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PEREGRINACION DE NEXTIPAC

A LA VILLA DE GUADALUPE

¿Nextipac?

Me es muy grato hablar del pueblo San Juanico Nextipac, del que llevo la crónica
desde hace cinco años y al cual conozco hace treinta. Con traza irregular,
se localiza al oeste de la dirección territorial Aculco en la delegación
Iztapalapa. El siguiente mapa muestra el área que comprendía este pueblo.

Antes de la desecación lacustre, la sierra y el cerro de la Estrella formaban la


península que dividía las aguas dulces de las saladas, Iztapalapa, Villa Real
gobernada por Cuitláhuac; era un vergel y abastecedora principal de la
Gran Tenochtitlán. La cultura azteca se basaba en su capacidad para
convivir, conservar, encausar, explotar y mantener a raya los cinco lagos.
Ligados a su entorno campestre y propiedad comunal, mantenían un orden
propio coherente. La distancia que separaba las comunidades de la ciudad
eran 5 leguas. Nextipac era un pueblo al SE de la ciudad que ahora está
casi en el centro.
Ahora bien, ¿qué tiene Nextipac para justificar proyectos de instituciones sean
éstas académicas, culturales, de desarrollo social y hasta turísticas?

Es un pueblo originario, sí, de los cuales quedan muchos. Fue chinampero y de


los principales proveedores de legumbres y flores hasta el s. XX. Sí,
también de esos hay bastantes. Se fundó con anteriorridad a Tenochtitlan.
Sí, hay varios así. Lo especial se lo da su nombre, que se hizo leyenda
mucho antes de la Conquista:

“… no es éste el asiento que os tengo prometido y es necesario dejar


donde ahora moramos, no en paz sino en guerra levantando nuestras
armas para mostrar al mundo nuestra valentía.
El medio para que salgamos de este lugar sea que veáis al rey culhua y
le pidáis a su hija para mujer de vuestro dios.
… han de sacrificar la moza en mi nombre para que la tome por mi
madre.
Después de muerta la desollaréis toda y el cuero vestídselo a uno de
los chamanes principales y encima vestidle con las ropas de la moza.
Luego convidad al rey a adorar a la diosa, su hija, y le ofrezca
sacrificio.”

Así lo hacen, adorándola desde entonces, como madre de los dioses, llamándola
Tosí que significa madre o abuela. El viejo monarca aceptó realizar el
sacrificio, pero al advertir lo sucedido, horrorizado y colérico grita:

“¡Aquí, vasallos de Culhuacan!


Maldad tan grande que estos mexicas han cometido,
¿no ven que han muerto y desollado a mi hija y vestido su cuero a un
chamán que me han hecho adorar?
¡Matémoslos, acabemos con ellos, demos muerte a los perversos!
¡Qué no quede rastro ni memoria de ellos!”

Los mexicas logran huir a Mexicalzingo de donde son echados, terminando en


Iztacalco, hace 700 años. En venganza, los culhuas queman todo el
asentamiento para no dejar rastro de ellos. Una vez dominando el valle, los
mexicas, regresan, la reconstruyen y la bautizan Nextipac. Su toponimia
resulta de las palabras náhuas nextli: ceniza; e icpac: en lo alto, arriba o
sobre, “Sobre las cenizas”.

Esta afirmación la respalda el códice Aubin que narra la historia azteca entre 1168
y 1576 registrando sus asentamientos durante su peregrinar mencionando
a Nextipac como indican el siguiente fragmento de este códice y su
traducción:

“8 calli xihuitl, ic onmiquanique in Nexticpac in Mexica. 11 tecpatl xihuitl


ipan nauhxiuhtique in Mexica in oncan Nexticpac.”

“Surgiendo el año 8 Calli, los Mexicas fijaron su residencia en Nextipac.


Allí permanecieron 4 años. Fechado el año 11 Tecpatl.”

En los códices Aubin y Azcatitlán, el jeroglífico de Nextipac es un templo sobre un


cerro de ceniza con la cabeza de un colibrí (representación de
Huitzilopoztli) arriba. Esta observación la hacen el Antr. y Arqueol. Daniel
Díaz y la corrobora el Dr. Leonardo López Luján.

Lo especial de Nextipac radica en todo lo siguiente. Es un lugar donde su Dios les


indica que su asentamiento definitivo será en otro lugar. Es aquí donde
nace la leyenda de la Diosa Madre. Es aquí donde levantan sus armas para
mostrar su valentía. Es aquí donde pierde su nombre original del cual sólo
quedan conjeturas. Y es aquí donde resurge el pueblo como el áve fénix,
sobre sus cenizas.

¿Por qué la Peregrinación?


