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EDUCACIÓN EXPERIENCIAL APLICADA A LOS PROGRAMAS

JUVENILES

Avanzamos de a poco, adentrándonos por entre el bosque lluvioso. Como


instructor certificado de Outward Bound, soy líder de un grupo de diez
estudiantes y dos instructores quienes atravesamos por árboles caídos,
descendiendo por resbaladizas pendientes y cruzando fuertes corrientes.
Recorremos las cumbres con derrumbes a sus lados, desde ellas tenemos
espectaculares vistas de las verdes y lejanas lomas, las que raramente son
perceptibles desde los colosales árboles que nos rodean aquí en la selva.
Aún en esas lomas existen
pocos árboles ya quemados que habitan entre el blanco ganado que devora el vibrante
verde de lo que antes fuera una selva pura. Mientras caminamos, explico a los estudiantes
que la devastación del bosque lluvioso centroamericano se debe a algunos empresarios
inescrupulosos. Tener la oportunidad de observar los efectos de la deforestación in situ,
impacta mucho a los estudiantes. Esa forma de aprendizaje es más efectiva que la de
hablar sobre ella, confinados entre las paredes de sus salones de clase. Afortunadamente,
existen escuelas como Costa Rica Rainforest Outward Bound School (CRROBS), donde
anualmente más de quinientos estudiantes tienen la oportunidad de conocer más sobre su
mundo y de ellos mismos mientras escalan, hacen rafting, surfean o bucean, por
mencionar algunas de las actividades que se llevan a cabo. Todo esto no hubiese sido
posible sin el ingenio y liderazgo de un hombre llamado Kurt Hahn, fundador de
Outward Bound.

Kurt Hahn, nació en Berlín, Alemania en 1886. Fue educado en un colegio tradicional y
de rígida trayectoria para la Alemania de la época. La adversidad y los viajes durante su
juventud marcaron su vida para siempre, empujándole no sólo a mejorarse a sí mismo,
sino también a impactar positivamente sobre miles de vidas alrededor del mundo;
incluyendo a diez estudiantes que ahora avanzan conmigo dentro del bosque lluvioso
costarricense.

En 1902, Kurt viajaba a través de Italia como parte de un recorrido. Fue precisamente en
las Dolomitas donde fue inspirado al admirar las inmensas montañas con sus bellos y
majestuosos pináculos. Fue allí desde donde aprendió a apreciar la belleza de la
naturaleza al aire libre y sus efectos purificadores. Durante el mismo recorrido, dos
estudiantes ingleses obsequiaron a Hahn un libro escrito por el profesor alemán Hermann
Lietz. Lietz describía una escuela alejada del riguroso ambiente académico conocido por
Hahn; hablaba además de una comunidad holística que tuviera como objetivo forjar seres
humanos integrales. Hahn se encontraba en un país extraño ante ideas extrañas que se
contraponían a los ideales de la sociedad alemana en la que vivía. Las primeras semillas
de la persona que sería Hahn, fueron plantadas en su alma. Sin embargo estas semillas
empezaron a germinar en un período posterior de su vida.

Luego de graduarse del colegio, Kurt, fue afectado por un padecimiento provocado por el
sol que casi acaba con su vida. Pasaron días, semanas, era muy probable que jamás
recuperara nuevamente sus capacidades para llevar una vida normal. La depresión se hizo
presente, pensaba que su destino sería una vida de mediocridad a pesar de su grandiosa
visión. Esta confrontación con la adversidad hizo surgir su verdadera fuerza interna e
ingenio1. Meses de encierro en un cuarto oscuro, con el único pensamiento de que jamás
podría escalar o hacerse a la vela, Hahn decidió refinar su visión. El pilar de la escuela
que quería empezar se basó en los ideales educativos de Platón, enriquecidos con los de
Hermann Lietz. En síntesis, su visión era la de una escuela con un enfoque de servicio,
comunidad, liderazgo y responsabilidad. Una escuela que pudiera brindar a los jóvenes el
tipo de educación que él no tuvo la oportunidad de recibir: Educación Experiencial.

