlimientos y erplorarno. a no"o1ro. ¡i5mo. si CR¡ENC]A ADICTwA NIJMERo rREcE:
buscamos compulsivamente la felicidad en las posesio- Puedo cofitrolar el comportamiento de otras personas.
nes, las sustancias o las personas. Si queremos rcgresar
al rccuerdo de lo que somos, tenemos que eleglr cons- Esta creencia nos conduce a tratar de controla¡ com-
cientemente empezar a mirar dentro de nosotros mismos. pulsivamente a ohas personas y situaciones. A menudo,
Mienras no lengaÍroc cl ralor de dar ese paso. seguire- la persona que abriga esta c¡eencia se siente tensa y
mos engañá¡donos a nosotros mismos, en pos de un es- teme perder el control. La fuerte necesidad de controlar
pejismo tlas otro, pala encontrat sólo arena. a las porsonas y situaciones puede p¡oducir ulceras y
migrañas. La adicción al control puede lleg¡r a ser tan
CREENCIA ADtcIvA NúMERo DocE: intensa que la persona es incapaz de descansar o ¡ela-
Mi dutoestima se basa en complacerte. jarse.

Se trata de una creencia capaz de causar interminables No pueden producirse al mismo tiempo la necesidad
ciclos de comportamiento adictivo. <Complacer a los de- de controlary el tener paz mental.
más> puede ser una adicción tan fucrte como cualquier

90 9l
habitación porque tcnría que ella pudicra empezar a bc-
Quiencs ticncn esta creencia a rnenudo ven a los ber de nucvo. Después de cüatro días, Ja¡ice logró aban-
miemb¡os de su familia como extelriones cle sí mismos;
donar la casa a las dos de la madrugad¿ pero, al hacerlo,
si un niño se comporta mal, o una esposa se viste con mal
despertó a Howard. Entonces, echó a coüer y su esposo
gu\lo, \r L,Iomcr) como algo pcr.onal. Quicrcn.l\egura¡-
la siguió de cerca. Un vecino llamó a la policía, quc Jos
ie dc que los miembros de la f'amilia satisfácen ciertos ni- intcrceptó cuando floward trataba de arrastrar a Janicc de
veles. Pe¡o esos nivelcs laras veccs se satisfacen de u¡a
rcgrcso a casa,
lbrma corlsistente, por lo que las situaciones embar¿zo-
Pocos discutirian que la neccsidad de Howard de con-
sas, lo rcrgüeva y cl l(mof son \us con\lanlc\ compañe-
trolar a Janice se habia convertido en Lma adicció¡, hasta
ros. Pa¡a compensar estos scntimientos, pueden mostrarsc
el punto de que actuaba de una fbrma totalmentc irracjo-
excesivelnente preocupados por sus propios logros
nal. Pcro esta histo¡ia ilustra las lases finales dc la ne-
Aquellos que abrigan esta creencia sólo cucntan con
cesidad adictiva de control¿r ¿ otra persona con tal de
la posibiljdad de expcrimeiltar mofientos fugaccs de una
sentirsc scguro. Probablcmcnte, las semillas de este com-
Ielicidad tenue. Si las cosas salen <bien>, sólo es uüa portamicnto habrían podido dctcctarse quincc años antes,
cucstión dc tiempo que alguien haga nuevamente algo
cuando Floward dijo algo así como: <Vamos, querida,
que les señale el hccho de que, en realida{ no pueden
controlar cl comportamjento de los demás Eso sólo tiene ¿Iro crees que ya has tomado bastante por esta noche?).
tsn esta tiasc aparentemente bcnigna se refleja la creen-
como resultado un inte¡to cada vez más descsperado por
ci¿ de que controlar a otra persona es u¡a posibilidad, y
controlar a los demás.
qu( deberíanrns ser capaees de haccrlo a.i
Howan! el esposo de una pacicnte mía, tenia L¡na ne-
Lo único quc co¡trclamos realmcnte son nlrest¡os pro-
ces;dad compütsiva de controlar a sü esposa, Janice, que
pjos pensamicntos, crcenci¿s, sentimienlos y comporta-
tuvo que somctelse a un progtama p¿ra paclentes lntet-
miento- Tencmos qr¡e dejar de intentar controla¡ a los de
nos con objeto de tratar su alcoholismo. Howard ¡o quiso
más si queremos cncontrar la felicidad.
participar e¡ ei programa porquc estaba convencido de
que, como hombre, deberia poder controlar a su esposa
Como no podia, creía que eso se reflejaba mal sobre é1.
Las dos Jitrmus de comun¡caciót!
El pcrsooal dcl programa intentó cn repetidas ocasiones
pone$e en contacto con é1, pero se negó- Janice sabia
que su ¡eción alcanzada sobiedad se veria puesta a prue-
Al lccr sob¡e el sistema dlr pensamie¡to adictivo, es
posible qüe te hay¿s sentido confundido, liustrado o abru-
ba al regresar a casa, a pesar dc lo cual dccidió hacerlo
mado. Quizá te preSuntcs cómo podrías cambiar, o qui-
zá a alguien que haya en tu vida.
Lo que succdió fue asombroso. Ctando Janice regresó
El sistema dc pensamiento adictivo cs una voz alta e
a casa, Howard la ence¡ró inmediatancnte e¡ una habila-
implacablc. Sin embargo, por debajo se encuentra la voz
ción. Le llevaba la comida, pero no le pcrmitía salir de la

93
92
tranqLlila, serena y siempre presente del amor. Nuestro rnanera cariñosa y sin juicios, permitimos que las defen-
primer paso para deshacemos del sistema de pcns¿mien- sas se dcüumben tranquilamentc- Lo que está diciendo
io adictivo cónsiste en ¡ealiz¿r un esfuerzo para escucha¡ en ¡calidad la peNona adictiva cs que tiene miedo y ne-
la voz pacífica y serena del amor, en lugar de los rugidos cesita ¿rmor Nada más y nada menos. Cuanto más poda-
del ego, el sistema de pensamiento adictivo La intención mos escuchar esta llamada de amor, en l[gar dc identifi-
dc escuchar la voz d.:l amor es una herramienla muy po- carno\ con lo. ¡sallo. rerbales ¡ Ios com¡orlamientos
derosa. Como succde con un río, acabará superando cual- neg¿tivos, mayorcs probabilidades te¡dremos de penetrar
quier obstáculo. a través de Ios muros de la adicción.
Cuando intcractúas con otras personas que luncionan Un proccso llamado inte¡vención es una fbrma pode-
a partir del sistema dc pensamicnto adictivo, sus defensas rosa de comunicación cariñosa. En una jnlervención, los
v actitudes pueden causarle la inrpresión de que son Djembros de la f'amilia y los amigos de una persona
como puercoespines: cuando tratas de acercartc' sus púas adicta sc reúnen y, con la ayuda de un ascsor, y de una
te pinchan dolorosamente. forma cariñosa y sinjuicios confrontan a la persona adic-
La comunicación puede parecer muy complicada y, ta con hechos sobre su adicción. La intervención utiliza
sin embargo, es en realidad muy scncilla Estoy conven- el amor pam penetrar a través del sistema de ncgación
ciJo de que sólo ha¡ dos forma. dc comunicación del adicto. Estoy convencido de <¡ue la expresión del
La primera sc basa en el amor, y en ella se extiende amor nunca cae en oídos sordos. El amor, como mimmo,
amor y compasión hacia ti mismo y los demás. La segun- cmpieza a abrir el corazón.
da forma de comunicación se basa en el sisteúa de pe¡-
samiento adictivo; se actua a la defensjva, aunque en lo
úás profundo se aniela el amo¡ En resumen, Ias dos for-
mas de comunicarse son: l) extendel el amor, y 2) hacer
una llamada para rccibir amoL
Los que se aferran al sistema de pensamiento adictivo
tienen tanto miedo, que han e gido muros a su al¡ededo¡.
Si ohos atacan esos muros a partir de su propia cólcla, lo
ú¡ico que hacen es reforzarlos y espesarlos. Ni un mañi-
llo pilón es capaz de deshacerse del comportamiento
adictivo. El amor es la única fuerza capaz dc penetar los
muros del sistema de pensamiento adictivo
Ser canñoso no significa se¡ sólo dulce y amable, o
pa$r como dc punlilla' por aquellos lemas quc nos in-
quietan. Al afirmar lo que sentimos, y hace¡lo de Lüla

94
$
I El anor es tu hogar
y esperu tu invitac¡ón.

U a rez Erc hdyas visfo el amor dentrc de tí mkmo,


lo wñs en todas partes.
Eso es porque, símplemenle, no hqt lugdl
4. La estructura del sistema de al que pue.das mírar donde no encuentres amor.
oensamiento basado en el amor Es imposible para tu mente servir a dos objetivos a la
vez. Por ejemplo, decir que deseo paz mental al mismo
tiempo que mantengo un motivo de rencor por algo que
sucedió la semana o el año pasado. Si veo algún valor en
Desde un lugar de paz, la mente puede empezar a per- manfener ese motivo de rencot, mi objetivo no puede ser
mitir que el calor del amor funda las ilusiones del temor realmente el alcanza¡ la paz mental, ya que ésta será im-
y de la culpabilidad. No podemos sanar nuesha mente posible mientras siga viendo un valor en el pensamiento
adictiva mientras nos hallemos atrinchemdos en el temor basado en el temol propio del sistema de pe¡samiento
y el conflicto. Sería como tratar de salir de un rompeca- adictivo. Uno de los propósitos de este libro consiste en
bezas chino de cuerdas, cualto más se eslira de ellas, aumentar tu compromiso con el a¡nor Al empezar a de_
más se anudan. Tmtar dc superar el temor desde un lugal'
de temo¡ no funciona. EL SISTEMA DE PENSAMIENTO BASADO EN EL AMOR

E k1 trunquíli¿ad empezdmos
a ¿¿,cend"r haiia la, frolun¿idad^ ¡1¿ na,otlo, n¡5no5
do de enco tramos el recuerdo del dmor
que nos espera imperturbable.
Al eficontrar amor dentro de nosotras
empezamos ¡t compaú¡r MOMENTO
nueslru plenitud con los demas. PRESENTE

La paz es do de nos esper¡i el amoa


íncólume ante el tíempa,
no afectado por la culpabilidad que hiciste
j creísle inevitable.
96 97
sear sólo amol) cmpcza¡ás a ver sólo amor El sislema dc A menudo, cstos mensajes son encubiertos y sc rcla-
pensamiento b¿sado en el amor es así de simplc. Lo únF cionan con aspectos de los que no se habla, o dc los que
co que te pide es que bajcs las dcfensas dcl sistema de sólo se habla indireot¿urente. El mensaje de (Te amaré
pensamienlo adictivo y cxtiendas la lnvitación al amor. si...) sc relaciona con freouencia dc una forma más di-
Sabiendo lo que sabes sobre el tcmor, ¿,cómo puedes nc- recta con tcmas sensibles, corno el sexo. En mi propia fa-
g¿rte a est¿ petición? milia, mis dos progenitores fueron basta¡tc abiertos en
cuanto al sexo. y po¡ ollo me siento agradccido. Pero, al
En este capitulo se analizan los cllatro aspeclos tünda mismo tiempo, hubo expectativas no expresadas acerca
mentales del pensamicnto basado cn el amor, y sc pre_ de lo que yo debía o no debía hacer o ser. Uno de esos
senta ese pe¡sarnicnto como la altcrnativa pacífica a vi mensajes tuvo que ver con la homosexualidad.
vir en el conllicto de la adicción. Tuve la imprcsión de que mi madre se habaía sentido
ta¡ desilusionada quc incl|.rso habría muerto si yo o mi
Si sc comparte el amor, ¿,cómo encontra¡lo excepto a hermano hubiéramos rcsultado ser homosexualcs. Eso
fravós de sí mismo'l Of¡écelo y vendrá a ti porque me fue transmitido indirecfamente de muchas formas.
es atr¡ido hacia ti mismo. Pero oficcc ataque l/ el amor Resulta interesante observar quc mi madre tenía muchos
pcrmaneceri ocuho. ¡ues sólo puedc \ ivir en amigos y compañeros de trabajo gaf que acudían con
Ia paz. Un Curso de Milagns ñecuencia r nu(slra c¿sa. Siem¡rc sc mc en\eñó a acep-
tar a la gente. Sin embargo, no tuve la impresión de que
esa aceptación y punto de vista liberal se aplicara tam-
Sobre el amor bié¡ a mi hermaüo y a mí en 1o relativo a la sexualidad. {
Aunque tanlo mi hermano como yo somos hete¡osexua-
Muchos de nosohos creciúos en familias do¡de el les, cuando yo tenía unos diez años de edad ocur.ió lo
mensaje no explicitado e¡a: (Te amaré si haoes lo que siguiente y, como resultado de es¿ experiencia, mantu-
deseo que hagas). Esc mensaje hace quc un individuo ve una culpabilidad y una vergüenza ocultas dumnte
piensc que o bien no sc merece amor, o que debe com- años.
placer a los denás con objeto de ser amado. Un día, un amigo y yo estábamos forcejeando en bro-
Aquello. de no\ntros qur recrbirno' esc rncn.aje rm- ma en mi casa, después de la escuela. Mi hermano mayor
pczamos a creer qu(] si mostrábamos a nuostros padfes practic¿ba la lucha libre, en la que destacaba, y yo anhe-
todo 1() que habja cn nosotros, incllLidos nuestros pensa_ laba hacer lo mismo. Mientras mi amigo y yo lbrcejeába-
micntos oscuros y ocultos, se amos rechazados, En con mos sobre el sue1o, nos acariciamos momentaoeamente
secuencia, aprcndimos a mantener ooultos cjerlos scg- el uno al otro. Los dos nos sentimos conmocionados y
r¡entos de nosohos mismos, con 1a csperanza de poder asustados, y él se rnarchó riipidanente a su casa. Aproxi-
set amados ple¡al¡ente. madanente una hora úás tarde, mi madre entró en mi

98 99
fffq#r:**ffi
Ij*;E:,{iü n#-J:l?,x:;i', ".,. impres ión de
"
ll"r:*':mnli{'.,iii,*i
:*n}tn*g*+*5rwr***
i:ir"j",:;:iü:'ffi
,,'Hmm*r:lht
il:::lll J:ff fr1'tr#fi#':"itrjT',¡#Jffi
li iiiiffj

****t''tl;t{#ii",p}:*#{r,:.{,pl

*:'ffi***;*$#,ffi*erug I

tr#-'lffrir*.iir*##",*fu* trffiili'H,il¡:ttr¡ffir'ffi

-i,*ffi **-ffiruffi
**
r00
trfl,:il.ffiil:",'l}j*}?h:dffi
l0l
Disfruto descubriendo cxquisitos muebles antiguos de fo¡mación de un ciclo vicioso de temor. En el sistema de
madera recubie¡tos con numerosas capas de pintura. pens¿rmiento basado en el amor, en cambio, buscamos
Cuando mc encuenho con lLna picza asi, no mc preocu- dentro, pasamos a travós y más allá del temor para cn-
pan las capas de pintura, sino cl hermoso roble, pino o ca- cunhar el amnr. Al \cr el aml,r cn nu\otro\ mi¡rnor rm-
oba que hay por dcbajo dc la vieja pintura agrietada. pezar¡os tambión a verlo en otÉs parles. La mirada de
Micntras desprcndo suavenente l¿s capas de pintuta, lle- un niño, la caricia de un ¿migo, o incluso un grupo dc
vando cuidado de no dañar la madera, queda al descubier- gentc dcsconocida: todo ¡os recuerda cl amor. Vcmos el
to lo que hay por debajo. Quitar la pintura constituye un amor (rn todas pañes porque esta cn todas partes. Una
trabajo largo y ledioso. IIay molncntos en que ia madera vez quc el amor ha despertado en nucstros corazoncs,
tirne realmentc pcor ¿sfcclo quc cuanrlu cmpecé. y Inc nos damos cuenta de que no hay lugar donde no exista.
siento lentado dc abandonar el proyecto. A veces, simplc- Podcmos negar la presencia dcl amor, pero eso lo lo
meüte, neccsito tener f¿ en la idea de que, co¡ un poco hacc desap:uecer Espera pacicntcmente a que le abÉ-
más de trabajo, veré la made¡a original y hen¡osa. Una mos los ojos y los corazones. Cuando vemos oscuridad y
vez quitadas las capas de pintura, suelo necesita¡ cuidar odio, es como si vjérar¡os la vieja pintura de un mueble.
de la madcra, porque está astill¿da o es l'ulne¡ablc a la Siempre podemos elegir cntrc ver oscu dad o luz, del
humedad o al aire seco. Después de aplicar un poco de lnismo modo que podemos clegir entre ver la pjntüra o
barniz, acabo encontrándome ante un mueble rnagnífico. la mader¿.
Lo mismo sucede con el hecho de moversc desde el El primer paso hacia un aumento de nuest¡a expe on-
tcmo¡ hacia el amor. No te preocupes por las capas del cia del amor consistc cn cmpez¡r a entleoar nüestra mcn-
tcmor y la oscurid¿4 agrieladas por años dc culpabilidad te para que pase por alto las ilusiones de la oscu¡idad, la
yjuicio. Mira por debajo e imagina la bcllcza que espen pintura, creadas por el sistema de pensanlicnto adiotivo.
a scr üe.LubienJ. Debe'.aber quc no \a r \cr necesarir- El amor se encucntrajusto más allá. Elnpieza por confi¿r
mcnte un proceso lácil o indoloro, pcro. dcsde luego, en una parte más profunda de li mismo, dale la oporluni-
scrá rico en sus recornpensas. Cua¡do mc dcdico a quitar dacl de surgir a ]a luz y de ser ella miura. Confi¿r supo-
capas de pintura de los muebles, no me tÜo cn los ¡estos ne dar Lú salto de fc, pues el temor nos dice que si llira-
quc van cayendo ¿l suelo, sino que los tiro a la basum. mos dentro de nosotros mismos ¡o nos gxstará lo que
No me sirven para nada. Del mismo modo, despróndctc veamos y, desde Juego, no le gustará a nadic. Tenemos
de tlls temores. ArrcjaLos oolno pintura vieja. No tiencrl quc empezar po¡ conñar cn nuestra vida intcrior. en
ningún valor par¿ ti en tu pensanienlo basado e¡ el nuestro guia interior, pues cs asi como descubrircmos el
¿mor. recuerdo del amor
tsn elsislema dc pcnsamiento adictivo buso¿mos
compulsivamenle la feliciüd cn la gente, las cosas y las
sustancias; ese prooeso siempre ticnc como rcsultado la

102 103
Sobre el momento presente una luz nueva. Experimentamos una sensación de nove-
dad, de liberación y alivio. No hay varas de mcdir exter-
Cada vez elre te aferras al pasado nas al momento presente que dctcrminen la ¿utoestima;
o que te PreocuP¡s por cl luturo, sólo hay amor qr¡e reluce en ti y a tu alrededor. Al eiec-
estás mirando hacia ninguna parte, tuar este cambio en nuestra percepción del tiempo, una
)l viendo cosas eue no esián ahí, se¡lsación de paz entra en nuesta vida.
En mi propia vida dcscubrí una pa!¡ta de pensamiento
En el pcnsanicnto basado en el amor vas más allá de adiciivo que se producía como siguel
ver el tiempo como algo lineal y, en lugar de eso, enfocas
la atención sobre el momcnto presente. Tmagínate por un l. Cuando u¡a situación se p¡esentaba en mi vida, acu-
momento de qué forma tan alifcrentc te consideraÍías a ti
dia a mis bancos de memoria para dete¡minar si cra
una situación (buena) o (mala).
mismo si te desprendieras de todo tu pasado que utilizas
como combustible para alimentar los fucgos de la culpa-
2. Si, basándome en el pasado, la catalogaba como bue-
na, procedía a actuar de una forma que, habitualmen-
bilidad y la cólera. Te verias entonccs a ti mismo en la
re, reiulraba en una erperienci¿ .po5¡liva,.
pureza del momento presente, y lo que vcrias sc a amor.
3. Si decidía que era una situación mala, me enojaba, y
Quizá no hayas cuestionado nunca ver el tiempo de
siemprc tenía un¿ experiencia (negativD.
una fo¡ma lineal y, en consecuencia, el hecho de pa¡tici-
par sin pensarlo en un úundo gobernado por el rcloj. La Al obseNar esta pauta, empecé a da¡me cuenta de un
gcnlc p¿rece forcejear ,iempre con el riempo. ) r¡ta hecho importante. Había creído que estaba reaccionando
constantemente de derrotar ¿l reloj. Cu¿ndo conocemos a ap¡opiadamente a cada situación, cuando, en ¡ealidad, no
una persona, tendemos a valorarla en términos de 1o quc era así. Lo que hccia er¿ reaccionar anle mi pcrcepción
ha hecho o dejado de hacer en el pasado. Cuando respon- de la sinración. basrindome para ello en mi memona
dcmos a un anuncio sobre un puesto de trabajo, cnvia- Nu¡ca se me ocurrió pemar que aquello que yo creyeftl
mos un rcsumen de lo que hemos hecho, una lista dc sobre la situación estuviela determinado por la experien-
nucsto pasado. De hecho, podemos lleg¿Lr a determi ar cia que había tenido. Descubrí que me resultaba tan fácil
nucstro propio autovalor al observar l¿ crónica del pasa- crear una expe encia positiva como Íegativa, indepe¡-
do quc tcnemos archivada en nuestr¿ mente. Como socie- dientemente de la situación. He llegado a creer que:
dad y como individuos contempl¿mos lo que hemos he-
cho o dejado de hace¡ en el pasado, en lugar de afirmar No hay situaciones <buenas¡ o <malaso:
lo que somos en el prcsente. todas las situaciones son, simPlemente, oPortunidades
Cu¿ndo centramos la atcnción sobre e] presente, la Para aPrendei.
venta-na dc nucstras percepciones cambia radicalmente.
Lo que hagamos de cada situación, dePende de nosotros-
Empczamos a ver el mundo y a nosolros mismos bajo

104 105
Hace algunos años regresaba a casa dcspués de haber venciéndome a mí misl¡o de que ésta tambión tendria un
Dasado unas vacaciones en Móxico. Mi vuclo cra desde resultado malo.
ciudad de México a San Francisco. En aquel tiempo, c¡ Después de este autoconvencimiento n€gativo, lo sF
el aeropuerto dc México los pasajcros eran transpoftados guicnte que hice me sorprendió. Me detuve y mc dijc:
en autobuses desde las terminales h¿sta los aviones. Al (Espcra u¡ r¡olrlento, gsto no tiene por quó scr malo>
dirigirme hacia mi autobús m( hallaba preocupado por Respiré profundamentg, cerré los ojos y pedí a mi guía
mis pcnsamientos y no presté mucha atcÍción a lo que interior que ¡ne ayudara a cambiar mi perccpción de la
me rodcaba, aunque seguia los cartcles. Subi al autobús y situación.
luego al avión. Cuando el aparato ya sc dirigía hacia la AI abrir los ojos mc d¡ cücnta dc quc la gente que me
pista de despegue, la azafata dio la bienvcnida a los pasa- rodeaba se habia pucsto frcnótica. Antes dc eso' mc ha-
jeros a bordo, en vuclo, según dijo, a Nucva York vía bía se¡tido tan prcocupado por mi autoconvenclmlento
Houston. Me quedé boquiabierto. Yo qucria ir a Sao negativo quc ni siqu¡cra pude pcrcibir oon exactitud lo
Francisco, no a Nueva York. Durante un rato mc dije lo que mo rodeaba. Resultó que el chófer del autobús nos
siguiente a mi mismo, y vale la pena obseÍvar córno pasé había llevado crróneamcnte al avión equivocado. Empecé
de culparme a mi mismo a pensar en lo estúpido que era, a ccharrne a reir, como hizo la persona sentada a mi lado
a echarle la culpa a los demás, para, finalm€nte, preocu- Rcgrcsamos hacia la tcrminal y fuimos conducidos al
parmc por el futuro, lodo lo cual me produjo vergüenza y avión correcto. Luego, resultó que la persona sentada a
azotamrcnto. mi lado y yo mantuvimos una con\'ersación nlL¡y inlere-
sante durante todo el vuelo. Así, pude disftutar y deja¡-
¿Cómo he podido ser tan estúpido para haber subido
al avión equivocado? No puedo creer que haya hecho me llevar, centÉÍdo Ia atención en el momento prcsente'
algo así. Esto va a ser horrible, como todas esas otras Cuando había mir¿do al pasado para detcrminar cómo
ocasiones en que he hecho cosas cstúpidas. No puedo debia reacciona¡, había vjsto algo que estaba lejos de pa-
creer que esa imbécil de azafat^ ni siquiera mirara mi bF recerse a la situación actual De modo similar, cuando
llete. En realida4 la culpá de todo la tiene est¿ línea aé- me habia preocupado por el futuro, ni siquiera habia sido
rea tan inco¡npeteDte. vaya, me voy a eñco¡ha¡ en una oonsciente de la presencia de mi comPañero de asiento
situación muy embarazosa al tencr que admitir quc hc Al ser tansferidos de uri avión a otro observé que la
subido al avión equivocado. La gcntc me va a espera¡ cn senle tenia, básicament€, dos expenencias. Algunos gru-
el aeropue¡to dc San Francisco. A mi me gusta parccer iían y se mostraban enojados por el inconveniente, y ha-
perfecto. ¿Cómo voy a explicarlcs una acción tan cstúpi- cian coment¿rios sobre oonexiongs de vuelo a las que lle-
da por mi parte? garian tardc y otras cuestiones similares. Otms personas,
Como puedes ve¡ acudí al banco de mi mcmoria del la minoria. rrarecieron tomarse a bien la situación, como
pasado y comprobó si había ot¡as experiencias simil¿lres. \o mismo estaba aprcndicndo ¿ hacer Entonces. obser\é
Encontré esas cxperiencias y luego corri con ellas, con- c la gente enojarJa bajo una luz dlferentc Me di cucnta

t07
106
dc que la única diferencia entre la paz mental y cl con- cra! yo y mis compañeros nos vimos obligados a afron-
flicto consistía en la lente a través de la cual cada perso- tai constantes avalanchas. Casi a cada hora sc nos prc-
na miraba la situación, y la clccción de csa lente depen sentaba una avalancha potencialmentc mortal. A1 princi-
día por completo de cada individuo. Me alegró de estar pio, surgió la lentación dc preocupamos por la siguiente
aprendiendo a elegir la paz mental, el momento presente. avalancha. Pero preocuparnos podía matamos, porque
Al aprender a aceptar cosas que no tenia la posibiJidad cso nos dcjaría sin energia para hacer lo que necesitába-
de cambiar, cncontré paz mental. mos hacer La clave de nueslra supervivencia consistjó en
centrar la atcnció¡ exactamente cn lo que hacíamos
EL R¡NDlMttN'to NL4xtMo y EL MoMENTo PRESEN]E cuando teniamos que hacerlo. Nuestra silL¡ación exigía
que nos aferráramos al momento prescnte. Si yo pensaba
No hacc mucho, los investigadores sc i¡teresa.ron por en el día siguientc, o en el día ¿nteriot me veía p vado
eL rendimiento máximo- Los científicos y psicólogos en- de la energia neccsaria para seguir adclante. Mira¡ hacia
t¡evistaron y observaron a los atletas que parecían ¿lcan- el pasado o contemplar el futuro me privaban de mi ca
zar sus niveles óptimos de ¡endimiento. Buena parte de pacidad de concent¡ación y de permanecer alerta, y ha-
lo que aprendigron de ellos se aplicó más tarde a perso- bía hecho que mi mento estuviera demasiado cansada y
nas que no eran atletas. Parece ser que exisle un hilo pteocupada como para aliontar cualquier nucvo peligro.
conductor que corre por la capacidad de alcanzar niveles nl-as tardes y las noches eran momentos dificiles.
óptimos de rendimiento, ya sea en el atletismo, en las re- Nueslras mentes deseaban vagar y, sin embargo, necesi-
laciones o en el trabajo: tábamos pennanecer alcrtas y ale¡ios a una variedad de
tarcas. En la oscuridad, todos nosotros llLchábamos con- I
Cuando cenlr¿mos Ia atcnción en el presente, nos movemos, tra nuestros propios demonios quc tratabao de obtener lo
pensamosy actuamos a niveles superiofes que cuando mcjor de nosotros, como pequeños parlanchines de prco-
nos sentimos preocupados por pensamientos o imágenes cupación capaces de destruir nuestra capacidad paaa con-
netati!"s del pasado o del luturo. centramos. Si yo me hubiera permitido apartame del
"abora", no sólo habria corrido un güve peligro, sino
Un amigo mío, el doctor Curt B¡ikson, ha sido psicó- que también hab a puesto en pcligro a los demás. Nos
logo del depofte para el equipo olímpico. Ha co¡rido mu- con\,ertimos en un equipo totalmente entregado al mo-
chas aventuras en su vida, incluida la ascensión al Eve- mento plesente. Nos controlábamos y ayudábamos los
rest. Cult compartió conmigo la siguiente nanación de unos ¿ los ot¡os a nantenemos alefia. El permanecer
una experiencia que tl¡vo en el Himalayal atentos al momcnto era, de una forma muy real, una
(En 1985 tuve la oportunidad de participa¡ como cuestión dc supervivencia. Al permanecer oricntados ha-
científico del deporte cn uoa ascensión al Himalaya. cia cl presente nos sentimos más unidos, y todos ¡ogra-
Mientras nos hallábamos acampados en 10 alto de un gla- mos bajar de la montaña.)

