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2011

ACOTACIONES SOBRE LA CAUSACIÓN


FORMATIVA

“Dicen que el hábito es la segunda

naturaleza. ¿Quién sabe si

la naturaleza es la

primera de los

hábitos?”

Blais Pascal

Nota al Lector

En el presente artículo encontrará muchas (o demasiadas) citas textuales de Ken Wilber y de


Rupert Sheldrake. Me excuso de antemano si al lector le resulta un poco engorroso –o fastidioso-
la situación de marras. Pero lo he hecho ex profeso porque considero pertinente acercar al mismo,
de manera directa, a las ideas originales que me llevaron a escribir este artículo, para que le
resulte más fácil ver de dónde han salido las preguntas que, en el último subtítulo, encontrará.
Leyder Lasprilla 2011

Introducción

R
upert Sheldrake, biólogo y filósofo inglés, con su libro Una Nueva Ciencia de la
Vida, hace pública –en 1981- su hoy famosa hipótesis1 de la causación formativa.
Con ella, intenta dar solución a una serie de anomalías (a decir de Kuhn) que,
durante los últimos 150 años, la teoría mecanicista de la biología (en sus múltiples formas) no ha
podido resolver (aunque Sheldrake deja algunas en las mismas condiciones). Estas han sido
evadidas y soslayadas con explicaciones ad hoc por los biólogos que siguen la vieja tradición y
que no se han atrevido a cambiar de teoría científica (ruptura epistemológica).

Diez son las anomalías básicas que constituyen el “dolor de cabeza” de los científicos
mecanicistas de la biología y que brevemente explicaré a continuación:

1. ¿Por qué y cómo los organismos obtienen la forma que tienen? “Según la
teoría mecanicista, las células, los tejidos, los órganos y los organismos adoptan su forma
adecuada como resultado de la síntesis de las sustancias químicas apropiadas en el lugar
apropiado y en el momento apropiado. Se supone que la morfogénesis se produce
espontáneamente como resultado de complejas interacciones fisicoquímicas de acuerdo
con las leyes de la física. Pero, ¿qué leyes de la física? La teoría mecanicista simplemente
deja la cuestión abierta” (Sheldrake, 1981, p. 141) Es decir, la morfogénesis2 misma es un
“misterio” para la biología, por eso solo cuenta con conceptos puramente descriptivos,
como el de epigénesis (es decir, el desarrollo de nuevas unidades mórficas que no pueden
explicarse con base en el crecimiento o desplegamiento de unidades mórficas ya presentes
desde el inicio en la morfogénesis biológica)3.
2. ¿Qué permite a un organismo regular4 su morfogénesis en caso de que la
misma se altere? “Si se elimina una parte de un sistema en proceso de desarrollo (o si se
añade una parte adicional), el sistema sigue desarrollándose de forma que se produce una
estructura más o menos normal” (Sheldrake, 1981, pp. 27 y 28), teniéndose en cuenta,
claro está, que la regulación tiene sus límites, ya que “a medida que el desarrollo avanza

1
Una hipótesis es una explicación de carácter tentativo que siempre es pertinente someter a prueba (demostración,
observación o comprobación) para considerarse válida en la situación en la que se aplique. Es una palabra que
derivó del griego ὑπόθεσις, que significa tesis que se pone debajo, es decir, que fundamenta un discurso y una
operación. En el pasado significaba lo mismo que suposición (afirmación que se da por sentado sin que se tengan
pruebas de ella), pero ahora lleva el tinte de la confirmación/falsación (García Morente, 1935).
La morfogénesis (de µορϕή = forma y γένεσις = formación) es la generación espontanea “de la forma
2

característica y específica de los organismos vivos” (Needham citado por Sheldrake, 1981, p. 27). Pero Sheldrake la
amplía hasta abarcar la formación de cualquier tipo de unidad mórfica.
3
Lo cual nos lleva a recordar los principios holónicos tercero (los holones emergen) y cuarto (los holones emergen
holárquicamente) de Wilber-4.
4
La regulación es el mecanismo a través del cual un embrión alcanza su punto “ω” a pesar de las trabas encontradas
en su paisaje epigenético. Sheldrake la define como “la capacidad de los embriones para adaptarse a las lesiones”
(1993, p. 131).

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esta capacidad se pierde, a menudo, al fijarse el destino de distintas regiones” (Sheldrake,


1981, p. 28).
3. ¿Qué hace a un organismo capaz de regenerar sus partes dañadas? “…Si
un platelminto, por ejemplo, se corta en varios trozos, cada uno experimenta un proceso de
regeneración dando lugar a un gusano entero. Incluso algunos vertebrados poseen la
sorprendente capacidad de regeneración; por ejemplo, si se extrae quirúrgicamente el
cristalino del ojo de un tritón, se genera un cristalino nuevo a partir del extremo del iris”
(Sheldrake, 1981, p. 28).
4. ¿De qué forma es posible, sin aprenderlo, un comportamiento preciso y
complejo en un organismo? “Consideremos, por ejemplo, cómo una araña teje su telaraña
sin aprenderlo de otras arañas. O consideremos la conducta de los cuclillos europeos. Los
polluelos son incubados y criados por pájaros de otras especies, y nunca ven a sus
progenitores. Hacia el final del invierno, los cuclillos adultos emigran hacia África del Sur
en búsqueda de sus hábitats de invierno. Un mes después aproximadamente, los cuclillos
jóvenes se congregan y emigran también hacia la región apropiada de África, donde se
reúnen con los individuos mayores. Saben instintivamente que deben emigrar y cuándo
han de hacerlo; reconocen instintivamente a otros jóvenes cuclillos y se unen a ellos; y
saben instintivamente en qué dirección han de volar y cuál es su destino” (Sheldrake,
1981, p. 32).
5. ¿Por qué y cómo los organismos son capaces de regular su
comportamiento cuando este es alterado de una u otra forma? “Por ejemplo, tras amputar
una pata a un perro, el animal regula su actividad motriz de forma que puede andar con
tres patas. Tras eliminar una parte del hemisferio cerebral de un segundo perro, el animal
recupera gradualmente la mayor parte de sus habilidades. Un tercer perro encuentra
obstáculos arbitrariamente distribuidos en su camino. Pero los tres perros pueden ir de un
lugar a otro a pesar de los impedimentos en los órganos motores, el sistema nervioso
central o el medio” (Sheldrake, 1990, p. 32).
6. ¿Cómo aparece el comportamiento inteligente? Comenta Sheldrake:
“¿Cómo puede explicarse la conducta migratoria de los jóvenes cuclillos en términos de
ADN y síntesis proteica?” (1981, p. 32).
7. ¿Cuál es el mecanismo de la evolución? “La hipótesis de la causación
formativa da una explicación a la repetición de formas, pero no explica cómo se originó el
primer ejemplo de una forma dada. Este suceso único puede atribuirse al azar, o a una
creatividad inherente a la materia o a una fuerza creativa trascendente. La decisión entre
una de estas alternativas solo puede efectuarse en el terreno metafísico y no entra en el
ámbito de la hipótesis” (1981, p. 137). O sea, que ni Sheldrake lo resuelve. Su hipótesis
tiene que ver con la repetición, no con la novedad.
8. ¿Cómo apareció la biosfera? Lo mismo sucede con esta pregunta: “Este
problema es tan insoluble como el de la evolución, por las mismas razones” (1990, p.34).

