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• “El maestro que nos dio matemáticas en primero sí nos cae bien, porque te
apapacha mucho, te consiente, te enseña bien y te ayuda; yo andaba mal en
matemáticas y él me dijo que en lugar de ir a las clases de educación física
me fuera yo con él, y en segundo no tenía dinero para un libro y él me dio
dinero, aunque ya no era mi maestro”.
• “A mí sí me gusta matemáticas, desde antes de la secundaria me gustan las
sumas. De los maestros que he tenido en esa materia me gustó más el de
segundo, porque daba mejor la clase, buscaba la mejor manera para que le
entendiéramos”.
• “El maestro de español de primero también era bien buena onda, cuando
tenías problemas él hablaba con tus papás y te ayudaba”.
• “Química me gusta, es difícil la materia pero la maestra sabe explicar bien, es
concreta, deja trabajos y cuentan con puntos extra; los exámenes son fáciles,
no tenemos que estudiar”.
Lo que no les gusta
• “El maestro que tenemos ahorita en matemáticas es muy enojón, nos saca del
salón y nos manda a orientación nada más porque voltees tantito o por
reírnos; nada más nos dice: ¡salte!, y ya. Hace mucho le dijo a un niño que era
un estúpido, y el niño fue y lo acusó, y entonces el maestro ya no quiere correr
este riesgo […] por eso ahora nos manda luego luego a orientación”.
• “El maestro de matemáticas hace muy complicado todo, le da muchas vueltas,
y le preguntas y te manda a la… dice: ¿pues qué no estás escuchando? Y ya
[…] ya mejor ni preguntas […] por eso mejor me voy a extraordinario […]
además, a veces falta mucho, una vez faltó cuatro días seguidos”.
• “A mí me gusta la materia de matemáticas, pero no me gusta cómo da la clase
el maestro, Me gustan las ecuaciones. Física no me gusta, por el maestro”.
• “La maestra de español, cuando reprobé un bimestre, mandó llamar a mi
mamá y le dijo que por qué mejor no me buscaba un trabajo y me sacaba de
la escuela”.
• “La maestra de biología de segundo me reprobó quién sabe por qué […]
siempre me ponía seis, siete, y hasta el último bimestre me puso cinco,
aunque sí entregaba todos los trabajos […] no había exámenes, nos calificaba
con puros trabajos, y yo hice todos”.
• “La maestra de física no da apuntes, nomás se la pasa hablando, y nos dice
que lo que creamos importante lo apuntemos”.
• “A mí no me gusta ir al laboratorio, no nos piden nada […] y además los
laboratoristas son principiantes”.
• “Otra que nos regaña mucho y hasta nos insulta es la maestra de historia, dice
que somos unos inútiles, mocosos, retrasados mentales, sin cerebro, que
nunca vamos a ser alguien en la vida, que nos servimos, que nada más está
aquí porque le pagan, no porque le guste estar con mocosos idiotitas, que por
ella no enseñaba […] no lo dice alterada, lo dice así como cualquier cosa [:]
como si fuéramos sus amigas. Nadie le dice nada porque nos manda a
orientación, y ahorita no nos podemos exponer porque nos expulsan. Además,
si le decimos a alguien, la maestra la va a agarrar contra nosotros […] y
sabemos que no le van a hacer nada […] ¿para qué decimos?”.
• “No me gusta que me dicten un libro, me gusta que nos expliquen con sus
palabras, así sí podemos entender, porque nos dan una explicación. Es que
hay algunos maestros, como la de historia, que nos dicta de un cuaderno, y
luego nos pone a dibujar un mapa […] nos trata como de primaria. Como
mensos […] es aburrido”:
• “Historia no me gusta, no sé para qué nos enseñan lo que ya pasó, y además
eso ya nos lo enseñaron en la primaria […] todos los temas ya los vimos; la
maestra nos deja muchas tareas y todas cuentan para la calificación, por eso
es la materia que casi todos pasan, porque todos hacen las tareas”.
• “No me gusta inglés, porque la maestra falta cada viernes”.
Estos testimonios ofrecen elementos para reflexionar sobre múltiples aspectos
de la organización de la escuela y las formas de enseñanza que seguramente
influyen en los resultados educativos de los alumnos. Por ejemplo, llama la atención
el énfasis que los alumnos ponen en le trato que reciben de los maestros y el
cuestionamiento hacia ciertas formas de enseñanza, así como la clara distinción que
hacen entre estos dos aspectos y el contenido de las asignaturas. La opinión positiva
sobre el maestro de matemáticas de primer grado parece tener mayor peso que su
disgusto hacia la materia, lo cual hace evidente la importancia que le asignan a la
relación con sus maestros y la necesidad de recibir un mejor trato.
Sin que esto signifique desconocer la influencia de las condiciones
socioeconómicas y familiares de los alumnos, ni las características institucionales en
que se desarrolla la labor docente en secundaria, es importante que los maestros y
directivos identifiquen y analicen estos aspectos, como primer paso para mejorar la
calidad del servicio educativo que ofrece.