I08 109
No hay mayor limite que tc puedas imponcr a ti ¡¡is- respiración. Aunqüe ésta debe ser natural y no forzada,
mo que los pensamientos adictivos. A contimración se cs útil respirar plena y proñrndanenle, llcnate ei pecho
exponen alSunos ejemplos de pcnsamicntos adictivos y la zona abdominal.
Cuando tenemos uno de cstos pensamientos, se produce Algunas personas ¿ñaden una frase o aflm¡ación a la
una imagen negativa en nuesta mcnte, respilación. Puede hatarse de algo lan sencillo como de-
cir en silencio al inhalar: (Estoy)) y añadir al exhalar:
l - Posiblemente, no puedo haccr esio. Nadie lo ha hecho (elajado)r. Experimenta para cncontrar lbrmas que sean
anles. úrtiles para ti.
2. He fracasado a¡tes cn hacer esto. A la respiración sc la ha denominado la puerla dc cn-
3. Siemprc he sido malo haciendo csto. hada a nucstra vida intcrna. Utilizarla es, desde luego,
1. (Tal pefiona) sien,pre dijo que nunca scria capar clc llna forma práctica y poderosa de deshacerte de tus preo-
hacer csto. cunacionc: con cl pasrdo ) cl futrrro. I mpieza pur cm-
5. La gente me mira por encima del hombro ¿Y si fia- plcar cn csta práctica cinco minufos, tres veces al día.
caso? Adicionalmentc, en cualqüier momento en que te en-
6. Si cometo un errot ar¡uinaró toda mi vida cuentres inmerso el] el sistema de pens¿miento adjctivo,
cnfoca la atención sobre la respiración, del mismo nodo
Una serie de técnicas puedcn ayudarte a superar ostos quc lc diriBrria: haci¿ una salitla de enrergencia. para
pensamientos y orientarte hacia el prese te. La nrayoria volver de nuevo a tu cami[o.
de ellas inoluyen la respiración de una u otra forma

OBSDRVAR LA RESPtRAcIoN Sobre la aceptación

Un¡ lorm¡ efcct¡ra de ccnlrdrsc en cl frescnle con\i\- El principio básico del sistema dc pensamiento adicti-
te en utiliz¿r una técnica sencilla que sc puede practlcar ro cs clluiiiu. la r:rcenril de qrrc rnrltzar. iomparat. iri-
oon f'acilirlad incluso en momentos de alrgustia Esta téc ticar y condenar const¿ntemente son rasgos que aportan
nica f'uncio¡a mcjor si cicrras los ojos aunque, dcsde scguridad y paz. En oontr¿ste, el sislema dc pcnsamiento
luego, también puedes practicarla oon los ojos abiedos basado cn cl amor ve que la paz nental se obticne por
Sencillamente, prcsta ate¡ción a tu respiración: la inspi- medio del artc dc practicar la aceptación.
ración y 1a espiración. Empieza por observar la elevación En buena partc dc la formación clinica había cicrtas
y cl descenso de la rcspiración, casi como si cstuvieÉs suposiciones hechas por los clinicos que r¿ras veces cran
antc el mar, vicndo el avance y retroceso de las olas Si cuestion¿das. Paú er¡pezar, cxistia la suposición de quc
tu atcnción divaga al principio, recuérdate con suavidad los individuos que acudían en busca dc tratamiento te-
cuál es tu t¿rea y r,'uelve a cnfocar la atención sobrc la nian algunos problemas en ciertos aspectos de su vida y

I IO lll
que descab¡n un crnrblo. Nos cürsldc¡áb¡fios con)() ocurna cn su rida intcrior, sin sentirsc 0ol cll{).)l¡z!:¡(k)
(agcnlcs dcl c¡mbio) y tratábilrnos dc canrbiar'al pacicn lcgulivrnrcnlc por mi- Y nueslo qüc no lc luzgaba negrrti'
te paf¡ !on\crlirlo cn ur1¿ pcr\ona quc luncron¿ra (¡ Lltl \ rincntc. Paul cnrpe;,ó l iuzg¡fsc a si rJlisrno dc L¡na li)r
nivel más alk)r. No cucsliono qüc la ¡rayoriir. si no l(xlas nra mcllos duri¡. Itoco a |oco. sc lúc abrjondo.
las pcrsonas, dcseen rlc alguru fbrnru cl cirnrbio; lo c¡ue Empczti a drLrsc cüc l¿ dc quc su rcldcrón con su cs
pl¡ntro cs qLrr posiblellcnt. cn la fbrna dc conseguir cl ¡osa nr¡nc¡r h¡bír sido fc¿1mc¡rtc buenu. De hccho. r1u-
,.,r¡hi,.h¡),r .rlg,' nr,r, tlc l" qrr< ¡'.r,rhrnr" r prilr.rr |i¡nte los siete rños ¡:lc matrillr()nio rirsi sicnrpre hrbiil
vista. scnticlo.l mismo vacio qlLe expcrinlenl¿rLra ahor'¿. Fi0¡l-
IIc llegado a darrrr. cuentu de qLrc ant.s rle qLle s. rrcnle. dcspllés de rltrrt)s mests. Pauj puclo comp¡rtir
prodü/¡J¿ r¡n crmbio frofiLndo licnc qr¡e ocurrir Ln clarlo conrrigo Ia conliclelcia de qrre, durauto niño, h¡bía sido
fenó¡rcno. es tlccir'. ull calnbi() quc sc froduco lanto ¡ nl- n1¡lhilt¡(lo durrnte años por uo faricnte masttllino. Al
yel dc conrporlanrienlo co o ¡ nl\'L'l de scnlrmrento. A h¿blai (lt c]lo. fLrdo hahl¡r la bién dc su tenror. prolurt'
ese l¡nirneno lo denornlno l¡ p¡rado¡¡ del ürrbro. dameDtc oculto. (le quc pudicr¡ ser honrosexu¡1. Paul h¿
Cor objeto dc canrl'riar vcr(lltdcranrcnte. antcs tenell)os bid tenido variis expericncias homoscxt¡ales. yrL dc aclul
que ¡cal:rtarnos ial conlo so ros. sin feser\'¡s. Tene ros lo. ) como consecuencra dc ello cxpclinle taba un¡
qLre scr capaccs de vc| más ¡llá dc nucstra (lisfunción y trc¡re¡dr se¡sació¡ de culpabili(lad.
\(f I(\I¿ I"rirlrdrJ .s(n( r:ll. qi ¡n r', , ¿¡r,rrimrn,',: :' Empezó a cxplorar los tcmas relacioneclos co¡r Las nro-
l|":. 1t.'\ In:\r,r'F r\'r' rr,l,r J\'l lril (lc ,r(\plirr l,,lr \ ,rll"'r. lcsti¡s dc que h¡bia sido obJcto. asi como las cuesttoncs
nos ¡got¡r¡os. Y n]icnlfas lo haganros así. cs imposlblc rcl¡r||\r. ir su prn¡rr rirrr,rlidrrl. lltrra||lc ('c lrrlnpo. llll
logrur un carrhio pr('lirndo v pLrsitiro. Iil úoico calttLrio lLrrca fiurdamenldl consistió en c\tender ¡ccptación h¿ci¡
9L¡( .. n1\lu, L .rl .1rr',lr|Lrfr",- (\ qrr' un,r l, rrl.irr.r I'ur
¡1. Si lograba o¡rpczar il senti$c accplttdo por quien era.
sentilxc pcor con rcspccto a uno misuro. podria cxplorat csos tcnl¿s sin scntirsc Lan avorgonzado.
P¡Lrl r irro rr rcr¡rc (lespuós de habcrse sepirr¡do (lc su I'Lul no fudi¿ .lcc.u¡r cl iarrh o.,n -r,rril't.r'rlc. rc.l-
espos¡ P¡lLl. supclvis(n de la c(}nStntcci(in, sc h¡bja i(leD 1¡do.
rilic:rl,' lirc,r, rrcrrt. .,,rl lJ ll|l.r!rn Llr.j rni'r¡..',nr,, ttlr
bombrc de tunilia. Alirmó p¡\¡rlo rnu\ m¿l para iLd¡p L¿p¡r¡doja dcl cembio e5 etre rto Podcntos efc(tuar u¡
larsc ¡ l¡ sep¡rilció y d¡o quc ¿ Incnu(lo sc scnlia dcpri- €a bio profundo hasta ctue no nos haj/rmos accPtad{)
l¡ido. Iln los (los pdnrcros nrcses dcspués clc cnrpezlr a antcs t¡l conro somos.
rcrnrc. s¡lió con \¿rj¡s rrujcrcs Pas¡b¡ un¿ scmana o (los
dc intolsos atnoríos con una nltUel. ronrpia con l:lla y luc- Descic nri punto de vista, los diveNos gnlpos de aul()
go se sentie v¡eío y pcns¿b¿ quc nadic poc|ir \rrstitrirj¡- ¡vuda basados cn clocc pasos, como Alcohólicos Anitrl
n1ás ¡ su cslrosu. Paül sc Llio cuanta dr que podia actdlf a nros. tunciona¡ no lanlo dcbldo a lo quc se drce duraolc
nuesh¡s sesioncs y hirblar abicrtamenlc accrcil dc lo (luc l:ls rcurrioDes, sino graci¿s ¿ su itctitlrd (lc aceplllción. Esa

It2 i ¡i
il
actitud es: (Te aceptamos tal como eres hoy, y si desea,
Ias considerar los diversos aspectos de tu vida, estamos fl Mientms que el juicio hace eue el amor sea condicional,
la aceptación permite eue el ¿mor sea por sí mjsmo.
aquí para ryudane a hacerlo con amor- ¡ stn jui(io,,
El iuicio impone criterios para el amor.
He aquí unos pocos pens¿rmientos sobre la naturaleza
de la aceplacrón de ti mismo y de los demás:
La accptación ¡o impone ninguno.
f n el iui( io no\ \enlimo\ on\tten
( do\. Etdo\y t(mero\o\.
L Nuestra eneigía se agota cuando juzgamos, analiza- In l¿ d(epl¡(ión no\ \enlimo\ abierlo\. flurdory rarinosos.
mos, compa¡amos y criticamos. A la inversa, nos sen-
Pcrmítemc sugerirte un experimento que püedes llevar
timos vivificados cuando extendemos aceptación.
a cabo pam comprendet a nivel de sentimiento, la dife_
2. La paz mental p¡ocede de aceptar quiénes somos an-
rcncia entre la aceptación y eJ juicio. Tómate dos homs
tes que de evaluamos y castigamos a nosotros mismos
de un dia. Durante la primera hora, la del juicio, prcocú-
por lo que hemos hecho. Del mismo modo, la paz
pate por el pasado, especialmente en relación con lo que
mental también procede de aceptar a los demás.
ia gentc te ha hecho o dejado de hacer. Muéstrate tan crí_
3. La aceptación se basa en el momento presente. El jui-
cjo se basa eo el pasado.
tico como puedas y emite juicios sobre todos aquellos
que se crucen en tlL camino. C¡iticate me¡tal y despiada_
4. La aceptacióo no significa admitir el comportamiento
damente, tanto a ti mismo como a los dernás. No actuos
negafvo. Significa, simplemente, que para cambja¡
de acuerdo con tus pensamientos c¡íticos. Simplemente,
nuesüo propro comportamlento negativo, o para esti_
mula¡ a otro a cambiar, tenemos que d¿mos cuenta de nrc5¡¡ ale ción a comL, Ic \ienle: mienlras ¡ienc. pensa-
mrentos críticos. ¿Te sientes bien contigo mismo?
que por debajo de ese comportamiento hay una perso- ¿Te
sientes más cetca de otüs personas? ¿Te slenres a gusto,
na que valiosa.
o estás asustado y tenso?
5. La paz mental procede de aceptar cosas que úo tene-
Du(allte la segunda hora, cambia a una hora de accp-
mos el poder pa¡a cambiar Eso significa reconocer
l¿ción. Empieza por practicar unos pocos minutos del
que no podemos cont¡ola¡ a otras personár.
ejercicio respiratorio que hemos indicado a¡tes. Observa
6. La aceptación no sabe nada sobre expectativas. La (l bflllo inlcnor Llel ¡mot en las otra. ¡crsonas. aunquc
aceptación no va adscrita a ¡esultados futuros.
.ulo s<¡ n debil parpadel, por deb¿jo de l¡ supcrlici( si
Paz mental
le rcsulta particularmente dificil ver cl amor cn alguien,
imagina la clase de acontecimjentos que tiencn que habcr
ocurido cn su vida como para haberle conducido a su
Perdón -+-
t
Acepiación __________> compofiamiento acfual, y comprende lo mucho que esa
persona anhela cl amor. Mira más allá del comporta-
t rniento y ve a la persona e¡ su totaljdad. Lnagina que bu-
Elevada autoestima bre¡as nacido hoy misnro, en este instante, y que todo

lt4 1t5
fuera fresco y nuevo para ti- No te preocupcs por lo que La paz mental es lo que deseo.
tú ü otras pe$onas han hecho o dcjado de hacer. En lugar En este mismo momento cstoJ lleno de amor-
de eso, centra la atención sobre el hecho de que todo el
¿Cómo no puedo recibif lo quc deseo
mundo desea y necesita s(rr amado, aceptado y afirmado si sólo pido lo aueya tenEo?
por quien es, con total ausencia de expectativas. ¿Cómo
tc sientes ahora? Plaltéate las mis]nas preguntas que te Hace unos pocos años, durante un día de invierno, mc
plantcaste durante lu hora de juicio, y observa la diferen- cncontré sobrecargado de problemas. Me sentí como si
cia- csluviera enceüado en una vida que no ela como la que
juicio y una hora de
A1 experimentar con una hora de yo quería que fuese. Si hubiera hecho una lista de lo que
aceptación, empiezas a d¿rte cuenta de que realmente c¡eía que necesitaba hacer antes de poder respirar con fa-
cuentas con la posibilidad de elegir el sistema de pensa- cilidad babría sido una lista muy larga. Hacía un día
miento coD el que qüieres fi¡ocionar. Tanto sj extie¡des el .ombno y con nehlrna. lo que no parecia sino alrmenl¿
juicio como la aceptación, sólo t!:¡ puedes toma¡ esa deci- mi depresión. Me cncontraba conduciendo hacia el traba-
sión. Y, consciente o inconscientemenle, es una decisión Jo, prcocupado por todo lo que creia que tenía que hacer,
quc ticnes quc tomar en cada momento del día. Puedes cuando una idea insólita apareció en mis pensamientosl
elegir una u otra con la misma facilidad- Confio en que dirígete a la playa. Me esperaba un día muy atareado y,
empieces a elegir la aceptación con rma crcciente fie- ordinariamente, habría ignorado ese pensamiento. Pero
cuencia. esc dia fue diferente. Decidí ifme a la playa. AI llega¡
alli, me senté sobrc unas rocas hurnedas quc bordeaban
Ja bahía y me quedé co¡lemplando cl agxa- En lugar de
Sobre la qbtmdqnci.t pensar en todo lo que tenía quc hacet me permití absor-
ber la belleza de aqüella mañana de invierno. De repente,
Aunque es posible que no los recordemos muy bien, se produjo un cambio especfacülar en mi percepción. To-
c¡eo que todos nosotros hemos tenido en nuestras vidas dos los pensamientos sobrc las cosas que tenia que hacer
momentos en que nos heúos se[tido completos y reali dieron paso a senlimientos de plenitud en aquel momento
zados, momentos en que no hemos experimentado ningu preciso. Una co¡crencia dc sanación se apoderó de mí.
na percepción de esc¿sez, sino sólo de totalidad y de En ese momento no lenía ningxna otra cosa que hacer
amot En esos momentos, atravesamos espontáneamente exceplo est¿r exactamente dondc cstaba, experimentar
los confines de la creencia del ego en la escasez y somos ex¿ctamenfe lo que expedrnentaba- Me sentí lleno de
co[scientes de la verdad de quienes somos. vida y amor, y supe, mientras estaba allí sentado sobrc
Podemos ejercer un contol oonscientc sobre esas rup- las rocas, que no necesitaba conseguir nada más para
turas cspontáncas al tener absolutamente claro qué es lo sentirme en paz. Todo 1o que necesitaba haccr era im-
que deseamos. prcglraÍne de lo que ya estaba allí. Era como si el sol

I t6 lt7
det nLLbtaclo ciekr invernat. Ln
:rllla:i.a ly:s apenas un
j,l ".Tqi.,: \c lrrlrrto hrcis \i misl¡,,. I I rrrquc \1,
:iiTiil J;' :ij::T tr lt, :;;fl iü ;: Íi*:r \('i¡lr¡r(lo lt.lLi¡ st nti\tno. fu ralor us rqur:rto
mr.slrro et¡gcs, y Ia dccisión qr,e
quc trr
m, !\r'c'cn( ir Jc |r torrres lo cletcrmina
iiil:,iii'i""iilili,,: ;1"'l:;[:''",
r I (.go,nor.¡lrcc qur vrrimus ",il 6. Oo.o encontmr la p¿z cs ofiecer a oÍos
,... r,¡ un ntrrrtrjo crr cl quc 11...1,11 k)
t.ll: denendc dc (onsesurr quc ya trcnes. en ¡ugar de inlentar
::::T:_ 19^' ¡¡¡s N(,s dicc crecs que necesitas,
conscguir lo quc
-. I ¡ abLrnJ¡¡tui¡ ofrccr csc¡pc d(l
ii:iiir:':"'^\,:i;H":illlt"i':ll'.'iu:,;;*: no (rc\ suti(.icntr. I tr¡vú\ delncn\atnicnl,¡ Jc q¡¡(,
rcc.Ilocinricntn.,Jc
:":::::"'"":".:"ilff il: J'/*:l'",."'l;, :iftf? ¡:.,':"f;
co¡\ctritr lo quc lÉncmos o
quo lo eres todo.

¡ a corrscguir rnirs. no vc.valor aisuno ür el ler¡or por_


ll.,1b^lllLl:*
quc.reconocc quc no hay nada
,,".::i'lLT;,L:";::T;;l:1,'fi :¡ii .' "'of rcconocc pcfder.
de varor qlle sc pucda

r.,t.¡o-s .n,,d,ic ¡i co,";.i".


ir,¡",iol,i.l"'::.i:ffi ,] 9. C]r¡ando. s¡bcs quc ticnes antor y que
ercs a¡¡ado.
¿qu¿ más dcsea¡ías hacer cxcepm compartir lo quc
;:i:F:lil;ti:,;i lti ii:ii,:"':i ::.;,t:i;a;i,.t,"."J; hencsl
10. l.a abundancia ,"alor.ü silu¡ciones
de ganaíganar eJ
li':;il:li:'l"ill:J l,:l).,ill j,i;i"lillilr llÍ*i ego \atora sttuacioncs dc ganar/pe¡dei

l:1il::i,l;r: ;1li?: a" *u rn.." .r1r.",,ü "u^nii Quiz.r pucdl pitrc((r quc lJ irbt¡nd¡nctJ
suprerc quc lir I
lcDlc (lgc Je rrlbqcr o rro ft¡git ru.la. [:u nn .r .',"n,,
L La.-vc_ aclera dcl \,aior dc atgo es sabcr si iüvc t.t DUcnir ,oflun de p¡.itr rrn ti(nrfu
c,, U ,, (f(.
,pr.Lreba
irurncnlir cu¿n(lo ju cnt¡(,g¿moi. I Itrn.t". m,'Lslro: (lc l¡ ¡bunrLncr¡. k ¡uLJrr:
l,or ( ],]. lcrcsJ.
|,r"d r., -,p"i""
| .i ., illlllii:,"1,11,:, ' rerrJrrk tc. ¡l clla nO sc l( pUü\le JCu:,. Llr rr, lt,lccr
l: -:.ili
ntjt\ JUI)jnl¡n.üUJ td,, lo. cnmfi¡ rr.r¡u. r. ¡t Int\tIL, ttLtnprr. (|l.]IJL,
ctnpt(,/C llllit llti.lóll
\
j i I i;l:il, ",,"",¡:1.:;l:
lmr¡. con ulrt,s.

i:,:lllÍi:
lrrrntno\ rlL c.úüsc,/ dicc. .,Ol¡, n¡¡ po¡le.
)
'rros¡nüt:(r (\o n,,rqu,. hr) din(,ro _uf¡ur(nrc...
:t.1" : lil_.,,, (¡re, ter(l.r ,:tbc quc cl L¡ mit.
.rrnor ¡ l.r lrrrrhilrtl:rd.ol lu unieo
" ¡{.IrnenlL' t¡nnof¡lDtc qt¡( lodo
fu:biii,l.T:"H:r,,i: :,fi I ii?] 'J1i1,1,,,:
lll!rl f¡rtir dc lrlti Nn } lo denrlr" cnCl¡tr cn su
seren¡ sc conocc Ia paz). "?i ¡5 ¡¡¡¡
-, ncccsita dcr¡¡sa; la paz acudc
!,'r¡ruir,.r h.rhilrcl,,n
i¡gr¡ncolc to qu( (tc¡ h iur¡..ró¡t,:tnu
hn¡lri¡ ,, Lll¡l
LI Jrnur
ir",,!il:.";¿";ri¡";lo a
,l,da dc qur t., ¡n¡dr( lc,c.i, rrcbaj.¡
,:::.:l::'
,¡Irv .,,- "1"i".
ortr('. frrr(r In h¿cr i¡ prftit dc lu rhUn(hn..i.t..rhic.n.
ti¡3
119
do que tiene fiucho que dar; no lo hacc a partir dc la es-
casez, preguntándose qué pefderá.
El sistema de pensamiento basado en el amor, que in-
cluye una actitud de abundancia, puede sanar rcalmente a
la mc¡te adictiva.

El eto ve los problenras) obstículos en cada situación. 5. Las creencias básicas del
EI pensam¡ento basado en el amor ve las oportun¡dades
de aprendcr en cada siluación.
sistema de oensamiento
El pensanricnto adictivo se aferra al temor, y crce, ü, basado en el amor
¡rmcionalmente, que cl tcmor tienc alEún uso.
El pcnsamiento basado en el amof reconocc que la sanación
cs liberarnos del temor.
Í El sistema de pensamiento basado en cl amor sc halla
El pensamicnto adictivo sc aferra a] pasado
construido sobre el amor, el momento prcsente. la acep-
nctativo, Pcnsando t taciófl y la abundancia. Las creencias basadas en estc sis-
tcma de pensamiento aportan la paz mental.
que los agraviosy la culpabÍlidad siNen para un propósito.
El pensamicnto basádo en el amor ve que la 5anación es
desprcndernos del pasado. t CREENCTA BASADA Ft'¡ EL AMoR NüMERo uNo:
Lo qu. teo en lo' ,l<nós , ' un rellei' J¿ ni pnpio
El e6o nos dice que ver lalia, error o ausen.ia dc valor
estado nenta| Hay rna rnídad subyaccnte en b¿a
en alEuicn nos hacc scnt¡rnos más poderosos. Ia vidu. No üelalta nada para serfeliz y entero ahoru
El pcnsanriento basado en el amor afima
que la sanación es reconoccr I
el valor euc hay cn todoy cn todos.
!I
Esta creencia, compuesta dc tres partes, cmpieza por
El eEo iEuala cl juz8arse con ei sanarse a sí mismo. afirmar que aquello qr.Le venos en el mundo es nuestro
El pensam¡ento b¿sado en el ¿n¡or iEuala propio cstado mental proyeclado hacia el exterior. En
el amaric al sanarsc a sí ntisnro. otras palabras, mimmos siempre a tavés de un filtro. cl
La nrente adictiva tc dice euc cstás scparadoy euc tus * dc nucst¡os propios pensamicntos y crcerlcias. Y, coño
ú hcmos visto antcs, el sistema de pensamiento cn el que
pensa ientos no estableccn ningt¡na d¡ferencia-
El pensamiento basado cn el anror te dicc funcionamos dclermina cómo vemos a ohas pcrsonas y
que la lucrza cural¡v¡ situaciones. En el sistema de pensamiento adictivo acusa-
más poderosa es un pcnsam¡ento amorotoy miscricordioso mos constantcmente ¿ los demás, vemos un mundo que
quc nos une a todos. cstá contm nosotros. En el sistcma de pensamignto basa-

t20 l2l
.
1'xlt711xíiÉi
áaÉáÉÉiÉá i láÉ?

lá1 á
izzailigr,tlezzzzzllE*?z


í¿á¡ is í *alarl¡ is' ÉÉ i: i' ii i í i
;rie:ig+Éiié 'É¡ái
;siiáii *iiiga 'si; áiÉii
*i'
, ÉiÉiíií áiEáÉií Éíii iíiii
Cada rmo de ellos temía en secreto que su matrimonio dondc el rendimiento se veía como algo ext¡emadamente
acabara como había¡ teminado los anterio¡es. Ese temor in'lportante, Ios niños crecieron con la sensación de que
les condujo a erigir defensas cada vez que pensaban que cualqurer cosa que no llegara p¡ácticanente a la perféc_
su temor se iba a co¡verfir en una realidad. ción sigrificaba que habían fracasado. y, de heclo, in_
Beth y Bob empeza¡on a comprender que cuando ac- oluso alcanz¿r un objctivo superior significaba, como
tua,.tan a la defensiva se sentían inseguros, temerosos y ¡ríximo, una satisfaccjón momentánea_ Los ni¡os apren_
distantes el ulo del otro. A lo la¡go de unos pocos meses dieron que lo que hacían, fuera lo que fuese, nunca era
aprendieron que podian abandonar con la misma facili- del todo suficiente.
dad sus actitudes defensivas y hablar el uno con el otro Cuando c¡eemos que nuesho propio valor se basa en
sobre sus propios temores. Descubrieron que al estar nuestro rendiniento, te¡minamos inva¡iablemente por ex_
menos a la dcfe¡siva y mostrarse más comunicativos, 10- perimentar sentimienlos de inadecuación.
glaban un aumento de la intimidad, lo que les pemitia Suzy creció en una familia en la que el re¡dimiento
percibir una mayor sensación de seguridad eD el matri- pefecto era la única fb¡ma de comeguir atención positi-
úoruo, va por parle de sus pad¡es_ Si Suzy obtenía cioco sobre_
Al desmoronar sus defensas, descubrie¡on que se acep- salientes y u notable, süs padres le preguntaban: (¿por
taban mucho más a sí mismos y al otro. Cuaodo temían qué no sacaste sobresaliente en todob. Suzy acu<liói la
que su matrimonio te¡minaaa como los antcriores, busca- universidad y pudo esfudiat a base de becas. A pesa¡ de
ba¡ constantemente p¡uebas que confirmaran su hipóte- su (éxitor, a me¡udo se despertaba sintiendo un nudo
sis. Al hablar de sus temores, e¡ lugar de defenderse con- tan fuerte en el estómago que tenía que vomitar Temía
t.a ellos, se sintieron más seguos en la relación y empe- recibir una nota i¡ferio¡ a sobresaliente, cualquie¡ cosa
zaron a conoce$e mejor el uno al otro, Durante el trans- que no fuera perfecta. Ya como mujer adulta, Suzy man-
curso de sus conversaciones tambiéri plantearon el tema tuvo su paúta de oxcelencia y se conviftió en ejecutiva de
de la culpabilidad residual que les había quedado por la la gran empresa a la edad de veintisiete años. A pesar
forma en que se habían compofiado en sus matrimonios de todo, seguia sin sentirse bien con respecto a sr mrsma
anteriores. Al hablar el uno con el oho, se ay'udaron mu- y se veia mo¡tificada po¡ su continuo temor al fracaso.
tuamente a desp¡enderse de esa culpabilidad secreta. Brian creció en una familia similar a Suzy, pero aoop-
tó una fbrm¿ dif¡rente de compcnsación. El ¡endimiento
CREENCIA BASADA EN EL AMoR NÚMERo TRES: de Bria¡ en la escuela fue más bien mediocre, no llegó a
Mi vaktr propío no se basa en mi rendimíento. El amor ir a la universidad y acabó desarrollando un trabajo i-nfe-
riot Nrnca puso en ello demasia<lo esfuerzo, a pesar de
ser muy inteligente. A una edad bastante tempr¿na, y
De niños, muchos de nosotros aprendimos que cuando como consecuencia de la constante insatisfacción de sus
¡endimos bien recibimos elogios. En aquellas familias padres, Brian adoptó la actitr¡d de: (No impo¡ta lo que

124 125
haga, nunca es suficientemente bueno, así que ¿para qué
til de luestra percepción que nos permite vcr nues¡ros as_
molestarse? Si ni siquiera lo intento, seguro que no fraca-
pectos comunes, en lugar de nuestras diferencias. El per_
saté)).
dón es como una lluvia cálida y suave, que lava y se lle_
El hrlo común cnne Suzy y Brian cra.u creencia Én va nuestra visión negativa del pasado.
que el rcndimiento determinaba su valo¡ como se¡es hu-
Hace unos pocos años, mi madrc, Jerry Jampots$,, y
manos. La tarca para ambos consistió en desp¡enderse de
Diane Ci¡incione cofundaron un grupo ltamado Nlnoi
esta creencia adictiva. Pa¡a teminar con su ciclo de com-
como Maestros de la Paz. Se die¡on cuenta de que, a lne-
portamiento adjctivo necesitaban reconocer que el amo¡
¡udo, los niños son más consumados en el arte del pe¡_
qt¡e recibimos y nuestro valor propio no se basan en lo
dón que los adultos. Aunque los niños tienen a menudo
que hacemos.
desacuerdos, éstos ¡aras veces duran demasiado tiempo.
Todos vedmos a este mundo plenamente valiosos y Habitualmente, son capaces de pasar por alto u olvidai el
dignos de ser amados, y sin vergüenza. Nuestra ta¡ea conflicto para volver a lo que es importante pam ellos:
consiste en volver a conecta¡ con ese núcleo de quién so- jugarjuntos. Y cuando surgen grandes desacue¡dos entre
mos. los riños, no conside¡an el matar a gra¡ ¡úmero de gente
para solucronar sus diferencias i¡dividuales. piensa en
CRÉENCIA BASADA EN EL AMoR N{JMERQ CUAIRO:
cómo podriamos beneficiamos todos de las enseñanzas
El perdón, sín excepcíones, asegura la paz. de nuestros h¡os.
Pregúntate honestamente: ¿cuándo me han apofiado
En cierta ocasión, al referirse a la bomba atóÍlica, Al- pa,/ mcnlal l¿ defens¿ ) el ataquel Supontendo que desc_
be¡t Einstein sugirió que si queremos sobaevivir a la era e\ alcanzar la paz mental. cmpie,/a por \cr el va¡or Llcl
nuclea.r tenemos que cambiar de forma de pensar Creo petcon.
que eso también es cierto ta¡to en lo que se refie¡e a las
relaciones interpersonales como ¿ las internacionales. La
¿Qué podrías desear
defensa y el ataque son formas de pe¡samienlo que han que no te dieft) el perdón?
llegado a ser nomrales para muchos de nosotros. Nuestro
¿Deseas paz? El penlón te la ofrece.
mundo pa¡ece creer colectivamente tanto en la defensa y
¿Deseas felíci\ad, una me te serenaj
en el ataque como medios de seguridad que (normal- una certidumbre de propósifo,
menteD matamos cada década a miles de seres humanos
semeja¡tes-
!
un sentido del valor de la belleza
que trascienda el mundo?
Si deseamos seguridad y paz, ya sea a nivel inte¡per-
¿Deseas caidado y segltricla¿,
sonal o a nivel internacional, tenemos que cambia¡ nues-
tra forma de pensar y empezar por perdonar, en lugar de
! et calor de la protecció segara?
¿Desea.t una tranquilidad que no se vea perturbada,
pasar a la defensa y el ataque. El perdón es el cambio su-
una suavüad que nunca pueda ser herida,