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9. ¿Cómo, en la reproducción sexual, dos partes se las arreglan para


producir un holón mayor (el organismo)?
10. En bioquímica, se preguntan: ¿cómo es posible que de varias
configuraciones moleculares posibles con la misma energía potencial, las proteínas –y
enzimas- se plieguen siempre de una sola forma sin pasar por las demás configuraciones
equivalentes? “En efecto, los cálculos efectuados encaminados a predecir la estructura
tridimensional de las proteínas, en los que se utilizan varios métodos de aproximación, dan
invariablemente multitud de soluciones. En la bibliografía sobre el plegamiento de las
proteínas este problema se conoce con el nombre de ‘problema de los múltiples mínimos’”
(Sheldrake, 1990, pp. 83-84).

Pero además de estos, Sheldrake incursiona en otros cuestionamientos no resueltos


pertenecientes a otros modelos científicos, como son: la telepatía, la precognición, el recuerdo de
vidas pasadas, la clarividencia (todas relativas a la parapsicología); la interacción mente-cuerpo y
la herencia del inconsciente colectivo de Jung (relativas a la psicología); la formación espontánea
de entidades físicas y químicas (concernientes a las ciencias naturales); comportamientos grupales
coordinados perfectamente como los de los cardúmenes o bandadas (relativos a la etología), entre
otros.

En sus trabajos ha tenido en cuenta las investigaciones llevadas a cabo por científicos que
le precedieron en el intento de dar solución a algunos de los problemas ya mencionados. Así,
vemos nutrirse a Sheldrake de Hans Driesch y su entelequia (vitalismo); de Hans Spemann,
Alexander Gurwitsch y Paul Weiss con sus campos morfogenéticos5 (organicismo); de C. H.
Waddington y sus conceptos de creoda y paisaje epigenético (organicismo, también); etc.

Conceptos Fundamentales de la Causación Formativa

La hipótesis de la causación formativa está fundamentada en los conceptos de campo


mórfico y resonancia mórfica. Un campo mórfico es una región de influencia inmaterial y no
energética, pero sí informativa6, que actúa a través del tiempo-espacio y que existe dentro y
alrededor de una unidad mórfica7, determinando sus formas y patrones de actividad en todos los
niveles de complejidad. Este puede ser morfogenético, conductual, social, cultural o mental
(Sheldrake, 1993). La resonancia mórfica, por su parte, es la influencia de lo similar sobre lo
similar donde los campos mórficos de unidades mórficas pasadas se hacen presentes en los

5
Aunque la noción de campo morfogenético es de Waddington.
6
“Los campos mórficos… pueden considerarse como campos de información” (Sheldrake, 1993, p. 181).
7
Unidad mórfica es todo lo que es estabilizado y regulado por un campo mórfico. Para Sheldrake es sinónimo del
holón de Koestler. Para mí tanto la unidad mórfica como el campo mórfico son holones, no solo la primera.

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campos mórficos de unidades mórficas que existen en el presente8; “…no conlleva ninguna
transferencia de energía de un sistema a otro, sino que implica una transferencia no energética de
información” (Sheldrake, 1993, p. 174)9. Ella es la responsable de estabilizar la organización de
los campos mórficos, haciéndolos, por la similitud y no igualdad de las unidades mórficas de una
misma clase, inherentemente imprecisos o indeterminados y por ello mismo, probabilísticos. Esto
“puede visualizarse más fácilmente utilizando una analogía con las <<fotografías compuestas>>
que se obtienen al superponer las imágenes fotográficas de distintos individuos. Como resultado
de esta superposición se refuerzan las características comunes; pero a causa de las diferencias
entre las imágenes individuales, las fotografías <<promediadas>> no quedan definidas de forma
clara” (Sheldrake, 1981, p. 116). Cada unidad mórfica, a través de su campo mórfico, resuena
causativamente sobre el campo mórfico de una naciente unidad mórfica análogamente a la forma
en que una fotografía se superpone en otras en la técnica de fotografía compuesta (ideada por
Francis Galton).