Actualmente, la Educación Experiencial tiene un enfoque hacia la persona de forma


integral en lugar de solamente limitarse a los requisitos académicos. En reiteradas
oportunidades Hahn dijo: “Es pecado del alma el forzar a los jóvenes a opinar –el
adoctrinamiento es diabólico– pero, el abandono es el culpable cuando no impulsamos a
los jóvenes hacia las experiencias”. Su meta era, entonces, exponer a los jóvenes a los
elementos crudos de la humanidad –aventura, compasión y liderazgo– y a través de esa
exposición ayudar a formar tanto a hombres como mujeres, creando la clase de personas
que la sociedad necesitará. Fue su fe pura en el ser humano lo que caracterizó las
creencias de Hahn, “Hay tres maneras de ganar a los jóvenes: la persuasión, la
compulsión y la atracción. Puedes predicarlas, pero, eso es un gancho sin anzuelo. Puedes
decirles que “deben hacerlo” pero eso es inapropiado y puedes decirles “les
necesitamos”, lo cual siempre gana.”

Hahn sabía, que sólo cuando los profesores dejasen su constante deseo de decir a sus
estudiantes cómo deben vivir, y sólo cuando, los profesores confiasen en la inherente
bondad de los estudiantes y les expresasen la necesidad de enaltecerse y cumplir sus
tareas, entonces los estudiantes podrían abrirse a las posibilidades de su potencial. Para
Hahn, la mejor manera de encontrar esas posibilidades era ofrecerles a sus estudiantes las
situaciones, las vivencias y las experiencias en las cuales ellos pudieran edificarse.

Pasada su enfermedad, Hahn viajó a Inglaterra, allí estudió los clásicos en Oxford.
Regresó a Alemania dos días antes de que la Gran Bretaña le declarara la guerra a
Alemania. Durante la Primera Guerra Mundial, trabajó en la oficina de Extranjería de
Alemania, desde donde luchó con denuedo por alcanzar la paz. Justo después de la guerra
y gracias a ciertos contactos suyos, Hahn encontró una oportunidad de trabajo con el
príncipe Max Baden. Con el apoyo de Baden, la Escuela Salem fue fundada en Salem,
Alemania. El objetivo de la escuela era alentar a los jóvenes de la posguerra en su
decaimiento anímico y físico. Hahn y su escuela tuvieron que enfrentarse a Hitler y sus
hordas nazis. Cuando Hahn condenó el asesinato de un comunista perpetrado por los
nazis, Hitler mandó a encarcelarlo. Gracias a la intervención de unos amigos ingleses de
Oxford, Hahn fue puesto en libertad, saliendo de inmediato hacia Inglaterra como
exiliado.

Decepcionado por un tiempo, Hahn continuó con su visión en un nuevo entorno. Para
1934, funda la escuela Gordonstoun en Escocia, llevando a ella las tradiciones de Salem.
Luego establece el programa Country Badge, el cual fue diseñado para proporcionar
experiencias fuertes a los jóvenes mediante cursos cortos de aventura y servicio.