126
12',7
wú ptuJutlda f pemdnente se uación de comodidarl, atento, sino quc pa¡ece ¡eflexionar y criticar su actua-
)) an descanso tan perfecto q c nunca pue¿a wrse ción. Una vez terminadas las presentaciones, la atención
del estudiante puede que se dirija hacia el preocuparse
To¿o esro k to ofrece el peñón. por la posibilidad de tener necesidad de habla¡ de nuevo
Un Cutso de Mílagros. en clase. Con toda esta actividad mental ¡o queda mucho
tiempo pam prcstar verdadera atención a lo que está ocu-
CREENCT^ BASADA l]N Er AMoR NúMERo crNco: fiiendo realmente en el momento presente.
Sólo el presente es reul. El pasudo ya ha pasodo, Resulta fácil caer en esta forma de pensar y acabar
! ellut ro todavia no ha llegddo. perdiéndose buena parte de lo que sucede en nueshas vi-
das, po¡que estamos completamente enfiascados en el ci-
Abrazar este pensamiento abre la puerta al amor y la clo adictivo de la preocupación, el cnsayo y la categori-
cierra al temor y a la preocupación. zacióÍ.
Viví buena parte de mi vid¿ preocupándo¡¡e por el fu- El pensamiento basado en el amor hace que enfoque-
turo. Solía despeftarme por la mañana preocupado por el mos ¡a atención en el ahora. Cuando nos cenhamos en el
día que me esperaba. Y, al acostame por la noche, a me- prcsente, la vida adquiere novedad y el estÉs se reduce
nudo pensaba que el día siguiente sería peor. Durante el mucho. Bstoy convencido de que la mayo¡ía de las enfer-
día, criticaba mi rendimiento y me preguntaba qLré podria medades relacionadas con ol est¡és viencn causadas por
habe¡ hecho de LLn modo difere e. la preocupación por el pasado y el futuro. En consecuen-
Muchos de nosotros tenemos ese mismo hábito. Por cir. diría que para rener un¿ salud óptima. necesirirmos
ejemplo, veo esla paula de pensamie¡to de preocupación- onentarnos hacia el plesente.
crítica-preocupació¡ en mis estudiantes uni\,orsitarios, ya
durante el pdmer día de clase. CRETNOA BASADA EN EL AMoRNúMERo sEr5.
En ese prjrner día, les pido que se prosenten a sí mis- Para poder cambiar ui experíencia, antes tengo que
mos, digan algo sobre sus i¡tereses personales en ese ca n b¡ar mis p ens amientos.
curso en parlicular, y añadan algo más que deseen. La
sesión süele celeb¡arse en un amplio semicirculo y los Son nuest¡os pensandentosr nuestras actituales las que
estudiantes empiezan po¡ u¡ exhemo y continúan sucesj- neccsit¿n curación si queremos encontrar la felicidad. En
vamente hacia el otro. Al observar a los estudiantes me el pensamiento basado en cl amor prestamos atenció¡ a
he d¿do cuenta que cuanto r¡ás se acerca un individuo a nueshos pensamientos y actitudes en lugar de pasar
su turno de hablar, tanto menos escucha lo que están di- nuestro tiempo quejándonos, jrLzgando, encontrando fal-
cicndo sus compañcros. El estudiante parece estar ocupa tas o teniendo miedo.
do en ensayar meotalnente lo que va a decir. Lucgo, Cada situ¿ción que surge nos ofrece una oportunid¿d
cuando ya ha hablado, tampoco se muestra totalmeote de aprender del amor

128 129
,!
'i
A menudo inventamos elaboradas formas de cvitar mujer Habia abandonado su matrimonio sólo para des-
nucstros sentimientos de culpabilidad- Sucede con frc- cubrir que aquella otra mujer no deseaba convivir con é1.
cuencia que esas foúnas pcrtenecen al juego de la culpa, El padre de Chuck siemprc lo habia coritolado y se ha-
en el que creemos ser capaces dc consegufu que nuestra
i bí¿ mostrado cfitico con é1. Cuando descubrió lo que
culpabilidad sea más pequeña haciendo que la del otro I h¿bia hecho su hijo, le dijo quc era un estupido, qu€ sólo
sca mayor. El pensamiento basado cn el amor ve la cul- buscaba el sexo en aquella ot¡a mujer, y que nunca llega-
pabilidad por Io que cs: un estado en ol que la r¡ente ría a nada. A continuación, y con toda la fue¡za de sus
adictiva cree qr¡e hay algo que hemos hecho y por 1o que pulmones, Le dijo que lo desheredaba y que no queía vol-
debcríamos castigamos siempre. El perdón, la alternativa vcr a saber nada más de é1. Chuck. como siempre. se sin-
pacífica a la culpabilidad, es un estado mental en el que lió lleno de vergücnza tras escuchar las palabras de su pa-
se reconoce que renacemos en cada nuevo momento y dre, y fue incapaz de dcsprenderse de ellas. En el
que la luz del amor puede ser cubigrta, pero nunca extin- momcnto en que vino ¿ verme, todo eso había sucedido
guida. En el p€nsamiento basado en el ¿ünor reconocc- un año antes, a pesar de lo cual se seguia castigando a si
mos las altemativas de que disponcmos. mismo. Se había convertido en su propio padre crítico. Y
nientras continuara castigándose a sí mismo, seguiria
CREENCTA BAS^DA EN EL stEIt: empantanado en la vcrgüe¡za.
las errores iúvitan d la ^MoRNúMER0
corrcccíón y alap¡e dizaje, Lentamente, fue capaz de ver que el hecho de haber
o aljuicio y al castígo. abandon¿do a su esposa era una situació¡ que invitaba a
aprendet no a castigarse. Pudo empezar a explora¡ los
Muchas personas c¡ccieron en familias en las que co- tcmores quc habia exp€rimentado en su matrimonio y
meler un error era tratado como si sc acabara dc hundir quc le habian inducido a tomar aquella decisión. Aunque
ci mundo. Los padres de tales familias no alaban y afir- el padre de Chuck rio permitió quc se rcstableciera el
man con frecuencia a sus hijos, sino que, en lugar de eso, contacto entrc ellos, e insistió en seguir castigándolo,
parecen andar siempre a Ia búsqueda de faltas que casti- Chuck consiguió verlo como una dccisión de su padre,
gar Habitualñente, los padrcs se comportan de este no de é1.
modo porquc creen quc su5 hijos aprenderán mc¡or si jc Chuck sc puso en contacto con el niño solitario que
les dice lo que no deben hacer. habia en lo miis profundo de si mismo. En lugar de asu-
Chuck, de veintiocho años de cda4 acudió a vermc mir siempre el papel de padre crítico cuando se trataba
hace unos pocos años, después de un djvorcio. Chuck tc- Jc él mismo. empczó a alimcnt¡r y ar¡dr a ese niño quc
nia n hermoso hÜo de cuatro años cuya custodia le ha- llevaba dcnho. Al hacerlo, pudo aceptar lo que habia he-
bia conespondido a su esposa. Chuck decia que habia te- cho sin necesidad de castigarse. El cast¡go le habia man-
nido un marimonio perfccto y que lo habia arrojado tcnido aferrado al pasado; con el amor, en cambio, pudo
todo por la bord¿ cuando c¡eyó estar enamorado de otra empezar a aprender y a continuar con su vida.

130 l3l
Los únicos límites a nuestro aprendizaie ejemplo cspectacular pa¡a demostar a los estudiantcs
son aquellos que nos itllponemos nosotfos mismos, cómo cada per.ona te las cosas a ¡r¡rés de sL¡ propia p(r-
Nuestras mcntes son ilimitadas ocpción. A una clase compuesta po¡ treinta personas se
e¡ su capacidad para aprender del amor. les mues|ra una película sobre la comisión de un delito.
El poder creativo se libera cuando nos desprendemos A continuación, se pide a los estudiantes que anolen por
de los ton[ine. de la autouíLi(¿. escrito lo qulr han visto. Se les pregunta cuál es su opi-
nión con respecto a por qué se ha cometido cl delito.
quiénes son las víctimas y quiénes son los sospechosos.
CREENCIA BASADA EN EL AMoR NTJN4ERo ocHo: Habitualmente, el profesor recibe treinta rcspuestas di-
Sólo el amor es rcaL Y lo que es real no puede fere¡tcs. Los hechos que se desc ben ¡¿ras veces sor los
rnismos, incluso en 1o que se refierc a cuestiones apa¡en-
remente evidentes, como ei color del cabello y el tiempo
En el sistema ale pensamiento adictivo siempre nos que hacía. Eso ilustra que cada pe¡sona ve el nundo a tü-
sentimos amenMados. Es imposible se¡tiNe arnenazado vés de su propio filtro, y llega a conclusiones diferentes a
y tene¡ paz mental al mismo tiempo. El sistema de pen- pardr de la misma información.
samieoto basado en el amor reconoce que el sistema de Si mi¡amos a través de !¡nas gafas verdes, veremos un
pensamiento adictivo es un mundo de ilusión basado en muDdo ve¡de: si miúmos a lravés de unas gafás rosas,
f¿lsas creencias. El amor incondicional no tiene enemi- verer¡os el mundo de color de ¡osa. Vc¡ el mundo a t¡a-
gos, no tiene temor a ser destruido: está cn todas pa¡tes y vés del sislema de pensamicnto adictivo significa que
es todo lo que es. No hay nada que se oponga al amor y, lo vemos como algo que hay que defender y atacat Ve¡
por tanto, no tiene necesidad de defenderso. cl mundo a través dcl sistema de pensamiento basado en
el anor significa que extendemos hacia él el amor y la
CR¡ENCrA BASADA FN EL AMott NúMERo NUEVE: compasión. Vemos dos mundos dife¡entes y tenemos dos
Soy rcsponsable por el mundo que veo, y elijo kts conjuntos difbrentes de experiencias, dependiendo dci
sentimientos que experimento- Yo sólo decül¡t sistcma de pensamicnto qüe utilicemos.
el objetflo que quiero alccrnzar Un arnigo me contó la historia de cómo un ladrón cn-
tró en su apa¡tamento de Nucva York mientlas él doúnía.
Con csta creencia abandonamos la costumbre de echa¡ Dijo que se despertó e¡ plena noche a causa de unos ¡ui-
la culpa a los demás y empezamos a aceptar la responsa- dos procede¡tes dei salón. Al entrar en el salón se encon-
bilidad por ¡uestr¿s propias vidas. Cuando establecemos 1ró con un ladrón muy neNioso, que le gritó a mi amigo
la paz mental como nuestro único objetivo, eso es lo que quc regresara al dormitorio y cerrafa la puo¡ta. La prime-
alcanzaremos. ra respuesta de mi amigo fue luchar o huir; sin cmbargo,
A mcnudo, los profesores de criminología utilizan un decidió no hacer ninguna de las dos cosas y' sorprendién-

132 133
dose a sí mismo, prefirió no ver a este ladrón joven y
Much¿s veces, al principio de una situación, ni siquie_
asustaclo como un enemigo, y empezó a hablar con é1. Le
dijo que tenía poco apego por sus posesiones y que tenía m clarificamos adecuadarDente nuestro objetivo: apren_
completa libc ad para llevarse lo que necesitara. Incluso der de algú¡ aspecto del amor Cuando no cla¡ificamos
¡e preguntó al hombre si habia algo que necesitara, y si nuestro objetivo es como si invi!íaamos al sistena de
pensamiento adictivo a actuar desenfienaümente y crear
tenia hambre. Ya os podéis imaginar la expresión descon_
polvorientas nubes de conflicto.
ce¡tada que apareció en el rostro del lad¡ón. Al cabo de
unos momentos, el ladfón empezó a mosharse menos a
CREENCIA BASADA EN EL AMoR NÚMDRo DIEZ:
la defensiva v menos hostil. y ha.la pareció mcnos ncr_
Ddr es recib¡r. Para nL ganar, signifca que nadie pierda.
vroso. Terminó por pedirle disculpas a mi amigo, y le
dijo que llevaba algin tiempo sin cása y que se sentía de-
Todos a¡¡elamos la nanquila calma de la paz mental.
sesperado. Dijo que aquel era el primer robo que había
cometido. Mi amigo empezó a exteoder sonsctenremenre
Y es a través del dirl como la cncontramos. La ecuación
es bien se¡cilla:
compasión hacia esta persona perdida y sin hoga¡ que es_
ta¡a delante de é1. Luego, mi amigo se sorprendió toda_
l'¿r.t trner pal. olre(e p¡,,.
via más a sí mismo. Dijo que le gustaría of¡ece¡le algo
Para conocer el amor, oliece amor
de dinero para que comiera y enconlaara un lugar donáe
alojarse durante unos días. E¡ asombrado ladón aceptó y
Dar de una fom)a centrada es hacerlo desde el conoci-
dejó las posesiones de mi amigo donde estaban. Lo¡ dos
rnrento cle que somos totales y completos, y desear com_
se estrecharon las manos y el ladrón se marchó po¡ la
parti¡lo con los demás. Eso contrasta con la codependcn-
puerta del apartamento, en lugar de por la ventana a tra,
cla, en la que sentimos que nuestra autoestima depende
vés de la cual había entrado. euién sabe lo que le suce-
de cuidar de los demás.
dió a aquel hombre. Perc estoy seguro de que se marchó
En el pensamiento bas¿do eo el amo¡ no exisle el con-
del apartamento si¡tiéndose querido. Mi arnigo dijo que
cepto de la pérdida. El amor no se esconde de unos y bri.
no podric habcr re.pondido tal como lo hizo I menos que
lla para otros. Cuando pensamos que nos falta algo! no
hubie¡a sido conscionte de cómo pudo elegir entre el ie_
hacemos sino escuchar la voz del ego.
mo¡ y el amor Eso fue una demost¡ación gráfica de que
es uno mismo el que elige los sentimientos que desea éx_
La paz mental se cncuentra en el compartiry el participar,
perlmentar y los objetivos que se quieren alcanza¡.
En cualquier sifuación en que nos encontremos, puede
no en el etoi\mo) Ia rep¿¡¿¡ ¡sr.
semos útil el hacemos estas sencillas y directas pregun_
tas: ¿qué deseo obtener de esto? ¿Cuál es el propósitó de Cnl¡xct¡ e¡s.t¡¡ e¡¡ ¡L AMoR Núr{ERo oNc!:
Soy completo ahora mismo.
esta situación?

134
135
Cua¡do e¡npezamos a creer esto! dejan de existir to- más s¡n ¿miünos y accplamos antes a nosotros mrsmos.
das las diversas formas de buscar la l¿licidad tüer¿ de CLlrndo lra¡amos dc complater r los dcmás. e\ ljomo 5i
¡osollos mismos. Cuando nos da os cucnta dc quc ya irtcntáramos llenar ur agujero con la tie¡ra procedcntc
lener¡os io quc büscan]os, scntimos alivio y tambión {rx de otro ¿gujero; seguimos tenicndo un agujero. El p¡imer
trañcza por nucstra cstupidez. paso paia amarnos a nosohos mismos pl€de ser el más
A vcccs. rcltlclvo la casa en busca cle las llaves del duro, ya que consiste en ¡cducir nueshos esfLrerzos para
cochc. Miro cn todas partes, le pregunto a rni esposa compl¿ccr a los demás- Ello es así porquc, cuando deja-
dóndc cstán y poco a poco me pongo frenético. EDton- mos de complacer a los demás, tenemos qu(] enfientarnos
ces, me meto la mano en el bolsillo (el misno dolde ya con los verd¿deros scnlimientos qLLe hay por debajo del
he buscado antes) y aLli enclLentro rnis llaves. Mi espos¿ compodamiento.
tiene una mir¡da especiaL que se reseNa para esta clase Recuer-da clue, a mcmrdo, abandonar el sistema de pen-
de situaciones. samiento adictivo conduce a un período de desesperación.
Cuando eúpezamos a practicar el pensamiento b¿s¿do Asi es como el pcnsamiento adictivo funciona: dicióndo-
en el ¿mor tenemos ura experlencia sir¡ilar, pero en un nos que tengarnos miedo del arnor y que necesilamos dis-
nivel espiritual: de rcpente, descubrimos que el amor y la poncr de complicadas defensas-
serenidad han eslado dlLranle todo el lier¡po a nlLestr¿
disposición. Habiamos eslado ta¡ ocupados buscando CREENCI B^SADA EN !L AMoR NI'JMERo rRlclll
fuera de nosotros rnjsmos. que no sc os ocumó serenar- No puedo cLtmbi.tr .t los demús, pen sí pueclo Lamb¡ar
nos y buscar denlro. cómo k)s perc¡bo.

CRDtNct^ B^s^D EN itt- AMQR NIIMERo DocE: Irsta sencilla afirmación revela que sabemos qué po-
Mi uut,'¿'tin¿ pn'Lt J, J, ¿n,trn, , ,t', ¡turne a nti der tener¡os y qué poder no tenemos. Cuando ofos nos
lrtisuo tal como so! ahora, -y luego tomparlir & bs mucshan compoftamjentos que oos disgustan, lo más im_
demas el amor y [a aceptddón. porlJnre quc poLlemo. h¿ccr pL,r nucslrJ plopiJ pal mcn-
1¿l consiste cn extender cl amor y la compasión hacia
\i renemor \en\.rcion<5 de bcjo r.rlor propiu. qui/á cllos- Eso es una atrocidad para el sistema de pensamien-
tmtemos de conveflimos en (complacie¡1es) para con to adictivo: el cgo nos dice que lo más impoñ¿ote que
los demás, en la creencia de que si logramos que todos se debcriamos haccr cs inte¡tar cambiarlos.
sienran bi(n. Itunbién nu\o¡ro- nos.enlircmL,s mrjur ljl'n El pens¿miento basado en el amor ¡o significa que no
nosorr,r\ misrnL,\. Fl problemr c. quc lerminamo' pur debamos decir cómo nos sentirnos, que ¡o dcbamos re-
scntimos incómodos con Dosotros mismos a menos quc ih¡/¡r el comporramicnl., rrr,rl. \iolrnlo u of'resi\o
inlentenlos complacer a los dcmás. Sinplemcnte nos dice que ¡uestra tarea liLnda¡nental
No podemos amar y aceptar verdaderamente a los de- consiste cn oxtcnder amor.

I36 117
lmagtnemos a un padre y a su hijo de siete años. El
niño acaba de se¡ enviado a casa porque no hacía más Comparación del sistema de pensamiento
que pelearse con los ot¡os niños. Evide[temente. el com_ adict¡yo )) el sistemq de pe sqmiento bqs.tdo
po¡tamiento no es el que más interesa a nadie, pero en el ¿rmor
¿cuál
es la verdade¡a recesidad del niño? ¿Deberia castigarlo
el padre al considerar que su ta¡ea firndamental consiste En este capitulo se han presentado las c¡eencias bási_
en intentar cambia¡ su compoftamiento? cas del sistema de pensamie[to basado en el amot mien_
¿O no se¡ía aca-
so más apropiado pa¡a é1 percibir el comportamiento del tras que las crceocias básicas del sistema de pensamiento
niño como una petición de amo¡ con la que se ¿fi¡ma adictivo se presentaron en el capítulo te¡ceto. En las dos
que el peqL¡eño se halla sumido de algún modo en un páginas siguientes encontrarás una companción de los
confliclo inlemo? ¿Deberia ser la respucsta fundamental dos sistemas de pensamiento, punto por punto. Consulta
del padre de arnor y compasión. o surgir a partir def en_ estas listas cuando te encue¡tres atrapado en un pensa_
tado ) det deseo de cambiar a su hijo.l Responder con miento adictivo- Identifica la creencia adictiva b;jo h
amor no significa que el padre deba disculpar el comDo¡_ qllc estás fúncionando, y luego mira la correspondiente
lamienlo dc su hijo: de hecho. si ese *,imo.omporu_ crcencia basada Cn el amor. Conocer la creencia COrreS-
mrento continua¡a, habría que introducir algunas conse_ pondiente te a,'udará a ver cuáles son tus altemativas, y
cuencias pam el pequeño. pero. independie-ntemente de te da¡á l¿ opofunidad de cambiar tu mente.
las consecuencias, el pensamiento basado en el amor de_ Ei pensamiento positivo, en sí mismo, no produce ne_
beria re'ponder con una actitud de amon de cariño con cesa¡iamente el cambio. También tienes que identificar la
un deseo de comD¡ender
) creenci¿ tegativa, es decir, la adictiva, que te impide ser
Esta actitud n; se ve limitada en modo alguno a los capaz de ver 1a verdad. Así pues, si te encuenq.as en con-
padres de niños pequeños. Si nue.tro objetrro -fundamen_ flicto, tu prime¡a tarea debe ser la de identifica¡ la c¡een_
tal es cambiar a los demás, lo más probable es que nos cia adictiva. La segunda ta¡ea es sustituirla por el pensa_
encontremos sumidos en un 5isletna dc Den5amiento nicnto basado en el amor.
adicri\o. Si nuesLro objeriro fundamcntal c. ámar. cuidar,
compfenoer y comumcamos con los demás. lo más Dro_
bable es que nos encontremo5 en un .irtema de pensa_
mie¡to basado en el amo¡.

138
139
Creencias del sistema de pensam¡ento edictivo
Creencias del sisteme de pensamíento
1. Estoy solo en un mundo cruel, düro e implacable. basaclo en el qmor
Estoy separado de todos los demás.
2. Si deseo seguridad ¡ pat mental. tengo quc juzgar a l. Lo que voo en los demás es un reflejo de mi propio
cstado mental. Hay una u¡idad subyacente en toda la
los demás y defenderrne.
vida. No me falta nada para ser feliz y entero ahora
3. Mi forma es la correcta. Mis percepclones son srem-
pre corectas y se atienen a los hechos. Con objeto mismo.
de sentirme bien con rospecto a mí mismo, necesito 2. Mi seguridad radica en mi indefensión, porque el
amor no necesita defensa alguna. La aceptación es lo
ser perfecto todo el tiempo.
que me aporta p¿¡z mental.
4. El ataque y la defensa son mi única següidad.
5. El pasado y el futuro son reales y necesitan sel cons- 3. Mi valor propio no se basa en mi ¡endimie¡to. El
amor es incondicional.
tantemente cvaluados y causa de preocupación,
6. La culpabilidad es inevitable, porque el pasado es 4. El perdón, sin excepciones, asegura la paz.
¡eal.
5. Sólo el presente es real. El pasado ya ha pasado, y el
'7. Los errores exigen juicio futuro todavía no ha llegado.
) casligu. no correcc¡ón )
6. Para pode¡ cambiar mi experiencia, antes tengo que
aprendizaj e.
carnbiar mis pensamientos.
8. Bl temor es re¿1. No 10 cuestiones.
Q. O¡ras personas son responsable5 por cómo me sien- 7. Los errores invitan a la corrección y al aprendizaje,
no aljuicio y al castigo.
ro. La siruaciún e5 Io que dcrermina mi e¡periencia.
10. Para alcanzar éxito en este mundo tengo que enfren-
8. Sólo el amor es real. Y lo que es real no puede ser
amenazado.
tarme con los demás. La pérdida de oho constituye
mr g¿nancla,
9. S,ly responsable por el mundo que veo, y elijo los
sentimientos que expe¡imento. Yo solo decido el ob-
ll. Necesito algo o a alguien fuera de mí mismo para jetivo que quiero alcanzar
ser completo y feliz.
10. Dar cs recibir Para mí, ganar, significa que nadie
12. Miautoe.tima.e basa en compl¡cene.
pierda.
13. Puedo controlar el comportamiento de otras pe¡so-
11. Soy completo ahora mismo.
nas.
12. Mi auloestima procede de amarme y aceptarme a mí
mismo tal como soy ahora, y luego conpartir con los
demás el amor y la aceptación.
13. No puedo cambiar a los demás, peto sí puedo cam-
biar cómo los percibo.

140
r4l
familias. Tcnian así la oportunidad de pasar tiempo jun-
tos e¡ un grupo, centándose cn los temas de las ¡elacio-
¡es interpersonales. Cada noche asistían también a gru-
pos en los que exploraban sus propios temas indivj-
{juales. Cuando se inició el plograma nos encontrarnos a
meruLdo con una gran resistencia por pate de los miem-
6. La adicción y el temor bros de la far¡ilia. Con frecuencia, tg¡ían la arraigada
convicción de quc el problema oÍi del adicto, y que l¿s
a la intimidad cosas volverian a la no¡malidad cn cuanto cl adicto lim-
pia.a su acto. Desgraci¡damente, la <no¡malidadD para
cstas familias eran momentos fugaces de amor, junto con
bastante resentimiento, culpabilidad y temor. El pe¡sonal
Cuando empecé a Íabajar en el campo de la depen- a cargo dcl programa estaba tan convencido de la impor-
dencia quimica la rnayor pañe del asesoúmiento se hacia tancia dc la implicación de la familia, que lo impuso
exclusivamente con el dependiente químico, con total au- como una obligación- Si un cónyuge, progenitor o cual-
sencia de las personas más significativas que hubiera en quier otra persona importante no estaba dispuesto a asis-
su vida. Debido a la faltá de énfasis sobre las relaciones, tif. cnviábamos al paciente a alguna otla parte. Ante mi
obseúaba una y otra vez que estos valerosos individuos extrañez¿, menos del tres por ciento de las familias se
no desarÍollaban su potencial para las relaciones. A me- negaron a asistir. A veces acudían como si gritaran y p¿r-
nudo los veía ¡egresar al consumo de alcohol y otras talearan, pero su presencja demostraba que en lo más
drcgas, cuaúdo resügían sentimientos de bajo nivel de profundo de sí mismos sabían que los miembros de la fá-
autoestima, cülpabilidad y vergüenza. Muchos de ellos milia tenía¡ qüe enconhar üna mejor fo¡ma de relacio
volvían al consuno para evitar la ftustración y el dolor narsc entre sí, Después de aproximadamente una semana
que se producía en las ¡elaciones i¡timas. Empecé a d¿r- de reuniones conjuntas, los cambios eran espectaculares.
me cuenta, como muchos otros de mis colegas, que tm- Las familias se daban cüenta de que sus scntimientos se-
bajar con un individuo aislado servía cle muy poco a la crctos de sentirse solos y no se¡ queridos eran muy co-
larga. El hecho es que, ya se trate de una dependencia munes cnhe otros miembros del grupo, y más de uno de
química o de cualquier ot¡a adicción, la arena dondc se cllo\ habia crecido con una tri.le/a ) unr \ergüenza
desa¡rollan las adicciones es en las relaciones. Por csta ocullas que ahora reconocían, compartían y finalmentc
razón, cualquicr curación tenía que incluir el trabajo so- elaboraban- Los miembros de la f¿milia t¿mbién se da-
b¡e las ¡elaciones con los demás. ban cuenta dc que actuaban de forrnas compulsivas ten-
Ba,andome en esla conr¡cción. diseñé un programa deotes a la autoderota, se dcsportaban de su abrumadora
intensivo p¿ra pacientes exter¡os al que debían asistir las sensación dc que dependía de ellos cl controlar el com-

t42 143
portamiento del adicto. A medida quc trabajaba con estas C brí mi le¡ or co caPas de arma¿ura,
fa¡nilias comprendi cada vcz con mayor claridad que rnu- t, al hucerlo, encerré uún nui:¡ mi amor
chos clc los temas con los quc se cnfrentan todas las pet- hdsta q c twe miello del amor mismo.
sonas ticnen un lema en común: el temor a la intimidad.
Mi escudo liE huLerlo bienf tener buen ¡tsPecto,
pero ¿p ede ser.fierl? una cáscara ¿e huer,o!
Los papeles .famíliares y el temor al qmor Í)lpecé u ronPe a
I cn las tozos cncoúfr¿ qa¡én eta.
El temor a Ia intimidad os, cr¡ realidad, €l temor al
amor. Se trata de una verdadera cpidemia cn la sociedad Yo creoi en una famiLia que, desdc el extc¡ior, parecia
ach¡al. A¡helamos la intimidad y, sin embargo, vivimos oerfccta, a pesa¡ dc lo cual nunca mc senti del todo bien.
en u1 mundo donde sentimos quc debemos protegcmos i,4i pacbe cra uu psiquiatra de éxito, mi m¿drc una diseña-
de los demás. Estamos muy ocupados const¡uyendo va- dora de intenorcs de gran talcnto. Mi hermano mayor y
llas alrcdedor de nucstros corazonos. Crecemos en fami- yo luimos considerados a menudo comojóvencs alractivos.
Iias con padrcs qüe son menos que pe¡fcctos, y a menudo Tenianos un hogar hermoso, lleno con la mayoía de las
¡os sorpretrdcmos cua¡do nos convertimos en (igual que cos¡s que un cbico pudicm desear. Todo parecia impoluto.
ellos). Anhelamos (ecordar nuesha totalidad y, sin cm- AlLnque scntía que mis padres mc que an, también
bar8o, busc¿rhos nuevas cosas que consegüir o nuevos rccibi ¡umerosos mensajes contradictorios. Con ñi pa-
objetivos que alcanzar con objglo de sentimos mejo¡es clre, un alcohólico, senti que estaba siendo malcriado oon
con respccto a nosotros mismos. () bien nos volvemos objetos materialcs, o que se me hacia trabajar demasiado
hacia las sustancias quimicas pucs con ellas nos sentimos o se mc castigaba. Mi madre era tan entregada como
por un momento fclices, poderosos y entcros. No obstan- cualq[ier rnadre pudiem serlo, y pasaba mucho ticmpo
tc, esos métodos sc rer,uelven cont¡a nosotros, y nuestra con mi hcrmano y connrigo. A pesar de sus buenas inten-
soledad y descsperación no hace sino co¡nplica$e. cionos percibí, a un nivcl muy profundo, el dolor de r¡i
madre por su matrimonio. Al adoplar difercntes papcles
Enconttéform¡ts de olidar mí soledad (de un modo bastante conscjente), sentí quc era capaz de
y en el p,ocelo olvidé q i¿n era. ayud¡r a l¡r familia a no centmrse sobrc la infelicidad
de Inis padres. Al hacerlo asi no me sentia cómodo pero
Como el agua claru enturhidda en aqucllos momentos no conocia ninguna otra forma. Mc
por la turb lenria de las marca:¡ sentia distantc, pero al mismo tiempo tcmia la intimidad.
el te¡tbr se (onúrtió en mí guía Al no ser capaz de decir no, o de afirmar mis sentimien-
mi.ntrat el anor pd,w¡! alejulo de ni oru:ón. tos, adopté fbrmas de controlar los niveles dc intimidad:
empccó a fingir cnfermedades fisicas en un intento pot