Por otra parte, los campos mórficos no son estáticos e inmutables. Evolucionan al tenor de
las unidades mórficas que moldean, ya que estas influyen directamente sobre estos y viceversa10.
Los campos mórficos y sus respectivas unidades mórficas se influencian recíprocamente dando
origen a una historicidad en los mismos. Ellos almacenan la información recibida de las unidades
mórficas -y demás campos mórficos- gracias a una memoria que les es inherente. Cada vez que
aparece una nueva unidad mórfica, esta, a través de su respectivo campo mórfico, envía
instantáneamente la información de su patrón profundo y patrón superficial (organización y
estructura, en términos autopoyéticos)11 a todos los campos mórficos de unidades mórficas
existentes -y que habrán de existir- similares (y lo mismo sucede con sus características

8
“La especificidad de la resonancia mórfica depende de la similitud de los patrones de actividad que entran en
resonancia. Cuanto más similares sean los patrones de actividad, más específica y eficaz será la resonancia”
(Sheldrake, 1993, p. 210), siendo el tope la igualdad entre los patrones de actividad.
9
“La resonancia mórfica se produce a través de campos [mórficos] y da lugar a sus estructuras características. Un
campo [mórfico] específico ejerce una influencia sobre la forma de su sistema…, pero además la forma de este
sistema ejerce a su vez una influencia sobre el campo y a través de este se hace presente para subsiguientes
sistemas similares” (Sheldrake, 1981, p. 113). Aunque, de acuerdo con los físicos, la información siempre cabalga
sobre un vehículos energético (o material): “la información necesita energía que la transporte” (Hawking, S., 2002,
p. 121)
10
Cosa que no sucedía en la teoría de A. Weissmann, donde el germoplasma influenciaba al somatoplasma pero no
viceversa. Y tampoco sucede con el genotipo y el fenotipo, en la teoría neodarwiniana.
11
El patrón profundo es la forma típica o característica de una determinada clase de holones. El patrón superficial
constituye la manifestación concreta del patrón profundo en un holón. El primero alude a la clase, el segundo, a los
miembros de la misma. En palabras de Wilber: “La estructura profunda [o patrón profundo] constituye la forma
característica de un determinado nivel, una forma que representa todos los potenciales y todas las limitaciones de
ese nivel. La estructura superficial [o patrón superficial], por su parte, es simplemente una de las manifestaciones
concretas de la estructura profunda. La estructura superficial está determinada por la forma de la estructura
profunda pero, dentro de ella, es libre para seleccionar contenidos diferentes…” (Wilber, 1981, pp. 77 y 78).

5
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adquiridas)12. Así, la “superposición” de los patrones superficiales (y las características


adquiridas) en los campos mórficos, por resonancia mórfica, es lo que produce el contorno
impreciso de los mismos. “Los campos [mórficos] son <<estructuras de probabilidad>> en las que
la influencia de los tipos pasados más comunes se combinan para aumentar la probabilidad de que
dichos tipos vuelvan a producirse” (Sheldrake, 1993, p. 175).

Así como las unidades mórficas están holarquizadas, los campos mórficos también lo
están. Los campos vienen dados en campos que a su vez están dentro de otros campos, que a su
vez están dentro de otros campos…. “Cada especie tiene sus propios campos, y en el interior de
cada organismo existen campos dentro de campos. Dentro de cada uno de nosotros está el campo
de todo el cuerpo; campos para los brazos y piernas y campos para los riñones e hígados; en el
interior hay campos para los diferentes tejidos dentro de estos órganos, y después campos para las
células, y campos para las estructuras subcelulares, y campos para las moléculas, etcétera. Existe
una serie entera de campos dentro de campos” (Sheldrake, 2000, p. 5). Además, los campos de
nivel superior limitan el número posible de patrones de actividad o configuración que los campos
de nivel inferior pueden producir sobre sus respectivas unidades mórficas. “Los campos
morfogenéticos de la unidades mórficas ejercen una influencia sobre la morfogénesis actuando
sobre los campos morfogenéticos de sus partes constituyentes. Así, los campos de los tejidos
ejercen una influencia sobre los de las células, los de las células, sobre los de los orgánulos; los de
los cristales, sobre los de las moléculas, los de las moléculas, sobre los de los átomos, y así
sucesivamente. Estos efectos dependen de la influencia que ejercen las estructuras de probabilidad
de nivel superior sobre las estructuras de probabilidad de nivel inferior…” (Sheldrake, 1990, pp.
138 y 139).

Ahora bien, la morfogénesis nunca se da en el vacío o la nada. Ella se inicia con una
unidad mórfica ya estabilizada que está contenida virtualmente en el campo morfogenético de la
unidad mórfica de nivel superior a la que pertenecerá. Esta unidad mórfica que sirve de base a la
morfogénesis, Sheldrake la ha llamado germen morfogenético. “Durante la morfogénesis nace una
nueva unidad mórfica de nivel superior alrededor de este germen, bajo la influencia de un campo
morfogenético específico” (Sheldrake, 1990, p. 90). Así, los gérmenes morfogenéticos de los
nucleones son los quarks; los gérmenes morfogenéticos de los átomos son los nucleones; los de
las micromoléculas, los átomos; los de las macromoléculas, las micromoléculas; los de los
orgánulos, las macromoléculas; los de las células, los orgánulos; los de los tejidos las células; etc.
“El germen morfogenético forma parte del futuro sistema. Por tanto, parte del campo
morfogenético del sistema corresponde al germen morfogenético. Sin embargo, el resto del campo

12
Y aquí, con todo respeto, me diferencio de Ken Wilber-5. Él dice que el campo mórfico solo transfiere la
información de la estructura profunda y no de la superficial. Pero si esto fuese así -dentro del esquema referencial
de la hipótesis- ellos no fuesen estructuras de probabilidad, ya que sus contornos serían totalmente precisos (por la
igualdad –y no similitud- de los patrones profundos) y la analogía que Sheldrake hace con la fotografía compuesta se
vendría al suelo.

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todavía no está <ocupado> o <lleno>; contiene la forma virtual del sistema final, que solo se
actualiza cuando todas sus partes materiales ocupen su lugar apropiado. El campo morfogenético,
pues, coincide [aunque no exactamente] con la forma actual del sistema” (Sheldrake, 1981, p.
90)13.

Sheldrake dice también que como una unidad mórfica, en gran parte de los casos, puede
servir de germen morfogenético para diferentes unidades mórficas de nivel superior, los
respectivos campos de dichas unidades mórficas rondan las cercanías, por ley de la resonancia14
(Dethlefsen y Dahlke, 1984), del germen. Pero solo uno entra en acción de acuerdo con el grado
de similitud que tenga con unidades mórficas pasadas en lo referente a su patrón espaciotemporal
de vibración, a la disposición relativa de sus componentes en el espacio y a las contingencias del
medio. “Cualquier clase de átomo o molécula puede intervenir en muchos tipos distintos de
reacción química, y por tanto constituye el germen potencial de muchos campos morfogenéticos
distintos. Podríamos pensar en estos campos como posibilidades que <rondan> alrededor del
germen. Sin embargo, es posible que este no desempeñe su función como germen de un campo
morfogenético determinado hasta que se le acerque una molécula o un átomo reactivo adecuado,
posiblemente a causa de los específicos efectos electromagnéticos o de otro tipo que la molécula o
el átomo ejercen sobre dicho germen” (Sheldrake, 1990, pp. 95 y 96).