Lawrence Holt, empresario naval contacta a Hahn en 1941. Los ataques de los nazis en
contra de los barcos de Holt fueron implacables. Para su asombro, Holt descubrió que los
sobrevivientes de los ataques no fueron los marineros más jóvenes, los mejor equipados
ni aquellos que contaban con técnicas de entrenamiento avanzadas. Sino por el contrario,
los sobrevivientes fueron los marineros de mayor edad entrenados con técnicas
anteriores. En su opinión, creyó que previo a su trabajo como marinos, era necesario
introducir, en tierra firme, a los jóvenes a entrenamientos especiales que tuvieran que ver
con los factores que irían a vivir en el mar. Por esa razón, Holt contactó a Hahn
ofreciéndole financiamiento para el diseño de un curso que pretendía exponerlos a esas
vivencias, antes de ser marineros. Holt, sugirió el nombre de “Outward Bound” por su
significado: “Veleros saliendo del puerto.” Outward Bound, entonces, fue fundada en
1941. Los jóvenes marinos de tenían la oportunidad de aprender lo que se sentía en mar
abierto, antes de pasar a la verdad, es el enfoque de la Educación Experiencial en su más
pura esencia. Han pasado los años, Outward Bound se ha transformado de la primera
escuela fundada por Hahn en Inglaterra, a la organización mundial que tenemos en la
actualidad. Aún cuando el contexto actual no es de guerra, sigue siendo importantísimo el
mejoramiento moral y físico de los jóvenes. De hecho, la carencia de iniciativas de la
juventud actual, sorprendería al mismo Hahn, como nos sorprende también a nosotros. La
necesidad de escuelas de Educación Experiencial toma cada vez más vigencia con cada
generación. Por eso me encuentro caminando dentro de un bosque lluvioso acompañado
de diez nerviosos, pero entusiastas estudiantes, aquí, en Costa Rica.

Una historia particular

Los albores de la escuela en Costa Rica fueron humildes. Se remontan a principios de los
años noventa cuando Jim Rowe, ex instructor de Outward Bound en los Estados Unidos
llegó a Costa Rica y empezó a realizar viajes de aventura con turistas. Rowe hizo los
contactos con Outward Bound Internacional porque ellos están a cargo del nombre y de
las auditorías de la Organización. El Organismo Outward Bound, brindó la reputación y
probidad que Rowe buscaba: educación sobre el mundo y sobre nuestras psiquis a través
de retos y experiencias. CRROBS abre oficialmente sus puertas en 1994, promoviendo
Educación Experiencial y ofreciendo cursos para estudiantes locales y foráneos. Sus
cursos muestran otras culturas e idiomas en una experiencia única en los distintos
ecosistemas de Costa Rica, Nicaragua y Panamá.
El enfoque educativo de CRROBS descansa sobre tres pilares, al igual que un trípode.
Por cada experiencia existen tres componentes que son asimilados por el estudiante.
Estos tres componentes se encuentran involucrados en la experiencia –actividad física,
ambiente académico y desarrollo personal– y apoyan cada aspecto de un curso de
CRROBS. Ya sea un curso de surfeo de dos semanas o de cuatro meses de actividades
por Centroamérica, cada estudiante recibe el mismo método de desarrollo del
aprendizaje.

Primero: Las actividades físicas brindan una estructura de aprendizaje. Kurt Hahn criticó
el estado físico de los jóvenes de su época. Todos sabemos que la cultura actual apoya un
estilo de vida peor. La televisión, los juegos de video o la forma pasiva de aprendizaje
que implica para los estudiantes largas horas sentados en sus salones de clases,
desperdiciándose así las ocasiones de realizar una actividad física tan necesaria para los
jóvenes. Educación Experiencial ofrece actividades físicas tan necesarias y a la vez
permite la interrelación entre mente, alma y cuerpo, los cuales también necesitan de
empuje. Así es como los estudiantes cargan a sus espaldas lo necesario para comer,
vestirse, cocinar y dormir mientras caminan; aprenden sobre la gran cantidad de
resistencia necesaria para surfear mientras están en la playa; o manejan su propio estrés
mientras manejan una balsa en los rápidos de un río. Estas actividades son las que
permiten a los estudiantes estar físicamente activos mientras se abren paso a los
siguientes pilares del trípode.

El aprendizaje académico es el segundo pilar del trípode. En este punto, los estudiantes
aprenden de forma natural, pero también de manera sistémica y sistemática a través de la
actividad que estén realizando. Por tanto, mientras avanzamos por el bosque lluvioso los
estudiantes van aprendiendo sobre la deforestación y también sobre la ecología de la
selva e historia natural. El rafting proporciona la oportunidad de aprender sobre
hidrología –de cómo los ríos se forman y se mueven– mientras bajan el río. El surfing
proporciona el conocimiento sobre las mareas, ecología costeña, ciclos lunares y la caída
de las olas. Durante el proceso de estas acciones los estudiantes aprenden mucho más y
mejor, porque sus actividades se llevan a cabo en escenarios extraordinarios.