144 t45
controlar hacia dónde se dirigían los focos dentro dc mi
Al cabo de pocas semanas espesé mi amadura cuan-
familia.
¿lo me pusieron la pdmera de muchas escayolas alrede-
Un día, a los trece años, fui al despacho cle mi mad¡e
y me quejé de dolor de espalda. A travós de otras expe- dor del cuerpo. Fue cntonces cua¡ldo me pregunté por
riencias previas sabía que una queja fisica captaria in:ne- Drilncla vez si no est¿ria loco. Me sentía como si hubie¡a
Lnco¡trado la segu¡ida4 pero yo sabia que lodo aquello
diatarneDte la atención de mi familia. Hoy ya uo recuerdo
no era (normal). Con objeto de sentir lo que yo creía
si füe un vordadero dolor fisico, pero lo que sucedió a
quc cfa Lrn poco de amo¡, p¡ocuúba hace¡ coincidir mis
continuación preparó el cscenario para mi adolescencia.
inyeccioncs de narcóticos con las visitas dc mi familia.
Me llevaron a la sala de urgencias y nr€ inyocraron un
Durante toda mi adolescencia fui hospitalizado en doce-
poderoso narcótico. Al cabo de pocos minutos sentí cl
nas de ocasioncs. Llcgó un momento cn que dispuse de
prüner alivio de mi dolor emocional oculto que habia ex-
una cama de hospital en casa, junto con mcdicación oral.
perimentado jamás. La droga me propoacionó una falsa
Tenia miedo de abandonar mi habitación, porque allí te-
.cn\aiión dc tot¿lidad: me \cnri a gu(lo conmigo mismo
nta lodo aquello que scntiJ como necesariu p¿ra mi scgu-
y con lo que me rodeaba. Fui ingresado en el hospital y
rid^d: la cama, las drogas, la escayola y mi televisión.
se me diagnosticó una enfermedad p¡og¡esiva caracteri-
Dcsde mi habitación, y de una forma extraña, tenía la
zada por una lenta desiotegración de los bordes de las
sensación de poder controlar a mi familia. A medida que
vértebras dcbida al crecimiento fisico. En ün examen de lranscurrió el tiempo aumentó mi depcndencia de la dro-
rayos X las vértebras apa¡ecían como si estuvierar carco- ga, que cada vez cumplía menos y menos con su lrabajo
midas. Metafóricame¡te hablando, ese e¡a mi estado psi- de crear seguridad en la euforia. Al ser mcnos capaz de
cológico: sentia que mc estaba desjütegrando emocional- cscanrrr hacra la droga. empeeé a \enlirme mas ansioso.
mente al mismo tiempo que crecia. aunque intcnté guardarlo para mí mismo. Temia ser dcs-
No experimenté el dolor fisico que apa¡entemente se cubie¡to y, no obstante, me sentía muy solo porque nadie
supo¡ía que tenia. Empecé a fingir el dolor con objeto de podia ver cuál era mi verdadero dolor.
conscgr¡ir aquellas inyecciones tan importantes, pues
eran mi alivio, mi isln. Desde la cama del hospital, a¡i-
mado por el cufórico narcótico, me sentia capaz de con- Cerrur,se el emor
trolar büena parie de las ¡elacio¡es de mi familia_ yo era
el foco de ate¡ción. A los trcce años, mi est.1ción de lloy, cuando deseo obtener una buena imagen del te-
mando era la cama del hospital, y mi armadum eran las mor que le teoía a la irtimidad y de 1o mucho quc la
drogas que me administraban. En aquellos momentos anhelaba al mismo tiempo, ¡ecuerdo un incidonte que
buena parte del proceso de controla¡ a los demás era in- ocurnó cuando yo tenia qüince años. Acababan de colo-
conscicnte. Yo tcnia miedo y me sentía confunclido, y las carme en el cuerpo la escayola más grande que me hu-
cosas, simplemente, parccía¡ suceder. ble¡an pucsto hasta entonces. La f¡ía y espesa escayola

146 t47
me cubría desde la zona pélvica hasta la pa¡te superior
de la cabeza. Yacía en la cama del hospital, sometido a suie¡, como si continuara llevando la escayola puesta.
t¡acción, con pesas que mc colgaban de la cintura, la Las drogas me permitían experimentar una falsa sensa-
ción de
jntimidad con la genle, al ¡nismo tiempo que la
nuca y la nandíbula. Durante unas pocas ser¡anas había
¡ecibido una inyección de narcótico cada cuafto homs. úanlenían apartada, y conscrvaba el control de cualquier
Mi puesto de mando se había conveftido en una fotaleza siluaclón
y mis scntimientos se cnco¡traban prcfundamcnte debajo Ha¡ transcurrido muchos años desde la última vez
que consumi drogas- Al mirar hacia afrás, no cambiaría
de capas de escayola y drogas. Debido a las pesas, ape-
nas si podía abrir la boca para hablar Mi dolor estaba mi vida por la de nadie. Hoy soy capaz de amar a mis pa-
drcs, q!¡e estuvieron siempre alli. La vida que he vivido
atrapado dentro de mí; el amor y la inlimidad nunca po-
dían trasp¿s¿r el grosor de mi armadura. No dudaba del
me ha enscñado algo sobre todo lipo de adicciones, y
continúo descubnendo que es posible amar y ser amado
amor de mi familia por mí, pero, simplemente, no podía
en el molnento, lal como soy. Mis experiencias me han
dcjarlo entrar. Anhelaba amor, pero pensaba que si aban-
enscñado que hay dos formas fundamentales de estar en
donaba mi papel ya no estaría la familia aLlí. Esta situa-
el mundo: una se basa en el temor, la otra en el amor
ción se repetiría en diferentes formas durante los años si-
I-Ioy, clijo el amor.
8üientcs.
Un dia, desde mj cama, vi Las noticias (tenía la televi-
sión encendida dura¡te dieciocho horas al día). En la
Sobre la respons abilidad
pant¡lla aparcció un bebé que vivía en el interio¡ de una
burbuja aislante. Su sistena inmunológico tenía u¡a de-
l)e niños, rafts veces elegimos ruest¡os papeles. Bn
ficiencia. La pequeña sólo podía se¡ manejada a través nucstras familias de origen, algunos de nosotros somos
de gruesos guaotes de plástico y afiontaba una vida en la personas lranquilas e introvertidas, ta[to que la gente
que nunca sentiría el contacto humano. Sollocé mientras apenas se da cuent¿ de que estamos allí. Otlos nos con-
contemplaba esta historia cn la pantalla. FIoy, al pensar verlirnos en las estellas que lo consiguen casi todo, y
en muchas de mis relaciones, tanto de niño como de que ptoporcion¿n a sus familias una sensación de orgu-
adulto, sicnto clüe conozco el dolor del corazón de aque- llo Algurro. de nosotros se con\ ienen en niñoi ,srn-
sibles), qüe asumen el dolor de nuest¡¿s f¿milias. Es im-
Las hospitalizaciones fucron disminuyendo a rnedida portante pa¡¿ nosotros cómo podemos estar representan-
que mc ap¡oximé a los veinte años, pcro seguí utilizando do todavia los papcles quc adoptamos de niños, aun
drogas, que termi[aron por incluir cocaína y alcohol, cuando nos impidan expcrimcntar amor. Dc adultos, po-
además del narcótico prescrito. Pasaba por periodos en demos examinar y cambiar los papeles no deseados y an-
los que no consumía drog¿s, pero siempre las utiiizaba Ilcuados. El primer paso hacia el cambio consiste en dar-
cuando las cosas se ponían demasiado intiúas con al, sc cuenta de que:

148
149
Eliio los papclcs pof los que vivo.
Elijo los sentimientos que e_{perimcnto. ocultarme de la intjmidad. Y durante buena parte del
iempo me enconhaba bajo una sedación doble: perse-
gui¿r un objetivo y tomaba drogas pala aliviar el estrés
Como seres humanos, somos flexibles, y te¡emos la persegull ese objcllvo,
capacidad para cambiar ¡uestras vidas mediantc un cam- - suponÉ
olre
que muchos adolcscentes eo rucsüa socte-
po de la percepción dc nosotros mismos y del mundo. y,
Al igual
d¿d, sali de la escuela superior sirrtiéndome confundido
como adultos, tenemos la capacidad pa¡a elegir y, por
acerca de quién c¡a. Pocas semanas después de mi llcga-
tanto, somos rcsponsables de nuestras propias vidas.
d¿ a la Universidad de Oregón me encontré sumido en
Muchos de nosotrcs hundimos los hombros ante la
L¡na prcfunda depresión. Descubri que podía salir de la
palabra re,eponsahilidad. A menudo pensamos que la res-
depresión aJ enli¿scarme y perderme en mi trabajo, así
ponsabilidad se halla conectada con algo que tenemos
qüe empecé a sumergirme e¡ mis estudios. Ser exccsiva-
que hacer pero que, en tealidad, no deseamos hacer. Con
mente estudioso parecía mucho más aceptable que con-
fiecuencia se ¿socia la pa7abft debería cor, la, ¡esponsabj-
sumir drogas. pero eso, para mí, sirvió para el mismo
lid¿d. Yo estoy convencido, sin embargo, de que con la propósito. Flse misno año, algo más tarde, me trasladé a
verdadcra responsabilidad va la libertad. Cuando ¡sumi- la Unive¡sidad Estatal Sonoma, cerca de mi bogat en
mos la rcsponsabilidad por nucstras vidas, dejamos de Califomia. De algún modo. estaba convcncido de qu(r el
señalar compulsivamente a los demás y entramos en un hecbo dc encontrarrne allí haria que mc sintiera feliz.
mundo en el que tomamos decisiones sobre nuestr¿s pro- Dcscübri asi que los traslados geográfrcos raras veces
pias vidas. Con la elccción y la rcsponsabilida4 tenemos constituyen una cura para la dcpresión- Llcvamos con no,
pooer personal. sohos lo que somos allí dondc vayamos.
ScgLLí persiguiendo mi objetivo de destaca¡ cn los es-
ld c,. cn realrdad. i¿ ( Jpa(rd¿d tlrdros v nle encontÉ graduado en el programa de cuatro
'e\pon\¿b:lid¡d
para rcsponder. anos en apenas dos ajios, y con notas aitas. No tenia ni la
menor idea de quién era yo, pero lo estaba hacicndo
bien. Una afirmacjón extr¿ña que describí¿ perfectamcn-
La.falacia de <nct me siento bien como soy> le lo que er¿ mi vida. Habia terminado la licenciatu¡a a
los 19 ¿ños cle edad.
Las drogas no fueron la única forma que descubrí Nuestra cullura pone un mayor énfasis cn lo que se
para protogeme del amor y de mis sentimientos de sole- ,n;l(e. ¡ntc\ que en lo quc 5e e\. Una de las primeras pre-
dad. Tar¡bién descubí que podia cre¿t clevados objetivos guutas que plante¿mos a la ge¡te es: ((,A qué se dedica
para mí mismo y ocultarme en la búsqueda de los mis, us¡ed:'.. \4i familia no era djfrrenre a la ma)oria ¿ una
mos. Mis elevados logros no solian ser muy diferentes a
)
e(¡ad muy temprana ya lne había dado cuenta de que los
las drogas: ambos servian como segrLros lugares donde paores eslaban convencidos de que cuanto más
se t¡aba-

150
l5l
Jara, tanto mejo. Si uno sufría, eso significaba que las el suelo, a solas con mls temores. Creo que fue en ese
cosas iban bien. En aquella época mi padre trabajaba pot mome¡to de desesperación cuando empscc a cammar
1o menos doce horas dia¡ias. Pensé que de eso se trataba verdaderamente por cl camino de se¡ urla percona que re-
en la vida y me dispuse a hacer lo mismo. Me encontraba clrerd¡, u¡ ser humano que recuerda el amor
bajo la ilusión de que si lo que est¿ba haciendo era co-
rrecto, no tend¡ía que prestar mucha atención a quién era
yo. Este erro¡ de pensamiento es fundamental para el sis- Ataque, deJénsa y aclicción
tema de pensamicnto adictivo.
8n el sistema de pensamiento adictivo, nuest¡os egos
nos vcn como vulnerables, culpables y avergonzados,
La adicción y el síndrome de la zenqhoria pcro siemprs t¡atando de oculta¡ esos sentimientos. ¿Es
sorprcndentc acaso que la const¡ucción de elaboraáos
Me conslruí una máquina, basada en el prototipo de la sistemas de defcnsa tenga un sentido perfecto pala ellos?
de mis padres: ulla máquina giÉtoria dc la zanahoria. Me En un estado mcntal en el que el temor sc encuen¡ra en
la instalé firmemente sobre la cabeza y mantuve la zana- cl núcleo de todo, ¿no son el ataque y la defensa una
hori¿ a una ciert¿ dista¡cia. Mientras enfocaba la atcn- cuestió¡ de p¡oleger la propia seguridad? En un mundo
ción sobre la zanahoria no me veía a mí mismo en el basado en la sepzLmción, el ataque y la defensa son consi_
aqui y el ahora. A medida que persegxía a mijugosa za- derados como herramientas ¡ormales y necesarias para la
nahoria, la máquina me la acercaba más y más y cuando supcrVr\enciJ. \i queremOr (ncontrar paZ menlirl, lene.
ya estaba a punto de degustarla, la máquina la dejaba mo- que de.¡fiar cl núclco de e\re si\rem¡ cle pens¿
caer y producía u¡a nueva zanahoria en la dista¡cia. Mi micnto irracional.
máquina también disponia de un componente de audio. La validez del ataqlLe y ia defens¿ se ven sostenidos
Oía a la gentc aplaudir al iicmpo que aparecia una zana- por la, fal.i r'rcencia de que ha) algo m¡s quc
et llmor.
horia tras otra, lo que me pemitía experimentar una cie¡- ( uJn.lo pcrctb nos nue5lra cLltoestitna cotno
Je|enLltente
ta satisfacción temporal. A medida qüe transcuraió el de 1o mucho que tenemos, nos sentimos nal![almente
te_
tiempo, la máquina actuaba más y más deprisa, hasta que me¡osos dc que alguien pueda arrebatarnos lo que tene_
un buen día r¡e sentí tan cansado que ya no pude soste, mos._Cuando trazamos lineas arbitrarias y dividimos
el
ner el ritmo. Me caí y me quedé solo en el suelo, con la mLnJo cn gcnte bue¡a y mala. des(uhrimos lorm¿s
de
máquina rota a causa de la caída, sin posibilidad de ¡epa- oemosl¡ar que nue5fras dtvrsioncs son r¡litla¡.
Jug¿mos a
ración. No había gente que aplaudiera, sino sólo yo, en el ser jrLeces quc emiten vcredictos
cientos de veces al día.
aquí y el ahora. Lloré, po¡que en ese mome[to supe qüe (,llJndo noi \emos
a noso¡ro\ mismos an)ena/¡do5 de
jamás volveria a poder ocultarme en mi persecución de arguna lbrma. ponemos en mareha
qelcn.a. tstc
nue.tro .i.tcma clc
objelivos. En mi agotamiento, pe¡manecí tendido sobre e\cen¡no se basa en Lrn sislerna rrracional

152 153
de creencias que nos dice que no estamos bien tal como
Esto es evidente tanto a nivel intemacional como a ni-
somos. La verdaq sin embargo, necesita ser repetida con En cl nivel inte¡nacional nos dccimos
Aecue¡cia:
vel individual. a
nosottos mismos que aumentamos luestra defensa por-
qu( rraramos Jr evilar la gucrra. Pero ¿que sucede con la
El amor no necesita dcfensa
probabilidrJ de la guerra con cada nueva aÍma quc se
ionsrru)c.' La ¡robabrlidad de la gucrra aumcnta porque
En el sister¡a de pensaniento adictivo ruestras men-
aumenta tarnbién la probabilidad de un empleo acciden-
tes engañadas nos dicen que la defensa es ¡uestra llave
tal y porque t¿unbién aume¡ta el temor En cl momento
pam alcarv¿r la .cguridcd. Ahora. veamos qué es en rea-
de escribir estas líneas, las süperpotencias sc estiin dando
lidad esa defensa.
c!¡e¡rta de esto, asi que, en cieúa medida todavía peque-
A lo largo de los años, el mundo ha trazado fronteras ña, intentan rcduci¡ el núme¡o de a¡mas.
para indicar dónde empieza un pais y dónde temina Esc mismo proceso ocrüre a un nivel indivjdual. A
otro. Cada nación decidió por sí misma si otro país era medida qoe construimos compulsiva y adictiv¿Lrnenie nues-
(buenoD o (malo). Nalu¡almellte, el que ahora es
tras defensas individuales, aumentamos la probabilidad
<malon puede llegar a ser <bueno> en algún momento del conllicto. Se t¡ata de un desaforfunado ciclo vicioso
posteflor, y viceversa. En nuest¡o propio país siempre quc se desarrolla como sigue: sentimos temor, construi-
nos vemos a nosotos mismos, de una fbrma natural, mos defensas; al construir defcnsas, sentimos más temor.
como buenas y conectos. Nuestras fronteras estát fija- La pauta se construye y desarrolla en el ciclo del ata-
das; ahoü nos preocupamos por la posibilidad de que al- que y la defensa. En este ciclo, es imposiblc la paz men-
guien amenace (nuestro tcrritorio>. Alli dondo nos deja- ril. (omo lo e. la inrimidad. al mi.mo licmpo que au-
mos guia¡ por el temor, las defensas parecen totalmente menta la probabilidad de la adicció¡. Un esquema de
razonables. este ciclo es el siguiente:
A medida que los sisternas de defensa dcl mundo se
hicieron más avanzados, este pais desarrolló armas nu-
clca¡es. Con objeto de mantener la ilusión de que un ela-
borado sistema defensivo proporcionaba seguddad, di-
mos a los misiles nombres cariñosos, como (Mantenedor
de Ia paD. En todo csto hay una verdad que nuestros /\
v\Ataque/defensa

egos nos ocuttan:


Culpabilidad, vergúenza, c'ilera Jutci
rEr4oF
Nuestras defensas prodi¡cen precisamente aeuello contÍa t )
lo eue estaban destinadas a proteEernos.

\_/
154 t55
La alternativa al qtaque y la defensa El sistema de pcnsamiento adictivo entra en las rela-
ciones con el lema:
(Cumple mis expectativas y te acep-
Supongamos que pudieras elegir una forma dilérente taré>, o con el lema: (Seré feliz si tu...D. Cuando nuest¡a
de ser en el mundo. L¡agina que en tu vida sólo pudieras pal m(nrrl Jepende del conrnorlrmienlo dc ono. tardc o
ver dos fo¡mas de comunicación. O bien la gente expre- i"r¡'nnn nor \enlircmos desilusionaLlos. Nue\tra re.-
saria amor, o bien pediria amor. Piensa en la forma tan puesr¿ h¿brrual a esta de.ilusión c\. prob¿blcrnenr(. l¡
diferentc como poddas relacionarte con otas peNonas si iólera 1 la eulpe. I no puede -er algo fa.iro con su cóle
las viems. tanto a ellas como a ti mismo, a través de unos ú y retimrse, diciendo: (No quiero que vuelvan a hacer-
ojos suaves y misericordiosos. Esa visión del mundo, mc daño). Otro pugdc scr más agresivo, acusar y atacar a
centrada en el amot se basa en la aceptaclón, como la otra pe¡sona, diciendo: (No soy feliz y no es por culpa
opuesfa al ataque, y en el perdón, como opuesta al iuicio. mío. En cualquiera de los dos casos, fundonamos según
En contmste con cl ciclo de ataque y defensa, el siguien- el pdncipio adictivo de que la felicidad p¡ocede de la
te diagrama ilustra el ciclo del pensamiento basado en el ora pe$ona.
amor El sistema de pensamiento que elijas en un mo- El pensamiento basado en el amor dicc
mento dado depende de ti.
5o] rcsponsable de m¡ lelicidad.

2. Cuündo tne enojo y ataco a otra personL, mí objeti,o


oculto es conseguir que la otra persona se sie ta culpable.
\ En el sistema de pensamiento adictivo tenemos la
Paz, auloest¡ma, compas¡ón
creencia absuada de quel

a AlFuietr m¡ . es rcrpon\able por cómo me siento.


b. Hacer que otro se sienta culpable por lo que ha hecho,
hará que yo me sicnta mejor.

?regúntate ahora mismo: ¿cuándo me ha of¡ccido un


.
oedo acusador una duradem sensación de felicidad?
La verdad de señala¡ ¿ otro os:
El apuntalamíento del ataque y Ia deJénsa
Cuando señalo con el dedo
l. Me enojo I atcrco cuando otra persona mantenEo tres dedos señalándome a mi
acuerdo con m¡s expectat¡vas,
3. El ataque !
la .l{ensa proceden de uí pensam¡ento de Es n€cesario damos cuenta de lo siguiente antes de
paz mental consistente y un
que so! olfa cosa que amor
Doder experimentar una
Cuando me dcscubro atacando verbalmente a otra per- amor incondicional:
sona, nunca es porque me siente bien con respecto a mí
a, CatJa yez que atacamos a otIa persona, nos hacenos
mismo. Rcsulta curioso obscn'ar que preclsameüte aque_
daño a nosoúos mlslnos.
llo que deseo en realidad, amor e intimida4 es exacta_
mente lo que nis defensas me impiden experimenlar' En b. Cada vez que nos poner¡os a la def¡nsiva, le damos la
espalda al amot
la si$riente ocasjón que te veas at¡apado en este círculo
de ataque y defensa, pregúntate: ¿contra qué me estoy c. Si deseamos amo! son nuestos pensamientos de ata-
que los que nccesitan scr culados.
defcndiendo? l,Podria ser consclente del amor si bajara
mis defensas?
d. Es nuestra actitud defensiva lo que hace que sigamos
sinliéndonos sep¿rados y solos.
El pensamiento basado en el amor reconoce que:
e. Mientras nos encontremos en el ciclo de atac¿ y dc-
Soy amor. No hay nada que delcnder. fcnder, nos sentiremos empantanados en un ciclo adic-
justilic.tr tivo.
4. La prq)ección es el me¿lío que util¡zo para
L¡ verdad cómica es que:
Sucedc muchas !eces cn nuestlas relaciones que ve-
m!,\ aspcclos inde*¡dn. y negado5 de nosolro\ mi5moq CtJlpr¡r lu propio rcflejo en cJ c\pcjo (au\a
que se manifiestan en otras pe$onas. Eso es la proyec- daño a tu mano.
ción. Ei ego utiliza la proyección pam hacernos sentir
justificados en nuesho ataque a los demás. Al elegir ser 6. l¡l akrque ), ld ¿el¿ sa nunca traen consigo lo que
conscicntes de qujenes somos, también tenemos quc
af¡ontar las partes rep¡imidas de ¡osotrcs mismos. Me Si 10 que deseas cs paz mental, tienes quc uarre cuen-
reliero a c.o (lenominándolo la pu*tion dc nrre"lia' prn- ta dc que el ataque y la defensa sólo ticnen como resulta-
yeccionos. A1 hace¡lo así, limpianos las lcntes a través conliicto. Tencmos que cuestionar la lógica del ego,
clo el
de las cuales vemos a los dcmás. que alirma qLLe cstamos constantcmellte necesitados dc
El pensamiento basado en el amor Leconoce que: detensa- La verdad es que tu scguridad ¡adica prccisa-
meDte en tu indelbnsión.
El ataque nunca está iustificado.

5. El ataque es, en reol¡dr1d, una clefensa, y las deJénsas La actitud defensiva trae consiEo el temor
síempre traen consí4o precisamente aquello contra lo La indel¿nsión trae consiEo el ¿mor
qu e queremo s pf o tegernos.