Volviendo a la resonancia mórfica, encontramos dos tipos básicos: la resonancia mórfica


general y la resonancia mórfica individual. La primera es la resonancia mórfica que todas las
unidades mórficas que han existido ejercen, a través de sus campos, sobre los campos de
unidades mórficas similares en el presente. La segunda, es la resonancia mórfica que el propio
pasado individual de una unidad mórfica ejerce sobre ella misma en el presente. Y como la
magnitud de la resonancia es proporcional al parecido, no hay nada más parecido a sí mismo en el
presente que la misma unidad mórfica en su propio pasado. “Una característica
extraordinariamente interesante de la resonancia mórfica que actúa sobre un sistema con una
forma persistente es que a esta resonancia contribuirán los estados anteriores del mismo sistema.
En la medida en que un sistema se parece más a una forma anterior propia que cualquier otro
sistema, esta autorresonancia tendrá una especificidad muy elevada. De hecho, puede ser de
crucial importancia para mantener la identidad del sistema” (Sheldrake, 1981, p. 133). Por ello
mismo el campo mórfico, con base en los dos tipos de resonancia mórfica, es el que mantiene la

13
El equivalente en los campos conductuales del germen morfogenético de los campos morfogenéticos es lo que
Sheldrake llama estímulo de señal. “Cada patrón de conducta requiere un estímulo específico para ser activado”
(Sheldrake, 1993, p. 236).
14
Ley de la resonancia y resonancia mórfica no son exactamente lo mismo. La primera es la atracción que se da
entre dos o más unidades mórficas cuyos patrones de vibración y posición en sus componentes son similares o
iguales. La segunda, es la influencia causal que unidades mórficas del pasado ejercen sobre unidades mórficas
parecidas (en sus patrones de vibración y posición de sus componentes) en el presente para conservar el pasado.
“…La resonancia mórfica solo se produce desde el pasado;…solo las unidades mórficas que han existido
previamente pueden ejercer influencia mórfica en el presente” (Sheldrake, 1990, p. 113).

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estabilidad de la unidad mórfica a pesar de los accidentes periféricos. O dicho en términos


autopoyéticos, es el campo mórfico el que mantiene la organización de un sistema a pesar de sus
constantes cambios estructurales. “Los sistemas materiales son estructuras dinámicas que se
recrean constantemente a sí mismas. Según la presente hipótesis, la persistencia de las formas
materiales depende de una actualización continuamente repetida del sistema bajo la influencia de
su campo morfogenético; al mismo tiempo el campo morfogenético es continuamente recreado
por resonancia mórfica a partir de formas similares anteriores. Las formas más similares y que por
tanto ejercerán un mayor efecto serán las que presentaba el mismo sistema en el pasado
inmediato” (Sheldrake, 1981, p. 133).

Un aspecto importante de los campos morfogenéticos de la mayor parte de unidades


mórficas biológicas y químicas es que intrínsecamente no están polarizados15 en una dirección
específica. Ellos adoptan la polarización de la unidad mórfica ya estabilizada que sirve de germen
morfogenético16. “Por ejemplo, las células sexuales esféricas del alga Fucus no tienen polaridad
inherente, y su desarrollo solo puede iniciarse una vez que han sido polarizadas por algún
estímulo direccional como la luz, un gradiente químico o una corriente eléctrica; en ausencia de
estímulo, se adquiere una polaridad al azar, presumiblemente por fluctuaciones fortuitas”
(Sheldrake, 1981, p. 129).

Por otra parte, es importante mencionar que los campos mórficos en su modalidad social
son los encargados de regular y estabilizar la conducta de los organismos que componen la unidad
mórfica grupal. “Las actividades de los animales individuales en un grupo se coordinan mediante
el campo del grupo…” (Sheldrake, 2001, p. 182). Estos campos también mantienen unidos a los
miembros de una sociedad aún cuando físicamente estos estén distantes. Sheldrake dice: “los
campos mórficos vinculan los miembros de un grupo social entre sí y el campo abarca en su seno
a todos los miembros del grupo. Si un miembro del grupo se desplaza a un lugar lejano, sigue
conectado con el resto del grupo gracias al campo social, que es elástico” (2001, p. 42). Además
de esto, los campos sociales proporcionan el medio a través del cual los miembros del grupo
pueden comunicarse telepáticamente. En palabras de Sheldrake: “Gracias a estos campos, los
miembros del grupo pueden… comunicarse telepáticamente entre sí” (2001, p. 143).

De forma parecida encontramos que hay campos mórficos que vinculan o conectan a los
individuos con determinados lugares del planeta haciendo totalmente posible el comportamiento
antes inexplicable de los cuclillos europeos (expuesto en la introducción)17. Sheldrake dice: “Los
animales no solo establecen vínculos con los miembros de su grupo social, sino que también
desarrollan conexiones con lugares particulares. Muchas clases de animales, tanto salvajes como

15
La polarización de un sistema químico o biológico es como el sentido de un vector en física.
16
“El campo simplemente adopta el sentido del germen morfogenético con el que se asocia” (Sheldrake, 1990, 129).
17
Pero lo extraño es que Sheldrake no les ha puesto nombre a estos tipos de campos. Por ello provisionalmente los
llamaré campos de lugar.

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domesticados, son capaces de encontrar el camino de regreso a su lugar de origen desde sitios que
desconocen por completo. Esta conexión a lugares depende de los campos mórficos, que subyacen
al sentido de orientación que permite a los animales encontrar el camino a su lugar de origen en
un terreno desconocido” (2001, p. 199).