El tercer pilar de este trípode, que es el más importante, es el desarrollo personal. Este es
el pilar que distingue Outward Bound de las demás opciones turísticas educativas.
Mientras se esfuerzan de manera novedosa, se nutren con información interesante, que da
lugar a un intercambio de ideas constante entre los integrantes de un grupo reflejando así
como se puede cambiar o como se está cambiando ya, hacia una persona integral. Luego
de rapelar por una cascada por ejemplo, los estudiantes identifican y hablan sobre las
estructuras de apoyo y sus sensaciones de seguridad y malestares. Los estudiantes
comparan la estructura de apoyo en la selva con las de sus amigos y familiares en casa;
además aprenden a superar y a manejar sus temores por las alturas y a través de las
discusiones les proporciona una estructura de manejo de temores a su regreso a casa.
También aprenden a compartir sus sentimientos más profundos y a fortalecerse frente a
las presiones de sus amigos.

Las actividades, el aprendizaje y desarrollo, están enfocadas para que el estudiante haga
uso de las mismas estructuras a su regreso a casa. Jim Rowe, inspirado en el espíritu de
Kurt Hahn, describe esto como una organización que “planta semillas”. El poder para que
estas semillas germinen se encuentra en el seno de las familias y los profesores de estos
estudiantes, sin embargo, el poder reside en los mismos estudiantes. Cuando están en el
curso, las discusiones sobre el regreso a casa son fundamentales. Si estas charlas
continúan dándose a menudo mientras están en el curso, si el estudiante aprecia su propio
cambio, y si las presiones del hogar se ven aparentes, solo así, a su regreso, el estudiante
será exitoso. Claro está que hacer seguimiento a cada estudiante que concluya un curso es
imposible, el reto entonces no radica en que haya sobrevivido a la selva o que haya
surfeado las olas. No, el reto más grande para el estudiante es cuando regresa a casa, con
una visión y una perspectiva diferentes de la vida para enfrentar sus problemas.

Jim Rowe, se ha referido también a otras alternativas de Educación Experimental fuera


del ámbito de la Outward Bound. Ha dicho: “Existen otras opciones aunque no son
muchas en Latinoamérica. Esas escuelas interrelacionan y combinan currículos
prácticos.” Por ejemplo, los estudiantes, enmarcados dentro de la clase de ciencias
naturales, pueden estudiar ecología en una laguna que se encuentre cercana a la escuela.
En su clase de ciencias políticas podrían demandar a su gobierno local la protección de la
misma laguna y en la clase de matemáticas determinar mediante la geometría el tamaño
exacto de la misma laguna. Los referidos casos exigen una cooperación por parte de la
escuela, y esto, no siempre está disponible. Sin embargo, dichas experiencias instan a los
estudiantes a interactuar con su medio ambiente a un nivel personal. Vivencias como
estas les permiten conocer su potencial para mejorar el mundo en torno de ellos. Esta
Educación Experiencial y las oportunidades que se presenten, ayudan a la formación del
tipo de personas que nuestra sociedad demanda: personas de acción, compasión y
liderazgo.

Mientras camino por el bosque lluvioso con los diez estudiantes que me siguen, me
impresionan las posibilidades que cada uno de ellos van enfrentando. Sus vidas van a
demandarles más de lo que ellos creían posible, y si han hecho una introspección
profunda dentro de ellos mismos hasta llegar a sus almas, el poder que han tenido aquí va
a ayudarles a entender como hacerse grandes y responder a esas presiones. Kurt Hahn
insistió en que los profesores debían tener fe en sus alumnos. Outward Bound es una
escuela que aplica este principio de fe, pero es imperativo que nuestra sociedad actual
tenga esa misma fe. Tenemos que hacerles saber a nuestros jóvenes que les necesitamos
tanto ahora como en el futuro. Solo así la Educación Experiencial puede cambiar la vida
y funcionar correctament

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