La tradición festiva existe mucho antes de la Colonia, tanto en América como en
Europa. Los puristas desean mantenerlas tal cual, sin embargo, la vitalidad
de una tradición depende de su capacidad para renovarse cambiando en
forma y fondo, a veces profundamente, para seguir siendo útil. Las fiestas
ligadas a los santuarios las originaron durante la Colonia los novohispanos,
en un ambiente exaltado de misticismo: novenas, procesiones, penitencias,
locutorios y hasta platillos monjiles como el mole; expresiones que pronto
pasaron a los oriundos:

“… hicieron muchas cruces y


banderas de santos y otros atavíos
para sus procesiones; y los Indios de
México fueron luego allí … e hicieron
muy ricas y galanas mangas de
cruces y andas de oro y pluma; y
luego por todas partes comenzaron
de ataviar sus iglesias, y hacer
retablos, y ornamentos, y salir en
procesiones, y los niños aprendieron danzas para regocijarlas más.”

Las peregrinaciones presentan otra faceta del sincretismo que se da donde se


acude a pedir y agradecer los favores personales de la Virgen.

Durante el proceso de evangelización se aprovecharon las costumbres oriundas


con fines cristianizantes. Los lugares de peregrinación (manantiales, ríos, cuevas
o cerros) se conservaron adaptando los íconos fundamentales a la nueva visión
del mundo. Se atribuye a La Guadalupana vencer la peste en 1737, creando un
lazo sagrado, convirtiéndose en la madre (Tonantzin) protectora de todos los
mexicanos. Iturbide la declaró Patrona de la Nación y Juárez firmó decreto
autorizando la celebración del 12 de diciembre.

En San Juanico, la peregrinación anual tiene verificativo el segundo martes de


noviembre que es el día que una tradición de más de 200 años le ha reservado.

En forma similar a las fiestas patronales, los preparativos se inician desde el año
anterior. Ese día deben estar listos para peregrinar carros alegóricos, bandas de
música y cohetes a prenderse por el camino.
Se da de desayunar a los niños, bandas, coheteros e integrantes de la
mayordomía que habrán de participar en las diferentes actividades.

En el centro del pueblo se reúnen las imágenes de las demás vírgenes veneradas:
Alboradas, Cirios, Guardia, etc. que las acompañarán. Con la bendición del
párroco salen del pueblo. Parece mentira, pero es cierto, el pueblo queda
prácticamente vacío.

Por si fuera poco el aforo, en varios puntos intermedios se van uniendo más
peregrinos, principalmente del pueblo de Tlacoquemecatl, que siempre los han
acompañado y, de los diferentes barrios de Iztacalco.

El recorrido es por toda la calzada de la Viga para tomar Anillo de Circunvalación y


finalmente toda la calzada Guadalupe. Durante el trayecto, las bandas tocan, los
mariachis cantan y los coheteros van quemando la salva.

Para cuando se llega a la altura del viaducto, ya el contingente suma miles, pero
sigue creciendo y al pasar el palacio legislativo, sobrepasa las 5,000 personas.

Es una actividad que se coordina a la perfección, pues todos deben arribar a la


basílica a tiempo para la misa concertada a la una de la tarde. Aún con lo
espaciosa que ésta es, muchos de los peregrinos no consiguen asiento y
escuchan el rito de pié.
El rito es muy solemne, un contingente eclesiástico sale a recibir las imágenes y la
misa es celebrada por varios sacerdotes, entre ellos, el párroco del pueblo. Las
lecturas también son leídas por gente de San Juanico. Hay coro y se toca órgano
aunque no el monumental.
Al terminar, fervor, "mandas" y demás actividades convierten el santuario en
romería donde se funden en ambiente procesional comida, fiesta y religión.

Los peregrinos se disponen a disfrutar de una comida ofrecida por la mayordomía


a cargo de la festividad, como si hubiese aparecido de la nada. No es así, es un
trabajo titánico que realizan mayordomas y mayora. Aunque las compras y
muchos preparativos se realizaron con anticipación, a los pobladores de Nextipac
les gusta preparar los alimentos el mismo día. Los fogones se prendieron desde
muy temprano, antes de dar el desayuno. Así, mientras el contingente efectúa su
peregrinaje, una docena de damas cocina a todo vapor.

Se lava y cuece pollo, se lava verdura y se pica, se miden los ingredientes por
cazuela, la cual equivale a más de 200 órdenes cada una y se preparan grandes
ollas de agua fresca. La mayora vigila constantemente la evolución de guisos y
preparaciones porque al momento de preparar el mole, todo debe estar listo para
evitar que el aceite salte y la pasta se pegue o apelmace. Para incorporar todo,
usan palas de madera que más bien parecen remos.