Asimismo, plantea Sheldrake, los propios lugares están envueltos por campos mórficos.
Estos son los que dan a los lugares -o espacios- determinados las cualidades, a las que muchos
somos sensibles y que llevó en el pasado a las personas a hablar del “espíritu del lugar”. Los
lugares, por ello, son pasibles de resonancia mórfica general con otros lugares que les son
similares y de resonancia mórfica individual con su propio pasado. “La concepción de los
espíritus de los lugares como campos mórficos implica que ciertos pasajes están sometidos a la
resonancia mórfica de sitios semejantes del pasado. Las cualidades genéricas de los lugares,
tradicionalmente expresadas en los términos de las diversas clases de espíritus de la naturaleza,
tendrán, en efecto, una especie de carácter y memoria colectivos. Además, cada lugar en
particular poseerá sus propios recuerdos, en virtud de la autorresonancia con su pasado”
(Sheldrake, 1994, 187).

Estos recuerdos almacenados en los campos mórficos que permean a los lugares en sí
mismos afectan o “tiñen” las reacciones que las personas o animales pueden tener cuando se
encuentran en estos últimos. Así, las propias vivencias pasadas de los individuos en el mismo
lugar –si han estado- como las que han tenido en lugares similares y las que otros han tenido en el
mismo sitio, moldean parcialmente la propia vivencia presente, ya que los campos mórficos lo
permiten. “…En el contexto de la resonancia mórfica, la experiencia de un lugar en particular
involucra tanto una memoria inherente al lugar en sí como un recuerdo de experiencias anteriores
del mismo individuo y de individuos semejantes en ese sitio. La calidad o la atmósfera del lugar
no depende solo de lo que sucede en el presente, sino también de lo que ha sucedido antes, y del
modo como fue experimentado” (Sheldarke, 1994, 188).

Por último, los paradigmas en tanto que preceptos o instrucciones que sirven de ejemplos
o modelos (Wilber, 1998) a seguir para la solución concreta de enigmas en las comunidades
científicas son estabilizados por campos sociales o interobjetivos, pues determinan un hacer en los
miembros de la comunidad 18. “Los campos de la ciencia… por un lado abarcan a los miembros de
la comunidad profesional y son campos sociales que coordinan y mantienen la solidaridad y la
cohesión del grupo… por otro lado, ordenan la forma en que se percibe y categoriza el tema, las

18
Recordemos que los paradigmas, en tanto que fundamentos técnico-prácticos (hacer) de las comunidades
científicas, son holones del Cuadrante inferior Derecho de Wilber.

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formas de abordar los problemas y en general proporcionan el marco para el pensamiento y la


práctica dentro de la disciplina” (Sheldrake, 1993, p. 408)19.

Postmetafísica Integral y Causación Formativa

De acuerdo con los escritos que Ken Wilber ha publicado sobre su última fase (Post-
metafísica Integral) por la Internet, la hipótesis de Sheldrake es un abordaje de los holones
kósmicos pero desde la Mano Derecha de su Matriz AQAL. “El trabajo de Sheldrake… es
meramente uno más de los muchos tipos de teorías explicativas en los cuadrantes de la Mano
Derecha” (Wilber, 2000ª, p. 9)20. Por ello, según él, la hipótesis es verdadera pero parcial. Así,
cuando observamos a los holones desde una posición en tercera-persona (singular o plural), lo que
observamos son resonancias mórficas de unidades mórficas rodeadas y permeadas por campos
mórficos; pero si observamos a los holones desde una perspectiva en primera-persona (singular o
plural), lo que observamos son unificaciones prehensivas (Whitehead) de los estados previos de
los mismos. “Hay prehensiones individuales (SI) y prehensiones colectivas (II), así como campos
mórficos individuales (SD) y campos… colectivos” (2003, p. 16). En consecuencia, mientras cada
holón (cultural o individual) desde adentro prehende unificando sus estados pasados, desde afuera
resuena mórficamente con sus formas pasadas21. El equivalente en la Mano Izquierda de la
resonancia mórfica (de Sheldrake) de la Mano Derecha es la unificación prehensiva (de
Whitehead)22. “Mientras la dimensión subjetiva de este momento está prehendiendo a la

19
Aunque aquí Sheldrake involucra tanto realidades intersubjetivas (Nosotros) como interobjetivas (Ellos), que es
necesario diferenciar. La solidaridad, la cohesión, la percepción, la categorización y el pensamiento, son realidades
de la Mano Izquierda; en tanto que la práctica concreta obedece a la Mano Derecha (Wilber, 2000).
20
“Cuando estamos experimentando realidades subjetivas o intersubjetivas, nunca decimos, ‘estoy sintiendo un
agradable campo morfogenético’” (Wilber, K., 2003, p. 15).
21
Aunque “estrictamente hablando, un holón colectivo o comunal (cultural o social) no tiene una agencia singular,
voluntad, no consciencia, y por tanto los holones comunales no prehenden directamente a sus ancestros, u holones
comunales previos, de la misma forma que lo hacen los holones individuales. Es la subjetividad la que prehende a la
subjetividad previa, pero todos los sujetos surgen con un contexto o fondo de intersubjetividad -e interobjetividad-
que modela en parte e influencia la propia naturaleza de la misma subjetividad. Más exactamente, cada holón tiene
una dimensión subjetiva que prehende directamente su pasado, pero también tiene una dimensión intersubjetiva a
la cual la subjetividad está siempre tetra-encajada y que por tanto restringe en algún grado la forma de los
sentimientos que la subjetividad puede tener en cualquier suceso real. Esta restricción habitual es la forma de la
memoria cultural. Además, las dimensiones objetivas de cualquier holón están tetra-encajadas con realidades
interobjetivas que restringen la forma del comportamiento objetivo, una restricción que aparece como la memoria
de los sistemas sociales” (Wilber, 2003, p. 1).
22
En su discurso, la herencia del pasado, a través de la prehensión y la resonancia mórfica, corresponde a lo que él
llama Karma; y la novedad emergente que se le suma a esa herencia, corresponde a lo qué llama Creatividad.

10
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dimensión subjetiva del momento previo…, la dimensión objetiva de este momento está
ejerciendo una causación formativa sobre la dimensión objetiva siguiente” (2000ª, p. 67)23.

