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Actividad 13

Tema: Inmigración
Título: ¿Todas las mujeres emigran por las mismas razones?

Objetivos:
1. Constatar la diversidad que se da en todo proceso migratorio, tanto con respecto a
procedencia como a cultura, religión..., rompiendo estereotipos de género hacia las
mujeres inmigradas.
2. Analizar las diferentes dificultades que encuentran en el país de recepción, los trabajos
que ocupan y qué mecanismos haría falta articular para su integración.
3. Comprender que muchas mujeres, cuando emigran, deben dejar a sus hijos o hijas a
cargo de familiares.
4. Conocer cómo las mujeres son un número cada vez más importante en los procesos
migratorios pese a su invisibilidad en las cifras.

Actividades:
a) Se organiza el aula en tres grupos y se reparte a cada grupo una fotocopia con una historia de
vida de una mujer.

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b) Cada grupo debe leer una historia de mujer y elaborar un papelógrafo que responda a estas
preguntas: 1) lugar de procedencia; 2) estudios y profesión; 3) por qué vino a Catalunya; 4)
pueblo o ciudad donde vive; 5) situación legal en el país de acogida; 6) dónde trabaja; 7) con qué
dificultades se ha encontrado; 8) qué rol asume cada una de las mujeres que protagonizan las
historias; 9) qué ha debido dejar atrás para emigrar; 9) cuáles son sus proyectos personales; 10)
otras cosas que quieran destacar.

c) La persona docente pide a los grupos que cuelguen los papelógrafos con la información que se
ha extraído de las diferentes historias de vida, y una persona portavoz de cada grupo lo explica al
resto. Se abre un turno de reflexión alrededor de las diferentes problemáticas que se han
encontrado a través de la lectura de las historias de vida de las mujeres.

Tiempo previsto:
Actividades: a) y b) 20 minutos; c) 15 minutos
Total: 35 minutos

Recursos necesarios:
Papelógrafos y rotuladores
Fotocopias de los textos

Palabras clave:
interculturalidad, discriminación, migraciones, migraciones de las mujeres.

Para saber más:


Una mirada desde el sur. La feminización de la migración y las familias transnacionales

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Texto A
De Bulgaria a Tarragona

B ha nacido en Bulgaria, en la ciudad de Búlgara, y ha vivido en esta ciudad hasta hace un año,
que emigró a España. Los cuatro primeros meses vivió en Madrid y después y hasta ahora, en
Tarragona.

Ella y su marido deciden emigrar a España porque en su país el trabajo es escaso y muy mal
remunerado, y en estas circunstancias tan desfavorables se plantean dejar su país para mejorar
la situación económica. Los dos tienen estudios, B es mecánica dental y su marido, mecánico
telefonista y electricista. Su profesión no tiene salida en Bulgaria, porque sus habitantes no
tienen recursos económicos para pagarse una prótesis.

A B le gusta mucho vivir en Tarragona: aquí conoce dos familias de Bulgaria y también dos
familias más de Gandia, aunque piensa que le falta establecer amistad con personas de aquí.
Cree que para integrarse más rápidamente le sería muy favorable un buen conocimiento del
idioma, pero hoy por hoy no tiene tiempo para estudiarlo bien.

Su hijo tiene nueve años, está muy a gusto, aquí tiene muchos amigos y se siente muy cómodo en
la escuela. B está muy contenta y piensa que, tanto por parte de los maestros como de los
compañeros, el recibimiento ha sido muy bueno y ha ayudado mucho a la integración de su hijo.

En este momento B todavía no tiene regularizada su situación, no tiene la nacionalidad española,


ni el permiso de trabajo, pero está esperando tenerlo todo en regla en un futuro, para poder
homologar su título de diplomada y encontrar trabajo de su profesión; mientras tanto, se dedica
a hacer la limpieza de algunas casas particulares. Su marido trabaja en la construcción, y la
familia vive en un piso, que comparte con dos otros chicos búlgaros.

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Todavía siente una gran añoranza por haber dejado tan lejos la familia (padres, hermanos) y los
amigos. Por el momento no piensa volver a su país porque cree que la situación política y la
económica están muy lejos de mejorar. Su ilusión es encontrar trabajo de su profesión y
establecerse aquí definitivamente, expectativas que comparte con su marido.

Texto B
De Marruecos al Ampurdán

Jebha es de un pueblecito del norte de Marruecos, muy cerca de Ceuta.

“De pequeña vivía con mis padres: era hija única. Cuando tenía 9 años, mis padres se divorciaron
y fui a vivir con la familia de mi padre en Tetuán.” (Su padre se volvió a casar y se fue con su
segunda mujer y sus hijos a Francia. Su madre se volvió a casar y se quedó a vivir junto con el
nuevo marido y los nuevos hijos en el mismo lugar donde ella había nacido.)