158 159
. EI y la preservan la culpabílidad y au-
7 ataque de,fensa
mos. El pe¡dó¡ es un suave desprendemos del pasado.
Nos permite ver el mundo y a nosotros mismos a t¡avés
La culpabilidad y el temor mantjenen en funciona- de l¿ claridad de¡ mome[to presente. Elegimos constan-
niento las ¡uedas del sislema de pensamiento adictivo. temente cntre perdón y el ciclo de ataque y defensa.
El ego nos dice que el tet¡or es real y qlre nos encontra-
El pcrdón es m¡ única función
mos en conslantc peligro. Jugamos al juego de la patata
cuando la paz mental es mi único obietivo.
caliente, en el que arrojamos rápidamente nüestra culpa-
bilidad hacia la persona más cercana, creyendo que de
ese modo nos libranos de ella.
Si deseo ser feliz, tengo que darme cuenta de que: Sobrc la conJianza

En mi práctica veo a muchas personas en relaciones


Arrojar mi culpabilidad a otra Persona no me Permite
desembarazarme de ella.
con otras personas químicamente dependientes. Esos in-
dt\idIo. (ompar¡en mtrchos .cnlimientos. pensamienror
y comportar¡icntos comuDes. A esa constelació¡ se la de-
&. El alaque y la defensa son un llcrmam¡ento al nomina codcpendencia, aunque muchas personas code-
'mox
No hay nadie que no desee ser amado El problema es pendicntes no ticnon relaciones con personas qüímica-
que, debido ¿l sistema de pensamiento adictivo del ego, mente depel1dientes. El hecho de trabajar con la codepen,
trna pcr\ona puede.cntirse confundjda y terminar por dencia l¡e h¿ hecho se¡ más conscicnte de un tema con el
proregerse a ir mrsma Llel ¡mnr. al mismo liempo que que muchas personas tienen problemas: la confia¡za.
manliene el temor vivo y bien. Por dificil que sea verlo Mary acudió a verme después de haber complctado el
asi, cuando alguien se compo¡ta a la del'ensiva o te ataca!
componentc familiar de un progmma de batamiento en
el quc participó sU esposo, Jeff, por su adicción a la co-
lo que hace e¡ realidad es emitir g¡itos dc au-riljo. Si
caina. Al principio de nuestra primera sesión, Mary se
puedes responder con amor, el ciclo dejará de existir
mo.lrú lloto.¡ ). con Lrn ¡ono rle lru.lración en su vo,,,
El núcleo del sistema de pensamienlo basado en el
me dijo: <No sé si podré confi:u alguna vez en é1. parece
amor es cl siguiente:
como_ si crl cuanto cmpezara a confiar en alguien mc sin-
tlera lcntamcnte aplastada. Me dcscub¡o ¿ rllr rnsrra na-
AIIí dondc hay temot la respuest¿ es amor.
Iando de complacer a esa pcrsona o ¿partándome de
ella). La iniensidad de la frustración y el dolor de Mary
9. El penlón es Ia c:law paru la J¿licidad. me sugil-ierorl que ese problema no se había iniciado con
La felicida4 la paz mental, se inicia con un cambio e\la rel¡ciin con 5u esposñ. Empezamo. por e¡plor¿r sus
accrca dc cómo percibimos el munrlo 1 c nosotros mi\- rerrcrones e hjstoria femilir

160 l6l
A lo largo de las siguientes sesiones, Mary describió Mary aprendió quc hay en realidad dos tipos de cor-
fianza: uDa con mayúsculas y otra con minúsculas. La
haber crecido en un hogar en el que su mad¡e era alcohó-
lica. Dijo haber tcnido la sensación de que su madre la
confianza co¡ mayúsculas sc basa en el ¡mor. Ma¡y fue
ar¡aba, pero que su comportamiento c¡a dcsenf¡e¡aü-
conscienle de que podía ver la luz del amor cn Jeli, sin
nente elIático: ¿ veces estaba sobria, y sc moshaba cari-
atlherirse por ello a su comportamicnto. Eso la at'udó a
ñosa y atenta, y en otras ocasiones estaba ebria y sc mos-
dcsprtndclsc Jr \u nece.ida(l de cnnlrolar a su e\nnso
traba emocionalmente inalcanzable y explosiva. Mary R.(on.'cio qu. el cumporrarnienlo dc Jcll era con re,fcc-
aprcndió que no podía coofiar en su madre tanto como to al propio Jcff, no con respecto a ella. Se dio cuenta de
hubie¡a dcscado hacc¡lo. que ¡o l:ra clla la rcsponsable del compo¡tamiento dc su
A menudo, sc volvió hacia su padre en busca de con- csposo. Así pues, cligió dejar de vcr el comportamiento
suelo. En sus primeros años, él estuvo allí para ella. A de Jell como un barómctro de su propia autoestima-
meüda que pasó el ticmpo, su padae se enfrascó en cl Mar¡ se dro cucnta dc que la cl,nli¡nz¡. con minúscu-
trabajo con objeto de pcrmanecer alejado de casa. Ella Las, se basab:l cn la consistcncia del comportamiento. Jeff
descubrió entonces quc no había e¡ reaiidad n¿die en nccesitaría csfar en recupe¡ación dura¡te un tiempo antes
quien pudiera confiar Sccrctamente, creía que quizá los de que Mary pudiera confia¡ cn é1. Descubrió, sin embar-
problemas de la familia sc producian por sü culpa, y to- goj quc e¡a capaz de amarlo, al mismo tiempo que le
davía llevaba consigo su culpabilidad cuando la conocí. consideraba aesponsable de sus propias acciones. En re-
Cuando oonoció a Jeff creyó haber encontrado final- surnen! no lenia por qué ce¡¡ar su comzón ante el amo¡
mente a alguien ell quien poder confiar Al cabo de seis sólo porque tenlieü el comportamiento de JefL
arios dc marrimonio. Jeff empc/o ¿ con\umir cocaina. Si descubrcs que, eI1 tu vida diaria, te cjerras al amor,
Diez meses más tarde el mundo dc Mary se había des- ¡ecuerda lo siguientel
moronado, hecho añicos.
Durante los varios mescs quc duró nuestro trabajo L Siemp¡e pucdo ver la luz del amor cn los demás, in-
conjunto, Mary elaboró bucna parte de su dolor en rela- dependientenente de su compofamicnto. Puedo con-
ció¡ con los mensajes contradictorios que le habí¿n elni- fiar en el amor', con mayúsculas-
tido sus padres- Pudo asi, por primera vez, sentirse enoja- 2. El conportamiento de los demás se refiere a ellos
da con sus padres al mismo tiernpo que se daba cuenta misnos, no a mí. Yo sólo dcbo acepla¡ la respoNabi
que ella no tenía la culpa de los problemas de la familia. lidad por mis propios sentimientos y acciones, y dejar
Finalmente, elaboró la cóleaa y los perdonó. Las cosas le que los demás hagan lo mismo.
resultaron algo más dificiles con respecto a Jcfl porque J No pucdo controlar o predecir las ¿cciones dc los de-
temía confiar en él sobre una base cotidiana. Ese lemor más. Lo que si puedo hacer es elegir entrc construu
le impedía establecer una verdadera intimidad con su es- una vall¿ ahededor de mi corazón, o idcntifica¡me
poso. con el ¡moL

t62 163
Lds creencías irrqcionqles de Ia mente
qdíctiva

L Mí autoeslima depende de que sea crprobado por lo-


dos los seres de este Planeta
La aprobación uná¡imc es altamente inprobablc, y
7. Aorender a amarnos esta creencia tienc como consecuencia otlo de los ciclos
viciosos del ego:

a. T¡¿to de complacer a otras pe$onas para sentirme


bren conmgo mlsmo,
b. Finalmcnte, llacaso porque no siempre puedo compla-
Cuando nos vemos atrapados en la adicción es irnpo-
ccr a todo el muldo. El fracaso trae consigo sent;
mjentos de culpabilida{ 1o que conduce a su vez a
sjble experimenta¡ amor. La compulsividad y la paz men-
sentimientos dc bajo valor propio.
tal son mutuamente excluyentes. Estoy convencido de
que büe¡a parte del comportamiento adictivo procede del
c. Paü compcnsa¡ los sentimientos de bajo valor propio,
intento por encubrir o huir de los profundos sentimientos
úe convierto cada vez más en alguien r¡ue se dedica a
complacer a los domás.
de soledad. En lugar de sentir nuestra propia soledad nos
cenftamos en controlar, conseguir, juzgar, defender y ata-
En el pensamiento basado en el amor me doy cuenta
car como formas de alejamos de esa soledad. Lentamen-
de que:
te, nueshas adicciones se convieúen en las müallas tras
las cuales ¡os ocoltanos. Finalmente, ¡uestras mulallas
Mj autoestima no d€pendc de complacer a los demás.
se hacen tan altas que en lugar de limitarnos a ocult¿mos
¡J bu\oucd¿ dr aprobauon re irleja de euten \oJ.
has e¡las, nos conve¡timos en verdaderos prisioneros de
nuestro propio quehacer Los guardianes de la p sión de
2. Para ¡:onsiderarme vjlioso tengo que destaca¡ lograr,
la adicción son nueshos egos, mientr¿s que los b¿lrrotes
ganal J) ¿esplegar una brillante competencía en todas las
de las celdas se halla¡ forjados a base de nuestras creen-
ocasktnes, en todos los lugares y a loda cosk1,
cias irracionales. Nos e¡conhamos sentados sob¡c un frío
oemento gris en nuest¡¿s oeldas oscu¡as y aisladas, pen- Qué frági¡ puede llegar a ser la autoestima cuando se
:ando quc no hay lorma de c.capar dc allr. plensa asi.
¿,Es sorprcndente que esa creencia conduzca a
Con objeto de liberamos de nuestras adicciones, antes 1a adicción? Esta creencia sc
basa en el temor de que si
tenemos que identificar las creencias i¡racionales que se baJa la guardia, incluso por un instante,
se puede co-
nos mantienen sujetos a donde estaúos- meter un erlor y ser considerado como incompetente. Ell

t64 165
nucstra sociedad prevalecc cl temor a que se le considere
a uno como un fuacasado. Hace algunos años, un estudio 4. Sí las situationes extelnas.qüe apareLen en mi vída
teveló que un gran número de individuos que ocupaban
o so eaactamente Io que deseo que ,sean, tengo que
'sentirme
tenso, preocuparme ¡nterm¡nablenenle y espe-
puestos respetados y de alto nivel sentí¿rn en lo más pro- un alesaslle a caal4 momento
faf que oculra
fundo de sí mismos no estar suficientemente cualillca-
dos- Esos individuos scntían que algún día podrían ser
Hl ego dispone dc un sistema a piueba de incendios
dcscubiertos como fmudes. El ¡csultado de esta oreencia
Dara evitat qul] nos veamos a nosotros mismos y conside-
es que el individuo corre sobre una cinta sin fin, a menu-
l."ao. nu"rto sislema de ereeltcias. EI ego nos anima a
do habicndo obtenido elevados logros, mientlas que su
se¡tjr¡os ¡olalmente preocupados por el caos que nos lo-
experiencia intema le produce la profunda sensación de ti el conside-
dea. Quizá sea un pensamiento nuevo para
ser inadecuado, de no ser suficiente.
rar que la situación no es lo que dcte¡mina tu experien-
El pensamienlo basado en el amor refleja la verdad cia. Quizá te hayas acoslumbrado a senti¡te feliz cuando
acerca de quién eresl
las cosas salcn a tu modo, y desgraciado cuando no te
gusta le sitoación. Podemos compo¡tarnos como un robot
Mi velor propio no se basa exclusivamente
en ro quc nago o constgo.
programado con rcspuestas ante toda clase de situacio-
oes. Podemos encontramos ta¡ atrap¿dos en tratar de
Soy suficiente ahoÉ mismo-
conscguir qlLe el mundo exterior se configurc de acuerdo
con nLLestros dcscos, quc nos olvidaülos de nuestra vida
3, Toclas las cosas que sulen mal en mí vida son c usa- interio. Cuando trata¡ros de controlar compulsivamente
alas por olras personds. Esas personas necesifan ser cul- las circunstanoias cxtcrnas, lo que hacemos es ga¡antizar-
podes y castígddds. nos una vida privada dc paz duradera.
Para evitar nucstros propios sentimientos sr.lbyaccntes Lo firndamental de tmtar dc controlar las situaciones
dc inadecuación, tendemos a echar la culpa a otras perso- es que la tal'ea nunca llcga a rcalizarse del todo. Siempre
nas. A veces, nos sentimos 1an desconholados en nuestra podrás encontra¡ algo más quc nccesita ser controlado. A
vida que llegamos a pcnsal ir¡acionalme[te, quc e] he- la rnvc¡sa, a medlda quc tc sientcs r¡ás cómodo con
cho de echar la culpa y castigar a otú persona nos per- quicn eres, disminuyc la necesidad de conho¡ar las cosas.
mitirá recuperar de algún modo un poco dc control. El En 1982 pasé un tiempo cotl la madre Te¡esa, en su
lemo¡ se encuentra cn el núcleo de esta creencia. Mien- Misión de (aridad, en la T;dia. A través de ella vi de pri-
tras cofiamos por temor, ni siquiera podremos observ¿r me¡a maüo que es posible experimentar paz mental in-
la fuente del ve¡dade¡o problema: nuestra mente adictiva. cluso halLándosc rodeado por el hanbre y la muerte.
El pensamiento basado en cl amo¡ reconoce que: Lreo que ella vio a esos niños abandonados y personas
moribu¡das como seres con necesidad dc amor y r€speto.
La sanación debe empezar cn mi propia ntente. Centró la aiención en proporcionarles precrsamenre eso,

166 167
al mismo tiempo que no pedía nada a cambio. El hecho Eso, a su vez, crea otro de los cír-
la siguiente catástrofe.
de e-tar con ella me permilió. crco quc nor primcra vez
culos viciosos clel egoi
en mi !ida, darme cuenta de que la paz mental es una
elccción, dc que cada persona es capaz de un amor in-
condicional, y de que la felicidad no depeúde de la situa-
ción externa.
No sugiero con ello que no debarnos p¡eocuparnos Nueva expeienc¡a negativa
por lo que sucede en cl mundo. Lo que afirmo es que de- (prueba de que tu Prcdicción Preocuparse y predecir que
beúos terminar allí donde hayamos empezado, es decir, el Pasado se repelirá
por examinar nueslra propia mente. Para llevar una vida
pacífica lenemos que reconocer que sólo podcmos con-
trolar nue5lros propro\ \enlimrenlos ) rcaccioncs.
El pensamiento basado cn cl amor afirma:
Si quiero cambiar mi vida, tenEo que encontrar
Vivi cn México durante un año y vi los efectos de esta
el cambio en mi mente.
creencia dcmoshados de una forma i¡ónica. La vcnganza
Lo que e.xperi¡rento se basa en mis pensamientos dc Moclezuma sólo es una cuestión de viajar al sur de la
J Creencias. liontcra. (Jbscrvé que la gente quc visjtaba México se
aproxinaba a cste hecho de una dc las lres folmas si-
5. Si en el pasado ocurrió algo negativo, debería preocu- guienles:
parme en el caso de que se rep¡tiera en elfitturo. Ayudará
s¡ reflexiono sobre la posibilidad de que welva a ocutrir.
L Lo ignoraban, y se dedicaban a comcr y bebe( todo 1()
No hay nada escrito en pjed¡a donde se afirme que el que veian,
pasado se repetirá a sí mismo, a pesar de lo cual son mu- 2. Se daban cLLenta de que no eran i¡muncs a las bacte-
chas las personas que viven de acuerdo con esta premjsa. rias. Disliutaban de su comida, comían ligeramente ¿l
Esa cree[cia nos conduce a ü1a fa]ta de confia¡za y nos principio y evitaban, evidentementc. las situaciones
inaluce a permanecer en guardia. Lo irónico es que ol no lo basta¡te sanitarias. Apa¡tc de eso, no se preocu,
simple hecho de pensar en ü1 posible resultado negativo paban por la situación.
puede hacer que éste se produzca en re¿lidad. Si po¡e-
.
r. ¡c preocup¿ban constantemento por ello, inter¡ogaban
mos cncrgia suficiente en pensar que algo sucederá, bue- a todo el mundo acerca dc los alimentos, hasta qu(] el
no o rnalo! eso mismo será lo quc succda- Y cuando ve- propietario del restaurante deseaba aKiárselos. Pen-
mos convertida en realidad nuestra predicción negativa, saban constantemente en lo te¡riblemente mal que se
¿umentalnos nuestro cornpromtso pot preocupamos por sintieroD la última vez que sufrieron una diarrea.

t68 169
Lo que observé en mi estudio casual fue que los o un patrocinador en un pao-
miembros del primero y 1ercer grupos enfermaban más o de un amigo, un terapeula
menos con la misma frecuencia. Los del scgundo grupq
qrama de dore pasos). ) al claborar nuesb-o dolor. El
iol¿zar las decisioner er una lórma indirecta de dectrl
fueron los que mcnos fi.rvieron que contar los azulejos e mí mismo, en mi intuición o en Dios).
del cuatto de baño. La moraleja de esta historia es que la
uÑo confio
preocupación excesiva hace más daño que bien. Gracias Nuestro dolor hacc que tengamos miedo de movemos en
cualquier dirección; entollces, nos quedamos empa¡tana-
al poder del pensarni(nlo podemo5 alraer precisamenle
dos. Aplazainos las decisiones ¡elativas a cambiar la si-
aquello en lo que pensanos demasiado. Ese poder puede
tuación. Cluanto mas temor cxpelimentamos! tanto más
utilizarse para aportar a nüesln vida experiencjas positi-
¿plazamos las decisiones. Al hacerlo asi, adoptamos for-
vas o ncgativas. La elección es nuestra.
mas adictivas dc sü con objeto de evitar aún más nues-
Al desprcndcmos de la preocupación, empezamos a Íos sentimientos y crear tnás razones para no gustamos a
cxporimentar alcg¡ía. Cuando nos preocupamos por el fu-
¡osotros mismos.
turo y por cl pasado lo más probable es que nos sinlamos En contraste con la rcpresión y el aplazamiento de las
miscrablcs. Como scros humanos, tenemos ur1 cereb¡o decisiones, el pensamiento basado en el amor afirmal
poderoso, aunquc cs posiblc que tengamos problemas
con tres hechos muy scncillos sobre e1 tiempot Confío en cl despliegue de mi propia v¡da.
El amor nunca me ha abandonado.
El pasado es pasado.
No nccesito más qire abriÍ mi corazón al amor
EI fuiuro está en el futuro.
El presente es presente. 7. Soy rlébil y nec¿sito depender de alguien o de algo.

6. Si ewto los temas doloroso: -v rcprtmn n¡t I moc¡oner, _ QlLizá tengas la sensación de ser débil, incompleto o
me sentír¿ seguro ! fel¡z. de algúLn nrodo insuficiente. Es posible que el simple hc-
cno.dc esta¡ a Solas dura¡te unas pocas horas te haga
A pesar de la opinión popular, la represión y cl apla- se¡tlrle mcómodo. Quizá creas que las drogas u otras
za¡ las decisiones no son las llaves que dan acceso a la aorccrones 1e aportan un alivjo tempo¡al, a pesaa
de lo
felicidad. A través dc nucstras adicciones hemos inte¡ta- cual la scnsación dc no estar completo persiste
en lo más
do reprimir nucst¡os scntimientos de cólera, falta de valor profundo
y vefgüenza. cuando detenemos nueslro coúpoftamiento Cuando e¡a un:nuchacho, mi familia disftutaba
ha-
adictivo y nos enftentamos al sistema de pensamie¡to clendo roñpecabczas. A
veces, no elrconraoamos una
¿dictivo, aflorará el dolor reprimido. Volvemos a sertli- p'c/J Dc\nué. Llc h¿bcr bu\cado
una dercrminada pie,/a
nos como seres humanos prccisamentc al pcrmitir que ourdnlc hor!\. bromcabamos
dtciendo que el l'abricante
este proceso se despliegue (habitualmente con la ayuda nabla \cndido el
rompecabezas sin aquella pieza. Cada

170
l't I
vez que eso sucedia, yo estaba oonvencido de que al-
ment( imporlJnlc obs(r\ar la salrrd dc e\a pcr5ona.
qr
guien dc la fábric¿r poseia un crlLel sentido del huror y
habia retirado una o dos piezas de la caja. Finalmente, la
ob:cno la .Jlud ) h lot¡lidad sub¡rcentc d< rrna per.o-
na, fie sicnto entcro. Si sólo me identifico con el dolor,
pieza que fallaba siempre terr¡in¿ba por aparecer.
sóio siento dolor'
Ninguno dc nosotros ha llegado a este mundo privado
Muchos dc nosoÍros acudimos inmediatamcnte a solu-
rle unr piczr. Quiz¿
'r recc.ilc pd,ji(ncir ) pcrsc\er ncia
pam convcncernos de quc cs{amos conlplctos, pero eso
cionar Ios problcmas de los demás, como una lorma de
of¡ecemos LLna cierta clasc de autoestima a nosotros mis-
estÁ ahí.
mos. Eso no cs más que otra forma de adicción: cLeemos
No quiero decir con cllo que no necesitcnos la intimi- que ¿l haccr algo o al solucio¡ar lur problema encontra-
dad con otras personas. Pero estar en una posioión de- renros l¿licid¡d. Cuando dejamos de ser superhéroes en-
pcndiente no es intimidad, sino clependcncia, y se basa en t¡egados a solucionar problcmas. probablemcnte scnti-
la crcencia de que nos f'alta aigo dsntro de nosoÍos mis- mos la lcrgüenza y el bajo nivc] de autoestima que
mos. Cuando somos conscientes de cstar completos, po- habian qucdado cubiertos po¡ la adicción. AI compartir
dcmos empezar a compafiir veldadcralnente lo que so- cse dolo¡ con otro ser humano podenos prsnr a curatnos
mos con los demás. También podcmos permitjmos el ser a nosot¡os nrlsr¡os. A partir dc ese lugar completo y cu
alimentados por los demás. rado, podcr¡os ser verdade¡amcnte útiJes para los dcmás.
Reconoce quci
Comparle lo Quc cres con otro.
f.o rfrrc' ¡l olro (omPcnu unJ I a (n( ia \Jr(El.rrtc a tiro rnr afrcgldt¿ a n-l
Pa ¿
en [l mlsn]o. 9. Hay ¡1¡¿ /i1y¡7u ,orrocta de wr el mundo.

8. Debería impl¡came y altelatnne por los prohlends de Si has crecido cn !¡na f'an lia alcohóiica o dislmcio_
¡al, quizá pienses dc este moclo. para compensar Ia locu_
m \ lr Incorlisr!nctit de te que ha,.id,r tc.tigo. qr,i/; ¡c
Cuando la gcnte se enteú dc que soy psicólogo, la oelr(nüj. \i(nrlo cl mundo (,\mo diridido en huent,
primera reacción suele ser: (¿No lc depr-ime escuchar malo, cofi-ecto y erróneo. Esta crcencia excluye 1a
)
intimi
problemas lodo el dia'r). Les sugiero cntonces que es po_ dad. l.o que sc encuentra por dcbaio
de esta crcencia cs:
sible ser de algun scrvicio par¿ los dcnás, sin necesidad nrl \8|_idJd rJdtcJ en crccr qur todo
c5 ot¿nco ) cgro.
de asumit srLs problcmas y su dolor. Cada uno de noso_ qüc 1o hi,J /unrs gri:cs
en l¡ rrda fl hecho de recollo_
l(os puede ser compasivo sin asumi¡ el sufrimiento de los (er (ue.r c:ta \t:rón
ngiLl¿ del mundo le trlla \crdaJ
demás. Quizá creas que scr útil significa idenltificarse ex- ¡E((:rllnrdr a ra .upcrficie la
Jnsicdod sub)Jcrnlc. FIlu
cesivamentc con el dolor de otra persona. Aunquc cs 1m- \c¡chc l qrq cudnrlo -(
¡ljindon¡ l¡ liul¡lez.e ve uno
portante reconoccr el dolor de la olra persona, es igual_ cnlrent¡do i las
antb¡güedades rle la rjrla.

1',72
173
Podemos hacemos adictos a cierta forma de vemos a nara cJl(gori/Jr. e\JIudr o juzgarle. a tl nrirmu o a
nosohos mismos y al mundo, a pesar de qüc tal punto de ^t",
vista nos impide expedmentar la intimidad con los de- Ia ¡r¿]nn¡.le la gente ulilt,/a por lo mcno. mos po-
más- Cuando veas que te falta intimidad con otro que del a¡noq y todos tenemos nuestros f¿-
cos bloqueadores
deseas, recue¡da: pcrsonales. Sin cmbargo, y mediante un esfuerzo
voritos
consciente, podemos climinar esas palabras dc ¡uestro
vocabulario. Al haccrlo asi habremos dado pasos de gi-
Hay otra forma de considerar esto.
El mundo no siemprc es claramentc ncSro o blanco. ga¡te hacia el desenüizamicnto del sistema dc pensa
Si soj ad¡cto a tcncr razón mierlto adlctlvo-
cierro la puert¿ al aprendizaic dc las lecciones del amor Ricba¡d Bach, en su lib¡o //mlones, dice una ftase
que sintetiza la forma de actuar de los bloqueadores clel
10. Sq) limítado en lo que puedo hacer y en la fel¡cidad amor: (Argurnenta cn favor de tus limitaciones y puedes
que puedo experimenfar estar seguro oe quc scran tuyas).
En las dos páginas siguieDtes se muestra, una al lado
Hay todo un vocabulado dedicado a la c¡eencia de de otra, üna forma ligeramente abrcviada de las cleencias
que la gente está limitaü. Designo csas palabras como irracionales del sistema de pensamiento adictivo y la al-
bloqueadores del amor porqüe inhibcn nuestra capacidad ternativa pacíllca dei sistcma de pcnsamiento basado en
para experiment¿¡ amor y creatividad, al reforzar al siste- el an1or Quizá te resulte ifil consultar estas listas en mo,
ma de pensamiento adictivo. Los bloqueadores del amor mentos de confliclo, pam ver con claridad tus alternati-
son palabras que se pueden vcr como el mortero qlre sos-
tiene juntos los ladrillos dcl sistema de pensaúie¡to
adictivo. Si eliminamos el mortero (los bloqueadores del
amor), los lad¡iLlos (las crccncias adictivas) se pueden
desprender con mucha mayor facilidad. A continuación
se of¡ecen algunos ejemplos dc bloqueadores <lel amor
Dudo ¿e podet tener éxito. Só q]trc rlebería, pero es
demasiado dlfcil. Además, nadic parccc capaz de tener
éxtto; es ímposible. Y ya lo he intentado anfes o puedo
hace¡lo. Sl las cosas fueran difercntes. Tendría quc hacer-
lo, pero tengo esta /imildció, que me lo impide.
Además de los bloqueadores del amo¡ que en el texto
aparecen en cursiva, hay otras muchas palabms qug se
conviefen en bloqüeadores del amor cuando se las em-

174 r75
Creencia,s irracionales del ego
Creenc¡as sanas del pensqmiento basqdo
1- Mi
autoestima dcpendc de ser aprobado por todos. e el qnor
2. Para conside¡arme valioso a mí mismo, siempre ten- L Mr autoestima no se basa en complacer a los demás.
go que conseguit gana¡ y lener éxito
2. S{ry cornplelo, lleno dc amor y valioso en cste mis-
3. Dcho la culpa a los demás por lxs cosas quc salen n1o insi¿¡ltc-
mal en mi vida.
L S:l¡ar mi vida ernpieza por mi plopia me¡te.
Dcbcria p¡cocuparme siempre que las cosas no sean
-1. tclgo que mirar en rn¡ mente_
Si desco car¡brar a¡rtes
cxac*,amente tal como yo creo que debe¡ian ser
5. 1ll pasado cs pasedo. El füturo estil en el futuro_ El
Deberia reflexionar siempre sobre la posibilidad de
prcsenle cs presentc.
que el pasado se repita a si mismo.
6. Abrir mi cor-azón al amor bace quc üi vida sea plena
6. Reprimir mis sentimientos hace que mi vida se¿ más
y fcliz.
segura y feliz.
7 Al compertir quién soy con los demás, lLcgo a cono-
1. Soy débil y necesito ser dependiente de algo o de ¿l- cer quié soy e¡ realidad. No me falta nada para em
guien. pczar a haccr esto hoy mismo.
8. f)ebería a¡terarme y preocuparme por los problemas L Alreglarte a ti no me arregl¿rá a l¡í.
de los demás.
9. El amor y el pcrdón me mostrarán el camino hacia la
9. Mi forma de ver el mundo es la correcta. screnidad.
I0- Soy limitado en lo quc hago. 10. Soy ilirnirado.

t'76 t'77
hogirr adicto al traba¡o y
Lu codepentlencia como adíccí¡|n \ Jo{ años. h¿hrJ cr((ido_ cn un
, ¡,n lln aleuhullco e¡ flroce\r úc rccupc-
:c hah,a c¡sJdo
La palabra cotlepcnde¡¡cla se refiere a LLna constela_ rucior. \rtlte ctr lL, qu( lr nlalurld dc la.fcnlc con:lderJ-
mui.r rcsnonslble. Rcali/abx un lrahajo
ción de emociones, crcencias y comportamientos basados n..o'no un,('lab¡
en los sentiDientos individualcs de vcrgücnza' bajo valor nfolc,ion,rl \ J dos nuo( 5e piiraDa un¡ gran LJn-
propio y ternor a la intinlidld. Existcn cn la actualidad iiJ",l d. r|| |l.n'¡,,.ntreglr,lu I cuiJüI dc olras P. r'L,n¡s.
numerosos libros excelentes sobrc l¿ codcpcndencta- v no disponí¿ prácticar¡ente dc tiempo para cuidar de sí
Si estás convencido dc quc ft fclicidad dcpcnde de al- íisma. Óurante n.rcsl¡o trabajo, descubrió que su autocs_
gírn modo dcl mundo cxtcrior, iratarás de controlar a los ti¡r¿ se hallab¿ vi culada a tratar dl: sollLcionar los pro-
áemás. asi como tu ambicntc. Al final. el control se con- blemas de los dcmás, cl ser aprobada por los dcmás, y cl
vierle en un a igo huidizo- Irónicamente, una vez que te allr r¡r el d,'lor de los olros. S¡cmpre hahia pucslo en pr¡-
has hecho adicto a alguien o algo, empleas muoho tiem_ mer lugar l¡s necesidadcs y los sentimicntos dc los dc-
po cn tratar dc controlar la propia adicción La adicción y mirs. a expcnsas cle los propios. Cor¡o resullado dc todo
ia necesidad dc control son socios quc füncionan al uni_ esb, Anne se enct¡ntró privacla dc lclicidad y llevando
sono y haccn imposiblc la paz mental. u¡a vida en la que lu culpabilidad y la vergücnza consti-
luian sus scntimicÍtos fundamentalcs, mientras que cl
Cualrdo tratas de cont.olaf a otra Persona cortrol y l:r m.rntpulacion cran sus comporlamienlos
es i¡lPosible la intimklad p¡in{-ipales.
A una od[cl tcnrprana, Annc habia asünido la respon-
Llr mayori^ de las personas ¡dictas con las que he tra_ s¿bilidad por los scntimielltos de otrus pcrsonas. De niña.
cu¡ndo ahu¡o cle sl¡s progcnilores sc c¡fadaba por algo.
bai¡do (incluidas las codependientes), \'iene¡l u verme cn
ui cstado cansado. oomo si aoabaran cle correr el último ell¡ sc se[lí¿¡ responsable. Dc adulta. cuando su csposo
hacil algo quc iba cn contra dc los valorcs de clla, cxpe-
kilómctro dc un mat¿rtón. A veces. La person¡ no parece
riDcnlaba lir lcrgücnza y el azorar¡iento que él no pare-
cansada. pcro más tarde se reirá ¿rnte el mucho esiuerzo
ci¿ sentir. lndapendicntemcntc de lo fucrtes que lucran
que lc costó parcccr como si todo esluviera bien. J)oste-
sus scntimicntos. raras veccs los exprcsaba porquc tcmia
riotmcntc, al scr itfcrrogada cn cuanto a qué elll tan ago_
l¡ rt.,, ir,,¡r .lc la olrl per.ona. A metlida que .c vro mis
lador, la pcrsona hablará dcl csfuerzo infinito que tuvo y nl¡s a1¡ap¡da en c¡ite ciclo de codcpendenci , se hizo
quo haccr p¿tra tratal de controlar a la otra pclsona y su
ntcnos y ntcnos conscientc de lo quc sentia cn rcalid¿d.
am0renIe.
¡n cl nlomcnto en quc acutlió a la tcrapia con¡tigo. no
Aure vino a vernlc dcspués de habcr asistido a un la_ eslaba segura de Io quc sentia y tcnia dificult¡des para
llcr sobre ooclependencia. Se había idcntificadQ corl br¡c- ldcrrlil:c.I o r\pfc\.rr oniniuncs sobr( si mr.mr.
na parte dcl material presentado- y deseaba ech¿¡ un vis' uucn¿ partc dc las dificultadcs de Annc procedían de
taz-o más profundo ¡ su propia virla Anne teni¿ cuarcnta

l7{l l'79
su creencia, bastante profunda, de que no tenía derecho a
Rawl¡ado: Me siento cülpable buena pafte del tiempo
sus propios scntimienios- Colocaba continuamente a los
Sólo me siento bie¡ conmigo mismo cuando a todo el
dcmár (n primer lurglr. I ex¡cn.as de su propto crcci-
rnündo le van bicn las cosas.
micnto. Cüando sc tralaba de su familia, era como si dis-
pusiera de u¡ radar sentimental y siempre sabía cómo se 2. C1?enciaa Los sentimicnlos de otras personas son más
i¡¡portanles qLLe los mros.
sentian los otros. El problena consistia en que raras ve-
Rlult¿Jo: \Ie re\r¡lla dit'cil rdenliticar m'. profios
ces em capaz de identifical sus propios scntimientos. A
sentimienios, y a menLrdo cuestiono lo que siento.
rnedirJa quc progrr5ú nucitro rrabajo. Annc emprzó a rer
3. (ree cia: Tengo que ser neccsitado por los demás
co¡scieDte dc sars seDtimicntos. El tcmo¡ al rechazo, la para ser amado y scntilmc valioso.
soledad y la vergüenza surgiüon ante su conciencia po¡
Resultatlo: Elijo aquellas relacio¡es que nutren a los
p.imem vez cn muchos años. Esos sentimicntos se habí-
demás, pelo rams veces recibo nut¡ición de ellos_ Si_
an encontrado por debajo de la supelficie, y habian sido túo en p.inrer lugar Ias necesidades y deseos de los
alimentados por sü codependcncia. dcmás. Mo siento culpable si me tomo algo dc tiempo
Después de ver ¿ Anne y a ot¡os muchos codepen- para í. I.Ic confundido el ser necesitado por el ser
dienies, he tcrminado por darme cuenta dc que la code- amado. Pucdo est¿r ahí para todos exccpro pa¡a m1
pondencia es una adicción en y por si misma. A conti- lnlsmo,
nu¡ción \e rncluye una li:ra de Jie/ crccneia, que 4. Creencia: Las opiniones y valores de los demás son
considero como los fundamenios sólidos dc la codepen- más rmpoftantcs que los mios propios.
dcncia. Después de cada crccncia se incluye el se[ti- Res/lrd¿ftr: No soy conscientc de tener muchas opinio_
mren¿o o la caractefistic¿ que aparecen oomo co¡secueu- ncs, y sicnto miedo dc expresar las que tengo. Mc ¡e_
cia de ella. El rcsultado geneml de est¿s crecncias es que ,ulra dtftcrl romar (lectsione\. So) cotno una esponj¡
el individuo desarrollo una necesidad obsesiva po¡ coll- que absorbe los sentimieütos, peDsamientos y valores
trolar a la gentc, l¿s pe$onas y las cosas, con objeto de de los demás
cncubrir sus scntir¡ientos de inadecuación, de vergüenza 5. l'" ¡l, ra: \o rcngo derechL, a sentir lo que \icnto.
y de temor En el intento por cont¡ol¿r, la pcrsona pierde Re'ult¿Jo: Iemo la\ rcspue\las de los demá. ¿nle mis
la conciencia de la p¡esencia del amor propios sentimie¡tos- Me preoclrpo compulsivamentc
por lo qlLe piensen dc mí los demás. Me siento pequc_
ño e impotente y a menudo resentido. Aparto mis
va-
Creencías.fundamentales de la cotlependencia ro¡cs y sentimientos con objeto dc sentirme
aceptado
Por los demás.
l. Oree cia: Soy rcsponsable de los sentinientos y com- 6. C¡eer¡cia: Mis
relaciones con los demás son una afirma-
portamientos de ¡os demás. Lo que hacen los demás clon de quién soy. Del mismo modo, el compo¡tamjento
es un reflejo de quién soy. 0( lo' demi. c\ una afirmarion pública de quien .oy