En la misma línea, el autor nos dice que gran parte de los arquetipos (platónicos, hegelianos o
aurobindianos) no son para nada realidades pre-dadas, pre-existentes, fijadas desde un comienzo;
sino hábitos kósmicos cuyos surcos han profundizado tanto, por la repetición holónica de sus
formas, que nos dan la idea, en el presente, de haber sido prefijados desde un comienzo. “Los
aspectos perdurables de la herencia kósmica, también llamados hábitos kósmicos,… no son
realidades pre-dadas (arquetípicas…), sino más bien… patrones kósmicos y rutinas repetidas por
los suficientes holones de tal forma que se implantan en el Kosmos y son llevados hacia adelante,
ya sea como patrones perdurables físicos o como entidades autopoyéticas auto-organizadas de uno
u otro tipo” (2000ª, p. 16). Para Wilber-5, gran parte de los patrones profundos no son
arquetípicos, sino que surgieron, hace mucho en la evolución, primero como novedad creativa a
través de holones y que luego, por la repetición, se han estabilizado y empatronados con poco o
ningún margen de libertad (o mucha rigidez). “El punto importante… es que ninguna de esas
características profundas en cualquier nivel -- incluyendo lo universal --son predeterminadas de
alguna forma platónica, hegeliana, aurobindoniana, o de forma arquetípica pre-dada. Emergen en
parte como novedad creativa durante la evolución, y solo después de ser depositados como
hábitos kósmicos se convierten en potenciales que pueden ser heredados por los holones
subsiguientes. Este es un aspecto esencial del paso de lo metafísico a lo post-metafísico” (Wilber,
2003, pp. 11-12). Es decir, los patrones profundos surgen como <Creatividad> y se estabilizan (y
heredan) como <Karma>, en su nuevo discurso. Citándolo otra vez: “más específicamente, las
olas generales, corrientes, tipos, etc., en los cuatro cuadrantes representan los hábitos kósmicos
que se han desplegado en esos cuadrantes hasta el filo de la vanguardia de los despliegues
evolutivos de hoy. Los patrones profundos de los holones ya establecidos en cada cuadrante
ayudan a determinar las características superficiales encontradas en cualquiera de esos holones en
cualquiera de los cuadrantes. La relación profundo-superficial, por tanto, está en la relación de las
características profundas de cualquier holón en cualquier cuadrante con los contenidos o acciones
de ese holón; no está en la relación de un cuadrante con otro…. A la Sheldrake, las características
profundas de los holones ya establecidos (incluyendo cualesquiera olas, corrientes, tipos de

23
Wilber plantea que la existencia va de instante en instante, de “momento a momento” (2003, p. 6) y que “cada
momento presente trasciende e incluye a sus predecesores” (2003, p. 9), es decir, cada momento preserva el
momento pasado al mismo tiempo que le agrega una novedad. Pero este planteamiento tiene como base una
delusión: pensar que el tiempo transcurre discontinuamente, de un instante a otro; como si el tiempo tuviese
solución de continuidad. R. Guénon, hace más de 60 años, dejó totalmente claro que el tiempo era continuo y que
por eso era un error pensarlo como constituido de instantes que se suceden unos a otros. Aunque es necesario
acotar que lo que Wilber nos quiere decir sobre Karma y Creatividad se entiende: el pasado es heredado por el
presente al mismo tiempo en que este lo supera. Lo que sucede es que esto se da en los holones de la creación, no
en el tiempo mismo. Es decir, los holones de la Matriz AQAL superan e incluyen su propio pasado. Esto me lleva a
decir que es menester desarrollar un discurso que encaje perfectamente con lo continuo, para no seguir utilizando
sobre este el discurso que se aplica a lo discontinuo.

11
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holones) de los distintos cuadrantes son ontológicamente previos a cualquier característica


superficial de esos holones, lo que simplemente significa que esas características profundas son
los hábitos kósmicos heredados del pasado y que actúan como olas de probabilidad para las
ocasiones reales de esos espacios” (Wilber, 2003, p. 2).

Por otra parte, y esto es algo totalmente nuevo (como él mismo dice), los patrones
profundos (o arquetipos) no son cosas realmente existentes allí fuera, sino más bien olas u ondas
de probabilidad de encontrar un holón con dicho patrón en cualquier punto del espacio-tiempo.
“Así, si decimos que una persona está ‘en la ola roja’, y las características generales de la ola roja
incluyen egocentrismo, moralidad preconvencional y un fuerte apetito por el poder (entre otros),
eso no significa que haya alguna clase de estructura, patrón o inteligencia adaptativa existente
concretamente, llamada ‘la estructura roja’… de forma que esta persona esté operando de algún
modo dentro de esa estructura y limitado por ella (o que eso esté de algún modo “dentro” de la
persona). Todo esto significa que la persona que identificamos como operando en o desde el
meme rojo está actuando en un espacio donde la probabilidad de hallar esos tipos de respuesta es
muy alta” (2003, pp. 22 y 23)24.

Sin embargo, no descarta algunos dados involutivos, pues como él mismo dice: “los pre-/-
dados involucionarios son un marco necesario que la mente humana, en sí misma un producto de
la evolución, debe usar para interpretar la evolución de forma no contradictoria… Incluso los
posmodernistas, que niegan cualquier pre-dado, realmente presentan su propio conjunto de pre-
dados implícitos para explicar porqué no hay otros pre-dados”. Ahora veamos cuáles son:

1. Un gradiente morfogenético de potenciales por el que discurrirá toda la evolución


kósmica. En sus palabras: “cuando el Espíritu se arroja hacia fuera (eso se llama
involución) para crear este universo particular con este Big Bang particular, deja
rastros o ecos de su exhalación kósmica. Estos rastros constituyen poco en la forma
de los contenidos o formas o entidades o niveles reales, sino que más bien es un
vasto campo morfogenético el que ejerce un amable tirón (o Ágape) hacia
ocasiones superiores, más amplias y más profundas; un tirón que aparece en la
manifestación u ocasiones reales como el Eros en la agencia de todos los holones.
(Podemos pensar en este tirón como el ímpetu de todas las cosas de regreso al
Espíritu; Whitehead lo llamó amor como la amable persuasión de Dios hacia la
unidad; este amor que alcanza desde lo superior a lo inferior se llama Ágape, y

24
Así, si tenemos en cuenta que, según él, los campos mórficos tienen que ver con patrones profundos y no con
patrones superficiales y que los patrones profundos son olas de probabilidad -y no estructuras concretas existentes-,
tácitamente Wilber nos está diciendo que los campos mórficos no son entidades realmente existentes, como las
considera Sheldrake, sino olas o patrones de probabilidad que rodean y permean a las unidades mórficas (algo así
como las propensiones objetivas de las que hablaba Popper). Pero esto contrasta con la idea suya de que los
campos mórficos son formas de energía sutil.