Mis tíos me trataron siempre como si fuera su hija. Viví con ellos 7 años, desde los 9 años hasta
los 16. A los 16 años conocí al hombre que sería mi marido. Tras vivir juntos durante 4 años, nos
casamos.

Durante esta época trabajé. Un año y medio estuve planchando en una fábrica de ropa (esta
fábrica enviaba la ropa a España y a Francia). También estuve trabajando de ayudanta de cocina
en un restaurante.
Vivíamos en Tánger, y aquí nacieron mi hija y mi hijo. Cuando mi hija mayor tenía 4 años, mi
marido decidió venir a España a buscar trabajo y trabajar, y yo me quedé en Tánger con mis
hijos.

Mi marido nos enviaba suficiente dinero para vivir y yo dejé de trabajar y me dediqué únicamente
a mi familia. Esto duró 12 años. Mi marido venía a vernos una vez al año, siempre que tenía
vacaciones, y se quedaba con nosotros durante uno o dos meses.

Mi marido nos dio la sorpresa, y nos comunicó que mis hijos y yo podíamos venir a España y estar

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todos juntos. Estuvimos tres meses arreglando los papeles. El 31 de mayo de 1999 cogimos el
barco. Al llegar a Algeciras mi marido estaba esperando con el coche. Subimos. Creo que no
sabíamos hacia dónde íbamos, ni cuál era nuestro destino.

Antes de venir hacia aquí (Catalunya) no había pensado en España, ni me importaba nada. Pero
cuando decidimos venir a vivir aquí, pensé que vivir aquí sería mejor, diferente de Tánger, y que
habría muchas facilidades.

Tras vivir aquí un tiempo, me he sentido aburrida con todo lo que me rodeaba. No entendía nada
de lo que decía la gente, ni en castellano ni en catalán. Mis hijos me habían de acompañar a
todas partes: ellos rápidamente empezaron a entenderse con la gente de aquí y me tenían que
hacer de traductores cuando quería ir a comprar. Ahora ya voy sola a comprar, ya he aprendido
algo de castellano. Veo que esto no es como me había imaginado, y que es como en Tánger, te
tienes que espabilar.

No tengo trabajo fuera de casa, pero estoy intentando encontrar algo. Me aburro de estar sola en
casa mientras mi marido está trabajando y mis hijos están estudiando.

No he tenido nunca problemas de papeles: mi marido trabaja y toda la familia está asegurada con
él.

A veces pienso que me gustaría volver a Marruecos, porque echo de menos mi país y me
encuentro sola: allí hay la mayoría de mi familia. Pero también quiero quedarme, porque aquí
están mis hijos, mi marido y su familia. Aquí la mujer tiene más derechos, tengo muchos amigos,
no tengo problemas con nadie y todo el mundo me respeta.”

Texto C
Desde América Latina

Maria marchó del Salvador por razones políticas, porque allá vivía en una situación difícil, de
represión, tras la guerra y por necesidad de buscar nuevas oportunidades, especialmente para su
hija. Primero se fue a otros países de América Central, después residió cinco años en Canadá,

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vino a España en 1993 y después, en 1999, se quedó definitivamente por razones afectivas: se ha
casado con un español.

Viajó a nuestro país con dos hijas de 16 y 4 años y le preocupaba que se adaptaran bien en
España.

En cuestión de papeles no ha tenido problemas al estar casada con un español. Tiene


nacionalidad canadiense y es residente en España. Tiene estudios universitarios en filología.

Trabajó en una academia de inglés y desde hace poco trabaja en un organismo que asesora
personas extranjeras. Vive en Barcelona con sus hijas y su compañero.
Su lengua materna es el castellano. Tiene algunos conocimientos de nahuatl y habla castellano e
inglés.

Cuando llegó sintió cierta discriminación y rechazo (“cuando voy a comprar noto que alguna
gente coge su bolso con fuerza”). También le impresionó nuestra indumentaria (“aquí se viste
con colores muy oscuros”) y nuestro acelerado ritmo de vida. Igualmente, la violencia doméstica
y la corrupción política, que no esperaba encontrar en nuestro país.

Considera que nuestro sistema educativo tiene que abordar los temas interculturales. Sus hijas a
veces no se sienten integradas en la escuela y en el instituto porque sienten que las ven como
extrañas por la forma como hablamos el castellano. A pesar de ello, cree que todavía se habría
sentido más discriminada si hubiera sido africana o asiática.

Intenta que sus hijas conozcan su país de origen. Les habla de América Latina y procura mantener
algunas tradiciones en cuestión de alimentación.

Cree que al Salvador volverá de visita, pero no para vivir, puesto que considera que sería muy
difícil para sus hijas.

Valora positivamente su experiencia migratoria, pero con matices, con algunas decepciones,
especialmente la falta de comprensión hacia su cultura. Considera que todas las culturas tienen
determinados patrones culturales y que hace falta hacer el esfuerzo para entender a las otras.

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