180
l8t
Resahado: Temo sff rechazado. Me resulta dificil
Es¡¡portante da'se cuenta dc los res[ltados de nues-
accrcaÍne a otra5 person¡\. Si mi' relacioncs son
buenas, mc siento bien; si surgen probicrnas, r¡i vida
lra l¡rm¡ Llc ncn.rr dsi nara podcr conl(mplar nue\as
se desmorona. Siempre soy ieal, aünque mi lealtad
lofln,..lc .er en cl nrundo. Pero (l d¿rsc cuenra dc clln.
.n \ DOr'\r micmo. no conducc necrsdrlamenle al cam.
hacia los demás sca nociva para mí.
7. Creencia: Soy vcrgonzoso-
iiol fl,'" li¡'n pucde ¿¡brirLe lor oio- a aqucll¡. f.¡¡mirs
mediantc las que mantienes alejado el irmor El que abras
Re.!,r¿ddo: Resto importancia a r¡is sentimientos y
tu corazón al poder del amor es algo que sólo dcpende de
trato de complacer a los demás con objeto de evitar
ti. Las siguientcs son algunas formas con las quc puedes,
mis sentimientos de bajo autovalor. no puedo perrd-
ahora mismo, empezar a abil tu corazón ¿l amo¡:
tir que los ottos me conozcan rcalmente porque no
les gusta¡ía lo que vieran. No mc siento digno de ser l. Elige tener la voluntad, la apertura y el desco de sentir
amado. tus propios scntimientos, en lugar de oculta¡los en la
8. C¡ccncia: Pa¡a ser
feliz, necesito dicta¡ el comporta- adioclon.
micnto de los demás. 2. Practica cada hora el dcsprendertc dcl pasado y dcl
Resultarlo: Mi paz mental vienc deteminada por dcseo dc controlar a otras pe¡sonas, lugares y cosas.
cómo sc compoñan los demás. Tcngo diFicultades 3. Afinna .r¿rrr.¡.,/rte,nenle qütér eres (amor, totalidad y
para reconocer las buenas cualidadcs que hay en mí. luz), en lugar de alirmat inon'cientemente qnien Do
Siemprc soy el pacificador, el que suaviza cualquier eres err loalidad (indigno y nccesitado).
conflicto.
C/eerc¡d: Soy inadecuado.
Resultado: Crco qtre sienpre tengo quc justillcar mis Desprenderse: permit¡r que se produzc.t
sentimientos. No ir¡po¡ta lo que haga, no me siento el pedón
lo bastantc bueno. Siemprc acepto tarcas y proyectos
con objeto dc axpe¡itnentar algún sentido de autoesti- Ila) dias cn quc me sienlL,,romo 5r fu(ra un titiritcro
ma. Mc siento inclinado a la adicción al trabajo. que Ía1ara de mantcner doce pelotas on el aire al mismo
Temo quc si baia¡a la guardia, alguien descubri¡ía lo ttempo... apoyándome sobre un solo pie. lbdo parecc
incompctcnte que soy- exrgtr rni atenoión: es como si no pudieú complctar
10. ai?¿r?.iat Necesiio ser perf€cto todo el tiempo. n¡04. l-n c,r5 ocrsione\ r\ c:pcct¡lnentc imf\onantc que
Resultdd()t Js¿go con dureza todo aquello que hago, me dcsprcnda.
digo o piens¿. Nunca me siento satisfecho, ni me \ mcnurlo ernpleu la srgurenre imagerr para que nre
apruebo a mi mismo. Estoy lleno de sensaciones de ay.rrle a rlcrprcnderme. lc in, iro a l.er c'i .rguiente parra-
autocondena y vacío de amor por mi mismo. It' y luego c(rrar Ins oios
v Dasar unos (lnL.L' mmuroj
repitiéndote el proceso.

I ll2 183
DESPRENDERSE, UNA VISU LIzActóN
che, cl¡ando eslós preparado pala dormir, tomas el cubo
de la basü¡a y vacías el co¡terido de óste sobre la cama,
lúaginate sentado junto a una suave corriente, cuya y luego te acuestas sobre é1. entre las sábanas llenas de
agua fluye tranqujlamente a tu lado. Estás sentado sobre Lasura. Aldesperiarte por la mañana, recoges diiigente-
una blanda hierba, y sientes el calor dei sol sobre tu ros- me¡|e 1¿ basuray la vuelves a meter en el cubo y te dis-
tro. Empiczas a sentjrte relajado por el sonido producido po¡es a iniciar otro día de ¡ccogida de rnás basu¡a. El
por la cor¡iente, por el rumor del agua clara sobre las ro- prcblema es que te pasas una gr:rn cantidad de tiempo
cas rcdondeadas. Imagina quc ol agua corre a havés de ti metiendo basura en cl cubo, rnie¡tras quc no dedicas
mismo, y que limpia tu cucrpo y tu mente de toda ten- nada ¡ vaci¿r el cubo. Cuida tu verdadero hog¿r, tu cora-
sión indeseada. Dcspuós de haber pcnnanecido sentado zón y tu mente. er¡pezando po¡ despreDderte de tus pen_
en la corriente durantc un ticmpo, observas que sobre samienlos basure. Cuando adoples la práctica diaria dc
ellas flota un desfilc aparentcmcntc intc¡mi¡able de ho- desprcnderte. cmpezarás a sentir amo¡ en tu vida de una
jas doradas y que, una tras otra, pasan antc ti y se pier- fbrma natural.
den de vista. Sitúa sobre cada una dc esas hojas una pre-
ocupaoiónr una creencia negativa sob¡c ti mismo, o un AL DESflttNDERTE...
pemamiento que implique juicio. Experimcnta la sensa-
ción de calma interior al liberarte de tu primcr pen- Al desprendcrte permites que el amo¡ se desplic_
samiento. Ahora, sitúa otro pensamiento sobrc otra hoja. glLe con ¡atllralidad en lug¿Lr de intenrar ob¡ener un
Una vez más, siente cómo se relaja tu cuerpo a medida cicrto resul{ado.
que la hoja se alej¿, flotando. Con cada hoja, una tras Al desprende¡te ¡o dcjas de cuid¿r a los de1¡ás. En
otra, observ¿ los contenidos indeseados de tu mcnte que lugar cle eso, te das cuenta de quc no necesitas hacerlo
flotan corriente abajo y se pierden de vista. Al haccrlo por otras personas.
así, tu mente empieza a estar más limpia y calfrada. A AI dcsp¡cndertc le das cuenta dc que no puedes con_
medida que se aclara tü mente, empiezas a sentirte más ¡rolar el compo¡tamiento de los dcmás, pcro si puedes
ligero. Tus hombros se relajan, tu respiración se hace camDlar cómo pe¡cibes a los demás y a ti mismo.
más profunda. Tu corazón se abre y sc llcna aún más de Al desprcnderte te centras en cl amor, en lugar de
amor Al desprenderte de tus prcocupaciones, negativi- en cl lemor, y dc ese modo cambias por complelo tus
dad y juicios, empiezas a mirartc a ti mismo y al mundo puntos dc vista sobrc ti mismo y sobre e1 rrrundo.
con ojos amorosos. Al desprcndcrle dejas de echar la culpa ¿ los ohos
Este ejercicio puede equipararse coD el acto de sacar y te liberas de ]a culpabilidad. Te permites
a ti mis_
la bas!Lra. Quizá pases por la vida acumulando preocup¿- r¡L' y fl lo: Jenrá\ \cntif c\prcs¡r lo. \enttmtenroc
)
q dc'prendene del control (\ticndes un arnor in_
ciones, creenoi¿s neg¿tivas sobre ti mismo, juicios y toda
una serie de diversos (pcnsamicntos basuran. Por la no- condlcional, ausente de toda adhcreúcia
al resultado.

184 185
Al desprendele deljuicio t,: pcnnitcs, a ti mismo y
va¡ el amor. No es mucho ticmpo, pero descubrirás que
a los dcmás, scr vcrdadcros seres humanos. Tc d4s lodo lo quc n(cj\ir¡ cl ¡mor cs una peql¡eñd jrpcflum
cuenta de que la mente que emite juicios no es una para cnpczal a ilenar tu corazón. El amor es como la
mente pacífica. iu,/. ( u.rnJo cnlr¡' cn r¡na hahitacron ¿ o\cura\ ) en\'irn.
Al desprenderte te das cuenta de qL¡e alerrarte al des la lu1, la oscuridad desaparece inmediatamente; la
pasado es lo úllimo qüe deseas hacer luz cstá cn lodas partes. Lo mismo suceoe con et amor.
Al desprenderte dejas dc ¡egarlc al amor la oportu- l.as efirmaciones que siguen han sido diseñadas espe-
nidad de exprcsarsc a si mismo. cíficanente Pa.e aquellos que observan rasgos de code-
En rcsunren, al dcsplcndcrtc tc pcrdonas a ti |nis- pendcncia en sí mismos. También sol conceptos univer-
moyalosdcmás. s¿les cap¡ccs de bcncficiar a cualquicra.

AJirma quíén eres llerdudes ,sobre mí mism¡t

Emplcamos una gran cantidad de tiempo reforzando l. Estoy rodcado de amor. Estoy a salvo. No hay nada
inconscientemente el sistema de pensamienlo adictivo.
Nos involuc¡amos en un interminable autoconvenclmlen-
to negativo y rams veces conservamos algo realmente
positivo y cierto en nuestras rnentes dlrr¿rnte más de unos
pocos segundos. Cuando nos miramos en e1 espejo, quizá
nos resulte más fácil ve¡ a una penona ante la que nos
mostramos c ticos, que ver la luz del amor reflejándose
hacia noso¡ros-
En el oiclo de La aclicción nuestra creencias acerca de
quiónes somos terminan por verse distorsioladas. Depen-
dc de nosotros el empezar a cultivar cl amor durante tan-
to ticmpo como nos hemos cntrcgado a alimcntar el fue-
go dol temor. continuación sc incluyc una lista de
^
pensamientos afirmafivos quc ayüdan a inver'1ir cl auto-
conveocimiento ncgativo. Sugiero qlLe elljas una alirm¿-
oión c¿da día y que te la repiias dlLrante un mi¡uto cada
hora que permirnezcas despierto. Eso significa que dedl_
carás un momento cada hora de tu dia de vigilia a cultl_

r86 187
cuando ya se habian lanzado el uno contra el cuello del
6¡r¡. Pcrcibicnclo ya qulr yo conocia la respuesta, lcs prc-
qunlé que si sc sentian tan miserablementc el uno cor el
ótro por qué dese¿ban permaneccr juntos. Se produjo un
rnome¡to dc sjlencio. Vi cómo las lágrimas se hinchaban
en los ojos dc cada uno de cllos. Luego, cada uno rlijo
8. Crecer como pareja: que lo dcseabal porquc amaban al otro. po¡ el tono dc
moverse desde ei temor al amor sus l'oces comprendi con cla¡idad que asi era. No desea-
ban ayuda sólo por el bien de los nijlos. o sólo porque tu-
vieran miedo dc quedarsc solos. Todas estas cosas eran,
ciert¿mentc, aigo a considerar, pero en rcalidad cieseaban
a¡.rdr rrorqrre en iñ nr;s prolundo dc (t mi\mo5 sc ¡¡na
A menudo, al trabajar con paLrejas, descubro que ha¡l ban, aunque no sabian cómo sentirlo y expresffto vcroa
perdido de vista quiénes son, no sólo como individuos, de¡amente. [] temo¡ solocaba las raiccs de su : not
sino también como pueja- En la mayoría de ios casos A nt.didr que prog¡(5o nue\trL, rrcbajo. re ¡u.U jq
acuden a mí s¿biendo intuitivamente que se ar¡an el uno maniflesto quc ambos habían tenido un¿ niñez dificil y
al otro. pero se sienten confundidos y perdidos erl un te- dolo¡osa. Ala¡ habia permaDecido la mayo¡ parte dcl
mor interminable, en l¿ culp¿bilidad la defensa y el ata- tiempo c compañia dc niñcms o a solas. Sus padres sc
que. moslüban distantes, muy o¡ientados hacia suj trabajos
Cluando llLncionamos en el sistema de pensar¡iento re¡lcct \rr:. Juse t(s dc c,rs¿ l¡ mitJur prrLc del ticmpo.
adictivo sonos como una rala e¡ un laberinto. Cada ca- la unrcr ürJ,iún cn l¿ quc Al¡n ohscrrrba algún ateiro
milro prornete un resultado positivo, pero cada üno qu€ por_partc de sus padres era cuando hacía
algo que a ellos
se sigue no condlLce silro a LLna ¡rás profunda desespera- les hiciem sentirse o¡gulJosos. Durante la mayor pa.rre
oel
ción. Una parej¿ qlre desee conocer el a1nor en toda su I cmf'o. .c l< di:,' quL
¡odia hacer la. cu:rs meior. o que
profundidacl, tiene que estar dispuesta a ir más allá del la\ lrrbiJ lrc\'ho n¡al Dc ¡dullo. Alan r( con\ini,,
cn unr
sistema de pensamiento adictivo, hacia el nuevo y, sin pelron r .rl ¡ro,a con\.gurr
Iror cl,s¡: qLe nunc¡ lent¡ la
embargo, antiguo territorio del amor scnbaerún ile hxhcr hecho lo suficiente
Cuando vinieron a verme- Alan y Jackie llevab¿n ca- Jackic h¡br¿ !rc(ido en un, famrlir quc.i(mpre
,^ ¡ndu-
sados dcsdc hacia cinco años y tenian dos hijos, de dos y
::',1:'ld, * ¡roblemas financiero.. \u pcdre cmpe/ó su
vrou lJhoral co¡no pcón. \4.r.
cltabo años dc cdad. Dijcron quc cstaban pcnsando eri lardc munio ,, p,up,. .ln-
divorcia¡se. Afirmaron que no se podian dccir una sola P'r\d pcrL, lJ\ co\ir\ nunct lr tircron bicn. Jackic renl¡
p¿labm el uno al otro siú jniciar una discl¡sió¡. Apenas no haci¡n rna. quc (nrrar ) satir Lle ta
llevábamos vaios minutos de nuestru prime¡a sesióri
:::.ll:,.t,"*.qr.
'-'\r,. ru( pildrc..rern¡rc la con,idcraron como l¡ única
188
189
de ia familia a la quc 1e saldrían bien las cos:rs. y le de- b¡ hacia AI¿n sus propios sentimientos de in¡decu:lción.
cían a r¡enudo: (Tú eres nuestra única espcranzdt Sin per.o, ¿l mismo licmpo, cn lo más profundo de si nlisi¡n,
embargo, cuando a Jackie le fueron bien las cosas' sus se sentia culpablc
pot cualcluicr compctencia qlLe tuviem.
Íradres expresaron celos y rcsentimiento. Corr estc men- Iln reslrmc¡. Alan sc enojaba a la más mlntma como
saie cont¡idictorio dc <Quc te vayan bien las cosas' pcro üna forma de e!,itar sus scrllimientos dc no scr suficicnle.
no demasi¿do>, Jackie acabó sintiéndosc o incompetente y J¡ckie crilicaba constanternentc sonlo una f'orma de
o culpable. No inpoÍaba que las cosas fireran (bien) o evitaf sus fropios sentimicntos dc no scr suficicnte. Er
''tnal . el ('¡.o s' qu< ell¡ nñ \c \enlra a gu'lo eUntigq cotlsccucncia! ¡inguúo de los dos se scnlia accptado o
misn]a. querido. simpicmcntc por lo qlLe era.
Alan tení¡ la scnsación de no podcr collfiar del todo Iir nuesl¡o trabajo cn común cada uno (le cllos pudo
en allluien que crptt.rr.r allbanza. norqtle c\lilbl con_ vcr cuál era su propia pauta de col¡porlamienfo. Alan v
renciio dc quc rrunedrrtrmenlc d(spllé. dc lir al¡h:rnza .tJc, c irnf(/¡ruI a h,rhJar cl unu con el orr, acerer cl-
vendría la crítica. Crcia que tcnia que ocultar la mayor sus propios remores jndividualcs, y qtLé sentíao a] crecer
D¡rlc Llc \us crnoill'ne'.i descJba.rlgún amor' 5u 'cn'¡- aisleclanlenlc. Ijr cuanto se djc¡on cucnt¿ dc este ¡¿lsgo
irón.le que r)rd¿ (r'r \uli(icnle. indcpendrcntcmcnrc de en cLrnú . cr¡pcz(i ¿ brillar el amor que se tctrian el Lrilo
lo oue hiciera. sc vio rciovada por Jackie. que tenja mte- por cl oho. y quc suryió n travós de sus tljmores_ En l!L_
.lo cl. ¡rrcc.r rn.cgura pür l^ que ¡cluab r con l(rqLreJdd' gar de ercoleriz¿rse, Alan pudo decirlc a Jackie lo solo
Al fclxclon !c el Ltno cL,n cl oltO, lo\ JO, rcp,e\'nldban quc sc scnría y cómo neccsitaba sentirsc aceptado en lir-
sus paütas del pas¿do. incapaoes dc verse mlrt[amente a gaf de crilicado. CLr¿nclo Jackie se sentia ¡en¡ada de cn,
trav3s dc los oios dcl amor' Cuando Jackie p¡cguntaba conl¡ar fillos en Alan. lc deoia. cn lugar de eso, lo clurc,
alr¡o tan poco importante como: (dlas ido hoy a la tien- que lc rcsullablr Do tener sicmprc cl control cle las cosas.
dJl>. cra sulicienle para quc AIan se sirrlicra inaccpudo Asl. empozó ¿ compariir co¡ él la sensación de scntirsc
v crilicado- Scntia quc deseaba amor' como lo habia sen- drst¿n.i¡da dc la gcnle cua do rcp¡esentaba el papel dc
iido de niño, pcro nunca tenia la scnsacióü de haccr sufi-
cicnte. lncapaz de afifm¿r cstos scntimjent()s de descar , AunqLrc. n:ltlLraiorente, la historia de Ala y Jackie es
unlc¿. la solLrción a sus problernas puede scr
amor y aceptación. experirncntaba accesos de rabia que utilizada por
cualquier parqa que descc erperimentar cl
ni siouicra él nrismo cra capaz de comprcnder- Su rabla amor de una
lofm¡ I¡ás consistcnle en sus ielaciones.
surgía a paflir cle sentimientos reprimidos dc itladecua- Veamos a conti_
nu¿clon un brcve bosqucjo de cst¡
ción y dc la convicción de que neccsitaba defenderse solución:
co¡stanter¡cnte dc la cntica
Por un lado, Jackie scnlia quc si tenia el cont¡ol ¡o
I Colroccr qrLe los ciclos dcl sistema de pensamicnlo
r0r' lr\o o,r
haría rnás quc e¡contmr compulsiv¿mente fallos Tenia l¡utas ¡prendtdc5 (lc nen\i¡mtcnro y cort_
miedo dc parccer algo menos que perfecta' asi que pro_ t,onrnlcntu y pucdcn lambiin dc.xpr(ndrr"(.,.

i90 191
Rcconürcr que cs posiblc llcvar una exrslcncra r¡ás co|ltl]nes quc irnpi(lcn a las pa¡ejas creccr L.D cl ant(,r. A
¡nrorosa y pacificr.
contjnutri(i¡r hay otr¡ lis¡a qtLe muestra cinco pensantic¡_
J. (unpfcn(lcr q c cl propi)sito dc lir relaci{in consiste k)s p¡r¿lclos basndos e¡ el ltnor quo pernrren a tas p¡re
cn eprcndcr las lccciones dcl alnol. no rcf¡r'zalr cl pa-
iils rncrc¡ncntar sus rclacloncs. Est¡s listas no lieDc| l¿
inlcn!tót) dc ser contplcl¡s. así quc quiza (tesecs ¿rllldlr
+. IIaccr un csfuer/o consclcntc pof lülhler drfcctamcnte cUitlqutaI pcns¡nrcnto ractonal o irracioo¡l quc sc lc
(lc h¡s propios tcnlores y pcnsamicnlos ocrllos. Cuan-
,1" r. l':1. , Lrrf (/- , .,h.r q r'r'rl er(\. rtr 'rrr.nlo
r:r,l\(,/i,ri¡\ .r ..rh. r',¡.LrÁr' ff(^ ¡ r , r,f:r(ii'r r,, .,i Iro-
(lUcc el1 rtn vaclo.
( onoccr \ practic¡r' las cu¡t|o p¡labras nlá!¡lcas que
co[stilL¡ye¡ el filn(l¡rncrlto p¡fa quc surja cl anlor. La
li¡se /i(. r/r¿r 1r': ,?¿i.r pucdc rc¡irigir tu nrenic, in-
clL¡so crr¡ndo -!-a tc cnclrcntres atr¡pado ür u¡ ciclo
rr,¡,rrr.,'. \', rrrll'rl.r t,r.h\jcntrr(lu qu, tg 'i¡¡¡x5.
sicr¡prc (lisponcs rlcl po(lcr par'¡ fcdidgirlc ¡ li l¡is-
n1o. Por L'lcnrplo. si te eDcucntlas surnido on un ciclo
eolérico. pucdcs lprc¡rdcr a contclcrte y dlclrlc mcn-
t¡lnlcnte: (lllige una vez Inars). ir\o te pcrniile habli¡r
{lcsdc tus scntilnic¡rtos intcrnos. crc¡¡do asi iDlirnidad,
en ltlgaf (lc scp¿r¡cióD.
6 I)ccidir. c(¡üo plfcja, quc no pas¡réis cl lie rpo lra-
tirndo Lle haccr scDtir cull)¡ble al olro, Io que sicmpre
rienc clrno iesullrdo el conflict(). Ilesol\cr qLle Ios
dos sois socios cn la elinrinación de Ia culpabilidad.
l)edicaros a praclicafjunlos el pcrd(iu. Corr\,e iros en
nlensajcro,\ dc anror. cn lL¡gar de nrcnsajcros de culpa-
hilidad.

Ill sistcnra cle lens¿micoto ¡dicti\o sc m¿nifiesla cí


':l\ r.l,lciL,|x s ,l lril\ri' (le IIIr(rr'\os ffrr\JIrrt'|llos irrJ-
cion¡lcs. Bn la páginr siguic'rrre enconlrarás una lisla de
lo (lue crco qlLc son los cinco pcns¿nricntos adicli\'os más

192
i {).1
Pe sqmientos que estimulqn a las parejas a pensamientos que animan a las parelas a
quedar bloqueadas abrirse al qmor
1. Si tengo que trabajar para que la rclación funcions, l. En nuestra relación, mi objetivo es no ocultarte quién
algo debe anda¡ mal. Dos personas que se am¿n no *oy. Fso. a reces. no e, fácil. y (n csas ocasione\ le
tienen que trabajar para que su relación functone. pedjré tu ayllda.
2. Cuando tenemos una discusión, alguien tjene que es- 2. Sabe¡ quién soy implica hon¡ar todo lo que tu eres. Si
tar equivocado. Debería hace¡ 10 posible para demos- los dos juntos miramos más allá de los fallos, no ha-
trar que tienes la culpa de algo. Tambjén debería lle- brá nubes ¡egüs que no puedan disipar nuestro amol
var la cuenta y asegurarme de rtrue la mayoria de las conjunto.
veces tengo razó¡. 3. El amor no sc puede encontrar solo. Al contener mis
3. Es mejor no habtar de sentimientos negativos. Si finjo sentinticntos le doy la espalda a la opofunidad de
que todo está bien, todo 1o estará. Si no hablo, no ten- aprcnder del amor y profundizar mi relación contigo y
dré que sefltir. conmrgo lmsmo.
4. Si h¿go que mi pareja se sienta culpable, me sentiré 4 Mi objcrivo. que comparlo con mi pareja. er supcrar
mejor Acusa¡ al otro siempre es una buela defelsa. la culpabilidac! ¡o ¡eforzarla. Mi pareja y yo lo hace_
5. Cada vez que te doy algo debería esperar de ti algo a mos ¿sí a través del perdón.
camD10. 5. lL,Llo ncns,rmienlo ¿moroso 5e refuerza a sr ml,mo.
Dar y rccibir son, en ve¡dad una misma oosa.

194 195
Creo que nuestras relaciones son las aulas donde tene.
mos las mejores oportüddades para ap¡ende¡ a vivir el
sistema de pensamiento basado en el amor He descu-
bierto que eso es cieÍo en mi propiá relación con mi
esposa. En la ceremonia de nuestro matrimonio, Carny y
yo, junto con nuestro amigo, el reverendo Geo¡ge
Mclaird que dirigió la ceremonia, intentamos expresa¡.
con palabras lo que creíamos acerca dc una relación
!. Lecciones diarias
coüprometida. He aquí una síntcsis dc nuestros votos:

El matrimonio es mejor cuaDdo


amamos y nos casamos con nuestro mejor ¿migo.
Infroducción a lqs leccü¡nes diarias
En el mejor de los casos,
el matrimonio se ve motivado por un amor incondicional, La ptlme¡a pirtc de este libro ofrece una estructura y
en el que busc¿mos l¿ verdad et1 cada acontecimiento,
algrnos ejcrcicios para comprender mejor los ciclos de la
y actuamos de acuerdo con es¿ vc¡d¿d.
a0rci un ) cotno la pa./ menldl e5 siempre una altel.nauv¡
Al crecer en comprensión y ¿ccpt¡ción porrDrc qqut. cn la segunda pirfle. \e oftecen más cjercr_
de nosoFos mismos y dc mrcstra parcja, cios, p¡csentaclos en fo¡ma de lecciones dia¡ias. Mediante
abdmos nuest¡o comzón y damos la bienvenjda al amor la priclica de los ejercicios podemos desmantela¡
el siste_
mJ (le ninsJhtenlo adictiro \ e\¡rflntcnt¡r la
Si cent¡o la ate[ción sobre la comprensión y la acep- nal mcnlal
oe Un modo m¡\ Consislrnte, \o le preocupes
tación, ¿cómo puedo evitar s¡ro el experirnentar amor? fror crcer o
no en roda, lJs tde¿s: 5imnlcmcnle. n)ués¡r¡le abieflo
¿l
pooer dcl tmor Lo, cier,jtcios aqui pre.enrados
t,- ofre_
c:n uqn5 nledios sislcmalico. y
¡rácrrco. para llcrllr unl
\rüd lrbr( de la ¿diicrón. r ¡da una,lc la5 \crntiuna
lcc_
clonr. di¡ri¡c ¡icjrr l¡ inlcnción de awdafle
¿ climin¡r
ro0o ¡quello que bloquea
l¿ conciencir dcl amor.