12
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cuando alcanza desde lo inferior a lo superior se llama Eros: las dos caras de la
misma fuerza). Esta vasta fuerza morfogenética conecta los potenciales de los
holones más bajos (materialmente dormidos) con los potenciales de los más altos
(espiritualmente despiertos). Lo pre-dado involutivo de este campo morfogenético
es un gradiente de potenciales, no realidades, de tal forma que Ágape trabaja a
través del universo como un amor de amable persuasión, tirando de las formas
manifiestas más bajas del espíritu hacia las formas manifiestas más altas del
espíritu -un gradiente de potencial que los humanos, una vez que emergieron,
conceptualizarían normalmente como desde la materia al cuerpo a la mente al alma
y al espíritu-” (Wilber, 2003, pp. 16-17)25.
2. Eros y Ágape (que están citados en el número previo). Eros es el impulso que lleva
lo inferior a los superior y Ágape, el tirón que lo superior ejerce sobre lo inferior.
Son las dos caras de una misma moneda: el espíritu tirando del holón a la vez que
el holón se impulsa a sí mismo para llegar al espíritu.
3. Varias leyes fisicomatemáticas (no especificadas por él) que los cosmólogos dicen
que desde la Gran Explosión (Big Bang) están actuando en el universo. Como
escribe Wilber: “La mayoría de físicos de hoy creen que cuando el Big Bang
ocurrió, pareció estar siguiendo ciertas leyes físicas descritas por las matemáticas.
Estas matrices matemáticas deben por tanto haber estado presentes en o antes del
Big Bang (p. ej. como pre-dados involucionarios), y no algo que apareciera
después del Big Bang y fuera entonces heredado por el futuro (lo que sería un a
priori evolucionario para los momentos subsiguientes, y que incluso existen; pero
estas formas matemáticas parecen ser a prioris involucionarios -- no algo creado en
el pasado sino presente siempre)” (2003, p. 18).
4. Los 20 principios enunciados en su libro Sexo, Ecología, Espiritualidad.
5. La energía, la forma y la resonancia mórfica: entidades que el mismo Sheldrake,
de manera tácita, toma como arquetipos en su teoría. “Sheldrake tiene
implícitamente un conjunto de pre-dados involucionarios. Para Sheldrake, no hay

25
Y para familiarizar más al lector, veamos lo que dice en el párrafo siguiente de las notas finales su voluminoso
artículo Extracto A: una era integral a la vanguardia de la evolución: “El residuo de este flujo involucionario son
diferentes pre-dados involucionarios (o ítems que son dados o depositados por la involución, ítems que por tanto
pre-existían al Big Bang y así están ya operando desde el momento del Big Bang), el más general de los cuales es el
gran campo mórfico del potencial evolucionario, un amable gradiente de persuasión tirando de todos los holones
manifiestos de regreso a su Fundamento como Espíritu siempre presente – un campo Kósmico de Ágape, tirando
amablemente de la evolución hacia consciencia, abrazo e inclusión cada vez mayores. El universo, parece, es
inclinado, y todos sus contenidos están deslizándose lentamente hacia la Fuente y Talidad de la exhibición entera.
Esta inclinación, esta textura del Kosmos, este Ágape, este vasto potencial morfogenético, ejerce un cariñoso tirón
sobre la evolución para desplegarlo en olas de mayor complejidad, mayor inclusividad, mayor profundidad, hasta el
Kosmos entero es incluido en una unificación aprehensiva que puede beberse el Océano Pacífico de un trago,
sujetar el Everest en la palma de su mano, parpadear y anochecer al universo entero, sonreír y traer el sol para
iluminar a todas las criaturas grandes y pequeñas” (2003, p. 17).

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constantes arquetípicas o formas pre-dadas, pero de hecho él introduce varias


constantes universales y pre-dadas para explicar… su causación formativa”
(Wilber, 2003, p. 18).
6. Las prehensiones de Whitehead26.

Por otra parte, para él los campos mórficos son una forma de mirar los patrones profundos
desde la Mano Derecha de su Matriz AQAL y dice que solo estos se heredan, pero Sheldrake deja
muy claro por qué los campos mórficos son estructuras de probabilidad con su analogía de la
fotografía compuesta, donde es evidente la superposición de patrones superficiales27. Además,
cuando Sheldrake dice que los campos son estructuras de probabilidad se refiere a que las
influencias mórficas más fuertes son aquellas que más se han repetido y que las más débiles son
las que menos se han repetido.

Ahora bien, si, como dice Wilber, solo se heredaran los patrones profundos, ¿entonces
cómo se originaron estos si -de acuerdo con él- en un comienzo no lo eran? Esto indica
claramente que las características adquiridas en un momento dado por turbulencias duraderas o
repetidas en la Matriz AQAL sí pueden –a diferencia de lo que dice Wilber- llegar a formar parte,
como nuevas características, de los patrones profundos (y esto es algo que Sheldrake explica con
la influencia bidireccional entre campo mórfico y unidad mórfica). Así por ejemplo, tenemos las
famosas callosidades del camello en el vientre y sus rodillas, los cambios de color observados en
la mariposa de Manchester (biston betularia) en el siglo XIX y la formación de nuevas sub-
especies o razas de animales. Igual podemos decir de muchos comportamientos animales que han
surgido por modificaciones sociales del hombre, como el caso narrado por Sheldrake (1993) sobre
las aves que, durante la Segunda Guerra Mundial, aprendieron a abrir las botellas de leche que los
lecheros dejaban en las casa de su vecindario y que al cabo de algunos meses después, otras aves
muy lejanas a estas en el espacio, comenzaron también a hacerlo sin nunca haber visto a las
primeras28.