Todo esto no tendría mayor dificultad si cocinas y fogones fueran ilimitados. Sin
embargo, hay que estar pendiente para no desperdiciar el calor. En cuanto ciertos
pasos de las recetas se terminan, hay que retirar del fuego las descomunales
cazuelas e inmediatamente poner otras. No es labor de las mayordomas, sino de
varios mayordomos que a ese propósito se han quedado. Este proceso se repite
por más de tres horas. Al medio día, todo debe colocarse en el medio de
transporte que haya de llevarlo hasta el mismo sitio del convivio.

Otro grupo de mayordomos se ha adelantado a dicho sitio para colocar lonas,


armar mesas, poner sillas, instalar la barra de servicio, colocar a mano accesorios
a usar como saleros, bolsas para basura, utensilios para servir, etc.

Mayora y ayudantes deben salir de misa rápidamente para atender a los


peregrinos debidamente, conforme estos vayan llegando. No descansarán hasta
que el último haya terminado de comer. Entonces, al no estar en San Juanico,
absolutamente todo se tiene que retirar del sitio que se utilizó para que quede libre
para otros peregrinos al día siguiente.

Pero eso no fue todo. Desde el año anterior se iniciaron los trámites ante
autoridades de la basílica y del DF para poder realizar la peregrinación: fijar fecha
y hora en los registros de la INBG tan tempranamente como el mes de septiembre
del año anterior; llenar hoja de Registro de Peregrinaciones: indicando horario y
ruta; cantidad de peregrinos y si se van a llevar imágenes; requerimientos como
patrullas de tránsito y ambulancias; organizar la misa con el coordinador de
Liturgia de la INBG; y, solicitar permiso si se va a realizar algún acto en el atrio
(rosario, procesión, danza, música de banda, etc.); gestionar si se van a servir
alimentos en el Atrio o en alguna de las casas para peregrinos, previo a la
celebración o después de ella; si el párroco de los peregrinos va a concelebrar, si
se lleva coro o estudiantina; si se desea incluir peticiones específicas de los
peregrinos; etc.

Además, los mayordomos se comprometen a: ubicar a los peregrinos frente a la


puerta central 15 minutos antes de la hora de la misa; asegurarse que no se entre
con velas o veladoras encendidas ni con globos ni alimentos; asegurarse que
danzantes y músicos realicen sus ejecuciones sólo en el atrio; colocar al inicio del
contingente banderas, estandartes, imágenes peregrinas, portadas de flores y
detrás de ellos a los peregrinos; asegurarse que el sacerdote concelebrante se
dirija a la sacristía de la basílica para prepararse en cuanto llegue y que lleve su
credencial de licencias ministeriales actualizada; etc.

Aquí no termina todo. Como cualquier otra celebración organizada por


mayordomía, aún hay que realizar el cambio de mayores y entregar la imagen.

Entrega de la imagen

Así, al día siguiente para el mediodía, ya se ha dado de almorzar a la banda en


casa del mayor saliente. El mayordomo entrante ofrece una comida a toda la
mayordomía para que al atardecer la concurrencia vaya a casa del mayor saliente
de donde se hará procesión con la imagen, en andas, a casa del nuevo mayor,
simbolizando que el cargo ha comenzado. Al llegar, ofrecen refrescos y galletas.

Se realiza el inventario anotando en el libro de cuentas ingresos recibidos y gastos


erogados durante la gestión y, todo el protocolo de transferencia para dar por
concluido el cargo del mayor saliente, culminando con un convite preparado en
honor a la Virgen. Verdaderamente, es un esfuerzo muy grande el que hay detrás
de esta peregrinación.
¿Por qué narrarlo en octubre?

Porque es en este mes cuando los mayordomos se reúnen para revisar y autorizar
el presupuesto que aplicará el mayor que reciba el cargo en la celebración
del 12 de diciembre y que sale de las cuotas y apoyos recaudados.

También durante este mes la Mayora reúne a sus mayordomas para ir a comprar
chiles y especias que usarán para el mole. Los cocinan y muelen de modo
que la pasta esté a punto un mes después. Aprovechan su mercadeo para
apartar aves, carne y demás insumos que usarán para desayunos, comidas
y cenas para la banda y los niños tanto de los carros alegóricos como de
escoltas y abanderados.

En noviembre, aún en Nextipac, se conmemora a los Difuntos. Y aunque llena de


tradición, la celebración es muy sencilla comparada con otros lugares de la
ciudad.
Y este año se registrarán los pormenores de las actividades mencionadas
complementando la documentación sobre gastronomía festiva que cubre
preparación de las recetas tradicionales, evaluación nutricional de las
mismas y elaboración de un recetario que incluye fuentes de suministro y
las técnicas de cocina y preservación de ingredientes mismas que, por
tradición y costumbre, se han usado en Nextipac manteniendo su fuerte
sentido de identidad comunitaria durante sus 704 años de historia.

Los invitamos a acompañarnos este 10 de noviembre. ¡Siempre lo recordarán!

Jaime Carlos Sanromán Ruiz, 30/09/2009

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