Cóno ¡r,,¡s¡l¿¡ ,9n l¿s lecciones


dinri¿s
is le(cio,tc. diaria: ¡ las di,cusione. quc la\ ¡com_
--J
Pdnan son bre\es.
¡rácricas ¡ Jirecta.. L énlasis no ¡e

196
t97
pone sobrc la teoía, sino más bien sobrc la práctica. Para (lue aplicas la. leccione\ rle unr ltrrma espon-
cuenra de
obtener el mayor bcneficio posible de las lecciones dia- consrstentc en Il t.'o"
Tánea ) ..
rias, procedc a la manera desc¡ita en los párrafbs siguien- Ln fesumcn. lu praclrcJ drafla esla compuesla nor
tes. cuaffo p¿rre5: una sesión
priclica por h mcñana. la apli-
Cada mañana, poco después de levantarte, revisa Ia cacton de la lección a silttilciones diñ(iles que \e le pre'
lccción del dia (y la discusión que la acompaña). Empie- Jenlen durcnre cl día. una rer i.ión horaria y una revisión
/a pur la pnmerc lccción 1 practrca \uce\i\¿ ncnte una por la ¡oche.
lección cada dia. P¡actícala en un lugar tranquilo, donde
¡s ¡g 1q¿s pcrrurbaLlo. Reljjate y dcdica unos cinco mi-
nulos a Ieer lcntamenle el Ie\ro y la discusión. procuran- Lección uno
do que Ja lección (que aparece cn un tipo de lelra desta-
cado) y la discusión constituyan la parte más irnportante Le he dddo ú todo lo que Neo en esla habitación
de tus pensamientos. Durantc la práctica, concénhate en (o en ¿sta tdlle, o desde esla yentana, o e
este lugar)
la lección y la discusión, y elimina todo pensarnicnto que todo el .\ignlJicado qne tiene para mí.
te distraiga. Si un pensamiento indeseable intcrrumpie¡a
tu conccntración, Iimitate a reconoce¡ su presencia y lue- Como q!¡ie¡a que esta lección contradicc por completo
go dospréndete de él con suavidad- el sister¡a dc pcnsamiento adictivo, puede irrducir a con-
Durante el dia, cuando surjan situaciones tcnsas, repi- fusión al principio. Esta lección dice que no hay nada in-
te para tus adenfos la lección, lenta y rcflcxivamente. herente en nada que le dé un valor establecido o sig¡ifi-
Esto es especialmente útil ell mor¡entos dc conflicto. cado. Túr solo defines 1() que es importante y lo que no es
Aplica la lección a todas las pe$onas y cn todas las si- rmportante p¿ a tt.
tuaciones en las que te encuentres. No hagas excepcio_ Cuando ercs adicto a algo o a alguien, lC) eres porque
ncs- Revisa la lección periódicamenle durantc el día, du- has rnvertido demasiado en un ámbito determinado, cre-
rantc breves momentos, preferiblemente cada hora. Quizá yendo quc eso tc proporcionaría fclicidad. Persigxcs
tc resulte útil llevar el libro contigo, o una copia de la compulsivamente aigo que continuamente te deja con
lección en una pequeña tarjeta. Por la nochc, preferible- una sensación de vacío interior. Una verdadeta afirma-
mentc antes de acostarte, tómate cinco minutos o más ción sobre nuestras vidas es:
para r€visar de nuevo la lccció[ y la discusión. Picnsa e¡ La pazy Ia elección proceden de darnos cuenta
cómo se ha desarrollado el dia y cómo aplicaste la lec- dc que le doJ a cada cosa todo el si8nificado
ción a circunstancias específicas que te resultarcn difi- que tiene para mí.
ciles. Cuando hayas completado de este modo las vein-
tiuna lecciones, empieza de nuevo y repite la sede. Esta Iar¿ comnrender la lccción de ho). rcpas¡ visualmen-
le la habrlactón dondc le encuenrres ahora. Empieza por
continua práctica se ma¡tiene mejor hasta que te des

198 199
aquellas cosas que estón cerca de ti y aplica el contenido
de la lección, ell letra destacada, a todas las cosas sobre
Lección dos
las que se pose tu mirada, ya sean grandes o pequeñas,
Mí mente está preocup^da con pensauientos pasados.
personas u objetos, brillantes o apagadas. Lucgo, amplía
la mirada y mim a tu alrededor, cerca y lejos, y aplica la Cua¡do te pomites a ti mismo sobrecargartc con la
misma idea a todo lo que veas, oigas, degustes, huelas ¡ culpabilidad y Ia vergüenza, estis funcionando en la cre-
sientas. No intentes incluirlo todo sistemátic¿unente. Más encia del sistema de pensamicnto adictivo por la que el
bien, relájate y aplica la idea a cualquier cosa que surja pasado sienpre detennina cómo te sientes e¡ el presente.
en tu conciencia. Pero t¿mpoco decid¿s excluir nada. El sistema de pensamieoto basado en ei arnor reconoce
Simplemente, aplica la ide¿ a todo y de u¡la fomla iglal, qoe:
ind(penJienlemenle de lu aparenle ad'cripción L' separa-
ción con respecto a alguien o a algo. Es imposible sentif culpabilidadJ
Repite pensamientos como los siguientesl amor al mismo tiempo.

DoJ a est¿ silla todo el siEnificado que tiene para mí. Cuando surjar sentimientos de culpabiljdad, vergüen-
DoJ a eslas ropas todo el siEniflcado eue tienen para mí. za, bajo nivel de autoestima o juicios negativos sob¡e ti
mlsr¡or plcnsa:
Doj a esla persona todo el signillcado que tiene para ml.
Do) a csta sustancia (droga, alimcnto. alcohol, ctc.) No estoy en paz porque lo ntiro todoy a todos
lodo cl \r8nrfr(ado eue rrenc p¿ra mi. a través d€ un filtro distorsionador del pasado.
La paz se encuentra cn la libertad
A lo largo del dia, p¡actica periódicamente la aplica- del nomento prescnle.
ción de la lección. Si te descubros funcionando en el sis-
tema de pensamiento adictivo, di: Cada vez que te identificas con el pasado, preocupas
tu mentc y creas bloqueos a la experimcnt¿ción del amo¡.
La paz proccde de dentro de mí,y no viene Luando cúpleas el pasado como fuentc de conocimiento,
determinada por personas, luEares o cosas. para poder endtir juicios e inducir la culpabilidad, no
ha-
ces srno aislatte más del amor
Hoy, decide romper el ciclo del pensamiento adictivo.
-
¡mpleza por sentarte cómodamente con los ojos cerra-
oos. Observa tu mente. Date cuenta de cada pensamiento
a medida qlLe aparece y desapa¡ece. No rnreffes pasar
mucho tiempo entregado a un solo pensaniento. Simple-

200 201
r
entc, observa cirda uno dc ellos durantc u¡ros lrinutos,
con ta¡ poco apcgo como tc sca posiblc. Identific¿ cada
pens¿nricnto daido un nombrc a la ligura o lcm¡ cenhal \o \o| tü iLtitn¿ ¿el lnuttltt que .'o.
dcl rü.r¡ro. Por .1crn¡lU. ¡ rr'LJ¡da qu( lu\ Pcns:lrnienlos
v¿n y vicnen. pucdcs decirlc n ti mismo: I l
sistcm¡ de pcnsanlrcnto adiclivo te dieo que son
r)1flt. persoll¡s o clrcllllsl¡ncl¡s las fcsponsablcs (le cómo
l,sto] pensando ahora en lbjClla4cl! lg¡llalL lL'\t(]ltlcs. Qt¡izá estés ac(rstumbrado ¡ scñal¡¡, a reprc
Y ahora esiov pensando cn ila fiEura o tc,¡a acntra¡). \.'¡rt¡¡ si. r|rc cl papcl dc victina. (\lando pit¡rses qLre
rfcs unu \.íclirnri del nrundo. estás fcnunciando ll t!L poder
Al obscrvar tus pcns¿llric¡rtos, fiiatc en cuántos de ldsouel y r trr Ql)acid¡(l paru elegir.
( o oltclo (ic rccoltocct.lu podcr pcrsonal, y de com-
ellos se bas¿i1 cn el pasado y pued('n producir. polcncial-
mente. Lrna sensnción d€ culpabilid¿d. Dcspués de unos pf0lr(l!.r que llcnL's una dllcfnali\a. enloca hov li¡ alerción
p¡,cos Intnur05. ¡uc,lcs rlriirt, u ti mistrro: sobr. urr hccho scnclllo:
No soy un¡ ví(l¡nt¡.
Mi mente cstá prcocuPi¡da con Pcnsanlicnto\ \li\ l'1,t,,\ f, r,\r irqto\ \ r'(cn, á\
dcl pa5ado. ,lcl(nlt¡n¿n lo quc veo,v erperimento.
Pero el pasado h¡ dcs¡parecidoJ hoy csto]
dispucsio a dcsprcndernrc de ¿1.
llntplcl¡ lof pr¿cticar lo siguienle:
En el nronrcnto prcscnle nle mlro ¡ |nl nllsmo
con ojos (¡riñosos. ( uando vco cl mundo como responsable clc lo quc
srcnlo- me \eo ¡ ¡ri misnro colllo \íclima. y lx paz con_
Si tc e¡cucnlras en confliclo durantc el dia. puedes sislo¡tc se h¡cc inrposiblc. Trrdcpcndientenlentc de las
dccirlc a ti mrsmo: crffunslancias cn las qltc mc cncucntro. puedo ntantener
nt p(\tcf paia clcgir.
t. Estoy en conflicto porque mi mente está prcocupad¿
con pensamicnlos del f asado. , l u¿ndo lrc cncucntfo bloqucado cn un canino trill¿-
oo. qul7a sea porquc mc vco a n1j nismo como un¿
víoti_
2. Pcro cl pasado ha desap rccido. m¡ IIov. si r)tc sienk) conto una vicljDla, no alacaré a
3. En consecucncia, elijo vcr esla (siluaciól/pcrson¿L/ob- otlo ¡r ürc dci¡nderé. fin lugar de eso. recordaré:
jctrtl solo en la p¿l dcl rrnrncnlo nre.rn¡e.
No s9/ una víctinra del ntundo er¡e veo.
lli¡) los scntimicnlos eue crpcrimento,
y i¡nbi¿n decido fiis propio5 obietivos.

202 203
Fll sistcm¡ de pensamienlo ¡diclivo clicc: sól{) me libc- St tc encuc¡rtras xtrapa(io cn ol ciclo rdicti() dc ju./-
fo dc ser un¡ \'íctimx cuan(lo canbio a los alemas. .Jat1. il ti iDismo v ¡ los clcnlis, h¿i/ un ¡ll() v rccucrda cn
Eligcs la irltcrn¡liv¿ paci{ica cuando lcconoccs la ver- lilc¡.'.,, c]"*",r Ia P¿z mcntal. I--¡ lu!:al dc.juzg¿r, cli)o
dad: prlcli(.lr cl Pc|(]ón.
.-\1 co ccnlr¿r1< cll el pcfdon Cnircnas ¡ tu ¡rcnte a s¡
Canrbiar mi nrente, ¡¡rr¡c ( lcnta clc Quc no ber.il(jndc br¡scar' l¡ prr. Llcgas x cdnptcndcr Isi cluc no
5oy un¡ víclinlr. es l¡ úni.¿ l¡rlna dc libraírlrc h¿\'necesidall dc espcrar nrís tic¡npo a cncontür ia pt/
Llc ser tlna vlcllnla. ¡rcntirl. porquc cl pcrdórr es una clección que plcdes dc-
cidir rn cualquie¡ nromcnto del dí¿-

Leu ión t'uultt¡ f)¡rr doDostmr _y asesura¡ i clccckh por la p z,


r rt",)U..'\lJ\ 'rl:\ ¿L( lullc\ \e.llr \Ui\i \ f rJ-|rtu\a\
Í'ü¿¿t) \'t ¡' pu: en l]tgur d( ó¡a.

Eslis elillicndo aonstantcmcntc enlre el sistcnla de


pensanricnlo rdictivo y el sistema dc pcnsilmienlo basddo
cn el ¡mor Siempfc tc cncr.rentras I una elecciórt dc tlis- f'¿r tit(n( h t ono.ct cl ptollama pura qtt, puetfu ser
tancia dc 1a paz. La lcccion de hoy sc ccnlm en cl hecho
de quc ticncs la habilidad f¿ru dirigir tu nrenle.
I ¿ prz nrental sc irlicia on tu nkrpia ¡rentc Cuando Ll \isteut¡ de pensrnicnto adictilo dice quc pxfa so-
lrrljro¡)ilf tus problcnlts y sct feliz Dccesil¡s calnl)iar ¡ l-
no tc siL'ntcs l¡cifico cs porque 1us ojos cs1án ccrrados ¡l
guirf (¡ rlpUnu citcunsl¡nci¡. Tambi¿n le Jice que adqui-
¡mor. Ln la ¡dicciinr tc vcs il tr mismo corrl(l scptrado de
rir ii.rLr n,.riro dis jnuirá hrs probleuras. Lo irllimo qLre
los demás, crr url n1r¡ndo quc parccc scr duro. sin signifi_
el \rslcrna il! l)cnsar)ticl11o rdictivo quisicra quc hicicras
c¡Ju. :Incr:,2¡Jor i li rgn'errtarl,' lrrmllr'r. p,'t \rrlc a li
rnisrlro como \ uln€rrrblc y cn co¡rst¡ntc nccesidlld dc de-
'''f , i . r' 1.,....¡,rrr',1.^.lr'rr\ I\L'n,,r\ nrfi..llr,ie¡rr,'.
l¡ns¡. Pcro pr¡edes clegir, cn luga¡ dc cso. \er t¡t) mundo ¡l qirt e.o rerclarír cl dóbil liincla¡tento rlcl propio sistc
llle (lc pcns¡nricllo ¡dicÍiv1). quc le prescnta rnnumclit-
lLñido cn cl quc c{dll situ¡xción tc ofrccc Ia op(}llunidad
¡!c\ irfobl.nlit. a re\(ll\er. ¡ p.suf de l{) cual ricmprc
tle aprcndcr clcl amor
Inilnlrf c ocltllo cl vcd¿dct1) problcrDa.
Si 1o sicntcs deprimido. lrrstc. cnfida(l(), culpllble o tc_
rncLoso. rrcucrtla quc: ,, Nrt ¡tucdcs solucion¿fulr problcul¡ si nosabesquÉcs.
rr' i -rf,i \L L,rrtt)rt\tn,t\,, tu,rl. rr,. L,|j, rirrr,
Lln¡ scÜc de
l)ucdo rlc!,i¡ l¡ frrz ahora ntisnto en lu!¡r dc csto. l)roblenlts quc rcsol\,c¡. concóntrate c¡ reco
nocaf rl único problema c¡Lrt se cncucnlr¡ cn l¡ raiz da

204 205
todos los demás: la creencia de que no eres digno de
amor. de que eslás senarado dcl amor. solo ) va(io.
LecciÓn sets
Esta creencia es el único problema que tienes necesi-
El perdón ofiece todo lo que deseo.
dad de aftontar, porque es la sensación de vacío y de no
sentirte digno lo que te hace buscar la felicidad fue¡a de El sistema de pensamie¡to adictivo te dice que el aná_
t1 mlsmo.
lisis y el juicio constantes garantizan tu segu;dad. pero
El sistema de pensamicnto adictivo tiene muchos dis- e\rs acli\;dadcs na(en del rernor ¡ no hacen sino perpe_
fiaces, que ofrecen la ilusión de que hay muchos proble- tuar el lemor Hoy, en lugar de juzgaq elige practicar el
mas que necesitan muchas soluciones. Hoy, decide mirar medro suave quc aüa¡ca de raíz el sistema de pen_
más allá de los ropajes y las másc¿ras y ver el verdadero samiento adictivo: e¡ perdón.
p¡oblema. Ver la consistencia subyacente de todos los A veces, es posible que te sientas confundido po¡ lo
problemas es el primer paso para darte cuenta de <true dis- que deseas. o lnseguro acerca dcl propósito dc tu vicla.
pones de medios par¡ solucionados. La paz no procede de la satisfacción transitoria de conse_
Siéntate cómod¿mente y cierra los ojos. Recuerda que gui¡ Io que dcseas. La paz mental consistentc sólo es po_
tu único problema es que te sientes vacío y que buscas la .ible a lr¡rés dcl perdón. ( uando ju,,ga: a olro como
cul_
felicidad fuer¿ de ti mismo. Al pe¡mitir a tu mente sen- frbic no haces:ino refor¿ar tu nropio sentido de l¡
tirse más trallquila, la conciencia del amor sustituirá la culpabilidad y la falta de valor Eso eiasí porque lo quc
infinita list¿ de prcocupaciones. Uno t¡as otro, libérate r,c. ¡ú .on
'nás que rus propios pen"amicnto. pro¡ecr,,.
con suavidad de los numercsos p¡oblemas que crees te- dos h¡cra fuera
net y aléjalos de tu mente. Al desprenderte de cada perdón es siempre la solución pacifica. El perdón,
, ,Bl
<problemd), empieza a sentir la t¡anquilidad que procede rl br-arse cn la unidad rcnnocc que liberar a otro dc las
del hecho de dejar de preocupañe. Recuerda que, sea cadenas dcl ¡rsado signilicc desen(adcn¿rrte ¡u larnbié¡.
cu¿l fuere el problema, la respuesta es el amor. rn reiumen. el pcrdon e. el agua que apaga el fuegu de_
Cuando sudan problemas, recuérdate a ti misrno: voÉdor dcl stsletna de pens¡micnlo aLltcrivo.
lloy, empieza por utilizar el perdón como un medio
No me dcjo enSañar por cuál es el problema aquí-
nirla irleirn/ar la paz. Fmptea por pcnrar cn alguien a
Reconozco quc cl verdadero problcrna cs mi falta de q:l-:l d,.,"':i' o r.tue consideras quc re ha hecño
concicncia dcl amor. ateo
lnvito al amor a que se me dé a conocer. "lmperdonable,. Cierra los ojos e imagirra u esa persona
ocl¡nrc LIe t¡. (-on\éncete a ti mismo
de que sólo impon¿
También puedes deciúe a ti mismol el momenlo presenrc, vlira a esa persona
eL,mo st no 5u
flcra\ nada ric su acción "imfrerdonablc.,. Observa una
Hoy veo un amor sin fronlems, ru7 en (sla imag€n
anles temcrosa y odiosa. permrte que
allí donde ayer sólo veía problemas in[initos. 'a lu,, se e\licnda.que rmprcg¡e y rodcc a esa pcrsona,

206
201
hasta que tengas ante ti una imagen mental b¡illante, sin
ofieces aceptación, comprensión, honestidad y perdón. Si
m¡ncha alguna del pasado. Manlén csa imatsen en tu
lo que ol¡eces es juicio, ataque, temor y condena, estarás
mente düante unos pocos minutos. Al liberafte del pasa-
invjtando ¿ que la dista¡cia y el dolor entren en tu vida.
do y pemitir que la luz llene y rodee a esa persona, ob-
Examina tus propias comunicaciones del pasado para ver
serva lo pacífico que te sientes. Al cabo de unos minu-
cómo fiLnciona esta sencilla verdad. Luego, empieza de
tos, ab¡e los ojos y dite a fi mismo: ¡uevo hoy ciiciéndote a ti mismo:
El perdón olrece todo lo que deseo. Hqy deseo paz, así eue sólo o[receré eso a los demás.
Hoy el¡io mantener en mi corazón amo. por los demás.
En cualquie¡ momento en que te sientas alterado du-
mnte el día, puedes decirte a ti mismo: Lo nago asr no porque sca superior o poret¡e sea inferior,
sino poreue ai ofrecer amor es amor lo que recibo.
Como la paz es mi único objetivo, el perdón
es mi única función. Ahora, ciera los ojos y pásate unos minutos dedicado
a pensar en las personas que hay e¡ tu vid1, al mismo
tiempo que centras la atcnción cn profundizar tu amor
Lección siete por cllas.
Otra nnagen útil es pregunta¡te a ti mlsmol
Todo lo que doy me lo doy a uí m¡smo.
¿Estoy dando, ahora mismo, aquerro que
El sistema de pensamiento adictivo no establece cone- deseo para mí mismo?
xión alguna entle 10 que piensas y 10 que sientes con res-
pecto a tj mismo- Quizá no te dcs cuenta de que fu pen- no es así, simplemente cambia tu mentc y empieza
_Si
samie¡1o dctermi[a Io qüe cxperimentas, pero tus a dar a los demás aquello que deseas paü ti mistno.
pensamrenlo\ son cúmo un boomerang que siempre re'
gresa hacia ti.
Hoy, abraza la idea de que el que da y el que recibe Lección ocho
son e] misno, de que aquello que ofrcces es aquello mis-
mo que rccibes. Imagina cómo sería la vida hoy si no tu- No valaraú lo que no tiene ralor
vieras otro objetivo que la paz, si no vieras valor alguno
en eljuicio negativo. Te concederías a ti mismo el don de Nacla, en y por si mismo, tiene valor Tú mismo dete¡-
.
Ia pc¿ menral. nllnas lo que sjentes que es valioso y io que no.
Cuando
En fu comunicación con los dcmás, encontra¡ás paz s1 aslg¡as tanto valo¡ a algo que tiene como resultado
la

208 209
búsqueda externa de la felicida4 estás lrncionando en el foflna, tc habrás engañado a ti mismo al pensa¡ que la
sistema de pensamiento ¿dictivo. Es importante recorda¡- pcrdida ) cl dolor del olro consliruyen rU g¿nanira. D¡r
lo porque qúizá te comportes como si no pudieras vivi¡ c. recibir. Rrcibir a crpen'a' de Urro no hará,ino cau.a¡
sin algo, olvidándotc dc que fuiste túL el que le concediste 1e daio a tr nllsmo,
a eso todo el valor qüe tiene para ti.
¿Püqu¿ tiene v or para mí lo que rleseo?
Una vez que te h¿yas dado cuenta dc quc valorar lo 3
valioso asegura la paz, mientras quc valorar lo que no Los brazos sc pueden utilizar para golpear colórica-
tiene valor crea conflicto, le encont¡arás en el c¿rmino ha- mentc o para abrazar amorosamente. Un avión puede so¡-
cia la paz menial. Y, sin cmbargo, ¿cuáles son los crite- 1ar bombas o paqueles de cor¡ida. Si deseas paz, otlliza
rios para considerar algo como valioso o sin valor? La todas las cosas como medios pam crear paz, Las cosas no
lecció¡ de hoy aborda csta cuesfión. son malas, en y por si rlismas, sino que es el apego que
Lo qüe tú valoi¿rs determina lo que dese¿s. A conti- les lenemos lo que nos esclaviza a ellas.
nuación enconharás una lista de criterios por los que juz- Aquello que tú valores es 1(r que crecs que te apodará
gar lodas las cosas que crees que deseas- No impofta lo lelicida4 pero la pcrsecución de eso puede p¡ovocar
r¡ucho que desccs algo, si no satisfaoe todas estas exi- fiust¡ación, depresión, pérdida y desespcración. Cuando
gencias, tendrá, cn sí mismo, el potencial p¿ra producirte eso succdc, sg debe probablemente a que has dado valor
conllicto. a lo que no ticne nillgún valor Quizá creas ql¡e las cosas
como el dinero o el prestigio clarán significado a tu vida.
1. Lo que Llcseo, ¿dururá s¡empre? Pc¡o cuando 1(r que buscas en ellas es l¿ felicidac! estis
Si no es así, no tiene valor El amor, por ejer¡plo, es valorando lo quc no tiene valor alguno, y acabarás siem-
etcmo y, en consecuencia, es valioso. El tiempo nunca pre sumido en cl conflicto. Si dese¡s la paz hoy, no valo-
pucdc disminuir su valor. Sin embargo, es impofante res lo qu(r no tiene ningún valor
darsc cuenta de que no son las cosas ¡¡permanentes en
si mismas las que aportaÍ el dolor, sioo tu apego a ellas
lo quc crca la adicción y el conflicto. Pregúnlate a ti mis- Leccíón nueve
mo: si yo perdiera (especifica lo que sea), ¿se veria afec-
tada mi paz mental? Si ue de|iendo, soy atacado.

2. Conseguir b que deseds, ¿tendrá como resultcldo una Cuando funcionas a partir del sistoma de pensamiento
.
pérdida para alguíen más? aolcllvo, te ocupas constnryendo muros defensivos y es_
Si producirá una pérdida para otro, no ticne valor y no Ias.slcmpre pendiente de un ataque. El amo¡ se pierdc.
te proporcion¿rá una felicidad duradera. Si t¡atas de arre_ ¿,lrorno puede estar abieato tu corazón al amor cuando se
batarlc algo a alguien, o causar d¿ño a otro de cualquier encuentra tras la fortaleza del temor?

210 211
Cuando te defiendes, crees que fu defensa, si es bas- Algo bucno a reco¡dar druante todo el día es lo si_
tante fue¡te, será suficientc para protegerte. Quizá cuan- g!ie¡te:
do te sientes herido eriges rápidiünente tus defensas. Pero
Si me defiendo, soy atacado.
esas defensas te ma¡tienen aislado y temeroso. Tus mu-
ros defensivos te cierra¡ a lo que más deseas: el amor. El amor €s lo que deseo,] el amor no necesila defensa.
Estás equivocado si piensas que tus defensas tc pÍote- Ho], ofrezco amor en lugar de ponerme a la dcfensiva.
gen. De hecho, tlLs defensas no hacen siúo perpetuar el
ciclo del ataque y la defensa. Nadie construye defensas si
no abriga temor alguno eo su corazón. Lección diez
Eriges defensas porque temes el ataque. Y, sin embar-
go, a cada nueva dcfensa que levantas aumeDta nr temot El poder de decisión es mío.
al ataqL¡e. ¿Cómo pueden las defensas ofrecer seguiüd
cuando no hacen sino aumenta¡ el temo.? Hoy, reconoce Tu capaciüd para elegir es lo que constituye tu liber_
la verdad sobre las defensasl t¿d. El poder pam decidir qué pcnsamientos abrigas cn tu
rrente es el don más rico que posees, pues te convrerte
Las defensas siempre tracn consi8o precisamente en el director de tu propia vida. Siempre estás eligiendo
aquello contra lo que €staban destinadas a protcgerme. ent¡e el sistcma de pensamiento adictivo y el sistena de
pensamiento basado en el amor La decisión que tomes
Pone¡se a la defensiva inicia un ciclo en el que no es lo qrre detcrmina ru expcnencia. Ho). Intenla ser cons_
puedes mantener una actitud pacífica. El ataque conduce crenle csle proceso dc elección y toma conciencia delpo_
a la def'ensa, y la defensa conduce al ataque: dc¡ de decisión.
Túr mismo decides en qué deseas crear y, de ese modo,
.
v\
\t¿
ATAQUE

DEFENSA
clrScs tu propia experiencia. No es cl mundo lo que te
moldea y te configura; eso es algo que haces tú mismo.
Jr te e¡cuent¡as en conflicto es po¡que has
corno cre¡ta una crcenda falsa.
aceptado

Tú eres el di¡ector de tu propia vida. Tú decides eotre


I_Ioy, e¡ lugar de hacer más espesa tu a¡madura, invita ll1 Bulon quc.ólo contienc c5((nac d( pal y olro que es
al amor a sustituir a tus defeosas. El amor no necesita de- üna hrsloria de horror. con el terror el ataque ag¡zapa_
dns en crrla csquina. Iu
¡
fensa alguna. l-l amor crece a rravcs de compafir- y no ¡oder de dici,ión es una hcrrd-
se ve afectado por el tiempo. Por debajo de tus defensas mlenl¿ que quizá hayas olvidado cómo utilizar cn tu pro_
te espera una paz impeúurbable. Es esa paz la que pue- pio beneficio. FIoy, ap¡cnde que tLr poder de
decisión
des encontrar hoy. Puede asegururte la paz ment¿l.

2t2 2t3
El poder dc decirión es mío
han hccho cosas imperdonables, debes vene a ü mrsrno,
HoJ, utilizo estc poder para elcgir Si tri¡as a un¿ persona o ¿ mil, con condcna y odio, fam-
únicamente pc¡samientos basados en el amor. bién tú te condenas y te odias a ti mismo. Del mismo
modo, cLLando ves a los dcmás a través de los ojos suaves
Hay dcniro de ti un lugar tra¡quilo que no se ve per- y cariñosos del pcrdón, también tc iienes que amiu y pcr-
turbado por nada, que está llcno de amor v es conpleto. donar a tl mlsmo-
Cuando scrcnas tu mente puedes cscuchar a ese amot ld- No lranscurre ni.rgú¡ lapso de tiempo eotre dar y rcci-
terior quc guía tu carnino. Muchos so ¡efieren a esa guía .ir. \l dar. larnbiin rccibÉs. Por (\o. la f\¡],, \irmprc c\
inlema como cJ poder superior, en conhaste con la voz una altcrnativ¿ posiblc. La lección de hoy tc ofiece la al-
interior del ego. lloy, si te encuentras sumido en el con- |crnaliva a la soledad. porque:
flicto, puedes dccirtc a ti rnismo:
Puedes dar] rccibit perdóny amor
cn ( uJleLier Inomrn.o quc (ltjJ\.
Ahora mismo mi podef de decisión pucde
cembiar cómo me sienlo. L¿ lección de hoy cs ntuy práctica. Puedcs probar-la
Puedoeletir escuch¿r Ia voz de mi poder supcrior, con facilidad y sontinuamente, y vcrificar los resultados
en lutar de la chách¡¡a confus¡ del ego. dura lc cl dia. Al ver la ctécli,'idad y los resultados de
dar y rccibir ar¡o¡, lí vcrdad de d¿r y rccibir se desplcga-
rá ante ti.
Lección once Hoy, oficcc amor, ¿rmabilidad y contpasión a toda
¿quclla persona con la quc tc encuentrcs, y observa con
Itoy aptenda a dar como recibo- quó rapidez rcgrcsa a ti la conciencia dcl amor. l-)npieza
cl dia pi)r cerrar los ojos y dccirte a ti mismo:
ll sistema dc pr:nsamiento adictivo desea convencefie
Dar es recibir.
de que iu¿nro nrá. con:jtsas. tome:. com¡re. ¡ .unquis-
Rccibiré lo que dly ahora.
Ic'. lúlu mcjor rc.enrirás I I énfa,r, se pon( -icmpre en
consegllú, nunca en daa En el sistema de pensamie¡to LlLego, imagínate a una peNon¿ espccifica y di, por
adictivo, el dar cs una manipulación, una forma dc con- cjcnlpiol
seguir algo que deseas. El sistcma de pensamiento adicti-
vo dice que dar algo es pcrder ajgo. En cont¡astc co¡ Olrezco paz mental a esta pcrsona.
esto, el sistena de pcnsamienlo basado cn el amo¡ dice Ofrezco tranquilidad a esta pcrsona-
que el dar es recibir
En ios otros te ves a ti mismo. Si ves que los demás
Ofrezco calma ¡ esta persona.