26
Como se ve claramente, de estos seis pre-dados involutivos expresados por Wilber, solo el primero tiene
existencia potencial, pues los demás desde la Gran explosión tienen existencia actual.
27
Debajo de la idea de ‘los campos mórficos como estructuras de probabilidad’, tal como la ilustra Sheldrake, está la
concepción de que solo existe la evolución y que jamás hubo algo llamado involución. Por eso él ve la organización o
patrón profundo como un hábito kósmico y no como realidad pre-dada en la involución. “Un rasgo esencial del
proceso evolutivo es que surgen <nuevos> sistemas organizados con patrones de organización que jamás habían
existido con anterioridad; por ejemplo la aparición de un nuevo tipo de molécula, cristal, planta, instinto o pieza
musical. En la medida en que estas cosas son realmente nuevas, no pueden explicarse en términos de una simple
repetición de lo que ha existido anteriormente. Todavía no pueden ser habituales, aunque mediante la repetición
llegarán a serlo” (Sheldrake, 1993, p. 71).
28
Dice Sheldrake: “Este tipo de cambio evolutivo tiene lugar en el contexto de campos morfogenéticos ya
existentes. Producen variaciones de temas dados” (1981, p. 166).

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¿Enigmas o anomalías29 en la causación formativa?

La causación formativa es una hipótesis científica empírico-analítica, y como tal, es


susceptible de corroboración o falsación (siguiendo a Popper). En palabras de Sheldrake: “La
hipótesis de la causación formativa puede demostrarse [comprobarse] experimentalmente”. Y
efectivamente, en estos momentos, son muchos los experimentos y acontecimientos naturales que
confirman excepcionalmente la hipótesis. Un ejemplo de ello lo encontramos en el hecho de que
cuando un químico busca cristalizar un nuevo tipo de compuesto, tiene muchas dificultades para
hacerlo, con el agravante de que el proceso es demorado. Pero en la medida en que otros químicos
-o la misma persona- repiten el proceso, el compuesto tiende “a cristalizar cada vez con mayor
facilidad” (Sheldrake, 1981, p. 139).

Sin embargo, hay algunas cuestiones que no están claras y me gustaría exponer:

1. Siempre que aparece un nuevo ejemplar de unidad mórfica de una clase que
ya antes ha existido, ¿un nuevo campo específico para ella surge con ella o un campo
perteneciente a una unidad mórfica similar pasada se le adhiere, o ambas cosas pueden
suceder? Si la respuesta es lo primero, entonces constantemente están apareciendo nuevos
ejemplares de campos mórficos para un nuevo ejemplar de una clase de unidad mórfica ya
estabilizada. Si es lo segundo, entonces los campos mórficos no desaparecen aunque su
respectiva unidad mórfica sí lo haga. Pero si suceden ambas cosas, ¿qué determina que un
campo ya existente o uno nuevo sea el que se adhiera a una unidad mórfica emergente?
Sobre esto Sheldrake no dice nada en sus libros.

2. Sheldrake dice que los campos mórficos son regiones de influencia


inmaterial que rodean y permean a las unidades mórficas, por lo que estos tienen un
tamaño específico y determinado (acorde con el tamaño de su unidad mórfica). Entonces,
si ellos son solo información y para influenciar mórficamente tienen que transferir algo de
la misma, ¿los campos mórficos se agotan con cada influencia que ejercen o no?
Sheldrake dice en la página 114 de su libro Una Nueva Ciencia de la Vida: “La capacidad
de sistemas anteriores para ejercer una influencia sobre sistemas posteriores podría
debilitarse o agotarse por su propia acción; podría ser que tuviera una influencia potencial
limitada que se consumiría en la resonancia mórfica” (1981). Pero en la página 122 dice:
“Para simplificar las cosas, supondremos que la influencia mórfica de los sistemas sobre
sistemas similares subsiguientes no se agota; sin embargo, debemos tener en cuenta que
esta suposición es provisional. La cuestión podría estudiarse empíricamente…” (1981) Y

29
Para Kuhn, los enigmas son los problemas -o preguntas- que tienen solución dentro de una teoría científica. Las
anomalías son los problemas –o preguntas- que carecen de solución dentro de una teoría y solo se resuelven con
una revolución científica.

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en su libro La Presencia del Pasado (1993), da por sentada esta última hipótesis, es decir,
no ofrece pruebas de ella.

3. ¿Realmente puede la información existir sin un sustrato


energético/material? ¿Cómo podría comprobarse eso? K. Wilber dice al respecto que es
muy probable que los campos mórficos no sean del todo formales “sino más bien
[poseedores de] alguna clase de energía muy sutil, [siendo] la influencia de estas energías
más sutiles sobre las más densas lo que constituye la capacidad formativa de los
campos…” (1984). Pero con esta propuesta vuelve a aparecer la pregunta anterior solo
que referida a esta energía sutil: ¿Se agota con cada resonancia o no?

4. Sheldrake señala que la influencia de los campos se transmite


instantáneamente. ¿De qué forma es posible confirmar empírico-analíticamente esto?

5. ¿Son discontinuos los campos mórficos? O, dicho de otra manera, ¿están


constituidos los campos mórficos por mínimas unidades de información de la misma
forma en que lo está la energía?

6. ¿Los campos mentales, conductuales, morfogenéticos, sociales y culturales,


están superpuestos -unos sobre otros- en los organismos que los poseen?

Rupert Sheldrake dice en la Presencia del Pasado: “…La hipótesis de la causación


formativa es todavía vaga y la naturaleza de los campos mórficos continúa adoleciendo de falta de
definición” (1993, p. 194). De esta forma todo el que –como Wilber- integre la causación
formativa a sus ideas, tendrá estas mismas falencias. Y las mismas exigen rápida solución.

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Leyder Lasprilla 2011

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