214 215
Una vcz más, Do intcntes cxcluir a nadie de los dones tu propia mcnte. Siempre pucdes dirigir tu r¡entc para re-
que ofrezcas. Al final, cualquier exclusión cs una exclu- conooer, escuch¿f y c¡egir la alternativa pacillca.
sión de ti mismo. Cada petsona con la que tc encuentres Cada v€z que expcrimentas un pensamiento indesea-
hoy tc oliece otra posibilidad de paz. Si te encucntras do. puedcs decir silenciosamente:
hostil y a la defensiva. prcgúntatc:
dirijo mi mente, qlc sólo_yo dcbo diritir.
Yo
¿Es esto lo qu€ qu¡ero que se me ofrczca? Eliio desprendermc de esta creencia ad¡ctiva (cspcci[ícah)
y dirigir mi merrte hacia cl amor

Lección doce
Le(:íón ü'ece
Yo r¡jo mi menle, qüe ,o solo debo reg¡r
lhN no ju.g.tú na¿a de k) que ocrtrftt.
La mente adictiva es como un animal salvaje que se
rev'uelve de un lado a otro incontrolablementc. IJoy, em- .luzgar a los demás y ati rÍisrüo no hace s¡rro aumcn-
pieza po[ dome$ticar tu mente inquieta dándotc cuenta de tilr el temor la culpabilidad, y cerrar [a puefla al amor.
y
que eres tú mismo quicn detemina los pensamicntos que Iloy. cnrpicza por hacerte las siguientes prcguntas:
prcnsas y. asi. los sentimicntos que lienes.
A vcces, podrá parcccr quo no tienes control alguno L Si dejara dc juzgar por un dia, ¿cómo scrl¡ ese día?
sob¡c tu vida. Los pensamientos luela¡ a través de tu 2 Si eligiera concentri¡rmc cn cxlender comnasión. cn
mcntc y nunca cuestionas tus crecncias. En lugar dc mi- lugar tlejuicio. ¿,cómo ca$biaria mi experiencja?
rar hacia dentro, empiezas a pe $ar que otras pcrsonas L Si dedioara un día a amar. cn lugar de ajuzgar, ¿,cór¡o
son la causa de tu cólera, tcmor, infelicidad y deprcsión. me sentiría con rcspecto a los demás'l
Cuando crees esto, dejas dc dirigir tu propia nentc. Da el
primcr paso al decidir dirigir tu propia menle. asumicnclo Los pensamicntos clue abrigues con respecto a los dc-
la responsabilidad por tus propios sentimicntos y pcnsa- nás afccl¿rn a tu fbrma de sentirte con respecto a tt mts-
m¡entos. mo- Por ejenrplo, no puedes sentir odio hacia alguicn al
Hoy, comprende quc sólo tú di¡iges tu mcntc, quc sólo l¡ismo tie¡npo que sentir ¿mor por li mismo. Eso sería
tú eligcs entre la voz dcl ego y la voz dcl ¿rmor, que sólo como inlcntar exhular e inh¡lar al mismo tiempo. Quizá
tú decides qué pcnsamientos tener, cómo scnti¡te y cónro hayas aprendido previamcntc que es natural y saludable
actuat Hoy, dcc¡de escuchar la s¡cmpre presente prcfe- Jurgar las situacioncs y a la gcnte, que eso tc pcrmrte to-
rencia pacífica que hay en ti. nlar bucnos decisioncs. IIoy, empieza por contener tu
Si quietes tener paz, antcs tion€s que hacerte cargo de l¡cnte para ver quc tus juicios [egativos no hac€n sino

216 211
crear sentimientos de scparación con respecto a los de- .er ltcnrdas por ¡lguicn o algo fuera dc t¡ mismo: una
más. El pens¿miento basado cn el ¡mor rcconoce que p"rronr. un" droga o una posesión. [loy. dedicatc a vene
olralquier pensamiento o acción que co¡denc tiene como l ,' r''rno.on,n un todo. sln limites. ) con un polcncial
resultado el temor, la culpabilidad y la soledad. ilimitado. Sólo tus p¡opias crecÍcias te limitan. Los úni-
Hoy, libera el añot para que exista sin versc pertur- cos límites que ticnes son aquellos que te has impuesto
bado por tus juicios. En lugar de juzgar y sepa¡ar, obser- ú mismo
va la interdepcndencia dc tod¡ la vida, de la quc tú fo¡- Todo los pensamientos de limitación son rcsl¡ictivos
mas una Parte Integml. Dar¡ las relaciones. Cuando impones limitcs sobre los de-
Decidc ver a todas las personas y acontecimientos sin mj.. t¡r¡bión lc limitas a ti mismo. No ha¡ malor don
el juicio negativo. Cuando te sientas tentado de emitir un oLtc pl¡cdas ofrecer que desprenderte de las limitacio¡es
juicio, pücdes rccordarte a ti mismo: Ál hiccrlo así, te liberas a ti mismo y a los demás.
lls posible quo te hayas limitado a ti mismo al percibir
Si juzEo a esla persona oscuridad y debilidad dcntro de ti y a tu alrededor' Cada
me robaré amor a mí mismo. lir¡ite que te imrtones a ti misño o a los demás es una
cadena que impidc tu crccimiento. IIof concédetc la for-
Empiez¿ por volverte hacia dentro y de.ja que el amor
talcze nara ver el poder del amor en todas pa¡tcs y en
sca tu guía.
todo.
Hoy, al¿jate ¿e tu úeio húbito Los limitcs, que son creados por 9l sistcma de pcnsa-
¿ejüzgat y condenar micnlo adictivo, parecen scr rnuy rcales Pcro, indcpen_
Al bu,t.ar guia, diige tu otenció haciu dentro, dientcmente de la limitación, la solución es siemprc la
hacia tu corazón. misma: recucrda que no te falta nada par¿ expenmcntar
Col¡b¡a la espada deljuicio amor en este mlsmo rnstarnae.
por la tierna curicia del anor, lloy, ernpicza a desafi¿r cualquier limitación, sin que
y Ia paz dmanecera en lu mente. imporle lo rcal que parezca. Por ejemplo, el ticmpo y cl
dinero inadecuados son carencias comunes que inventa el
sislcma de ¡cnsamiento adictivo. Quiá pienscs que no
Lecciófi catorce dispones de tiempo suficiente para detene¡te y relajarte,
o que no tienes dincro suficiente para ser feliz y sentirte
seguro. Cada vez que te impongas una limitación a ti
Que no me vea a mi mismo cono lim¡tado.
mismo puedcs desafiarla. Por ejemplo, si tienes la se¡sa-
El sistema de peñsamiento adictivo promuevc la lim¡- ción de qüe te falta tiempo o dinero, puedes decirte a ti
tación en todas las formas posibles. El ego te dic€ cons- mismol
tantemente que estiis lleno de carencias rtrue solo pueden

218 2t9
f
lJ Dir/ c,rá d(rllro Je li ¡h.'ri mi-nl¡: .óln c'li r'ubiert¿
50) llimitado.
¿No lengo acaso el tienrpo para enviar ¡^l .r't r(ru( \cl,'dc p(r.¡micnro- atliitlvo.. llo). miru
un Pcnsamiento ¡morosol i¡ás ¡r1lá de ese vclo y dcscansa cn Ia seLena paz quc le
¿No me puedo pcrmjtir acaso cxtcnder c.t'crr. LJ lc.'crirr dc ho¡ cs una dcchri'ciún dc qrrc rc
la compasión dcsde mi corazón? tr/ Inlrri,'f L c pu'.blc .i -óluluPJr
lc dr' lr. oportrrnrJrd ¡rr::
.ruc.rrrl.r .r l¡ lr',' li')\. .n Llr e.cllchJr lll. pcn.R
I rc prlabra. crpcrific,rs quc ririlices no \on intpo¡an- mientoi adictir,os, con'licrtc la pa1 rüental cn iu único
les slcmpre y cuando cuestioncs la v¿lidez dc cad¿ limite objetivo
que te hayas rmpucsto o que tc sientas tentado de impo- Pucde quc ¡o lc parezca poslble pasafte todo un dia
ner¡e. Cucslion¿ espccialmente cuelcllLier frasc que pueda en fJ/ Qu,/¿ frcrr\c\ que si le cnconlrJr¡s cn |lnJ r||-
completar la siguientc oración: (Rl a¡nor no cs posible cunstencia rnás idcal, podrías tencr paz. llse sistema dc
ahom porqlrc,,,). pcnsamicnto quc te dice (si sólo...> no conduce más quc
Lo r¡ás importanto que tiencs quc hacer hoy cs recor- al conllich. Invierte el sistema de pensamicnlo al decirtc
dar que dcbcs decifie a ti mismo a c¡rd¡ hora: muchas vcccs dlLrarle el dí¿:

Ahoru r¡ismo tcngo lodo lo elle neccsito


No estoy limitado.
para scntir paz mental.
EI amor es en mí ahora.
Si lil paz ment¡l es hoy nri úni(o objetivo,
¿qué hago ahora para ¿5cIlLrrármel02

Let:ción quí.nce
I-os siguientcs no son más quc unos pocos ejempios
Elijo pasar esle día en una paz per/i:cta. dc lornla¡ mecliantc las qLre asegumrtc ut1 día en paz:

l. lxtiéndetc hacir cl exterior para sanar una telación


El sistema dc peDsamicnio adictivo dice qlle la única quc hil sido hefida.
fo¡ma de pasar cl día en paz seria tencr satisfechas todas
tus necesidades cmocionalcs por medio de aiguien, tenef
2. Despréndetc de ag ,ios antiquos.
3. !.nfoca la atenciói cn ilar antis quc cn recibú.
muclras posesiones materiales y ser cap¿z de controlar :1. Extiende un pensamiento
de compasión cuando nor
todas l¿s situacio es. El problema cs que la lista de nece- inJlm<nr( t( tr¡bri¡r drl'cndidn o a irl!uten.
sidades se hace interminable, el dcseo de oontrol sc hace ). llr,, Jlgo pxtJ nutrlrte r ti n¡smo. iu/gJdo
compulsivo y la paz se hace imposible. Hoy, comprende
que no cs asi como se accede a 1a paz_
c¡lbo
.Pr(narr,u rronia lr5¡¡ I ..ontprumétere ¿ ller¡rja ¡
La paz ¡unca ha abaDdonado lu mentc_ Ten fe en que

220 221
Lección dieciséis
l\4e idenlifico coñ elamory estoy seguro.
Hq) no tendré míedo de emat. l\4e identillco con el amory estoy en el hogar.
Me identilico aon el ¿mory me encuentro a mi mismo_
EI sistema de pensamiento adictivo te hace descender
por xn camino que tiene como resultado que
¡engas m1e- Hoy, toma conciencia de la ve¡dad sobre cl temor al
I n una menre ltena rJe culprbilidact renrorl
9:^t ly.
Jurcto. ¡i¡ tu/ clcl ilmor sc \e o\curectda por clpa, <1c os_
rcconocer su presencia en tu vida. cuando su4a el temot
alióntalo. Al baccrlo, descub¡irás que c[ remor no cxlste
curidad. La culpabilidad te impidc amar porque
crees que separado de la ncnte quc lo ha creado. Túr mismo das al
no eres.merecedor de trmor Hoy. elige dar l¿
bienrenida temor todo cl poder quc tiene. El temor no cxiste en y
a aque o que pt¡ede cura e dc lodos los conccplos
erró_ por si mismo, sino que sl- fbrm¿ y se alimenta a t¡avés de
neos sobre ti mismo: el amor
tus propios pensamientos. Cuando sientas temor, puedcs
. El fundafiento de tü sistema cle c¡eencias es bien sim_
ple: al igual que todas las demás personas, te identificas
decirte a ti mlsmol

cun to ouc ctes que Ie hcrá senufle ieguro. \l empleas Sólo mi mente puede producjr temor.
et sr\temJ .le pcn\amienlo adlctivo crces que el jr¡icto,
EI temor se supera cuando
las defensas y el ataque son las claves de tu
seguridaü y pcrm¡to eue cl amor sea lo que es.
por lo tanto te identificas con el temor en
cánbio,'íi Hoy, doy la bienvenida al amor
empleas cl sistema de pensamie¡to basado en el
amor te
oas cuenta d€ que tu .cguridad r:rdica rn la acepración,
el
perdon y h jndefen.ión. de esc modo tc
) idcntificas con Lección cliecisiete
ct anor Aquello con lo que elijas identificarte, cl temor
o el arno! determinará fus sentimientos sobre ti mismo
y Natla puede hacerme tlaño e\cepto m¡s pensam¡ento,r.
tu perspecttva sobre el mundo.
. Ho)- in\ita a la \erdad c penelr.¡¡ cn ru mcnle. Stn
duoa ajguna. te senlirác cansado de las llusiones
Darte clLenta de la ve¡dad ¡Ie esta sencilla afirmación
del .l¡_ es el primcr paso hacia la libertad. Es la prescripción
tema de pensamiento adictivo. El amor es c¿-
fu segu¡idad. dl curar tu mente adictiva. En el pasado, cuando
El temor no puede existir alli donde está preiente el la:z
turste herido, quizá consideraras a los
a1¡ot demás como la
cau\a de ru dolor. O qui,/á echaste
Cu¿ndo te identilicas cor cl amor. re ¡r(nres scguro. la cu¡Da de infelici_
od-d a^ la mdla .uefle o
(- uando eJ lemor es tu guia. corrcs consta¡lemente a mala. siruacioncs. Hoy. in\ ierte
hacia csla, lorma de pensar
o.desde algo o alguien. Hoy, mantén en fu co razór:t &indote cuenta de que no puede\
la 1n' ser hendo por n¡da. ercepto
por tus propio\ pensimien.
vr¡acro¡ at amor Recuerda cada hoú: tos

222
223
Cuando te encuenfes sumido en el dolor de cualquiet L Cadd ve/ que.ienta'alPo quc no sea
pa' ifi'o
idenli-
clr-( !.s m|l) ur.l c\rnlrn¿r lu5 pron'os pcÍisanrientos. ftcjt cl pen'rmienlo adlcl,\u
quc ¡brl8¡s en fu menle
Ilso te a]'udará a empezar a san¿r lo únioo c¿lpar dc hace¡ dc que ese pensamlento te esta causando
2. Convéncetc
daño dc alguna formar lu p¡opi¿,. mente. y
dolor manleniendo el amor eútemado en la oscuri-
dad.
Como euicrá que nis pensamicntos crean 3. Mira bacia tu iitcrior Y Pjensa:
el mundo quc veoy experimento, cs dentro de nis
pcns¿rnientos donde tengo que tmbai¿r. Lo queJo 50) cs amor
Pucde eleEir cambiar cste PensaNiento ¡dictivo
Puedo cambiar mis pensamientos sobre el mLúdo, so-
bre los demás y sobre mí ülismo.
Lec:cíó¡¡ dieciochc¡
No puedo cambiaf a los dcrnás, conro no puedo
cambi¿r muchas dc l¡s situaciones D¿jamc recot¿dr cu¿Il es mí propós¡to
en las que mc encuentro,
Si sier¡pre fueras co¡scjenle de tu vcrdadero propósi-
Cuando te sientes herido es porque has aceptado un to. arnor y perdón, no babría razón alguna paü escuchar
pensamicnto adictivo como cierto. En c¿da instantc dcl l¡ irracionalidad del sistema de pcnsamiento ¿dictivo. F.s
Llía sicmpre eliges los pensamientos que llera¡ tu mcnte al recordar tu propósito como cl amor puede empezar a
¡ dc ese modo, eliges cómo quieres sentirtc. Cuando brillar cn tu mente, Hoy, concóntate en recordar el amor.
centras la atención sobrc tus pensamientos, puedes en lugar de se¡tirte atado por )as cadenas del iemor
aprcndcr a elegir el contcnido de tu úe¡te y' a su vez, lo Cuando olvidas quc tu objetivo es la paz mental, te
quc sientes. Si rlo eres consciente de tus propros pensa- sientes confundido y cn conflicto, inseguro en cuanto a la
mientos continuarís sintiendo que no tie¡es clccción en dirccción a seguir y, cn último término, inseguro incluso
cuanto a lo que expe¡lmen|as. de cluión eres. Cluando olvidas tu propósilo, tc conviertes
Deja de permitir que el sisicma de pensar¡iento adicti_ en una espccie de robot quc responde auton'láticamcnte a
vc dir¡a tu mente. Hoy, cligc conscie[temenle quó pen_ 1as crrcunst¿ncias cxtcrnas. al mismo tiempo quc tiene
samientos abrigarás en 1u mcntc. De este nlodo, puedes muchos objetivos conflictivos. Cuando olvidas quc tu
dirigir lu mcnte para apartarla dcl dolor y dirigirla hacia proposrto es el perdón, juzgas a los demás. []n aüscncia
el ¿moL dc l¡ eonc'cne.a dcl ¿rnur. rc prcocun¿\ put (orrsegurr cn
llLS¿r de dar. de co¡denar en lugar dc aceptar. Te sicntcs
Puedes empezar a dirigir tu me¡te mcdiante la práctl_
otrsesrvamentc implicado en la pcrsecución de aquello
ca dcl siguiente proceso:
que no ticne valor alguno. Tienes objctivos con0ictivos si

225
te dices a ti mismo quc nlisnlo tiempo,
deseas amor y, al
! dislorsioneda de ti nrismo
Clada vez quc, rcspiras te muc-
ticnes un objetivo de cambi¿r a otros para quc satisfagan
tus cspcci ficaciones. Los objctivos conflictivos nunca f ,c. l'¡, r, un mñllr.lllo nu(\r' quL tu re ha vicln rfc('lJdu

conducen al amor I por tl ¡a'a,j,' lu obicll\u Jc ho) con\r-rc cn dbr¡/¿r Iu


icliciu¡,1 ¿ rr,n,* J. r rr.r c.re nue\o mornrnlL'. lo url|cn
oue nei(\rrJ{ hac.r parr rer
||, l¡licidid e5 c mbiJr l|.
Cuando tcnEo objetivos conflictivos,
nrcr're.lc'dc cl rnl¡qrc llJ(i¡ cl piisdLlo hlcia ci cnloquc
lo único eue consi8o es cl conllicto.
sobrc c1 prcsente. lll momento presente cstá hermosa
nentc envuello como un rcg¡lo dc amol, que sólo espera
lll sistcma de pensamicnto adictivo sc especializa en
crear objetivos conflictivos, que pueden hacerre senur de- a que lú lo dcsenvuelvas.
p¡in1ido. frustrado, temeroso y colédco. Puedes escapar Sólo cuando urir¡s un pasado distorsionado y antici-
dc los objetivos conflictivos al identificar qrLé objetivo ¿e pas un fuhDo temeroso, se te escapa la leljcidad dc tu
produce dolor Despréndetc de ese objciivo y ma¡tén presenlc. Cuando vcs un ¡lLLDdo lleno do sep¡raoión, lo
aquel que te apor'le amor La clave para recordar tu pto- que vcs es dolor y miedo. No te dejes cngañar'a[ pensar
pósito es disciplinal tu mentc para identificar y despren- que la culpabilidad es algo de lo que no puedes escapat
porque en cl momento presenle no existe ninguna culpa
deme de aqucllo que uo concluzca al arnor U¡a menle
que no es examinada continúa sin canlbiar.
bilid¡rd. Hoy, empicze por ver que no hay vftlor alguio en
af¡rrarte al pasado.
Pucdes escapar al dolor cle los objetivos co¡llictivos
tomardo la decisión de recordat tu propósito. Pucdes de-
A lo iargo del dia. busca cncontrar exclusivalncnle tu
lelicidad presente, y coniempla sólo aquelio quc buscas.
cifte a ti r¡ismo:
No desecs obscsivamente quc algo pueda ser difercntc, y
no mvrles al tcmol a penet¡ar cn tu mente al pensar quc
Lo que de5co es amor.
cl fiLturo duplicará cl pasado. Datc cucnta de que la única
Para tener ¿mor, ofiezco amor, cosa q|Le te lnlpide cxperimentar paz menlal es tu ap]aza-
\ lo olrc,/, o J tr.rvc\ Jrl perdor. micnto de la decisión de ¿ceptaria, pues Ia paz mental
está siemple disponiblc para ti en cl mot¡ento presente.
Repite con frccuencial
Lección diecinueve
El pasado es pasado.
Mí.fblicülad presente es todo lo que veo. El futuro cstá en el luturo-
l\4i felicidad pfesente es todo lo eue veo.
Cuando te miras a ti mismo a través de la vcntana del
pasado es como mirafte en uno de esos cspejos defor-
m¿nre. de los p¡rqucs de arccciones: vc\ una imagen

226 227
1
I
Leccíón veinte i con\(j'tlil caf¡hirlld{ nll¡
clel l rs cu'Js o a
oue c\pcrJr
mc,ec.' .||'lor: lo únlco qtl\'llicc'lla' \'drnnlll c\ ru crc
Este ínstante es el ún¡co t¡enpo que hd)).
encia sobrc cl tlemPo

La Iección de hoy es una exlensión dc la dc ayer, en el (:üdn¿o s¡cnto algo t enos que ¡ubilasa
\1tc
scntido dc quc sc ponc cl ónfasis cn vivil cl momento (:ud ¿o:í. to u a ':ak.t1c¡d de .ualqukr cktse,
presentc. C ando tu mcntc sc centra cn cl amor, el mo- ttun¿o ¿esca ulgt que no tcngo,
mento prcscntc cs todo lo quc existe en tu concicncia. Ej ¡u¿¡'d¡ n" tu, ta rt '
tt' '"t¡"ihl¡
temor es un extraño para el sistema de pensamiento basa- ¿¿biIlo a Li que ho otuff¡do
do en el ¿mor En conbaste con ello, el sistema dc pensa- o qu( ld N: es inl)osíblt'
miento adictivo utiliza el pasado como un hierro cander- ¿ebitb a b r/u( o ha ot\r do
te que intenta fijar la culpabilidad profundamente en tu necesita recar¿anrc o úi m¡sma:
meote.
Si deseas u¡¿ menle trancluiLa tienes que cambiar tu \,.,.,tt,. , rntht.tr n; . ñ,t. r¡, t)n J, l tt.tn¡o.
idea sobre el propósito del tier¡po. PlLede que hayas visto Est( itlstunte es el Lini.o t¡enpo que huy.
el lier¡po cor¡o lLn juez y como un carcelero, qlLe te scn-
tencia a la culpabilidad del pasado y a la preocupación
por cl futuro, pasando por ello Ia screnidad del momento Lección reitlliuna
prcscntc- Esa conccpción dcl tiempo dcrrota nueslro ob-
jctivo dc paz intcrior y oculta cl amor dc tu conciencia. El t(not ota Lll mu do, el peftlótl lo libeftr.
Tu fbnla dc pcrcibir cl tic¡npo dctcrmina lo quc expcri-
mcntarás. L¡ ide¡ de hoy es |tna si]lesis: cn csta iección se ha-
ll¡ln contcnidas lodas l¿s demás idcas p¡esentadas en este
Resaltar el pasado produce culpabilidad. libro.
Resalt¡r el luturo produce preocupación] tenror. Ll sistcrna dc pcnsamiento adictivo del temor, el jui-
Resaltar el presente produce amor.
cio y la culpabilidad te ata al conflicio y al dolor. lll sis-
tema dc pensamicnlo basado en cl amor de cuidado por
Quizá hayas pcnsado cúóneamerlLe que el amot cra los demás, perdón y paz cura tu mcntc y limpi¿ tu per-
algo a alcanzar. Es posible que hayas situado el amor en cepclón_
el futuro, al pensar que tenías que b¿cer algo para ser , Elige romler los barroles de la plisión del temor y
oalc cuclrta dc lo mucho que se pa¡ecen todas las petso-
¿nado- El amor no se alc¿nza, sino que se reouerda en el
momento presente. Es en el eterno ¿ihora donde el amo¡ nas lloy. per¡nite que l¿ oscuridad del conflicto se vea
espera pacientemcnle. Quizá hayas pcnsado que tenías curada por la luz dcl perdón- Hoy, l¿ separación, e1 temor'

228 229
y el conflicto ya no pueden llamarse con otros nombres-
ni negarsc o proyectarse haci¡ alguien o algo más. ni cvi-
tarse. ocultarue o disfiazarse.
Los bloqueos al perdón y, por lo tanto, al amot sr¡r-
gen cuando aceptas cl sistema de pensamiento adictivo
como cie o. Al eliñjna¡ suavernente estos obstáculos, la
co¡ciencia del amor se libera para floreccr y c¡ecer. Epílogo
Decide no contener más el temor en ti mismo y en el
mundo. Hoy, no utilices ningun¿ relación, objeto o situa-
ción pala afermrtc al pasado. En iugar dc eso, en todas
las situacion€s y con todas aquellas personas con las que
te cncuentrcs, ve otra oportunidad pa¡a que la paz te sea
dada. A cada nuevo movimiento puedes ascgurar tu paz Hace unír mañana m¡r¡avillosa y estoy scntado cn la
mental al practicar el perdón. ladera de un¿l colina. bañada por el sol, cerca de mi casa'
A tod¿s aquellas personas que veas o en las que pien- en Carmel Valley. La poesía de Ia brisa a través de los ár-
ses, oñécelcs un suave pensamiento de perdón, y acepta bolcs se vc acentuada por el distante sonido del viento
lo mismo Dara ti. que en\i¡ r¡cnsaieq dc lrcnquilid¡d. l\y'i perro. "Vali".
csla tumharlo ¡ mi lado, jadctntc ( am¡ está embarazada
El temor ata al mundo. de tres mcscs y mi corazón cspcfa a dar la bienvenida al
El perdón lo libera. nu€vo ser que lleSará a nucstras vidas y al mundo. Hoy,
Esa es la clave de ni sanación.
todo lo siento feliz y suave. Es inmerso en este espiritu
como desco dejañe, que¡ido lector.
Durantc bucna parte de mi vida tuve la sensación de
que mi corazón se rnoria de una mucrte lcnta, que no me
quedaba otra altemativa que deslizarmc más y más pro-
fundamentc hacia una desesperación impotcnte llena de
tcmor Aunque a veces todav¡a experimento temor y
todo su terror, ahora soy capaz de elegir el amor de una
forma mucho más consistentc. En este dla me siento
vivo. Me sicnto abierto y desprotegido. Hoy, elijo el
amor y la unión por encima del temor y la separación.
Hoy sé que no hay un solo ser en esle planetá que no
mcrezca y necesite amor, amabilidad y compasió[. Que

230 231
pucda ¿pfcnder ll vivir mi lida sabiendo quc ósa es
!
única vcrdad.
lc dcsco paz y quc tu cani¡o se vca bondcci(lo.

I)tsPl.t,(iARsl

l,l a t, t¡? uft no.\ to¿?¡1ttút su(\¡¿ad. indice


i, sin cnharyo. t nent o la dunot lu es¡xtlla,
.{&nbklürlo in pn\¡t\ito u la os. urkQ .

Q ¿ d¿jIns dtú' e\t( nDiil tuLtt(


r nos t¡¿.rnos d lu slktnida¿ drl ot o',
I t¿sp lnos h ulegtí.r ¿a h! \n10.
pdft nos nucsrro! ¿íss ¡anrut¡uk¡¡to¡ lt¡s lu.¿ h, ll
Que uuL¡s
";"
al tíent¡n qua *tentlcn¡)\ k$ nunor roü onahilid¿d L La f¡laci¡ de buscrr l¡ f¡licidad t¡era dc Dosolfos
rni.n 21
'^
hdhl¿no\ ¿c\Jr ,:¡ , at,r,' dt ntn:tt't - tl l. Lr cslruc{uf del sislcmr de pc s¡miento adict¡\'o 5:l
lr^
)'perntiIdnlos a oltus Lotio(x| nueIft^ t:t[u:one.\. :l L¿s cree|rils fund¡¡ncnl¡lles dcl sistenla dc
Que crda Lno ¿¿ notot,bs sk'n¡a Lr proÍin lida¿ il¡niri¿.r ¡.n..f nieIr.'.rliJ'irn 15
¿(l umot que húite .,t1 )i ahtletlor ¡le nowros, Ltl cstructura dcl sjstema cle pens¿rnienlo
y q e \(pdtn)s tt e es l0 qut: son¡os. h"5.,in ( | Jl dmul
",o 5 Las creenciils básicrs del sistenr¡ dc pcosamrcnlo
h.,.r.l er, ei .'mcl t2l
_
:rl,rrrró¡r r rr t. r¡ror
.r .r l¡ rntrnrdi:d t42
1. \l'rL ILl.t ir .rmrfl¡\ I6:l
ll Crccel ccruro parcla: mo!crse desdc.l temor
r88
r97

Iipilogo 2ll

You might also like